• Rev!u"i#n $%an"e&a • De&"u'%i(ient de A()%i"a • Ca*da de! I(+e%i %(an • A+a%i"i#n de !a e&"%itu%a
2. Ordena, de más antiguo a más reciente, los siguientes antepasados del ser humano: • Homo neanderthalensis • Australopithecus • Ardipithecus • Homo erectus • Homo habilis
3. Contesta al siguiente cuestionario sore el Paleol!tico: a -C#( &e !!a(a !a t)"ni"a de e!a'%a"i#n de ti!e& du%ante e! Pa!e!*ti"/ a" -0u) i(+%tan"ia tuv e! $ueg +a%a !a vida de e&t& 1u(an&/ " -C#( &e %gani2a'an &"ia!(ente !& 1u(an& du%ante e! Pa!e!*ti"/ c" -A 3u) &e "n"e "( venu& +a!e!*ti"a&/
Unidad # 4 La P%e1i&t%ia
SECUNDARIA
$. %ellena la tala con los principales rasgos de cada uno de los periodos prehist&ricos:
• N(adi&(
• Ce%,(i"a
•
A%te&an*a te6ti! • H,'itat en "ueva&
•
A+a%i"i#n de ag%i"u!tu%a • P'!ad&
P'L(OL)*+CO
Unidad # 4 La P%e1i&t%ia
• !a
Sedenta%i2 a"i#n • Rueda
•
Ca2a5 %e"!e""i#n
• U& de! $ueg
(OL)*+CO
SECUNDARIA
UNIDAD 9
La P%e1i&t%ia
APELLIDOS: ……………………………………………………
NOMBRE: ………………………
FECHA: ………………………
GRUPO: …………………………
CURSO: ……………….
-. Lee el siguiente teto / responde a las preguntas:
El rebaño de bisontes no era muy grande, apenas una avanzadilla de las huestes que vendrían más tarde, ya entrada la primavera, en su emigración anual !u llegada sería la señal para que la tribu abandonase la cueva donde había pasado el invierno y partiera en su persecución como todos los años, hacia el norte "i#$er contempló a las enormes bestias %orobadas, reunidas a corta distancia, en medio de la llanura &os bisontes habían ol'ateado a los cazadores y estaban nerviosos ()* Apenas podía distinguir a los hombres, no solo porque trataban de ocultarse y buscaban los lugares donde abundaba la maleza, sino porque el cielo se había nublado y presentaba un aspecto amenazador Alzó los o%os y miró preocupado la negrura ()*+uando el primer relámpago hendió las nubes, "i#$er se sobresaltó casi tanto como los bisontes !u mirada subió automáticamente hacia el cielo y apenas tarde un instante en volver la llanura, pero ya no encontró las cosas como antes la manada había emprendido veloz carrera, aplastando las hierbas y las matas a su paso desen'renado, mientras los cazadores abandonaban toda precaución y corrían tras ellos, agitando las armas -oco despu.s, se detuvo sobre un pequeño altozano y trató de reorientarse &a mayor parte del rebaño permanecía unida, pero algunos de sus miembros se habían dispersado &os cazadores parecían converger sobre uno de estos, un macho vie%o que comenzaba a acusar el cansancio
ALFONSECA7 M.: El agua de la vida, Mad%id7 Edi"ine& SM7 899. a
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