16 de Septiembre - Independencia de México (Poemas)

September 17, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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HIDALGO MANUEL ACUÑA Sonaron las campanas de Dolores Voz de alarma que el cielo estremecía, Y en medio de la noche surgió el día De augusta Libertad con los fulgores. Temblaron de paor los opresores ! "idalgo audaz al porenir eía, Y la patria, la patria que gemía, Vio sus espinas conertirse en flores. #$enditos los recuerdos enerados De aquellos que cifraron sus deselos !n morir por sellar la independencia% &quellos que encidos, no humillados, !ncontraron el paso hasta los cielos Teniendo por camino su conciencia'

15 DE SEPTIEMBRE MANUEL ACUÑA Despu(s de aquella p)gina sombría en que trazó la historia los detalles de aquel horrible día. cuando la triste *(+itli eía sembradas de cad)eres sus calles% despu(s de aquella p)gina de duelo por uauht(moc escrita ante la historia, cuando sintió lo in-til de su anhelo% despu(s de aquella p)gina, la gloria borrando nuestro cielo en su memoria no olió a aparecer en nuestro cielo. La santa, la querida madre de aquellos muertos, encedores en su misma caída, fue hallada entre ellos, tr(mula  herida por el maor dolor de los dolores/ en su semblante p)lido a-n brillaba de su llanto tristísimo una gota/ a su lado se alzaba  0unto a un laurel una mecana rota/  abandonada  sola como estaba, encido a hasta el -ltimo patriota, al er sus o0os sin mirada  fi0os, los espa1oles creeron muerta,  del incendio la entre la llama incierta

 

los echaron en la tumba con sus hi0os/ Y pasaron cien a1os  trescientos sin que a ning-n oído llegaran los tristísimos acentos de su apagado  l-gubre gemido2

GUERRERO JOSE ROSAS MORENO !n los montes del Sur, 3uerrero un día alzando al cielo la serena frente, animaba al e0(rcito insurgente  al combate otra ez lo conducía. Su padre, en tanto, con tenaz porfía, lo estrechaban en sus brazos tiernamente  en el delirio de su amor ardiente sollozando a sus plantas le decía2 Ten piedad de mi ida desgraciada% engo en nombre del re, tu dicha quiero% poderoso te har)% dame tu espada. #4am)s', llorando respondió 3uerrero% Tu os es, padre, para mí sagrada, m)s la oz de mi patria es lo primero'

HIDALGO Y MORELOS AMADO NERVO #"idalgo  *orelos, palabras radiosas' 5regunta esos nombres al monte  al plano a cielos  a mares, a todas las cosas,  así te dir)n2 !l monte de niee  eternos basaltos que siglos  siglos sus crestas irguió2  6*orelos, "idalgo7, dir), son m)s altos, m)s altos que o' !l sol, alma fuente de ios destellos, 8m)n de los mundos que el 5adre creó2  6#"idalgo, *orelos'7 dir) 6#son m)s bellos, m)s bellos que o'7 

 

Y fuentes  prados  alles  cielos, cantando los nombres de luz de los dos, dir)n con miles oces2 6#"idalgo, *orelos, bendígalos Dios'7 

LA SUAVE PATRIA RAMON LOPEZ VELARDE PROEMIO Yo que sólo cant( de la e+quisita partitura del íntimo decoro, alzo ho la oz a la mitad del foro a la manera del tenor que imita la gutural modulación del ba0o para cortar a la epopea un ga0o. 9aegar( por las olas ciiles con remos que no pesan, porque an comoremaba los brazos del correo que la *ancha con chuan fusiles. Dir( con una (pica sordina2 la 5atria es impecable  diamantina. Suae 5atria2 permite que te enuela en la m)s honda m-sica de sela con que me modelaste por entero al golpe cadencioso de las hachas, entre risas  gritos de muchachas  p)0aros de oficio carpintero. PRIMER ACTO 5atria2 tu superficie es el maíz, tus minas el palacio del :e de ;ros,  tu cielo, las garzas en desliz  el rel)mpago erde de los loros. !l 9i1o Dios te escrituró un establo  los eneros del petróleo el diablo. Sobre tu apital, cada hora uela o0erosa  pintada, en carretela%  en tu proincia, del relo0 en ela que rondan los palomos colipaos, las campanadas caen como centaos. 5atria2 se istetudemutilado percal  territorio de abalorio.

 

Suae 5atria2 tu casa todaía es tan grande, que el tren a por la ía como aguinaldo de 0uguetería. Y en el barullo de las estaciones, con tu mirada de mestiza, pones la inmensidad sobre los corazones. Suae 5atria2 en tu tórrido festín luces policromías de delfín,  con tu pelo rubio se desposa el alma, equilibrista chuparrosa,  a tus dos trenzas de tabaco sabe ofrendar aguamiel toda mi briosa raza de bailadores de 0arabe. Tu sonora barro suena a plata,  en tu pu1o su miseria es alcancía%  por las madrugadas del terru1o, en calles como espe0os se acía el santo olor de la panadería. uando nacemos, nos regalas notas, despu(s, un paraíso de compotas,  luego te regalas toda entera suae 5atria, alacena  pa0arera. &l triste  al feliz dices que sí, que en tu lengua de amor prueben de ti la picadura del a0on0olí. #Y tu cielo nupcial, que cuando truena de deleites fren(ticos nos llena' Trueno de nuestras nubes, que nos ba1a de locura, enloquece a la monta1a, requiebra a la mu0er, sana al lun)tico, incorpora a los muertos, pide el Vi)tico, Vi) tico,  al fin derrumba las madererías de Dios, sobre las tierras labrantías. Trueno del temporal2 oigo en tus que0as cru0ir los esqueletos en pare0as, oigo lo que se fue, lo que a-n no toco  la hora actual con su ientre de coco. Y en ellabrinco  enida, ohoigo trueno, ruletade detumiida ida.

 

INTERMEDIO (Cuauhté!"# 4oen abuelo2 esc-chame loarte, -nico h(roe a la altura del arte. &nacrónicamente, absurdamente, a tu nopal inclínase el rosal% al idioma del blanco, t- lo imantas  es surtidor de católica fuente que de responsos llena el ictorial zócalo de cenizas de tus plantas. 9o como a (sar el rubor patricio te cubre el rostro en medio del suplicio% tu cabeza desnuda se nos queda, hemisf(ricamente de moneda. *oneda espiritual en que se fragua todo lo que sufriste2 la piragua prisionera azoro de tus crías, el sollozar ,dealtus mitologías, la *alinche, los ídolos a nado,  por encima, haberte desatado del pecho curo de la emperatriz como del pecho de una codorniz. SEGUNDO ACTO Suae 5atria2 t- ales por el río de las irtudes de tu mu0erío. Tus hi0as atraiesan como hadas, o destilando un inisible alcohol, estidas con las redes de tu sol, cruzan como botellas alambradas. Suae 5atria2 te amo no cual mito, sino por tu erdad de pan bendito% como a ni1a que asoma por la re0a con la blusa corrida hasta la ore0a  la falda ba0ada hasta el huesito. 8naccesible al deshonor, floreces% creer( en ti, mientras una me0icana en su t)palo llee los dobleces de la tienda, a las seis de la ma1ana,  al estrenar su lu0o, quede lleno el país, del aroma del estreno. omo sota moza, 5atria mía, en pisolade metal, ies al día,

 

de milagros, como la lotería. Tu imagen, el 5alacio 9acional, con tu misma grandeza  con tu igual estatura de ni1o  de dedal. Te dar), frente al hambre  al ob-s, un higo San ?elipe de 4es-s. Suae 5atria, endedora de chía2 quiero raptarte en la cuaresma opaca, sobre un gara1ón,  con matraca,  entre los tiros de la policía. Tus entra1as no niegan un asilo para el ae que el p)rulo sepulta en una ca0a de carretes de hilo,  nuestra 0uentud, llorando, oculta dentro de ti el cad)er hecho poma de aes que hablan nuestro mismo idioma. Si me ahogo en tus 0ulios, a mí ba0a desde el de ergel de tu peinado frescura rebozo  de tina0a,denso  si tirito, de0as que me arrope en tu respiración azul de incienso  en tus carnosos labios de rompope. 5or tu balcón de palmas bendecidas el Domingo de :amos, o desfilo lleno de sombra, porque t- trepidas. =uieren morir tu )nima  tu estilo, cual muri(ndose an las cantadoras que en las ferias, con el braío bra ío pecho empitonando la camisa, han hecho la lu0uria  el ritmo de las horas. 5atria, te do de tu dicha la clae2 s( siempre igual, fiel a tu espe0o diario% cincuenta eces es igual el ae taladrada en el hilo del rosario,  es m)s feliz que t-, 5atria suae. S( igual  fiel% pupilas de abandono% a bandono% sedienta oz, la trigarante fa0a en tus pechugas al apor%  un trono a la intemperie, cual una sona0a2 la carretera alegórica de pa0a.

ANTE EL ALTAR DE LOS CAUDILLOS DE LA INDEPENDENCIA

 

LIC$ MANUEL BRIOSO Y CANDIANI *(+ico, al recordar la ardiente guerra a que debió su sacra autonomía, conoca a las naciones de la tierra a coniir con ella en armonía. Ya no es el espa1ol el hombre odiado que proocara cólera o rencores% es el colono, por la le llamado, para entregarse en paz a sus labores.
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