14 Los Dones No Existen
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los dones no existen de Lucién Séve...
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Los “dones” no existen LUCIEN SÈVE
Con frecuencia escuchamos decir: - “Su hijo no es dotado” - “La mujeres, o algunos pueblos son por naturaleza „incapaces‟.” - - “Está escrito hereditariamente en el cerebro de un niño que será tonto o inteligente, apto o no apto para tal o cual actividad intelectual.” - - “Reconozca que le falta a este niño un algo innato, ya que la educación ha fracasado por completo.” completo.”
… no dotado … … incapaz … … tonto … … no inteligente … … no apto …
… falta de algo innato …
Expresiones todas que dan cuenta de la existencia de la creencia en los “dones”.
Palabra “don” … … término tanto más peligroso en la medida que es cómodo, popular, y que parece no encerrar consecuencia alguna.
“Carencia de dones” … doble drama … -
Para el educador es una comprobación impotencia, una confesión de fracaso.
de
- Para los padres significa desolación, la ruina de esperanzas.
Objetivo del trabajo: Demostrar que la diversidad de aptitudes intelectuales no es del todo consecuencia fatal de la diversidad de dones biológicos, y que, aun cuando estos dones biológicos tienen naturalmente alguna incidencia en el desarrollo psíquico, son las condiciones sociales de este desarrollo las que deciden todo.
Así, la cuestión no atañe esencialmente a errores pedagógicos individuales, sino, en el fondo, a los de una sociedad y una política. La creencia en los “dones” es reforzada por justificaciones teóricas tradicionales, en particular, por un materialismo de apariencia científica que cree poder deducir su determinación por la herencia. A su vez, la creencia en los “dones”, es la experiencia masiva que dan los fracasos de la educación.
Aquí se hace necesario clarificar el significado de la palabra “inteligencia” como una cierta forma de hacer algo, de realizar algunas tareas, de resolver algunos problemas. La inteligencia es un aspecto de la actividad del hombre de manera que no puede concebirse como una cosa, una sustancia, una facultad, sino como una relación; una relación entre el individuo y su mundo social.
… No hay organismo que se pueda explicar sin el medio.
Si es así, se ve enseguida que todo fracaso de un niño en el curso de su educación, lejos de ser un indicativo de la sola “falta de don”, es del mismo modo un indicativo de la tarea propuesta, o impuesta, del sistema educativo que definió esta tarea, del mundo social que sostiene ese sistema educativo.
¿Por qué el fracaso escolar debería ser considerado como el fracaso del alumno, y no como el fracaso de la escuela, es decir, de la sociedad y de la política?
De esta manera se cuestiona el fin mismo que el capitalismo asigna al conjunto del proceso educativo. Este fin no es proclamar el derecho igual de todos “al máximo desarrollo que su personalidad permita”, sino, al contrario, el de proporcionar, en los límites necesarios y en interés del capital, el mínimo de cultura al mínimo de personas.
En la práctica, los niños a quienes se les llama tontos son víctimas de un régimen social descompuesto, que, a la vez, les inflige serias mutilaciones intelectuales, desconoce sus capacidades, … sin preguntar cómo reaccionarían en otras condiciones.
La actividad intelectual no está determinada directamente por estos dones biológicos, por las particularidades anatómicas y fisiológicas de un cerebro humano. El cerebro es posibilidades que se revelarán por activación: maniobra e interacción de ondas de influjos nerviosos en los diversos sectores del sistema nervioso. Y la determinación de ello está en el conjunto de la actividad social del individuo.
El nivel de inteligencia de un individuo lejos de permanecer constante está en perpetuo cambio relacionado con las condiciones sociales. ¿Cómo podríamos explicar estas modificaciones constantes y de vasta amplitud, si imaginamos que la inteligencia está inscrita en la anatomía de un órgano concluido a la edad de 7 años, del cual aún las células no se renuevan más durante toda la vida?
Sin embargo, ¿es que no hay muchos casos de herencia de la inteligencia, ejemplos impresionantes de familias que transmiten de padres a hijo tal o cual aptitud? Se nos dice de Beethoven que confirma la “ley de la herencia” porque su padre era músico de la corte. Pero no se nos dice nada de su madre, que era hija de un jefe de cocina, y criada de un camarero.
¿No se explicaría simplemente por la mayor cantidad de oportunidades que eso representa, por la formación precoz del oído o por la elección de la profesión musical en el caso de los niños bajo las condiciones de sociedades y en épocas donde el oficio de músico se transmite normalmente de padre a hijo como todo oficio artesanal o liberal?
En resumen: Decir de un niño que no es “dotado”, es sostener en términos seudocientíficos que no se sabe lo que sería preciso hacer -o que no se quiere hacer nada- para desarrollar su inteligencia. Es, pues, una coartada útil para una política escolar fundada sobre el “malthusianismo de la inteligencia”. Todavía más, es una ideología funcionalmente antidemocrática.
En el caso del hombre, no es en el patrimonio biológico en el que se fijan los progresos de la especie, sino es en el patrimonio social (instrumentos de producción, instituciones, lenguaje, cultura, etc.)
Desde el comienzo, toda la vida del individuo, en todos sus aspectos, está marcada por los parámetros biológicos. Esto es evidente. Toda su vida está marcada; pero, sin embargo, nada está decidido, pues lo que decide, es siempre en fin de cuentas el desarrollo ulterior, es decir, la historia social.
“La esencia humana no es en su realidad otra cosa que el conjunto de las relaciones sociales”.
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