November 25, 2020 | Author: Anonymous | Category: N/A
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¿PUEDE UNA RELIGIÓN SALVARTE?
Algunas religiones son étnicas como el hinduismo. Otras son nacionalistas como el sintoísmo. Algunas son tradicionalistas como el judaísmo. Hay religiones que enseñan la moral y la étnica como el confusionismo. Otras son militaristas como el Islam. El budismo es místico. El animismo es oculto. Existen centenares de religiones en el mundo. Algunas son antiguas y otras son nuevas. Aun las enseñanzas de Jesucristo se han integrado a formar parte de una y otra religión ¿Donde esta la respuesta? TODAS LAS RELIGIONES TIENEN UNA COSA EN COMÚN. Todas ofrecen un sistema de enseñanzas, ritos y normas de vida para hacerte feliz en esta vida y por la eternidad. La religión dice que el individuo posee en sí mismo el poder de ganarse su propia salvación sobre la base e mérito, o santidad, personal. Hay muchos mandamientos, reglas y normas-suficientes para hacer merecedora a cualquier persona que las pueda guardar. Las normas de vida de una religión pueden ser las mismas, o tan buenas, como las de otros grupos, pero el problema básico de la religión no tiene que ver con las normas que tenga, o no tenga. El problema esta en el hombre mismo. Él dice y no hace. Él promete y no cumple. Así que la persona falla a su religión y su religión le falla a ella. El fallo no esta en el deseo de tener comunión con Dios, sino en el método que se usa para lograrlo. LA RELIGIÓN PONE EL ÉNFASIS EN LA PERSONA MISMA. Se supone que el objetivo de practicar la piedad es para encontrar un mejor camino de vida, el del conocimiento de Dios y obtener la vida eterna. ¿Por que hay tantas religiones si se busca la misma cosa? Porque cada cual hace su voluntad: cada cual fabrica su propio dios. La imaginación humana hace una figura y dice, “He aquí, mi dios”. ¿No parece lógico que si Dios existe y si Él quiere tener la comunión con el hombre que ha hecho, que el mismo tomaría la iniciativa e indicaría el camino hacia Él? Dios no ha dejado al ser humano perdido en esta isla del universo con solamente su propia imaginación para ayudarle a encontrar las respuestas a sus más grandes preguntas. Dios ha hablado con toda claridad. Aunque muchos los ignoran, Dios ha dejado tres testigos fieles en la tierra. Son la naturaleza, la Santa Biblia y el Señor Jesucristo. Por medio de la naturaleza, nos damos cuenta que el creador es de infinita sabiduría y poder. Él ha hecho la expansión del espacio y el minúsculo mundo microscópico. Aprendemos que el ama la belleza, el orden y que es moral. El diseño y el sostenimiento de la vida misma
hablan de su infinita sabiduría. El apóstol Pablo hace mención de esta verdad en su epístola a los Romanos cuando dice, “Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidos por medio de las cosas hechas de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20). Dios ha entregado las Sagradas Escrituras a la humanidad por medio de los profetas. La respuesta de Dios a las preguntas del hombre se encuentran en la Santa Biblia. Grandes verdades espirituales, filosóficas, psicológicas, geológicas, antropológicas y de muchas otras ciencias se encuentran en los dos testamentos de la Biblia. Todos tienen opiniones acerca de la Biblia, pero muchos ignoran lo que ella dice. No se dan cuenta que ella será su juez y acusador en el juicio final. Jesús dijo, “al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene que le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgara en el día postrero.” (Juan 12:47-48) Jesucristo es la suprema revelación de Dios. El mismo dijo, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” (Juan 14:9) Conocer a Cristo es conocer a Dios. Ningún otro líder religioso de las religiones principales del mundo ha podido decir que era Dios y comprobarlo con su vida como hizo Cristo. La persona que rechaza esta revelación final y verdadera de Dios perderá la esperanza de la vida eterna. “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24). De todos los lideres religiosos del mundo, solo Jesucristo enseñó que la salvación de la persona no depende de sus propios esfuerzos, ni de su propia virtud, ni de sus propias obras de justicia; sino que descansa totalmente sobre el mérito y la santidad del Hijo de Dios. Solamente Cristo enseñó que la salvación es por medio de la gracia (el favor inmerecido que Dios da al pecador) y que esta salvación se recibe sencillamente por medio de la fe en Él -más nada y menos nada. ESTA VERDAD SEPARA A JESUCRISTO DE TODOS LOS FUNDADORES DE LAS RELIGIONES DEL MUNDO Y LE PONE EN UNA CLASE APARTE. Él enseñó que todos deben arrepentirse de sus pecados. El arrepentimiento que Dios demanda es un cambio de parecer y de corazón, el cual transforma la vida. Además, Jesús enseñó que la salvación se recibe por medio de la fe puesta en el mismo y en su Palabra. Por el otro lado, la religión solamente ofrece sufrimiento, penitencias, disciplinas y castigos. La religión dice que hay que guardar mas mandamientos y hacer mas obras para “pagar por tus pecados”. Jesús dice, “Yo lo pague todo por ti, en tu lugar.”
Nadie es suficientemente bueno. Nadie puede acercarse a Dios por medio de sus propios méritos. Delante de Dios, todos somos pecadores de un grado u otro. Esta condición del corazón humano hace imposible que el hombre mismo se salva. La practica de la religión puede afectar el comportamiento de una persona ante el mundo que le rodea, pero jamás podrá cambiar el corazón, el interior de la persona, y hacerla justa. Jesucristo ofrece una nueva vida. Esta vida comienza con el nuevo nacimiento. Tu puedes trabajar toda tu vida, pero nunca podrás hacerte un miembro de la familia de Dios por medio de tus propios esfuerzos, porque los hijos de la familia de Dios nacen, no se hacen. Jesucristo se hizo miembro de la familia humana para que nosotros pudiéramos llegar a ser miembros de la familia de Dios. Él nació en la tierra de Palestina para que nosotros pudiéramos renacer para el cielo. El murió en nuestro lugar sobre una cruz para que nosotros pudiéramos vivir en su hogar en la Gloria. Él resucitó de entre los muertos para asegurarnos una mejor resurrección para la vida eterna. La religión dice, “Consigue tu propia salvación”, mas Cristo dice, “Recibe el regalo de Dios.” La religión dice, “haz lo mejor que puedas”, mas Jesús dice, “Fíate de Dios de todo tu corazón.” La religión dice, “haz esto y lo otro”, mas Jesús dice, “consumado es.” La religión dice, “Afligios a vosotros mismos,” mas Cristo dice, “Dejad vuestras obras muertas.” La religión dice, “Apacigua la ira de Dios,” mas Jesucristo dice, “Acepta el amor de Dios.” La religión dice, “Paga tus deudas,” mas Dios dice, “Acepta mi perdón.” La religión dice, “Laméntate,” mas Cristo dice, “Regocíjate.” ¿Que debo hacer para heredar la vida eterna? La Santa Biblia dice, “Esta es la obra de Dios, que creáis en aquel quien Él ha enviado.” ¿CUÁL RELIGIÓN SALVA? NINGUNA RELIGIÓN SALVA, porque la religión siempre empieza con el ser humano, y él es un fracaso total. La salvación que Jesús te ofrece, ahora mismo, te traerá el perdón, la paz con Dios y la felicidad eterna. Él borrara los pecados del pasado. La religión jamás podrá hacer esto. Dios te dará un nuevo corazón un corazón que lo ama y lo quiere agradar en todo. El amor de Dios tomara el lugar del temor de Dios serás parte de su gran familia Y NO DE UNA RELIGIÓN.
Que Dios les Bendiga Por Leonardo Muñoz Muro, Publicado en ForoCristiano.com (Foro General de Religión) ¿Qué es una secta?
Aunque la problemática de las sectas y el sectarismo, es tan antigua como la condición humana, en los últimos tiempos, se ha convertido en un espacio común que poco a poco se ha instalado como tópico permanente en nuestros medios de comunicación y en la opinión de los referentes de nuestra sociedad. Esta proliferación de palabra escrita y oral, más que clarificar el tema ha conseguido poco a poco ir oscureciéndolo, a punto tal que hoy se hace difícil para el hombre de la calle saber si tal o cual grupo es una secta o, lo que es peor, ¿qué es en realidad una secta?. Debemos admitir también que la palabra encuentra diversas acepciones según quien la emplee; para algunos se trata de una cuestión de corte eminentemente político, son grupos ligados a la Nueva Derecha americana y a su expansión económica; para otros, entre los cuales parecen contarse algunos funcionarios, se trata de una cuestión meramente administrativa: sectas son los grupos religiosos que no se encuentran inscritos en el Registro Nacional de Cultos. Ahora bien, si quisiéramos situarnos en la verdadera perspectiva del problema, que es la religiosa (porque se trata de religiones, no de programas económicos ni de partidos políticos, sin negar por supuesto la conexión existente entre estas diversas perspectivas), ante todo debiéramos intentar el verdadero significado del término "secta". Como muchas otras en nuestro idioma, la palabra "secta" tiene su raíz en el latín "sequor", que significa "marchar detrás", "tomar por guía", "seguir la inspiración de..."; esto es, el término secta designa estrictamente a un grupo de personas que siguen las enseñanzas de un maestro particular. En un principio, la primitiva Iglesia fue considerada una secta del judaísmo caracterizada por seguir las enseñanzas de Cristo, un Rabí judío; en la medida en que se reconoció a Jesús de Nazareth no como un maestro judío más, sino como el mismo Dios hecho al hombre, revelación del Padre a los hombres, se reconoció a los cristianos no como los seguidores de un maestro más, sino como una Iglesia fundada por el mismo Dios, Señor de los cielos y la tierra.
A partir de este afianzamiento del cristianismo, y aún un poco antes, comenzaron a aparecer diferentes sectas (así las denomina el Nuevo Testamento en Gálatas 5:20; Tito 3:10; 2Pedro 2:1). Pero cabe destacar que estos grupos que se caracterizan por ser "seguidores de ...", se dan tanto en los márgenes del cristianismo como entre los mismos cristianos, como nos permite ver el apóstol Pablo en 1° Corintios 1:10 “Os conjuro, hermanos, por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio. Porque, hermanos míos, estoy informado de vosotros, por los de Cloe, que existen discordias entre vosotros. Me refiero a que cada uno de vosotros dice: "Yo soy de Apolo", "Yo de Cefas", "Yo de Cristo". ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? En resumen Pablo repudia a los que podríamos llamar cristianos con título de dependencia, o seguidores de; los cristianos son seguidores e imitadores de Cristo. Debemos considerar secta a todo intento de romper la unidad en la fe de los fieles, principal signo de credibilidad del Evangelio de Cristo, según Él mismo lo expresara en Juan 17:20-21 “No ruego solo por éstos, sino también por aquellos que por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno como nosotros somos uno...” La comunidad de los fieles es una, y esa unidad es una de las características queridas por el mismo Jesús; quien rompa su unidad para ser seguidor de algún otro maestro particular que no sea el mismo Cristo, será un cristiano con título de dependencia, no "propiedad" de Cristo. sectas de nuestros tiempos
A poco de llegar el 2000 nuestra sociedad se ve amenazada por un fenómeno extremadamente dañino como es el de las sectas, esta inundan nuestra sociedad de diferentes formas y maneras tratan de captar adeptos. Hoy mas que nunca es el momento que la iglesia de Cristo salga a la batalla contra estas huestes de maldad que el diablo a desplegado para desviar a la gente de la verdad eterna que es Cristo nuestro Señor. Sin duda alguna conocer su obrar es primordial para su prevención, ¿Cómo actúan?, ¿Cómo captan adeptos?,
¿Qué efecto producen en las personas?, ¿Puede sanarse una vez salido de estas sociedades secretas? ¿Cómo tratar con gente que esta dentro de estas sociedades?, ¿Que dice la Biblia con respecto a este tema de tanta actualidad?. PERO EL ESPÍRITU DICE CLARAMENTE QUE EN LOS POSTREROS TIEMPOS ALGUNOS APOSTATARAN DE LA FE, ESCUCHANDO A ESPÍRITUS ENGAÑADORES Y A DOCTRINAS DE DEMONIOS. 1 de Timoteo 4:1 Muy certeras resultan las palabras que por inspiración del Espíritu Santo recibe el apóstol Pablo, el cual comunica a su discípulo Timoteo. Dios ya nos advertía de este flagelo el cual causa tanto daño y que en la mayoría de los casos pasa muy desapercibido para la sociedad. Si nos ponemos a realizar una descripción de todas las sectas que sé encuentran en el mundo nos faltaría mucho espacio, sin ir mas lejos en India nos encontramos con mas de 2000 sectas en todo el continente donde encontramos adoración desde un ratón hasta una hormiga, cosa realmente triste es ver la poca fluidez del evangelio en estos lugares debido a esto nuestro reconocimiento se realizará con las que más conocidas, refutándolas a estas mismas con la palabra de Dios única verdad y autoridad de los creyentes en Cristo. Regrese a Doctrinas Falsas para analizar algunas de ellas.
La Biblia falsa Adventista
Hola a todos. Los adventistas ya llevan su tercera edición de la Biblia falsa Clear Word (La Palabra Clara) Aquí tienen un estudio que demuestra la manipulación de la Palabra de Dios por parte de la secta. La traducción la realizó mi buen hermano Román Quirós. LA BIBLIA "CLEAR WORD": ¿ES LA PALABRA DE DIOS? Los Adventistas del Séptimo Día expresan una firme creencia en la autoridad e infalibilidad de las Escrituras. Su declaración de fe afirma que las Sagradas Escrituras, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, son la Palabra de Dios escrita, dada por inspiración divina por medio de los santos hombres de Dios, que hablaron y escribieron movidos por el Espíritu Santo. En esta Palabra, Dios ha entregado al hombre el conocimiento necesario para la salvación. Las Sagradas Escrituras son la infalible revelación de su voluntad. Ellas son el modelo para el carácter, la prueba de la experiencia, la autorizada reveladora de doctrinas, y el confiable registro de los actos de Dios en la historia. 1 A pesar de esta afirmación sobre el carácter de la Biblia, la Iglesia ASD demuestra haber hecho un enfoque diferente de la Escritura en su popular Biblia "Clear Word" [clíar word]. Los muchos cambios efectuados al texto bíblico en la Biblia "Clear Word" destruyen, en última instancia, la integridad de la Palabra de Dios. La gravedad de cambiar deliberadamente el significado de la palabra de Dios no puede ser exagerada. El Salmo 138 iguala el carácter sagrado de la Palabra de Dios a su santo nombre: "Has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas". Deuteronomio 4:2 dice: "No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuirás de ella". Proverbios 30:5,6 reitera este punto: "Toda palabra de Dios es limpia ... No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso". Puesto que la palabra de Dios es limpia y verdadera 2, cualquier cambio que se le haga cambiará en última instancia la verdad de Dios en una mentira, con consecuencias desastrosas. 3 Los cristianos deberían preguntarse por qué querría alguien hacer numerosas adiciones, eliminaciones, y cambios a la palabra de Dios. Es verdad que algunos cristianos aceptan paráfrasis que presentan interpretativamente la palabra de Dios para aclarársela a la generación actual. ¿Qué es lo que se indica, sin embargo, cuando una paráfrasis corrige deliberadamente la palabra de Dios? La creencia de que hay que hacer adiciones, eliminaciones, y cambios es una clara señal debilidad doctrinal. Este artículo mostrará que la Biblia Clear Word ha cambiado la palabra de Dios para que apoye las doctrinas adventistas en general y los escritos de su profetisa, Ellen G. White,
en particular. Los escritos de ella todavía son tenidos por la iglesia ASD como "una fuente continuada y autorizada de verdad". 4 A continuación, veremos sólo algunos ejemplos en los que la Biblia Clear Word altera las afirmaciones de la Escritura para acomodarlas a la teología adventista. Para ilustrar este aserto, se compararán varios pasajes en la Biblia Clear Word (CW) con la versión de habla inglesa King James (KJV) o Versión Autorizada. [Para beneficio de los lectores de habla hispana, usaremos la Versión Revisada de 1960 de Reina -Valera en español en todos los casos, excepto en aquéllos en que la versión King James inglesa sea mejor para efectos de la comparación, pues, hasta donde sabemos, no existe una versión hispana de la Biblia Clear Word -- N. del T. ]. EL REPOSO DEL SÁBADO Los Adventistas enseñan que la observancia del sábado es el sello de Dios, y que será para los cristianos la prueba final de lealtad a Cristo. Génesis 2:2-3Reina -Valera -- Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. CW -- Luego, en el séptimo día de la semana de la creación, Dios se detuvo, para disfrutar de lo que había hecho y para reposar en la belleza de todo aquello. Así, pues, bendijo al séptimo día, y lo puso aparte como día de refrigerio y gozo espirituales. Nota -- La CW hace al séptimo día parte de la "semana de creación", antes que la celebración de una creación consumada. Éxodo 5:5 Reina -Valera -- Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas. CW -- Habéis creado suficientes problemas al hacerles reposar en vuestro sábado cada semana. Nota -- La CW describe este reposo como si ocurriera el sábado de cada semana, mientras que, en realidad, Moisés había solicitado un período aislado de tres días en el cual los israelitas pudieran adorar a Dios (véase el versículo 3 en la Reina -Valera). Éxodo 16:5 Reina -Valera -- Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día. CW -- En el sexto día, recogerán el doble de lo que recogen en los otros días, para que tengan suficiente para el día séptimo, que es sábado, el día que yo pongo aparte para tener culto y descansar. Nota -- La adición de la frase "que es sábado, el día que yo pongo aparte para tener culto y descansar" no aparece en ningún manuscrito bíblico. Éxodo 31:13-14,16 Reina -Valera -- Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Guardarán, pues, el
día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. CW -- Dile al pueblo: "Es muy importante que os acordéis de santificar el sábado, porque me es un día muy especial, y día de reposo para vosotros. Es señal entre vosotros y yo para siempre, para mostrar que vosotros sois el pueblo que yo he escogido y apartado. El sábado es santo, y cualquiera que lo profanare trabajando ese día será ejecutado, pues eso sería un acto de traición contra el gobierno de Dios. Mi pueblo debe guardar el sábado, celebrándolo por señal de que me pertenece". Nota -- La CW corrige el texto a propósito para hacer ver que el sábado es para todo el mundo, no sólo para Israel, como enseña la Biblia. En el versículo 13, la CW quita "los hijos de Israel" y pone en su lugar "pueblo", y en el versículo 16 quita "los hijos de Israel" y pone en su lugar "mi pueblo", y en lugar de "pacto perpetuo", pone "señal de que me pertenece". Para justificar el hecho de convertir la observancia del sábado en un requisito universal, también añade: "Pues eso sería un acto de traición contra el gobierno de Dios", en el versículo 14. Levítico 23:3 Reina -Valera -- Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; Día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis. CW -- Siempre ha existido el sábado semanal. Nota -- La CW reemplaza la institución bíblica del sábado con la afirmación de que el sábado ha existido siempre. Ezequiel 45:17 Reina -Valera -- Mas al príncipe corresponderá el dar el holocausto y el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas nuevas, en los días de reposo y en todas las fiestas de la casa de Israel; él dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel. CW -- Será su deber proveer estas ofrendas nacionales en todas las fiestas solemnes con sus sábados especiales, incluyendo la fiesta mensual de la Luna Nueva. Debe traer ofrendas de grano, holocaustos enteros y ofrendas de paz por expiación de la nación en general. Nota -- Las "fiestas", las "lunas nuevas", y los "sábados", respectivamente, significan las celebraciones anuales, mensuales, y semanales. La frase es una fórmula virtual usada en numerosos lugares del Antiguo Testamento en orden tanto ascendente como descendente. Para evitar que el sábado semanal sea asociado con la eliminación del sistema de sacrificios en su totalidad, la CW destruye el orden de las palabras para hacer que los sábados se refieran a las fiestas anuales, en vez de referirse a los sábados semanales. Hechos 20:7 Reina -Valera -- El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. CW -- Después de la puesta del sol el sábado por la noche, los creyentes se reunieron para tener una comida en comunidad y despedir a Pablo. Esa noche, él les habló hasta la medianoche,
después de lo cual esperaba dormir algunas horas antes de salir temprano el domingo por la mañana. Nota -- La CW llama a esto una reunión de sábado por la noche, cambia "partir el pan", una frase usada por la iglesia primitiva para referirse a la comunión, por "una comida en comunidad para despedir a Pablo". Una revisión de la Escritura como esta cambia por completo el tema principal de este versículo para que se adapte a la teología de los Adventistas. Colosenses 2:16 Reina -Valera -- Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo. CW -- No dejéis que nadie controle vuestras vidas dándoos una serie de leyes ceremoniales sobre lo que debéis comer, lo que debéis beber, o cuáles fiestas mensuales o sábados especiales debéis guardar. Todas estas leyes fueron dadas como sombras de la realidad venidera, y esa realidad es Cristo Jesús. Nota -- Colosenses 2:16 es un versículo muy importante, por cuanto muestra claramente que el reposo del séptimo día es sólo una sombra de Cristo. Este versículo debe ser estudiado en su contexto y también comparado con su pasaje paralelo del Antiguo Testamento, Ezequiel 45:17 (arriba). Cuando los términos "fiestas" (o su equivalente), "lunas nuevas", y "sábados" se usan juntos en el Antiguo Testamento, la palabra sábado se refiere siempre al séptimo día sábado. Además, estos términos se usan generalmente en secuencia ascendente o descendente: fiestas (anuales), lunas nuevas (mensuales), sábados (semanales), o sábados (semanales), lunas nuevas (mensuales), y fiestas (anuales). Estos dos patrones bien establecidos aseguran que el séptimo día sábado es lo que se tiene en mente en Colosenses 2:16. Este hecho socava todo el énfasis de los ASD sobre el séptimo día sábado. Nótese cómo la CW altera tanto Colosenses 2:16 como el texto paralelo del Antiguo Testamento. Hebreos 4:4 Reina -Valera -- Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. CW -- Es por eso que, en la creación, Dios dio al hombre el sábado, no sólo como recordatorio de la semana de la creación, sino también como símbolo de reposo espiritual. Según las Escrituras, Dios mismo reposó el séptimo día y disfrutó de esta ocasión especial junto con el hombre. Nota -- La CW dice "según las Escrituras", pero luego añade a las Escrituras frases como "símbolo de reposo espiritual" y "esta ocasión especial". Hebreos 4:9 Reina -Valera -- Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. CW -- Así que todavía queda el ofrecimiento del reposo espiritual que Dios se propone que tenga cada generación, del cual el sábado es símbolo. Nota -- Las manuscritos bíblicos no hacen ninguna referencia en este versículo al reposo espiritual o al sábado como símbolo. 5
Apocalipsis 1:10 Reina -Valera -- Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor. CW -- El sábado por la mañana, cuando fui a la orilla del mar en la isla rocosa para meditar y adorar a Dios. Nota -- La CW añade la cláusula final para reforzar las prácticas litúrgicas adventistas. Por los ejemplos presentados, podemos ver que la Biblia Clear Word borra numerosos pasajes y hace numerosas adiciones, corrigiendo la Palabra de Dios para hacer que la Biblia enseñe lo que ella no enseña: la doctrina adventista de la observancia universal obligatoria del reposo del séptimo día para todos los pueblos. LA MUERTE Y EL INFIERNO Los Adventistas, como los Testigos de Jehová, creen en la mortalidad del alma y no creen en el infierno. Nótese cómo han cambiado la Palabra de Dios para que se ajuste a su teología. Isaías 66:24 Reina -Valera -- Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre. CW -- Fuera de la ciudad, verán los cadáveres de los que se han rebelado contra mí. Será un espectáculo aborrecible. Pero, de la misma manera que los gusanos no se detienen sino cuando han devorado a los muertos, y el fuego no se apaga sino cuando haya consumido, así también el fuego del Señor destruirá a los impíos y los consumirá a todos. Nota -- Cristo cita este versículo en varias ocasiones. Sin embargo, nunca lo interpreta así. Antes bien, lo usa como una descripción del infierno. 6 Puede verse un cambio similar en Mateo 5:22,29,30, en que la CW cambia "el fuego del infierno" por "perder la vida eterna". Mateo 10:28 Reina -Valera -- Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. CW -- No tengáis miedo de morir. Pueden matar vuestro cuerpo, pero no vuestro espíritu ni vuestra lealtad hacia mí. Ahora, si hay algo de lo cual hay que preocuparse, es que no perdáis vuestra fe en Dios. Nota -- La CW borra el segmento que se refiere a la condenación eterna, y en su lugar altera el texto para convertirlo en sólo una exhortación a conservar la fe en Dios. Mateo 18:9 Reina -Valera -- Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego. CW -- Por ejemplo, si vuestro ojo asigna un valor equivocado a las cosas, estad dispuestos a perder el ojo para conservar la inocencia moral. Si tenéis que escoger, es mejor no ser grande en esta vida, pero vivir para siempre que perder vuestra inocencia infantil y que todo termine con esta vida. Nota -- Este versículo no sólo elimina el "infierno de fuego", sino que inserta las frases "inocencia moral" e "inocencia infantil", ninguna de las cuales se menciona en la Escritura. Lucas 16:19-30 Esta es la conocida parábola de Cristo sobre el rico y Lázaro. La CW introduce la enseñanza con estas palabras: "Vosotros
seguís contándole a la gente la fábula judía sobre un rico". La revisión hace ver que Cristo está refutando un mito judío, cuando, en realidad, está proclamando la verdad espiritual de la parábola. Uno puede ver en seguida por qué esta "Biblia", que proclama en su título, Clear Word [Palabra Clara], que es una traducción exacta de la Escritura, es quizás una de las biblias más engañosas de tiempos recientes. Durante 150 años, los Adventistas del Séptimo Día han llamado a la Iglesia Católica Romana "la bestia" por haber omitido supuestamente dos versículos de la ley contra las imágenes. Pero ahora han "corregido" cientos de versículos en su Biblia. Cada adición es, en sí misma, un reconocimiento de que alguna parte de sus enseñanzas carece de apoyo bíblico. De la misma manera, cada eliminación y cada cambio reconoce que alguna parte de sus enseñanzas es refutada por la Biblia. Estos cambios se han hecho para sustentar los puntos de vista no bíblicos de Ellen G. White. Sin embargo, al hacer esto, se colocan a sí mismos por encima de Dios mismo. En Apocalipsis 18:4, Dios llama a su pueblo a salir de Babilonia. "Para que no recibáis de sus plagas". "Babilonia" representa la falsa religión y las falsas prácticas religiosas. Cualquier iglesia que altere la palabra de Dios, de la cual Él dice que está "asentada para siempre en el cielo", o que promocione una Biblia que lo haga, es por eso mismo parte de Babilonia la grande, que ha caído. ¡Si usted ama a Jesús, obedezca su llamado a "salir de ella"! 1. Fundamental Beliefs of Seventh-day Adventists [Online]. URL http://www.adventist.org/pages/frameset/belief.html 2. Sal. 12:6; Juan 17:17 3. Romanos 1:25ss; Ezequiel 5:6; Apocalipsis 22:18, 19: 21:8 4. Fundamental Beliefs of Seventh-day Adventists. El énfasis es nuestro. 5. Véase, de Dale Ratzlaff, Sabbath in Crisis (Sedona, Az: Life Assurance Ministries, 1990), pp. 233-248, para una exégesis completa de este texto. 6. Marcos 9:38-48. 7. The Clear Word fue impresa por la Review and Herald Publishing Association, y se vende en los Adventist Book Centers en todo el país. FUENTE RECOMENDADA: "The Origin of the Bible" editado por Philip Wesley Comfort. Los ensayos estudian el origen y el desarrollo de los textos bíblicos, el canon, y las traducciones bíblicas. Este libro prueba que los cristianos pueden confiar en la fiabilidad y autoridad de la Biblia. Dale Ratzlaff y Verle Streifling Los Adventistas Y la Verdad (Primera parte) Contenido 1a parte -Un Testimonio Personal -Acusaciones de Plagio -La Conferencia Bíblica de 1919 Contenido 2a parte -El Veredicto de los Dirigentes en 1919 Declaración oficial del Centro White
-Declaraciones de Ellen White sobre su obra -Ellen White y Las Profecías Contenido 3a parte -Adventistas y Testigos -El “Principio del día por año”, Reexaminado -El Sello de Dios Contenido 4a parte -El Testimonio de Jesús y el Don o Espíritu de Profecía -Hebreos y el día de Expiación -Roma, Antíoco IV, y Daniel 11 -”Día de Jehová”-”Tiempo del Fin” -”Postreros Días” -Con los pies de Barro -Ley Dominical; ¿Será posible? -Conclusión -Bibliografía Consultada Nota del Autor: Esta obra no tiene “Derechos Reservados”. Se permite su reproducción parcial o total, sin fines comerciales. Lic. Billy Vicente Un Testimonio Personal Desde mi niñez, siempre consideré a los adventistas, como el “legítimo pueblo de Dios”. Fui educado, en lo que podríamos llamar el adventismo tradicional, con Ellen White jugando un papel estelar en nuestras creencias. Sus escritos, nos daban esa sensación de seguridad de tener “la verdad presente”, y de pertenecer a la “iglesia remanente”, con un “claro panorama” de los “eventos finales” de la historia. Esto, nos hacía sentir en franca ventaja frente a las otras denominaciones religiosas. Éramos los escogidos, con la llamada “mensajera del Señor”, señalándonos el camino a través de sus libros, los cuales abarcando una amplia gama de temas, contribuyen a conformar lo que llaman el “mensaje adventista”. Nunca albergué la más mínima duda, sobre el legado profético de la Sra White, ni sobre la doctrina de la iglesia en sentido general. Si en mis habituales estudios aparecía algo que no entendía, trataba de racionalizarlo y buscar alguna explicación al respecto, pero manteniendo una fe absoluta en lo que se me había enseñado, ya que en mi fuero interno no había la menor posibilidad de que estuviéramos equivocados. Para mí, esto era totalmente imposible. Entonces, sólo era cuestión de tiempo, para que llegado el momento, comenzaran a desencadenarse los angustiosos acontecimientos finales que todo adventista espera, como preámbulo del final feliz que describe Ellen White en sus escritos. El mundo entero se uniría en contra nuestra para perseguirnos encarnizadamente, especialmente los católicos y el “protestantismo apóstata”; todos capitaneados por el sumo pontífice de Roma y los Estados Unidos; dejando a un lado así los intereses económicos, y las creencias religiosas tan opuestas que sustentan. Todo eso, con la finalidad de obligarnos a “guardar el Domingo” como observación religiosa, en lugar del Sábado, so pena de muerte. Este escenario, considerado quizás improbable desde el punto de vista humano, tendría un cumplimiento segurísimo en mi opinión, ya que así lo establecía nuestra elaborada y detallada interpretación profética; que al encajar perfectamente con todas esas fechas que manejábamos, y además estar refrendada por nuestra “mensajera del Señor” en sus “testimonios”, hacía que se descartara de plano toda equivocación al respecto. Pero el futuro me reservaba una gran sorpresa. A finales de Dic./2001, buscando en Internet
temas religiosos, encontré el site www.ellenwhite.org , en el cual se atacaba la legitimidad del don profético de la Sra White, y a la doctrina adventista en general. Mi primera reacción fue de indignación, y luego de consultar con algunos hermanos, decidimos que íbamos a enfrentar de manera conjunta a esos señores. Finalmente, la desidia, el desinterés, y el temor, se hicieron presentes, y tuve que emprender el camino en forma solitaria. Lo primero que hice, fue verificar el tipo de personas que realizaban estos ataques. Allí encontré gentes con muchas raíces en la iglesia. Había adventistas de tercera y cuarta generación, así como laicos y ministros con muy buena reputación. Eso me preocupó, porque yo esperaba encontrar detrás de todo esto, a los “temibles jesuitas católicos”. Algo muy grande tiene que haber ocurrido, razoné en mi interior, para que estos hermanos y pastores dieran un viraje tan drástico, en contra del “pueblo de Dios” y su “profetisa”. Comencé a estudiar profundamente el material presentado en esa página, con el fin de refutarlo, pero realmente me encontré en un callejón sin salida. No encontraba explicación adecuada, a todo lo que se planteaba allí. Mi confusión aumentaba cada día más. El fantasma de “la mentira White”, comenzó a rondar en mi cabeza. Tuve acceso a los testimonios de Ex –adventistas, que relataban sus experiencias, y exponían sus frustraciones y desengaño, al comprobar la falsedad de todo el asunto. Un hermano y amigo, me recomendó consultar la página del Centro White en español, (centrowhite.uapar.edu); para colmo de males, allí encontré la declaración oficial de esa institución en defensa de las acusaciones de plagio a la Sra White, y la consideré inaceptable. Poco a poco, fueron encajando todas las piezas del rompecabezas, y compungido, alcancé a ver claramente el complejo diseño de todo el sistema de engaño. Lo imposible se hizo realidad ante mis propios ojos. Ellen White era un fraude, y la alta dirigencia siempre lo había sabido, aún desde el mismo inicio de la “obra adventista”. Pero todo esto se había ocultado magistralmente a la hermandad, y los disidentes neutralizados; de tal manera que en mi caso, me enteré fortuitamente de ello, luego de casi 40 años. Deprimido y amargado, consulté al Señor en oración, y repentinamente llegó a mi mente un pensamiento: ”volver a la Biblia, sin opiniones preconcebidas”. Entonces medité en lo que pasaría si comenzaba a re-estudiar las Escrituras, partiendo de cero; es decir, dejando de lado completamente todo lo que se me había enseñado. A partir de ahí, estoy viendo claramente el sentido llano y simple de la Palabra de Dios. He podido comprobar que no es cierto, que un puñado de teólogos adventistas, sean los únicos capaces de interpretarla correctamente, con el agravante de que nunca se ponen de acuerdo entre ellos mismos. La Biblia es un tesoro abierto para todo el mundo, basta con que dejemos al Señor hablarnos a través de ella, y no tratar de imponerle nuestra perspectiva. Los invito a experimentar eso, luego de compartir conmigo, las reflexiones expresadas en los temas que siguen a continuación.
“Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz” (Lucas 8:17). Acusaciones de Plagio Actualmente, uno de los problemas más significativos en la Iglesia Adventista, es la cuestión del plagio. Específicamente se afirma, que Ellen White copió aproximadamente el 80% de lo que escribió, sin reconocer sus autores originales, pero atribuyendo sus escritos a la inspiración divina. Durante muchas décadas, la dirigencia ha estado enterada de estas acusaciones, y el Centro White ocultando información vital de investigadores legítimos. En 1982, Walter Rea, a la sazón pastor activo de la iglesia, publicó el libro “la mentira White”, donde él documentaba y explicaba ampliamente los resultados de sus investigaciones, sobre los plagios en los escritos de la Sra White. No obstante, la organización ha continuado publicando y vendiendo estos libros, sin dar a conocer a los lectores su real procedencia, convirtiéndose de esta manera en cómplices de la iniquidad cometida. Hace unos años, la máxima dirigencia Adventista contrató abogados, para que examinaran la cuestión de si las actividades plagiarias de la Sra White, eran ilegales o no en ese tiempo. De esta manera, se admite indirectamente que ella sí copió grandes porciones de obras ajenas. Pero la iglesia estima, que no puede darse el lujo de reconocer esto, porque sus doctrinas distintivas descansan en las obras de Ellen White, y si ella cae, la iglesia también. Era necesario encontrar una alternativa, porque causaría demasiados trastornos admitir que la base misma de la iglesia era fraudulenta. Y por eso, los dirigentes trataron de efectuar un lavado. Si no podían afirmar que Ellen no había plagiado a gran escala, tenían que encontrar un modo de blanquear sus acciones, y “explicarlas” adecuadamente. En este proceso no tuvieron en cuenta, que lo que realmente estaba en juego no eran las leyes de los hombres, sino algo muy superior; la ley divina. En consecuencia, ha resultado un gran negocio que ha reportado miles de millones de dólares, la comercialización durante tantos años, de obras “maravillosas e inspiradas” que realmente no son tales, sino simples apropiaciones del trabajo literario e intelectual de otros. Veamos algunos casos: 1) H. L. Hastings, publicó un folleto titulado: “LA GRAN CONTROVERSIA ENTRE DIOS Y EL HOMBRE”. Varios años después, El 14 de marzo de 1858, Ellen White tuvo su famosa visión en Lovett´s Grove acerca de “El Gran Conflicto”. De manera interesante, apenas cuatro días más tarde, el 18 de marzo de 1858, una reseña del libro de Hastings apareció en la revista Review de Jaime White. En seguida, fue obvio que los White estaban familiarizados con esta obra, antes de la visión de Ellen. Apenas seis meses después de que apareciera la reseña, Ellen publicó su propia versión del libro de Hastings, la cual tituló Dones Espirituales, tomo 1. Más tarde, este libro evolucionó hasta convertirse en El Gran Conflicto, o Conflicto de los Siglos. En años recientes, el erudito Adventista del Séptimo Día, Dr. Don McAdams observa: “Ellen White no sólo tomaba prestados párrafos aquí y allá según los encontraba en el curso de sus lecturas, sino que
en realidad seguía a los historiadores página tras página, dejando fuera mucho material, pero usando su secuencia, algunas de sus ideas, y a menudo sus palabras. En los ejemplos que he examinado, no he encontrado ningún hecho histórico en su texto que no esté en el texto de ellos”. Aunque muchos encuentran ‘El Conflicto’, como un libro interesante y reflexivo, difícilmente puede considerarse una obra original. Todos los temas principales de este, fueron desarrollados anteriormente y comentados por otros autores, muchos de ellos no Adventistas. Una parte considerable de este libro fue realmente proporcionada por W.W. Prescott, integrante de la cúpula dirigencial adventista, e incorporada por los redactores, según lo registra su propio testimonio al respecto. Es difícil, si no imposible, apuntar a cualquier idea o hecho histórico que de verdad se originara en Ellen White. 2) Ellen White “llegó tarde” a la reforma pro salud. Mientras que ella no recibió su primera “visión” sobre esto, sino hasta 1863, ya para comienzos de la década de 1850 el movimiento de la reforma pro salud estaba en su apogeo en los Estados Unidos. Los conferencistas viajaban por todo el país, promoviendo una dieta vegetariana, y advirtiendo contra el alcohol, y el tabaco. Contrariamente al mito popular, la Sra. White trajo al mundo pocas nuevas reformas sobre la salud, si es que trajo alguna. La mayoría de sus enseñanzas sobre este tema, si no todas, estaban siendo fomentadas por otros antes que ella. Por ejemplo, en 1844, 19 años antes de la primera “visión” de la Sra. White sobre la reforma pro salud, la Sra. M. L. Shew publicó la tercera edición de un libro de 156 páginas sobre la reforma pro salud titulado “Water Cure for Ladies”. En él, la Sra. Shew enseña que: “El alcohol es un veneno mortal. Las medicinas a base de drogas son ‘de lo más perniciosas’. La sal debe ser eliminada de la dieta. Las especias, como la mostaza, la pimienta, y el vinagre, son ‘perniciosas’. El té es ‘uno de los venenos más destructores’. El tabaco es un veneno muy poderoso. El baño diario, el ejercicio, y el aire puro son importantes para la buena salud. Debe usarse crema en vez de mantequilla. Una dieta vegetariana contribuye a la salud. Es difícil para el cuerpo digerir el queso. Las comidas deben estar separadas por un período de seis horas. Dos comidas al día son ‘mejores para personas sedentarias’. El pan es ‘el sostén de la vida’. El pan recién horneado no debe comerse mientras todavía está caliente”. 3) Ellen tenía disponible una biblioteca, de más de 1200 ejemplares. Ella y sus secretarias asistentes, usaron 33 libros para componer El Deseado de Todas las Gentes. El Pastor A.G. Daniels, a la sazón presidente de la Conferencia General, declaró en un congreso bíblico de 1919: “En Australia, vi componer ‘El Deseado de Todas las Gentes’, y vi reescribir capítulos, algunos de ellos una y otra y otra vez”. Algunas de las obras utilizadas fueron: Life of Christ, por William Hanna, Night Scenes of the Bible y Walks and Homes of Jesus, ambos por Daniel March, The Desire of Ages Project. De John Harris, The Great Teacher; de Frederick Farrar, The Life of Christ; de George
Jones, Life-Science From the Four Gospels; de Alfred Edersheim, The Life and Times of Jesus the Messiah; de J. H. Ingraham, The Prince in the House of David; de Francis Wayland, Salvation by Christ; y de John Cumming, Sabbath Evening Reading on the New Testament; St. John”. El Dr. Fred Veltman, del Pacific Union Collage, realizó una investigación tomando quince capítulos del Deseado, y encontró que el 31% de esta muestra había sido derivado de otros autores. Pero en general, se estima que el 90% del total de esta obra, fue copiado de otros libros. Evidencia de Deshonestidad Pero, durante toda su vida, y durante los años subsiguientes, han salido a relucir una y otra vez informes en el sentido de que Ellen White no fue honesta en cuanto a la fuente de su información. Especialmente en las últimas dos décadas, los investigadores han descubierto tal montaña de evidencia probando el plagiarismo de Ellen White, que la iglesia Adventista del Séptimo Día se ha visto obligada a emprender sus propias investigaciones. Walter Rea Demostró el Plagiarismo de EGW. En enero de 1980, Walter Rea (en ese entonces pastor ASD y profesor de Biblia en escuelas superiores) presentó a los dirigentes de la iglesia la evidencia que había descubierto. Rea demostró que Ellen White había copiado tanto material de otros autores que apenas si hay un pensamiento original en alguno de sus libros. Esto estremeció terriblemente al Adventismo del Séptimo Día. En consecuencia, la Conferencia General auspició una investigación de ocho años de duración de la propia iglesia, sobre el libro El Deseado de Todas las Gentes ( The Desire of Ages), que en aquel entonces se consideraba el más auténtico de los muchos libros de Ellen White, para establecer si ella realmente había copiado o no. Fred Veltman Demostró Que EGW Había Mentido. El equipo de investigación de la denominación estuvo dirigido por uno de los suyos, el Dr. Fred Veltman (en ese tiempo director del Departamento de Religión del Pacific Union College). Después de la presentación inicial del Dr. Veltman, se publicó un resumen en los números de octubre y diciembre de 1999, de Ministry, la revista oficial de la iglesia Adventista del Séptimo Día para el clero. La mayoría de los pastores y laicos ASD no tienen ni idea de la existencia del informe Veltman, aunque el texto completo está disponible por medio del Pacific Union College. El informe oficial Veltman llegó con franqueza a la conclusión de que, no sólo había Ellen White copiado vorazmente las obras de otros escritores, sino que tanto ella como sus colaboradores habían mentido deliberadamente para ocultar la verdad. He aquí dos conclusiones del informe Veltman: “Es de primordial importancia observar que la misma Ellen White, no sus asistentes literarias, compuso el contenido básico del texto de “Deseado de todas las gentes” (Desire of Ages). Al hacerlo, ella fue la única que tomó expresiones literarias (copió) de las obras de otros autores sin darles crédito como sus fuentes (plagiarismo). Segundo, hay que reconocer que Ellen White usó escritos ajenos consciente e intencionalmente. ... Ellen White, y otros que hablaban en nombre de
ella, no admitieron, ni implícita ni explícitamente, y hasta negaron, la dependencia literaria de parte de ella”. -- The Desire of Agges Project: The Conclusions”, Ministry, Noviembre 1990, p. 11. Cuando el Dr. Veltman fue cuestionado sobre las repetidas afirmaciones de Ellen White de que ella sólo escribía lo que el Señor le había mostrado en visión y que ella no había copiado las obras de otros autores, contestó: “De partida, tengo que admitir que, a mi parecer, este es el problema más serio al que hay que enfrentarse en relación con la dependencia literaria (las copias) de Ellen White. Es un golpe directo al corazón de su honestidad, su integridad, y por lo tanto, de su confiabilidad”. Ibid., p. 14. ¡Asombroso!. ¡El informe oficial de la iglesia Adventista del Séptimo Día llegó a la conclusión de que Ellen White copió material de otros autores consciente y deliberadamente, y que ni ella ni sus asociados admitieron, y aun negaron, que ella había copiado! El mito de que Ellen White escribió bajo la inspiración directa de Dios simplemente no cuadra con los hechos. ¿Cuánto material copió Ellen White? El Dr. Veltman arribó a la conclusión de que ella había copiado tanto material de otros escritores que: “El contenido del Deseado de Todas las Gentes (The Desire of Ages), es en su mayor parte derivado (copiado) más bien que original. ... En términos prácticos, esta conclusión declara que, en los escritos de Ellen White sobre la vida de Jesús, no se puede reconocer ninguna categoría general de contenido o catálogo de ideas que sean propias de ella”. -- Ibid., p. 12. Recuérdese, esto no fue lo que los opositores de Ellen White dijeron de ella; ¡fue la conclusión a la que llegó el propio equipo de investigación, cuidadosamente escogido, de la iglesia Adventista del Séptimo Día!. Pero nada de esto era nuevo para los dirigentes de la iglesia. La Conferencia Bíblica de 1919 Hace siete décadas, y cuatro años después de la muerte de Ellen White, la iglesia Adventista del Séptimo Día reunió a sus máximos dirigentes, teólogos, editores, y eruditos en un intento por tomar una decisión mutuamente aceptable sobre la validez del ministerio de Ellen White. Se reunieron en las oficinas centrales de la iglesia en Takoma Park, Washington D. C., durante una Conferencia Bíblica que habría de durar la mayor parte de julio y parte de agosto. Más de cincuenta personas asistieron a esas reuniones. Esas personas incluían a: Arthur G. Daniells, Presidente de la Conferencia General; G. B. Thompson, Secretario de Campo de la Conferencia General; W. W. Prescott, Secretario de Campo de la Conferencia General; C. S. Longacre, Secretario de la Associación de Libertad Religiosa; F. M. Wilcox, Redactor de Review and Herald; M. C. Wilcox, Redactor de Libros de Pacific Press; H. C. Lacey, Profesor de Religión en el Foreign Mission Seminary; C. L. Taylor, Director del Departamento de Biblia del Canadian Junior Collage; J. N. Anderson, Profesor de Biblia del Washington Foreign Mission Seminary; y otros.El 30 de julio y el 1 de agosto, las reuniones se enfocaron especialmente sobre Ellen White como “el Espíritu de Profecía”. Según las minutas oficiales, once veces durante esos dos días se les pidió a los más importantes oficiales de la iglesia
Adventista del Séptimo Día una decisión autorizada sobre la inspiración de ella -- y once veces evitaron esa decisión. El carácter de esa discusión se percibe a través de los siguientes extractos breves: “F. M. Wilcox: ‘Creo que tenemos entre manos un asunto muy delicado, y me molestaría muchísimo que se influyera en el campo y en cualquiera de nuestras escuelas para que se descontaran los Testimonios (de Ellen White). Hay gran peligro de una reacción, y estoy realmente preocupado. He oído preguntas aquí que han dejado la impresión en mi mente de que, si se hacen las mismas preguntas en clase cuando regresemos a nuestras escuelas, vamos a tener serias dificultades. Creo que hay muchas preguntas que deberían ser retenidas y no discutidas. ... No creo necesario que contestemos cada una de las preguntas que se nos hagan. ... Creo que, si destruimos la fe en ellos (los Testimonios), vamos a destruir la fe en el fundamento mismo de nuestra obra. ... Y, a menos que estas preguntas puedan manejarse de la manera más diplomática, creo que vamos a tener serios problemas’. “J. N. Anderson: ‘¿Podemos retener esas cosas y ser fieles a nosotros mismos? Además, ¿no corremos peligro al hacerlo? ¿Es correcto dejar que nuestro pueblo en general continúe siendo fiel a la inspiración verbal de los Testimonios? Cuando hacemos eso, ¿no estamos preparándonos para una crisis que será muy seria algún día?’ “M. E. Kern: ‘La pregunta es, ... ¿cómo podemos pensar, y creer, y saber que hay inconsistencia aquí, -- algo que no está bien, -- y sin embargo creer que el Espíritu de Profecía (Ellen White) es inspirado? ... La cuestión es cómo presentar estas cuestiones a la gente´”. Esas eran las preguntas con las cuales luchaban los dirigentes Adventistas del Séptimo Día en 1919, sólo cuatro años después de la muerte de Ellen White. Reconocían claramente su dilema: ¿cómo admitir que Ellen White no era inspirada verbalmente -- cómo admitir que ella no era fiable en ninguna área -y todavía preservar la fe de la gente en la iglesia, su organización, y sus doctrinas?. Por otro lado, como dirigentes que conocen estas cosas sobre Ellen White, ¿cómo podemos mantener nuestra propia integridad y continuar enseñando los antiguos mitos de los Adventistas del Séptimo Día?. Y si enseñamos los antiguos mitos sobre Ellen White, ¿no estamos preparando a la iglesia para una futura crisis cuando salga a luz la verdad?. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER Los Adventistas y la Verdad (Segunda parte) Los Adventistas Y la Verdad (Segunda parte) El Veredicto de los Dirigentes en 1919 Esos eran los puntos en disputa. ¿Cuál fue su veredicto? Se hizo muy evidente para los dirigentes Adventistas que la influencia de Ellen White sobre la membresía de la iglesia era demasiado fuerte, y las alternativas demasiado riesgosas para hacer cualquier declaración oficial repudiando el ministerio de ella.
Sin embargo, es útil mirar aquello sobre lo que los máximos dirigentes de la iglesia Adventista del Séptimo Día estuvieron de acuerdo extraoficialmente en relación con Ellen White durante la Conferencia Bíblica de 1919. Estuvieron de acuerdo sobre once puntos críticos relacionados con el ministerio de Ellen White. Veamos algunos de estos: 1. Ellen White no era inspirada verbalmente. “A. G. Daniells: ‘Yo asumo la posición de que los Testimonios no son inspirados verbalmente, y que fueron preparados por las secretarias y redactados para darles la correcta forma gramatical. ... Es inútil ponerse de pie y hablar de la inspiración verbal de los Testimonios, porque todo el que alguna vez haya visto hacer el trabajo sabe que no es así, y ¡que es mejor que lo descartemos!’. “F. M. Wilcox: ‘Por muchos años he sabido cómo se componían las obras de la Hermana White y cómo se compilaban sus libros. Nunca he creído en la inspiración verbal de los Testimonios’. “G. B. Thompson: ‘No son inspirados verbalmente, --- eso lo sabemos, --- ¿y para qué enseñar que lo son?’ 2. Ellen White no era infalible como persona. “A. G. Daniells: ‘Ahora, acerca de la infalibilidad. ... Cuando se toma la posición de que ella no era infalible, y que sus escritos no son inspirados verbalmente, ¿no hay oportunidad para que se manifieste lo humano? ... ¿Y debemos sorprendernos?. Cuando sabemos que el instrumento era falible, y que las verdades generales, como ella dice, fueron reveladas, ¿no estamos preparados para ver errores? 3. Ellen White no era infalible en sus interpretaciones de la Biblia. “C. L. Taylor: ‘Quisiera pedirle que discuta para nosotros el valor exegético de los Testimonios. ... ¿Podemos aceptar las explicaciones que ella da sobre las Escrituras? ¿Son confiables esas explicaciones?’ A. G. Daniells: ‘Es posible que haya algunas dificultades con cuestiones muy críticas’. 4. Ellen White copió material de otros autores sin darles crédito, asegurando al mismo tiempo que era inspirada por Dios. “A. G. Daniells: ‘Ahora, ustedes saben algo sobre ese librito, (Sketches From) the Life of Paul [Bosquejos de la Vida de Pablo] (originalmente publicado en 1883). Conocen el problema en que nos metimos a causa de eso. Nunca pudimos reclamar inspiración para la totalidad del pensamiento y la preparación del libro porque fue hecho a un lado por lo mal que había sido compuesto. No se les dio crédito a las autoridades correspondientes, y algo de eso se coló en El Conflicto de los siglos (The Great Controversy). ... Supongo que todos ustedes saben acerca de eso y conocían las afirmaciones que se hacían contra ella, las acusaciones de plagio que se le hacían, hasta por los autores del libro, Conybeare y Howson, y que probablemente causarían dificultades a la denominación debido a lo mucho de su libro que había sido puesto en (Sketches From) the Life of Paul sin darles crédito y sin poner comillas. ... Yo lo encontré, y lo leí con el hermano Palmer cuando lo encontró, y conseguimos el libro de Conybeare y Howson, y History of the Reformation, de Wylie, y leímos palabra por
palabra, página tras página, y no había comillas, ni créditos, y la verdad es que yo no supe la diferencia sino hasta que los comparé. ¡Supuse que era la obra de la hermana White! ... Allí vi la manifestación de lo humano en estos escritos. Por supuesto, yo podría haber dicho esto, y lo dije, que ojalá se hubiese tomado un rumbo diferente en la compilación de los libros. Si se hubiese tenido el debido cuidado, se habría evitado que mucha gente se descarriara. ... ‘ “W. W. Prescott: ‘Yo no quiero acusar a nadie. Pero sí creo que se cometieron grandes errores de ese modo. ... Cuando hablé con W. C. White sobre esto ... me dijo con franqueza que, cuando sacaron El Conflicto de los siglos (The Great Controversy), si no encontraban nada en sus escritos sobre ciertos capítulos para hacer las conexiones históricas, tomaban otros libros, ... y usaban porciones de ellos. . 5. La inspiración divina de Ellen White es cuestionable. “F. M. Wilcox: ‘Me gustaría preguntarle, hermano Daniells, si podría aceptarse como una especie de regla que la hermana White podría estar errada en los detalles, pero que tenía autoridad sobre la política general y la enseñanza. ... Me parece que yo tendría que aceptar lo que ella dice de algunas de esas políticas generales o descartar toda la cuestión. O el Señor ha hablado por medio de ella, o Él no ha hablado por medio de ella; y si la cuestión es decidir en mi propia opinión si Él ha hablado o no, entonces yo considero los libros de ella de la misma manera que cualquier otro libro publicado. Creo que una cosa es que un hombre estultifique su conciencia, y otra muy distinta que estultifique su juicio. Una cosa es que yo haga a un lado mi conciencia, y otra que yo cambie mi juicio acerca de algunos puntos de vista que yo sostengo’. A. G. Daniells: ‘Nosotros no creamos ese problema. ¿O sí? Nosotros los de la Conferencia General no lo creamos, pues no hicimos la revisión. Nosotros no participamos en eso. No tuvimos nada en absoluto que ver con eso. Todo se hizo bajo la supervisión de ella. Si hay un problema aquí, lo creó ella, ¿no es así?’ 6. Si los escritos de Ellen White tienen que ser corregidos, ¿cómo se puede afirmar que el resto de su obra fue inspirado? “W. W. Prescott: ‘He aquí mi problema. He examinado esto, El Conflicto de los Siglos (Great Controversy), y sugerido cambios que deberían hacerse para corregir afirmaciones. Estos cambios han sido aceptados. Mi problema personal es conservar la fe en aquellas cosas con las cuales no puedo tratar sobre esa base. ... Si corregimos aquí y allá, ¿cómo vamos a quedar en los otros lugares?’ 7. Si la iglesia hubiera dicho la verdad sobre Ellen White, no tendría los problemas que tiene ahora. “G. B. Thompson: ‘ Creo que estamos en este problema a causa de la errónea educación que ha tenido nuestro pueblo. Si hubiésemos enseñado la verdad siempre sobre este asunto, no tendríamos ningún problema ni disgusto en la denominación actualmente. ¡Pero tenemos el disgusto porque no hemos enseñado la verdad!’ Los borradores de la Conferencia Bíblica de 1919 bajo llave y candado!
Después de discutir cada uno de estos temas y llegar a un acuerdo extraoficial sobre ellos, el Presidente de la Conferencia General, A. G. Daniells, solicitó que los borradores oficiales de sus discusiones fueran puestos bajo llave por los siguientes cincuenta años. De esta manera, la mejor oportunidad para que los dirigentes de la iglesia comunicaran “la verdad” sobre Ellen White, había pasado. Los registros oficiales de esa Conferencia Bíblica de 1919 fueron archivados hasta diciembre de 1974, cuando el Dr. Donald Yost los descubrió envueltos en papel en una bóveda en la Conferencia General. Los paquetes contenían aproximadamente 2.400 hojas mecanografiadas transcritas de las notas estenográficas oficiales tomadas en las reuniones. Declaración oficial del Centro White ¿Fue Elena de White una plagiaria?. Elena de White hizo a menudo uso de fuentes literarias para comunicar sus mensajes. En la introducción a uno de sus más populares libros ella escribió: “En algunos casos cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores como autoridades, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto. Y al referir los casos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado” (El conflicto de los siglos, p. 14). El uso por Elena de White de otros autores no estaba limitado al material histórico o geográfico, sino que incluyó también otros temas. La investigación ha encontrado que ella enriqueció su escritos con expresiones selectas de sus lecturas más extensamente de lo que se sabía, aunque la cantidad que ha sido documentada hasta ahora, es un pequeño porcentaje (menos de 2 %), cuando es medido en contra de su producción literaria total. En 1980 el Dr. Fred Veltman, en aquel tiempo Director del Departamento de Religión del Colegio de la Unión Pacífico, emprendió un detallado análisis del uso de las fuentes literarias del libro El Deseado de todas las gentes, estudio que le llevó ocho años completarlo. Copias del informe completo, de 2.561 páginas, fueron distribuidas a las bibliotecas de los colegios y universidades Adventistas del Séptimo día por todo el mundo. El informe completo, incluyendo el sumario de 100 páginas, está también disponible online en la página web de la Asociación General. Buscar “Life of Christ Research Project” bajo “Categories” en http://archives.gc.adventist.org/ast/archives/ En virtud de que ella incluye tales selecciones de otros autores en sus escritos, los críticos han acusado a Elena de White de plagio. Sin embargo, el mero uso de otros idiomas no constituye hurto literario, como observa el abogado Vincent L. Ramik, un especialista en patentes, marca registrada, y casos de copyright. Después de investigar cerca de 1.000 casos de copyright en la historia legal de Estados Unidos, Ramik emitió una opinión legal de 27 páginas en que concluye: “Elena G. de White no era una plagiaria y sus obras no
constituyeron una violación del copyright/ o piratería”. Ramik destacó varios factores que los críticos de Elena de White han errado en tomar en cuenta cuando la acusan de hurto literario y engaño. 1) Sus selecciones “permanecieron bien dentro de los límites legales del ‘uso correcto.’” 2) “Elena de White usó los escritos de otros; pero en la manera en que los usó, los convirtió singularmente en suyos”, adaptando las selecciones dentro de su propio marco literario. 3) Elena de White motivó a sus lectores a adquirir copias de algunos de los muchos libros que ella usaba, demostrando que no intentó ocultar el hecho de su uso de las fuentes literarias, y que no tuvo intención de defraudar o reemplazar las obras de cualquier otro autor. Elena de White “no copió en masa o sin discriminación. Lo que seleccionó o no seleccionó, y la manera como alteró lo que seleccionó” revela que ella usó fuentes literarias “para ampliar sus temas trascendentes o para expresarlos más vigorosamente; ella era la dueña, no la esclava, de sus fuentes” (Herbert Douglass, Mensajera del Señor, p. 462). Declaraciones de Ellen White sobre su obra Estos libros contienen la verdad clara, honesta, e inalterable, y ciertamente deberían ser apreciados. Las instrucciones que contienen no son de humana producción. (Carta H-339, Dic. 26, 1904). En estas cartas que yo escribo, ... les presento lo que el Señor me ha presentado a mí. Yo no escribo ni un sólo artículo sobre el papel expresando meramente mis propias ideas. Ellas son lo que Dios ha abierto delante de mí en visión - preciosos rayos de luz que brillan desde el trono.” (Testimonies, Tomo 5, pp. 63-67). En la carta 22, de 1889, Ellen White declara lo siguiente: “Dios no ha ordenado a nadie para que pronuncie juicio sobre su Palabra, eligiendo algunas partes como inspiradas y desacreditando otras como de no inspiradas. Los testimonios han sido tratados de la misma manera, pero Dios no aprueba esto.” los adventistas y la verdad (Tercera parte) Adventistas y Testigos Los adventistas, atacan a los testigos de Jehová, porque en base a Mateo 24:34, afirman: “Las Escrituras muestran claramente que la ‘generación’ que vio el principio de la presencia de Cristo (en 1914), también vería el ‘gran día de Jehová’ en el cual él ejecuta juicio contra todos los que practican la injusticia”. (Página 176, párrafo 2 del libro “Unidos”). Entonces, como esta declaración implica que esa generación de 1914 “no pasaría”, sin que se produjeran esos acontecimientos, ellos le achacan a los testigos sostener una doctrina falsa, porque aún no ha llegado “el fin” y no hay nadie vivo de esa generación. Pero lo más extraño es, que en forma similar, los adventistas creen que la caída de las estrellas en 1833, el oscurecimiento del sol en 1780, y el terremoto de Lisboa en 1755, eran las señales precursoras de la Segunda Venida de Cristo. Entonces, también en base a Mateo 24:34, consideran que la “generación” que vio esas señales “no pasaría”, sin presenciar el inminente retorno del Señor; tal como lo
afirma Ellen White, en el Deseado de Todas las Gentes, págs. 585 y 586: “Cristo declaró que al final de la gran persecución papal, el sol se obscurecería y la luna no daría su luz. Luego las estrellas caerían del cielo….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan”. ‘Estas señales han aparecido’…con seguridad que la venida del Señor está cercana”. Luego, tomando como base esa afirmación de la Sra White, el Comentario Bíblico Adventista, también nos dice: “Cristo afirmó que las señales mencionadas en estos versículos, ocurrirían tan cerca del día de su venida que la generación que viera las últimas señales no moriría antes de ver que se cumplieran todas estas cosas, es decir, que verían no sólo las señales, sino también la venida de Cristo y el fin del mundo”. Entonces, es evidente que los adventistas enfrentan actualmente un terrible dilema profético, porque esa generación que presenció las llamadas “señales del fin”, ya no existe. En consecuencia, estamos en presencia de una interpretación bíblica muy importante, claramente falsa; esto, a pesar de que supuestamente se trata de una declaración inspirada por el Espíritu Santo. Pero lo más grave de este asunto, es que no se han tomado los correctivos de lugar, y estas “señales del fin” continúan enseñándose en las iglesias adventistas; aunque claro está, sin aludir a la “generación que no pasaría” , mencionada por Ellen White en sus escritos, con el evidente propósito de ocultar a la hermandad su claro error, y mantener así su pretendida infalibilidad y confiabilidad profética. En una fallida defensa de Ellen White, algunos han señalado que ella no era teóloga, y que aquí está haciendo un simple comentario, que puede no estar exento de error. Pero, si examinamos detenidamente su categórica declaración, podemos ver que ella le atribuye a Cristo lo que está afirmando: “Cristo declaró….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación…”. Entonces, esto no es un simple comentario, aquí hay una afirmación contundente de ella, atribuyéndole esto a Jesucristo. ¿Puede alguien citar un profeta o apóstol, que hiciera algo semejante, poniendo en boca del Señor una falsedad? También, otros mencionan 1Tes. 4:1517: “….nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor.…. y los muertos en Cristo…nosotros, los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes...”. Luego, como este evento no se cumplió en vida de Pablo, entonces alegan: ¿es él un falso profeta?. Veamos: -El hecho de que Pablo se incluyera en el grupo de los “vivos”, y a la vez hiciera lo mismo con los Tesalonicenses que recibieron esta carta, no puede indicar de ninguna manera, que el apóstol estaba asegurando que él y todos los demás estarían vivos para el regreso de Cristo. Lo primero que debemos tener en cuenta, es que Pablo no hizo una alusión personal, sino general: “…que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor…”; por lo tanto, es evidente que nadie en particular, al leer esto, podía tomarse el texto para sí mismo y aplicárselo. También, tenemos que considerar, que el objetivo específico de este pasaje, no era enfocar la proximidad o lejanía de la venida del Señor, sino el asunto de la resurrección de los
muertos en Cristo. Leamos: “Tampoco queremos hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza…traerá Dios…a los que durmieron en él….no precederemos a los que durmieron…y los muertos en Cristo resucitarán primero…seremos arrebatados juntamente con ellos….Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. Además, el mismo apóstol Pablo, por si acaso, se encargó de despejar cualquier duda al respecto. Veamos la segunda epístola a los propios Tesalonicenses, en el 2:1-5: “Pero con respecto a la venida de nuestro señor…que no os dejéis mover fácilmente…ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe…porque no vendrá sin que antes venga la apostasía..” En resumen, resulta contraproducente e inútil, pretender disculpar los evidentes errores de la Sra White, con supuestas fallas de los profetas y escritores de la Biblia. Viendo todo esto, quizás sería bueno y sabio, atender lo que la palabra del Señor dice en Deuteronomio 18:22: “Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, es palabra que Jehová no ha hablado…no tengas temor de él”. El “principio del día por año”- Reexaminado La posición adventista oficial, sobre el llamado “principio de día por año”, (que está vigente, y continúa enseñándose en las iglesias), está reflejada en las palabras de Ellen White, según se registra en los libros “El conflicto de los Siglos”, y “Profetas y Reyes”: “En la profecía, un día representa un año”; “El Señor establece este principio, en Núm. 14:34, y Ezeq. 4:6”. Es decir, que aquí se establece un fundamento bíblico sencillo, aplicable a todas las profecías, según estas declaraciones consideradas inspiradas. Vamos pues a realizar un examen, de la posición señalada: - Al leer Números 14:34 y Ezequiel 4:6, podemos ver que la mecánica es la misma, esto es, un castigo puntual para una desobediencia específica; tampoco se observa de ninguna manera, la intención de fijar una norma o principio general. En Números tenemos la secuencia: Castigo(año) - Desobediencia(día); pero en Ezequiel tenemos: Castigo (día)- Desobediencia(año). En otras palabras, Números predice: “1 año de castigo para el futuro, por cada día de desobediencia del pasado”; mientras que Ezequiel establece: “1 día de castigo para el futuro, por cada año de desobediencia del pasado”. En consecuencia, estos versículos resultan ser opuestos o excluyentes; dicen lo contrario. Entonces, si tenemos que Núm. profetiza años (futuro) en base a días (del pasado); y por otra parte Ezeq. predice días (futuro) en base a años (del pasado); ¿Cómo se puede tratar de establecer, un supuesto paralelismo entre ambos textos?. ¿No es evidente que el sentido de ambos es opuesto?. ¿Cómo una profecía en años (la de Núm.), puede ser equivalente a otra expresada en días (la de Ezeq.)? -Veámoslo ahora de esta manera: Observando cuidadosamente los textos de Números 14:34 y Ezequiel 4:6, tenemos que realmente, ambos son profecías literales. Porque allí, ¿cuál es la profecía, o el
futuro predicho?. En Núm. son profetizados 40 años de castigo, y en Ezeq. son predichos 430 días de castigo; todo lo cual se cumplió literalmente, según se había anticipado. O sea, que tampoco aquí se estipulaba el “día por año”; esto así, debido a que en estos textos, lo que hubo fue una explicación de la magnitud o cuantía del castigo; de ahí que en ambos casos, el Señor hiciera referencia a la desobediencia del pasado, en relación con el castigo predicho. Algo muy diferente, se observa en las demás profecías; es decir, ¿Porqué 120 años para el diluvio, y no 100 u otra cantidad?; ¿Porqué 40 días para la destrucción de Nínive, y no otra cifra?; es evidente, que el Señor tuvo sus razones, pero no las explicó, como fue en los casos de Números y Ezequiel. -Haciendo abstracción de las contenidas en el libro de Daniel, todas las profecías de tiempo del Antiguo Testamento, tanto anteriores como posteriores, a Números y Ezequiel, son también literales; veamos: 1.- Gén. 6:3; 120 años del diluvio. 2.- Gén.15:13; 400 años del cautiverio en Egipto. 3.-Gén.40:12-19; Los 3 días del copero; y los 3 días del panadero; en Egipto. 4.- Gén.41:26-30; Los 7 años de abundancia; y los 7 años de escasez; en Egipto. 5.- 2 Samuel 24:1315; Los 3 días de plaga sobre Israel; en el reinado de David. 6.- Isaías 7:8; Los 65 años sobre Efraín, o Israel- reino del norte. 7.- Isaías 16:14; 3 años sobre Moab. 8.- Isaías 21:16; 1 año, profetizado sobre Arabia. 9.- Isaías 23:15; 70 años sobre Tiro.10.- Isaías 32:9-10; “algo más de 1 año”; profetizado sobre “mujeres de Jerusalén”. 11.- Jer. 25; 70 años sobre Jerusalén. 12.- Ezeq. 29:11-13; 40 años, sobre Egipto. 13.- Ezeq. 39:9; 7 años, sobre Gog. 14.- Ezeq. 39:11-12; también 7 meses, sobre Gog, . 15.- Jonás 3:4; 40 días sobre Nínive. Si a estas 15 profecías, le agregamos la de Daniel 4 sobre los siete tiempos de Nabucodonosor, tendríamos entonces un total de 16 profecías completamente literales, registradas claramente en la Biblia, lo cual constituye un mentís rotundo, a la suposición de la existencia del “día por año”. Por otra parte, las debilidades que se han venido señalando, a la posición de que: “En la profecía, un día representa un año”; Y, “El Señor establece este principio, en Núm. 14:34, y Ezeq. 4:6”; ha inducido a algunos estudiosos adventistas, a proponer la novedosa idea, de que: “las ‘70 semanas’ de Daniel 9, son a la vez el “principio” y la “prueba” del “día por año”, para profecías escatológicas”; pasando entonces a considerar como “antecedentes”, los casos de Núm., Ezeq., y otros pasajes catalogados como afines. Luego, resultan extraños estos modernos esfuerzos por “extrapolar” otras “pruebas” del “día por año”, frente a los cuestionamientos realizados a la posición original. Aunque para ser honesto, podría ser válida (aunque discutible), la intención de proponer que: “las “70 semanas”, son a la vez el “principio” y la “prueba” del día por año”; pero esto debe ser, sobre la base de reconocer que la postura oficial actual es equivocada, ya que se ha demostrado de manera fehaciente, que su fundamento es inexistente. Entonces, analizando esta propuesta tenemos lo siguiente:
1) En Daniel 9:22, dice que el profeta entendió esta profecía, ¿Y cómo la entendió, si había que aplicarle el “día por año”, y él desconocía este principio, y no se registra tampoco ninguna explicación del Ángel al respecto, en este capítulo, pero tampoco posteriormente?. Entonces, luce improbable que el Señor pusiera “secretamente” este “día por año” en las “70 semanas”, sin decirlo a Daniel, aunque este señala que la entendió. 2)¿Porqué Cristo, llamó a los judíos de su tiempo a “leer y entender” esta profecía, si estaba cerrada y sellada (ver Mateo 24:15), y se había dado en “días” que había que convertir en años, pero sin establecerlo previamente?. 3)¿Porqué en las profecías se explican los símbolos(“bestias, “cuernos”,”aguas”), pero el supuesto “día por año”, nunca se explica?; ¿No es este un principio cardinal, cuya importancia es mayor?. 4) Aún cuando se comprobara, fuera de toda duda, que las “70 semanas” expresan tiempo simbólico, ¿Dónde dice que luego de su cumplimiento, ellas establecen el “día por año”, para las demás profecías escatológicas, de tiempo?. 5) ¿Sobre qué base se argumenta, que el “día por año” sólo era aplicable a las “profecías escatológicas de tiempo?. ¿Es esto lo que afirma la iglesia adventista oficialmente, y que Ellen White suscribió?. ¿Qué tienen de escatológicos, los pasajes de Núm.y Ezeq, para poder servir como base o antecedentes de profecías escatológicas?. Además, los 1000 años de Apoc.20, ¿No es una profecía escatológica?, ¿Porqué se considera literal, y no se le aplica el “día por año”? 6) Los textos de: Éxodo 13:10; 1 Samuel 20:6; 1 Samuel 27:7; 1 Samuel 2:19; 1 Reyes 1:1; y otros, considerados afines al “día por año”; se ha pretendido invocarlos como “pruebas o antecedentes de este principio”; pero vamos a encontrar que todos tienen un denominador común, se trata de “expresiones literarias”, cuyo uso era frecuente en el hebreo, para enriquecer y embellecer el lenguaje. Esto es lo que llamamos hoy “licencia literaria”, pero pretender darle alguna aplicación profética a estos pasajes, constituye un despropósito. Entonces, frente a la clara existencia de 16 profecías reales, todas literales, citadas como pruebas de la inexistencia del “día por año”, ¿cómo aspirar a que simples “expresiones literarias”, puedan aportar “evidencias” de este “principio”?. 7) En el capítulo 4 de Daniel, se emplea la palabra aramea “iddám”, que se traduce como tiempo o año, para señalar los siete años de locura, profetizados sobre Nabucodonosor. Sin embargo, la misma expresión aramea (“iddám”), se utiliza también en Daniel 7 para los 31/2 tiempos, y aquí se dice que representan 1260 años, al aplicársele arbitrariamente el “día por año”. Además, es importante determinar, el significado de la palabra hebrea utilizada para “semanas” (shabuím). Esta palabra es el plural de “shabúa” o semana. Su raíz hebrea es “Shebá”, que significa siete. La palabra “Shabuím” o semanas, es usada 20 veces en el Antiguo
Testamento. Tres veces significa una unidad de siete y va acompañada de la palabra “días”( ver Ez. 45:21; Daniel 10:2,3). Ocho veces significa “semana” o “semanas”, es decir un período normal de 7 días (ver Gen. 29:27,28; Dt. 16:9,10,16; Lev. 12:5; 2Cron. 13:8); y seis veces se usa para indicar una unidad de siete, sin hacer referencia a días (Dan. 9:24-27). Existen razones suficientes, para considerar que en Daniel 9:24-27, “shabuím” (semanas) se refiere a unidades de 7 años, o sea a 490 años literales: 1) Los antecedentes proféticos corresponden a profecías literales; es decir, las 16 que mencionamos anteriormente, incluyendo la de Jeremías 25 que Daniel estudiaba según el capítulo 9, lo cual demuestra, que no había un “principio de día por año” establecido anteriormente, ya que Daniel lo desconocía. 2) En el capítulo completo, no se hace ninguna mención de días. Pero sí se puede observar, que el profeta estaba pensando en relación a años, porque su preocupación giraba en torno a los “70 años” de cautividad en Babilonia. 3) Esta cautividad, tenía relación con la violación del año sabático (ver: 2Cron. 36:20,21; Lev. 26:33-35), el cual prescribía que Israel debía cultivar la tierra por 6 años y dejarla descansar por un año. Al sumar estos 6 años de trabajo, con el de descanso, tenemos una semana de años. 4) Además de Daniel 9:24-27, en todo este libro profético, solo se usa la palabra hebrea para “semanas” en el 10:2,3; y allí el profeta la acompaña de la palabra “días”, al decir: “semana de días”(“Shabuím yamín”), en oposición al empleo de Daniel 9, donde solo dice: “semanas” (Shabuím); lo cual evidencia claramente, el propósito de distinguir el significado de ambas palabras. En consecuencia, por todo lo expuesto anteriormente, podríamos concluir en que estas “70 semanas” fueron dadas en años, y representaban 490 años literales; con lo cual quedaría descartado definitivamente, para las profecías, el supuesto: “principio del día por año”. Lo cual implicaría necesariamente, que todo el sistema profético adventista debe ser reformulado. El Sello de DiosLos adventistas, sostienen que el Sello de Dios es el sábado, no obstante mi Biblia dice : Efesios 1:13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención. Pero también dice a quién aplicaba el pasaje de Ezequiel 20:8 Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto. V.10 Los saqué pues de la tierra de Egipto, y los traje al desierto; V.13 Mas rebelándose contra mí la casa de Israel en el desierto; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto,
que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos. V.18 Antes dije en el desierto á sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres. V.20 Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. V.21 Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas… Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. Algunos estudiosos señalan, que el Espíritu Santo no es la promesa, por lo tanto los invito a leer esto : Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho. Hechos 1:4 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí. V.5 Porque Juan á la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos. También, otros dicen, que solo se sella a los que obedecen en espíritu y verdad, o por ser obedientes a la palabra de Dios. Pero debo recordarles estos pasajes : Hechos 2:38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 10:44 Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón. V.47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Hechos 16:30 Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? V.31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa. V.32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que están en su casa. V.33 Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos. Hechos 19:2 DIJO: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis?. Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo. V.5 Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. V.6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. De manera, que todos estos pasajes coinciden con Efesios 1:13, “...desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Luego, resulta claro que la obediencia es posterior al sellamiento de los creyentes. Entonces, podemos concluir en que el sello de Dios es el Espíritu Santo, pero la manifestación visible de ese sellamiento, viene por el origen de la nueva persona o nueva creación, que es consecuencia de la obra de este maravilloso poder, en el corazón de los creyentes, los cuales son capacitados para obedecer.
HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER Los Adventistas y la Verdad (Cuarta parte) Los Adventistas Y la Verdad (Cuarta parte) El Testimonio de Jesús y el Don o Espíritu de Profecía En Ap.12:17, se nos dice:”…..los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el Testimonio de Jesucristo”; También en Ap.19:10, dice: “…..porque el testimonio de Jesús, es el espíritu de la profecía”. Entonces, tomando estos pasajes como base, los adventistas han interpretado que en la iglesia remanente o verdadera (que son ellos, supuestamente), se manifestará el don o espíritu de profecía. ¿Es esto así?; Veamos: -No es lo mismo decir: “el espíritu de la profecía”, como está realmente en la Biblia, que “el espíritu de profecía” o “don de profecía”. En el original griego dice “el espíritu de la profecía”(Ap.19:10), y esto tiene su importancia, como veremos más adelante. -En Juan 15:26,27 dice: “Pero cuando venga el Consolador…él dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio también…..”. En Ap.1:1,2,9 dice: “..a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo…estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. En Ap. 20:4 dice: “…..Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios...”. En 1Cor. 2:1,2 dice: “Así que hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. -En 1Corintios 12:1,4,10,28,31; leemos: “No quiero hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales…Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el espíritu es el mismo…A otro, el hacer milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de espíritus….Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros….Procurad, pues, los dones mejores…”. Quiere decir, que aquí se identifica la profecía como uno de los dones espirituales, para la iglesia. Pero observe, que es para toda la iglesia, no para una persona específica y exclusivamente para ella. Tampoco se menciona ningún período en particular para el desarrollo de este don, ni que este será el que dará testimonio de Jesús de manera especial. Entonces, ¿Qué significa la frase “el espíritu de la profecía” en Ap.19:10, en relación al testimonio de Jesús?. Sencillamente quiere decir, que el “Espíritu Santo” (o sea el “Espíritu de la Profecía”), es quien da testimonio de Jesús, y este grupo mencionado en el 12:17, “guarda los mandamientos de Dios” y además tienen el “testimonio de Jesús” (o sea el “Espíritu Santo”). En consecuencia, la frase
“espíritu de profecía” referida a Ap. 19:10, no es bíblica, y el uso que se le ha dado no es correcto. Hebreos y el día de Expiación ¿Dónde ubica el libro de Hebreos a Cristo, luego de su ascensión al cielo?. Algunos dicen, que las traducciones donde se le pone en el lugar Santísimo, no se corresponden con el original griego, ya que en todo el libro, solo se menciona claramente el lugar Santísimo (Hagia Hagion), una sola vez, y es en relación con el Santuario Terrenal (Hebreos 9:3), por lo tanto si el Autor quisiera ubicarlo allí, hubiera empleado “Hagia Hagion”, al mencionar donde se encontraba luego de su ascensión. También se sostiene, que el hecho de que se registre en varios pasajes, que el Señor Jesucristo está a la Diestra de Dios, va en relación con su doble posición de “Rey” y “Sacerdote sobre su trono”. Para clarificar todo esto, vamos a sustituir la traducción por las palabras griegas originales, en cuanto a lo que tiene que ver con el Santuario, tanto terrenal como celestial; veamos la situación que se presenta y el análisis correspondiente, agrupando los textos con palabras comunes: Con la palabra “To Hagion”: Hebreos 9:1 TENIA empero también el primer pacto reglamentos del culto, y el “To Hagion” terrenal. Nota : Se refiere al Santuario terrenal completo. No se vuelve a usar esta palabra. Con la palabra “Hagia”: Hebreos 9:2 Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el “Hagia”, estaban el candelabro, la mesa, y los panes de la proposición. Hebreos 9:24 Porque no entró Cristo en el “Hagia” hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. Nota : En el versículo 2, se refiere claramente al lugar Santo-Terrenal; pero en el verso 24 se vuelve a utilizar esta palabra, como un símil del Santuario terrenal completo. Con la palabra “Hagia Hagion”: Hebreos 9:3 Tras el segundo velo estaba el tabernáculo, que llaman “Hagia Hagion”. Nota : Esta palabra, se refiere evidentemente al Santísimo-Terrenal, y es la única vez que aparece en todo el libro. Con la palabra “Ta Hagia” : Hebreos 9:25 Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo, como entra el pontífice en el “Ta Hagia” cada año con sangre ajena; Hebreos 13:11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el “Ta Hagia” por el pontífice, son quemados fuera del campamento. Nota : Estos pasajes, parecen referirse al Santísimo-terrenal, aunque no se está utilizando “Hagia Hagion”, palabra, que como ya vimos antes, designa este lugar. Esto puede explicarse por el hecho, de que se está aludiendo al día de expiación, en el cual el Sumo sacerdote entraba y aplicaba sangre en ambos departamentos. Quiere decir, que en el marco de esta ceremonia tan especial, el empleo de “Ta Hagia” (plural simple), en oposición a “To Hagion” (Singular simple),
es apropiado para referirse a ese acto, en lo que concierne al santuario terrenal completo. Hebreos 9:12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el “Ta Hagia”, habiendo obtenido eterna redención. Nota : Aquí vuelve a emplearse “Ta Hagia”, en relación al acto de expiación final que Cristo realizó, el cual se considera completo y superior. Pero aquí se sugiere que el Señor, al igual que los sacerdotes terrenales, en cierta forma penetró a ambos departamentos del Santuario terrenal, lo cual se confirma con Hebreos 13:11-12: “Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el “Ta Hagia” por el pontífice, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta”. Con la palabra “Ton Hagion”: Hebreos 8:2 Ministro del “Ton Hagion”, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre. Hebreos 9:8 Dando en esto á entender el Espíritu Santo, que aun no estaba descubierto el camino para el “Ton Hagion”, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Hebreos 10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el “Ton Hagion” por la sangre de Jesucristo, Nota : En estos versículos, el “Ton Hagion” , que es la forma genitiva de “Ta Hagia”, parece referirse al Santísimo-Celestial. Vamos a comparar con otro pasaje. En Daniel 9:24 dice: “….Y poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia perdurable….y ungir al Santo de los santos”. Aquí, la expresión “Santo de los Santos”, viene del hebreo: “qodesh qodeshim”, y literalmente significa “santidad de santidades”. Por muchos años, se creyó que la frase “Santo de los Santos” se refería a Cristo, pero por literatura judía se sabe que esa frase es usada para referirse al lugar santísimo del santuario terrenal. Ahora bien, resulta que la misma profecía de Daniel 9 predecía la destrucción del santuario terrenal, por lo tanto la conclusión obligatoria y elemental, es que la frase “ungir el Santo de los Santos”, en realidad se refiere al “lugar Santísimo-Celestial”. ¿Para qué se ungiría el Santísimoterrenal, que sería desechado y destruido?. Por otra parte, es bueno señalar que ese ungimiento del”qodesh qodeshim”, está conectado con el término de las “70 semanas”; el contexto no permite otra interpretación. Veamos: “Setenta semanas están determinadas…para… poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia perdurable….y ungir al Santo de los santos”. Es decir que el límite de tiempo natural de todo lo mencionado aquí, son las “70 semanas”, lo cual incluye: el fin del pecado y la expiación de la iniquidad, así como el ungimiento del “lugar Santísimo”. ¿Y cuándo se cumplieron las “70 semanas”?. ¿Cuándo se le dio fin al pecado y se hizo la expiación?; leamos: “mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio
de sí mismo. Habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado….”. En consecuencia, es evidente que tanto el mensaje de Daniel 9:24, como el del libro de Hebreos, giran en torno a la misma época: la ascensión del Señor al cielo. En ambos pasajes, se alude al acto expiatorio de Cristo, así como a su entrada directa al Santísimo celestial. Es decir que el “qodesh qodeshim” (en idioma hebreo), es el equivalente del “Ton Hagion” (en griego) mencionado en el libro de Hebreos. Esto coincide con los pasajes donde se presenta al Señor a la Diestra del Padre : Hebreos 1:3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, Hebreos 8:1 ASI que, la suma acerca de lo dicho es: Tenemos tal pontífice que se asentó á la diestra del trono de la Majestad en los cielos; Hebreos 10:12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios, Hebreos 12:2 Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 1:3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas, Nota : Ver también Mateo 22:69; Hechos 7:55,56; Romanos 8:34; Efesios 1:20; Colosenses 3:1; 1 Pedro 3:22. Además, tenemos el siguiente pasaje: Hebreos 6:19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo; 20 Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec. Entonces pregunto: ¿Cuándo la frase “dentro del velo”, ha significado algo distinto al “lugar santísimo”?. Para confirmarlo, basta leer estos textos: Levítico 16:2 Y Jehová dijo á Moisés: Di á Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario del velo adentro, delante de la cubierta que está sobre el arca, para que no muera. Éxodo 26:33 Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. Para saber si el acto de expiación fue completado en la cruz, vamos a darle un vistazo a estos pasajes : Hebreos 10:12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios.
Hebreos 1:3 Habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas, Hebreos 7:27 Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo. Hebreos 9:12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención. V.26… mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacer del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo. Hebreos 10:10 En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez. V.12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios, V.14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados. V.18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por pecado Hechos 3:19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados. 1 Pedro 2:24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia. 1 Juan 3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. En conclusión, tenemos lo siguiente: En Hebreos 6:19-20, se nos dice claramente que el Señor Jesús entró “dentro del Velo”, luego de su ascensión, lo cual confirma la entrada de Cristo al Lugar Santísimo, después de su sacrificio expiatorio. En el mismo sentido va Hebreos 10:19: “Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el ‘Ton Hagión’, por la sangre de Jesucristo”; o sea, se nos invita a seguir por la fe al Señor al Santísimo-Celestial, lo cual no tendría sentido, si ya él no estuviera allí. Esto concuerda, con los abundantes pasajes ya citados, donde se ubica a Cristo a la Diestra del Padre, el lugar de mayor honor. Todas estas evidencias permiten descartar completamente, la versión de que el Señor esperó hasta el 1844 para entrar al lugar santísimo, a fin de realizar la expiación final.
HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER LOS ADVENTISTAS Y LA VERDAD (Quinta parte) LOS ADVENTISTAS Y LA VERDAD (Quinta parte) Roma, Antíoco IV, y Daniel 11
Interpretaciones que pretenden introducir a Roma, en Daniel 11: 1) En el 11:14 leemos: “En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur. Hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán….”. Entonces, algunos analistas dicen que la frase “hombres turbulentos de tu pueblo”, se traduce mejor por “hombres turbadores de tu pueblo”, y luego alegan que en ese caso aquí debe tratarse de los romanos y su entrada en la profecía. Pero, veamos a qué se refiere el pasaje: En Egipto, el primer ministro (Agátocles) y los habitantes de Alejandría, se rebelaron contra el rey Ptolomeo, que era un niño. Otro de los que se rebeló fue Filipo V de Macedonia. El cual, en coalición con Antíoco III el Grande, planeaba tomar a Egipto y dividirse el imperio. Muchos judíos se inscribieron bajo el ejército egipcio con Scopas. Luego se rebelaron contra Egipto y se unieron a Antíoco III el Grande. El general Scopas derrotó a estos judíos, y tomó de Jerusalén un gran botín. Como supuestamente el versículo 14 trataba, sobre la entrada del imperio romano en la profecía, entonces se procede a aplicar la siguiente interpretación: Los versos 16-19 se refieren a la conquista de palestina por Pompeyo (en el 63 AC), y también a la aventura de Julio Cesar con Cleopatra y su posterior asesinato. Luego el verso 20 es atribuido a Augusto César, fundador del imperio romano, y del cargo de “Emperador”, quien debe representar aquí a todos los emperadores. Entonces se alega que: “como no hay puntuación ni división de párrafos de ninguna clase en el texto hebreo de este capítulo, podemos suponer que podría faltar un párrafo importante entre los versículos 20 y 21”. De esta manera, se intenta justificar el salto histórico, y a partir del verso 21 se identifica al “Despreciable” con el “Santo padre” o “Papa de Roma”, como sucesor legítimo del imperio romano. A partir de ahí, se detallan supuestos cumplimientos de profecías, pasadas y futuras, que van desde el papado medieval y las cruzadas, hasta acontecimientos escatológicos esperados para nuestros días. 2) En Daniel 11:16, hay una frase que ha sido malinterpretada: “Y el que vendrá contra él hará su voluntad.”. Luego, se entiende como “otro” distinto (Roma), que viene contra el rey del norte, y asume ese título (rey del norte), en lo adelante. Pero esto no puede ser así, ya que en todo momento se observa una constante: la lucha entre el rey del norte (Siria) y el rey del sur (Egipto), desde el principio hasta el final. Este es el escenario para el surgimiento del cuerno pequeño de Daniel 8. Veamos pues, de qué se trata realmente el asunto: Si leemos desde el vers.15, utilizando los paralelismos, tenemos: “Vendrá pues el rey del norte, y levantará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir”. Y el que vendrá (o sea el rey del norte) contra él (es decir contra el rey del sur) hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar;
y estará(el rey del norte) en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder”. Entonces, resulta claro que el vers.16 en su primera parte, trata el mismo asunto del 15, la derrota de los egipcios a manos de Antíoco III, quien no se conformó con eso, e invadió a Palestina (la tierra gloriosa), tal como lo indica la última parte del vers.16, y que la historia confirma. Entonces podemos concluir con seguridad, que Roma no está en Daniel 11, ya que este capítulo trata exclusivamente sobre las escaramuzas entre el Rey del Sur (Egipto) y el Rey del norte (Siria), como marco final para el surgimiento del “cuerno pequeño”, el cual como ya hemos visto no puede ser Roma, que además estaba situada al Oeste, y no podría de ninguna manera convertirse en el reino del norte. Por lo tanto, la conclusión es evidente e inevitable, Roma Pagana y Papal, no se ajusta a la profecía de Daniel 11. Sobre Antíoco IV en Daniel 11, tenemos lo siguiente: -Si todos los analistas están de acuerdo, en la literalidad de este capítulo, por lo menos hasta el versículo 13, (tal como corresponde a la parte explicativa de alguna visión, según se establece en el libro de Daniel); ¿Sobre qué base se abandona esta literalidad, para alegorizar convenientemente algunos pasajes?; ¿No es esto una inconsistencia?. -Si por el contrario, seguimos considerando literalmente el texto del capítulo 11, a partir del verso 13, entonces tenemos esto: El rey del norte (Siria), del cual saldría el “cuerno pequeño”, allí es Antíoco III El Grande; en lo cual están de acuerdo todos los estudiosos. Pero más adelante, sólo se registran dos cambios de personaje en este reino del norte; lo cual está en los versos 20 (que dice: “Y se levantará en su lugar…”) y 21 (que dice: “Y le sucederá en su lugar…”). A partir de ahí, el texto bíblico no indica más cambio, en la persona que ocupa el trono del reino del norte. Todo esto sugiere que: en primer lugar, luego de Antíoco III vendrían dos reyes, y que el último de estos dos, continuaría reinando en lo adelante, hasta el final del capítulo, donde se predice su suerte: “más llegará a su fin, y no tendrá quién le ayude”. Quiere decir, que continuando el método literal establecido con toda exactitud, por lo menos hasta el verso 13, podemos seguirle la pista al rey del norte, que luego se convertiría en el “cuerno pequeño”-”Hombre despreciable”; para esto bastaría buscar en la historia los dos reyes que le sucedieron a Antíoco III. Según se registra históricamente, luego de Antíoco III, vino Seleuco IV Filópator; y después de éste reinó: Antíoco IV Epífanes. Entonces, ¿Es esto una simple coincidencia, o qué?; ¿Porqué la introducción de Roma en Daniel 11, luce tan dificultosa y aérea, invocándose a veces argumentos débiles e increíbles; mientras que la de Antíoco IV, es completamente natural, siguiendo simplemente el pasaje en forma literal? “Día de Jehová”-”Tiempo del fin”-”Postreros Días” Obviando el libro de Daniel, se puede observar en los escritos proféticos del antiguo testamento, una estructura bien definida. Sus características más comunes son:
-Uso de un lenguaje escatológico aparente: Obscurecimiento del sol y la luna, sucesos sobrenaturales en general…. -Utilización de símbolos o alegorías: Diversas figuras para representar a Cristo (David, el pimpollo, mi siervo…); a Juan el Bautista se le llama Elías.… Para la comprensión correcta de estas profecías, es importante también tener en cuenta, la época de la actividad del profeta, así como el contexto de cada pasaje. Además, hay una constante en el discurrir histórico de Israel, a lo largo del antiguo testamento: las recurrentes apostasías del pueblo, y los castigos divinos que le venían como consecuencia. Para esos juicios o castigos, el Señor utilizaba sus mismos enemigos como instrumentos; y luego, a su tiempo, ellos también eran castigados; esto se verificó una y otra vez, en el relato bíblico. Es así como vemos denominarse “Día de Jehová”, u otra expresión similar, a acontecimientos diversos. También, esta expresión escatológica es utilizada algunas veces, como en Isaías 2:12-21, en forma general, sin conexión aparente con algún suceso predicho específico. ¿A qué se refería en este último caso?. De acuerdo con el contexto, esta era la forma de Dios advertirle al Israel antiguo, que de persistir en sus malos caminos, finalmente tendría un castigo o juicio divino, esta vez de manera definitiva. A ese acontecimiento futuro, se le llamaba también “Día de Jehová”. Otro detalle a tener en cuenta, es la expresión de Cristo registrada en Lucas 16:16: “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”. Entonces, de alguna manera, estas palabras establecen un marco interpretativo, para las profecías registradas en el antiguo testamento. Cuando en Malaquías 4 dice: “He aquí viene el día ardiente como un horno...”; automáticamente, nosotros tendemos a ubicarnos en los días finales de la humanidad. Ahora bien, ¿Qué señala el contexto?: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible”; ¿Y qué nos dice Jesús de Juan el Bautista, en obvia referencia a esta profecía, según Mateo 11:14?: “Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir”. Resulta evidente, que las palabras del Señor descartan completamente, otro cumplimiento de esta profecía. Entonces, ¿Tiene sentido conectar a Juan el Bautista, con la segunda venida de Cristo, la cual todavía 2000 años después, no ha ocurrido?; Luego, ¿cuál es este día del Señor, antes del cual, vendría Juan el Bautista?. En Isaías 24 leemos: “La tierra será totalmente devastada y completamente saqueada…”; esto aparentemente se refiere, al mundo entero; pero en el verso 5 dice: “Y la tierra fue profanada por sus moradores, porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebraron el pacto eterno”. Entonces, la clave está en la frase: “quebraron el pacto eterno”; la cual sólo podría aplicarse, al pueblo de Israel. Esto también puede observarse, en Ezequiel 7, donde dice: “El fin viene…sobre los cuatro extremos de la tierra”; y allí vemos que se trata de Israel, y la anticipación del cautiverio babilónico. Quiere decir, que ambos casos son ejemplos del uso de “la tierra”, como una
frase técnica que designa al Israel antiguo. Además, en Daniel 9:6 se habla del “pueblo de la tierra”; en una obvia alusión al pueblo judío. En el caso específico de Ezequiel, leamos el 11:25: “Y hablé a los cautivos todas las cosas que Jehová me había mostrado”; entonces, ¿Qué utilidad tendría que Ezequiel le hablara a sus hermanos Judíos, de cosas que iban a pasar miles de años después? También, para confirmar esto, leamos el 12:10: “…Esta profecía se refiere al príncipe en Jerusalén, y a toda la casa de Israel que está en medio de ella”. En el capítulo 13 de Isaías, se describe la “profecía sobre Babilonia”, utilizando este lenguaje: Se habla del “día de Jehová”; de que “las estrellas de los cielos no darán su luz, y el sol y la luna se oscurecerían”; Dios “haría estremecer los cielos, y la tierra se movería…”; en el versículo 5 dice: “Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra”. Pero, en el verso 17 dice: “He aquí que yo despierto contra ellos (o sea, contra Babilonia;B.V.) a los medos…”. Esto aclara la cuestión; se trata de la conquista de Babilonia, por Medo-Persia. Pero, se utiliza un lenguaje escatológico aparente. También, en Isaías 61:1-2; leemos: “El espíritu del Señor está sobre mí…me ha enviado a predicar buenas nuevas…a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el ‘día de venganza del Dios nuestro’…”. Pero este pasaje conecta con Lucas 4:17-21, donde Jesús en una sinagoga le dice a los judíos (verso 21): “Hoy se ha cumplido esta escritura, delante de vosotros”. Quiere decir, que una vez más Jesús confirma, que el “Día de Jehová”, mencionado en este caso por Isaías, era lo que estaba en el futuro inmediato de ellos: la destrucción de Jerusalén, en el 70 DC. Ahora bien, en el libro de Joel, hay una clave más certera, que despeja las dudas sobre el “Día de Jehová”; Veamos: Joel 1:2 Oid esto, viejos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, ó en los días de vuestros padres?. 3 De esto contaréis á vuestros hijos, y vuestros hijos á sus hijos, y su hijos á la otra generación. 6 Porque gente subió á mi tierra, fuerte y sin número… 13Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en sacos, ministros de mi Dios: porque quitado es de la casa de vuestro Dios el presente y la libación. 15¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. Joel 2:1TOCAD trompeta en Sión, y pregonad en mi santo monte: tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el día de Jehová, porque está cercano. 2Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra, que sobre los montes se derrama como el alba: un pueblo grande y fuerte: nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación. 3Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto de Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape….6Delante de él temerán los pueblos, se pondrán mustios todos los semblantes.
7Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán la muralla; y cada cual irá en sus caminos, y no torcerán sus sendas. 9Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas á manera de ladrones. 10Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos: el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. 11 Jehová dará su voz delante de su ejército: porque muchos son sus reales y fuertes, que ponen en efecto su palabra: porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿y quién lo podrá sufrir?. ¿A qué se está refiriendo el profeta Joel?; ¿A cuál día de Jehová?; Veamos: -Primeramente, se trata de acontecimientos relativamente lejanos, con respecto a su época. -Allí se describe una invasión de Israel: “. Porque gente subió á mi tierra…Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra, que sobre los montes se derrama como el alba: un pueblo grande y fuerte: nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación…Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán la muralla…. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas á manera de ladrones…”. -Hay una frase importante: “un pueblo grande y fuerte: nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación”. -Pero todavía, en el 1:13, leemos: “Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en sacos, ministros de mi Dios: porque quitado es de la casa de vuestro Dios el presente y la libación”. -Quiere decir, que este “Día de Jehová”, se trataba de una lejana invasión de Israel, (con respecto a la época de Joel), que realizaría el pueblo mas fuerte de la historia, y que además eliminaría los servicios del templo. Entonces, creo que la respuesta es demasiado obvia: Este pueblo, es claramente Roma, y el “Día de Jehová”, mencionado por Joel, no podría ser otro que la invasión romana del 70 DC. Ahora podemos ver claramente, la manera perfecta en que concuerdan, las palabras del Apóstol Pedro, según Hechos 2:16-21, en ocasión del derramamiento del Espíritu Santo, cuando dijo, que esto había sido en cumplimiento de Joel 2; antes que viniera el “Día de Jehová”. Es decir, que ambos siervos del Señor, estaban hablando del mismo acontecimiento; y naturalmente, Pedro lo sabía y lo confirma. Lo mismo puede decirse de las palabras de Jesús, según Mateo 11:14, cuando en obvia referencia a Malaquías 4 (“He aquí yo os envío el profeta Elías, antes que venga el Día de Jehová”), entonces dice con respecto a Juan el Bautista: “…él es aquel Elías que había de venir”. Quiere decir, que tanto Malaquías y Jesús; así como Joel y Pedro; estaban claramente hablando del mismo acontecimiento futuro: Roma y el 70 DC. ¿No es maravillosa la armonía que muestran las Escrituras, cuando dejamos fluir su propia perspectiva, sin tratar de imponerle la nuestra?.
Ahora bien, ¿Cuál es el tiempo del fin, indicado para Israel, según las profecías de Daniel?. En el capítulo 9 tenemos la respuesta: “Setenta semanas están determinadas (decretadas), sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad”. Quiere decir que este período, que debía comenzar con la orden de “restaurar y edificar a Jerusalén”, constituía el tiempo de gracia final para Israel; y luego tenemos en el 9:27, última parte: “Después, con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador…”, lo cual se cumplió en el 70 DC con la destrucción de Jerusalén. Debido a esto, el Señor mencionó este período en Mateo 24:21, utilizando casi las mismas palabras de Daniel 12:1, en su última parte. Es decir, que el tiempo de angustia de Daniel 12 y la gran tribulación de Mateo 24, son la misma cosa, y apuntaban al mismo acontecimiento. Quiere decir, que hasta ahora tenemos lo siguiente: Las expresiones “tiempo del fin”, “postreros días”, “día de Jehová”, o similares, en el antiguo testamento, poseen varios significados no escatológicos, indicados por el contexto y la época en que se emplean. Lo mismo puede decirse del nuevo testamento, debido a que los apóstoles consideraban su propia época, como los “postreros días”, o “el último tiempo”; según: Hechos 2:16-21; Hebreos 1:1,2; 1Pedro 1:19,20; 1Juan 2:18. ¿A qué se referían estos pasajes?. Veamos: Según Gálatas 2:9, Pedro y Juan eran apóstoles de la circuncisión; es decir, que su ministerio y mensajes, estaban dirigidos específica y directamente a los judíos. En el caso de los textos de Hechos 2:16-21 y Hebreos 1:1-2, es obvio que también se refieren a los israelitas. Por lo tanto, como se había profetizado un tiempo de gracia final y un tiempo de juicio para el pueblo Hebreo: “Las 70 semanas”; que darían al traste con la destrucción de Jerusalén y su templo, como señal del rechazo definitivo de este pueblo; resulta evidente, que a esto es que se refieren esos pasajes bíblicos cuando hablan del “último tiempo” o “postreros días”, por la inminencia de estos acontecimientos. Los Adventistas y la Verdad (Sexta parte) Con los pies de Barro La interpretación profética adventista, indudablemente está llena de fallas estructurales de todo tipo. Es decir, se ha construido una estatua, “con los pies de barro”. Vamos a identificar algunas de estas debilidades: 1) La historia registra, que el imperio romano quedó dividido definitivamente, en sólo dos partes bien diferenciadas, en el año 395 DC. La fecha del 476 DC, corresponde más bien a la disolución del imperio romano de occidente, mientras que el imperio romano de oriente, perduró hasta el 1453. Veamos: “La muerte de Constantino (337) marcó el inicio de la guerra civil entre los césares rivales, que continuó hasta que su único hijo vivo, Constancio II reunificó el Imperio bajo su mando. A continuación el Imperio volvió a escindirse, aunque bajo el reinado de Teodosio I estuvo unido por última vez, tras morir el emperador de Occidente,
Valentiniano II. Cuando murió Teodosio (395), sus dos hijos se repartieron el Imperio: Arcadio se convirtió en emperador de Oriente (395-408) y Honorio en emperador de Occidente (395-423). Rómulo Augústulo, último emperador de Occidente, fue depuesto por el rey de los hérulos Odoacro a quien sus tropas proclamaron rey de Italia en el año 476. El Imperio romano de Oriente, también llamado Imperio bizantino, perduraría hasta 1453”. 2) No hay una base histórica real, para afirmar que los sucesos del 1798 fueron el mayor desastre para el papado. Porque antes de eso, se registraron varios episodios de apresamientos y asesinatos de papas; incluyendo los llamados “cismas papales”, que sin lugar a dudas constituyeron la más grande amenaza para esa institución, casi ocasionando su desaparición. Veamos: -Esteban VI (VII): Roma; Mayo 896 - Agosto 897. Nació en Roma. Elegido el 22.V.896, murió en el VIII del 897. Dominado por las luchas interiores hizo exhumar el cadáver del Papa Formoso y lo tiró al río después de un proceso injusto. -Romano: Gallese; Agosto 897-Noviembre 897. Nació en Galese (Roma). Elegido en el VIII.897. Murió envenenado. -León V: Ardea; Julio 903-Septiembre 903. Nació en Ardea. Elegido en el VII.903, murió en septiembre del mismo año. En un clima de desórdenes después de pocos días de su pontificado fue encarcelado y asesinado. -Anastasio III: Roma; Abril 911 - Junio 913. Nació en Roma. Elegido en el IV.911, murió en el VI.913. En sus dos años de pontificado pudo hacer poco a causa de las luchas internas. Sufrió las presiones de Berengario. Y Murió él también envenenado-quemado y las cenizas echadas en el Tíber -Juan X: Tossignano (Imola); Marzo 914 - Mayo 918. Nació en Tossignano. Elegido en el III.914, murió en el V.928. Nombrado después de una serie de embrollos que él mismo desaprobó. Fue asesinado en la cárcel por no querer participar en deshonestas tramas. -Benedicto V: Roma; Mayo 22, 964-Julio 4, 966. Nació en Roma. Elegido el 22.V.964, murió el 4.VII.966. Fue exiliado en Hamburgo por Oton I hasta la muerte de León VIII. A la muerte del antipapa, Oton I, bajo presiones de los francos y romanos le reconoce la investidura. Murió en Hamburgo. -Juan XIII: Roma; Octubre 1, 965-Septiembre 6, 972. Nació en Roma. Elegido el 1.X.965, murió el 6.IX.972. Encarcelado por partidarios de una corriente diversa por casi 10 meses, fue puesto en libertad con la ayuda de Oton I, que difundió el cristianismo en Polonia y en Bohemia. -Benedicto VI: Roma; Enero 19, 973-Junio 974. Nació en Roma. Elegido el 19.I.973, murió en el VI.974. Después de la muerte de Oton I se desencadenó la secta anti alemana que conquistó después de un duro asedio el castillo de San Ángel, lo encarceló y lo mandó asesinar -Juan XIV (Juan Campenora): Pavia; Diciembre 983 -Agosto 20, 984. Nació en Pavia. Elegido en el XII.983, murió el 20.VIII.984. Hombre de
gran energía y buenas cualidades, fue elegido después de penosas intrigas. Volviendo a Roma, Francone lo mandó detener y murió de hambre en la cárcel del Castillo de S. Ángel. -Gregorio VI (Juan Gracian): Roma; Mayo 5, 1045-Diciembre 20, 1046. Nació en Roma. Elegido el 5.V.1045, murió el 20.XII.1046 destituyó al discutido Benedicto IX. Se puso personalmente al mando de un ejército para defenderse de los invasores. Se vio obligado a abdicar. -Urbano VI (Bartolomeo Prignano): Napoles; Abril 8 (18), 1378 Octubre 15, 1389. Nació en Nápoles. Elegido el 18.IV.1378, murió el 15.X.1389. Se celebró en el Vaticano el primer Cónclave. De carácter insoportable no pudo evitar los antipapas de Aviñón que crearon el cisma de Occidente, durante 40 años. -Inocencio VII (Cosma Migliorati): Sulmona; Octubre 17 (Noviembre 11), 1404 - Noviembre 6, 1406. Nació en Sulmona. Elegido el 11.XI.1404, murió el 6.XI.1406. Hombre de cultura pero de carácter débil trató de solucionar el cisma y las trágicas condiciones en que se encontraba el Estado y la Iglesia pero sin lograr ninguna solución. -Gregorio XII (Angelo Correr): Venecia ; Noviembre 30 (Diciembre 19), 1406 - Julio 4, 1415; renuncio para permitir la eleccion de su sucesor. Muere Octubre 18, 1417. Nació en Venecia. Elegido el 19.XII.1406, murió el 18.X.1417. Fue el período más triste del cisma de Occidente. Se llegó a 3 obediencias: la romana, aviñonense y la pisana. -Eugenio IV (Gabriele Condulmer): Venecia; Marzo 3 (11), 1431 Febrero 23, 1447. Nació en Venecia. Elegido el 11.III.1431, murió el 23.II.1447. Proclamó el 17º Concilio Ecuménico en Basilea, pero por miedo lo trasladó a Ferrara y más tarde a Florencia. habiendo decidido la supremacía del Papa sobre el Concilio los adversarios eligieron el antipapa Felipe V. Fue el último de la historia. 3) Los adventistas dicen: “La expiación de Jesús en la cruz corresponde a la expiación de los individuos que han creído, la expiación de 1844 es la del santuario celestial, equivalente al Yom Kippur”. Luego, se podría deducir que se afirma, que el acto de Cristo en la cruz era el equivalente, a la expiación diaria que hacían los sacerdotes del viejo pacto, y que a partir del 1844 se realiza la expiación final del Santuario celestial, equivalente al “Yom Kippurterrenal”. En realidad estas son las opciones: o la expiación realizada por el Señor correspondía a la diaria del sistema judío, o a la que se realizaba anualmente llamada “Yom Kippur”. Si es así, entonces debería quedar pendiente la expiación final equivalente al “Yom Kippur”-terrenal, la cual se afirma comenzó en el 1844. Luego, se presentan algunas cuestiones: a) Si la expiación de Cristo en el calvario, equivalía a la expiación diaria judaica, y la que se realiza a nivel celestial a partir del 1844, equivale a la expiación anual-terrenal; entonces, la que el Señor realizó hasta 1844 en el “lugar Santo”-Celestial, lógicamente tendría que ser correlativa, con la expiación diaria-terrenal. Por lo tanto, tendríamos que colocar dos actos, como contraparte o paralelos de las expiaciones diarias del antiguo pacto: La cruz del calvario, y el
ministerio de Cristo en el “lugar Santo”-Celestial. Quiere decir, que lo de “tipo” y “anti-tipo”, que prefiguraba el viejo pacto, no tuvo su cumplimiento en la cruz, sino que lo está teniendo en el cielo. ¿Es esto posible?. b) Por otra parte, ¿Hay apoyo bíblico para afirmar, que la expiación de la cruz equivalía a las expiaciones diarias judaicas?. Veamos: “25 Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo, como entra el pontífice en el “Ta Hagia” cada año con sangre ajena. 11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el “Ta Hagia” por el pontífice, son quemados fuera del campamento. 12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el “Ta Hagia”, habiendo obtenido eterna redención”. Hebreos 6:19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo; 20 Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec. Entonces, frente a toda esta evidencia bíblica tan clara, ¿cómo se podría afirmar que la cruz del calvario equivalía a las expiaciones diarias-terrenales?. Si por el contrario, el “Yom Kippur”-Terrenal y el acto de expiación del Señor en la cruz, eran equivalentes, ¿Cómo se explicaría lo que se ha llamado, el ministerio de Cristo en el lugar Santo hasta 1844, y luego a partir de ahí en el Santísimo Celestial?. 4) En Daniel 8:8-9; la frase: ‘Y de uno de ellos’, relativa al ‘cuerno pequeño’, se ha querido aplicar a ‘los cuatro vientos del cielo’, con la finalidad de hacer notar que éste cuerno es Roma, y saldría de uno de los cuatro vientos o puntos cardinales, y no de uno de los cuatro cuernos o reinos helenísticos, que sustituyen al gran cuerno alejandrino que representaba a Grecia. Esto se ha hecho, invocando argumentos lingüísticos muy debatidos, y obviando el sentido natural del pasaje, que indica como incidental la mención de ‘los 4 vientos’, mientras se ve claramente que el sujeto principal son ‘los cuatro cuernos notables’. Entonces, observando bien la frase: ‘Salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo’; podemos ver que los ‘cuatro cuernos’ salieron u ocuparon, cada uno de los cuatro puntos cardinales, por lo tanto a partir de ahí, cada cuerno estaba asociado a uno de los cuatro vientos o puntos cardinales. No hay manera de separarlos, cualquier referencia a uno involucra al otro. Por lo tanto, la frase: ‘Y de uno de ellos’, daría igual que se refiera a “los 4 vientos” o a “los 4 cuernos” directamente, porque de todas maneras involucraría a uno de los 4 reinos en que se dividió Grecia. En Daniel 11, se puede observar también ésta asociación, cuando se habla del reino-sur (Egipto), y el reino-norte (Siria); es decir: reino-punto cardinal, están unidos. Observemos estos dos pasajes paralelos: Daniel 8:8 “Y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables, hacia los cuatro vientos del cielo”;
Daniel 11:4: “..su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo..”. Quiere decir, que en ambos pasajes se nos dice lo mismo; o sea, que los 4 cuernos que representan la división del reino griego, serían repartidos hacia los 4 vientos o puntos cardinales. Porque se quiere destacar su asociación y su vinculación con el surgimiento del cuerno pequeño. Este es el telón de fondo. Aquí se confirma una vez más, la íntima relación de los cuatro vientos o puntos cardinales, con los cuatro cuernos o reinos griegos. Para ver esto más claro, vamos a leer los versos 8 y 9, sustituyendo los símbolos de los cuatro cuernos notables y del cuerno pequeño, por su significado, ya que tenemos: Un cuerno pequeño = un rey altivo de rostro y entendido en enigmas; y también otros cuatro cuernos notables = cuatro Reinos. Entonces, puedo perfectamente sustituir estas frases por sus equivalentes, en los versos originales; veamos: V.8aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron ‘cuatro reinos’ hacia los cuatro vientos del cielo . V. 9 Y de uno de ellos salió un ‘rey altivo de rostro y entendido en enigmas’. Se ve claro aquí, que el ‘cuerno pequeño’ encarnado en este ‘rey altivo de rostro’, saldría de uno de los cuatro reinos helenísticos. Además, es bueno señalar, que la expresión ‘rey altivo de rostro y entendido en enigmas’, es totalmente literal, y se refiere a una persona, por lo tanto no puede ser aplicada a un imperio, ni institución, y por ende tampoco a Roma pagana y papal; la cual no podría tener ‘un rostro’, hablando literalmente. Ahora bien, en el 8:23 se nos dice: “Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro.” Quiere decir, que antes de que las cuatro divisiones griegas fueran absorbidas por Roma, (el próximo poder mundial), en una de estas divisiones surgiría un gobernante encarnando al “cuerno pequeño”, precisamente cuando los transgresores lleguen al colmo; o sea, éste sería un período de retribución divina, por las maldades del pueblo judío. Pero resulta, que aunque en el verso 9 se indicó parcialmente de dónde saldría el ‘cuerno pequeño’ simbólico, y también en el verso 23 se explicó de manera parcial cuándo surgiría; en realidad faltan detalles, que el Señor en su benevolencia quiso dar. Estos son mostrados en el capítulo 11, que es una ampliación del 8. Allí se indica definidamente, de cuál de los 4 reinos helenísticos saldría el ‘rey altivo de rostro’; y también el momento histórico en que esto ocurriría. 5) ¿Existe relación entre Daniel 8 y el 9?. La traducción correcta en Daniel 9:24, ¿es “determinadas”, o “cortadas”?.Veamos: -En primer lugar, la palabra en cuestión aparece en Daniel 9:24 en su forma nifál (nejtákh). El Annalytical Hebrew and Chaldee Lexicon (Pág. 280) nos dice que esa es una palabra caldea, no hebrea, y que cuando está en forma kal (jatákh), significa ”cortar, dividir,” pero que nunca se usa en las Escrituras en forma kal. Dice también que cuando está en forma nifál (nejtákh), (como en Daniel 9:24), significa “estar determinado.” Por eso es que prácticamente todas las versiones bíblicas consultadas, traducen esa palabra en Daniel 9:24, como “están determinadas,” o “están decretadas.” Esa es la traducción
correcta. Las setenta semanas no están “cortadas” o “restadas” de un periodo más largo; simplemente están “determinadas”, o “decretadas”. El hecho de que en algunos escritos extrabíblicos, como en la Mishnáh judía, se use la palabra en forma kal como “cortar”, no significa para nada que en Daniel tenga que significar lo mismo, pues en Daniel está en la forma nifál, y significa “estar determinado”. -Otra razón, es que los capítulos 8 y 9 tratan temas distintos. Veamos: La Biblia es clara sobre el hecho, de que en Daniel 8, hay algo que el profeta no entendió. ¿Cuándo y dónde se le explicó?. ¿Será en el capítulo 9?. Si es así, un requisito elemental sería que entre ambos capítulos haya unidad temática, es decir, que traten del mismo asunto. ¿Y de qué trata el capítulo 8?; es fácil ver que allí se habla del surgimiento de los reinos de Medo-Persia y Grecia, de Alejandro Magno, de la división del imperio griego, del surgimiento del “cuerno pequeño” o “rey altivo de rostro”, así como de sus acciones impías. A su vez, el capítulo 9 nos habla de los “70 años” de desolación para Jerusalén, la oración intercesora de Daniel, la explicación angelical, y las “70 semanas” para el pueblo judío. Entonces, dejando de lado los argumentos humanos, con los cuales se pretende establecer un nexo entre Daniel 8 y 9, y viéndolos así a “simple vista”; ¿Se observa entre ellos algún vínculo temático?; ¿Están tratando los mismos temas?. Creo que no hay que hacer mucho esfuerzo para ver, que la propia inspiración niega esta posibilidad. -Examinemos ahora otra opción. En Daniel 10:1-12, puede verse claramente que Daniel buscó entendimiento sobre alguna visión que no había entendido, para lo cual duró tres semanas en ayuno y oración. Como respuesta, un ser celestial se la explica. Esta visión, que se le explica en el capítulo 11, ¿Será la del 8?; bueno, es la única posibilidad, ya que todo lo que se trató en el 9, fue entendido por Daniel, según el verso 9:22. De todas maneras, hagamos la comparación temática, entre los 3 capítulos: Resumen Temático de Daniel 8, 9, y 10-11: HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER Los Adventistas y la Verdad (Séptima y última parte) Los Adventistas y la Verdad (Séptima y última parte) Resumen Temático de Daniel 8, 9, y 10-11: Daniel 8: Reinos de Medo-Persia y Grecia, Alejandro Magno, división del imperio griego, origen y desarrollo del “cuerno pequeño” o “rey altivo de rostro”.
Daniel 9: “70 años” de desolación para Jerusalén, la oración intercesora de Daniel, la explicación angelical, y las “70 semanas” para el pueblo judío. Daniel 10-11: Reinos de Medo-Persia y Grecia, Alejandro Magno, división del imperio griego, origen y desarrollo del “cuerno pequeño” o “rey altivo de rostro”. Veámoslo ahora de esta manera: Daniel 8 : “ 20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. 21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. 22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él”. Daniel 11: “Aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas, más que todos ellos. Este, al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia. 3 Se levantará luego un rey valiente, que dominará con gran poder y hará su voluntad. 4 Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; pero no será para sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó, porque su reino quedará deshecho y será para otros aparte de ellos”. Quiere decir, que hasta aquí hay una coincidencia temática clara y plena, entre ambas partes. Pero lo mismo se verifica, al comparar el resto de Daniel 8 y 11. En el 8:23, en adelante; se nos habla del surgimiento del “rey altivo de rostro”; y en el 11:5, en adelante, del proceso que da origen al “hombre despreciable”; ambas figuras, corresponden al “cuerno pequeño”. Entonces, dejando de lado todos los argumentos humanos, y atendiendo sólo a la unidad de los temas tratados, ¿Cuáles son los capítulos que están realmente relacionados?. Pienso que la respuesta es muy evidente. 6) La interpretación tradicional adventista, considera a Roma papal como el cuerno pequeño de Daniel 7, y a Roma pagana y papal como el cuerno pequeño de Daniel 8. En base a esto, se podría establecer la siguiente relación: Los 1260 días son a Roma papal, como los 2300 días son a Roma pagana y papal; es decir, cada período está unido a su correspondiente etapa de Roma, como si fuera un hijo a su madre. Luego tenemos, que según ésta interpretación, Roma papal comenzó en el 538 DC; por lo tanto es lógico que se comiencen a contar los 1260 días, a partir de esta fecha. O sea, primero debe existir la madre (Roma papal), y luego podría venir el hijo (los 1260 días). Entonces, también esta interpretación considera, que Roma pagana y papal (la madre) surge a partir del 168 AC, por lo tanto los “2300 días” (el hijo) deberían comenzar luego de esta fecha; pero inexplicablemente se pretende fijar su comienzo en el 457 AC, en pleno imperio Persa, cuando lo correcto sería que estos “2300 días” comiencen después de surgir Roma, en el 168 AC, aplicando la misma lógica que se siguió para dar el punto de partida de los “1260 días”. En resumen, si los “1260 días” no podían comenzar antes de existir Roma papal (que fue en el 538 DC); tampoco los “2300 días” podían
comenzar, antes de existir Roma pagana y papal (que fue en el 168 AC). Esto es similar a pretender, que un hijo pueda nacer antes de su madre. Sería un absurdo o imposible. Veamos esto de otra manera: En Daniel 8:9-12, también se nos habla de otro cuerno pequeño que va a pisotear el santuario y la verdad. Por esto viene luego la pregunta, “¿Hasta cuando durará la visión del continuo….entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?”. Entonces, como respuesta a esa interrogante, se nos dice: “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Quiere decir, que el daño viene primero, y dura 2300 días; y después que este tiempo se cumpla, se purificaría el santuario. Ahora bien, según el pasaje bíblico citado de Daniel 8, ¿Quién produce todo este daño al santuario y al pueblo de Dios?: El cuerno pequeño que se menciona allí. ¿Durante qué tiempo?: Durante 2300 días. ¿De qué se purifica el santuario?: Del daño que hace el cuerno pequeño. Entonces, quiere decir que el cuerno pequeño de Daniel 8, y los 2300 días, van unidos, no se pueden separar. ¿Y quién es este cuerno pequeño de Daniel 8, según los adventistas?: es Roma pagana y papal. ¿Cuándo surge Roma según los adventistas?: en el año 168 AC. Entonces, aquí viene la gran cuestión; si Roma surge en el 168 AC, ¿Cómo pueden comenzar los 2300 días en el 457 AC, en el imperio Persa, cuando Roma no existía todavía?. ¿Pueden los 2300 días comenzar, antes de existir Roma?; es evidente que no, porque ella es el cuerno pequeño que asolaría el santuario, y haría daño al pueblo de Dios, durante 2300 días, luego de lo cual el santuario sería purificado. En consecuencia, el 1844 no tiene absolutamente ninguna base bíblica, y por ende, tampoco la pretensión adventista de ser la “única iglesia profética de los últimos días”. Por lo tanto, su mensaje distintivo tiene “los pies de Barro”. Ley Dominical ¿Será posible? Los adventistas, creen que la Iglesia Católica nuevamente recuperará la supremacía mundial y reestablecerá las persecuciones religiosas del pasado; con el fin de implantar la observancia obligatoria del domingo como día de descanso religioso, en señal de sumisión a la autoridad del Papa y de la iglesia. Para esto, obtendrán la total colaboración del protestantismo, y el apoyo irrestricto de los Estados Unidos. ¿Será eso posible?. Vamos a realizar un pequeño examen de esto, dejando de lado su dudoso sostén bíblico, pero situando ese escenario en el contexto del mundo actual: Por siglos, el poder de la Iglesia Católica ha estado declinando constantemente. Las demás congregaciones, han hecho tremendos progresos ganando conversos en los anteriores bastiones católicos de América. En Europa, la mayor parte de la gente vive en un mundo
secular. La religión en sentido general, ya no es importante para muchos europeos. La Iglesia Católica ha estado luchando con sus finanzas y teniendo dificultades internas de todo tipo. Antes que una superpotencia lista para controlar el mundo e imponer la observancia del domingo, el catolicismo es una iglesia que lucha por sobrevivir en este mundo de hoy. Naturalmente, como todas, trata de extender su influencia. Además, durante largo tiempo, los católicos y protestantes han librado conjuntamente algunas batallas menores, tales como contra el aborto, y sin embargo no han tenido éxito; ¿cómo puede alguien esperar que puedan lograr la aprobación de una ley en relación con la observancia del domingo, un punto en el cual la mayoría de los católicos y los protestantes no tienen interés?. En lo que respecta a Estados Unidos, y la supuesta imposición de la llamada “ley dominical”, quizás sea bueno tener en cuenta lo siguiente: 1) Realidad interna: La existencia del principio constitucional de la separación entre la iglesia y el estado, constituye el valladar más importante, para un supuesto intento de imponer la observación religiosa obligatoria del domingo. Otros esfuerzos de menor importancia, tales como la oración en las escuelas, y el levantamiento de un monumento a los 10 mandamientos, han fracasado irremisiblemente, al encontrarse con este escollo legal. La diversidad poblacional que presenta este país en la actualidad, hace poco menos que imposible, que el congreso se embarque en la tarea de legislar en materia religiosa, para aprobar una ley dominical Ningún congresista, querrá minar su propia base de electores; entre los cuales, podrían estar judíos, musulmanes, budistas, secularistas, guardadores del sábado incluyendo los propios adventistas, seguidores de grupos no cristianos como la nueva era, y otras denominaciones que suman millones y siempre han propugnado por la separación entre la iglesia y el estado; todos los cuales se ofenderían, si se tratara de llevar adelante un proyecto de ley semejante.Otro punto a tomar en consideración, es el hecho de que el motor que mueve las acciones de la gran potencia del norte, son sus intereses económicos. ¿Podrán consentir las estructuras de poder norteamericanas, que un presidente de su país se ponga de acuerdo con un estado extranjero, en este caso el vaticano, para entregarle todo su poder a este?. ¿Qué beneficio económico, le reportaría al empresariado de Estados Unidos, que todo el mundo observe el domingo como un precepto religioso?. Esto significaría, la parada obligatoria de las industrias con procesos continuos, tales como las centrales eléctricas y otras; ¿Cuál sería el impacto social y económico de esto?. También pararían la policía, bomberos, fuerzas armadas, todos los organismos de seguridad, aeropuertos, puertos marítimos, agencias y oficinas gubernamentales, trenes, taxis, restaurantes; ¿Puede alguien imaginarse, el alcance de eso?. 2) Situación externa: La realidad es, que pese a todo su poder, los Estados Unidos están teniendo problemas por doquier para imponer su política y hacer prevalecer sus intereses económicos. Otras
grandes potencias, continuamente manifiestan su desacuerdo con algunas de sus acciones, y coinciden con naciones más pequeñas que deciden desafiar abiertamente a los norteamericanos. China comunista, la India, Pakistán, Japón, los países árabes, Israel, Corea del Norte, Vietnam, la Europa secular, y otros; ¿Apoyarían a Estados Unidos, en un eventual intento de imponer la adoración en domingo?; ¿Podrían ser obligados por la potencia del norte?; ¿Qué significado real tendría para estos países esa pretensión?. Es evidente, que ese intento generaría precisamente en esas naciones, un efecto totalmente contrario. ¿Y qué decir de los creyentes del Islam en todo el mundo, que consideran al cristianismo como su enemigo, y tienen el viernes como observación religiosa?. Observemos el siguiente cuadro estadístico: Catolicismo Romano: 974 millones Ortodoxos del Este: 164 millones Budismo y otras sectas: 1,100 millones Hinduismo: 690 millones Religiones japonesas: 230 millones Religiones Tribales: 100 millones (aproximadamente) Mahometismo: 924 millones Protestantes: 351 millones Adventistas 11 millones (Información obtenida del Almanaque de 1991) Luego, aquí tenemos todos estos millones de seguidores del Mahometismo, Hinduismo, Budismo, Religiones tribales y japonesas, para los cuales no significa nada ni el domingo ni el sábado, ni mucho menos el cristianismo completo con todas sus denominaciones. ¿Será posible que se envuelvan en un problema totalmente extraño para ellos?. Con el secularismo que arropa a toda Europa; ¿Los gobiernos de estos países y su población cada día mas escéptica, participaran en esta “persecución” por el domingo?. Con los intereses económicos, que son los que pautan el accionar del mundo de hoy, ¿Es probable, ese ambiente persecutorio que describe Ellen White en sus escritos?. Entonces, la realidad es que este escenario de una ley dominical mundial, luce totalmente irracional y absurdo. No obstante, aunque los cristianos observadores del domingo no tienen ni el poder político ni la voluntad de aprobar una ley dominical, los adventistas continúan insistiendo en que ocurrirá y que será la “prueba final”. Algunos quizás digan que, aunque es cierto que una ley dominical parece en extremo improbable, no hay ningún peligro en creer en ella. Pero, es siempre dañino creer en una falsedad acerca de las profecías bíblicas. Algunos adventistas gastan su tiempo y su esfuerzo, tratando de convencer a otros cristianos de que se va a aprobar una ley dominical. Este tipo de actividad es, no sólo un desperdicio de tiempo y esfuerzo, sino que desobedece directamente a Cristo, que mandó a los cristianos a llevar al mundo las “buenas nuevas” de la salvación, no las “malas nuevas” del temor. Esta es una enseñanza divisionista. Antes que promover el amor y la comprensión
entre los miembros de diferentes creencias, esto crea temor y sospecha. ¿Cómo puede un adventista sentir camaradería con un observador del domingo, que estaría tramando aprobar leyes secretamente para torturarle y matarle?. La Ley Dominical Nacional sólo sirve a un propósito, causar temor. Ha llegado el momento en que los adventistas se enfrenten a los hechos y admitan que esta Ley ya no es factible, ni siquiera significativa. Es tiempo de que se aparten de esta enseñanza anti-bíblica y dejen de usar tácticas de temor para persuadir a la gente a ingresar a su iglesia. Deben estar dispuestos a echar un segundo vistazo a las profecías bíblicas y admitir que quizás el futuro no se desenvolverá de la manera exacta en que sus pioneros lo habían predicho. Es tiempo de que los adventistas dejen de predicar el temor y al igual que sus hermanos de otras denominaciones, cumplan con la gran comisión de Jesús, de llevar a todo el mundo el evangelio de salvación por fe en Cristo Jesús. Conclusión Al llegar a este punto, y frente a todas las evidencias que hemos podido ver aquí, pienso que una decisión inteligente sería hacer un alto en el camino y estar dispuesto a reexaminar toda la doctrina, sin ataduras de ninguna especie; sólo contando con la dirección del Señor. Nuestro compromiso debe ser con la verdad de Dios, pero nunca con lo que algunos quieren seguir llamando “verdad”, sólo en función de sus intereses; pretendiendo ignorar olímpicamente todo lo que ha pasado y está pasando con los escritos de Ellen White y las diversas creencias que sustentan el llamado “mensaje adventista”. Hay que tener claro, que a los dirigentes no les interesa para nada ventilar estas cuestiones. Ellos, sólo tienen en mente “los panes y los peces”; y nada más les preocupa que el barco se mantenga a flote, aún cuando no llegue a ningún puerto. Gran parte de la membresía está inconforme con el sistema. Intuye que algo está mal, pero no sabe lo que es; por lo tanto, a veces lucha porque se corrijan algunas cosas, pero sin llegar directamente a la raíz del problema. De cada uno, depende asumir su cuota de responsabilidad. Algunos decidirán seguir auto-engañados, participando del “sueño profético” de Ellen White. Las opciones son variadas, pero colóquelo en las manos del Señor y deje que él actúe a través de usted. La verdad se ha estado abriendo paso cada vez más rápidamente, y ya nada la detendrá. Coloquémonos de su parte. Esta es una invitación para ello. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará” (Juan 8:32). Lic. Billy Vicente (
[email protected] ) (Teléfono: 1-809-5685851) Santo Domingo-República Dominicana Biografía Consultada: - La Mentira White; Walter Rea.
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Estudios Bíblicos Bereanos; Pedro de Felipe del Rey. Daniel y el reino mesiánico; Evis L. Carballosa. Ley Dominical Nacional; Dirk Anderson. La Nube Blanca; Dirk Anderson.
Elena de White: La falsa profetisa
Según la enseñanza oficial de los Adventistas del Séptimo Día que se publica en la revista oficial The Adventist Review, Elena de White ES LA CLAVE para el entendimiento correcto de la Biblia: Hoy la gente dice: solamente la Biblia, pero esto engaña. La Biblia tiene que ser interpretada por el profeta de Dios Elena de White (The Adventist Review, 24 junio 1982, pág. 15 bajo el título All Things Through Christ -Todas las Cosas por Medio de Cristo-). Elena de White es la intérprete infalible de la Biblia y la corte final de apelación para la gente de Dios (The Adventist Review, 3 junio 1971, pp. 4-6, en el artículo titulado: Source of Final Appeal (La Fuente de Apelación Final). Vea también el libro: The Mark of the Beast, La Marca de la Bestia por G. A. Irwin, 1926, p. 1). Elena de White hizo unas profecías que se han cumplido y otras que están esperando su cumplimiento (Seventh-Day Adventist, a Biblical Exposition of 27 Fundamental Doctrines por la Conferencia General de los Adventistas, Asociación Ministerial Washington, D.C.). “El Señor le dio consejos sobre la salud, la educación, la vida familiar, la dieta, la medicina, y la evangelización...” (p. 226). Su papel principal era guiar el entendimiento de la Biblia y confirmar las conclusiones que se derivan del estudio bíblico (p. 227). La Asociación (Conferencia) General, sede mundial de los adventistas en Washington, D.C., dice que: debemos examinar y comprobar todas sus palabras para verificar si era o no profetisa de Dios (p. 228). El libro de Elena de White, Consejos sobre mayordomía cristiana: Es un amplio conjunto de instrucciones... procedentes del espíritu de profecía...(Consejos, p. 5). Los editores, bajo la dirección oficial, hablan de los cinco tomos mencionados: Dicen del tomo IV que es un libro inspirado (White, IV, 6). Sobre el primer tomo dicen que la obra arroja luz. En el tomo V ellos llaman a Elena de White una profeta. Por lo menos que sepa este autor, el adventismo no ha ido en contra de alguna enseñanza de Elena.
Por definición, un profeta habla las palabras de Dios, a menos que sea un profeta falso. Se vio a sí misma como profetisa: El señor me ha hablado con respecto al pago de los diezmos... Él ha dicho: Traed todos los diezmos... Muy recientemente se me ha dado luz directa de parte del Señor... (Consejos, p. 88). Me ha sido dado un mensaje claro y bien definido para nuestro pueblo (Consejos, p. 107). Se me mostró que el ángel registrador anota fielmente... (Consejos, p. 206). En una visión nocturna Dios me instruyó para que dijera a su pueblo... (Consejos, p. 256). En una visión nocturna hace poco... (p. 295). Sabemos que un profeta es falso si tiene la presunción de hablar en el nombre de Dios y LAS COSAS NO SUCEDEN, como dice (Dt. 18, 2022). Pruebas en su contra: Si el adventista te dice que lo siguiente no se tiene que tomar como revelación, podemos preguntarle cómo podemos entonces distinguir entre las obras de White que son reveladas y las que no lo son. -Elena de White, citando Apocalipsis 12, 17 dijo: Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras (White, II, 444). ¿Existen adventistas que tengan más de 133 años para que se pueda cumplir esta profecía? -Otra falsa profecía: A fin de obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la demanda por las leyes dominicales (White, II, 444). Y otra: En los movimientos que se realizan actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica para asegurar el apoyo del estado a las instituciones y prácticas de la iglesia, los protestantes están siguiendo las huellas de los papistas. Más aún están abriendo la puerta para que el papado recobre en la América protestante la supremacía que perdió en el Viejo Mundo. Y lo que da más significado a ésta ...es imponer la observancia de domingo (White, V, 630. Vea también III, 778). Pero el hecho actual es todo lo contrario. La idea de que el domingo es un día sagrado ha estado disminuyendo. Casi nadie en los EE.UU. lo aparta como día especial excepto como día de descanso en algunos sectores, y no por motivos religiosos. Y aun esto está desapareciendo por razones económicas. Tampoco el Papa está recobrando su poder en los EE.UU. con la observancia del domingo, como profetizó Elena. -Se está acercando rápidamente el momento en que acabará la tolerancia de Dios... Está muy cerca el momento... Se está retirando el Espíritu Santo... pronto ha de estallar... pronto han de suceder... La hora del juicio ha llegado... En estas horas finales... estamos a punto de ver el cumplimiento... pronto aparecerá nuestro Salvador... Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria (White, II,
págs. 206, 207, 461, 528, 540). ¡Hermana Elena, todavía estamos esperando! -En un llamamiento hecho por la Sra. White desde Europa, en 1886 ella escribió: Dentro de poco los vivos y los muertos serán juzgados... (Consejos, 43). -En 1889, Elena escribió: Sólo un poquito más de tiempo antes de que Jesús venga... (Consejos, p. 365). Y muchos le creyeron: ““Hay hombres y mujeres pobres que me escriben pidiendo consejo en cuanto a si deben vender sus casas y dar el dinero a la causa... Ahora es cuando nuestros hermanos debieran estar reduciendo sus propiedades en vez de aumentarlas. Estamos por trasladarnos a una patria mejor, a saber la celestial... Pronto se proclamará el decreto que prohibirá comprar o vender a quien tenga la marca de la bestia.... En el tiempo de angustia, de nada valdrán a los santos las casas ni las tierras...”” (Consejos, p. 63). ¡Pobres adventistas! -Ella dijo en 1856 que la gente vería las últimas siete plagas y que los vivos verían la segunda venida de Jesús. (Testimonies, Vol. 1, Pacific Press Publishing Asoc., 1948, p. 131-132.). -En 1844 dijo a los adventistas que no tuvieran niños y que el esposo no viviera con su esposa porque Cristo venía pronto. Eso causó muchos divorcios. (White Estate Manuscrito No. 34, 1885). Recordamos lo que dice Dt. 18, 20-22 sobre los falsos profetas. Elena cabe perfectamente dentro de esta categoría. Habló en el nombre de Dios y profetizó algo que no sucedió. En octubre de este mismo año (1844) ella enseñó según una visión que había tenido, que el cielo estaba cerrado y que nadie más podía aceptar a Cristo ni entrar en el cielo hasta que Cristo viniera de nuevo. De hecho, también ella tuvo una visión en la que se le reveló que era inútil orar por otra persona para ayudarle después de que Cristo hubiera cerrado el cielo. Hay adventistas que niegan que ella haya dicho lo anterior. Otros adventistas admiten que lo dijo pero agregan que ha sido malinterpretada. Pero no hay duda de que ella lo dijo. La Biblia condena a un profeta porque interpreta sus propias visiones, ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada (2 Pe 1, 20). Pero Elena sí interpretó sus “revelaciones”. Y si el adventista razona que sus profecías no eran profecías bíblicas, entonces son falsas por completo. En contradicción con la Biblia. Un profeta no contradice a la Biblia. Esta regla bíblica la confirmó incluso la Conferencia General de los adventistas (págs. 224-225). -Elena de White dijo que la sangre de Cristo NO BORRA nuestros pecados: (White, I, 371-372).Pero la Biblia dice que la sangre de
Cristo nos limpia y borra todo en 1 Jn 1,7, Ap 5,9; Mt 26,28, E 1, 7;2,13; Rm 5,9; Col 1,20, etcétera. -Ella dijo que el rescate de Dios no fue cumplido en la cruz. En el nuevo pacto, los pecados de los que se arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al santuario celestial...la purificación real de lo celestial debe efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el cielo. Pero antes de que esto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes... tienen derecho a los beneficios de la expiación cumplida por él... En 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación... Cuando Cristo, en virtud de su propia sangre, quite del santuario celestial los pecados de su pueblo al fin de su ministerio... (White, V, 474-475) ¡Cristo tardó 18 siglos para empezar la obra expiatoria de la cruz! La obra del juicio que empezó en 1844 debe proseguirse hasta que sean juzgadas las causas de todos de los hombres, tanto de los vivos como de los muertos (White, V, 488-89. Énfasis mío)(2). (“Enfoque”, octubre de 1988, p. 17). Contradice la Biblia en Rm 5, 10-11; Ef 1,7; Col. 1, 14; Heb 9, 12-15. La creencia que Cristo se trasladó de un lugar en el cielo a otro contradice Hch 2, 32-36; 1 Cor 15, 25-27; Ef 1, 26-27; Heb 8, 1. La Biblia enseña que Jesús penetró en el santuario celestial al ascender al cielo y no en el año 1844 (Heb 6, 19-20; 8, 1-2 y 9, 2326). La expiación no es continua sino una vez (Heb 10, 10-14; 9, 1112). “Muchos han llegado a negar doctrinas que son las mismas columnas de la fe cristiana... La caída; la expiación...” (White, II, 461). ¡Exactamente Elena! Elena escribió que el Señor no nos ama si pecamos. Dios ama solamente a los niños buenos. Él no ama a los niños malos (Carta de Elena White a su hijo Willie, 14 marzo, 1860). -El Espíritu de Dios se está retirando de la tierra (White, III, 590). ¿Cómo puede ser esto si el Espíritu Santo es el espíritu de Jesucristo y su representante en la tierra? Cristo dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mat 28,20). “Los que se apartan de la clara enseñanza de las Escrituras... están invitando el dominio de los demonios” (White, III, 223). ¡Qué más decir! Las personas que desean sinceramente hacer lo recto son inducidos a escudriñar diligentemente las Escrituras... comparar con la Palabra de Dios los mensajes que se les dan... Los que buscan sinceramente la verdad harán una investigación cuidadosa, a la luz de la Palabra de Dios, de las doctrinas que se les presentan (White, IV,188-189). ¡Muy bien! ¡Adelante hermano(a) adventista! Las mentiras de la profetisa
Los profetas tienen normas éticas y morales. Aunque fracasan (como el rey David) Dios los corrige. No fue así con Elena de White. -Muchísimos de sus escritos son COPIAS de otros libros. La Conferencia General admite que 50% del Tomo V, El Conflicto de los Siglos, fue plagiado de otros escritos. Su libro más importante también es un plagio(3). ¡Incluyendo muchas de sus visiones! Muchas de sus obras ni siquiera fueran escritas por ella sino por miembros de su familia. El señor Robert Olson, la cabeza de The White Estate (el lugar donde la Iglesia Adventista guarda las obras de la Sra. White en Washington), admitió este hecho. ¡Elena de White aún copió de José Smith, fundador de los mormones! Un libro de ella fue escrito después de su muerte. (One Hundred and One Questions on the Sanctuary and on Ellen White, Washington, D.C. Ellen G. White Estate,1981). -Elena mintió. Ella negó que copió de otras personas. Ella dijo que todo lo que escribió vino directamente de Dios. Las palabras son mías pero las ideas son de Dios (Testimony, No. 31, p. 63. Testimony No. 33, p. 189. Selected Messages, Book 1, p. 37). -Elena de White le dijo a su hijo que no dijera a nadie que ella copiaba (The Adventist Review, 23 febrero, 1984, p. 5 en el artículo Sources of the Great Controversy. Fuentes para El Conflicto de los Siglos). -Ella admitió que comió carne de cerdo hasta el año 1890 mientras regañaba a miembros de la iglesia por comerla. (De una Conferencia en Worker’s Meeting en California 13 enero 1981 por el secretario del White Estate Mr. Graybill). -Ella vino de un pueblo de pescadores, que se encuentra en Maine, al noreste de los EE.UU.. En 1882 Elena escribió a su hijo que la enviara latas de ostras y mariscos, mientras seguía castigando a todo el mundo por comer mariscos (Carta de Ellen White a su nuera María, (esposa de Willie) en 1882. ¡Cuánto se gasta en comida, y a menudo en cosas que tan sólo constituyen una complacencia perjudicial! ¡Cuánto se gasta en regalos que no benefician a nadie! (Consejos, p. 309, bajo el título: Siguiendo las sugerencias de Satanás). ¿Estabas haciendo esto hermana White? “Dios quiere que aprendamos también cuán profundo es su aborrecimiento y desprecio de toda hipocresía y engaño.... El mismo Dios que los castigó condena hoy toda mentira .... Aferrémonos a la veracidad con mano firme” (White, IV, 62). -La hermana White dijo que uno tiene que dar el diezmo al Señor antes de dar comida y mantener otros deberes hacia sus hijos (Consejos, p. 99). -Elena de White escribe que LA ÚNICA MANERA posible como podemos manifestar nuestra gratitud y nuestro amor a Dios es ¡pagar el diezmo! (Consejos, p. 21). Sin embargo no todo lo que Elena de White escribió era malo. A veces dijo cosas buenas sobre la fe cristiana. Pero después de todo queda la
pregunta, ¿Si Elena de White era una profetisa falsa, por qué tener que seguir sus enseñanzas? (ver Jeremías 23, 30-32). Hermano mío: ¿Porque sigues las enseñanzas de alguien que evidentemente mintió en tantas ocasiones? Es evidente que los sentimientos no tienen relación directa con el amor. El amor es una decisión, no es sentir bonito. Solo Dios sabe cuales fueron sus razones; yo te pido que revises las tuyas. Si tu desprecias a tus hermanos por sus creencias ¡Estas Mal! Si realmente quieres ser imagen de Dios, debes ser como Él; odiar el pecado pero amar al pecador. Pedir por él y por su salvación. Publicado en el foro de la Web Cristiana. ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Primera parte) Su origen y su peculiar mensaje Dedicado a los que buscan la Verdad (Jn. 14:6; Ef. 4:21) Cierto teólogo, en el momento de obtener su doctorado en Teología, con una tesis sobre Carlos Taze Russell, dijo: “Lo que yo no sé es por qué aparecieron los Testigos de Jehová.” Exactamente eso es lo que vamos a descubrir en este libro; vamos a probar que, por causa de una palabra sola, mal traducida en cierta Biblia, aparecieron el Adventismo y el Jehovismo. Decimos Adventismo con el fin de abarcar, con este término, las diferentes denominaciones adventistas: Iglesia Adventista del Séptimo Día, e Iglesia Adventista del Séptimo Día (Movimiento de Reforma). La mencionada en segundo lugar tuvo su origen escindiéndose de la anterior en Alemania en el transcurso de la I Guerra mundial. En la palabra Jehovismo incluimos los diferentes nombres que los Testigos de Jehová han usado desde su aparición. Tras descubrir por qué aparecieron el Adventismo y el Jehovismo, estudiaremos el mensaje peculiar de cada uno: 1) El mismo Adventismo dice que su mensaje exclusivo es éste: “La doctrina del Santuario, incluyendo la enseñanza del juicio investigador y la creencia en que Elena G. de White fue inspirada divinamente, pertenecen única y exclusivamente a los adventistas del séptimo día. Si Cristo no comenzó un ministerio de juicio investigador en el cielo en 1844, y si Elena G. de White no fue la mensajera elegida de Dios, la Iglesia Adventista perdería dos enseñanzas que la identifican como un movimiento profético levantado por Dios, a fin de preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo.” 2) Un ex miembro del “cuerpo gobernante” del Jehovismo dice cuál es el mensaje exclusivo de éste: “Lo que especialmente distingue sus enseñanzas de las de cualquier otra denominación es la doctrina fundamental que se centraliza en el 1914 como la fecha en que el
gobierno activo de Cristo comenzó; [...] y, más que nada, la selección de la organización de la Watch Tower como su canal oficial, asignándole control completo sobre sus intereses terrenales a una ‘clase del esclavo fiel y discreto’ y, de hecho, dando autoridad completa al cuerpo gobernante de esta clase.” “Así que algo terminó en 1914 y algo empezó. [...] Lo que empezó fue el reino de Dios en el cielo con Cristo como Rey.” 3) Es evidente que tanto el Adventismo como el Jehovismo se consideran dos movimientos aparecidos en cumplimiento de ciertas profecías bíblicas en las respectivas fechas de 1844 y 1914, y que ellos son el pueblo de Dios en la Tierra (pero excluyéndose el uno al otro), por medio de los cuales Dios da a conocer su último mensaje para la humanidad, el cual ellos tienen que predicar al mundo entero; sin que lo que predica el uno tenga ningún valor para el otro. Por tanto, esas dos fechas (1844 y 1914) y las dos doctrinas que se sustentan en ellas (la “purificación del santuario” y el “reino de Dios en el cielo”, comenzados en dichas fechas) son objeto de nuestro riguroso estudio, para dejar al descubierto qué es lo que en realidad pasó en 1844 y 1914, fechas míticas para el Adventismo y para el Jehovismo, de las cuales dependen todas sus pretensiones, para, cada uno excluyendo al otro, proclamarse el único y verdadero pueblo de Dios en la Tierra con el único mensaje en exclusiva. El lector verá lo que queda de todas esas pretensiones, y, además, sabrá más de esas dos organizaciones que muchas de las personas que pasan toda su vida siendo miembros de cualquiera de ellas. 4) Al leer la presente obra, téngase en cuenta lo que dicen el Adventismo y el Jehovismo: a) El Adventismo: "Estudia para aprender qué dice el Señor. Y cuando la convicción te posea mientras investigas, si ves que tus opiniones acariciadas no están en armonía con la verdad, no tuerzas la verdad para que cuadre con tu creencia, sino acepta la luz dada." b) El Jehovismo:"La exposición de errores religiosos y la revelación de las verdades bíblicas no perturban a la persona honrada que desea servir a Dios." EL ADVENTISMO (1Samuel 17:45) A ti, profetisa ignorante, inventora de visiones, que son bodrios a montones de tu mente petulante. Capítulo I EL ORIGEN DEL ADVENTISMO 1) Un hombre estadunidense, Guillermo Miller (1782-1849), fue quien dio origen al “Movimiento millerita”, del que salió el Adventismo (como veremos en lo sucesivo). Era el hijo mayor de una familia de dieciséis hermanos. Aunque en su juventud no pudo cursar estudios, fue un hombre amante de la lectura. Vivió en Low Hampton (Nueva York). Siendo agricultor de profesión, llegó a desempeñar los cargos de condestable, aguacil mayor y juez de paz en su comunidad. En la guerra comenzada en 1812 entre Estados Unidos y Gran Bretaña, sirvió como capitán. 2) Por lo que se refiere al aspecto religioso, Miller no tuvo interés por la religión hasta la edad de 34 años:“Miller hizo entonces pública
profesión de la fe en la religión que había despreciado antes. [...]. Resolvió estudiar las Sagradas Escrituras por su cuenta, y averiguar si toda contradicción aparente no podía armonizarse.” 3) Así, pues, Miller empezó a estudiar la Biblia por su cuenta en 1816 y, en dos años, fundándose en Daniel 8:14, llegó a la conclusión de que la segunda venida de Cristo tendría lugar hacia 1843 aproximadamente: “La profecía de Daniel 8:14 : ‘Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana y el santuario será purificado’, inquietaba a Miller. Estudió y repasó las cifras y las fechas. Alrededor de 1818, después de dos años de concentrado escudriñamiento, Miller expresó su creencia de que la venida de Cristo ocurriría dentro de unos veinticinco años.” “Había dedicado dos años al estudio de la Biblia, cuando, en 1818, llegó a tener la solemne convicción de que unos veinticinco años después aparecería Cristo para redimir a su pueblo.” 4) Miller no dio a conocer de inmediato su creencia de que Cristo vendría a la Tierra hacia 1843; pues llegó a temer que estuviera equivocado y equivocara a otros; por esto, dedicó otros cinco años “a revisar las pruebas que apoyaban las conclusiones a que había llegado”, tras lo cual quedó convencido en su creencia: “No pudo por menos que sentir que era deber suyo impartir a otros la luz que había recibido. [...]. Lo único que temía era que en su gran júbilo por la perspectiva de la gloriosa liberación que debía cumplirse tan pronto, muchos recibiesen la doctrina sin examinar detenidamente las Santas Escrituras para ver si era la verdad. De aquí que vacilara en presentarla, por temor a estar errado y de hacer descarriar a otros. Esto le indujo a revisar las pruebas que apoyaban las conclusiones a que había llegado, y a considerar cuidadosamente cualquier dificultad que se presentase a su espíritu. Encontró que las objeciones se desvanecían ante la luz de la Palabra de Dios como la neblina ante los rayos del sol. Los cinco años que dedicó a esos estudios le dejaron enteramente convencido de que su manera de ver era correcta.” 5) Por fin, Miller llegó a tener una especie de autosugestión que le llevó a creer que Dios le ordenaba que diera a conocer al mundo lo que había descubierto, de lo contrario sería castigado: “El deber de hacer conocer a otros lo que él creía estar tan claramente enseñado en las Sagradas Escrituras, se le impuso entonces con nueva fuerza. ‘Cuando estaba ocupado en mi trabajo – explicó, - sonaba continuamente en mis oídos el mandato: anda y haz saber al mundo el peligro que corre. [...] “De continuo se presentaban a su espíritu las siguientes palabras: ‘Anda y anúncialo al mundo; su sangre demandaré de tu mano.’ [...]” 6) La autosugestión le presionaba el cerebro; la aguantó durante nueve años, hasta que, por fin, en 1831, dio a conocer su descubrimiento sobre la fecha de la segunda venida de Cristo: “Esperó nueve años; y la carga continuaba pesando sobre su alma, hasta que en 1831 expuso por primera vez en público las razones de la fe que tenía.” 7) Así, pues, en 1831, Miller empezó a predicar que la segunda venida de Cristo y el fin del mundo tendrían lugar hacia 1843. Algunos
dirigentes religiosos se unieron a Miller; compusieron un diagrama con sus cálculos y fechas que apoyaban, según ellos, su creencia en la fecha indicada para el regreso de Jesús; las iglesias que no aceptaron su mensaje, fueron acusadas de ser Babilonia: “En 1842, Fitch y Halle dibujaron el famoso diagrama ‘1843’. Este diagrama profético, pintado en tela, fue presentado en el congreso de Boston, celebrado en mayo de 1842, que fue presidido por José Bates. Después de la presentación del diagrama, con los símbolos gráficos y períodos de tiempo, los predicadores adventistas autorizaron hacer 300 ejemplares en litografía. En el segundo trimestre de 1843, Fitch predicó su notable sermón sobre la ‘Caída de Babilonia’. En este sermón declaró que Babilonia ya no se limitaba a la Iglesia Católica Romana, sino que debía incluir al gran grupo de la cristiandad protestante. Dijo que los protestantes habían rechazado la luz del advenimiento y amonestó a los sinceros cristianos a salir de Babilonia. “Jorge Storrs y Silvestre Biss fueron otros destacados dirigentes milleritas.” 8) Vemos que los adventistas de ahora lo mismo llaman “adventistas” como “milleritas” a los seguidores de Miller, quienes pusieron tres fechas para el final de los 2.300 “años” (sacados de Daniel 8:14, donde se dice “días”), en cuyo momento tendrían lugar la segunda venida de Jesús y el fin del mundo; pero esas tres fechas fallaron: “Recordaremos que Miller y otros que intentaron hallar una fecha definida para el fin de los dos mil trescientos años, al principio decían ‘alrededor de 1.843’. Más tarde, señalaron como límite el 21 de marzo y luego el 18 de abril de 1844, [...].” Capítulo II EL CHASCO DEL ADVENTISMO EN 1844 1) Tras haber fallado las tres fechas anteriores, dicen que recibieron nueva luz, para fijar otra nueva fecha que los llevaría a un dramático final, llamado por ellos “el chasco”: “En el verano de 1844, un nuevo torrente de luz apareció e iluminó al movimiento adventista hasta su dramática culminación, en octubre.” 2) La nueva fecha era el 22 de octubre de 1844. Tan convencidos estaban de que Cristo regresaría en esta fecha, gracias a ese “nuevo torrente de luz”, que muchos se deshicieron de sus posesiones: “Muchos entregaron todas sus posesiones para ayudar a esparcir el mensaje del advenimiento.” 3) No faltaron quienes les recordaban las palabras de Jesús, de que nadie sabe el día ni la hora de la segunda venida (Mateo 24:36); pero ellos no tomaron en cuenta esas palabras: “La predicación de una fecha definida para el advenimiento levantó violenta oposición en todas partes, desde el ministro en el púlpito hasta el más descuidado y empedernido pecador. El ministro hipócrita y el descarado burlón decían: ‘Pero el día y la hora nadie sabe’.” 4) Es evidente que los milleritas se habían jugado todo a una fecha, el 22 de octubre de 1844; por tanto, esperaban con gran tensión que llegara ese día; pero ¿se iba a presentar Cristo en esa fecha? He aquí lo que pasó aquel día: llegaron a donde los condujo aquel “nuevo torrente de luz”; a lo que ellos llaman “el chasco”: “A medida que se acercaba el 22 de octubre de 1844, aumentaba la tensión entre los
adventistas. [...] “Y llegó el día. Los adventistas estaban reunidos en capillas o en los hogares particulares, [...]. Pasó el día, y se puso el sol. [...]. Finalmente pasó la media noche. Se ofrecieron oraciones y los ojos de muchos creyentes derramaron lágrimas. Por fin llegó la mañana, y ya no podían seguir pretendiendo que estaban en el día 22. Aquel día pasó y Jesús no había venido. [...]. “[...] cuando pasó el 22 de octubre de 1844 y Jesús no apareció, el chascó fue muy amargo. [...] “[...]. Hiran Edson expresa cuáles eran sus sentimientos: ‘Nuestras más caras esperanzas y expectativas estaban marchitas y nos sobrevino una necesidad de llorar como nunca antes sentimos. Parecía que la pérdida de todos los amigos terrenales no tenía comparación con este dolor. Lloramos y lloramos hasta que aclaró el día’.” Capítulo III LAS CONSECUENCIAS DEL CHASCO 1) Como consecuencias del chasco del 22 de octubre de 1844, el grupo de milleritas (o adventistas) seguidores de Gillermo Miller saltó por los aires; se hizo pedazos: a) Hubo muchos milleritas que, sencillamente, se apartaron del movimiento de Miller en cuanto se produjo el chasco; pero continuó un grupo de ellos: “Muchos milleritas se echaron atrás en seguida después del chasco, aunque un grupo considerable continuó durante varios años.” b) Este grupo que continuó con Miller, después de la muerte de éste, se extingió:“Miller murió en diciembre de 1849. Sus colaboradores continuaron fijando fechas durante años. Estos llegaron a ser los adventistas evangélicos [...]. Gradualmente se fueron extinguiendo.” c) Antes que este grupo se extinguiera, muchos de sus miembros se separaron y dieron lugar a otros grupos de adventistas: de uno de ellos, se originó “la Iglesia Cristiana Adventista”, que observaba el domingo como día de reposo, y que fijó una nueva fecha para la segunda venida de Cristo. En contraposición con este grupo, otros de esos milleritas formaron la “Iglesia Adventista del Séptimo Día”; la continuación del relato así lo dice: “Un grupo considerable se separó de estos milleritas fijando una nueva fecha para la venida de Cristo. [...]. Fueron conocidos como la Iglesia Cristiana Adventista, observadores del domingo; el único grupo adventista importante fuera de los Adventistas del Séptimo Día. “En contraste con éstos que persistieron en la idea de que el Señor vendría pronto y continuaron fijando fechas, hubo grupos de creyentes que se mantuvieron firmes en la convicción de que la profecía de los dos mil y trescientos días había sido calculada correctamente al señalar 1844 como terminación de dicho período, y que la purificación del santuario empezó en esta fecha. Pero hallaron otra explicación que señalaba otro acontecimiento en vez de la segunda venida de Cristo. Este incluía a Hiram Edson, José Bates, Jaime White; Elena Harmon y José Turner. “[...[. Nos interesa especialmente el grupo de Hiram Edson, José Bates, Jaime White y Elena Harmon, porque formaron el núcleo de nuestra iglesia.”
2) Vemos que, de los seguidores de Miller, tras el chasco de 1844, se formaron varios grupos; pero los dos más importantes que permanecieron, fueron: a) La Iglesia Cristiana Adventista que observaba el domingo como día de reposo. Tengamos bien en cuenta a esta Organización, porque, como veremos en su lugar correspondiente, por medio de ella aparecerá el Jehovismo. b) La Iglesia Adventista del Séptimo Día, que no se llamará así hasta 1860, ya que, en el principio de su formación, también observaba el domingo como día de reposo hasta 1846, cuando aceptaron de forma oficial el reposo del sábado, tras debatir este tema en un congreso celebrado a finales del año anterior. Antes de esta fecha, hubo algunos adventistas que empezaron a observar el sábado por su cuenta, a raíz de que Raquel Oakes (miembro de la Iglesia Bautista del Séptimo Día) transmitiera esta enseñanza al pastor adventista Federico Wheeler, en cuya iglesia estuvo escuchando su predicación un domingo tras "el chasco” en 1844. Los White (Jaime y Elena) no aceptaron el sábado hasta después de agosto de 1846; téngase esto en cuenta por las implicaciones que tiene para ella y sus visiones anteriores a esta fecha, desde el punto de vista del Adventismo, lo veremos más adelante. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Segunda parte) ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Segunda parte) Capítulo IV EL AMAÑO DEL CHASCO 1) Como hemos visto, el mensaje de Miller y sus seguidores consistía únicamente en anunciar la segunda venida de Cristo a la Tierra para el día 22 de octubre de 1844; en este día, por tanto, tendría lugar el fin del mundo. 2) Cuando llegó esa fecha y no sucedió nada de lo que habían anunciado, no sólo obtuvieron un “chasco”, como dice ahora el Adventismo, sino que resultó que todo su mensaje había fallado. Por consiguiente, no les quedaba absolutamente nada de todo lo que habían predicado hasta esa fecha. Así, pues, lo único que podían hacer era reconocer que el mensaje anunciado por todos los milleritas no había sido nada más que un error de bulto. 3) Ahora bien, en lugar de reconocer eso, el grupo que dio lugar a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, buscó hasta que halló “otra explicación”: “Pero hallaron otra explicación que señalaba otro acontecimiento en vez de la segunda venida de Cristo. Este grupo incluía a Hiram Edson, José Bates, Jaime White, Elena Harmon y José Turner” 4) La nueva explicación consistió en lo siguiente: a) Habían explicado que los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaban el día 22 de octubre de 1844; por tanto, en esta fecha, tendría lugar la
purificación del santuario a que se refiere ese texto de Daniel, interpretando, por purificación del santuario, la purificación de la Tierra y, por consiguiente, esto suponía la segunda venida de Cristo. b) Después, la “otra explicación” consistió en decir que la fecha del 22 de octubre de 1844 era buena; pero se habían equivocado en lo que era el acontecimiento que debía producirse en esa fecha; pues, en lugar de venir Cristo a purificar la Tierra, lo que sucedió en esa fecha es que Cristo entró en el lugar santísimo y empezó a purificar el santuario del cielo; uno del grupo, Hiram Edson, dijo que él lo vio en visión: “Aquel día pasó y Jesús no había venido. En la quinta de Hiram Edson hubo mucho llanto, como en centenares de otros lugares de reunión. Los creyentes se preguntaban uno a otro: ¿Nos han engañado las Escrituras? Diligentes estudios posteriores revelaron que el tiempo profético era correcto pero que el acontecimiento a ocurrir en esa fecha había sido interpretado equivocadamente.” “[…] La equivocación de ellos consistió en no comprender lo que era el santuario ni la naturaleza de su purificación.” “Edson escribe: ‘Vi distinta y claramente que nuestro sumo sacerdote, en vez de salir del lugar santo del santuario celestial, para venir a esta tierra [...], al fin de los dos mil trescientos días, aquel día entraba por primera vez en el segundo departamento del santuario y tenía una obra que realizar en el lugar santísimo antes de regresar a esta tierra’.” 5) La visión que dijo haber tenido Edson, fue ratificada por las visiones que dicen que tuvo después la Sra. White, que explica que Cristo, desde que ascendió al cielo hasta el día 22 de octubre de 1844, estuvo en el lugar santo del santuario celestial y, en esa fecha, pasó al lugar santísimo y empezó a purificar los pecados de los creyentes; cuando termine de hacer esa obra de purificación, tendrá lugar la segunda venida. A esta obra que dicen que hace Cristo desde aquel día, la llaman “purificación del santuario” y “juicio investigador”; y hacen un paralelo de la obra de Cristo desde que ascendió al cielo con lo que hacían los sacerdotes en el lugar santo, y el sumo sacerdote una vez al año en el lugar santísimo del santuario terrenal: “Se me mostró – dice la Sra. White – el amargo chasco que sufrió el pueblo de Dios por no ver a Jesús en la fecha que lo esperaban. No sabían por qué el Salvador no había venido, pues no veían prueba alguna de que no hubiese terminado el tiempo profético. Dijo el ángel: ‘¿Ha fallado la palabra de Dios? ¿Ha faltado Dios en cumplir sus promesas? No; ha cumplido cuanto prometió. Jesús se ha levantado a cerrar la puerta del lugar santo del santuario celestial, y ha abierto una puerta en el lugar santísimo y ha entrado a purificar el santuario. [...]. “También se me mostró en la tierra un santuario con dos departamentos. Se parecía al del cielo, y se me dijo que era una figura del celestial. [...]. El sacerdote oficiaba en ambos departamentos del terrenal. Entraba diariamente en el primer departamento, y sólo una vez al año en el lugar santísimo para purificarlo de los pecados allí transferidos. [...]. “[...]. Así como el sacerdote entraba una vez al año en el lugar santísimo para purificar el santuario terrenal, también Jesús entró en el lugar santísimo del celestial al fin de los 2.300 días de Daniel 8, en 1844, para hacer la
expiación final por todos los que pudiesen recibir el beneficio de su mediación, y purificar de este modo el santuario.” (3/250-253). “El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario, ‘dentro del velo’ que formaba la entrada y separaba el lugar santo del atrio exterior, representa la obra y el servicio a que dio principio Cristo al ascender al cielo. [...]. “Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento del santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre, pero no obstante sus pecados permanecían inscritos en los libros de registro. Como en el servicio típico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del santuario.” “En ambos servicios, el típico y el real, la purificación debe efectuarse con sangre; en aquél con sangre de animales; en éste, con la sangre de Cristo. [...] La remisión, o sea el acto de quitar los pecados, es la obra que debe realizarse.” (2/470). “La obra del juicio investigador y el acto de borrar los pecados deben realizarse antes del segundo advenimiento del Señor. En vista de que los muertos han de ser juzgados según las cosas escritas en los libros, es imposible que los pecados de los hombres sean borrados antes del fin del juicio en que sus vidas han de ser examinadas. [...] Cuando el juicio investigador haya concluido, Cristo vendrá con su recompensa para dar a cada uno según sus obras. “En el tiempo señalado para el juicio – al fin de los 2.300 días, en 1844 – empezó la obra de investigación y el acto de borrar los pecados. Todos los que hayan profesado el nombre de Cristo deben pasar por ese riguroso examen.” 6) Por tanto, el amaño del chasco que tuvo lugar el día 22 de octubre de 1844, consistió en decir que el acontecimiento de la segunda venida de Cristo, que se tenía que haber producido en ese día (como habían anunciado) estaba equivocado; porque lo que tenían que haber anunciado era que, en dicho día, Cristo iba a comenzar, en el Cielo, el "juicio investigador" o "purificación del santuario". Así retuvieron la fecha de 1844, y cambiaron el acontecimiento que tenía que haberse producido en ella según su anuncio. Capítulo V EL PECULIAR MENSAJE DEL ADVENTISMO 1) Como acabamos de ver, el mensaje que anunciaba la segunda venida de Cristo para el 22 de octubre de 1844, resultó totalmente erróneo y quedó anulado al llegar esa fecha; pero el Adventismo sustituyó ese mensaje erróneo por otro mensaje: el mensaje de que , en esa misma fecha (que mantuvieron como auténtica), había comenzado Cristo en el cielo el “juicio investigador” o “purificación del santuario”, todo fundado en Daniel 8:14, según la interpretación
que hace el Adventismo de este texto, de acuerdo con ciertas visiones, especialmente las de la Sra. White. 2) Por consiguiente, un año después del “chasco”, en 1845, el Adventismo no tenía otra doctrina nada más que la de la "purificación del santuario" (o "juicio investigador"); en este año 1845, discutieron esta doctrina junto con el tema del sábado en un congreso: “En el congreso bíblico convocado por Hiram Edson, en Port Gibson, a finales de 1845, se discutieron las doctrinas principales sobre las cuales se funda nuestra iglesia. El capitán Bates aprendió más acerca del santuario y Edson aprendió acerca del sábado.” 3) Según hemos observado, en el capítulo III, la doctrina del sábado les fue transmitida por Raquel Oakes (de la Iglesia Bautista del Séptimo Día). Por consiguiente, el Adventismo no sacó la doctrina del sábado de la Biblia, por un estudio que hiciera en ella; ni siquiera obtuvo la enseñanza del sábado por medio de las visiones de su profetisa, Sra. White; más aún, esta señora no se interesó en el asunto del sábado hasta después de contraer matrimonio el 30 de agosto de 1846: “Hemos oído poco acerca de Jaime y Elena White, que se habían casado en agosto de 1846. Jaime había sido invitado al congreso de Port Gibson, convocado por Edson, pero no pudo asistir. Elena se había encontrado con José Bates dos veces antes de su casamiento y en ambas ocasiones lo había oído explicar el tema del sábado. Pero los White no se impresionaron con la importancia de esta doctrina. Después de su casamiento, los White estudiaron un folleto que Bates había publicado y aceptaron en seguida el mensaje del sábado.” 4) Por consiguiente, la única doctrina que constituye el peculiar mensaje del Adventismo desde 1844 es la doctrina de la “purificación del santuario” o “juicio investigador”. Esta única doctrina, y sólo ella, fue la causa de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día se fundara en 1844, tras "el chasco”, y exista desde entonces. Después fueron adoptando las demás doctrinas que tienen; pero esas otras doctrinas ya se hallaban en otras iglesias, como es el caso del sábado. Por consiguiente, el mensaje del santuario es la “razón de ser” de la Iglesia Adventista del Séptimo Día “desde 1844”. Así lo reconoce el Dr. Jean Zürcher, un alto dirigente de esta Iglesia en Europa, y que también fue, en los años sesenta, director y profesor del Seminario Adventista en Francia, donde impartía clases sobre “Daniel y Apocalipsis”; él lo dice así: “La profecía de las 2.300 tardes y mañanas constituye, en efecto, un período profético único en la Biblia. Este período profético no se encuentra mencionado más que en el libro de Daniel y no tiene equivalente en ninguna otra parte de las Escrituras. De su interpretación depende no solamente nuestra enseñanza acerca del santuario celestial y la doctrina del juicio, sino incluso nuestra razón de ser como movimiento adventista desde 1844. Por eso ninguna otra profecía tiene más importancia para la Iglesia Adventista que la de Daniel 8:14, tanto desde el punto de vista doctrinal como desde el punto vista histórico.” (4/12). “El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador.” (2/542).
5) Es evidente que el peculiar mensaje del Adventismo y la causa de su existencia desde 1844 es la doctrina de la “purificación del santuario”, basada únicamente en la frase “el santuario será purificado” (de Daniel 8:14); y, a partir de esa doctrina y en relación con ella, establecieron después otras doctrinas referentes a cualquier época de la historia de la salvación: "[…] la doctrina del santuario se convirtió en el microcosmos del plan de salvación. Esta enseñanza no sólo fue la 'llave' que abrió el misterio del Chasco de 1844, sino que 'reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto armonioso […]. La luz del santuario iluminaba lo pasado, lo presente y lo porvenir'." 6) En la Tercera parte, demostraremos que la palabra “purificado” de Daniel 8:14 es una errónea traducción, y, por tanto, toda la fallida enseñanza de Guillermo Miller para el 22 de octubre de 1844, y el peculiar mensaje del Adventismo, fundado en la misma palabra, “purificado”, no tiene ni un átomo de apoyo en la Biblia; y, si esa palabra, “purificado”, hubiera estado bien traducida en la Biblia usada por Miller, nunca hubiera aparecido el Adventismo ni el Jehovismo. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Tercera parte) ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Tercera Parte) EL DESMONTAJE DE LOS CÁLCULOS PARA LLEGAR A 1844 Sobre arena, un edificio sostenerse no podrá, y un cálculo tan ficticio la Historia lo arruinará. Capítulo I EL FUNDAMENTO DEL MENSAJE DE GUILLERMO MILLER 1) Miller predicó el mensaje de que el día 22 de octubre de 1844 tendría lugar la segunda venida de Cristo, como ya hemos visto en la primera parte. 2) Ese mensaje estaba fundado en Daniel 8:14, que, según la versión usada por Miller, como se ve por las citas aportadas ahora por el Adventismo, decía igual que la Reina-Valera, que dice así:“[...]: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.” 3) En efecto, de este texto sacó Miller los dos componentes de su mensaje: a) De la frase: “dos mil trescientas tardes y mañanas”, interpretadas como 2.300 días, sacó la fecha de 1844. b) De la expresión: “el santuario será purificado”, sacó la doctrina de que el santuario que debía ser purificado en 1844 era la Tierra, lo que suponía la segunda venida de Cristo en esa fecha, como ya hemos visto en la primera parte. 4) por consiguiente, tenemos que estudiar estos dos puntos, para demostrar el error en el que incurrió Miller, que construyó todo su mensaje “sobre la arena”, como probaremos en lo sucesivo; por
tanto, vamos a ver cómo hizo los cálculos para llegar a 1844; después revisaremos cada fecha de esos cálculos; y, en la tercera parte, estudiaremos el tema de la "purificación del santuario". a) Los 2.300 días (de Daniel 8:14) fueron convertidos en 2.300 años, sirviéndose de dos textos: Números 14:34 y Ezequiel 4:6, de los cuales sacan la medida de que “un día = a un año”. b) Después relacionó estos 2.300 años con la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24-27, y llegó a la conclusión de que estos dos períodos de tiempo empezaban en la misma fecha, siendo las 70 semanas el primer tramo de los 2.300 días; es decir, cuando se acabara el tramo de las 70 semanas, se añadiría el resto de los 2.300 días. c) Ahora le faltaba encontrar la fecha para empezar a contar las 70 semanas de Daniel. El texto de este profeta dice que esas semanas se empezarían a contar: “[...] desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén [...].” (Daniel 9:25). d) Miller consideró que esa “orden” fue el decreto dado por el rey persa Artajerjes a Esdras, en el séptimo año de su reinado, según se indica en Esdras 7:6-28. e) Después de haber hecho los cálculos que fallaron por tres veces (como ya hemos visto en la primera parte), Miller y los suyos llegaron a la conclusión que ese decreto dado por Artajerjes a Esdras (Esdras 7:12-13) “entró en vigor” o “fue promulgado” en el otoño del año 457 a. C., y, por tanto, había que empezar a contar los 2.300 años desde el otoño de ese año; así, el final coincidiría con el otoño de 1844, en cuyo año el día 10 del mes séptimo del calendario bíblico, en el cual era la purificación del santuario judío, coincidía con el 22 de octubre de dicho año; así se llegó a esta fecha para la segunda venida de Cristo: “El simbolismo del día de la expiación, que en 1844 cayó el 22 de octubre se combinó con la profecía de los dos mil trescientos días, y los creyentes adventistas señalaron aquel día como el de la purificación del santuario. “Se creía que el santuario era la tierra y su purificación la venida de Cristo.” “Los dos mil trescientos días habrían terminado en la primavera [otoño meridional] (el día de año nuevo según el calendario judío) de 1844, si el decreto de Artajerjes se hubiera promulgado el primer día del año 457 AC. Pero siendo que el decreto no se había promulgado hasta el otoño [primavera meridional] de aquel año, los dos mil trescientos años no podían terminar hasta el otoño [primavera meridional] de 1844. Un estudio más detenido del santuario y su servicio, les reveló que la purificación del santuario ocurría el día décimo del mes séptimo. Esto confirmaba la idea de que los dos mil trescientos años terminarían en el otoño [primavera meridional] porque el día décimo del mes séptimo correspondía al 22 de octubre de 1844.” f) La Sra. White (1827-1915), “profetisa” del Adventismo, cuenta todo esto de la siguiente manera: “La profecía que parecía revelar con mayor claridad el tiempo del segundo advenimiento, era la de Daniel 8:14: ’Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario.’ (V. M.) Siguiendo la regla que se había
impuesto, de dejar que las Sagradas Escrituras se interpretasen a sí mismas, Miller llegó a saber que un día en la profecía simbólica representa un año (Números 14:34; Ezequiel 4:6); vio que el período de los 2.300 días proféticos, o años literales, se extendía mucho más allá del fin de la era judaica, y que por consiguiente no podía referirse al santuario de aquella economía. Miller aceptaba la creencia general de que durante la era cristiana la tierra es el santuario, y dedujo por consiguiente que la purificación del santuario predicha en Daniel 8:14 representaba la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento de Cristo. Llegó pues a la conclusión de que si podía encontrar el punto de partida de los 2.300 días, sería fácil fijar el tiempo del segundo advenimiento. Así quedaría revelado el tiempo de aquella gran consumación, [...].” (2/371). g) Ella misma explica el resto de la interpretación de Miller, relacionando los 2.300 días con las 70 semanas de Daniel hasta llegar a 1844: “Había un punto importante en la visión del capítulo octavo, que no había sido explicado, a saber, el que se refería al tiempo: el período de los 2.300 días; por consiguiente, el ángel, reanudando su explicación, se espacia en la cuestión del tiempo: “ ‘Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad. ... Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí. ... Y en otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.’ (Daniel 9:24-27). “El ángel había sido enviado a Daniel con el objeto expreso de que le explicara el punto que no había logrado comprender en la visión del capítulo octavo, el dato relativo al tiempo: ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario.’ Después de mandar a Daniel que ‘entienda’ ‘la palabra’ y que alcance inteligencia de ‘la visión’, las primeras palabras del ángel son: ‘Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad.’ La palabra traducida aquí por ‘determinadas’, significa literalmente ‘descontadas.’ El ángel declara que setenta semanas, que representan 490 años, debían ser descontadas por pertenecer especialmente a los judíos. ¿Pero de dónde fueron descontadas? Como los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el capítulo octavo, deben constituir el período del que fueron descontadas las setenta semanas; las setenta semanas deben por consiguiente formar parte de los 2.300 días, y ambos períodos deben comenzar juntos. El ángel declaró que las setenta semanas datan del momento en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Si se puede encontrar la fecha de aquel edicto, queda fijado el punto de partida del gran período de los 2.300 días. “El decreto se encuentra en el capítulo séptimo de Esdras. (Vers. 12-26) Fue expedido en su forma más completa por Artajerjes, rey de Persia, en el año 457 ant. de J. C. [...] “ ‘Desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y
dos semanas’ – es decir sesenta y nueve semanas, o sea 483 años. El decreto de Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 ant. de J. C. Partiendo de esta fecha, los 483 años alcanzan al otoño del año 27 de J. C. [...] Entonces fue cuando esta profecía se cumplió. La palabra ‘Mesías’ significa ‘ el Ungido’. En el otoño del año 27 de J. C., Cristo fue bautizado por Juan y recibió la unción del Espíritu Santo. [...]. “ ‘Y en otra semana confirmará el pacto a muchos.’ La semana de la cual se habla aquí es la última de las setenta. Son los siete últimos años del período concedido especialmente a los judíos. Durante ese plazo que se extendió del año 27 al año 34 de J. C., Cristo, primero en persona y luego por intermedio de sus discípulos, presentó la invitación del Evangelio especialmente a los judíos. “ ‘A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.’ El año 31 de J. C., tres años y medio después de su bautismo, nuestro Señor fue crucificado. [...] “Hasta aquí cada uno de los detalles de las profecías se ha cumplido de una manera sorprendente, y el principio de las setenta semanas queda establecido irrefutablemente en el año 457 ant. de J. C. y su fin en el año 34 de J. C. Partiendo de esta fecha no es difícil encontrar el término de los 2.300 días. Las setenta semanas – 490 días – descontadas de los 2.300 días, quedan 1.810 días. Contando desde 34 de J. C., los 1.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, ‘el santuario’ debía ser ‘purificado.’ De este modo la fecha de la purificación del santuario – la cual se creía universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo – quedó definitivamente establecida.” h) Una vez vista la interpretación de Daniel 8:14 y 9:24-27, para llegar a 1844, presentada por la persona que más autoridad tiene en el Adventismo. i) Vemos que los 2.300 años contados desde el otoño del año 457 a. C. llegan hasta el otoño del año 1844 d. C. El Adventismo cuenta los 490 años de las 70 semanas desde la misma fecha que los 2.300 años. Cuando terminaron los 490 años (que considera que están cortados o descontados de los 2.300), los cuales llegan hasta el otoño del año 34 d. C., suman, a esta fecha, los 1.810 años restantes de los 2.300, y así llegan al otoño del año 1844. j) Contando las 69 primeras semanas, de las 70 (Daniel 9:25), o 483 años, desde el otoño del año 457 a. C., se llega al otoño del año 27 d. C., cuando (según el Adventismo) Cristo fue bautizado. Así, a la mitad de la última semana ( = 7 años), en la primavera del año 31 d. C., Jesús fue crucificado; a esta fecha, se suman los 3 ½ años restantes de la segunda mitad de la última de las 70 semanas, y se llega al otoño del año 34 d. C., donde termina el período de las 70 semanas (o 490 años). Al otoño del año 34, se suman los 1.810 años restantes de los 2.300, y se llega al otoño del año 1844 (como se ve en el gráfico primero), que es la fecha buscada a lo largo de todos estos cálculos. Por tanto, las fechas de los años 457 a. C., 27 d. C. 31 y 34 sólo son hitos para llegar al año 1844, que es la fecha fundamental del
Adventismo, hasta tal punto que esta fecha figura entre las “creencias fundamentales” de la Iglesia Adventista al mismo nivel que la creencia en Dios, en Jesucristo, etc. (6/254-255). De aquí que, si se demuestra que alguna de esas cuatro fechas (años 457, 27, 31, 34) es falsa, resultará una catástrofe para las creencias fundamentales del Adventismo, y para su razón de ser (como hemos visto en la primera parte). Por tanto, pasamos a examinar esas cuatro fechas por orden cronológico. Capítulo II LA FECHA DEL AÑO 457 A. C. 1) El Adventismo cuenta desde el otoño de este año 457 a. C. las 70 semanas de Daniel 9:24-27 y los 2.300 días (convertidos en años) de Daniel 8:14. En realidad, estos textos de Daniel contienen dos profecías distintas entre sí, y nada tiene que ver la una con la otra. En efecto, la de Daniel 8:14 fue dada “En el año tercero del reinado del rey Belsasar” (o Baltasar), según Daniel 8:1, que corresponde al “año 553/552 a. C.”, según el mismo Adventismo (7/tomo 4, p. 828). Por lo que se refiere a la profecía de Daniel 9:24-27, ésta fue dada “En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos”, según Daniel 9:1. El Adventismo no tiene ningún interés en precisar, en este lugar de su Comentario Bíblico, a qué fecha corresponde el primer año de este Darío (que es el mismo mencionado en Daniel 5:31 y 11:1); pero el Jehovismo dice lo siguiente sobre Darío el Medo (al que también llama Darío I): “[...], por lo menos con un año y posiblemente parte de un segundo año para Darío el Medo, el primer año del rey Ciro el Persa quizás no haya comenzado sino hasta el año 538 a. de la E. C., extendiéndose hasta el siguiente año, 537 a. de la E. C.” “El reinado de Darío I fue breve; la mención del ‘primer año’ de su reinado infiere que fue rey por lo menos por un año completo. (Dn. 9:1; 11:1) Ciro lo siguió en el trono a fines de 538 y el profeta de Jehová, Daniel, continuó en un puesto alto. ‘En cuanto a este Daniel, prosperó en el reinado de Darío y el reinado de Ciro el persa.’ (Dan. 6:2, 28) [...].” (9/13). 2) Por consiguiente, el primer año de Darío el Medo estaría en torno al año 538 a. C. 3) Por tanto, sabemos que la profecía de Daniel 8:14 (sobre los 2.300 días) fue dada hacia el año 552 a. C., y la de Daniel 9:24-27 (sobre las 70 semanas) fue revelada hacia el año 538 a. C. Esto supone que entre Daniel 8:14 y Daniel 9:24-27 hay 14 años de diferencia; pero parece que al Adventismo le gustaría borrar esos 14 años de historia entre los capítulos 8 y 9 de Daniel, para que así fuera más fácil su teoría de que las 70 semanas están cortadas del período de los 2.300 días, y por tanto ambas profecías comienzan en la misma fecha. He aquí un intento de borrar esos 14 años, realizado por el Dr. Jean Zürcher (a quien ya nos hemos referido más arriba), y publicado en la Revista oficial del Adventismo; dice así: “[...]. Esto es lo que pide Daniel en su oración: ‘Dios nuestro ... haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado’ (Dan. 9:17). Es verdad que el profeta pensaba en el santuario terrenal, mientras que el ángel le habla del santuario celestial. Daniel estaba pensando en los setenta años de la
profecía de Jeremías, cuando Gabriel le declaró: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado’ (Dan. 8:14). 4) Vemos cómo el Dr. Zürcher suprime los 14 años que separan los capítulos 8 y 9 de Daniel, pues, según él, cuando Daniel estaba orando en el año 538 a. C., vino el ángel y le dijo lo que ya le había dicho en el año 552 a. C. (es decir, 14 años antes); parece increíble que un doctor en Filosofía razone de esta manera; pero esto sólo es un amago de los intentos que harán para conseguir establecer su fundamental fecha de 1844, lo veremos. 5) Por otra parte, en Números 14:34 y Ezequiel 4:6, no hay ninguna regla, que diga que en las profecías dadas en días, éstos deban transformarse en años; pues en esos dos textos sólo se trata de dos hechos concretos, en cada uno de los cuales se dice lo contrario del otro: en Números 14:34, se afirma “un año por cada día”, mientras que, en Ezequiel 4:6, se informa: “día por año”. Veamos esos dos textos dentro de sus contextos: a) Dios ordenó a Moisés que enviara doce hombres a reconocer la tierra de Canaán, donde debían entrar los israelitas; los doce espías tardaron 40 días en reconocer aquella tierra (Números 13:1-25). Diez de los doce dieron un informe negativo, que arrastró a los israelitas a rechazar la orden de Dios para entrar en Canaán; entonces, Dios dijo que todos los que tuvieran de 20 años para arriba, morirían en el desierto, excepto Caleb y Josué (Números 14:1-30); por tanto, para que los desobedientes murieran en el desierto, Dios los castigó a deambular por allí 40 años, un año por cada día que habían tardado en reconocer la tierra:“Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.” (Nm. 14:34). b) En Ezequiel capítulos 4 y 5, Dios anuncia, mediante una serie de acciones que ordena realizar al profeta, el sitio y destrucción de Jerusalén, lo cual se explica en 2 Reyes 25:1-10. Entre esos gestos simbólicos, Ezequiel tuvo que realizar dos, que consistían en cargar Dios, simbólicamente, la maldad de la casa de Israel, que había durado 190 años, sobre el profeta, reduciéndola a 190 días ( un día por cada año), que el profeta tenía que dormir sobre el lado izquierdo; después, como la maldad de la casa de Israel había durado 40 años, Dios ordena, al profeta, que duerma otros cuarenta días sobre el lado derecho, y dice: “[...], y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.” (Ezequiel 4:6). 6) Como es evidente, estos dos pasajes van en sentido contrario. En el primero, los 40 días se transforman en 40 años; en el segundo, los 40 años se convierten en 40 días. Por tanto, en estos dos pasajes no hay ninguna regla profética, sino un castigo real en el primer caso, y un castigo simbólico en el segundo. Si alguien quiere coger estos dos textos (Números 14:34 y Ezequiel 4:6), para establecer una regla que mida el tiempo profético, tiene que, según el primer texto, transformar los días en años (40 días = 40 años), y, según el segundo texto, tiene que convertir los años en días (40 años = 40 días).
Muchos, por no fijarse bien en lo que dicen estos dos textos bíblicos, han aplicado (cada uno como bien le ha parecido en cuanto al punto de partida) el invento de esa regla o norma, que no existe en ninguna parte, y todos sus cálculos han terminado en un rotundo fracaso; en ninguna ocasión se ha cumplido lo que han anunciado con unos cálculos hechos con esa regla (véase el Apéndice 1). Por tanto, cuando la Biblia da profecías en días, los días sólo son días (véase el Apéndice 2). Sólo, en las 70 semanas de Daniel, se cuenta un año por cada día; pero la medida no viene de esos dos textos que comentamos, sino de un hecho que simboliza lo anunciado en las 70 semanas (lo cual sí se cumplió al pie de la letra); además, en estos dos casos, la medida del tiempo no se da en días, sino en semanas, y, en uno de ellos, se dice claramente que son semanas de años. 7) Por tanto, los 2.300 días de Daniel 8:14 son días literales ; se trata de los días que se iba a tardar en reconstruir el templo de Jerusalén que, cuando se dio la profecía de Daniel 8: 14 en el año 552 a. C., estaba destruido desde el año 19 del reinado de Nabucodonosor (2 Reyes 25:8-10), que es el año 586 a. C. En efecto: a) En Jeremías 17:27, se anuncia la destrucción de Jerusalén. Esta destrucción fue realizada, como queda indicado, en el año 586 a. C., cuando el templo también fue destruido, según se explica en 2 Reyes 25:8-10. b) Según Daniel 8:1, en el año 552 a. C., se anuncia la restauración de ese templo en Daniel 8:14, la cual fue terminada y el templo dedicado en el sexto año del reinado del rey Darío, según se dice en Esdras 6:15-18. Este rey es Darío I, y su sexto año (según el Adventismo) corresponde al año 515 a. C. c) En Daniel 9:26, se vuelve a anunciar la destrucción de Jerusalén y del templo, lo cual sucedió en el año 70 d. C. por medio de las legiones romanas al mando del príncipe Tito, hijo del emperador romano Vespasiano. 8) Es evidente que el hecho de convertir los 2.300 días en 2.300 años no tiene base bíblica; de ahí, los intentos del Adventismo para “cortar” las 70 semanas de los 2.300 días de Daniel 8:14, empezando los dos períodos al mismo tiempo en el año 457 a. C., como se ve en el gráfico primero de más arriba; pero ese subterfugio no le sirve para sus fines; porque no le salen las cuentas en su cálculo de las 70 semanas de Daniel 9:24-27, como vamos a demostrar a continuación. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Cuarta parte) ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Cuarta Parte) 9) En Daniel 9.25, se dice que las 70 semanas se empezarían a contar “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén [...]”. 10) En Esdras 7:12-13, el rey persa Artajerjes dice, al sacerdote judío Esdras, en su decreto: “Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y
escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. “Por mí es dada orden que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya.” 11) No se dice en qué día dio el rey Artajerjes esta orden; pero sí se afirma en la Biblia: “[...], este Esdras subió de Babilonia. [...] Y con él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo, en el séptimo año del rey Artajerjes. Y llegó a Jerusalén en el mes quinto del año séptimo del rey. Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, [...].” (Esdras 7:6-9). 12) Vemos con claridad que, aunque no se dice en qué día se emitió esa orden del rey Artajerjes, está claramente expresado que ese viaje a Jerusalén se realizó en el año séptimo del rey Artajerjes, y que salieron de Babilonia en el día primero del primer mes, que es Nisán, equivalente al mes de abril (aproximadamente); y llegaron a Jerusalén el día primero del mes quinto, que es Av, el cual corresponde al mes de agosto (aproximadamente), (12/73, 107). Así que el viaje empezó a primeros de abril, y llegaron a Jerusalén a primeros de agosto del año séptimo del reinado del rey Artajerjes. Ahora hay que calcular dos cosas: a) A qué año del calendario juliano corresponde el año séptimo del reinado de Artajerjes. b) En qué momento, dentro de ese año séptimo, el rey Artajerjes emitió esa “orden”, para realizar ese viaje a Jerusalén. 13) Sobre el año séptimo de Artajerjes, el Adventismo dice: “Uno de los papiros de doble fecha descubiertos en la colonia judía de Elefantina, Egipto [...], fue escrito en el año de ascensión al trono de Artajerjes, en enero del 464 a. C. [...]. Comparándolo con otros registros, antiguos, se puede deducir que, mediante el cómputo judío, el ‘comienzo de su reinado’ o ‘año ascensional’ comenzó después del Año Nuevo judío de 465 a. C. y terminó en el siguiente Año Nuevo judío, en septiembre-octubre del 464 a. C. Entonces, su ‘primer año’ (su primer año calendario completo) habría sido desde septiembreoctubre del 464 a. C. hasta septiembre-octubre del 463 a. C. El 7º año de Artajerjes se extendería entonces, desde el otoño (septiembreoctubre) del 458 a. C. hasta el otoño del 457 a. C. [...].” “Artajerjes ascendió al trono a finales del año 465 A. C. Pero el año 465-464 A. C. no fue el primero de Artajerjes. [...] Tanto judíos como persas contaban los años del reinado de los monarcas a partir de fechas fijas. Los judíos contaban los años civiles de otoño a otoño, comenzando con el 1º de Tisri (Septiembre). El período que iba desde la ascensión al trono hasta el siguiente día 1º de Tisri era denominado ‘comienzo del reinado’ [...]. Ahora se acostumbra llamarlo ‘año ascensional’. Podía durar días o meses. Recién al terminar comenzaba el primer año de reinado.” 14) Por otra parte, tenemos la siguiente información sobre el comienzo del reinado de Artajerjes, cuando sucedió a su padre Jerjes: “JERJES. Rey de Persia, llamado Asuero en latín, hijo de Darío I, n. hacia el año 519 a. de J. C. y m. en 465. [...], siendo asesinado, junto
con su hijo mayor Darío, por el jefe de la guardia, Artabán, en Diciembre de 465 ó Enero del 464, que fue muerto el mismo día. Le sucedió su hijo Artajerjes I.” c) Cuando los judíos que vivían en el reino persa de Artajerjes, conocieron esa “orden”, los que quisieron ir a Jerusalén, se concentraron en Babilonia para hacer el viaje con Esdras; en Esdras 8:1-36, se habla de los que hicieron ese viaje. d) Ahora bien, ¿cuánto tiempo pudo pasar desde que el rey dio la “orden” hasta que estos judíos se reunieron en Babilonia? Si nos fijamos en el mapa del reino persa (en la última página), y en , vemos que los que vivían en la parte oriental de ese reino, por ejemplo, en la importante ciudad de Bactra, o en el extremo occidental, tuvieron que recorrer unas distancias mayores que el camino recorrido después para ir desde Babilonia a Jerusalén rodeando el desierto de Arabia. Además, puesto que era un viaje sin retorno, pues se trataba de ir a vivir en Jerusalén, es decir, volver a la tierra de donde habían sido deportados sus padres, estos judíos tuvieron que liquidar sus negocios y propiedades antes de ir a Babilonia para reunirse con Esdras. Por consiguiente, aunque ese viaje hasta Babilonia se hiciera más rápido que el de Babilonia a Jerusalén, porque un viaje individual es más rápido que el de una caravana, si en el viaje a Jerusalén se tardó unos cuatro meses, en el viaje hasta Babilonia, al ser la distancia, para los más alejados, casi el doble que de Babilonia a Jerusalén, no podemos calcular que tardaran menos de otros cuatro meses; a estos cuatro meses hay que sumar el tiempo que tardaron los heraldos del rey (éstos más rápidos) de llevar la noticia de la “orden” del rey hasta Bactra, por ejemplo; también hay que sumar el tiempo que estos judíos tardaran en liquidar sus posesiones. No es ninguna exageración calcular que, desde que el rey emitió la “orden” en cuestión hasta que los judíos de los lugares más alejados del reino persa se pusieran en camino hacia Babilonia, pasaron otros dos meses más. Por tanto, desde que el rey emitió la “orden” hasta que Esdras empezó el viaje desde Babilonia, se habrían pasado seis meses como mínimo; Así, pues, como Esdras salió de Babilonia el día primero del primer mes, que hemos visto que corresponde a primeros de abril del calendario juliano, resulta que seis meses antes corresponde a primeros del mes de octubre del año 458 a. C., es decir, nos situamos en el comienzo del año 7º del reinado del rey Artajerjes, que es el comienzo del otoño del año 458 a. C. 19) Por tanto, como la Biblia dice que las 70 semanas se empiezan a contar “... desde la salida de la orden..." (Daniel 9:25), resulta que, si comenzamos a contar los 2.300 días al mismo tiempo, como hace el Adventismo, y la fecha de este comienzo es el principio del otoño del año 458 a. C., el final de estos 2.300 días (años para el Adventismo) se sitúa en el comienzo del otoño (primeros de octubre) del año 1843 d. C., pues al retrasar un año el comienzo (desde el 457 al 458), también se retrasa un año el final (desde el 1844 al 1843).
20) Como se ve, vamos a parar al año 1843 que es la primera fecha que dio Guillermo Miller para el fin del mundo, fecha que fue presentada en “el famoso diagrama ‘1843’.”, donde estaban los cálculos que daban lugar a esa fecha por cuatro caminos distintos (véase ese diagrama en el Apéndice 1). Después, cuando esa fecha falló, dieron otras dos: “el 21 de marzo y luego el 18 de abril de 1844”. Por fin, dieron la fecha del 22 de octubre de 1844, que también falló; así retrasaron la fecha del fin del mundo un año, desde 1843 a 1844, que es el año que ahora encontramos de error en esos cálculos. Dentro del año 1844, fijaron el día 22 de octubre porque dicen que, en ese año, ese día correspondía al día 10 de Tisri del calendario judío, en el cual se celebraba la fiesta de las “Expiaciones”, consistente en la purificación del santuario israelita (Levítico 16:29-30):“Un estudio más detenido del santuario y su servicio, les reveló que la purificación del santuario ocurría el día décimo del mes séptimo. Esto confirmaba la idea de que los dos mil trescientos años terminarían en el otoño [primavera meridional] porque el día décimo del mes séptimo correspondería al 22 de octubre de 1844.” 21) Ahora bien, si cuentan los 2.300 años por el calendario juliano, dichos años tienen que haber empezado en el día 22 de octubre del año 457 a. C.; y, si los cuentan por el calendario judío, esos años tienen que comenzar el día décimo del mes de Tisri del mismo año 457 a. C. En los dos casos esto da lugar a un error, que consiste en comenzar a contar las 70 semanas (pues no olvidemos que las cuentan juntas con los 2.300 años) en el año 8º del rey Artajerjes, pues este año 8º empezó el día uno de Tisri del año 457 a. C., y el día de las “expiaciones” era el día décimo de ese mes; lo mismo sucede si se cuenta por el calendario juliano, pues el 22 de octubre del año 457 a. C. cae dentro del año 8º del rey Artajerjes (véase el gráfico tercero). 22) Ahora tenemos que preguntar: ¿cómo justifica el Adventismo este desplazamiento del comienzo de las 70 semanas en un año (del 458 al 457) en contra de lo que dice la Biblia en Daniel 9:25? La profetisa del Adventismo contesta así:“El decreto de Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 ant. de J. C.” 23) Vemos que, con esta declaración tan rotunda como gratuita, se cambia el principio de las 70 semanas desde 458 a. C. a un año más tarde, al 457 a. C., para que, así, el final de los 2.300 días-años no sea en 1843, como había predicado Miller, sino que ese final sea en el otoño del año 1844. Repitamos el gráfico tercero agregando las fechas del verdadero comienzo de las 70 semanas y de esa pretendida puesta “en vigencia” de la “orden” o “decreto” de Artajerjes en el 7º año de su reinado: 24) Veamos ahora lo que implicaba la “orden” de Artajerjes para los judíos que fueron con Esdras desde Babilonia a Jerusalén en el 7º año del reinado de este rey, según lo explica la Biblia en Esdras 7:1-27 y 8:24-34: a) Les autorizaba a concentrarse en Babilonia. b) Marcharse a Jerusalén para residir allí.
c) Llevar consigo más de 22.000 kilos de plata y más de 3.000 kilos de oro, amén de una cantidad de valiosos objetos; parte de todo esto fue donado por el mismo rey Artajerjes y su Gobierno (como se explica en Esdras 7:15-16). 25) El Adventismo debería explicar cómo hicieron todo eso los judíos sin tener ninguna autorización para ello, puesto que se fueron al principio del mes de abril del año 457 a. C., y la “orden” para hacerlo no entró en vigencia hasta el otoño del mismo año, casi dos meses después de haber llegado a Jerusalén, según su profetisa, Sra. White. Parece increíble que personas con estudios de Derecho (en el Adventismo) puedan aceptar y apoyar esas inconsecuencias de su profetisa; pero jamás nadie podrá encontrar en la Biblia ni en la Historia ninguna prueba, para demostrar que la “orden” o “decreto” del rey “Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 a. C.”. Eso es lo que necesitaban para llegar con sus cálculos hasta el otoño del año 1844, y, sencillamente, se lo inventaron; después lo confirmó su profetisa, que para eso la crearon. 26) Por fin, podemos preguntar, al Adventismo, que si la fecha verdadera, para empezar a contar las 70 semanas (y los 2.300 días, según ellos) era el otoño del año 457 a. C., para llegar al otoño del año 1844 d. C., ¿por qué hicieron unos cálculos proféticos que llegaban sólo al año 1843, y los exhibieron en “el famoso diagrama ‘1843’ ” desde 1842? Su profetisa contesta así, apoyándose en una de sus visiones: “He visto que el diagrama de 1843 fue dirigido por la mano del Señor, y que no debe ser alterado; que las cifras eran como él las quería; que su mano cubrió y ocultó una equivocación en algunas de las cifras, para que nadie pudiese verla, hasta que la mano de Dios se apartase.” “[...]. La mano del Señor se apartó de las cifras, y echaron de ver el error. Advirtieron que los períodos proféticos alcanzaban hasta 1844, y que la misma prueba que habían aducido para demostrar que los períodos proféticos terminaban en 1843 demostraba que terminarían en 1844.” 27) He ahí la profetisa del Adventismo: tan falsa es esa explicación de lo que hacía ese dios trafullero con su mano, como la explicación de que: “El decreto de Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 ant. de J. C.”. Pero una cosa es cierta: que el Adventismo tiene un error, en su fecha del año 457 a. C., que resulta ser falsa, por lo que no le permite llegar a establecer su creencia fundamental basada en la fecha de 1844; porque, para llegar a ella, le falta un año, y esto no tiene arreglo; mas sigamos con las fechas de sus cálculos y veremos más trafullas. Capítulo III LA FECHA DEL AÑO 27 d. C. 1) La fecha del año 27 d. C. es el segundo hito, en los cálculos del Adventismo, para llegar a 1844. Deducen esta fecha contando las 69 primeras semanas (ó 483 años) de las 70 semanas de Daniel desde el otoño del año 457 a. C., cuando dice su profetisa que entró en vigencia el decreto del rey Artajerjes; el mismo Adventismo lo explica así, apoyándose en la autoridad de ella:
“Comenzando en el otoño [...] del 457 a. C., cuando entró en vigencia el decreto, las 69 semanas proféticas, o 483 años, llegan hasta el bautismo de Jesús en el año 27 d. C.” 2) Los comentaristas del Adventismo no tienen más remedio que escribir esto para dar la razón a su profetisa, la cual también dejó establecida la fecha del bautismo de Cristo con la siguiente afirmación rotunda (para que lo demuestren sus seguidores): “En el otoño del año 27 de J. C., Cristo fue bautizado por Juan [...].” 3) La Biblia que usa el Adventismo, en su Comentario Bíblico, dice que Jesús fue bautizado: “En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, [...].” (Lucas 3:1) 4) Ahora, estos comentaristas no pueden demostrar que Cristo fuera bautizado en el año 27; pero, como no pueden dejar de dar la razón a su profetisa, recurren a una trafulla para demostrar que el bautismo de Jesús tuvo lugar en ese año indicado; he aquí sus palabras: “Augusto murió [...] el 19 de agosto, [...] el año 14 d. C. [...] “[...] los judíos computaban el reinado de los reyes extranjeros según el año que comenzaba el 1 de Tisri. Si así fue, es de esperar que Lucas contara los años de Tiberio, gobernante romano, a partir de 1º de Tisri, y que su 2º año comenzara el primer día de año nuevo de su reinado, es decir, el 1º de Tisri del año 14 d. C.” 5) Por una parte, vemos que esperan que Lucas contara los años de Tiberio por el calendario judío, “según el año que comenzaba el 1 de Tisri”; pero, por otra parte, contara de forma que el 2º año de Tiberio empezara en el 1º de Tisri de su reinado; es decir, que el año 2º comenzara donde, en el calendario judío, empezaba el año 1º completo; de esta forma, esperan que Lucas convirtiera lo que era el “año ascensional” en el año 1º. 6) Desde la muerte de Augusto en el día 19 de agosto del año 14, hasta el día 1º de Tisri siguiente hay un mes y medio (aproximadamente). Puesto que esperan que Lucas contara los años de Tiberio por el calendario judío, según el año que comienza en el 1º de Tisri, resulta que esa fracción de un mes y medio debe ser el “año ascensional” de Tiberio y, a continuación, comenzar el año 1º de su reinado, como en el caso del rey Artajerjes (véase el Gráfico cuarto); pero, como esto no les interesa, han transformado el “año ascensional” en el primer año; de esta forma, donde debía empezar el año 1º, comienza el año 2º; por consiguiente, con este subterfugio, han escamoteado un año al reinado de Tiberio, para que el año 15º de éste coincida con el año 27. Mediante esta trafulla consiguen adaptar lo que dice Lucas 3:1, 21 a la fecha del año 27 para el bautismo de Jesús, como afirma su profetisa. 7) Ahora bien, nadie podrá demostrar jamás que alguien haya contado alguna vez de esa manera por el calendario judío. Como es evidente, por el calendario judío se contaban los años completos a partir del 1º de Tisri, y la fracción de año, que había hasta llegar al 1º de Tisri, era el “año ascensional”, tal como está contado en el caso del rey Artajerjes (véase el gráfico cuarto). Por tanto, si se aplica el sistema judío a los años del imperio de Tiberio, hay que contar los años de la siguiente forma:
8) Observamos que, contando los años del imperio de Tiberio, según se contaban por el calendario judío, el año 15º de Tiberio ya no coincide con el año 27, sino que coincide con el 28 y con el 29. De esta forma, la fecha que da la profetisa, para el bautismo de Jesús en el año 27, es totalmente falsa. No obstante, veamos lo que sucede si contamos los años de Tiberio según el sistema romano; los romanos no tenían “año ascensional”, ni contaban los años de reinado a partir de año nuevo, sino que contaban el primer año de reinado desde la fecha que un emperador empezaba a reinar hasta la misma fecha del año siguiente; por consiguiente, los años del imperio de Tiberio se cuentan así, según los romanos: “Augusto, inmediato predecesor de Tiberio, murió el 19 de agosto del 767 a U. C. = 14 d. C. El año 15 de Tiberio empezaba el 19 de agosto del 781.) “Las monedas prueban que Tiberio sólo tomó el título de emperador a la muerte de Augusto; y desde este año comenzaba su cómputo imperial. El año 15 de Tiberio va del 19 de agosto de 781 a 19 de agosto de 782 de Roma.” (16/tomo V, p. 785). 9) Lo que dicen estas dos últimas citas: 10) Es evidente que, contando los años del imperio de Tiberio según los romanos, su año 15º comprende parte del año 28 y parte del año 29. Por tanto, para poner la fecha del bautismo de Jesús en el otoño del año 15º del imperio de Tiberio, no hay más remedio que colocar el bautismo de Jesús en el otoño del año 28. Por tanto, la fecha del otoño del año 27 (para el bautismo de Cristo), dada por la profetisa del Adventismo, es una fecha absolutamente falsa. Esto hace que el segundo hito, que es este año 27, dentro de los cálculos del Adventismo para llegar al año 1844, tenga que ser removido un año hacia delante; es decir, desde el año 27 al año 28. Por esto, los comentaristas del Adventismo hacen la trafulla de escamotear un año en el reinado de Tiberio (como queda demostrado en el gráfico quinto); pero prosigamos con el hito siguiente dentro de los cálculos del Adventismo, que corresponde a la fecha de la muerte de Jesús. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Quinta parte) ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Quinta Parte) Capítulo IV LAS FECHAS DE LOS AÑOS 31 Y 34 1) Para saltar desde el hito del año 27 a los hitos de los años 31 y 34, la profetisa afirma rotundamente: “En el año 31 de J. C., tres años y medio después de su bautismo, nuestro Señor fue crucificado. [...] “Las setenta semanas, o 490 años concedidos a los judíos, terminaron [...] en el año 34 de J. C.” (2/375). 2) Ahora, los comentaristas del Adventismo tienen que intentar probar que Jesús murió en la fecha que afirma su profetisa, así como la fecha del año 34; éstos, tras recurrir a una serie de embrollos para
establecer la fecha del bautismo de Jesús en el año 27, concluyen escamoteando un año del reinado de Tiberio (como ya hemos visto); pero, siguiendo con su Comentario, pretenden probar que la fecha de la crucifixión de Jesús fue en el año 31, y que 3 ½ años después concluyeron las 70 semanas de Daniel; ellos lo afirman así: “Esta semana, la septuagésima, comenzó en 27 d. C. al iniciarse el ministerio público de Cristo en ocasión de su bautismo. Se extendió más allá de la crucifixión en ‘la mitad de la semana’, ocurrida en la primavera (marzo-abril) del 31 d. C. hasta el rechazo de los judíos como pueblo del pacto, en el otoño del 34 d. C. [...].” (7/tomo 4, p. 880). “En resumen: no hay una prueba decisiva, ni histórica ni cronológica – como tampoco hay pruebas contrarias -, de que Jesús comenzara su ministerio a fines del año 27 d. C., o sea, al final de las 69 semanas de años, contadas a partir del año 457 a. C., o que puso fin al simbolismo de los sacrificios y las ofrendas en la cruz exactamente 3 ½ años más tarde, en la primavera del año 31 d. C., quedando aún 3 ½ años de la 70ª semana para completar el período de 490 años desde su punto de partida. Sin embargo, aunque uno no pueda afirmar que estas fechas están comprobadas con fuentes documentales históricas directas, se las puede aceptar como deducciones muy razonables, teniendo en cuenta las profecías.” 3) Vemos que los comentaristas adventistas dicen que “no hay una prueba decisiva, ni histórica ni cronológica [...], de que Jesús comenzara su ministerio a fines del año 27 d. C.” Esto es precisamente lo que venimos demostrando al revisar las fechas de sus cálculos cronológicos en la interpretación de las 70 semanas de Daniel hecha por su profetisa. Exactamente por esto, porque no hay una prueba decisiva para establecer la fecha del año 27 d. C., intentan fabricarla ellos, escamoteando un año en el reinado del emperador romano Tiberio; pero, por otra parte, afirman que “tampoco hay pruebas contrarias”, para establecer esa fecha del año 27; esto es una afirmación gratuita, porque sí hay pruebas que tiran por tierra esa fecha; pero ellos silencian unas y desprestigian otras con un cúmulo de embrollos hasta extremos inauditos, como puede comprobarse en su Comentario (7/tomo 5, pp. 225-259). No obstante, además de todas las pruebas que les venimos mostrando aquí, que desenmascaran lo erróneas que son las fechas-hitos de su cronología, hay muchas más pruebas bíblicas, históricas y astronómicas, que sitúan, en otras fechas correctas y distintas de las de ellos, las fechas del bautismo y crucifixión de Cristo. 4) En las dos últimas citas, también nos dicen que, sumando 3 ½ años a la fecha del año 27, se llega a la fecha de la muerte de Jesús en la primavera del año 31; y, sumando otros 3 ½ años a esta última fecha, se consigue la fecha del otoño del año 34, que, según ellos, este año 34 es el final de las 70 semanas de Daniel. Veamos esto: a) Una vez restaurado (en el reinado de Tiberio) el año que ellos habían escamoteado, el otoño del año 15º del imperio de Tiberio ya no coincide con el otoño de año 27, como quieren ellos, sino con el otoño del año 28. Por tanto, es en el otoño de este año 28 donde se
sitúa el bautismo de Cristo, siempre que, en Lucas 3:1, se lea la palabra IMPERIO. b) Por consiguiente, sumando los 3 ½ años del ministerio de Jesús al otoño del año 28, la crucifixión de Cristo se sitúa en la primavera del año 32; con esto, queda claro que la fecha del año 31 es totalmente falsa, a pesar de todo lo que digan la profetisa y los dirigentes del Adventismo. c) Si, a la fecha de la crucifixión, sumamos otros 3 ½ años, como quiere el Adventismo, vamos a parar al otoño del año 35, y no al del año 34, aunque la susodicha profetisa diga lo contrario. 5) En consecuencia, si, como quiere el Adventismo, la fecha del bautismo de Jesús tiene que ser en el otoño del año 15º del imperio de Tiberio y, 3 ½ años después, tuvo lugar la crucifixión, ésta forzosamente se sitúa en la primavera del año 32, y no del 31 donde la sitúa su profetisa; y, si a la fecha de la crucifixión se suman otros 3 ½ años, para llegar al final de las 70 semanas de Daniel, el resultado es que las 70 semanas terminan en el otoño del año 35, como vemos en el gráfico octavo. Esto supone que la fecha del año 34 también es falsa, a pesar de tantas trafullas y de tanta profetisa. Capítulo V LA FECHA DEL AÑO 1844 1) La profetisa del Adventismo dice rotundamente cómo se llega a establecer la fecha del año 1844, en el cual, según ella, empezó “la purificación del santuario”; éstas son sus palabras: “[...] el principio de las setenta semanas queda establecido irrefutablemente en el año 457 ant. de J. C. y su fin en el año 34 de J. C. Partiendo de esta fecha no es difícil encontrar el término de los 2.300 días. Las setenta semanas – 490 días – descontadas de los 2.300 días, quedan 1.810 días. Concluidos los 490 días, quedan aún por cumplirse los 1.810 días. Contando desde 34 de J. C., los 1.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, ‘el santuario’ debía ser ‘purificado’. De este modo la fecha de la purificación del santuario [...] quedó definitivamente establecida.” 2) Los comentaristas del Adventismo, fieles defensores y apoyadores de la doctrina de su profetisa hasta el día de hoy, confirmando dócilmente lo dicho por ella, afirman lo siguiente: “Puesto que las 70 semanas, o 490 años, son parte del período más largo de 2.300 años y puesto que los primeros 490 años de ese período se extienden hasta el otoño del 34 d. C., es posible calcular la fecha de la terminación de los 2.300 años. Sumando a 34 d. C. los 1.810 años restantes de los 2.300 años se llega hasta el otoño de 1844 cuando el santuario debía ser ‘purificado’ [...].” 3) Antes de continuar con lo relativo a la fecha de 1844, debemos hacer aquí la siguiente observación: esta última cita está tomada del comentario al capítulo 9 de Daniel; para el comentario a este capítulo 9 de Daniel se emplean sólo siete páginas; pero, al final de las cuales, se dice: “COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE”, y, debajo de este título, se coloca una lista de sus obras indicando la página (o páginas)
que hay que leer de cada una de esas obras, donde ella comenta el capítulo 9 de Daniel; en total hay que leer 36 páginas de esas obras (7/tomo 4, p. 881). Si nos fijamos, por ejemplo, en un lugar de la Biblia ajeno a este tema, como es el capítulo 10 del evangelio de Marcos, hallamos que estos comentaristas adventistas escriben poco más de dos páginas para comentar ese capítulo 10; pero indican para leer 89 páginas de los libros de su profetisa, donde ella comenta el capítulo 10 de Marcos. Por tanto, podemos afirmar que, como lo muestra la evidencia, el Comentario Bíblico Adventista está hecho en favor de y por su profetisa, y sirve al Adventismo: a) Para paliar los errores de ella hasta donde les es posible. b) Como una guía para leer los libros de su profetisa. c) Para mostrar que los comentaristas del Adventismo están amordazados y maniatados por un servilismo ciego a su profetisa, cuya inspiración fue fabricada por la misma Iglesia Adventista en sus primeros tiempos. 4) Volviendo a la fecha de 1844, vemos que, tanto la profetisa como sus comentaristas, dicen que, descontando de los 2.300 años los 490 años de las 70 semanas, restan otros 1.810 años, los cuales se agregan al año en el cual terminan las 70 semanas. Como el fin de esas semanas es, para ellos, el año 34, suman, a este año, los otros 1.810, y así llegan a establecer la fecha del año 1844; pero, como, según ya hemos visto, la fecha del año 34 es falsa, y la fecha verdadera (de acuerdo con el año 15º del imperio de Tiberio) es el año 35 (véase el gráfico octavo), resulta que esos 1.810 años hay que sumarlos al año 35; siendo esto así, tenemos como resultado de esta suma que la fecha del año 1844 también es falsa; porque, sumando 1.810 años al otoño del año 35, vamos a parar al otoño del año 1845. Esto nos muestra que hay una laguna de dos años en los cálculos del Adventismo, para poder llegar al año 1844, en el cual afirma que empezó “la purificación del santuario” o “juicio investigador”. Esta laguna de dos años se produce de la manera siguiente: a) El Adventismo empieza a contar el período de los 2.300 años junto con las 70 semanas en el otoño del año 457 a. C. (véase el gráfico primero); pero, como ya queda demostrado, esa fecha del año 457 es falsa, siendo la fecha verdadera el año 458 a. C., con lo cual el comienzo de los cálculos, para llegar a 1844, retrocede un año. b) El Adventismo, confirmando lo dicho por su profetisa, pone el final de las 70 semanas (o 490 años) en el año 34 d. C.; pero, como queda demostrado, esta fecha del año 34 también es falsa, siendo la verdadera, de acuerdo – como el Adventismo quiere – con el año 15º del imperio de Tiberio (Lucas 3:1) el año 35 (como se ve en el gráfico octavo); con lo cual el final de los 490 años avanza un año, pasando del 34 al 35. c) Por consiguiente, vemos que el Adventismo tiene una laguna de un año al comienzo de las setenta semanas; por lo que, contando desde la verdadera fecha, que es el año 458 a. C., los 2.300 días de Daniel 8:14, sólo puede llegar al otoño del año 1843, con lo cual su fecha de 1844 resulta ser falsa.
d) Ahora bien, como el Adventismo, según ya hemos visto, “corta” los 490 años (de las 70 semanas) de los 2.300 años, y los 1.810 años restantes los suma al año 34 (que considera el final de los 490), para llegar a 1844, y la fecha del año 34 es falsa, siendo la verdadera el año 35, hay que sumar a este año los 1.810 años, con lo cual llegamos al año 1845; esto nos demuestra que la fecha de 1844 no sólo es falsa, sino que, además, es imposible llegar a ella; porque, según lo dicho en Daniel 9:25 : “desde la salida de la orden”, se produce una laguna de un año hacia atrás en el comienzo de las 70 semanas; y según lo dicho en Lucas 3:1 : “En el año decimoquinto del imperio ...” (como ellos interpretan) se produce una laguna de otro año hacia delante en el final de las 70 semanas. 5) Podemos apreciar el dilema en que se halla el Adventismo a la hora de demostrar que los 2.300 “años” terminan en el otoño de 1844. Veamos: a) Si se cuentan esos 2.300 años desde la verdadera fecha del comienzo de las 70 semanas, que, de acuerdo con la Biblia (Daniel 9:25), es el otoño del año 458 a. C., sin considerar las fechas del bautismo y muerte de Jesús, dichos años terminan en el otoño del año 1843 d. C. (pues 457,25 años de antes de Cristo más 1842,75 de después de Cristo nos llevan a este año); pero esto no interesa al Adventismo; porque esta fecha es a la que llegó Guillermo Miller por cuatro caminos distintos; pero el Adventismo la cambió a 1844, como ya hemos visto. b) Si se cuentan desde la misma fecha del otoño del año 458 a. C. las 70 semanas, teniendo en cuenta la fecha del bautismo de Jesús (según Lucas 3:1), estas semanas (ó 490 años) terminan en el otoño del año 33 d. C., pues 457,25 años de antes de C. más 32,75 de después de C. suman los 490 años. Ahora bien, como los 1.810 años restantes (de los 2.300) hay que sumarlos a la fecha en la cual termina la última de las 70 semanas, que, como se ve en el gráfico octavo, es el otoño del año 35, sumados aquí estos 1.810 años nos llevan al otoño del año 1845. Así, el año 1844 no aparece por ninguna parte; porque se produce una laguna de dos años, que son los que hay entre el otoño del año 33 (donde concluyen los 490 años) y el otoño del año 35 (donde deben empezar a contarse los 1.810 años). 6) El Adventismo, con su profetisa a la cabeza, solucionan este dilema tapando esa laguna de dos años, mediante las dos artimañas siguientes: a) Primera artimaña: contradiciendo lo que dice la Biblia, afirman gratuitamente que las 70 semanas no se cuentan desde que salió la “orden” de Artajerjes (como dice Daniel 9:25), sino desde que esa “orden” entró en “vigencia”, y el momento de esa entrada en vigencia fue en el otoño del año 457 a. C. De esta forma hacen avanzar un año el principio de los 490 años (como se ve en la tercera línea gruesa de ese gráfico noveno), con lo cual el final, en vez de terminar en el otoño del año 33, termina en el otoño del año 34; de esta forma cubren la laguna de un año, que es el que hay desde el otoño del año 458 al otoño del 457 a. C.
b) Segunda artimaña: ésta consiste en que, mediante la argucia de un galimatías, escamotean un año en los años de reinado del emperador Tiberio, como ya hemos visto en el gráfico quinto. Con este escamoteo de un año consiguen que la última semana de las 70 termine en el otoño del año 34, en lugar del año 35; de esta forma cubren la laguna de otro año, que es el que va desde el otoño del año 34 al otoño del año 35. De esta manera, haciendo retroceder un año el final de los 490 años, se sitúan en el otoño del año 34 y, contando desde aquí los 1.810 años, llegan al otoño de 1844 (pues 456,25 años de antes de Cristo más 1843,75 años de después de Cristo son 2.300 años), una fecha falsa conseguida mediante dos artimañas trafullescas (véase Efesios 4:14); pero que, para el Adventismo, es una creencia fundamental; pero veamos lo que depende de esa fecha de 1844. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Sexta parte) ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Sexta parte) EL DESMONTAJE DE LA PURIFICACIÓN DEL SANTUARIO CELESTIAL COMENZADA EN 1844 Una doctrina tan falsa prevalecer no podrá, la doctrina de la Biblia con ella acabará. Capítulo I LA PURIFICACIÓN DEL SANTUARIO CELESTIAL COMENZADA EN 1844 FRENTE A LA BIBLIA 1) Guillermo Miller y sus seguidores, entre los cuales estaba la que después sería la profetisa del Adventismo, creían que la purificación del santuario, a la cual alude Daniel 8:14 (según ciertas traducciones, 142/380), era la purificación de la Tierra en el momento de la segunda venida de Cristo, la cual ellos anunciaron, por cuarta vez, para el día 22 de octubre de 1844. Cuando llegó esta fecha y no vino Cristo, no sabían a qué se refería esa “purificación del santuario”: “Se creía que el santuario era la tierra y su purificación la venida de Cristo.” “En ese cálculo, todo era claro y armonioso, menos la circunstancia de que en 1844 no se veía acontecimiento alguno que correspondiese a la purificación del santuario.” 2) La profetisa cuenta que entonces investigaron en la Biblia y vieron que la Tierra no era el santuario; pero también encontraron, en ella, la explicación de todo lo relativo al tema del santuario: “En sus investigaciones vieron que en las Sagradas Escrituras no hay prueba alguna en apoyo de la creencia general de que la tierra es el santuario; pero encontraron en la Biblia una explicación completa de la cuestión del santuario, su naturaleza, su situación y sus servicios; [...].”
3) Según la misma "escritora", la purificación del santuario indicada en Daniel 8:14 se refiere a la purificación del santuario celestial, del cual era una sombra el tabernáculo construido por Moisés; por tanto, en 1844, empezó la purificación del santuario del cielo; ella lo dice así: “Las Escrituras contestan con claridad a la pregunta: ¿Qué es el santuario? La palabra ‘santuario’, tal cual la usa la Biblia, se refiere en primer lugar, al tabernáculo que construyó Moisés, como figura o imagen de las cosas celestiales; y, en segundo lugar, al ‘verdadero tabernáculo’ en el cielo, hacia el cual señalaba el santuario terrenal. Muerto Cristo, terminó el ritual típico. El ‘verdadero tabernáculo’ en el cielo es el santuario del nuevo pacto. Y como la profecía de Daniel 8:14 se cumple en esta dispensación, el santuario al cual se refiere debe ser el santuario del nuevo pacto. Cuando terminaron los 2.300 días, en 1844, hacía muchos siglos que no había santuario en la tierra. De manera que la profecía: ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario,’ se refiere indudablemente al santuario que está en el cielo.” 4) La misma autora, haciendo un paralelo con el servicio que se realizaba en el santuario terrenal, explica en qué consiste la purificación del santuario celestial, que, según el Adventismo, empezó en 1844: “Pero queda la pregunta más importante por contestar: ¿Qué es la purificación del santuario? [...] “El servicio del santuario terrenal consistía en dos partes; los sacerdotes ministraban diariamente en el lugar santo, mientras que una vez al año el sumo sacerdote efectuaba un servicio especial de expiación en el lugar santísimo, para purificar el santuario. [...] “El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario, ‘adentro del velo’ que formaba la entrada y separaba el lugar santo del atrio exterior, representa la obra y el servicio a que dio principio Cristo al ascender al cielo. [...] “Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento del santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba el perdón y aceptación cerca del Padre, pero no obstante sus pecados permanecían inscritos en los libros de registro. Como en el servicio típico al fin del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del santuario. “[...]. Y así como la purificación típica de lo terrenal se efectuaba quitando los pecados con los cuales había sido contaminado (el santuario), así también la purificación real de lo celestial debe efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el cielo. Pero antes de que esto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes son los que, por su arrepentimiento del pecado y su fe en Cristo, tienen derecho a los beneficios de la expiación cumplida por él. La purificación del santuario implica por lo
tanto una obra de investigación – una obra de juicio. Esta obra debe realizarse antes de que venga Cristo para redimir a su pueblo, [...]. “Así que los que andaban en la luz de la palabra profética vieron que en lugar de venir a la tierra al fin de los 2.300 días, en 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su venida.” 5) Por consiguiente, siempre según la profetisa del Adventismo, Cristo desarrolló su ministerio en el lugar santo del santuario celestial desde su ascensión hasta 1844; entonces pasó desde el lugar santo al lugar santísimo del santuario celestial, donde estaba su Padre; en aquel momento empezó “el juicio investigador”, para averiguar quiénes, de entre los creyentes, permanecieron fieles hasta el fin de su vida; si éste fue el caso, se les borran los pecados y quedan destinados para la vida eterna, de lo contrario quedan destinados a la condenación. Veamos, según la profetisa, cómo escudriña, Dios, la vida de cada creyente para enterarse de lo que cada uno ha hecho o dejado de hacer; y a toda esa inquisición es a lo que ella llama “el juicio investigador”, para expiar y borrar los pecados de los que permanecieron fieles; en eso consiste “la purificación del santuario”, porque éste es purificado de los pecados de los creyentes que permanecieron fieles hasta el final de sus vidas; cuando ese juicio investigador termine y en él se borren los pecados de los creyentes, Cristo vendrá: “Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella. “La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad ya de infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras. Las admoniciones o reconvenciones divinas despreciadas, los momentos perdidos, las oportunidades despreciadas, la influencia ejercida para bien o para mal, con sus abarcantes resultados, todo fue registrado por el ángel anotador. “A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cadacaso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. [...] “La obra del juicio investigador y el acto de borrar los pecados deben realizarse antes del segundo advenimiento del Señor. Pero el apóstol Pedro dice terminantemente que los pecados de los creyentes serán borrados ‘cuando vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo.’ (Hechos 3:19,20.) Cuando el juicio investigador haya concluido, Cristo vendrá con su recompensa para dar a cada cual según sus obras.”
6) Toda esta doctrina (o creencia) fundamental (para el Adventismo) de la purificación del santuario celestial, consistente en un “juicio investigador”, comenzado en 1844, para purificar dicho santuario borrando los pecados de los creyentes (y que ese juicio tiene que terminar antes de la segunda venida de Cristo), desde el punto de vista de la enseñanza del Nuevo Testamento no es nada más que un galimatías embrollesco y antibíblico. Veamos esto por partes: a) El texto empleado por la profetisa, al final de la última cita, dice según ella: “[...] los pecados de los creyentes serán borrados ‘cuando vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo.’ (Hechos 3:19,20).” (2/539). b) Pero la Biblia dice esto: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; [...].” (Hechos 3:19,20). c) Los acontecimientos, en este texto, siguen este orden: 1º) “arepentíos y convertíos”: esta expresión es la oración principal de la frase. 2º) “para que sean borrados vuestros pecados;” esto es una oración final, que indica que el hecho de borrar los pecados tiene lugar cuando se realiza lo dicho en la oración principal, que es cuando uno se arrepiente y se convierte; por tanto, ya se borraban los pecados cuando los creyentes se arrepentían y se convertían en los tiempos de los apóstoles, sin que tuvieran que esperar a que llegara el año 1844. 3º) Todo eso daría como consecuencia lo que dice la segunda oración final: la llegada de tiempos de refrigerio de la presencia del Señor, lo cual sucede después de lo indicado en la oración principal y en la primera final. 4º) Por último, Dios enviaría a Jesucristo; es decir, llegaría la segunda venida. d) La profetisa invierte los hechos reseñados en este texto bíblico; lo hace así: a) En primer lugar vienen los tiempos del refrigerio. b) Entonces se borran los pecados a los creyentes. c) La segunda venida. e) Se ve que la profetisa ha escamoteado, en ese texto bíblico, la causa del borramiento de los pecados de los creyentes, que está expresada en el punto 1º; que es el arrepentimiento y la conversión; por medio de este galimatías traslada el borramiento de los pecados a otro momento distinto al que dice el texto bíblico, que es el momento cuando el creyente se arrepiente y se convierte; porque, para la profetisa, los pecados de los creyentes no pueden ser borrados nada más que durante ese inventado “juicio investigador” comenzado en 1844; así, ella contradice la enseñanza de la Biblia. 7) Hay otro texto bíblico que la profetisa ni siquiera usa en la obra donde expone su doctrina sobre su invento del “juicio investigador”. Este texto dice así: “Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, [...].” (2 Timoteo 4:1). 8) Evidentemente la “manifestación” de Cristo es su aparición en el momento de su segunda venida, y, antes de ese momento, no habrá sido juzgado ningún muerto ni ningún vivo, justo lo contrario de lo que dice la profetisa del Adventismo; a saber, que Cristo no vendrá hasta que termine de juzgar a los muertos y a los vivos creyentes. Por consiguiente, este texto bíblico tira por tierra el cuento de ese “juicio investigador” inexistente. 9) Por otra parte, el montaje del Adventismo sobre la “purificación del santuario celestial” mediante la expiación y el borramiento de los pecados de los creyentes, hallados fieles en ese “juicio investigador”, comenzado en 1844, tropieza con una dificultad bíblica insuperable. Veamos: a) La profetisa dice que Cristo, desde su ascensión, estuvo en el lugar santo del santuario celestial hasta 1844; entonces entró en el lugar santísimo, donde estaba su Padre, para realizar ante él dicho “juicio investigador” “El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario [...] representa la obra y el servicio a que dio principio Cristo al ascender al cielo. [...] “Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre, pero no obstante sus pecados permanecían inscritos en los libros de registro. Como en el servicio típico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado el profeta Daniel, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del santuario. “[...]. Acompañado por los ángeles, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y allí, en presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella.” b) Por consiguiente, hasta 1844, Cristo estuvo en el lugar santo, mientras que su Padre estaba en el lugar santísimo. Por fin, según la profetisa, en 1844, Cristo entró en el lugar santísimo donde estaba su Padre. Esta teoría que dice que Cristo no se juntó con su Padre hasta 1844, es contraria a la Biblia, que en más de una ocasión dice que Cristo está junto con su Padre desde que ascendió al cielo; he aquí dos citas bíblicas (de entre otras que dicen igual):“Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, [...]. (Hechos 7:55). “[...], buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” (Colosenses 3:1). 10) Por tanto, estos textos bíblicos demuestran que es imposible que Cristo no estuviera con su Padre hasta 1844; como consecuencia, la enseñanza de la profetisa resulta falsa, y la teoría de su “purificación
del santuario” y su “juicio investigador”, comenzados en 1844, no son nada más que una fantástica quimera. 11) Ahora bien, el Adventismo no se rinde, y, como lo que dice su profetisa, para él, está inspirado por Dios (véase el Apéndice 4), ésta se encarga de solucionar esa dificultad, para convertir esa quimera en una verdad, asegurando que Dios tiene dos tronos: un trono en el lugar santo, donde estuvo sentado con Cristo desde que éste ascendió al cielo hasta el momento en que pasó a sentarse, en 1844, en su otro trono situado en el lugar santísimo; así que, en esa fecha de 1844, el Padre cambió de lugar, y, a continuación, Jesús hizo lo mismo; así se volvieron a juntar los dos en el lugar santísimo; no es que ella se haya imaginado todo esto, sino que, con toda seriedad, afirma que lo vio en una de sus visiones; he aquí sus palabras: “Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloria. [...] “Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al interior del velo, y se sentó (“en el gran trono blanco” Entonces Jesús se levantó del trono, y la mayoría de los que estaban posternados se levantó con él. [...] “Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. Él entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo sacerdote, de pie delante del Padre.” 12) Evidentemente, en ningún lugar de la Biblia se enseña que Dios tenga dos tronos; por lo que esta enseñanza sólo es fruto de esta pretendida visión, la cual no es nada más que una gran patraña; porque, mediante ella, la profetisa contradice totalmente lo que dice la Biblia; en efecto, la profetisa afirma que, cuando Jesús pasó al lugar santísimo en 1844 fue para realizar allí la obra que estaba simbolizada por lo que hacía el Sumo Sacerdote judío una vez al año entrando en el lugar santísimo del santuario terrenal, para purificarlo de los pecados:“Una vez al año, en el gran día de las expiaciones, el sacerdote (sic, era el Sumo Sacerdote) entraba en el lugar santísimo para purificar el santuario. [...] “[...]. Como en el servicio típico había una obra de expiación al final del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del santuario.” 13) En efecto, esta teoría de la profetisa contradice lo que enseña la Biblia, afirmando que lo que hacía “el sumo sacerdote [...] cada año con sangre ajena.” Cristo lo hizo “una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo [...]" (Hebreos 9:25-26). 14) Por tanto, la obra simbólica que realizaba el Sumo sacerdote una vez cada año entrando en el lugar santísimo, ya la había realizado Cristo en la realidad, cuando se escribió la epístola a los Hebreos en el siglo I; por consiguiente, es antibíblica la doctrina que enseña que
Cristo empezó esa obra en 1844, como quiere el Adventismo con su profetisa a la cabeza; por esto, esta profetisa no emplea este pasaje de Hebreos 9:25-26 al hacer el paralelo entre lo que hacía el Sumo Sacerdote una vez cada año simbolizando lo que hizo Cristo una sola vez en el siglo I; ella no emplea este pasaje bíblico en sus obras, a pesar de que es el texto específico de la Biblia donde se habla de ese paralelo, porque la profetisa quiere que lo que la Biblia dice que Cristo dejó terminado en el siglo I, comenzara a hacerlo en 1844. Los comentaristas del Adventismo, en su Comentario Bíblico, rehuyen explicar el significado del paralelo entre las expresiones “cada año” y “una vez para siempre” de Hebreos 9:25-26 . Por algo será. 15) Por otra parte, eso de que Dios tenga dos tronos en el cielo: uno en el lugar santo y otro en el lugar santísimo y que, en 1844, se cambiara de uno a otro, es totalmente antibíblico, pues en toda la Biblia sólo se habla del trono de Dios (en singular), no de los tronos de Dios (véase Salmo 11:4; 45:6; 47:8; 89:14; Mateo 23:22; etc.). Por tanto, esa pretendida purificación del santuario, comenzada en 1844, cuando Dios pasó de un trono a otro, sólo se apoya en visiones fantásticas y antibíblicas de la profetisa del Adventismo; en la Biblia, como queda demostrado, no existe esa enseñanza de la profetisa, y ella lo sabía; por eso no empleó el pasaje de Hebreos 9:25-26, porque, en él, no cabe esa doctrina del Adventismo. HAZ CLICK AQUÍ PARA LEER: ADVENTISMO Y JEHOVISMO (Séptima parte)