1.2.3 Estado de Conocimiento en Cuestión de Género

July 8, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download 1.2.3 Estado de Conocimiento en Cuestión de Género...

Description

 

1.2.3 Estado de conocimiento en cuestión de género

La formación científica y técnica es hoy en día indispensable para poder participar como ciudadanas/os en la sociedad, poder expresar la propia opinión e intervenir en la toma de decis dec isio ione nes. s. Ello Ello co conl nlle leva va otras otras cu cuest estio iones nes fu funda ndame ment ntal ales es,, que son son el dere derech cho o a un una a educación y una transparencia en la información y divulgación de los saberes científicotecnológicos.  Autorreflexión y modelo de ciencia

   Aquí se propone un doble juego necesario: el haz, una ciencia democratizada (formación científica de la ciudadanía), inseparable de su envés, científicas epistemilogizadas (es decir, ejercitadas en la autorreflexión). El proceso de consolidación de la ciencia occidental –que duró varios siglos– se caracterizó por la existencia de un método y una epistemología genuinos tendentes (¿lo consiguen?) a un conocimiento objetivo y neutral del mundo natural. Ese tipo de conocimiento, basado en la observación y la experimentación, así como en la formalización y matematización de los conocimientos, ha adquirido en nuestros días un gran poder. Hemos pasado de una ciencia fundamentalmente teórica y explicativa a una situación en que ciencia y tecnología están tan imbricadas que su análisis resulta ya inseparable. La ciencia ahora –además de una forma específica de conocimiento– es acción, acción transformadora del entorno, de los seres vivos. Por consiguiente, hemos pasado de una independencia, que la ciencia necesitó en otros tiempos para su propio desarrollo, a una dependencia de ésta respecto a factores sociales, económicos e institucionales. Se precisa mucho dinero para la realización de la tecnociencia.  Además, su tremendo poder transformador lleva a cuestiones de control de la propia ciencia por parte de la sociedad civil, las instituciones y la legislación. L@s no científic@s también tenemos derecho a opinar sobre ciencia, lo cual impone dos requisitos fundamentales, la democratización de los saberes científicos y la necesidad de divulgación y preparación durante el proceso educativo. Una primera consecuencia es la necesidad de una formación científico-tecnológica de la ciud ci udada adaní nía, a, qu que e posi posibi bililite te la opin opinió ión n (y (y,, si es nec necesa esari rio, o, el co cont ntro rol) l) de lo loss pro proce ceso soss implicados. Pero, de forma concomitante, se hace precisa la formación de l@s científic@s en la autorreflexión. Quien trabaja en tecnociencia debe tomar conciencia de hallarse en un engranaje dominado por una lógica, como dice Edgar Morin: el cuatrimotor ciencia-técnicaeconomía-ind econom ía-industria ustria.1 .1 ¿Cómo va a escapar la invest investigació igación n públi pública ca a esa lógica? ¿Cómo se van a pos posic icion ionar ar l@ l@ss in inves vestitigad gador or@s @s de nu nues estr tro o pa país ís en el en engra grana naje je te tecno cnoci cient entíf ífic ico o dominado domina do por el mercado, las prisas, el presti prestigio? gio? Precisamo Precisamoss una epistemología epistemología compleja, que no atienda al lucro, el éxito y las modas impuestas por las sociedades científicas dominantes; que formule otras preguntas frente a los mismos hechos. ¿Qué concepción tenemos del mundo, de sus interrelaciones y de la forma que tenemos de relacionarnos con él? ¿Qué proyecto tenemos para la historia de la humanidad y del planeta? Desde un enfoque complejo y desde una perspectiva planetaria, debemos a lo local y lo global. Este doble movimien movimiento to hará que los proyect proyectos os de invest investigació igación n atender no respondan únicament únicamente ea intereses y necesidades del primer mundo, que no suele respetar los habitantes y las formas

 

de vida del tercero. Todo conocimiento es humano, elaborado por mujeres y hombres configurad@s por la pertenencia triple e indisoluble a individuo-especie-sociedad. La entrada de lo social apunta al sist sistem ema a de cree creenc ncia ias, s, la cosm cosmov ovis isió ión n comp compar artitida da (o no no)) po porr un una a comu comuni nida dad. d. La tecnociencia no escapa a ello, no es una forma de conocimiento «caída del cielo».    Aportaciones feministas a la conceptualización de la tecnociencia

  Mucho se ha escrito ya sobre la crítica feminista a la ciencia occidental. La principal idea relacionada con esta postura contempla que la ciencia occidental es un reflejo de la forma de concebir el mundo por parte de una fracción de la población, representada por el varón occidental, blanco, de clase media-alta. Su percepción del mundo implica una determinada forma de concebir y relacionarse con la naturaleza. Desde Bacon, el deseo de controlar y domi do mina narr la na natu tura rale leza za ha im impr preg egna nado do la me meto todo dolo logí gía a inve invest stig igad ador ora. a. Una Una segu segund nda a consecu cons ecuenc encia ia de est esta a perc percepci epción ón serí sería a una rel relaci ación ón de adve adversi rsidad dad con la nat natural uraleza eza,, relacionada con el estilo cognitivo y la epistemología dominantes en la ciencia y la filosofía occidentales. La consecuencia de esta relación sería (y éstas son las grandes palabras) una construcción dicotómica que contempla la separación entre sujeto y objeto, entre naturaleza y cultura, entre objetivo y subjetivo (y un largo etcétera). Tal construcción dicotómica se hallaría en la base epistemológica del reduccionismo y mecanicismo dominantes en la ciencia hasta finales del siglo XX. La respuesta feminista ante esta postura sería la necesidad de complementar la visión androcéntrica y occidentalocéntrica con otras miradas, las de las mujeres, pero también con la lass de ot otras ras cu cultltur uras. as. Se podr podría ían n as asíí mo modi difificar car lo loss va valo lores res dom domin inan ante tes, s, en entr tre e ello ellos, s, y fundamentalmente, la forma de relacionarse con la naturaleza, ya que los valores atribuidos a las mujeres por nuestra sociedad tienen alcance ético y epistémico. La relacionalidad y los cuidados, dos características consideradas «femeninas» en nuestra sociedad, pasan a ser  valores convenientes para la tecnociencia. En este sentido, la acción de dispensar cuidados lllleva evarí ría a a un una a nu nuev eva a re rela laci ción ón de res respe peto to y no ex expl plot otac ació ión n de la natu natura rale leza za,, valo valores res compartidos por los movimientos de concienciación ecológica y pacifista. En cuantointeractivos, al alcance tendentes epistemológico de lalarelacionalidad, se proponen constantemente modelos a romper construcción dicotómica mencionada y que demuestran la inseparabilidad entre conceptos como sujeto y objeto. Tal situación conduce a propu pro pugn gnar ar otro otro mo mode delo lo de cienc ciencia ia no re reduc ducci cioni onist sta a y no meca mecani nici cist sta, a, at atent enta a a otra otra concepción de la causalidad (casi nunca lineal, sino múltiple), pocas veces jerárquica (dando cuenta de las diversas relaciones de dominancia entre las partes y el todo) y, probablemente, más interesada en la comprensión que en la explicación.   Las mujeres como sujeto y objeto de la ciencia

  En ocasiones anteriores2 se ha constatado la existencia, en áreas como la biomedicina, la psicología o las ciencias sociales, de un extraño doble juego. Existe la creencia, tanto en ámbitos cotidianos de nuestra sociedad como entre la comunidad tecnocientífica, en las diferencias entre mujeres y hombres. Creencia por la fuerte vectorialización de nuestra sociedad, organizada en función del sexoalimentada biológico, lo cual ha llevado a una serie de tendencias y líneas de investigación en las que se buscan exacerbadamente diferencias

 

cognitivas y conductuales entre mujeres y hombres y a construir explicaciones para ello, basadas en la teoría de la evolución, la genética, la endocrinología y la psicología. Así, en el ámbito de la investigación científica y en su discurso, esta creencia en las diferencias funciona como guía heurística para su descubrimiento. Los estudios feministas han criticado, desde la ya antigua hipótesis del cazador (según la cual el macho era el único protagonista del proceso de hominización), hasta el auge y actual permanencia de diferentes teorías defen def endi dida dass por la so soci ciob obio iolo logí gía a (c (com omo o la te teor oría ía de la se sele lecc cció ión n se sexu xual al,, usada usada co como mo legitimadora de las diferencias en conductas de apareamiento y de cuidados de la prole que se observan en nuestra sociedad pero que son explicadas casi únicamente por causas biológicas). Por otra parte, no obstante, el uso del genérico masculino, muestra de la invisibilidad de las mujeres en nuestra sociedad, hace que en biomedicina se desdeñen, incluso olviden, las diferencias. Carme Valls, expone claramente en este mismo número la ocurrencia de graves fallos en la atención sanitaria a mujeres derivados de un descuido de la variable «sexo». Dicha invisibilidad de las mujeres es un tópico recurrente en disciplinas como la historia, la sociología o la economía, en las que la metodología ha ido variando y abarcando variables que contemplen la situación de las mujeres. En biomedicina, sin embargo, se ha avanzado menos, quizá por un efecto perverso de que aquellas ciencias que se consideran más «objetivas» tienen menos posibilidades de no caer en las inevitables subjetividades.   La comunicación científica y el análisis metafórico

  La cien cienci cia, a, lo sabe sabemo mos, s, se comu comuni nica ca a tr trav avés és de dell leng lengua uaje je.. Y, sea sea en un leng lengua uaje je especializado, sea en el divulgativo, utiliza metáforas. El análisis de las metáforas en el discurso científico4 ha servido para poner de relieve el alcance significativo, ideológico y heurístico de su empleo. Las metáforas son desveladoras y reveladoras de la concepción de la naturaleza, la metodología y la epistemología que subyacen a la tecnociencia actual. Así, el análisis metafórico está orientado a la identificación de los presupuestos reduccionistas y sexistas de determinadas concepciones, programas de investigación y teorías.5,6,7 Dentro de la biología, por ejemplo, podemos volver a la sociobiología para evocar el carismático ejem ejemplo plo de El gen gen eg egoí oíst sta a de Ri Rich chard ard Da Dawki wkins. ns. La in inve vest stig igac ació ión n en te tecno cnolog logía íass de reproducción asistida también está repleta de metáforas patriarcales, como la pasividad, la culpa de las mujeres, así como de metáforas constitutivas de la ciencia occidental, como el mecanicismo, el reduccionismo.   Otras avenidas

  Desde la perspectiva de los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad, se concibe la ciencia y tecnología como una red de actores en la que entran a formar parte aspectos económicos (industria y patentes), políticos (fomento de la investigación, prohibición de determinadas líneas), sociales (agentes afectados) y mediáticos (impacto de la imagen de la ciencia que ofrecen los medios de comunicación, que llega a la población en general). Inherentes a todos estos aspectos son los valores e intereses propios de cada grupo, que interaccionan y, lógicamente, entran en conflicto. Estudios recientes el eje centrándose ciencia-tecnología-sociedad la interacción entre todos estos valores sobre e intereses, en la elucidaciónanalizan de los siguientes aspectos: impacto, riesgo, beneficios y coste.

 

Pongamos un ejemplo: en biomedicina, las investigaciones e implementaciones relativas a tecnologías de reproducción asistida, ingeniería genética (y sus patentes) o células madre abren abre n deb debate atess que req requier uieren en una ref reflex lexión ión mul multid tidisc iscipl iplina inaria ria,, desde desde disc discipl iplinas inas com como o la bioética o la filosofía de la ciencia y desde determinados valores e ideologías, como el feminismo y el ecologismo. De hecho, en lo que respecta a investigación e implementación, no se debe olvidar que en las investigaciones biomédicas antes aludidas el material base con que se investiga es el propio cuerpo de los humanos y, como comentaré a continuación, fundamentalmente de las humanas. Más en concreto, el poder manipulador y transformador  de las ci cien enci cias as biom bioméd édic icas as rep repro roduc ductitivas vas afect afecta a dem demas asia iado do a la lass vi vidas das,, rel relac acio ione ness y definiciones antroposociales del parentesco como para que no sea la sociedad, en conjunto, y los grupos más implicados en particular (las mujeres) los que opinen.   El cuerpo de la mujer y su invisibilidad 

  Noss cen No centr trar arem emos os,, fifina nalm lmen ente te,, en el cu cuerp erpo o de la lass mu muje jeres res y su ma mani nipu pula laci ción ón en la lass in inve vest stiga igaci cione oness so sobr bre e re repr produ oducc cció ión n as asis istitida da y cél célul ulas as madre madre de or orig igen en em embr brio iona nari rio. o. Precisamente, y en contra de los clásicos preceptos de la ciencia occidental, la tecnociencia excede en estas investigaciones la distinción entre sujeto y objeto, naturaleza y sociedad. Rebasa los límites de la separación entre el sujeto observador y el cuerpo de la «paciente» (devenido objeto fragmentado, sin conciencia), ya que la capacidad de intrusión (endoscopia y man manipu ipulac lación ión gen genéti ética ca de las cél célula ulas), s), acompañ acompañada ada de la met metodol odologí ogía a redu reducci ccioni onista sta,, parece no tener límite. Los límites de la observa observación ción se amplían por medio de endoscopias, endoscopias, radiografías, ecografías, tomografías...Los límites de la intrusión hacen lo propio con la terapia génica. El material humano se desagrega, se convierte en material fragmentado listo para manipular y patentar.   Sobre la reproducción asistida

En la reproducción asistida se rebasaron también los límites entre mujer y hombre, creando el extraño constructo de la «pareja paciente». En el formidable análisis de Irma Van der  Ploeg8 se mostraba que, en un procedimiento de fecundación in vitro, los biomédicos parecen estar tratando a la pareja, desdeñando las enormes diferencias que suponen para el cuerpo femenino y masculino estos tratamientos. Se desdibuja y minimiza, de este modo, el aporte energético y fisiológico del óvulos cuerpomaduros. de la mujer, la estimulación y la punción para la extracción de los Se que han «sufre» analizado los riesgos a ovárica largo plazo de la aplicación de estos tratamientos, pero no parece que se tengan en cuenta los datos aportados y las recomendaciones de actuar con más precaución y menos precipitación. De nuevo, desdeñando la perspectiva de las mujeres, a los posibles riesgos (embarazo múltiple, hiperes hip erestim timula ulació ción n ová ováric rica, a, cánc cáncer er gineco ginecológ lógico) ico) se les den denomi omina na «co «compl mplica icacio ciones» nes».. Es posible posibl e observar a menudo que, sólo cuando existe una solución se reconoce que había un problem prob lema. a. La literat literatura ura recoge recoge num numeros erosos os ejem ejemplo plos, s, des desde de los año añoss och ochent enta a del sig siglo lo pasado, sobre la problemática de la estimulación ovárica y los embarazos múltiples. Sólo ahora, cuando que se van descubriendo formas de remediarlos se dice que se ha logrado resolver un problema (cuya existencia nunca antes se había reconocido).

 

 

 Acerca de la investigación en células madre embrionarias

Si con las tecnologías de reproducción asistida las mujeres han perdido parte del control de sus procesos reproductivos (y desde el feminismo no se ha logrado –ni en hospitales, ni en comités bioéticos, ni en redacción de leyes– participar en las tomas de decisión), con la investigación en células madre embrionarias parece que va a ocurrir otro tanto.  A partir de 1998 se inician las investigaciones en células madre, adquiriendo la clonación un nuevo sentido. Se abandona una imagen de la clonación reproductiva asociada a la creación un mundo feliz y se apoya fervientemente la clonación terapéutica. Las células madre son células indiferenciadas que pueden reproducirse in vitro y que tienen la potencialidad (al ser  manipu man ipulad ladas as ade adecuad cuadamen amente) te) de conv convert ertirse irse en cua cualqu lquier ier tip tipo o cel celula ular. r. Y, de nue nuevo vo la pregunta, ¿qué material biológico se requiere? Las científicas se lamentan de las limitaciones legislativas, culturales o religiosas que frenan el desarrollo de sus investigaciones, recordemos la polémica suscitada en España acerca de la utilización de los 40 000 embriones congelados actualmente sobrantes de los tratamientos de reproducción asistida para investigación en células madre. Científicas como Margarita Salas han reclamado una reforma urgente de la Ley de reproducción asistida de 1988, argumentando que, de no utilizarlos en la investigación, esos embriones sólo pueden ser  destruidos. Aquí conviene, no obstante, la reflexión epistemológica, contraponiendo una hipótesis radical a esta hipótesis posibilista. Ante el argumento de que «hay que utilizarlos», cabe preguntarse qué metodología científica ha llevado a su almacenamiento y a qué lógica del provecho obedece este aserto. ¿Llegaremos a vaciar el almacén? ¿Qué haremos cuando se agote? También conviene plantearse, desde un punto de vista metodológico, de qué manera se ha llegado a generar tal cantidad de embriones y a costa de cuántos miles y miles de óvulos. Tal vez exista una relación entre esta producción masiva de material humano sobrante de las prácticas de la reproducción asistida y el hecho de haber conseguido, por fin, el material más difícil, los óvulos. Los datos presentados en la tabla I permiten argumentar que diversas líneas de investigación, ahora punteras, no están en realidad tan separadas como parece. Tres de ellas, de hecho, convergen en una cuarta: la investigación en células madre.  Además, todas ellas tienen numerosos puntos en, la común, tanto la in vitro transf tra nsferen erencia cia emb embrion rionari aria a (FI (FIVTE VTE), ), la clonac clo nación ión, inv invest estiga igació ción n fecundación en célula célulass mad madre re ycon la ingeniería genética. Observemos cómo el material sobrante de la FIVTE se utiliza para la clonación terapéutica y la investigación en células madre. Recordemos que las técnicas terapéuticas de las células madre se apoyan en la ingeniería genética.   Banalización de las aportaciones del cuerpo de la mujer 

De la recién iniciada investigación en células madre de origen embrionario también se despren desp renden den cie cierto rtoss sesg sesgos os sex sexist istas as que tie tienden nden a hac hacer er inv invisi isible ble la apo aporta rtación ción de las mujeres y a desdeñar las consecuencias que estas intervenciones puedan tener en su salud. La polémica suscitada en nuestro país parece girar alrededor del estatus del embrión, si bien a nadie le preocupa el cuerpo de la mujer. Pero la pregunta es: ¿de dónde se extraen los óvulos? La mujer dispone unos 450 oquirúrgicas 500 óvulos,(procesos cuya difícil precisa siempre de estimulaciones ováricasde e intrusiones queobtención reciben metafóricamente el nombre de «recogida de óvulos», otro mecanismo lingüístico de ocultación, invisibilización

 

de la aportación del cuerpo de las mujeres). Y, sin embargo, curiosamente, el óvulo (el material más escaso y costoso de obtener), no apare apa rece ce en lo loss est estud udio ioss sob sobre re la obte obtenc nció ión n de cél célul ulas as madr madre e embri embrion onari arias as medi mediant ante e clonación reproductiva. Un so some mero ro an anál ális isis is de lo loss mé méto todos dos de ob obte tenc nció ión n de cé célu lula lass ma madr dre e re recog cogid idos os en la bibliografía especializada sigue una determinada pauta: según ésta se parte de un varón del que se extrae una célula para obtener el núcleo. De la nada, aparece un óvulo (en otro lugar  de este artículo se indica el proceso de obtención del óvulo, mediante hormonación e intervención quirúrgica). No sólo la mujer parece invisible, el óvulo aparecer ex nihilo. La cultura tecnocientífica de la biomedicina es visual. Los significados afloran en torrente a partir de esquemas, gráficas y estadísticas. Pero hay también una cierta parte de información que no se muestra. Entre la información que he reunido desde que inicié mis pesquisas sobre las células madre no he logrado encontrar datos acerca de cuántos embriones se precisan en una experimentación, de qué cantidad de material biológico de origen humano se llegará a necesitar en cada implementación o, en última instancia, de dónde se van a obtener  los óvulos. No hay datos, no hay previsiones.  Ante tal falta de información, es lógico preguntar: ¿qué control tenemos sobre la utilización de óvulos en dichas investigaciones? ¿o sobre el número de óvulos producidos por las mujeres que se someten a tecnologías de reproducción asistida? Pero éstas no parecen, desde la perspectiva de riesgos, costes y beneficios antes formulada, preguntas relevantes a la hora de decidir sobre la continuidad de estas investigaciones. Aunque la escasez de óvulos y el escaso éxito en las clonaciones debería ser un argumento en este análisis.   Intereses y ganancias

  Si seguimos analizando las claves de la polémica desatada en España, los «argumentos» aportados por los miembros de la comunidad científica que defienden la utilización de embriones (ya sean los sobrantes de las tecnologías de reproducción o los producidos por  clonación terapéutica) parecen apoyar que la investigación científica es algo puro, que trabaja por el «bien de la humanidad», desvinculada de dos deimpulsores los factoresdeque los análisis sobre ciencia, tecnología y sociedad (C/T/S) reconocen como desarrollo: los factores económicos y de prestigio. Si en la FIVTE, el impulso inductor parecía ser el deseo de las mujeres por ser madres, (apelando a la «demanda» de hijo y desconsiderando la relación relaci ón entre oferta tecnol tecnológica ógica y generac generación ión social de la demanda), en la investigación investigación en células madre parece ser la necesidad de curar diversas enfermedades. Por el momento, sin embargo, esta posibilidad se sustenta sobre promesas a largo plazo, descuidándose un análilisi aná siss de lo loss in inte teres reses es fina financ ncie ieros ros,, fa farma rmacé céut utic icos os y de pa pate tent ntes es vi vinc ncul ulad ados os a esta estass investigaciones. Según Jeremy Rifkin,9 existen tres grandes compañías (públicas, no lo olvidemos), con interco interconexi nexiones ones ent entre re ellas ellas y ent entre re sus dis distin tintas tas líneas líneas de invest investiga igació ción n y sus act actores ores implicados:  

 

 Advanced Cell Te Technology. chnology. Michel West aplica las técnicas de clonación reproductiva a animales de granja (de momento, su fuente de ingresos). Intenta la clonación terapéutica, para obtener células madre. Robert Lanza, su vicepresidente, es ingeniero de tejidos y experto expe rto en xen xenotr otransp ansplan lantes tes.. Per Persig sigue ue la obt obtenc ención ión artifi artificia ciall de tejido tejidoss bio biológ lógico icoss para transplantes y la modificación genética de órganos animales para implantarlos en humanos. Otro de sus miembros, Teruhiko Wakayama, obtuvo en 1998 el primer ratón clonado. Sus técnicas se aplican a la clonación de embriones humanos. Geron Corporation. Empresa fundada por Teruhiko Wakayama y Thomas Okarma. Sus inversiones, a los 11 años de su fundación, multiplican por cuatro su facturación. Investigan en células madre embrionarias, en técnicas de transferencia nuclear (semejantes a las utilizadas para crear la oveja Dolly). Entre sus directores se cuentan representantes de las multinacionales DuPont Pharmaceuticals, Axys, Hoffmann-La Roche e Immunex. De estas empresas proceden los fondos que han permitido a Geron conseguir patentes sobre los cinco linajes de células madre embrionarias desarrolladas en la Universidad de Wisconsin, bajo la dirección de James Thompson (quien, en 1998, ya anunció que podían extraerse células madre de un embrión y cultivarlas en laboratorio). PPL Therapeutics. Fundada, entre otros, por Ian Wilmut del Instituto Roslin de Edimburgo, en en Gran Gra n Bretañ Bretaña, a, mantie mantiene ne rel relaci acione oness de interes intereses es con Ger Geron, on, ya que com compart parten en vari varios os proyectos sobre técnicas de transferencia nuclear que les permitirán sentar las bases de la clonación terapéutica. Se ha unido a ellos el Instituto Jones de Medicina Reproductiva de Norfolk, Norfol k, Virginia, clíni clínica ca privada que, en 1981, consigu consiguió ió la primer primera a reproducción reproducción in vitro de Estados Unidos (es interesante observar, de nuevo, una conexión entre ambas líneas de investigación).   Geron y Advanced Cell Technology poseen ya diversas patentes sobre el proceso de clonación, embriones humanos clonados y células madre clonadas. Rifkin teme que estas compañías puedan dictar los avances futuros de una investigación médica que utilice células madre. Según él, investigadores, institutos y otras empresas tendrán que pagar a Geron y  ACT para acceder al uso de embriones. ¿Debemos permitir que estas empresas sean propietarias de células madre primarias? ¿Se pueden patentar propiedades de la vida? Es posible patentar inventos, pero ¿también los descubrimientos? Rifkin teme que nos hallemos ante la posibilidad de crear una sociedad eugenésica comercial. En este artículo he querido evocar las más pesimistas opiniones que se generan alrededor  del análisis del poder y la capacidad de control de las empresas privadas. Quiero recordar  con ello las dificult dificultades ades de libert libertad ad de invest investigació igación, n, en una comunidad científ científica ica dominada por la lógica de las patentes y del beneficio económico. He tenido mucho interés en buscar  las interconexiones entre reproducción asistida, células madre y clonación, pues siempre se ha querido aparentar que el único interés de la investigación en técnicas de reproducción era satisfacer los deseos de maternidad. Mantengo, junto a Verena Stolcke y tantas otras que, en el aspecto reproductivo, el cuerpo de las mujeres constituye un recurso limitado, de gran interéss tecnológic interé tecnológico o y que se ha querido lograr el acceso al óvulo para poder utilizarlo utilizarlo en las otras líneas de investigación como clonación y células madre. Por último, unadereflexión sobre la cantidad y lateniendo cualidad.las En mujeres este mismo dealQuark se habla acerca las dificultades que siguen paranúmero acceder mundo tecnocientífico. También en este aspecto deseo dejar mi apunte. Integrarse es desintegrarse.

 

Es necesario lograr, sin duda, el imprescindible avance cuantitativo, pero sin olvidar que, en la and andadur adura, a, sería sería necesar necesario io ir cam cambia biando ndo det determi erminado nadoss val valores ores dom domina inante ntess aho ahora ra en ciencia cienci a (entre ellos, control, explot explotación ación de la naturaleza y los vivientes, vivientes, beneficios, prisas y prestigio) por otros valores como la cultura de la paz y de los cuidados. Este cambio nos llevaría, si seguimos los análisis sobre ciencia, tecnología y sociedad relativos a riesgos, costes y beneficios, a abandonar y/o modificar determinadas líneas de investigación.

En las últimas décadas la sociedad española ha experimentado un desarrollo educativo que, en el caso de las mujeres, ha supuesto un avance cuantitativo y, especialmente, cualitativo.  Así queda de manifiesto en los resultados de las investigaciones según los cuales se ha producido un cierto desarrollo evolutivo diferencial asociado al género entre los estudiantes de alta capacidad (JIMÉ (JIMÉNEZ NEZ FERNÁ FERNÁNDEZ, NDEZ, 2001). Algunas característi características cas significativ significativas as de las mujeres son las siguientes: a) evidencian más precozmente la capacidad b) desarrollan intereses mixtos (masculinos y femeninos) c) destacan inicialmente en capacidad verbal, d) obtienen rendimientos similares o superiores a los de los varones e) muestran menor interés que ellos por participar en programas específicos para los más capaces f) eligen estudios de todo tipo, aunque predominen discretamente los de Humanidades y Ciencias Sociales. Por otra parte, durante el periodo de la adolescencia aún aparece aunque con tendencia decreciente a la par que avanza la visibilidad social y profesional de la mujer en los distintos ámbito ámb itoss el con confli flicto cto ent entre re cap capaci acidad dad y fem femini inidad dad,, una de cuyas cuyas man manife ifesta stacion ciones es es el conocido como síndrome del miedo al número. Por lo que respecta a los estudiantes varones, sus padres esperan de ellos realizaciones acordes con el estereotipo del hombre capaz; es decir, estudios con prestigio social que les permitan ejercer profesiones económicamente rentables. A las se les permite decidir  entre un abanico mayor de opciones curriculares y, aunque losmujeres padres valoran y promueven su educ educaci ación, ón, acepta aceptan n sin ret reticen icencia cia las ele elecci ccione oness de baj bajo o per perfil fil prof profesi esiona onal,l, soc social ial y económico. La principal aspiración paterna con relación a las hijas es evitarles riesgos y asegurar su protección futura, aunque las madres parecen jugar un papel primordial como impulsoras de las aspiraciones de sus hijas (JIMÉNEZ FERNANDES et al., 2002). Resulta probado que, en el sistema escolar español, las niñas están avanzando hacia la igua iguald ldad ad a trav través és de la ob obte tenc nció ión n de un re rend ndim imie ient nto o exce excele lent nte, e, lo cual cual se re reflflej eja a post po ster erio iorm rmen ente te,, en la etap etapa a ad adul ulta ta,, en su eq equi uipa para raci ción ón pr prof ofes esio iona nall con con el varó varón, n, especialmente dentro del ámbito de la función pública. En España el 67% de los jueces son mujeres, así como el 71% de los estudiantes de Ciencias de la Salud, el 61% de los estudiantes de Ciencias Sociales, el 54% de los estudiantes de Ciencias y el 26,95% de los estudiantes Ingeniería, ámbito último donde las irrupción de latura, mujer es so pausada pero const con stant ante, e, ydeen el que exis ex iste ten n este est estudi udios os como com o lo los de Arqu rquit itec ectu ra, que son n eleg elegid idos os prácticamente por la misma proporción de varones que de mujeres (JIMÉNEZ FERNÁNDEZ,

 

2004). En un corto periodo de tiempo los estudios de Doctorado pasaron a contar con similar  número de hombres que de mujeres, estas últimas en un porcentaje del 50,99% (curso 200102); e, igualmente, las mujeres fueron fuero n autoras del 45,47% de las Tesis Tesis Doctorales realizadas. La tendencia apunta hacia una superior presencia femenina en este tipo de estudios. La situación, pues, ha variado considerablemente con relación a la década de los ochenta, cuando eran minoría las mujeres que se aventuraban a realizar un Doctorado o un Master de prestigio, aunque tuvieran sobrada capacidad para ello por rendimiento escolar, similar al de los varones (GRAÑERAS PASTRANA et al., 2001). Sin embargo, por lo que respecta al mundo de la empresa privada, los patrones dominantes parecen caracterizarse por una mayor resistencia al avance hacia la igualdad de los géneros, aunque lentamente se va reconociendo la preparación y la capacidad profesional de las mujeres (LÓPEZ SÁEZ, 2003). En términos generales parece probado que en España la situación respecto a la igualdad de género ha avanzado en las últimas décadas y que la no discriminación por esta razón parece formar parte del discurso teórico dominante, una tendencia que coincide con la de los países de nuestro entorno cultural. Sin embargo, queda todavía un camino por recorrer hasta neutralizar aquellos ámbitos y contextos sociales en cuyos valores, usos, y costumbres sociale soci aless pervive perviven n soterra soterradam dament ente e los est estere ereoti otipos pos mac machis histas tas,, pues “aún se mantie mantienen nen reductos aparentemente inexpugnables, tanto en las clases culturalmente poco dotadas como en los niveles más acomodados de la sociedad” (JIMÉNEZ FERNÁNDEZ et al., 2004, p. 114). Es preciso, pues, persistir en el estudio de la cuestión, hasta poner al descubierto sus múltiples matices.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF