1 Qué Son Las Apachetas
December 5, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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¿Qué son las apachetas?
Algo similar a los los inukshuk inukshuk del Círculo Polar Artico, las Apachetas son características caracterí sticas en la zona del altiplano que incluye sectores de Bolivia,
Chile, Argentina y Perú. Montículos de piedras, una sobre sobr e otra, a modo de ofrenda. Si bien no se tiene una idea totalmente clara de la función f unción que cumplían en sus orígenes. Se sabe que, actualmente, son los viajeros quienes piden que se aparten las desgracias (chiknis) de su camino para seguir el viaje con salud y tranquilidad.
Es por ello que la mayoría de las apachetas pueden apreciarse a los costados de las carreteras, caminos y senderos.
Así, los viajeros piden y agradecen a la Pachamama (Madre Tierra) y a los Apus (dioses de las montañas) colocando una piedra sobre la otra y, en algunos casos, dejando todo tipo de ofrendas como comida, bebida, cigarros, y demás elementos. Los tamaños de las apachetas son muy variados y pueden encontrarse
desde montículos pequeños con tres piedras apiladas o bien, otras que llegan a medir hasta tres metros de altura. Pero claro que, además de la explicación que indica que son los viajeros quienes piden a sus dioses protección y fuerza para seguir adelante en su su camino, existen otras hipótesis acerca del nacimiento de las apachetas. Algunos dicen que las apachetas nacieron debido a la preocupación de los incas por el orden. Por dividir, medir distancias, marcar y separar sectores. Otros sólo le dan un significado signific ado religioso y dicen que eran altares donde rendir homenaje a los dioses. Pues bien, hoy en día son los viajeros locales loca les quienes piden por un viaje tranquilo y, muchos turistas ajenos al lugar, imitan esa acción y realizan
sus propias apachetas. Es por ello que, los lados de las carreteras y caminos del altiplano, pueden verse cantidad de apachetas desafiando a la gravedad.
Apachetas en La Paz conservan su condición como sitios rituales rituales Las apachetas o lugares de ritualidad conservan su significación como sitios sagrados para la cosmovisión andina y donde aún se realizan ofrendas a la Pachamama (madre tierra), como una relación intercultural viva, pese al crecimiento urbano de la ciudad de La Paz.
En una relación intercultural entre el humano y la naturaleza, se considera que los lugares sagrados están vivos porque se encuentran en el imaginario colectivo de la ciudadanía. La aserción pertenece al delegado Municipal de Fomento para la Interculturalidad, Marcelo Fernández quien considera que "las apachetas están vivas, porque se encuentran en el imaginario colectivo de la propia ciudadanía paceña". Más de una treintena de sitios ceremoniales aymaras se encuentran en los diferentes macrodistritos de La Paz. Cada uno de ellos cumple una determinada funcionalidad en la ritualidad vinculada principalmente a la wajt’a u ofrenda que se entrega a la
Pachamama en determinadas fechas según el ciclo agrícola. "Una gran parte de la existencia de las apachetas se justifica por la permanencia de la lengua de una cultura, como la aymara, que cumple su práctica ritual en estos sitios ubicados en las serranías que rodean nuestra ciudad", dijo Fernández.
Para la autoridad edil el crecimiento urbano no ha interferido en la relación intercultural viva del humano con la naturaleza, al contrario estas prácticas están siendo refuncionalizadas, ya que muchas de las apachetas están siendo utilizadas también como miradores para los ciudadanos. Las apachetas también son denominadas apus o espacios sagrados donde habitan los achachilas o los primigenios antepasados, junto a los uywiris que son las deidades aymaras –según la cosmovisión andina – que alimentan y cuidan a los seres vivos de la Pachamama. Según la cultura andina los sitios rituales tienen una condición que por demás es sacr sacro o –dijo Fernández – ya que también son los marcadores del pacha o tiempo-espacio, además de definir los límites de jurisdicciones territoriales son sitios que se interceden con el bienestar económico, el medio ambiente y la identidad social e individual de la población. También las apachetas son utilizadas para las ceremonias aymaras que se practican dentro la medicina tradicional. Es así que muchos de los sitios pueden ser usados para remediar determinadas afecciones que se relacionan con la terapia del ajayu o espíritu. Por otra parte, la Delegación Municipal de Fomento para la Interculturalidad (DMFI) y la Unidad de Promoción del Folklore y las Artes Populares ttienen ienen previsto publicar la investigación Wakas y Apachetas del municipio de La Paz delamauta o filósofo aymara Guiniol Quilla. (SIM/GAMLP)
En La Paz hay 30 apachetas, wak’as y sitios “energéticos” Se hará la delimitación georreferenciada y la precisión de datos para el reconocimiento de la espiritualidad y ritualidad que se practica en estos lugares. El municipio de La Paz ccuenta uenta con al menos 30 sitios energéticos ancestrales ubicados en cerros, montañas, lagunas lagunas y hasta miradores. Por la espiritualidad que representan representan,, y para preservar la práctica de su ritualidad, ritualidad, se postulan como patrimonio inmaterial de los paceños.
"Estos son sitios en los que se hacen wajtas, se ch’alla, se pide permiso a la
Pachamama, se deja el cansancio o se pide consejo y protección pr otección a través de rituales ancestrales. Estamos impulsando un proyecto de ley que busca revalorizar y preservar esta esta espiritualidad, espiritualidad, que que no sólo pervive pervive en la memoria de los paceños, sino en su vida cotidiana”, indicó la concejal, Beatriz
Álvarez.
Según un relevamiento preliminar de la Secretaría Municipal de Culturas, dentro su jurisdicción La Paz tiene 18 wak’as, cuatro apachetas, seis mama qutas y dos achachilas. Cada uno de estos "lugares sagrados” posee una energía y un fin peculiar. peculiar. Los achachilas son lugares sagrados que generan energías positivas y son reconocidos como "padres protectores” de la comunidad. Son montañas altas
e imponentes en las que moran los antepasados. Los dos achachilas achachilas identificados en nuestro nuestro territorio son el Huayna Potosí y el Chacaltaya. Los amautas y yatiris afirman que otro muy importante es el Illimani, a quien le llaman centinela centinela de La Paz. Sin embargo, embargo, no se encuentra dentro de los limites del municipio, pero pero no por eso pierde su poder poder protector. A las apachetas apachetas se les atribuye atribuye la protección protección de los viajeros. viajeros. Por eso éstas éstas están en lomas elevadas cerca a los caminos. caminos. Muchas veces se encuentran encuentran montículos de piedra donde los viajeros ofrecen coca y alcohol para pedir permiso para continuar el viaje. En estos puntos también se sientan a descansar para continuar. Las cuatro identificadas corroboran su función. La más conocida es la apacheta de la cumbre al ingreso a los Yungas. Las otras, también en salidas importantes de la urbe, antiguas o actuales, son Qhana Pata (por la estación del teleférico amarillo), Salla Umani (el mirador antes de llegar al peaje de la autopista) y Llawllini Apachita, al ingreso a Zongo.
La energía femenina viene de las seis mama qutas (madre ( madre agua) que habitan los macrodistritos urbanos urbanos y rurales rurales del municipio. Son lugares sagrados sagrados protectores dadores dadores de vida vida donde la energía energía viene del agua. Su ritualidad está ligada a la fertilidad y producción agrícola y del ganado. Se la vincula también con la lluvia, lluvia, manantiales y la abundancia de las las personas. Los macrodistritos macrodistritos rurales Zongo y Hampaturi Hampaturi albergan a Estrellani, Pampa Pampa Larama, Llawllini y las lagunas de Milluni, cuatro de las seis mama qutas. Siete Lagunas y Laguna de las Ánimas se encuentran en la Periférica y la Zona Sur. Sin duda las más numerosas son las wak’as. Llegan a un total de 18, de las
cuales muchas se han convertido en miradores en los que conviven los ritos r itos tradicionales con la modernidad de la urbe paceña. Poseen una personalida personalidad d propia que libera energía positiva o negativa mediante amautas y yatiris que realizan ofrendas a la tierra. En su mayoría se encuentran en los macrodistritos urbanos dentro de zonas ya pobladas. Las wak’as son Jisk’a Warancuni, Jach’a Qullu, El Calvario de la Periférica, Cementerio la Llamita, Alto Pampahasi, Pukara en San Antonio, Auki Qullu en la Muela del Diablo, Wallatani Wallatani Qullu, Alpacoma, Alpacoma, Wara Warani, Murmuntani, Chinchaya Qullu, Mama Lorenza, Tata Lorenzo, Valle de la Luna, Quilli Quilli, Jach’a Apacheta y Katari o mal llamada Curva del Diablo. Las últimas son las más conocidas c onocidas y que por mucho tiempo han sido reclamadas por amautas y yatiris para su liberación. Al ser miradores, algunas están enrejadas, lo que impide el ingreso, sobre todo en las noches, para la realización de los rituales ri tuales ancestrales. "Estamos en proceso de verificación y precisión de datos. Una vez que se identifique cuáles serán patrimonio haremos la liberación de los que se
encuentren con restricciones para los ritos, porque se trata de preservar y promocionar estas prácticas que hacen a la identidad de los pueblos originarios”, afirmó la concejal al respecto. Sostuvo que empezará la delimitación georreferencial de estos lugares para ver su extensión y se espera que al momento de su nombramiento, si éste se da, no afecten los terrenos ya poblados. También se realizará el registro de los ritos que se realizan. "Es un proceso que ya empezó pero aún no tenemos una fecha en la que podamos promulgar la ley. Se trata de preservar no sólo los lugares sino toda la espiritualidad que hay en el lugar. El delegado de la oficina de Interculturalidad Interculturalidad del Municipio, Pelagio Pelagio Patty, señaló que el relevamiento se realizó entre junio y julio de este año. Sostuvo que, además del proyecto proyecto que impulsa Álvarez, Álvarez, se pedirá que se mejore mejore el acceso a estos lugares.
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Subiendo un empinado sendero se encuentra una waqa. No puedo salir de mi asombro al haber podido conocer inesperadamente ese lugar gracias a la invitación de un par de desconocidas. Sensaciones extrañas se atropellaron en mi ser al poder sentir la tierra en ese lugar, respirar el aire puro, ver los árboles, escuchar el murmullo del ligero vientecillo, tocar la rocas y trasladarme por un momento a otra época. ¡Cuántos seres habrán transitado por ese lugar, de seguro generaciones y generaciones! , pensaba. Cuanto tiempo habría pasado…, un bocinazo me anunció que ya era hora de volver.
Las waqas siempre han sido lugares importantes dentro de nuestras culturas y pese al intenso proceso de extirpación de idolatrías que se implantó durante la colonia, éstas se mantuvieron. El término waqa, también suele escribirse como wak´a, guaca o huaca pero contiene un mismo significado: un lugar sagrado. Bertonio en 1612 lo define como “Huaka; los cerros que adoraban ...”. Desde su llegada, la concepción de la iglesia en relación a estos sitios sagrados fue de absoluto rechazo, motivo por el cual pusieron un gran empeño en atribuirle características negativas. Las waqas o lugares sagrados han estado dispersos en los territorios indígenas en varios lugares en el mundo. En varios casos, quienes llegaron a estas tierras, de manera impuesta construyeron iglesias y colocaron cruces sobre los sitios sagrados ancestrales. Por ejemplo, en Copacabana no sólo se construyó un iglesia, sino también colocaron cruces católicas en una montaña que la nombran calvario. Lo mismo sucedió en las poblaciones circundantes al Lago Titicaca. Tanto el 24 de junio, que se celebra el Willka Kuti (la vuelta del sol) y el mes de agosto (mes de la pachamama (madre tierra) se realizan rituales en las waqas. Últimamente, mucha gente acude a estos eventos, aunque quizás algunos lo hagan solamente por turismo y sin comprender el verdadero sentido que implica ingresar a un sitio sagrado.
LOS APUS CEREMONIA REALIZADA EN EL CERRO SAN CRISTOBAL
La ceremonia nacio como un deseo de conectarse a los Apus para solicitar paz, amor y salud al planeta. Escogimos el Cerro San Cristóbal, cerro que domina la ciudad de Lima, capital del Perú, Apu tutelar. Luego vimos que podíamos aprovechar en darle fuerza a la ceremonia Incaica con la ayuda del Mantra Om Tryambakam, muy apropiado para estos fines (fuegos de Agnihotra).
No quisimos desaprovechar la visita a Perú de Drupon (Tibetan Meditation Center), nos obsequio unas oraciones en tibetano y acompañamos con cueros para concretar en una desconexion total....acercándonos a los seres superiores y cumplir nuestro cometido.... Gracias a cada uno de los integrantes....gracias Apu por recibirnos....gracias seres magnificentes.....¡¡¡¡¡¡¡
¿ QUE SON LOS APUS ?
APU es una una palabra quechua (Idioma de los incas) que tiene dos conceptos conceptos en una sola palabra: Primero, significa MONTAÑA. Los Incas consideraban a las montañas como sus dioses. Segundo, significa DIOS. El APU era el dios protector de cada pueblo en el imperio de los Incas.
Apu es Señor, Señor, alto dignatario o un dios tutelar. En la época inca y en la cultura quechua (entre otras más) se consideran a determinadas montañas y nevados como lugares en donde reside el Apu (dios tutelar) de un determinado lugar, siendo entonces esta montaña sagrada. Los Apus de las montañas son espíritus superiores considerados protectores de los hombres y pueblos. Los Apus no hablan a los humanos, son los humanos, por medio de las invocaciones, los pagos, los rituales y las oraciones, los que hablan a los Apus pidiéndoles protección. Los Apus suelen ser locales. En los pueblos del Ande, el Apu recibe las oraciones sagradas y las ofrendas de los habitantes de los lugares que protege, para dar a cambio abundancia de ganado y mediación con Dioses mayores.
El rito es el medio de comunicación de los Apus, a través de él su silencio habla. Su rol tanto como el de los humanos y los Dioses mayores, es asegurar la abundancia y equilibrio cósmico. De hecho, hablar de los Apus como representativos de la religión andina es forzar su significado dentro de un sistema religioso mucho más amplio. Si bien su presencia alternativa al monoteísmo es saludable y abre el camino para pensar lo religioso más allá de las celdas del dios los Apus sólo una parte son del complejo sistema multiético de loscargo andes. Lo había dichoúnico, el mismo Taytason Ciprián, los Apus como dioses menores. Se hacen principalmente del ganado y residen en los cerros y en algunas lagunas y lugares especiales: su sacralidad es mayormente geográfica. En algunas partes como en el Ausangate, que es un Apu regional, las almas pasan por ellos camino al infierno o a Hanaq Pacha. José María Arguedas, al mostrarnos que el Yawar Fiesta es un evento sagrado, sugiere que los cóndores son Apus que representan a los Wamanis, que es el nombre que tendrían los cerros sagrados alrededor de Ayacucho. Los Apus son lugares privilegiados de la Pachamama y desempeñan un rol mediador entre los hombres y Hanaq Pacha, pero no son los únicos lugares sagrados. Hay en los Andes ciertos sitios marcados por el asombro y acaso por el temor, que también son sacros: ciénagas maléficas, rocas poderosas, lagunas encantadas, cuevas de gentiles. A ellos se les puede sumar las saywas, que son más bien marcadores liminales del tránsito de un valle a otro.
Cerro San Cristobal, Lima - Peru HISTORIA SOBRE LOS APUS
Los cerros, antes y durante el Incanato eran considerados lugares sagrados. Los más poderosos eran por lo general los cerros más altos de la región, siendo creencia de que, virtualmente todos los cerros y colinas tenían sus propios dioses, residentes en ellos, y que eran
reverenciados por su dominio sobre la producción económica y de manera especial sobre la fertilidad de los campos y del ganado. Identificábase a los cerros con las nubes, heladas, granizadas, lluvias para la captación y regulación del agua que sabían que provenía de un común original: el océano, fuente de energía cósmica. El más poderoso Apu de Nasca es el Cerro Blanco, inmenso médano de arena considerado el mayor que se conoce en el mundo. Profundamente reverenciado, los nasqueños no dejan de hacerle pago si deben pasar por sus cercanías, y siempre muy temido, como el Cerro Saraja de Ica, tiene fama de “come hombres”,
son pocos los que se atreven a pernoctar en sus faldas y menos en sus alturas. Pero es Apu, por lo tanto, también protector. Hasta épocas recientes se mantenía en Nasca la costumbre de enviar proprios a la Playa para traer agua del mar cuando la sequía se acentuaba por varios años, a fin de llevarla a vaciar en Cerro Blanco, o aun hasta los cerros más elevados de la serranías para ayudar a precipitar las lluvias. Estos encargados, provistos de "potos" (calabazas o zapallos secos), para depositar el agua, generalmente sabían - y mantenían con fe - las oraciones invocatorias al cerro, y en su recorrido conduciendo el agua del mar, procuraban siempre seguir una ruta derecha. En la actualidad, todavía se mantiene la costumbre de "rezar al cerro" cuando se emprenden trabajos de minería. El minero autóctono, el verdadero buscador y explotador de vetas o yacimientos mineros, jamás deja de rezar al cerro y lo hace con fe y devoción de acuerdo a rituales poco conocidos. Y cuando son dos o más los socios, le piden al cerro que prime la pureza de intenciones y equidad entre ellos. Cuando entre los interesados no hay quien sepa de estos menesteres hacen viaje expreso a otros lugares, generalmente a las serranías para conseguir uno o dos rezadores que provistos de hojas de coca, cigarrillos, cañazo y escondidos amuletos hacen, en la soledad de la noche sus rezos e invocaciones para que el cerro permita su exploración y explotación.
Cerro Pan de Azucar, Pachacamac - Lima, Peru
FOTOS DE LA CEREMONIA
Chaska Lu
El Grupo
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