1_ Adolphe Gesche - Dios Para Pensar

November 7, 2017 | Author: Clemente Tomás Sánchez Barja | Category: Divinity (Academic Discipline), God, Faith, Love, Hannah Arendt
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I EL MAL. EL FIOMBRE

Otras óbras publicadas por Ediciones Sígueme: Gtrtiérrez, Beber en su propio pozo (P lZ3) Gutiérrez, Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente (P 183) Gutiérrez, Teología'de la liberación (VeI 120) -'W.';Kasper, Jesús, el Cristo (VeI 45) ---8. Levinas, De otro modo que ser o más atló de la esencia (H 26) -8.:Levinas, Totalidad e infinrfo (H 8) -J. Moltmawt, Trinídn¿ y reino de Dios (VeI 80)

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EDICIONES SIGI.JEME - SALAMAIVCA 1995

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Introducción

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A mis sobrinos y sobrinas Desde siempre, para comprenderse, el hombre ha ido a llarnar ala puerta de los dioses. Después de todo ¿no es en el frontispicio de ün templo, ell Delfos, donde está grabado el famoso ?

Ciertamente, estamos en el derecho de preguntarnos si uno todavía puede practicar o sugerir este recurso hoy en día. Desde la modernidad, inaugurada por Descartes, el hombre pretende tomar la medida de su ser a partir de él mismo, considerado como sujeto autónomo desligado de la trascendencia. Cogito, ergo sum. Aun creyendo en la existencia de Dios, se trata de pensarse etsi Deus non daretur, como si Dios no existiese. Y, con todo, ies esto tan acertado? Como advertía Augusto Comte, Dios no sería más que una medalla antigua con su relieve casi borrado, de suerte que sería una lástima que el hombre no labrase ya sus viejas efigies. Si la primera parte de este volumen en la que, a propósito del mal, hemos intentado ver si Dios o su

idea podía ayudar a pensar, ha resultado pertinente ¿no está justificado proponer el mismo recorrido a propósito del hombre? >. Creo llegado el momento en que semejante recorrido pueda intentarse de nuevo. Con tal de que se trate, una vez más, de una propue'sta y que, como tal, respete al que no ve en la palabra sino un código o un símbolo, pero que hace pensar, y al mismo tiempo haga justicia al creyente, al gue, con Pascal, cree que el hombre sobrepasa infinitamente al hombre a causa del misterio que Ie constituye. En todo caso, pÍrr€cen autorizarlo unos signos que muestran como un deseo de oír de nuevo a la fe hablar y pronunciar sus propias palabras, deseo al que ahora ella podría responder de

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EI hombre

nuevo, acaso porque finalmente ha sabido renunciar, en gran parte, a una retórica de triunfo y de conquista. En ciertos momentos, hay indicios claros de que el mundo quiere interrogar de nuevo a la fe. dirige a sí mismo Y a ella logr mismo Y me decía: tú ¿quién La segunda se la dirige a Dios-Y aE soy Yo, Pues, mi Dios? ¿cuál es del hombre no es menos Hannatr Arendt afirmando que Ia cuestión estas palabras la teológica que la cuestión de Dios6. veo en justificación de mi emPresa' dicomo en Et maL he reunido aquí algunas publicaciones Sin en colaboración' seminadas en revistas o en obras Jscritas que haya que concebirlo puede abrir Por donde se ét que , a Pesar de todo, una lígica externa, Por cuant

2. H. Aren dt, The Human condition, chicago t970, 10' 3. Ibid., 10-11. 4. San Agustín, Confesiones' X' 6' 5. Ibid., x,7 . 6. H. Arendt, The Human Condition' 11'

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el hombre sin haber antes hablado del mal en la primera parte. Se ha dicho hasta la saciedad: ya no se puede hablar como si Auschwitz no hubiese existido. Por mi parte ¿de qué hombre hubiera hablado, de qué hombre irreal salido de un sueño de encantamiento, si estas páginas que ahora se le consagran no hubieran estado precedidas de las otras que, 8l hablar del mal, abordasen primero ese hombre herido y patético que páginas sobre

somos?

Luego una lógica interna. Comenzaremos con una meditación sobre el enigma. Ese enigma que es ante todo el hombre para sí mismo, y que affaviesa también su relación con el mundo, con los demás y con Dios. Pero es un enigma que alavez le constnrye.

Pues'le abre un espacio: el de una interrogación que le impide celrarse, que le invita ciertamente a buscar respuestas que no llegarrán jamás al grado de saturación, porque no pueden ni deben hacerlo. Dios creó el día, pero también la noche. La parte de incertidumbre que reside en nosotros no es un desastre. Esta zona de 1o
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