0.5 Ali's Pretty Little Lies (Español)

Ali´s Pretty Little Liars

Sara Shepard

Sinopsis Antes de que estuviera –A, estaba Alison DiLaurentis. Los chicos querían salir con ella, las chicas querían ser ella, y alguien la quería muerta. Es el final de séptimo grado, y Alison DiLaurentis y sus amigas son las chicas más populares de Rosewood Day. Ali manda en su pandilla con mano dura, y tiene suficientes secretos sobre Hanna, Emily, Aria y Spencer para mantenerlas a raya. Pero Ali también guarda su propio gran secreto, algo tan grande que lo destruiría todo si saliera a la luz. Ella está desesperada por mantener la vida perfecta en la que tanto ha trabajado por construir, pero en Rosewood los secretos de muerte tienen consecuencias mortales. Ubicado en las semanas previas al asesinato de Ali, este libro especial de Pretty Little Liars es contado por la más linda pequeña mentirosa de todas: la misma Ali. Por primera vez, vemos cómo empezó el misterio, –Y cómo fue que terminó la vida de Alison DiLaurentis.

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Portada: “Soy Ali y soy Fabulosa…”

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Dedicado a:

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K

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Epígrafe: Si vas a tener una doble faceta, al menos has que una de ella sea linda

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-MARILYN MONROE

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PROLOGO SUSTITUCIÓN Traducido por: Luciana Lermi Corregido por: Daniela, Raúl S.

Había una vez, dos hermanas gemelas idénticas, Alison y Courtney. Ellas eran iguales en todos los sentidos: Ambas tenían el cabello largo y rubio, unos grandes, limpios y redondos ojos azules, rostros en forma de corazón y sonrisas ganadoras que podían derretir corazones. Cuando ellas tenían seis montaron sus bicicletas violetas y rodaron calle abajo por la entrada de la familia en Stamford, Connecticut, cantando “Frère Jacques” en una curva. Cuando tenían siete se subieron al gran tobogán para niños juntas y se tomaron de las manos durante todo el recorrido. Incluso aun cuando sus padres les dieron a cada una su propia habitación con camas de dosel de princesas, las encontraban dormidas en el mismo colchón individual con sus

cuerpos

compartían

entrelazados.

Todos

esa indescriptible

decían

conexión

que

de

ellas

gemelas.

Hicieron la promesa de que serían las mejores amigas por siempre. Pero todas las promesas se rompen un día. En segundo grado las cosas empezaron a cambiar. Al principio eran cosas pequeñas: una mala mirada, un ligero empujón,

insistiendo que ella era Ali. Courtney se sentó en

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varios sábados en la clase de arte de Ali

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suspiros indignados. Pero luego, Courtney se presentó

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el escritorio de la escuela de Ali el día que su hermana estaba enferma. Courtney se presentó a ella misma como Ali al cartero, a los nuevos vecinos con el cachorro y a la señora mayor en el mostrador de la farmacia. Tal vez ella fingía que era su hermana porque Ali tenía ese brillo extra, algo que la hacía sobresalir. Tal vez Courtney estaba celosa. O tal vez Courtney estaba siendo forzada. Ali me obligo a hacerlo, –dijo Courtney a sus padres cuando ella fue descubierta–. Ella me dijo que si no fingía ser ella algo horrible me pasaría y a ustedes también. Pero cuando su madre y padre le preguntaron a Ali si eso era cierto sus ojos se abrieron como platos–. Yo nunca diría algo como eso, –respondió inocentemente–. Amo a mi hermana y los quiero a ustedes. De repente, Courtney y Alison se encontraban gritando y peleando en el patio del colegio en recreo. Luego Courtney encerró a Alison en el baño a la hora del almuerzo y no la dejaba salir. Los profesores llamaron a los padres de las niñas, con voces llenas de preocupación. Los vecinos hacían entrar a sus hijos cuando Courtney pasaba, atemorizados de que ella pudiera hacerles daño. El último aviso, llegó un día perfecto de primavera cuando sus padres encontraron a Courtney sentada arriba de su hermana con las manos alrededor de la garganta de Ali. Llamaron a los doctores, evaluaciones psiquiátricas fueron realizadas a ambas niñas. Alison mantuvo la compostura, pero Courtney entró en pánico. Ella lo inició todo, –insistió–, ella me amenazó, quiere que me vaya. Esquizofrenia paranoica, dijeron los doctores con vos grave, este tipo de cosas son tratables, pero solo con mucho cuidado. –Sin embargo a Ali le correspondía tomar la decisión final, entre lágrimas, ella decidió que su hermana debía irse. Y entonces una beneficencia de todo lo que conocía. Sus padres le aseguraron

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que ella estaría de vuelta en el hogar cuando se

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fue encontrada. Courtney se fue lejos de su familia, lejos

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recuperara, pero las semanas pasaron, luego los meses. De repente ella se dio cuenda de que Courtney estaba siendo… olvidada. A veces, una familia es como una mazorca de maíz: Puede que se vea perfecta por fuera, pero cuando le quitas la cascara, cada parte está podrida. Con los DiLaurentis, la niña que aparentaba ser la víctima, posiblemente era ella la atormentadora. Enviar a Courtney lejos pudo haber sido el plan maestro de Ali. Y tal vez, solo tal vez, todo lo que Courtney quería era todo lo que ella merecía, –una vida feliz. Después de todo, esto es Rosewood, y estas son las gemelas más misteriosas de Rosewood. Y como sabes, en Rosewood, las cosas nunca son como se ven. La primera cosa que Courtney DiLaurentis oyó cuando despertó la mañana en que su vida cambió fue el tic-tac del reloj de la pared. Le estaba diciendo, de una forma no tan sutil, que el tiempo se le estaba acabando. Ella miró alrededor del desconocido cuarto. Sus padres decidieron mudarse de Stamford, Connecticut, hace un par de años para evitar la vergüenza de tener que poner a una de sus hijas en un sanatorio mental. Ellos se reubicaron en Rosewood, Pensilvania, un sucio y rico suburbio a veinte millas de Filadelfia, donde incluso los perros llevaban collares Chanel. Debido a que no conocían a nadie cuando se mudaron, no tuvieron que contarle a nadie sobre su hija loca que estaba internada en un hospital psiquiátrico. Incluso cambiaron su apellido de Day–DiLaurentis a simplemente DiLaurentis con la esperanza de mantener alejados a los molestos vecinos de Connecticut. La habitación de huéspedes en la que Courtney se encontraba olía a bolitas de naftalina y tenía una cama de una plaza cubierta

un manicomio–, y una pequeña estantería llena

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tan lamentable, –incluso para una habitación de

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por un viejo edredón a cuadros, una cómoda de mimbre

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de revistas de cocina y cajas marcadas con IMPUESTOS y ESTADOS DE CUENTAS. El armario estaba lleno de adornos navideños, agujas para cocer que había usado su abuela, horrendos sweaters que ella no podía imaginar a nadie usando. En pocas palabras, la habitación era un depósito para todo lo que su familia quería olvidar, –y eso incluía a Courtney. Ella empujó y deslizó las mantas, caminó hacia el pasillo. La enorme casa victoriana, estaba diseñada de tal manera que la parte de arriba tenía una gran vista de la sala, permitiéndole a Courtney levantar la mirada y divisar la cocina. Su hermano mayor, Jasón, estaba encorvado en la mesa con un tazón de Frosted Flakes1. Su hermana gemela, Ali, estaba revoloteando alrededor de la encimera. Su cabello rubio estaba perfectamente ondeando en su espalda, y su camiseta rosa daba un limpio y saludable brillo a su piel. Ella levantó una pila de periódicos y miró debajo de estos. Luego abrió el cajón de los cubiertos y lo cerró de golpe. “Alison, ¿Cuál es el problema?”, –preguntó la Sra. DiLaurentis, quien llevaba puesto un vestido apretado color gris de Diane Von Furstenberg y tacones. Ella lucía como si fuera a una entrevista de trabajo, y no como si fuera a dejar a su hija en un nuevo hospital psiquiátrico. “No puedo encontrar mi anillo”, –dijo Ali mientras abría el cubo de la basura, para mirar dentro de él. “¿Cuál anillo?”. “El anillo con mi inicial, duh”, –Ali abrió otra alacena y la cerró con fuerza–. “El que uso todos los días”, –ella se dio la vuelta y

Frosted Flakes: Cereal de desayuno creado por la compañía Kellogg’s, conocido en Latinoamérica como Zucaritas.

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enfrentó a su hermano–. “¿Tú lo tomaste?”.

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“¿Por qué lo tomaría?”, –Pregunto Jasón entre bocado y bocado. “Bueno, no puedo encontrarlo”, –espetó Ali–. “De la misma forma en la que no pude encontrar mi pieza de la bandera”, –dijo ella, dándole a Jasón una mirada sarcástica. Jasón se limpió la boca con una servilleta–. “Incluso si supiera donde está tu estúpida pieza de la bandera, es legal para cualquiera tomarla, aun para la gente que ayudó a esconderla. La cláusula de robo, ¿recuerdas?” “Tal vez tú la tomaste para dársela a alguien más”, –su mirada se desvió hacia el segundo piso. Courtney dio unos pasos hacia atrás, alejándose de la baranda. Regreso a su habitación, abrió la maleta floreada que había tenido desde tercer grado y examinó su contenido. Adentro había una camiseta casi del mismo tono rosado que estaba usando Ali, también encontró unos vaqueros oscuros con un tono índigo idénticos a los de Ali. Se los puso. La cápsula del tiempo era una vieja tradición en Rosewood Day, –la escuela privada a la cual asistían Ali y Jasón–, y encontrar una pieza en el torneo de la bandera era una rareza, incluso para un estudiante de sexto grado. Toda la semana Ali había estado alardeando sobre la pieza de la bandera que había encontrado –aunque técnicamente Jasón le había contado dónde encontraría la pieza, lo que no era del todo justo. Ali había estado decorando su pieza de la bandera en la mesa de la cocina después de la cena hace dos noches atrás, dándole a Courtney, –quien se encontraba mirando televisión en la sala–, miradas de superioridad. Mira lo importante que soy decían las miradas. A ti ni siquiera te

pieza de la bandera desapareció el día anterior.

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Pero Ali no tenía esa mirada cuando su

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permiten salir de casa.

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En la privacidad de su patético y pequeño cuarto de invitados, Courtney pasaba sus dedos sobre la tela de seda y sobre los bordados dibujos color plata que había hecho su hermana, –el logo de Chanel, un diseño de Louis Vuitton y un grupo de estrellas y cometas. Courtney dibujó una pequeña fuente de los deseos llegando casi al borde de la tela, queriendo dejar una marca en algo tan codiciado por su hermana. Luego se lo devolveré, se prometió a sí misma. Pero Jasón la descubrió antes, él vio a Courtney observando la pieza de bandera en su habitación, luego entró corriendo y le dijo–, “¿De veras quieres que las cosas sean más problemáticas entre ustedes?”. –Entonces él le arrebató la pieza de las manos antes de que ella pudiera decir una palabra. Estaba a punto de cerrar su maleta cuando algo le hizo desviar su mirada, un folleto de La Reserva de Addison-Stevens estaba en el bolsillo de su maleta. En el folleto había una foto de un ramo de lirios, –ese era el mismo tipo de flores que sus padres habían llevado al funeral de su abuela. Ella abrió el folleto y empezó a ojearlo desde la primera página: Asistimos a niños y adolescentes para que desarrollen habilidades de afrontamiento y puedan construir su autoestima para que puedan regresar a sus hogares y volver a la escuela. Lágrimas empezaron a caer de sus ojos, ella había estado al cuidado de hospitales desde que tenía nueve años, –tres años enteros–, y a pesar de que se había acostumbrado a Radley, –tanto como podía acostumbrarse un ratón a una jaula–, ella había visto cosas terribles de las que no quería ser testigo nunca más. Desde que el hospital había anunciado que cerrarían sus puertas para convertir el lugar en un lujoso hotel, ella había asumido

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que su familia la traería de vuelta a Rosewood para vivir con

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ellos. Cuando su padre la llevó hasta allí el viernes había dicho lo mismo, esto sería una visita de prueba que tal vez podría convertirse en algo permanente. Pero por alguna razón las cosas habían cambiado en las pasadas veinticuatro horas. La Sra. DiLaurentis cerró con llave la puerta de la habitación de Courtney la noche anterior y le avisó que empacara sus cosas de una vez, deslizando el folleto de La Reserva en sus manos–, creemos que esto es lo mejor para ti. –Susurró mientras le acariciaba el cabello. Courtney ojeó las páginas del folleto, empezando por las fotos de los pacientes, tenían que se ser modelos, lucían tan felices... Había escuchado cosas terribles sobre La Reserva de otros chicos que habían estado allí. La gente la llamaba El corredor de la muerte porque muchos chicos se suicidaban una vez que entraban. Otros la llamaban La torre de Rapunzel porque los padres dejaban a sus hijos allí por años. Sin internet, sin televisión y sin llamadas telefónicas. Las enfermeras parecían extras de One Flew Over the Cuckoo’s Nest2 y el personal médico no tenía problema en atar a los chicos a sus camas para mantenerlos en calma. Los padres amaban el sitio, ya que el lugar lucia hermoso desde afuera, y era súper costoso. –Tenía que ser bueno, ¿verdad? Pero ella no iría a allí, había pasado toda la noche formulando un plan de escape para averiguar cómo escapar. Ahora que todas las piezas encajaban en su lugar… exceptuando la falta de la oportunidad que necesitaba. Ella esperaba que alguna oportunidad apareciera –y rápido. Porque sus padres se la estarían llevando en cuarenta y cinco minutos. Courtney enterró el folleto debajo de su ropa empacada y dejó su maleta en el borde de la escalera, luego bajó los escalones.

One Flew Over the Cuckoo’s Nest: película estadounidense de 1975 basada en la novela homónima de Ken Kesey.

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Algo que llamó su atención hizo que desviara la vista a

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la ventana trasera. Cuatro chicas estaban paradas detrás de los arbustos, susurrando. Lucían de la edad de Courtney, y ella podía oír sus voces a través de las cortinas. Una chica rubia vestida con una falda de hockey sobre césped y una remera blanca, tenía ubicada las manos sobre sus caderas–. “Yo llegué aquí primera, esa bandera es mía”. “Yo llegué aquí antes que tú”, –chillo una segunda chica. Ella era un poco más rellena, tenía el cabello rizado y de un tono marrón–. “Te vi salir de tu casa hace unos pocos minutos atrás” Una tercera chica con botas violetas de gamuza zapateo y exclamó–. “Ustedes llegaron al mismo tiempo, yo llegué antes que ustedes”. Courtney pasó su lengua por sus dientes. ¿Acaso esas chicas estaban aquí por la bandera de Ali? Ellas habían hecho una referencia a una chica que venía de la casa vecina. Esa tenía que ser Spencer Hastings. La Sra. DiLaurentis había mencionado su nombre en la cena del viernes, y el Sr. DiLaurentis había puesto una cara agria al oír ese apellido. Él decía que los padres de Spencer eran muy presumidos al construir esa tercera adición en su casa, convirtiendo ese perfecto granero en un lujoso apartamento para su hija mayor. ¿Como si una habitación no fuera suficiente? –arremetió. “¿Las ves desde allí?”, –Preguntó Courtney a Ali, quien ahora estaba parada junto a la encimera, ojeando una revista aireadamente con sus auriculares en sus oídos. Jasón ya no estaba en casa, y por lo que se escuchaba, sus padres estaban arriba terminando de vestirse. Ali sacudió su cabeza mientras se quitaba los auriculares–

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“¿Huh?”.

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“Hay unas chicas afuera, una de ellas es la chica que vive en la casa de al lado”. “¿Ella está en el patio?”, –Ali la miró molesta y camino hacia la ventana. Pero cuando se asomó frunció el ceño–. “Yo no veo a Spencer. Gracias a Dios. “¿No eres amiga de ella?”. Ali suspiró–, “No, ella es una perra”. ¿Y tú no? –Pensó Courtney. Ali se volvió hacia ella, como si lo hubiera dicho en voz alta. Una desagradable sonrisa se desplegó a través de sus labios–. “Linda camiseta. Pero me está provocando un déjà vu”. Courtney tomó una banana de la frutera–. “Me gusta el color”. “Sí, claro”, –Ali paseó por la isla de la cocina y tomó una dona de la caja ya abierta. “Cuidado”, –Dijo Courtney, caminando hacia ella–. “Las donas te harán más gorda”. La jalea goteaba por la barbilla de Ali–. “La comida de los hospitales mentales, schizo3 también lo hace”. Courtney parpadeo. Ella no era schizo, y Ali lo sabía–. “No”. “No”, –Imitó Ali, sus rasgos se volvieron horrendos. Courtney apretó su estómago, Ali siempre usaba su voz nasal idiotizada para imitarla–. “Para”, –Insistió.

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“Para”, –Imitó Ali.

Schizo: Abreviatura de esquizofrénica.

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Courtney sintió como el viejo fuego se encendía en su interior, el mismo que la había metido en problemas anteriormente, aunque intentó suprimirlo con todas sus fuerzas, no pudo–. “Adivina que, tengo tu bandera de la cápsula del tiempo”. Los ojos de Ali se abrieron–. “Lo sabía, ¡devuélvemela!”. “Desapareció”, –dijo Courtney–. “Se la di a Jasón, y él no te la quiere devolver”. Esa no era exactamente la verdad, pero esa si era la versión que mejor sonaba. Ali miró a Jasón, quien justo acababa de reaparecer por la puerta–, “¿Es acaso eso cierto? ¿Tú sabías que ella tenía mi pieza de la bandera?”. Jasón miró a las gemelas, su mirada se centró en sus atuendos casi idénticos– “Bueno, si, Ali, pero…”. La mirada de Ali se posesiono directo en el bolsillo de Jasón, la tela azul brillante se asomaba. Ella la tomó casi hasta la mitad y no le hizo falta más para que Ali abriera sus ojos de una manera impresionante al ver el pozo de los deseos que ahora estaba entre sus dibujos perfectamente bordeados, se volvió hacia Courtney–. “¿Tú dibujaste esto?”. Jasón tomó de nuevo la pieza de la bandera y la volvió a guardar en su bolsillo–, “Ali ya déjalo”. Ali encogió sus hombros–, “¡Siempre estás de su lado!”. “No estoy del lado de nadie”, –dijo Jasón. “¡Si, lo estás!”, –Ali se dirigió fuertemente hacia Courtney–. “Hice bien en decirle a mamá que me amenazaste la otra noche,

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es por eso que ahora estás por irte a La Reserva”.

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Los ojos de Courtney se llenaron de impotencia–. “¡Yo no te hice nada!”. Ali movió su barbilla hacia abajo–. “Tal vez lo hiciste, tal vez no. De cualquier manera, no eres bienvenida en esta casa, ¡perra!”. “Ali basta”, –gritó Jasón. “Basta”, –repitió Ali en tono de burla. Cuando ella pasó por su lado hacia las escaleras lo empujó. Jasón se tambaleó hacia atrás y chocó con un estante de hierro forjado. Todo se tambaleo y un plato con el horizonte de Nueva York en el estante superior empezó a sacudirse suavemente. Jasón se arrojó hacia adelante, pero ya era demasiado tarde, el plato estaba hecho añicos en el suelo. El silencio tras el golpe era incómodo. Jasón miró a Courtney quien se encontraba inmóvil en la esquina de la habitación–, “¿Por qué tuviste que empezar los problemas con ella?”. “No pude evitarlo”, –dijo Courtney suavemente. “Si, si podías”, –afirmó Jasón, dejando escapar un suspiro frustrado, luego él salió por la puerta trasera. Courtney se deshizo por dentro–, “¡Jasón, espera!”. –Gritó mientras corría hacia la ventana, él era su único aliado, ellos no podían estar enfadados. Pero cuando miró a través del cristal, Jasón había desaparecido. Sin embargo las cuatro chicas seguían susurrando atrás de los arbustos. Ella miró por encima de su hombro hacia la cocina, los pedazos del plato de la Ciudad de Nueva York seguían tirados por todo el suelo. Pronto su madre aparecería, vería todo el desastre, llamaría a sus dos hijas gemelas para preguntar qué había sucedido. Una hija

la escuela? Lo más probable es que esa no sería

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hija estuviera afuera hablando con las chicas de

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aparecería en las escaleras. Pero ¿Qué pasaría si la otra

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Courtney, ella incluso tenía prohibido salir de la casa. Esta era su oportunidad, si ella salía al patio, sus padres pensarían que era Ali, y no Courtney. Esta sería la primera vez que ella fingiría ser Ali, sin que Alison la obligara a hacerlo. Lo primero que tienes que hacer es creerte que eres ella, si no te lo crees tú misma, nadie lo hará, –se dijo a sí misma. Entonces ella rodo sus ojos y se transformó en su hermana, una preciosa perra, una manipuladora abeja reina, la persona que había arruinado su vida. Su piel hormigueaba, esto no sería nada difícil: Courtney había sido la abeja reina de un grupo de chicas populares en Radley, ella había conseguido la mejor mesa de la sala de esparcimiento, ella controlaba qué era lo que se veía en la televisión y que no, ella hizo la mejor presentación en el concurso de talentos del internado, e incluso antes de ser trasladada a Radley, los niños la amaban, de hecho más que a su hermana. La gente se sentía más cómoda con Courtney, la elegían primero para los deportes, todos querían formar grupo con ella para los proyectos de arte, ella tenía más interesados para San Valentín que cualquier otra chica de la clase. Alison por otro lado, alejaba a la gente, ella era muy manipuladora, demasiado intensa. Gritaba a la gente cuando los adultos no la miraban, ponía mala cara cuando su regalo secreto de Santa4 no era el mejor, e incluso una vez pateó a un gatito que una niña había llevado para la actividad de mostrar y contar. Claro, Alison era hermosa, de hecho un poco más que Courtney, pero no era la más querida. Esa era la razón por la que había trabajado tanto en sacar a Courtney de su camino, ella quería ser la única

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Santa Secreto: Un tradicional juego en la época navideña donde, después de varias pistas de algún anónimo, recibes un regalo.

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estrella.

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Courtney notó los tacones azules de Ali tirados junto a la entrada de la casa y se los puso. Luego para asegurarse de que su madre viera exactamente dónde estaba, y dónde su hermana no estaba, ella accidentalmente arrojó otro plato, el cual cayó haciendo un fuerte sonido imposible de ignorar. Courtney empujó la puerta y salió al jardín, miró a las chicas, quienes estaban discutiendo en voz baja. Ellas se quedaron en silencio y la miraron. Por la intimidada expresión de sus caras, Courtney supo que habían caído. Era obvio, ellas creyeron que ella era Ali. “Pueden salir de ahí”, –dijo Courtney con la voz más confiada que pudo sacar. Pero las chicas no se movieron–. “En serio, sé que hay alguien ahí”, – dijo–. “Si han venido por mi bandera, ya no está, alguien me la robó”. Spencer fue la primera en salir de los arbustos, las otras la siguieron. Y de repente… solo pasó. Ellas asumieron que era Ali y le hicieron sus preguntas. Las respuestas salían tan fácilmente de la boca de Courtney como si fueran el rol perfecto para ella. Cuando la Sra. DiLaurentis apareció, miró cautelosamente a las chicas, definitivamente esas no eran las amigas de Alison, pero cuando miró a su hija no sospechó nada. Solo asumió que Courtney era Alison. Y para cuando volvió a cerrar la puerta en menos de diez minutos, su familia ya estaba en el coche, conduciendo lejos de allí. Y así como así. Así de simple ellos se fueron. Courtney estaba tan entusiasmada, tan nerviosa y asustada que apenas podía seguir manteniendo su acto de indiferencia con las chicas en el patio. Sentía que estaba a punto de explotar, se sentía con ganas de darle un abrazo a cada árbol en el jardín.

vuelta entre su casa hasta Radley. Su cabeza se

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como si hubiera corrido toda la distancia de ida y

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Pero cuando volvió a entrar a la casa, se sintió

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sentía ligera, sus extremidades se sentían pesadas. Miraba alrededor de la cocina, los pedazos del plato aún seguían en el suelo, un florero, también, se había roto. La casa en silencio parecía relucir los sonidos y las voces fantasmales de lo que había ocurrido: violentos y desesperados gritos rondaban en el aire, una dura pelea por hacer entrar a alguien al auto, alguien que se estaba quejando diciendo que se estaban llevando a la hermana equivocada. Ella caminó entre la silenciosa sala, solo los tacones de su hermana hicieron ruido al chocar con el piso. El plan había funcionado. Pero de repente el pánico la atacó. Ahora ella tenía que seguir actuando. Esto no era algo que solo pudiera durar unos pocos días o unas cuantas semanas antes de que la gente se diera cuenta de que la gemela errónea estaba encerrada, tenía que encontrar la forma de quedarse en casa por siempre. Courtney corrió por las escaleras hacia la habitación de su hermana, subiendo los escalones de dos en dos. Sus ojos escanearon la colcha blanca y negra de Ali, los recortes de las revistas y las fotos de sus amigas en las paredes, el abultado armario lleno de ropa. Se dirigió a la cama y deslizó su mano por debajo del colchón, el diario de Alison estaba justo en el medio, justo donde lo había estado ayer. Se sentó, lo abrió donde lo había dejado y continuó leyendo, pero cuando estuvo a punto de terminarlo, un horrible sentimiento en su estómago se intensificó. El diario estaba lleno de cosas sobre Naomi Zeigler y Riley Wolfe, y hacía referencias borrosas sobre secretos y chistes internos que de ninguna manera Courtney podía interpretar. No había manera de que ella pudiera ser amiga de Naomi y Riley, tenía que

Las cuatro chicas del patio vinieron a su

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mente. Spencer, Aria, Emily y la última chica, la

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abandonarlas y formar un nuevo grupo. Pero ¿Quién?

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regordeta. Ella se volvió hacia el anuario de quinto año de Ali y comenzó a pasar las páginas. Hanna, ese era su nombre, ellas no habían firmado su anuario, ninguna conocía bien a Ali. Perfecto. Slam Courtney levanto su cabeza y regresó el diario a su lugar. Sólo había pasado una hora, ¿Ya habían vuelto? ¿Ya se habían dado cuenta? Ella miró por la ventana delantera, había un auto negro doblando en la esquina, ella no pudo ver al conductor. Los pasos sonaron en la cocina y continuaron por la escalera. Ella se quedó de pie, casi inmóvil. Una figura apareció por la puerta y ella estuvo a punto de gritar. Jasón la miró con los ojos achicados–, “¿Ya se la llevaron?” Courtney asintió, aun sin atreverse a respirar. La boca de Jasón se frunció–, “Bueno, supongo que estarás feliz ahora, ¿eh Ali?”. –Él negó con su cabeza y continuó caminando hacia su habitación. Y cerró la puerta de un golpe haciendo retumbar las paredes. Unos segundos después los compases de una canción de Elliott Smith comenzaron a sonar. Courtney pasó sus manos a través de su cara, él la había llamado Ali. Ella camino hasta el espejo, la chica en el vidrio vestía una remera rosa oscura y tacones. Tenía el cabello brillante, una cara con forma de corazón y una gran sonrisa. Después de un momento ella movió su cabeza y sacudió su cabello por sobre sus hombros, justo como Ali lo hacía y entonces suspiró, lo había logrado. La euforia la atravesó como una ola. Ella mandaría en la escuela, se volvería fabulosa, sería la mejor Alison DiLaurentis posible. Ella se lo merecía, claro que sí, ¿Y su hermana? Ella se

La Reserva. Pero lo que estaba hecho, ya estaba

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dentro del auto, la vida que tendría que llevar en

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imaginó la cara de Ali cuando sus padres la metieron

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hecho. Y era justo. Se puso de pie derecha admirando a la chica del espejo. De repente recordó algo, corrió hacia el cuarto de invitados, abrió el cajón del feo armario y sacó el anillo plateado que le había robado la noche anterior a Ali cuando se lo sacó para lavar los platos. Lo sacó y lo acercó a la lámpara, una gran A estaba grabada en uno de los lados. Sonriéndose a sí misma, deslizó el anillo en el dedo índice de su mano derecha, el mismo dedo donde lo usaba su hermana. Entonces miró al espejo otra vez–. “Soy Ali”, –le dijo al reflejo–. “Y soy

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fabulosa”.

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CAPITULO 1 LA PRINCESA DE ROSEWOOD DAY Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Alison DiLaurentis se dirigió por el pasillo en la Escuela Pre-Secundaria de Rosewood Day, sus tacones chasqueaban, su cabello rubio se balanceaba, y su falda de cuadros rebotaba en sus muslos. El profesor que daba CIENCIAS DE LA TIERRA saco la cabeza fuera de su aula y levantó sus cejas. Las luces del techo, que hacían ver a todo el mundo pálido y enfermo, resaltaban la piel dorada de Ali y la sombra verde de sus ojos, sus pasos parecían marcar el ritmo de la música clásica entre clases. Y mientras ella bordeaba la esquina para ir directo a la cafetería, la multitud se abría para darle paso, como una reina. Bueno después de todo ella era una especie de reina Era primavera, casi el final del séptimo grado, Ali y sus amigas comían en la mejor mesa de afuera, una larga y cuadrada mesa sostenida por cuatro patas que tenía una maravillosa vista hacia el campo de beisbol. Emily Fields, Aria Montgomery, Spencer Hastings y Hanna Marín ya estaban sentadas sacando sus almuerzos, rollos de sushi del mostrador de Fresh Fields, y pretzels suaves de la cafetería.

la puso en el lugar de Ali, Emily le dio a Ali una pequeña pero muy emocionada sonrisa mientras

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saco una caja extra de rollos de sushi fuera de su bolso y

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Ali las saludo desde la entrada. Spencer se iluminó, Hanna

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sacaba unas hojas del asiento de Ali, Aria dejo de tejer y le dio a Ali una enorme sonrisa. Mientras Ali caminaba a través del patio, los ojos de todos estaban sobre ella una vez más. Ella podía oír los susurros de sus admiradores y los apreciativos silbidos. Devon Arliss, quien estaba en la clase de historia con Ali, corrió hacia ella y le dio la tarea de esa tarde, la cual ella ni siquiera le había pedido que se la hiciera. Heather Rausch, cuya hermana trabajaba en la tienda Sephora del Centro Comercial, le dio una gran bolsa de regalos llena de muestras de la línea de maquillaje más reciente–. “Tú eres la única chica además de los empleados que los tiene”, –dijo Heather orgullosamente. “Gracias”, –le dijo Ali a Devon y Heather mientras les daba una sonrisa. Ella se sentía como una estrella VIP. Ella era tan preciada y tan deseada que tenías que estar en una lista de espera solo para acercarte a ella. Ser la Abeja Reina de una escuela era, asombroso. Ella imponía las tendencias (ella había hecho que todos en Rosewood Day usara esmalte de uñas color verde lima esa primavera); Ella arruinaba a las personas (ella fue la que planeo esa nota de amor falsa sobre Kirsten Cullen y Lucas Beattie, esa broma fue la venganza perfecta para Kirsten por que había criticado sus habilidades en el campo de hockey); Ella planeaba las mejore fiestas (la fiesta de la temporada primavera–verano era la más dura); Y ella eclipsaba a las demás chicas (incluida sus mejores amigas). Camino hacia la mesa donde estaban ellas–, “¡Hey perras!” Sus amigas sonrieron brillantemente–, “Hey, perra”, –Todas dijeron al unísono, aunque Emily lucia avergonzada. Incluso los

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profesores apenas se estremecían al oír la palabra perra

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en los pasillos, pero Emily había sido criada prácticamente como Amish y ella todavía era tímida para hablar mal. Ali saco le vieja cámara Polaroid que su padre le había dado y saco una foto de todas ellas, las chicas sonrieron felizmente. Aunque Aria era la fotógrafa/videógrafa oficial del grupo, la polaroid era asunto de Ali, –ella nunca salía a ningún lado sin ella. Al principio, ella solo la llevaba encima para no olvidar ciertos detalles de su nueva vida en caso de ser atrapada y enviada a La Reserva. Ella quería pruebas de todos los chicos lindos de quienes era amiga y del lugar soleado en el patio donde ella y sus amigas se sentaban para almorzar cada día. Ahora tomar fotos regularmente se había convertido en un hábito. “Así que ¿Qué hay de nuevo, chicas?”, –Preguntó Ali mientras levantaba la tapa del sushi. Hanna había tomado el favorito de Ali, –rollitos picantes de atún con wasabi extra. “Vi a Lara Fiori después del gimnasio”, –Dijo Aria–. “Ella estaba usando las mismas sandalias Marc Jacobs que tenías la semana pasada, es una copiona total”. Ali suspiro–. “No es”, –Dijo ella refiriéndose al juego que había reutilizado de su hermano, Jasón. Era la frase que ella y sus amigas utilizaban cuando hacían referencia de alguien no popular o no cool. “Concuerdo”, –Spencer tomo algo de su bolso y se lo dio a Ali–. “Kirsten Cullen me dio una invitación para su fiesta en el club de campo este fin de semana. ¿Debería decir que si vamos?”. Ali estudio la invitación, la cual era una cartulina color

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crema–, “Luce perfecto, Spencer. Definitivamente Página

iremos”.

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Spencer lucia satisfecha–, “Tendremos que comprar vestidos ¿huh?” “Ooh, Bloomie tiene un nuevo envío de DVF”, –Dijo Hanna con entusiasmo–. “Los llamé obsesivamente toda la mañana e hice que la vendedora ponga algunos vestidos en espera para nosotras”. “Lindo”, –dijo Ali, levantando su botella de VitaminWater hacia Hanna en señal de brindis. Emily se inclinó hacia delante–, “¿Has oído hablar de Matt hoy?”. Ali miro sus uñas–. “Solo… un millón de veces”, –Matt Reynolds había sido el novio de Ali, pero él se mudó a Virginia la semana pasada. Él quería hacer las cosas a lagar distancia, pero ella no quería. Aunque él era el chico más guapo de todo el séptimo grado, ella nunca había sentido algo real por él. Pero como la chica más linda en séptimo grado, era muy correcto que los dos salieran–. “Pero ya lo supere”, –continuo Ali–. “Adema prefiero pasar tiempo con ustedes cualquier día”. Sus amigas de un año y medio se sonrojaron tan agradecidamente como cuando Ali las había elegido como su nuevo grupo de amigas. Y por supuesto Ali tenía mucho que agradecerles también. Si ellas no hubiesen estado en el patio de su familia ese día, justo en el momento más crítico, las cosas hubieran sido muy diferentes. Todos en Rosewood habían aceptado rápidamente el nuevo grupo de Ali y la popularidad de las chicas había ascendido como un cohete. Era una victoria para todos. Ellas tenían un montón de recuerdos divertidos. Como cuando fueron a la casa de la montaña de su familia en Poconos. O como cuando asistieron a todas las fiestas que habían sido invitadas,

ellas se habían bañado desnudas en el lago El

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impresionarlas. O esa vez del año pasado cuando

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todas conversaban mientras las otras chicas trataban de

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Piquito. Las docenas de pijamadas que habían tenido, las millones de horas que había conversado por teléfono, viajes de compras y días de Spa. Ali definitivamente había re-hecho a esas chicas. Habían pasado de ser nada a ser algo, todo porque ella era Alison DiLaurentis. Claro lo que todos no sabían era que ella no era Alison DiLaurentis. Pero a Ali ya no le gustaba pensar en su pasado. Era algo que ella había aprendido en terapia de grupo hace un millón de años atrás. Si tú tienes pensamientos positivos, estos te llevaran a tener una vida positiva. Su vieja vida como Courtney estaba lejos. Ella miró a Aria, quien había retomado recién sus agujas de tejer y un ovillo de lana rosa–. “¿Estás haciendo otro sujetador?”. Aria asintió y levanto la mitad de su sujetador copa C–, “¿Te gusta?”. Ali toco la lana suave–. “Realmente podrías vender estos en Saks”, – Entonces ella miro a Spencer, que estaba escribiendo algo en su calendario planificador de días–, “Dios, Spencer tú tienes la mejor letra manuscrita”. Spencer se iluminó– “Gracias”. Ali le dijo a Hanna que sus nuevas gafas de sol que había comprado en H&M eran increíblemente chic, luego tiro de la cola de caballo de Emily y le dijo que la remera con cuello de barco que estaba usando le remarcaba sus hombros trabajados. Elogiar a las chicas se sentía bien, –no solo porque ellas la elogiaban aún más, sino porque las acercaba. No había nada más poderoso en el mundo que un grupo de amigas que eran honestamente mejores amigas–, y no solo ene-amigas. Eso era algo con lo que Ali siempre

era ligeramente mejor que las demás. Ella saco su teléfono, miro la pantalla y soltó una

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Aun así, Ali no podía resistirse a afirmar que ella

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había soñado toda su vida.

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carcajada–, “Cassie me envió un mensaje súper gracioso hace un rato”. –Dijo Ali, refiriéndose a Cassie Buckley, una chica del equipo JV de hockey sobre césped, como Ali–, “Ella es muy divertida”. “¿Sigues pasando tiempo con ella?”, –Emily se escuchaba herida–. “La temporada del Hockey sobre hierba acabo hace un mes”. “Nos volvimos muy cercanas”, –Dijo Ali despreocupadamente–. “De hecho esta tarde saldré con Cassie y otras chicas del equipo”. Hubo un silencio incómodo. Ali miro a sus amigas, satisfecha por sus preocupadas expresiones. Ella sabía perfectamente que ellas querían ser invitadas, pero la idea era excluirlas. Ella no hacia esto exactamente por maldad. Más bien esto le recordaba lo que hacían los labradores de Spencer – Rufus y Beatrice– en el patio de los Hastings: Ellos jugaban por un rato, pero luego Rufus subía por la espalda de Beatrice y la tiraba al suelo solo para recordarle quien era el alfa. “Hey”, –Dijo Spencer después de un momento–. “Necesitamos saber qué haremos en la pijamada por el fin del séptimo grado. Si es que no tienes planes para esa noche, Ali”, –Su tono era suave, pero le dio a Ali una mirada cautelosa. “¡Por Favor di que no tienes planes para ese día!”, –Dijo Emily nerviosamente. “No me perdería nuestra pijamada por nada”, –Ali miró a Spencer–. “¿Qué tal si la hacemos en tu granero?”, –La familia Hastings tenía un viejo granero en su patio al que habían remodelado en un asombroso para la hermana mayor de Spencer, Melissa. Su techo era alto,

lo último en un departamento de soltera.

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complementado con una tina de baño. Esto era

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tenía un enorme closet y un baño de mármol

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Spencer torció su boca–, “No, allí no, a menos que queramos a Melissa jugando verdad o castigo con nosotras”. Ali rodo sus ojos–, “¡Sácala de allí esa noche! Eso sería perfecto ¿no te parece? Podríamos ubicar nuestras bolsas de dormir en esa habitación enorme, mirar películas en la TV de pantalla plana e incluso quizás podamos invitar algunos chicos…”, –Sus ojos chispearon. “¿A Sean Ackard?”, –preguntó Hanna emocionada. “¿Noel Kahn?”, –aventuro Aria con una sonrisa. Spencer se miró sus uñas–, “¿Y si lo hacemos en tu patio, Ali?”. Ali hizo una mueca–, “¿Ya olvidaste el gazebo que estamos construyendo? Mi patio es un área desastrosa”, –Entonces ella puso su cabeza en el hombro de Spencer–. “¡Por favor, pregúntale a Melissa! Seré tu mejor amiga”. Spencer suspiro, pero Ali sabía que lo estaba considerando. Ese era el poder que tenía sobre ellas. Ellas harían cualquier cosa por ella, incluso cosas que no querían hacer. Tal como ella misma había hecho por su hermana, hace años. El timbre sonó y todo el mundo se levantó–, “¿Nos llamamos luego?”. – Hanna le preguntó a Ali y Ali asintió. Usualmente las chicas hacían llamadas de 5 líneas al final del día para contarse todos los chismes. Ali caminaba con la frente en alto mientras iba directo al gimnasio, su próxima clase. Las miradas celosas de sus compañeras de clase eran como el tibio sol de verano en su piel. Pero de nuevo muestrario en una vitrina que decía:

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CLUB DE DRAMA DE ROSEWOOD DAY: UNA

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repente, algo en el pasillo le llamo la atención. Había un

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MIRADA HACIA ATRÁS. En el centro de una de las cartulinas estaba la foto del club de teatro de este año, después de la presentación de su obra “El violinista en el tejado”, –allí estaba Spencer, –quien había desempeñado un papel de apoyo– justo al frente. Abanicándose en un patrón de rayos de sol entorno a la foto central estaban las fotos de las obras anteriores. Ali vio a una Spencer más joven haciendo de un árbol en: “El sueño de una noche de verano”. Había una foto de Mona Vanderwaal, su cabello peinado en una cola de caballo y su boca con grandes aparatos de ortodoncia, haciendo de banquera en: “Annie Get Your Gun”. Había una joven Jenna Cavanaugh, cantando un solo, sus naturales labios eran rosados y sus ojos eran grandes y castaños, parecían estar viéndolo todo. Y justo al lado de esa foto, dándole sus líneas a un Noel Kahn más joven que usaba un parche en su ojo, estaba su propia cara. Excepto que esa foto fue tomada antes del sexto grado. Antes de que Courtney se convirtiera en Ali y Ali se convirtiera en Courtney. Si uno se concentraba bien, las diferencias entre las dos chicas eran obvias. Los ojos de su hermana eran un poco más grandes y un poco más azules. Ella era más erguida y sus orejas no sobresalían tanto. Pero ni una sola persona había notado esas diferencias, – las personas raramente le prestaban atención a ese tipo de detalles. Ali pensó en La Reserva Addison-Stevens. Ella la había visitado un par de veces y era incluso peor que los rumores. La sala de pacientes tenía peladas paredes azules, oscuros corredores y rejas en las ventanas. Los chicos andaban por los pasillos con desanimo, algunos de ellos murmurando, otros gritando y la mayoría temblando. Su hermana era una de ellos ahora. Ella había venido insistiendo con que era la Verdadera Alison DiLaurentis por más de un año, haciéndose ver cada vez más cuanto más la Verdadera Ali insistía en que ella

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había sido injustamente encarcelada en La

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loca a ella misma. Esa era una hermosa contradicción:

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Reserva, más razones le daba al personal para mantenerla allí. Le daban tanta medicina que la mayor parte del tiempo estaba embobada. Ali miró por encima de su hombro, sintiendo de repente la nauseabunda sensación de que alguien la estaba observando. Esa sensación la golpeaba de vez en cuando, aunque ella siempre atribuía esa sensación al estar estresada por graduarse. Ali miró la foto otra vez. De alguna manera se sentía peligrosa. Ali no podía dejar jamás nunca que alguien descubriera su secreto; ella no iba a ir a La Reserva mientras viviese. Así que ella abrió el pestillo de la vitrina, metió su mano dentro, tomó la foto de la linda Alison de quinto grado y la metió en su bolso. Ella la quemaría más tarde cuando llegase a casa esa noche.

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Fuera de la vista, fuera de la mente. Tal como ella solía estar.

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CAPITULO 2 ENTRA HUMO EN MIS OJOS Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Ese mismo día en la tarde, Ali estaba sentada en el Jeep de Cassie Buckley, estacionado en la entrada de la casa de Cassie. Cassie recientemente había obtenido su licencia de conducir y amaba llevar a las chicas a sus respectivas casas. Ellas estaban frente a la casa victoriana desvencijada de Cassie donde ellas y algunas otras chicas del equipo de hockey de césped iban a pasar el rato después de la escuela. El lugar tenía un pórtico que rodeaba la casa, ventanales y una ventana con forma de pollo en la azotea. A la derecha estaba el largo y estrecho patio lateral de Cassie, en el cual había un jardín que necesitaba desyerbarse, un muro de piedra que los separaba de los vecinos y una vieja bañera con patas que no estaba fuera de lugar aquí en el funky Old Hollis. Ali en realidad prefería la onda desarreglada pero chic de Hollis a la perfección de Rosewood, pero ya que esa no parecía ser una opinión de Alison DiLaurentis, ella nunca se lo diría a nadie. Después de que terminada de ajustar los espejos, Cassie giro su llave que estaba ubicada en la ignición– “Espero que podamos ver, algunos bellos estudiantes de último

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grado en el camino”.

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“¿Cómo cuáles?”, –Preguntó Zoe Schwartz desde el asiento trasero. “No sé”, –dijo Cassie–. “Alguien lindo”. “Te voy a encontrar a alguien”, –Zoe hojeo las páginas de la última edición de La Mula, el anuario de Rosewood que acaba de salir ese mismo día. Nada sabía por qué se llamaba La Mula, tal vez era una apócrifa broma de escuela privada sobre la cual el personal del anuario sentía superstición al bromear “Ian Thomas es bastante lindo”, –Decidió Zoe, deteniéndose en la foto de último año de Ian. Su sonrisa era amplia, tenía ojos súper azules y si en realidad él se veía lindo con su gorro de graduación. “No es tan lindo como el hermano de Ali”, –Casi agarró el Marlboro Light que se estaban pasando de mano en mano dentro del auto y le dio una calada. “¡Ew!”, –dijo Ali “¿Qué? Es lindo”, –Cassie le dio un codazo–. ¿Me puedes conseguir una cita con él? “Tú en serio no querrás una cita con él” –dijo Ali– “Él es un amargado” –luego ella se acomodó en su asiento de copiloto, agarro el cigarrillo de la mano de Zoe y aspiro haciendo todo lo posible por no hacer una mueca cuando el humo alcanzara sus pulmones. Las otras chicas eran estudiantes de segundo o tercer grado. Ella era la primera estudiante de séptimo grado en llegar a entrar al equipo, incluso ella había superado a yo-hejugado-hockey-de-césped-desde-que-nací Spencer. Pero cuando Ali

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chicos todas parecían tener la misma edad.

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se sentaba en el Jeep de Cassie con ellas, fumando y hablando de

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“Ian es realmente lindo” –dijo Ali– “Estoy cerca de él todo el tiempo” “¿En serio?” –Las chicas la miraron– “¿Cuándo?” Ali amaba tener su atención– “Sale con la hermana de Spencer Hastings. Él siempre está allí” Cassie arrugo la nariz– “¿Melissa Hastings? Que desperdicio” “Ella es una puritana” –coincidió Zoe– “¿Qué es lo que ve él en ella?” Ali miro sus uñas. Irónicamente, se hermano también se había enamorado de Melissa Hastings en Rosewood, Melissa era una de las pocas que no se inclinaban ante ella. A veces, cuando ella estaba en su patio, Melissa estaba asomada en la ventana del granero ubicado al borde de la propiedad de los Hastings y se la quedaba mirando. Casi soplo un anillo de humo– “¿Chicas, cuáles serán nuestros planes para este verano? La escuela termina en un mes” Brianna Huston –que tenía el cabello brillante y gruesas piernas de portera– bajo sus gafas de sol– “Perder diez libras. Y conseguir un novio por supuesto” “Un romance de verano seria increíble” –suspiró Zoe. “Yo también quiero un novio” –Declaro Ali. Cassie le dirigió una mirada inquisitiva mientras frenaba en una señal de pare– “¿Acaso no tienes un novio ya?” Ali recordó la cara llorosa de Matt cuando subió a la minivan de su familia con rumbo a Virginia. Ella solo le había respondido

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gustan las cosas a larga distancia”

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dos veces a sus mensajes seriamente amorosos– “No me

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Ellas pasaron frente a la universidad de Hollis. Los estudiantes estaban sentados en los bancos con tazas de café helado o hablando cerca de los escalones de piedras. Cuando Ali vio a tres chicos sin camisa jugando con un frisbbe en el césped, ella se inclinó y toco la bocina. Los chicos las miraron y sonrieron. Ali les lanzo un beso mientras Cassie se alejaba. “Quizá uno como ellos” –bromeo Ali. Cassie se quedó boquiabierta al mirar a Ali– “Deberías ser mi nuevo mejor amiga” –Dijo Cassie– “Voy hacer a un lado a estas perras y te hare mi Co-Abeja Reina” ¡Hey! –Dijo Zoe con buen humor. Estoy bromeando –Dijo Cassie, entonces le dio un guiño a Ali. Salieron de Hollis y entraron por las calles de Rosewood, donde las casas se hacían más grandes y más dispersas. Cassie puso Jay–Z y todas las chicas cantaron juntas. Pasaron el monolítico y blanco Mall King James, había un cartel avisando del nuevo bistró francés Rive Gauche, en la marquesina de la entrada. Luego giraron por uno de los caminos laterales que pasaba por el sendero Marwyn, cuyo estacionamiento estaba lleno de coches y bicicletas. A continuación, cruzaron el viejo puente cubierto que todo el mundo amaba etiquetar con grafitis y luego pasaron por el vecindario de enormes mansiones aisladas. Sean Ackard –el flechazo de Hanna– vivía allí. Cassie entro en un barrio lleno de McMansiones para dejar a Zoe, luego se detuvieron en la cercada granja de caballos de Brianna. Cuando Ali y Cassie estuvieron solas en el coche, Cassie encendió otro cigarrillo le dio una calada y se lo paso a Ali– “Entonces ¿adivina? Mi madre

que se siente culpable o algo así.

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la entrega de trofeos, la próxima semana. Creo

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va a estar en la casa el tiempo suficiente como para ir a

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“Eso es genial” –Dijo Ali apretando la mano de Cassie– “Ahora solo tenemos que conseguir que mi madre venga a mi graduación” Cassie la miro con compasión– ¿Aun está de viaje? “Si” –Dijo Ali con fuerza– “La Sra. Socialización Jessica DiLaurentis” – Ali giro sus ojos– “Ni siquiera mi padre va a eventos como ese” Cuando Ali les había dicho a sus amigas que ella con las chicas de hockey hablaban de cosas profundas no estaba mintiendo del todo. Ellas hablaban mucho de sus respectivos padres. Los de Cassie eran del set jet – nunca había tiempo para ella– Cuando estaba con otras chicas ella lo hacía sonar como algo bueno –su casa vacía era perfecta para las fiestas, ellas podía llevar lo que quisiera a la Escuela y sus padres ni siquiera habían notado la abolladura que le había hecho a la parte delantera del guarda fango del jeep– pero a Ali ellas le decía la verdad porque los padres de Ali también estaban en su propio planeta –su madre había asistido a tres eventos de caridad seguidos este mes y todos por una causa celebre, niños con enfermedades, pero rara vez pasaba tiempo con Ali y Jason Ellas entraron a la calle donde vivía Ali. Las casas familiares que Ali había visto todos los días durante un año y medio ahora estaban brillando gracias al sol de la tarde. Mona Vanderwaal estaba dando vueltas alrededor de su garaje para cinco coches en su patineta Razor. Sus amigas Phi Templeton y Chassey Bledsoe estaban sentadas bajo un sauce en su jardín, jugando con un yo–yo. Las tres miraron con la boca abierta al ver pasar a Ali con Cassie. Perdedoras. La vivienda Cavanaugh –una casa colonial vagabunda que

la escalera de madera que en algún momento

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gran roble donde todavía colgaban los restos de

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tenía un gran patio trasero– era la siguiente. Ali miro el

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había llevado a la casa del árbol de Toby Cavanaugh. De repente, ella se dio cuenta de una cara que se asomaba por la ventana principal. Era Jenna Cavanaugh mirando hacia afuera. Jenna tenía grandes gafas de sol sobre sus ojos. Ali sintió un tirón sobre su pecho. Ella levanto su brazo y asomo dos dedos por la ventanilla del coche –haciendo la vieja señal secreta de Jenna y ella– Claro, no era como si Jenna pudiera verlo. Cassie se detuvo en la calzada de Ali, estacionándose detrás de un camión de construcción lleno de escaleras y palas. Junto a ellas había un maltratado coche deportivo negro, varias cajas de Burger King, envoltorios vacíos y libros escolares llenaban el interior– “¿Qué están haciendo en tu patio trasero?” –Pregunto Cassie. Ali suspiro dramáticamente– “Mis padres están construyendo un mirador. Habrá asientos para cientos de personas en todas sus fiestas. Aquellos repugnantes trabajadores se presentaron ayer para consultar con mis padres, que debían hacer” Cassie medio levanto su trasero del asiento y miro algo en el interior del patio trasero– “En mi opinión no se ven tan repugnantes como tú dices” Ali siguió su mirada. Un trio de chicos con camisas mojadas de sudor y pantalones jeans rasgados caminaban dentro de su patio, frente a la casa del árbol donde ella y Emily pasaban muchas horas hablando. Uno de esos trabajadores tenía tatuajes y llevaba una pala en el hombro. Otro tenía tierra por toda la cara y estaba hablando por teléfono. Pero el tercer tipo –que era más joven– estaba mirando directo a Ali con sus penetrantes ojos color verde y una sonrisa pícara en su rostro.

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“¿De Darren Wilden?” –Ali hizo una mueca

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“Oh, Dios mío, estoy enamorada” –susurro Cassie

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Cassie la miro boquiabierta– “¿Lo conoces? Yo solo lo he visto en los pasillos” “Es amigo de mi hermano Jason” –A Ali se le escapo un ruido en la parte posterior de su garganta– “Su idea de diversión es rayar la pared que esta fuera de la cancha de tenis” “Los chicos malos son tan calientes” –Cassie saco un tubo de brillo de labios transparente y lentamente se lo puso en sus labios “Es todo tuyo” –Murmuro Ali Ellas se quedaron en silencio mientras Darren se acercaba sin quitarle la mirada a Ali. Finalmente él se aclaró la garganta– “Ali, no deberías estar fumando” –la reprendió él con severidad. Ali bajo la mirada. El Marlboro Light que casi había encendido aún estaba en su mano, –ceniza blanca flotaba en el aire–. La ira estallo en su interior. Darren solo era un accesorio de su casa que tenía el mismo humor que Jason e igual de irritante. ¿Quién se creía él que era? ¿Su padre? ¡Como si él tuviera poder sobre ella! Ali tomó otra calda del cigarrillo y lo arrojó por la ventana. Ella salió lentamente del coche, mirándolo a los ojos. Ella caminó hasta él, sin decirle una palabra, hasta que estuvo a su lado. Entonces ella se levantó la falda, y le dio un pequeño vistazo de su pierna. Los ojos de Darren fueron directo a allí y se abrieron, –no de horror, ni de repugnancia, sino con lo que definitivamente era, –de lujuria inapropiada. Sonriendo Ali le dijo adiós a Cassie, luego se Cassie todavía la estaban mirando.

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Ya estaba hecho.

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volvió, y caminó hasta su casa, sabiendo que tanto él como

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Después de todo, ella era la que tenía el control de todo.

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CAPITULO 3 LA FIESTA CLANDESTINA Traducido por: Luciana Lermi Corregido por: Daniela, Raúl S.

“Una fondue suiza con cuatro pinchos”, –Dijo una camarera mientras ponía un caldero burbujeante de queso fundido en el centro de la mesa–, “¡Disfruten!”. La madre de Ali, –una mujer alta y elegante, con cabello largo y rubio, con un rostro en forma de corazón y con una frente llena de botox permanente–, coloco una servilleta en su regazo y cogió delicadamente un pincho. Su padre hizo un sonido mmm y se relamió sus labios, –los cuales Ali siempre había pensado eran un poco gruesos y como de goma–. Una larga tira de queso se estiro torpemente del pincho a su boca. Probablemente esa era la razón por la que su madre nunca lo llevaba a sus cenas de caridad. Ali arrugo la nariz con disgusto–, “¿Qué es esto? Parece velveeta5”. “Es fondue”, –La Sra. DiLaurentis empujo un pincho hacia ella–, “Te va a gustar”. “Probablemente a mí también me encantaría un helado no

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Veleta: Queso procesado estadounidense con textura similar al cheddar

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descremado, pero no me ves comiendo eso”.

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Su madre tomo un sorbo de su copa de vino blanco–, “Es francés, cariño. Por lo tanto, no tiene calorías”. –Ella torció la boca como si fuera una broma divertida. Ali cruzo sus manos sobre su plato vacío y miró alrededor del restaurante. Era un jueves por la noche y ella estaba con su familia en el Rive Gauche –el nuevo restaurante francés que se había abierto en la sección de lujo del Mall King James. El lugar estaba decorado con costosos espejos, anuncios de alcohol al estilo retro y señales de las calles de París. Un grupo de mujeres bien vestidas de Main Line compartían mejillones y papas fritas en casi todas las mesas. Un grupo de universitarios, –que parecían recién salidos de las páginas de J. Crew–, tomaban en soperas una sopa de cebolla francesa en la esquina. Ali consideró tomar una Polaroid del nuevo genial restaurante, pero luego decidió no hacerlo, –este lugar era impresionante, pero ella preferiría tomar una foto de ella con sus amigas–. Ni siquiera podía creer que su familia saliera a cenar; ellos no lo habían hecho en algún tiempo. Aun así, sus padres se sentaron tan lejos como les fue posible de la cabina, como si ellos fueran dos niños de secundaria incómodos en un baile. La Sra. DiLaurentis estaba pegada a su teléfono celular como si se estuviera mensajeando con el Presidente, y el Sr. DiLaurentis se la pasaba mirando a escondidas un fajo de documentos legales que tenía en su bolso. "Jason, tu si vas a probar un poco, ¿cierto?", –La Sra. DiLaurentis coloco su teléfono a lado de su plato y acerco un pincho en dirección del hermano de Ali. El pelo rubio y lacio de Jason cayó sobre sus ojos mientras

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negaba con su cabeza–, "No tengo hambre".

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"¿No te sientes bien?", –La Sra. DiLaurentis extendió su mano para sentir la piel de Jason. Jason se apartó–. "Estoy bien" Ali soltó un bufido–. "Parece que alguien está en uno de sus estados de ánimo Elliott Smith", –dijo, refiriéndose a la mal humorada y triste música que siempre escuchaba cuando estaba deprimido. Jason miró a Ali durante una fracción de segundo, luego resopló y se volvió. Ali se preguntó si él estaba enojado porque había oído que ella había estado fumando con Cassie, o tal vez que había estado coqueteado con Darren. Pero ¿por qué se preocupaba por cualquiera de esas cosas? La mayor parte del tiempo, Jason fingía que Alí ni siquiera existía. Y eso era algo que realmente le dolía. Ali estaba agradecida de que sus padres no estuvieran adivinando quién era, –Ellos estaban demasiado envuelto en sus propias vidas como para prestarle atención. Siempre y cuando actuara lo suficientemente Ali, no cuestionaban nada. Pero ella había pensado que Jason podría notar algo. ¿Acaso, no se suponía que era él quién la conocía mejor que nadie? Después de todo, él la había visitado prácticamente cada fin de semana en Radley, jugando a escupir con ella en la sala de esparcimiento el cuarto día, hablándole de las chicas que a él le gustaban, –una de las cuales había sido Melissa Hastings, con quien había entablado una la amistad–. "Así es como harás para conseguir que le gustes a ella". –Le había indicado Ali, dándole consejos que ella había sacado de la revista Cosmo. Pero cuando ella tomo la vida de su hermana, descubrió que Melissa estaba saliendo con Ian Thomas y que Jason estaba

personaje, –Alison pensaba que Jason era

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bien, pero eso parecía estar fuera de su

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soltero. Ella había querido preguntarle a Jason si estaba

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molesto e intolerable. Si ella quería actuar su papel correctamente, tenía que fingir que también pensaba eso. Si ella le contaba a una sola persona la verdad, su secreto estaría un paso más cerca de ser revelado. La camarera dejó las bebidas de todos. Al otro lado de la mesa, el Sr. y la Sra. DiLaurentis se susurraban. "¿Ahora?", –La madre de Ali se veía alarmada–. "Deberíamos esperar" "No puedo esperar", –dijo firmemente el Sr. DiLaurentis. "Sí, puedes". "¿Qué se puede?", –Preguntó Ali, tomando un trozo de pan de queso saturado y se lo metió en su boca. El queso se fundió con gusto en su lengua. Era tan bueno que casi se desmayó. Su madre dejó caer sus utensilios–, "Um, nada, cariño. Estamos un poco estresados en estos momentos. Enviar a Jason a Yale es un gran gasto y estamos tratando de encontrar una forma de mejorar nuestras finanzas" Ali se echó a reír–, "Si ustedes están tan preocupados por el dinero, ¿por qué están construyendo ese enorme gazebo en el patio trasero?". Hubo una larga pausa. Sr. DiLaurentis se levantó para ir al baño, sacudiendo la mesa con tanta fuerza que casi derribó la olla de fondue. El teléfono de la mamá de Ali sonó y ella respondió con su falsa, pero brillante voz. Ali agarró la copa de su madre cuando ella no estaba mirando y bebió un largo sorbo. Lo que sea. Hace un año atrás, ella se habría tomado de forma personal su comportamiento extraño, –tal vez

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sus padres sospechaban quien era ella en realidad y se

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negaban a compartir cosas con ella. Pero ellos guardaban un montón de secretos, cosas que tampoco le decían a Jason. El Sr. DiLaurentis volvió del baño y de inmediato se tomó su copa de vino. Cuando la Sra. DiLaurentis colgó el teléfono, miró a Ali–, "Así que. Vamos al hospital este fin de semana". El estómago de Ali se revolvió–, "¿Otra vez? Acabamos de ir allí". "Tú estuviste de visita allí hace dos meses atrás. Será bueno para ti visitar a tu hermana". "Tengo planes", –dijo Ali rápidamente. La frente del Sr. DiLaurentis se frunció–, "Tu madre ni siquiera dijo qué día iremos". "Tengo planes de todos los días", –Ali sonrió débilmente–. "Por favor, no me hagas ir. Es tan duro para mí emocionalmente. Me paso horas llorando en la cama cada vez que vuelvo de allí". La Sra. DiLaurentis parecía atormentada. Ali sintió un dardo de triunfo. Jugar la carta emocional siempre funcionaba. El resto de la cena fue forzada y en silencio, nadie hablo. La Sra. DiLaurentis saltó a la mitad de su plato de entrada porque vio a algunas mujeres que conocía de la Liga Junior. Cuando se detuvieron en su vecindario, había un montón de coches aparcados en la acera. Más coches estaban amontonados en la calzada de Spencer, la mayoría de ellos Jeeps, SUV, BMW gastados y Hondas. Un Bajo fuerte sonaba desde el patio trasero.

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"Parece que alguien está teniendo una fiesta", –la Página

Sra. DiLaurentis murmuró.

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El Sr. DiLaurentis hizo una mueca–, "¿En un jueves por la noche?". Ali salió del coche para tener una mejor vista. Había chicos en el patio de los Hastings, cerca del granero donde vivía Melissa. Melissa estaba sentada con sus piernas cruzadas en una de las mesas del patio, –con su pelo rubio a la altura de su barbilla y con unas perlas–, parecía un clon de la Sra. Hastings. El padre de Spencer, –que era alto y corpulento, con una nariz larga y delgada; mandíbula fuerte y con espeso cabello oscuro y rizado–, estaba de pie en la terraza, girando una copa de coñac. El Sr. DiLaurentis puso sus ojos en blanco mientras cerraba la puerta del conductor–. "¿Tienen que ser tan jodidamente presumidos? Ese tercer nivel de la terraza se ve ridículo" "Y ella siempre está lanzando indirectas de que en sus fiestas sólo sirven Dom Pérignon6”, –añadió La Sra. DiLaurentis–, "¡Que mal gusto!". –Pero incluso cuando ella bajó del coche y entró, su mirada se mantuvo fija en la multitud. Ella parecía casi nostálgica. Jason entró en la casa sin hacer comentarios. Después de un momento, Ali era la única que queda en el camino de entrada. Ella miró a través de los setos. Reconoció a la mayoría de los chicos: Estaba Justin Poole, un sexy jugador de fútbol llamado Garrett Flagg y Reed Cohen cuya banda casi firma para un festival de música en Philadelphia el año pasado. Ian Thomas, – Quien se veía muy lindo con su cabello color amarillo y su confiada mirada de Yo Soy un Chico de Oro–, estaba junto a la puerta del granero, sosteniendo un vaso de plástico rojo que casi con seguridad estaba lleno de alguna clase de alcohol. Pero cuando Ali vio a la chica junto a Ian,

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Dom Pérignon: es una marca de Champaña, producida por Moët & Chandon. Recibió el nombre de Dom Pérignon en honor a Pierre Pérignon, un monje benedictino quien supuestamente fuese el descubridor, de la forma de creación de los vinos espumosos.

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coqueteando hasta más no poder, su boca se abrió.

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Era Spencer. Al instante, Ali comenzó a cruzar el césped, sin importarle que sus nuevas flamantes sandalias blancas Maloles se mancharan con la hierba. Pasó a través de la abertura en los setos y pasó entre la multitud de chicos hasta que estuvo justo al lado de Spencer e Ian. Cuando Spencer se volvió, ella palideció–, "¡Oh!". –Gritó ella nerviosamente. Ian las miró a los dos, y luego se fue a hablar con otra persona de último año. Ali miró a Spencer y le sonrió dulcemente–. "No me dijiste que había una fiesta esta noche". Los ojos de Spencer se movían de un lado a otro–, "Melissa la organizo en el último minuto, ella consiguió su beca completa para Penn". "Yay por ella", –dijo Ali–. "Pero podrías haberme enviado un mensaje". "Lo siento", –Spencer parecía nerviosa–. "No pensé que estabas en casa. Vi como tu coche salía del garaje más temprano". Ali puso las manos en sus caderas–. "¿Y?". Spencer hizo una línea recta con su boca–, "Ali, no era…". –Entonces sus ojos se calvaron en alguien detrás de ellas. Ian venia de regreso otra vez, ahora con un plato de comida en sus manos. "¿Quién aso estas hamburguesas?", –Él mordió un pedazo jugoso– "Están increíbles". Spencer se iluminó–, "De hecho, yo las hice". "¿En serio?", –Ian parecía impresionado–. "¿Sabes hacer

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filetes?"

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Spencer apoyo su peso en su cadera y le dio una larga mirada seductora–, "Puedo hacer cualquier cosa". La sonrisa de Ian se amplió. De pronto, Ali se preguntó si él era la razón por lo cual Spencer no le había contado de la fiesta. Tal vez ella lo quería para ella sola. Ella se insertó a sí misma en el campo de visión de Ian–. "Heeey, Iii", – Dijo ella, llamándolo por el apodo que su hermana le había puesto en su diario. Ian le prestó atención a Ali. Su sonrisa se amplió aún más, y él la miró de arriba abajo–, "¿Qué pasa, Ali?". Ella pestañeó. Él era muy viejo para ella, pero era muy divertido coquetear con él. –Además ella no podía resistirse a esos hoyuelos sexy cuando sonreía–, "¿Es Dom Pérignon lo que estás bebiendo?". –Ella señaló al vaso. Ian se encogió de hombros–. "Es champán, pero no sé de qué tipo". Ali miró a Spencer–, "Al parecer, tu madre se jactó de que ella sólo sirve champán Dom Pérignon en sus fiestas. Aunque eso parece, un poco de mal gusto, ¿no te parece?". –Ella amaba punzar a Spencer con cosas sarcásticas que sus padres decían de la familia Hastings. "¿A quién le importa si es de mal gusto, si tiene buen sabor?", –Dijo Ian. Ofreciéndole la copa a Ali–. "¿Quieres un trago?" "¿Ian?", –Melissa interrumpió desde el patio, justo antes de que Ali pudiera aceptar el vaso. Ella se puso de pie en la

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sonrisa, pero la expresión de Melissa no cambió.

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barandilla, mirándolos fijamente. Ali le dio una dulce

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"Ya voy", –dijo Ian, alejando la copa de Ali. Les dio a las chicas una sonrisa de despedida y dijo que las vería más tarde. Cuando él rodeo los hombros de Melissa con su brazo, Spencer dio un diminuto gemido de tortura. "¿Hay alguien detrás del novio de su hermana?", –Ali bromeó. El rostro de Spencer se enrojeció–, "¡Por supuesto que no!". Ali puso sus ojos en blanco–, "Oh, por favor. Lo llevas escrito en toda la cara, –puedo hacer cualquier cosa–". –Le arremedo con voz entrecortada–, "Venid a mí, chico grande. Dadme un beso grande y húmedo" "¡Cállate!", –Grito Spencer–. "¡Tú también estabas coqueteado con él!" Ali se encogió de hombros. Por supuesto que había coqueteado con él. Había algo en su ADN que le hacía tener ganas de coquetear con cada chico que le gustara a Spencer. Ella tenía que demostrar que era mejor. De hecho, Ali y Spencer tenían un concurso este año, ver quién podía besar al chico con mayor edad. Spencer seguía insistiendo en que ella estaba ganando, pero Ali estaba convencida de que mentía–. "Yo no hablaba en serio", –dijo–. "Admite que estas enamorada de él y no me molestare porque no me dijiste de la fiesta esta noche, ya que solo querías a Ian para ti sola". "Pero yo no sabía…", –Spencer comenzó. "¿Y por cierto?", –Ali la interrumpió–. “Creo que él está bueno. De verdad tienes ir por él". "¿Eso crees?", –Los ojos de Spencer se iluminaron–. "¿Aunque él este con Melissa?".

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"¿Por qué no?", –Preguntó Ali–. "Todo vale en la Página

guerra y el amor"

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En realidad, ella pensaba que ir tras alguien mayor era algo turbio, pero suavizar la cosa un poco haría que Spencer confesara. Spencer suspiró–, "Está bien. Estoy enamorada de él. Pero no se lo puedes decirle a nadie, ¿de acuerdo?". "Tu secreto está a salvo conmigo”, –Ali entrelazó su brazo con el de Spencer y la empujo hacia la mesa de comida y bebidas cerca de la parrilla. Y, he aquí, allí estaban unas cuantas botellas de Dom Pérignon sobre la mesa. Pero mientras ella agarraba una botella y se servía algo del carísimo líquido, ella entendió: Al admitir que ella estaba enamorada de Ian, Spencer también había admitido que ella había mantenido la fiesta en secreto para Ali.

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Perra.

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CAPITULO 4 NUNCA CONFIES EN ALGUIEN DE CALIFORNIA. Traducido por: Luciana Lermi Corregido por: Daniela, Raúl S.

"¿Por qué no fuiste anoche adonde los Hastings?" – Preguntó Ali mientras subía al BMW de Jason a la mañana siguiente para ir a la escuela. Jason, quien tenía círculos púrpuras debajo de sus ojos como si no hubiera conseguido dormir en toda la noche, encendió el canal universitario en SiriusXM– "No me dio la gana". "La mitad de tú clase estaba allí" –Dijo Ali– "Fue muy divertido" –Después de que ella y Spencer se reconciliaron, ellas bailaron con lindos chicos mayores por el resto de la noche. Varios chicos le habían pedido su número –aunque no era como si ella se los hubiera dado– Ella todavía sentía que era algo sucio salir con alguien mucho mayor. "Yo no estaba de humor" –Jason le lanzó una mirada– "Y no me gustó que tú hayas ido allí". Ali se burló– "A Melissa no le importó que Spencer pasara el rato en la fiesta". Jason se estremeció– "No es como si yo fuera a saltar de

Ali cruzó y descruzó las piernas. Lo habrías

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hecho hace un año, ella que quería decir. Pero

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un puente solo porque Melissa lo hiciera primero".

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ella dudaba que Jason le hubiera confesado su amor platónico por Melissa a la Verdadera Alison. Ella miró a Jason– "¿Crees que mamá y papá están realmente estresados solo porque tienen que enviarte a la universidad?" –Ella se quedó sin aliento– "¿Qué pasaría si ellos están sin dinero?" Jason resopló– "Ellos no están en quiebra. Y, tampoco, creo que eso sea lo que les preocupa" "Pero ellos dijeron..." –Ali se detuvo, pensando en el extraño comportamiento de sus padres en la cena– "¿Crees que nos mintieron?". Jason pisó el freno con fuerza detrás de un coupe Mercedes, sin responder. Ali pasó sus dedos de arriba, abajo por la correa del cinturón de seguridad– "¿Y si están hablando de divorciarse?" Jason torció su boca– "No creo que…" "Tiene sentido. Ellos nunca están juntos. Y toda esa charla en la cena sobre decirnos algo –probablemente sea eso, ¿no crees?" –Ella empujó su pulsera de hilo alrededor de su muñeca– "No me sorprende, la verdad. Tener una hija como Courtney realmente debe tener un precio en el matrimonio". El nombre Courtney flotó en el aire como un mal olor. Ali rara vez decía su verdadero nombre en voz alta, y definitivamente nunca se lo decía a Jason. Él exhaló de manera constante y uniforme, con una expresión que no indicaba nada– "Tal vez" –dijo finalmente. Entraron por el largo camino, bordeado de árboles que se elevaba ante ellos, dándole a Ali el mismo

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cosquilleo que había sentido la primera vez que

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llevaba a Rosewood Day. La escuela de piedra y ladrillo,

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había venido aquí en sexto grado. Esto es lo que me estaba perdiendo, ella había pensado mientras alisaba con sus manos su chaqueta. Definitivamente voy a sacudir este lugar. Y por supuesto, ella lo había sacudido. Todos la conocían y se inclinaban ante ella. Oh, desde luego ella había tenido algunos problemas el primer día: se había perdido camino hacia el gimnasio, había confundido a Devon Arliss y Dara Artz –pero afortunadamente ellos estaban más que encantados de que ella les estuviera hablando– y había coqueteando con Andrew Campbell, sólo para darse cuenta de que él era uno de los chicos más nerd de la escuela. Solo unas pocas personas le habían dado unas miradas extrañas cuando ella se sentó en el interior de la cafetería –al parecer todas las personas geniales se sentaban fuera– sin embargo, ella había actuado en la mayoría de las cosas con estilo y facilidad. Sin embargo, al día siguiente, ella llevó el viejo diario de su hermana, donde había empezado a escribir de sí misma, como una hoja de trucos para la vida de Ali. Jason pasó más allá de las escuelas medias y bajas y se dirigió a la zona de aparcamiento en la parte trasera, donde todos los alumnos de cursos superiores estaban estacionados. La gente se bajaba de sus coches y hablaban ruidosamente. Ali salió corriendo por la puerta tan pronto como Jason, se estaciono en un espacio, y miró a su alrededor para buscar a Cassie y a sus otras compañeras del equipo de hockey. Pero entonces vio a alguien más. Hanna estaba situada al otro lado del estacionamiento con una chica alta y delgada de cabello oscuro, que no reconoció. "Ali" –Gritó Hanna agitando sus manos sobre su cabeza– "¡Aquí!"

joven. Era bonita –muy bonita– y parecía que

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estaba, por lo menos, estudiando en el primer

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Ali se acercó, entrecerrando sus ojos hacia la

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año. Llevaba una bolsa de flecos color verde esmeralda con un logotipo de Marc Jacobs en el cierre. Ali quería pensar que era una imitación, pero se veía demasiado bien como para serlo. "Ali, ella es Josie" –Había dos manchas brillantes color rosa en las mejillas de Hanna– "Y Josie, ella es Alison DiLaurentis". "Encantada de conocerte" –Josie estiró su mano para estrecharla. Sus uñas estaban pintadas de un gris ceniza que Ali nunca había visto antes. Ella ni siquiera sabía que el gris era un color popular, pero se veía totalmente chic– "He oído hablar mucho de ti" "Todo el mundo ha escuchado hablar de mí" –dijo Ali recatadamente– "Pero yo, no he oído nada acerca de ti" "La familia de Josie se acaba de mudar aquí desde Los Ángeles– "Hanna explicó. "Es tan feo que ellos decidieran hacer el traslado ahora en mayo" –Josie puso sus ojos en blanco– "¿No pudieron haber esperado hasta el verano? Ni siquiera pude ir a mi baile de noveno grado, y el chico más caliente me había pedido que lo acompañara. Además tenía un amigo que había conseguido entradas para los Teen Choice Awards, así que tampoco podre ir a eso" "Oh, Dios mío, ¡me encantaría ir a los Teen Choice Awards!" –Suspiró Hanna. La cabeza de Ali daba vueltas. ¿Los Ángeles? ¿El Baile de Noveno Grado? ¿Teen Choice Awards? Se apoyó en el parachoques trasero de un VW Beetle de alguien– "¿Y cómo es que conoces a Hanna?"

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Hanna se iluminó– "La conocí ayer en Otter".

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"¿Qué es eso?" –Preguntó Ali– "¿Una tienda de animales?" Pequeña sonrisas, casi compasivas aparecieron en los rostros de Hanna y Josie– "Otter es la nueva boutique del Mall" –Dijo Josie– "Mi papá es el dueño. Trabajaré allí después de la escuela un par de días a la semana". "Es la mejor tienda, Ali" –Dijo Hanna– "Incluso el personal de la sección de estilo del Centinela estaba allí cuando fui. ¡Ellos dijeron que podrían hacer un reportaje!" "Esta semana hay una liquidación en todas las vetas por la inauguración –deberías venir" –dijo Josie, moviéndose a un lado mientras un Volvo maltratado recorría su camino hacia el aparcamiento. Entonces ella le dio un codazo a Hanna– "¿Recuerdas la lucha de esas chicas por ese par de jeans Citizens?". Hanna miró a Ali– "Te habría encantado. Esas dos chicas vieron un par de jeans ajustados que ambas querían al mismo tiempo y comenzaron una pelea en el vestidor". "Así de increíbles eran los jeans" –Agregó Josie. Ali se aclaró la garganta– "¿Y cómo te enteraste de esa tienda, Hanna?" "Leí sobre ella en línea" –Hanna de repente se veía aterrada– "Pensé que la conocías, Ali. Si no, yo te habría dicho algo" "¿Desde cuándo vas al King James sola?" –Dijo Ali con un tono de voz que ante cualquier otra persona podía sonar como broma, pero ella sabía que eso pondría a Hanna en su lugar– "Pensé que siempre nos masajeábamos entre nosotras, cuando íbamos" –Ella no se James ayer. Pero eso no contaba –ella había ido

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con sus padres.

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molestó en decir que ella también había estado en King

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"Ella no estuvo allí por mucho tiempo" –dijo Josie con cautela, dándole a Ali una mirada extraña. "Esto es una, cosa personal de mejores amigas" –dijo Ali con fuerza. Luego miró a Hanna de nuevo. Toda esta situación estaba mal. ¿Desde cuándo Hanna recibía invitaciones de aperturas para boutiques y no le decía nada a ella? ¿Y desde cuando una chica mayor y bonita de Los Ángeles elegía a Hanna como su nueva mejor amiga? Bueno, es cierto que el día de hoy Hanna llevaba una blusa de seda muy bonita que Ali nunca había visto antes, y ella siempre sabía qué hacer con sus joyas –hoy ella tenía un montón de brazaletes de plata en su brazo izquierdo. Pero ella también tenía bandas de goma color rosas y moradas en sus aparatos. Había una espinilla en su frente y otro formándose en su barbilla. Su chaqueta de Rosewood Day –la cual le había quedado bien a principios de este año– le estaba apretada en el pecho y no se podía abotonar por completo en el estómago. Todavía sería un idiota si Ali no la había escogido y dado un hogar de chica popular. Más que eso, ella era la idiota de Ali y Ali no quería compartirla. Ali olfateó el aire– "Um, ¿Hanna?" –Ella bajo su mirada hacia sus zapatos amarillo-banano Marc Jacobs de Hanna– "Creo que tienes caca de perro en el zapato". Hanna palideció– "Oh, Dios mío" –Ella se escabulló hacia la acera y raspó furiosamente su talón contra el hormigón. Ali le dio a Josie una mirada de disculpa– "Simplemente no podemos llevar a Hanna a ninguna parte. Una vez, cuando

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cayó de la acera en un charco de barro!"

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estábamos en Philadelphia juntas, ¡ella literalmente se

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Los labios de Josie se crisparon, pero ella no se rio. Subió su bolso por encima de su hombro– "En realidad, probablemente debería irme. Todavía no conozco muy bien mi camino en este lugar" "Te vas" –preguntó Hanna, cuando regreso de la acera. "Hablaremos pronto, ¿de acuerdo?" –Josie prácticamente huyó de ellas, su cola de caballo saltaba mientras ella corría colina abajo. Cuando ella llegó a la puerta, un par de chicas guapas la saludaron, y ella les devolvió la sonrisa. Hanna se deprimió miserablemente. Ali enhebro su brazo alrededor del codo de ella– "Lo siento, Han. Pero, la gente puede tenerle bastante asco a la caca de perro" Hanna sacó el labio inferior de su boca– "En realidad no había caca de perro en mí zapato. Lo he comprobado". "¿En serio?" –Preguntó Ali inocentemente. Ella le agarró la mano y se la apretó con fuerza– "¡Juro que olí algo, Han! ¡Mi culpa!" La frente de Hanna frunció, tal vez intuyendo lo que Ali estaba tramando. Hanna a veces era más inteligente de lo que Ali reconocía –Ella se había dado cuenta de su comportamiento manipulador mucho más rápido que las otras. Si Ali alguna vez se hiciera a un lado –no es que eso fuera a ocurrir alguna vez– y si Hanna cambiara, ella probablemente sería una abeja reina decente. Pero Hanna no dijo nada. Ali agarró su brazo una vez más– "Además, he oído que todos los de California son falsos. Y, de todos modos, tú no quieres ser amiga de ella" Después de todo, ella tenía a Ali, y Ali era lo único

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que importaba.

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CAPITULO 5 LOS ROMANCES DE VERANO SIMPRE SON LOS MEJORES… Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

“¡Acérquense, señoritas!”, –La entrenadora de hockey sobre hierba de Ali, –la Sra. Schultz–, llamó, a los dos equipos que estaban trotando sobre el campo de hockey. A pesar de que la temporada había terminado hace un tiempo, a la Sra. Schultz le gustaba que las chicas practicaran juntas –de vez en cuando– para mantenerse en forma para el próximo año. Ali trotó hacia las gradas. El olor de la hierba recién cortada le hacía cosquillas en su nariz, y cuando ella se acercó, vio que la Sra. Schultz estaba sirviendo una gran jarra de Gatorade con sabor a ponche de frutas, su favorita. "Ustedes chicas hacen una gran defensa" –le dijo la Sra. Schultz a Ali y a Cassie cuando ellas llegaron a las gradas– "Van a ser una fuerza a tener en cuenta el próximo otoño". Cassie le dio un codazo a Ali– "Tú vas a ser una JMV7 incluso antes de ser una estudiante del primer año". "¡Eso es porque soy impresionante!" –Chilló

equipo. Ella apenas había corrido en los terrenos 7

JMV: Jugadora Más Valiosa

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ni siquiera podía creer que hubiera entrado en el

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Ali, formando una V con sus brazos. Pero muy en el fondo, ella

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de Radley, y mucho menos había entrenado para las prácticas de hockey sobre hierba, pero tan pronto como se enteró de que el Equipo de la Escuela Secundaria estaba haciendo audiciones para dejar entrar al JV, a dos jugadoras juniors excepcionales –Ali y Spencer– ella convirtió el entrar, en su meta. Cuando más tarde su familia visitó el hospital y "Courtney" se enteró de que Ali había entrado al Equipo de la Escuela Secundaria, el rostro de "Courtney" palideció– ¿Quién es la mejor Alison ahora? –Ali había querido gritarle. Ali agarró un vaso de plástico de la pila y se sirvió un poco de Gatorade. Luego se cambió de camisa, tiró su equipo dentro de su bolso, se despidió de Cassie y de las otras, y se dirigió hacia el estacionamiento auxiliar, donde se suponía que Jason la estaría esperando para llevarla. Sólo un Honda Civic, un autobús escolar cualquiera, y un Ford de un guardia de seguridad estaban estacionados allí, los asientos de los conductores estaban vacíos. Ella se sentó en el borde de la fuente a esperar. Dos porristas cuyos nombres Ali no recordaba salieron de la Escuela Superior y se dirigieron a sus coches. Un estudiante de octavo grado que siempre estaba en los anuncios de video matutinos se encontraba de pie cerca del asta de la bandera, hablando por teléfono. Y de pie junto a las puertas del gimnasio estaban Naomi Zeigler y Riley Wolfe. Ellas levantaron la vista y la miraron fijamente, al mismo tiempo, pero luego se volvieron rápidamente. El estómago de Ali se retorció. Había pasado un año y medio desde que ella había abandonado a Naomi y a Riley sin una explicación, pero ella todavía se sentía incómoda cuando entraba en sus presencias. Al principio, las dos chicas habían suplicado el perdón de Ali por lo

hacer la tarea de Ali por un año. Cualquier ropa

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ser sus amigas de nuevo. Ellas se ofrecieron a

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que fuera que ellas hubieran hecho –Ellas sólo querían

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de sus armarios que a ella le gustara, ella la podría tener. Incluso mencionaron un lugar llamado la habitación púrpura y algo llamado Skippies, lo cual era exactamente el por qué Ali, las había abandonado a ellas –Ali no sabía de lo que ellas estaban hablando. Ellas la habrían descubierto como la Falsa Ali tan rápido, que ella habría sido encerrada en La Reserva en muy poco tiempo. Su teléfono sonó, y ella saltó. Era un mensaje de Aria– ¿Quieres venir mañana por la noche? Mis padres se van a una cita. Gabinetes de licores, ¡Allá Vamos! ¡Sí y sí! –tecleó Ali. Ella guardó su teléfono en su bolsillo. De repente, ella sintió que unos ojos la estaban mirando por la espalda, otra vez, y su piel se puso como de gallina. ¿Eran Naomi y Riley? Pero cuando ella se dio vuelta, vio a un chico más o menos de su edad, de pie donde los árboles se juntaban con el estacionamiento. Ella no tenía ni idea de dónde había salido el chico, pero él la estaba mirando con tanta intensidad que Ali se preocupó de que él pudiera leer sus pensamientos. "Eres Alison, ¿cierto?" –Gritó él mientras se le acercaba. Ali lo miró. El chico era alto, delgado y marcado como los chicos que nadaban al estilo mariposa en el equipo de natación de Emily durante el año de competencia. Él llevaba una ajustada camisa T-shirt negra, pantalones cortos muy finos de Seersucker, y unas zapatillas de lona sin cordones. Su cabello castaño estaba peinado en picos puntiagudos, y sus ojos eran de un tono azul aún más llamativos que los de ella. Tenían

cerca. Su voz era ronca y profunda.

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"Alison" –Repitió él cuando estuvo más

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que ser lentes de contactos.

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"Uh, sí" –Dijo ella lentamente, apartándose el cabello detrás de su oreja– ¿Y tú eres…?" Él la miró asombrado– "¿No te acuerdas de mí?" Ali parpadeó. Había pasado mucho tiempo desde la última que ella no pudo dar una respuesta –a una pregunta– como su hermana, y eso la hacía sentirse mareada, dispersa, y transparente– "Refréscame la memoria" –dijo ella, odiando sus palabras. "Soy Nick Maxwell" –Él se sentó en el borde de la fuente y colocó sus manos sobre sus rodillas, las cuales estaban bronceadas y tenían pocos bellos oscuros en ellas– "Del Campamento en Ravenswood". Eso explica el por qué Ali no tenía idea de quién era. Su hermana había ido a ese campamento el verano después del quinto grado, unos meses antes del cambio– "¡Por supuesto!" –Dijo ella alegremente, esperando sonar convincente, aunque la sensación de mareo no desapareció– "¿Cómo estás?". Nick se rió entre dientes– "Ya me has olvidado. ¿Supongo que escribes cosas sobre chicos en las paredes de las cabinas todo el tiempo?" "Yo..." –Ali se sintió como si la hubieran dejado caer en un país extranjero sin tener ningún conocimiento del idioma. Ella había memorizado palabra por palabra el diario de su hermana, y en su diario no había ninguna referencia de alguien llamado Nick. Tal vez a Ali le había preocupado que sus padres lo leyeran y por eso lo mantuvo en secreto. Nick agachó la cabeza– "Lo siento –probablemente no sepas que yo vi lo que escribiste" –Él tamborileó sus los dedos sobre el

mirada se volvió hacia ella, y él le sonrió con aprecio– "Tal vez yo debí de haberte prestado

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ellos pensaron que yo te hice escribirlo o algo así" –Su

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hormigón– "Los consejeros me lo hicieron limpiar. Creo que

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más atención en aquel entonces. Realmente has crecido". "Deberías de haberme prestado más atención" –repitió Ali, las piezas empezaban a encajar lentamente. ¿De verdad, Ali había escrito algo desesperado en una pared sobre un chico del que ella había estado enamorada pero que él no le había correspondido? ¿De verdad, este chico le había dicho no a Ali? Ella se puso de pie y se subió su falda de hockey sobre césped un poco más arriba en sus muslos. De repente, ella realmente, realmente quería gustarle a Nick. Ella se imaginó diciéndole eso a su hermana en el hospital. Ella realmente tendría un aneurisma cerebral. "Entonces, ¿qué pensaste de lo que te escribí?" –Susurró ella con coquetería. Los ojos de Nick brillaron– “Bueno, fue muy halagador, obviamente. No todos los días un hombre lee un mensaje sobre lo buen besador que es, sobre todo cuando el mensaje lo escribió una chica que nunca lo ha besado. Me preguntaba cómo fue que lo supiste”. “"Oh, bueno yo siempre he tenido este buen sexto sentido que me dice cómo besará la gente con sólo mirarlos” –dijo Ali, mirando sus labios. Eran de color rosa y con forma de arco. "¿En serio?" –Nick sonrió. "Si" Ellos se quedaron así durante un momento, sonriéndose el uno al otro. Entonces Ali tomó su cámara– "¿Puedo tomarte una

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foto?"

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"Sólo si a cambio, me puedes dar tu número de teléfono" –dijo Nick. Ali le sacó una foto, y a continuación, anotó su número de teléfono en un trozo de papel arrancado de su cuaderno de matemáticas. Luego de eso Nick se fue, diciéndole– "Nos vemos luego, lindura" –Mientras él se alejaba de ella, Ali se sintió inquieta. ¿Por qué él no le había pedido nada más? Él no la quería aún de la forma en que debería. Ella pensó en cómo había aprendido a hipnotizar a la gente recientemente, un juego que la hermana mayor de Matt le había enseñado una tarde. Cuenta desde cien hacía abajo, tocar a alguien en la frente, y luego decirles que están en tu poder. Ali deseó haber podido probarlo ahora mismo y hacer que Nick le pidiera una cita. Pero, entonces ella vio una figura familiar atravesando el campo de hockey. Era Ian Thomas, vestido con unos pantalones de color caqui y una remera Kelly color verde. Él se veía como una mescla entre un chico de la fraternidad y un jugador de golf, pero un chico caliente era un chico caliente. Tal vez había otra manera de poner a Nick bajo su poder. Ella se puso a sí misma en su camino. Y, como todo buen peón, Ian le sonrió cuando la vio– "¡Hey, Ali!" –Él le gritó, agitando la mano. Ali le lanzó un beso, y él en broma le sopló otro de regreso. Ella ni siquiera tuvo que darse la vuelta para saber que Nick se había detenido y la estaba mirando.

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Tal vez ella era mejor hipnotizadora de lo que había pensado.

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CAPITULO 6 ALGO ESTA PODRIDO EN EL GRANERO DE ANTIGUEDADES Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

La tarde del sábado, Ali estacionó su bicicleta sobre la hierba entre un cartel torcido de madera grande, que decía: ALMACÉN DE ANTIGUEDADES y el maltratado Subaru color azul, con el parachoques lleno de stickers, de los padres de Aria. Aria le había llamado hace una media hora –para decirle que ella y su familia iban a venir aquí a comprar una mesa, ¿y si Ali no quería acompañarla? Ali no tenía nada que hacer, así que acepto. Además, el ambiente dentro de su propia casa era tenso –había portazos, sus padres se cruzaban sin hablarse, y en algún momento su madre contestó el teléfono que estaba sonando, pero cuando no dijeron nada, ella suspiró y luego cortó cerrándolo de golpe. Ali necesitaba salir. Ali abrió la puerta del establo y parpadeó ante la oscuridad. La tienda de antigüedades olía a una extraña mezcla de moho y limonada recién exprimida. Una estación de música clásica estaba sonando en la radio, y en todas partes había montones de

se sentara sobre ellas. Más relojes de los que Ali

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sillas que definitivamente colapsarían si alguien

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basura. Juguetes antiguos, alfombras y mantas feas, y

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podía contar a simple vista estaban ocupando el espacio disponible en el mostrador. El hermano de Aria, Mike, quien estaba en sexto grado, golpeó la parte superior de una vieja máquina de pinball para hacerla funcionar. Luego él se dirigió a Ali y le dio una mirada larga y enamoradiza, como siempre lo hacía. El hermano de Aria estaba tan enamorado de ella –que una vez incluso él trató de besarla en una de la pijamadas de Aria. "Ahí estás" –dijo Aria, tocando el hombro de Ali. Ali se giró y observó a su amiga. Parecía que los mechones de color rosa del cabello de Aria se habían multiplicado, además ella llevaba pendientes de largas plumas que rozaban sus hombros. Escondido bajo su otro brazo estaba su cerdo peluche, Pigtunia, que su padre le había traído de Alemania. "Sólo los bebés llevan animales de peluche" –La reprendió Ali. Aria se dio la vuelta y se encogió de hombros, levantando su peluche y haciendo que hiciera ‘Oink’– "Pigtunia quería ir a dar un paseo. ¿Cómo podía decirle que no?" ¿Porque es un peluche? –A veces Aria era un bicho raro. "Oye" –Aria tocó una lámpara estilo Tiffany en la mesa con el hocico de Pigtunia– "¿Qué piensas de esto? ¿No cuestan estas cosas como un montón de dinero? Y mira ¡está a sólo veinticinco dólares!" Ali soltó un bufido– "Estoy segura de que es una imitación" –Después de todo, esto era Main Line. Incluso los dueños de las tiendas vende–chatarra saben lo que una lámpara Tiffany verdadera valía de verdad. Justo al frente de ellas, el Sr. Montgomery –a quien Aria

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cubierta por una tapa de azulejos– "¿Qué tal esta?".

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llamaba Byron– se dirigía hacia una mesa redonda más pequeña

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La Sra. Montgomery –Ella– olfateó– "Esa no tiene mucho especio para nosotros cuatro. ¿O acaso ese el punto?" "¿Y qué se supone que significa eso?" –El Sr. Montgomery demandó, cruzando los brazos sobre su pecho. Su chaqueta a cuadros tenía un agujero en el codo. La Sra. Montgomery empujó un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja– "Olvídalo". "Yo no quiero olvidarlo" –El papá de Aria guio a su esposa hacia una esquina. Ellos hablaron en susurros. Mike levantó la vista desde la máquina de pinball, con el ceño fruncido. Ali se giró y miró a Aria– "¿Qué pasa con tus padres?" Aria se encogió de hombros– "Ellos siempre se ponen así cuando compran antigüedades" Por la forma en que la garganta de Aria tembló cuando ella tragó, Ali supo que había tocado un tema delicado. Pero había que ser ciego para no darse cuenta de que la relación de los padres de Aria había cambiado. En sexto grado, cuando el Sr. y la Sra. Montgomery estaban en la mesa y querían decirse cosas románticas en presencia de sus hijos ellos hablaban en francés. Pero en estos días, apenas cenaban al mismo tiempo. Una vez –no hace mucho tiempo– cuando Ali había dormido en casa de Aria, ella se había levantado en el medio de la noche para ir al baño y se dio cuenta de que la madre de Aria estaba durmiendo en la habitación de invitados. Aria dijo que era porque su padre roncaba, pero la casa había estado muy

preocupada –tal vez si Aria lo hacía, Ali podría contarle sobre sus propias preocupaciones

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Ali quería que Aria confiara en ella si estaba

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callada esa noche.

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familiares. Pero Aria no funciona de esa manera. Mientras que las otras chicas tenían sus propias razones para congraciarse con Ali, y derramar sus propios secretos con que solo ella siquiera les preguntara cómo había estado su día, era difícil conseguir que Aria se abriera. De hecho, a veces Ali no estaba muy segura de lo que Aria ganaba con su amistad. Claro, a ella le gusta ser parte de la pandilla, pero a menudo ella estaba distanciada de Ali, guardando sus sentimientos para sí misma. Incluso a veces, hacía que Ali lucha por su afecto y mucho más por su atención. Otras veces, simplemente la molestaba. De pronto, Ali vio algo en una de las mesas. Un viejo espejo de bolsillo de plata con delicados grabados en el mango, estaba apoyado sobre su parte trasera junto a una pila de libros. Los médicos de Radley habían utilizado espejos muy similares durante sus sesiones de grupo. Ella cerró sus ojos, un recuerdo la golpeó. La Srta. Anna –su psicóloga– pasaba un espejo alrededor de cada chica, diciéndole que miraran en él y compartieran con el grupo lo que más querían ser. La mayoría de las chicas daban respuestas sentimentales: Quiero ser fuerte, quiero ser mejor, quiero ser feliz. Pero cuando Ali miró su reflejo, sus facciones coincidían con las de su hermana. Sin embargo, ella no les dijo que quería ser una hermana, como la mayoría de la gente en el hospital hubiera pensado. Ella les dijo: Quiero ser libre. Ella deslizó el espejo en su bolso y se fue. "Este lugar huele como el sótano de mi abuela" –Ella dijo, agarrando el brazo de Aria y guiándola hacia la puerta– "Salgamos a la calle" Ellas pasaron a través de las pilas de cestas de mimbre y

las lilas. Un caballo relinchó en un potrero

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al sol de la tarde. El aire estaba perfumado por

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alrededor de una gran mantequera de madera y salieron

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cercano. A pesar del entorno idílico, Ali sintió de pronto una punzada familiar en su columna vertebral. Un coche pasó, y cuando ella miró a través del parabrisas, el rostro ceñudo de Melissa Hastings le devolvía la mirada. Ali suspiró. Ellas no estaban muy lejos de su vecindario, pero esté era un camino alternativo para regresar a casa, un camino que Melissa no tendría motivos para tomar. Entonces Ali vio como dos chicos salían de la enorme casa con estilo colonial por el camino del granero– "¿Ese no es Noel Kahn?" –preguntó. Aria se dio la vuelta. Ambas vieron como Noel y un chico que no reconocían, agarraban una pelota de baloncesto que estaba sobre la hierba y la tiraban hacia el aro de la enorme calzada circular para autos. "Vamos" –dijo Ali, comenzando a atravesar el estacionamiento– "Vayamos y a hablemos con ellos". “¡Espera!” –Aria gritó, agarrando su brazo– "¿Cómo me veo?" Ali inspeccionó a Aria, desde su cabello Tecnicolor y su sombra de ojos color azul brillante que estaba sobre sus párpados, hasta su camiseta ondeada con estampado hippie que dejaba ver sus brazos delgados y sus tetas muy– grandes–como–para–alguien–de–séptimo–grado– "Te ves muy bien" –dijo– "Pero deshazte del cerdo, ¿de acuerdo?" Aria dejó a Pigtunia en el techo del coche de sus padres, y entonces ella y Ali comenzaron a caminar de nuevo. Los chicos levantaron sus miradas cuando las vieron venir. El cabello castaño de Noel estaba despeinado, y había una mancha de suciedad en su cara. Él y el otro chico –que tenía el cabello rubio rizado, pecas y las mejillas de querubín

las cuales se veían enormes en sus pies.

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deportivos cortos y zapatillas de deporte blancas,

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apretables– llevaban camisetas sin mangas, shorts

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“Hey, Ali. Hey, Aria” –dijo Noel. Aria tomó la mano de Ali– ¡Él sabe mi nombre! Quería decir ese apretón. Por supuesto que lo sabe –quería decirle Ali. Ella sólo los había presentado unas seis millones de veces. "Hey, Noel” –dijo Ali. Luego miró a Mejillas de Querubín– "¿Quién es tu amigo?" El chico dio un paso adelante– "Mason Byers. Me acabo de mudar aquí desde Atlanta". "Él va a estar en el equipo de lacrosse el próximo año" –dijo Noel– "El entrenador me pidió que le mostrara los alrededores" –Él hizo un gesto hacia el otro lado de la calle– "¿Y ustedes chicas, estaban comprando antigüedades?" "Mis padres" –dijo Aria, poniendo los ojos en blanco– "Están obsesionados con las antigüedades" "Eso está bien" –Noel volvió sus ojos verdes hacia Aria– "Mis padres, también lo están. Mi papá colecciona maquetas de barcos a escala. Los cuales se están apoderando de su oficina". "Mi padre está obsesionado con los libros" –Admitió Aria, mientras jugaba con su piercing falso de nariz– "A veces se va a los mercados de pulgas y trae toda una caja llena de ellos, en busca de alguno que sea valioso. Mi madre lo quiere matar la mayoría de las veces –pues no tenemos espacio para todos ellos". "Los mercados de pulgas pueden ser muy buenos" –dijo

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neón de los más genial en el Bryn Mawr"

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Noel– "Una vez encontré un anuncio de cerveza color

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Ali soltó un bufido– "Noel, ¿cuándo has ido tú a un mercado de pulgas?" –La familia de Noel era una de las más ricas en Rosewood. Noel le dio un codazo juguetón a Ali– "He ido a un montón. Y si tú no estás tan interesada, cuando Aria y yo vayamos a un mercado de pulgas, tú no tienes por qué venir". Ali puso sus ojos en blanco– "Como si yo quisiera ir" Un fuerte Beep sonó desde el otro lado de la carretera. Los padres de Aria estaban tratando de meter una mesa redonda con las patas profusamente talladas en el baúl del Subaru. La mesa cayó al suelo con un clonk, y el Sr. Y la Sra. Montgomery comenzaron a discutir. Nubes pasaron sobre el rostro de Aria– "Probablemente deberíamos volver" "Buena suerte con esa mesa" –dijo Noel. "Encantada de conocerte" –le dijo Ali a Mason mientras se alejaban. Una vez que los chicos volvieron a jugar baloncesto y que ellas estuvieron fuera del alcance de sus oídos, Aria agarró el brazo de Ali con entusiasmo– "Oh Dios mío, ¡él quiere ir a un mercado de pulgas conmigo!" Ali soltó un bufido– "Él no dijo eso exactamente". "Pero, todo salió bien, ¿cierto?" Ali miró a su amiga. Los ojos de Aria brillaban, casi daban vueltas, ella estaba tan emocionada. Pero por alguna razón, eso le molestaba a ella. No era como si Noel realmente fuera a ir

amable, y eso era probablemente porque Aria era

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Ali como una opción. Él sólo estaba siendo

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alguna vez detrás de Aria cuando tenía a alguien como

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la mejor amiga de Ali. De repente, su teléfono sonó– Hey lindura –decía el mensaje que le llegó de un número local con código 610. Ella arrugó su frente– ¿Quién eres? –escribió ella. ¿Me has olvidado, otra vez? –Fue la respuesta– Es Nick del campamento. El corazón de Ali saltó. ¡Por fin! Ella había estado esperando el mensaje de Nick– Ya te recordé –ella respondió. Sólo quería decir hola, –Nick le respondió– me tengo que ir. Ali deslizó su teléfono de regreso a su bolsillo, sintiéndose triunfante. Ella sabía que sacarle celos había funcionado de maravilla. Ella miró a Aria, de repente sintiéndose más magnánima– "Creo que fue muy bien" –dijo. Para cuando las chicas estuvieron al otro lado de la calle, los señores Montgomerys habían logrado meter la mesa en el coche. Había miradas de enojo en sus rostros, pero se enderezaron una vez que vieron a las chicas. La Sra. Montgomery abrió la puerta y arrojó su bolso en el espacio para los pies– "Vamos, Aria. Será mejor que nos vayamos" –Luego, ella miró a Ali, y después a la bici de Ali, y luego a Mike, quien ya se había subido, su cuerpo estaba contorsionado para darle lugar a la gran mesa– "Te ofrecería llevarte a tu casa en coche, Ali, pero no creo que haya lugar" "Está bien –no me importa ir en bici" –respondió Ali.

"¿Sigue en pie lo de esta noche?"

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techo y la acunaba en sus brazos, otra vez–

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Luego miró a Aria, que había rescatado a Pigtunia del

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Aria miró a sus padres, que ahora estaban sentados en los asientos delanteros del coche, mirando al frente. Su garganta se balanceaba mientras tragaba– "Um, en realidad yo no creo que mis padres vayan a salir, después de todo" "Oh" –Ali se encogió de hombros– “Está bien. No es necesario que nosotras…” Ella artículo la palabra bebamos. "En realidad..." –Aria giró su pulsera de hilo azul alrededor de su muñeca, y luego miró con recelo a sus padres– "No es una buena noche para que vengas" Ali dio un paso atrás– "¿Por qué?" –Aria miró a sus pies, sin responder– "¿Algo pasa con tus padres?" –preguntó Ali exigentemente. Aria parecía estar herida, casi como si Ali la hubiera abofeteado– ¡Sólo estoy tratando de ser amable! –Ali casi protestó, pero Aria se metió en el coche antes de que lo pudiera hacer– "Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo? Lo siento". Aria cerró la puerta, dejando a Ali de pie junto al coche, sus brazos colgaban inmóviles en sus costados. Ali se quedó mirando las pegatinas en el guardafangos trasero del Subaru, mientras se alejaba. PLANIFICACION FAMILIAR VISUALIZE WHIRLED PEAS8. Decía un pez de Darwin. Aria ni siquiera miró por la ventana para despedirse. Ali se fue cuando el coche desapareció. Cuando ella metió su mano en su bolso, sus dedos se cerraron sobre algo familiar. El espejo de plata. Ella lo sacó y miró su reflejo. Por un momento, ella no reconoció a la

Planificación Familiar Visualize Whirled Peas: Es un juego de palabras. “Visualize Whirled Peas” (Imagínate Guisantes Arremolinados) en inglés suena igual que: “Visualize World Peace” (Imagínate la Paz Mundial).

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chica que le estaba devolviendo la mirada, ella se veía triste,

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privada, confundida. No se parecía en nada a ella.

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CAPITULO 7 DEMASIADO COMO PARA SER UNA CASAMENTERA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Unas

horas

más

tarde,

Ali

y

Emily

estaban

descansando sobre los largos seccionales de cuero en la sala de estar de Ali. Ali estaba hojeando ediciones de bailes de graduación de Teen Vogue, CosmoGirl y Seventeen, y Emily estaba hojeando un ejemplar manoseado del libro de Horóscopo y Cumpleaños, que no parecía cansarse de leer. En MTV estaban pasando “My Super Sweet 16”, y la casa olía al pollo hornado con mazorca de maíz que la Sra. DiLaurentis había cocinado para la cena. Jason pisoteaba en el piso de arriba, golpeando los cajones de su cómoda y abriendo y cerrando la puerta del armario. Su música rock miserable resonaba a través del techo. "Todas estas chicas se ven horribles en verde menta" – Declaró Ali cuando vio una página de moda de ropa de gala para el baile– "Cualquier vestido que esa del mismo tono de una bola de helado no es nada sexy" Emily colocó el libro de cumpleaños en la otomana. La columna estaba tan gastada que las páginas sueltas

probablemente por billonésima vez– "Creo que

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la entrada del 06 de junio, el cumpleaños de Ali,

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se salían sin ningún motivo. Emily había estado leyendo

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tú te verías muy bien en verde menta" –Decidió ella después de estudiar la imagen del vestido. "Eso es porque me veo bien en cualquier color" –dijo Ali, sólo medio bromeando. "Por supuesto que sí" –dijo Emily con seriedad, y Ali quiso abrazarla. Emily siempre era buena para levantarle el ánimo. Después de que Aria hubiera cancelado misteriosamente, Ali había llamado a Emily preguntándole si quería venir a su casa. Naturalmente, Emily le había dicho que sí enfáticamente. Emily garabateó una imagen de una chica en un vestido de fiesta en la portada de uno de sus cuadernos. En lugar de llevar un diario, Emily exhibía sus pensamientos, gustos, y disgustos en garabatos hechos en sus cuadernos: En este dibujó en particular, ella había escrito el nombre de su nadador favorito, Michael Phelps, en letras como burbujas; una imagen de la mascota tiburón de Rosewood Day dibujada con un Sharpie azul; y los nombres de Ali, Spencer, Aria, y Hanna estaban escritos, seguido de las letras BFF. El aire acondicionado volvió prenderse de nuevo, agitando las cortinas en la ventana de la bahía. Ali se levantó y empujó las cortinas hacia atrás, revelando la vista a la casa de los Cavanaugh al otro lado de la calle. Esta era la misma ventana por la que Toby Cavanaugh las había espiado a ellas el año pasado, la noche en que todo pasó. Emily debía de estar pensando en lo mismo, porque ella se aclaró la garganta– "Creo que hoy he visto a Jenna. Tal vez ella ya regreso de la escuela y esté en su casa"

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"Yo, también, la vi" –dijo Ali.

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Emily hizo girar la pluma entre sus dedos– "¿Alguna vez... piensas en ella?" "En realidad no" –Ali mintió. "¿Alguna vez piensas que es raro que Toby confesara algo que no hizo?" Ali tiró de las cortinas cerrándolas– "Él sí lo hizo, Em. Fin de la historia". "Pero…" "Fin. De. La. Historia" –Ali señaló la pulsera de hilo que ambas tenían en sus muñecas. Había un montón de cosas que ella había considerado decirle a Emily desde esa noche. Lo que ella había visto justo antes de que los fuegos artificiales se dispararan. La discusión que ella había tenido con Jenna incluso antes de esa noche. Pero ella había estado mintiendo durante tanto tiempo que ya no podía empezar de nuevo, ahora. Y de todos modos, la verdad no iba a cambiar lo que había sucedido. Ella tiró de la cola de caballo de Emily– "Estoy tan contenta de que hayas podido venir esta noche, Em" "Por supuesto" –Emily agachó la cabeza tímidamente– "No hemos tenido una noche a solas desde febrero" Ali sonrió– "Por supuesto, que llevas un registro de algo así" –Emily era como la secretaria de la amistad, ella recordaba la cantidad exacta de tiempo que ellas pasaban juntas. A veces, ella anunciaba que habían sido amigas durante doscientos trece días, o que habían pasado 400 minutos por el teléfono la semana pasada, o que se habían

compartido catorce secretos.

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escrito ciento nueve mensajes, o que habían

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intercambiado sesenta y siete correos electrónicos o

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Emily la miró preocupada– "¿Es raro?" "Nah" –Ali abrazó una almohada– "Bueno, tal vez es un poco extraño pero de una manera linda" –Si las otras chicas estuvieran aquí, Ali habría molestado a Emily un poco más, pero cuando estaban ellas dos solas, Ali podía decirle a Emily lo que realmente pensaba. Cuando Ali estaba con Emily y sólo con Emily, el ser tan pulida y perfecta no importaba tanto. Pasos resonaron en el pasillo, y las chicas se miraron. La Sra. DiLaurentis surgió desde la cocina con un vestido, un cartilla de cuero bancaria muy fina en sus manos. Ella se detuvo en seco cuando vio a Ali y a Emily en el estudio– "Chicas pensé que ustedes iban al Mall" –espetó, ocultando la cartilla detrás de su espalda. Ali ladeó su cabeza– "Nunca hemos dicho eso" "Oh" –La Sra. DiLaurentis parecía nerviosa– "Bueno. No se queden despiertas hasta muy tarde, ¿de acuerdo?" La puerta del garaje se cerró. Ali esperó a que el motor del Mercedes de su madre comenzara a sonar, pero no lo hizo. Ella estaba medio tentada a ir hacia el garaje y ver si ella estaba sentada en su coche, hablando por su teléfono –Ella lo hacía a veces. RARA. Bzz. El teléfono de Ali vibró en su bolsillo trasero. Ella tenía un nuevo mensaje de Nick– Hey, lindura, –decía– ¿Has escrito algo sobre alguien en alguna pared de cabina últimamente? El estómago de Ali burbujeo, y ella dejó escapar un gritó de felicidad– Lo siento, todavía no he conocido a nadie que sea un buen

teléfono de Ali desde el sofá.

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"¿A quién le escribes?" –Emily miró al

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besador –respondió ella.

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Ali volteó su teléfono– "A alguien del hockey" –Ella no quería compartir nada sobre Nick todavía. Era agradable mantenerlo en secreto, sobretodo hasta estar muy segura de que algo real estaba sucediendo entre ellos. Además, Emily probablemente la criticaría por superar demasiado rápido a Matt, rompiendo su corazón. Emily era así blanda. Ali miró a Emily, observando su largo cabello rubio rojizo, ojos claros, y su linda cara, pecosa– "Tenemos que encontrarte un novio, Em" Emily la miró sorprendida– "¿Tenemos?" "¡Duh! ¡Ni siquiera has tenido un primer beso!" –Ali aplaudió– "Y creo que encontré a alguien perfecto para ti. Se acaba de mudar a Rosewood –su nombre es Mason Byers. Va a jugar en el equipo de lacrosse, por lo que también hace deporte. Y parece ser muy dulce, Em –Él es de algún lugar del Sur. Apuesto a que realmente te gustaría". Ella se puso en pie, estando cada vez más y más emocionada– "Yo podría llamar a Noel en este momento y pedirle su número. Es súper lindo, Em –y también tiene pecas" Emily sacó lentamente su labio inferior de su boca– "No me interesa" Ali puso sus manos en sus caderas– "Ni siquiera lo conoces. Y él no es un aprieta trasero, lo prometo" –Una vez, en una fiesta en la casa de Noel Kahn a principios de este año, un estudiante de octavo grado había apretado fuertemente el trasero de Emily, dándole un guiño juguetón cuando ella se dio vuelta para mirarlo. Emily le había contado esta historia a Ali con horror, sin darse cuenta de que ella debería de haberlo tomado como

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un cumplido.

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La expresión de Emily todavía seguía sin cambiar. Desconcertada, Ali subió a su lado en el sofá– "¿Qué es lo que está pasando?" –Preguntó ella. Emily se quedó mirando sus uñas recién pintadas– "Como que me interesa otra persona" "¿En serio?" –Ali agarró la rodilla de Emily– "¿Quién?" Los ojos de Emily se movían de arriba abajo– "No te puedo decir" Ali se echó a reír. Ella sabía todo sobre Emily, incluso las cosas más vergonzosas: Ella sabía que Emily se había enfermando de su período a los once años, que ella había mojado la cama en una fiesta de pijamas del equipo de natación en cuarto grado, que ella accidentalmente había rozado la erección de un chico mayor durante una práctica de natación y que se había escondió en el vestuario durante el resto de la hora, aterrorizada de que él hubiera pensado que ella quería hacerlo. "¿Es alguien realmente vergonzoso?" –Ali la incitó– "¿Alguien fuera de los límites? Sea quien sea, me lo puedes decir, Em. No voy a compartirlo con nadie, te lo prometo" Emily cogió una revista y la abrió en una página al azar– "Estos zapatos son muy lindos, ¿no crees?" "Sea quien sea, yo podría ayudarte para que tú le gustes. En serio. Sólo dime, ¿de acuerdo?" –Entonces ella apoyó su cabeza en el hombro de Emily– "¿Soy tu mejor amiga, cierto?" Emily se puso rígida bajo el peso de la cabeza de Ali. Después de un momento, ella se apartó y se levantó del sofá– "Acabo de

pijama y su bolsa de maquillaje la cual había

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dormir para llenarla con sus pantalones de

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recordar algo" –ella le espetó, buscando su bolsa de

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dejado en el suelo– “Tengo que hacer esta cosa para mi mamá” "¿Ahora?". "Uh-huh. Lo había olvidado". –Emily colgó la bolsa sobre su brazo y corrió a través de la cocina. Ella metió sus pies dentro de sus zapatos, que la estaban esperando junto a la puerta, sin siquiera molestarse en atárselos. Ella miró a Ali, que todavía estaba en el sofá– "Nos vemos". "Emily". Pero la puerta se cerró de golpe, haciendo que las ollas y los sartenes colgados hicieran un ligero sonido metálico sobre la isla de la cocina. Ali parpadeó con fuerza ante el silencio. ¿Qué demonios acaba de pasar? Ella se puso de pie y se dirigió hacia la cocina, abriendo la nevera pero no sacando nada. Un calendario del mes con fotos de perros colgado en la pared llamó su atención, ella miró a los treinta y un cuadros que representaban mayo. Ella y Emily no habían tenido ni un momento a solas desde el mes de febrero, pero en realidad había pasado mucho, pero mucho

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más tiempo desde que Ali hubiera pasado un sábado por la noche sola.

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CAPITULO 8 TERAPIA FAMILIAR. ESTO NO ES Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

El domingo por la mañana, Ali, Jason, y los padres de la familia DiLaurentis pasaron cerca de un letrero familiar que apunta hacia una carretera apartada la cual estaba bordeada por árboles altos y gruesos. LA RESERVA DE ADDISON–STEVENS, decían unas letras del cartel. El Sr. DiLaurentis puso la intermitente y condujo por el camino. "Esos árboles blancos son extraños" –Gruño Ali, mirando por la ventana a los abedules en el bosque, sus ramas albinas estaban torcidas y se rizaban por encima de la carretera– "Me recuerdan a la gente en este lugar". Su madre le frunció el ceño por el espejo retrovisor, pero Ali fingió no darse cuenta, agregándose una capa extra de esmalte de uñas. Su madre odiaba el olor, pero Ali quería castigarla. Esta mañana, después de que ella se hubiera despertado y duchado, su madre había entrado en su habitación sin llamar y se había sentado en su cama– "Hoy visitaras a tu hermana en el hospital" "No, no iré", –Alí hubiera gustado tener lágrimas en sus ojos– "Es muy duro para mí, mamá. Tengo pesadillas cada vez que voy

Por alguna razón, el acto de pobre-chica no

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estaba funcionando– "Si no vienes, no podrás ir

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allí".

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a la fiesta de pijamas del final del séptimo grado con tus amigas" –la Sra. DiLaurentis proclamó. La boca de Ali se abrió– "¡Tú no puedes decirme lo que puedo o no puedo hacer!" La Sra. DiLaurentis se levantó– "Soy tu madre, por supuesto que puedo" –dijo ella con severidad– "Ella es tu hermana, Alison. Yo sé que ustedes dos tienen un montón de malas historias, pero tienen que superarlo y tratar de tener un poco de simpatía. ¿Has pensado en el terapeuta del que te hablé?" Ali se había tirado sobre la cama y se cubrió su cabeza con una almohada. Su madre había mencionado, de vez en cuando, un terapeuta local diciendo que podría ayudarla a lidiar con los problemas con su hermana gemela. Pero lo que su madre no sabía era que ella había estado con terapeutas durante años –y ellos nunca habían sido capaces de resolver ese problema. Ahora ella estaba presa en el coche. Cuanto más se acercaban al hospital, más apretado estaba el nudo en su estómago. Mientras su padre continuaba conduciendo por el camino, el teléfono de Ali sonó. Ella pensó que podría ser un mensaje de Nick –Ellos se habían estado enviando mensajes durante toda la mañana, y ella estaba segura de que él estaba muy cerca de invitarla a salir. Pero el mensaje era de Emily– Siento lo de anoche. ¿Dónde estás? ¿Podemos hablar ahora? Ali miró el edificio en la distancia. El hospital era una gran mansión blanca con columnas impresionantes, más parecida a la casa de alguien que una institución mental. Una enfermera y un

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paciente estaban cojeando por el camino. Otro paciente

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estaba sentado en un banco, mirando fijamente. Una ambulancia estaba aparcada en el camino lateral, a la espera de un desastre. No se puede en este momento –Escribió ella y luego apagó su teléfono. Ella había empezado a entender por qué sus padres mantuvieron a la segunda gemela como un secreto todos estos años: Definitivamente había un estigma de tener una hija o una hermana en un manicomio. La gente podría asumir que los DiLaurentis eran malos padres por haberla puesto allí. O tal vez podrían asumir que el resto de la familia también estaba loca. Su corazón latía muy rápido cuando se detuvieron en la puerta del guardia y le dieron sus nombres a un hombre con ropa de color caqui con un Walkie–Talkie. Ellos rodearon el camino de entrada y se pasaron las esculturas de arbustos obsesivamente cuidados y los pacientes de ojos vidriosos en el césped. Por un momento, Ali creyó reconocer a uno de ellos de Radley, una chica que solía gritar en su cama durante horas y horas, pero ella no podía estar segura. Se estacionaron en el lote de los visitantes, y se bajaron. Ali iba muy despacio detrás de su hermano y sus padres, mirando fijamente los nombres en las placas de los pacientes que ya habían muerto y que habían colocado a los lados de los árboles y bancos: NELLY PETERSON. THOMAS RYDER. GRACE HARTLEY. Esa era otra cosa que la gente decía sobre La Reserva: La tasa de suicidios era preocupantemente alta. Estas personas debieron de haber pensado que la muerte era una mejor opción que estar atrapados aquí. El vestíbulo tenía suelos de mármol, una gran fuente en el centro, y sofás blancos modernos. Después de dar sus nombres a una recepcionista que usaba una bata de laboratorio, se les dejo

exterior.

Ellos

entraron

a

la

sala

de

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más desgastada y antigua que el vestíbulo o el

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entrar en la sala de pacientes, que estaba notablemente

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esparcimiento, que era grande y luminosa, con varios ventanales, sofás raídos puestos contra las paredes, y una vieja TV que parpadeaba mientras reproducía una película que Ali no reconoció. La habitación olía a limpiador antiséptico y macarrones con queso. Una enfermera que estaba escuchando algo con sus auriculares se sentó detrás de una ventana en la esquina. Una mujer –de la que Ali estaba casi segura era una psiquiatra– estaba hablando con una chica abatida de cabello rubio platino junto a una estantería llena de juegos de mesa. Luego, la puerta se abrió y una chica familiar entró en la habitación. Ali contuvo el aliento. El cabello rubio de su hermana estaba seco y rizado a la perfección. Su piel lucía impecable –a pesar de la asquerosa comida del hospital, no había duda de que sí comía– y sus tetas todavía eran un poco más grandes y su cintura un poco más pequeña que los de Ali. Pendientes de oro colgaban en sus orejas, y llevaba brillo labial rosa. "Hola a todos" –Dijo su hermana gemela sonando agradablemente, mientras les daba a sus padres un beso en las mejillas y apretaba el brazo de Jason. Sólo cuando se volvió hacia Ali su expresión cambió un poco. Furia ardía detrás de sus ojos. Todos se sentaron en uno de los sofás de tela escocesa cerca de la TV. La Sra. DiLaurentis se paseó para conseguir Cocas-Colas de la máquina expendedora para todos. Les mostró a sus hijas las botellas de Coca-Cola Light, luciendo orgullosa de sí misma– “Me imaginé que ustedes chicas no quieren azúcar de verdad” Ali arrugó su nariz– "Yo, tampoco bebo Coca-Cola Light.

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Nadie en la escuela lo hace"

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La Sra. DiLaurentis lucia avergonzada– "Pero yo te compré una caja entera del mes pasado" “Pero eso fue antes de leer que el azúcar falso te engorda de la misma manera” –Ali empujó lejos la botella– "Hice que todos en la escuela tomen VitaminWater en su lugar" "Courtney" resopló– "Es divertido ser una creadora de tendencias, ¿Cierto, Ali?" Ali dio un respingo– No hace mucho tiempo atrás, no eras la chica que marcaba las tendencias –su hermana estaba diciendo en realidad– No eres nada– "Por supuesto" –dijo ella con confianza– "Además, creo que es mucho más saludable" De repente, la chica deprimida que había estado hablando con la terapeuta en la esquina saltó hacía el sofá y engulló a la hermana de Ali en un enorme abrazo– "C" –gritó ella. "Hey, I" –Dijo "Courtney", pasando su brazo alrededor del hombro de la chica– "Todos, ella es Iris, mi compañera de cuarto. E Iris, este es Jason, mamá y papá, y mi hermana" –Ella miró directamente hacia Ali– "Alison". Iris giró sus ojos azul-hielo hacia Ali– "Así que tú eres la famosa Alison. He oído hablar mucho de ti" Ali le dio una sonrisa a Iris tan perra como la de ella– "No creas todo lo que oyes. Yo no soy tan maravillosa como dice Courtney". "Oh, y Courtney dice que eres maravillosa" –Iris no parpadeó– "Pero ella también es bastante impresionante. Nos divertimos un montón aquí. El martes es nuestro día de spa, ¿cierto,

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C? ¡Y el jueves es de yoga!"

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"¡Qué bueno!" –La Sra. DiLaurentis aplaudió. Ali la miró entrecerrando sus ojos– "¿Ustedes tienen un spa aquí? ¿Y yoga?" –Radley no tenía ninguna de esas cosas. "Uh-huh" –La sonrisa de Iris mostraba todos sus dientes– "Estás celosa, ¿verdad? Apuesto a que también quieres estar aquí" Ali se estremeció, un escalofrío le recorrió la espalda. Su hermana le había dicho todo a esta chica. E Iris le había creído claramente. Iris se puso de pie– "Bueno, voy a dejar que ustedes se pongan al día" – Ella se despidió de mano con la familia y salió, sus jeans colgaban bajo sus caderas delgadas. La Sra. DiLaurentis puso su Coca-Cola en la mesa de café– "Ella parece ser muy... agradable" "Ella es un esqueleto" –Jason murmuró. "Ella es genial" –Dijo "Courtney" jugueteando con sus pendientes– "Ella está aquí por un trastorno alimenticio. Pero supongo que lo está haciendo mucho mejor –ella se irá el miércoles. Quién sabe con quién me van hacer compartir el cuarto. También me gustó mi compañera cuarto anterior, –su nombre era Tabitha. Pero siento que no puedo tener suerte tres veces". "Entonces, ¿cómo son tus clases?" –Preguntó el Sr. DiLaurentis. Todos en La Reserva tenían un profesor particular que les seguía el ritmo de su nivel académico. "Van

muy

bien"

–Dijo

"Courtney",

con

entusiasmo–

"Definitivamente tendré una A en Inglés. También en

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Geometría. No estoy tan segura en historia y ciencia" –

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Su rostro se iluminó– "Pero he tenido mucha ayuda. Un amigo mío, Tripp, me instruyó. Él es increíble" La Sra. DiLaurentis intercambió una mirada de sorpresa con su marido, que parecía estar igual de anonadado– "¡Eso es tan bonito!" –Gorjeó– "¿Está Tripp aquí?" "Courtney" sacudió la cabeza– "Él estaba. Pero fue transferido a otra parte" –Ella pasó su dedo por una de las ranuras de su mesa– "Es un fastidio, pero nos hemos estado enviando muchos E-mails" Se voz se apagó y miró hacia su regazo. Los DiLaurentis intercambiaron una mirada cargada que Ali no podía descifrar– "Pareces mucho más feliz" – dijo la Sra. DiLaurentis. "Me he sentido bastante bien" –dijo Courtney– "Supongo que son los nuevos medicamentos que me han prescrito" "Y tus enfermeras dijeron que has sido muy cooperativa" –Agregó el Sr. DiLaurentis. "Han sido buenas conmigo" –Dijo “Courtney"– "Todos trabajan muy duro aquí" Ali giró la cabeza y puso sus ojos en blanco. ¿Por qué ellos estaban actuando dulces como un pastel? ¿Y por qué fue su gemela estaba actuando de manera tan normal? Por lo general, cuando ellos venían aquí "Courtney" era combativa, estaba enojada, y apenas hablaba con algunos de ellos. "De hecho, he estado haciéndolo tan bien que me han dado permiso para salir del campus de vez en cuando" –Agregó

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Ali se estremeció– "¿Sola?"

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"Courtney".

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"No" –Su hermana le sonrió dulcemente– "Con un chaperón" "Dios" –La Sra. DiLaurentis sonrió– "Debes de estar mejorando". Ali sacó un hilo suelto del sofá tapizado en el que estaban sentados tan vigorosamente que toda una hilera de puntos se salió con sus manos. ¿Qué lunáticos permitirían que su hermana saliera del campus? ¿No se daban cuenta de lo que ella era capaz de hacer? Después de un rato, una enfermera tocó a la Sra. DiLaurentis en el hombro para decirle que la sesión de grupo de Courtney comenzaría pronto. Todos la abrazaron, Ali apretó sus dientes mientras envolvía sus brazos alrededor de los hombros de su hermana. Entonces su gemela desapareció del cuarto de esparcimiento, dando un salto extraño en sus pasos. Ali se excusó para ir al baño, ella se sentía mareada y necesitaba unos segundos para sí misma. Ella empujó la puerta del cuarto de baño para los visitantes en el pasillo, arrugando la nariz ante el olor acre de la lejía y el anillo de óxido en uno de los lavabos. Entonces la puerta se abrió de nuevo, y dos chicas entraron. Una de ellas era Iris. Y la otra era su gemela. "¿H-hola?" –Ali tartamudeó– "¿No tienes una terapia de grupo?" "Oh, no te preocupes por eso, hermanita" –Dijo "Courtney" burlándose, mientras miraba a Iris. Su compañera de cuarto se dirigió hacia la puerta y se quedó de pie frente a esta haciendo guardia, con sus brazos flacos cruzados sobre su pecho. El corazón de Ali comenzó a latir con fuerza. Ella miró hacia la puerta que Iris estaba custodiando– "Mamá va a buscarme pronto"

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"Courtney" sonriendo mientras se acercaba.

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"Oh, esto no tomará mucho tiempo" –Dijo

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Ali se estremeció. Todo tipo de escenarios horribles pasaron por su mente. Ella vio a su hermana tirándose sobre ella en la cama cuando tenían siete años de edad, obligándola a hacer lo que sea que ella le pidiera– Si no lo haces, te vas a arrepentir. Se imaginó a su hermana empujándola en un armario y atando sus muñecas con una cuerda elástica. Ella recordó que ella le rompió las cabezas a sus preciosas muñecas, lo único que su abuela le había regalado. Y entonces se vio a sí misma, tacleando a su hermana contra el suelo, con los ojos de su hermana llenos de alegría a la vez que ella gritaba pidiendo ayuda. Su gemela la había manejado una y otra y otra vez. "Sólo quiero decirte algo, ¿de acuerdo?" –La hermana de Ali se paró tan cerca de Ali que Ali podía ver los poros de sus mejillas, y el barrido brillante de la sombra de sus ojos en los párpados– "Sé lo que has estado haciendo. Y muy pronto, vas a caer". Se sentía como si acabara de recorrer un escalofrió en el pecho de Ali– "Por favor no me encierran de nuevo" –Dijo ella bruscamente, alejándose de la cara de su hermana. Entonces ella abrió la boca, dándose cuenta de lo que acababa de admitir. Después del cambio, ella juró que nunca, pero nunca revelaría lo que había ocurrido a nadie, ni siquiera a la chica cuya identidad había robado. "Courtney" sonrió maliciosamente notando también lo que ella había dicho. Ella se agachó y agarró el dedo de Ali, tocando el anillo de plata con una A rizada en el centro– "Tu tiempo se está acabando, Ali," –Ella se burló, dejando caer el dedo de Ali una vez más y pasando junto a ella hacia la

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salida– "Comienza a despedirte"

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CAPITULO 9 TODO SE CAE Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

"Te ves bien, Alison!" –Le dijo Mark Hadley, un estudiante de octavo grado, a Ali cuando ella pasó corriendo por pista esa misma tarde. "¿Puedo correr contigo?" –Le gritó luego Brian Díaz. Ali les dirigió una brillante sonrisa por encima de su hombro, pero ella no se detuvo. Las líneas rojas de la pista se veían borrosas debajo de ella. Ella bombeaba sus brazos y movía sus piernas con fuerza, pasó muy rápido junto a las gradas, tratando de aclarar sus pensamientos. Esta era su quinta vuelta, y ella había decidido correr el mismo tiempo, que se tardaría en borrar el recuerdo –de lo que acababa de suceder en el hospital– de su mente. Sólo había un problema: La imagen de la cara burlona de su hermana seguía estancada en su mente. Ella había pensado en decirle a sus padres lo que su hermana le había dicho en el baño, pero había decidido no hacerlo. La Sra. DiLaurentis iría con la Verdadero Ali para preguntarle la verdad. A pesar de que la Verdadera Ali había afirmado: soy Alison, soy Alison una y otra vez, ¿qué pasaría si

encierres de nuevo. ¿Acaso ella había sellado su

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había dicho descaradamente: Por favor, no me

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La Reserva tenía cintas de vigilancias guardadas? Ali

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perdición? ¿Y si su hermana le estaba observando cuando ella salía fuera de campus? ¿Realmente tenía un chaperón? ¿y de todos modos, que tan estricta era La Reserva? Ella sólo había estado en otra ocasión a solas con su hermana desde que ella se había convertido en Ali. Había sido a principios del sexto grado, no mucho tiempo después de haber ocurrido el cambio –su hermana había vuelto a casa para un fin de semana. Al parecer, la chica que todos pensaban que era Courtney estaba pasando por un momento difícil por la transición a La Reserva; los médicos pensaron que algún tiempo fuera podría hacerle bien a ella. Ali se había estresado un montón por esa visita. Todos ellos estarían presos en la casa mientras su hermana estuviera de visita –Sus padres todavía la estaban guardando en secreto– y ella no sabía cómo explicarle a sus amigas el por qué ella se estaba quedando lejos de ellas todo el fin de semana. Ella no podía decir que se iría de la ciudad –Porque Spencer vería su auto en la entrada y las luces de su casa apagándose y prendiéndose. Al final, ella les dijo que estaba enferma y que era muy contagiosa. Pero el estrés no terminó ahí. Tan pronto como su hermana entró en la casa, Ali la miraba como un halcón. Ella incluso había dormido en el estudio para asegurarse de que su hermana no saliera de noche y había cerrado la puerta de su habitación con llave solo para asegurarse de que su hermana no pudiera entrar y mirar sus cosas. El primer día, el plan funcionó bastante bien: Ali logró mantener a su hermana en el interior y contenida. Pero el segundo día, cuando Ali le había dado la espalda, su hermana desapareció. Para su horror, la encontró de pie en el patio

Cavanaugh. Y fue entonces cuando Ali lo

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portazo, con los ojos muy abiertos. Era Jenna

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delantero. Una segunda chica levantó la vista al oír el

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recordó: Jenna había conocido a las dos gemelas hace años, durante otra visita a casa –Ellas jugaron Barbies en el patio trasero toda la tarde. Ella era la única chica en Rosewood que sabía que había dos de ellas. Una sonrisa desagradable se había extendido por el rostro de su hermana– "Estaba hablando con Jenna, Courtney" –dijo ella– "Le estaba contando todo acerca de quién eres en realidad" Los ojos de Jenna habían mirado de una gemela a otra. Puntos negros habían aparecido ante los ojos de Ali. Ella había agarrado la mano de su hermana y la había arrastrado hacia el interior de la casa. Sus padres estaban en la cocina. Ali les dijo que su hermana estaba hablando con los vecinos– "Yo sólo le estaba diciendo la verdad" –Gritó "Courtney"– "¡Le dije que yo era la Verdadera Alison y que estaba detenida como una prisionera!" Una vena palpito en la frente de la Sra. DiLaurentis, y había enviado a “Courtney” de nuevo a la Reserva antes de lo planeado. Era obvio que sus padres no le creyeron, pero si tuvieran pruebas –como Ali diciendo: Por favor no me encierres de nuevo– sus padres podrían cambiar de opinión. Ali no podía volver allí –ella no podía. Ella trató de imaginar esas frías y desnudas, camas antisépticas; esa sala común sin alegría; las enfermeras en sus batas repartiendo pastillas. Un año cuando estaba en Radley, su familia no la había ido a visitar en Navidad, en lugar de eso hicieron un viaje a Colorado. La celebración en el hospital había involucrado un patético árbol de plástico, villancicos que nadie cantaba junto a un piano desafinado, y pavo con una asquerosa salsa grumosa. Ali estaba segura de que todas las chicas en el piso se había ido a dormir llorando sobre su

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almohada.

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En ese momento Ali pasó corriendo junto a la parte posterior de la pista, que bordeaba los campos de fútbol. En la estrecha franja de césped que separaba los dos campos había pequeños bloques de hormigón a ras del suelo. Cada uno estaba marcado con un año y las palabras Cápsula del Tiempo. Ese era el juego que Rosewood Day jugaba cada año. Ali pensó en la pieza de la bandera de la Cápsula del Tiempo que le había robado a su hermana gemela. Después de que Jason descubriera lo que ella hizo, él se había escapado con la pieza y nunca lo devolvió –Ali no tenía idea de qué había pasado con el trozo de la bandera. Pero eso a penas le importaba –ella había utilizado la pieza perdida para ganarse la simpatía de sus amigas. Ella se limpió el sudor de su frente. Si no hubiera sido por ese pedazo de la bandera, ¿extraía aquí en este momento?, –se preguntó. Tal vez su destino era una coincidencia, tan precaria como esa. Tal vez su destino podría cambiar en un segundo, una vez más. Lágrimas inesperadas brotaron de sus ojos. Se sentía como si todas las bolas de su delicado acto de malabarismo que venía desempeñando se hubieran estrellado contra el suelo. No sólo por lo que estaba pasando con su hermana, sino que también por todo lo que estaba pasando con sus amigas. ¿Por qué estaban guardando tantos secretos de ella? ¿Acaso era por ella ya no les agradaba más? ¿Es que no querían ser parte de su camarilla? ¿Acaso se habían olvidado de lo mucho que ella había hecho por ellas? ¿Y qué habría querido decir su hermana con: Sé lo que has estado haciendo? ¿Y si ella de verdad podía ver a sus amigas desafiando a ella, ver lo mucho que lo había fastidiado? Ali pasó cerca de las gradas, una vez más, sin darse cuenta repente, sintió como si el suelo se saliera de

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debajo de ella. En un segundo, ella estaba tirada

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de que ya había completado una vuelta más y luego, de

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en la pista, con su mejilla golpeando duramente el pavimento. "¿Estás bien?" –Dijo Mark Hadley, de pie encima de ella. "Estoy bien" –Ali trató de reírse de ello mientras se levantaba. Una lágrima rodó por su mejilla, pero ella rápidamente la secó y siguió el resto del camino. Alison DiLaurentis no lloraba. Alison DiLaurentis no se enloquecía por su perdedora hermana, ni tampoco se estresaba, preocupaba o temía por su popularidad. Era por esa razón que ella era la chica más popular de la escuela –porque sabía que se lo merecía. Su hermana sólo estaba socavando como siempre lo hacía. Y en cuanto a sus amigas, tal vez sólo necesitaba recordarles lo especial e increíble que ella era, y las don nadies que serían sin ella. Ella las mataría con su amabilidad, las deslumbraría con la magia chispeante que las atrajo hacia ella en primer lugar. La verdad, sería fácil. Después de todo, ella ya sabía lo que todas querían. Ella podía chasquear sus dedos, y todo estaría hecho, así como así.

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¿Cierto?

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CAPITULO 10 AMANTES PREDESTINADOS A LA TRAJEDIA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

"¡Pero suave! ¿Qué es esa luz que sale a través de esa ventana?", –Dijo Aria dramáticamente, agarrándose el pecho. "Es el este, y Julieta es el sol", –Spencer continuó, y luego se desplomó en el banco fuera de la Compañía de luz y Teatro del Pueblo, a pocos kilómetros de Rosewood, donde algunos de la clase habían venido a una excursión para ver la famosa obra–. "Eso es tan romántico." "Sí, pero no hay que olvidar que ellos mueren al final", –Ali bromeó, dándole una patada a una chuleta en la hierba–.

"Ni

siquiera

llegan

a

disfrutar

de

estar

enamorados. ¡Patético!" "Sí, pero la muerte es el gesto más romántico de todos, ¿no te parece?", –Le preguntó Aria, con los ojos brillantes–. "Quiero decir, si estás dispuesta a morir por alguien, eso significa que realmente la amas" "Gracias, pero prefiero vivir y disfrutar del estar enamorada", –dijo Ali.

texto sin parar durante dos semanas. Ellos no

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Nick se habían estado enviando mensajes de

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Y ella se sentía enamorada en estos días. Ella y

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habían salido todavía, pero su primera cita era al día siguiente, y ella no podía esperar. También había pasado dos semanas desde que su hermana había hecho esa amenaza, y nada había ocurrido. Todavía. Sin embargo, Ali si tenía sueños tumultuosos de su hermana probando de alguna manera lo que ella había hecho, pero todavía no había habido ninguna intervención de sus padres o ninguna revelación aterradora. Su hermana todavía no se había presentado en su puerta o en la habitación de Ali durante las noches, ni obligando a que Ali saliera de su cama y volvieran a intercambiar lugares. Los padres de familia DiLaurentis la habían llamado dos domingos, y Ali había escuchado a hurtadillas la conversación. "Courtney" hablaba de su novio, Tripp. Sus clases. Cómo Iris, su compañera de cuarto, se había ido, pero que todavía no le habían asignado a alguien nuevo. Nada acerca de Ali. Nada remotamente loco en lo absoluto. Lo que hacía que Ali estuviera aún más nerviosa. Sin embargo, estas dos semanas no habían cambiado la situación con sus amigas. Emily seguía guardando secretos. Hanna seguía socializando con Josie. Spencer todavía parecía desconfiar de Ali, y Aria se había cerrado por completo. Cada observación desafiante de las amigas de Ali se sentía como una prueba que ella tenía que pasar, –sobre todo si su hermana estaba observando, juzgando, e inteligentemente recopilando información para demostrar que ella no era quien decía ser. Ella no iba a regresar a la Reserva. Ella no estaba despidiéndose de nadie. Ella moriría primero. Aria tomó su bolso– “Tengo que ir al baño” "Yo también" –dijo Emily, mirando con disculpas a Ali antes de pararse, como si ella tuviera que pedirle permiso. Ali se limitó

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a rodar sus ojos y no les hizo caso.

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Junto a ella, estaba Spencer mirando fijamente hacia el campo. Cerca de una mesa de picnic llena de los acompañantes de los maestros estaba un grupo de chicos mayores, incluyendo a Jason, Darren Wilden, Melissa Hastings, y Violet Keyes –quien había estado detrás de Jason desde hace años– Ian Thomas también estaba allí. Los ojos de Spencer se iluminaron cuando lo vieron. Ella se levantó de un salto– “Tengo una pregunta para la Sra. Delancey” –dijo ella, señalando con la cabeza a una de las profesoras de inglés. Ali y Hanna, las únicas dos que quedaban, observaron como la coleta de Spencer rebotaba contra su espalda mientras ella corría hacia la mesa de picnic. Ella le hizo una pregunta a la Sra. Delancey, pero ella aún mantenía su mirada –furtivamente– sobre Ian por el rabillo del ojo. Ali hizo un ruido de disgusto con la parte posterior de su garganta, y Hanna levantó la vista de su sándwich– "¿Qué pasa?" "Ella es sólo allí para estar más cerca de los chicos mayores" "También, podemos ir" –Hanna le sugirió. "No" –Ali cruzó sus brazos sobre su pecho– "Estoy enojada con Spencer" "¿Lo estás?" –Hanna parecía preocupado– "¿Por qué?" Ali golpeó sus uñas contra el banco. Por la misma razón que estoy enojado contigo, ella le quería decir. Pero en vez de eso, ella suspiró– "Aburrida y larga historia" Hanna se quedó en silencio. Ali miró hacia los autobuses granjas

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pastorales del Condado de Chester. Pero su

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escolares amarillos estacionados en el lote, los cuales desentonaban

con

los

campos

y

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fealdad le sentaba muy bien, debido a su estado de ánimo, ya que la desobediencia de sus amigas había despertado en ella todos sus sentimientos sin resolver, una vez más. ¿Y si ella estaba empezando a hacer mal su trabajo? ¿Y si su hermana encontraba una manera de volver y tomar su vida de nuevo? Si Ali se iba a la Reserva, ella nunca volvería a tener la oportunidad de ver otra vez estos campos. Y ella ni siquiera los había apreciado. A veces, en sus momentos más oscuros, ella se imaginaba que sus padres se daban cuenta de lo que había hecho y la dejaban al lado de la carretera en algún lugar hasta que ella se pudriera. Ellos la odiarían a ella por siempre. Tal vez incluso la meterían en la cárcel. Ella sintió una lágrima en su mejilla. Cuando levantó la vista, Hanna estaba mirándola– "¿Ali?" –Dijo– "¿Qué ocurre? ¿Estás bien?" La garganta de Ali se balanceó mientras tragaba saliva. Por un segundo fugaz, consideró decirle todo a Hanna, con su cabello–marrón caca, frenillos y seria expresión de anhelo. Pero en lugar de eso sólo se encogió de hombros– "Olvídalo". Una risa sonó desde el otro lado de los jardines del picnic, y Ali levantó la vista. Un grupo de chicos de último año estaban de pie sobre la hierba, actuando una de las escenas de duelo de la obra. Ian esgrimía una espada imaginaria. Eric Kahn, el hermano de noveno grado de Noel, se echó a reír ruidosamente. Spencer se había ido. De repente, desesperada por estar lejos de Hanna, quien había presenciado una breve grieta en su armadura, Ali agarró su cámara Polaroid, se levantó de la mesa y caminó hacia Ian y los demás

"Hey, I" –dijo Ali, dándole una socarrona

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sonrisa coqueta.

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antes de que Hanna pudiera preguntarle a dónde iba.

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Ian hizo una pausa de su fingido–duelo y le devolvió la sonrisa– "Hey" – Él apartó un mechón de su cabello rubio de su frente– "Yo no sabía que ibas a venir a esto" "He estado aquí todo el tiempo" –dijo ella, inclinando sus caderas. Ian sonrió y se acercó un poco más a ella– "¿Ah, sí?" "Sí" –Ali levantó la cámara, el nudo en su intestino lentamente desplegándose– "¿Puedo tomar una foto de nosotros dos?" "Claro" –dijo Ian, y envolvió su brazo alrededor de los hombros de Ali. Ali sostuvo la cámara con el brazo extendido y sacó una foto. La máquina zumbó y se quejó, luego escupió una foto en blanco por la parte inferior. Poco a poco la imagen apareció. La cara de Ali se veía prefecta como la de una modelo. Y la forma en que Ian inclinó la cabeza hacia ella le hacía parecer su novio. Ian, también, examinó la foto– "Te ves hermosa" –dijo. Un estremecimiento recorrió a Ali– "Tú, también" –le respondió ella. Cuando ella levantó la barbilla, se sorprendió al ver la cara de Ian tan cerca de ella, casi como si quisiera darle un beso. Pero ella no quería a Ian –ese era el asunto raro de Spencer. Eso le hizo pensar en un plan para reconquistar a sus amigas de nuevo. Y eso le dio una idea. Ella se apartó y le dio a Ian una mirada larga– "Conozco a alguien que tú le gustas" Las cejas de Ian se dispararon– "¿Quién?"

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"Spencer".

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Ian parpadeó, tal vez pensando que Ali iba a decir que era ella– "¿Spencer Hastings?" –Él se rió– "Esta bien" "¿La besarías?" Él la miró como si estuviera loca– "Eso parece un poco peligroso" Ali quería resoplar. Era increíble cómo Ian no se negó lisa y llanamente, porque él tenía una novia. Ella bajó un poco su barbilla y puso los ojos de cachorrito– "¿Por favor? A ella le encantaría, Ian. Ella siente algo profundo por ti". Una sonrisa complacida apareció en el rostro de Ian. Él fingió pensar– "¿Qué tal esto? Si le doy un beso a Spencer, luego tendré un beso tuyo". "Está bien" –dijo Ali, encogiéndose de hombros. Un beso de Ian Thomas no era la peor cosa del mundo. Sin duda, sería algo que presumirle a Cassie y las otras– "Pero tienes que besar realmente a Spencer, ¿de acuerdo? Y no sólo un pequeño beso en la mejilla. Bésala como si la quisieras". "Es un trato" –dijo Ian, tendiéndole la mano. Cuando Ali la estrechó, él dejó que sus dedos tocaran el interior de su palma, y su interior se estremeció un poco. Ian podría ser asqueroso, pero él era precioso. Ella empezó a caminar de regreso donde estaban sus amigas sentadas, sintiéndose un millón de veces más optimista que antes. Una vez que Spencer supiera que Ali hizo que Ian la besara con un chasquido de sus dedos, ella estaría tan agradecida e impresionada que ella nunca desobedecería a Ali de nuevo. Pero cuando pasó cerca de un viejo roble, oyó una risa aguda extraña –Ella se detuvo y miró a su alrededor, escuchando. de

picnic,

mirándola

duramente

con

los

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entrecerrados.

ojos

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Había alguien sentado en la parte superior de una de las mesas

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Melissa. Y por la mirada en su cara, parecía que hubiera oído cada

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palabra que Ali e Ian habían dicho.

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CAPITULO 11 BANG, BANG, ESTAS ENAMORADA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Al día siguiente, Ali estaba de pie frente al espejo de cuerpo entero en el cuarto de baño de Paint Ball y Laser Tag de Henry, un gran lugar in–door/out–door para chicos a las afueras de Rosewood. Nick había querido que aquí fuera su primera cita, y aunque Ali normalmente se resistió a la idea del paintball, ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para enganchar y mantener al chico que había despreciado a su gemela, –incluso usar el feo traje azul de paintball. Ella alisó con sus manos la tela holgada, luego ató un cinturón de J. Crew–neón rosa alrededor de su cintura. Eso hizo que ella se viera un poco mejor. "¿Ali?", –Gritó una voz cuando ella salió del cuarto de baño. El corazón de Ali dio un vuelco. Nick se apoyó en el stand de registro, él se veía hermoso a pesar del hecho de que él también estaba usando un traje. Sus penetrantes ojos azules la miraban a ella y sólo a ella. Unos hoyuelos aparecieron en las esquinas de su sonrisa. Ella avanzó hacia él tan tranquilamente como pudo, resistiendo el impulso de chillar.

Nick hizo un gesto hacia la zona de

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paintball, una pista de obstáculos de arbustos y

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"Hey", –dijo ella, sonriendo.

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baluartes, que proporcionaban lugares para esconderse–. "¿Estás lista?". "Absolutamente", –respondió Ali. Pero cuando Nick le pasó una pistola, ella se resistió. Era enorme. Nick se rió–. "No es necesario que actúes como una chica a mi alrededor. Recuerdo que pateaste muchos traseros el día de paintball en el campamento". Ali agarró el arma y la puso contra su pecho enderezándose. Ella nunca antes había jugado paintball en su vida, pero Nick no tenía por qué saberlo. Ella miró a los otros chicos que jugaban en el campo, disparándose desde detrás de los arbustos solo para marcar a sus enemigos. Ella había hablado con suficientes chicos para saber que había dos equipos; el objetivo era capturar las banderas amarillas que colgaban de la cerca la cual pasaba a través de la amplia extensión de césped ¿Qué tan difícil podía ser?–. "Vamos a ganar", –dijo ella. Mientras corrían a través del campo, Nick se inclinó hacia ella–. "Así que ¿qué hay de nuevo en el mundo de Alison DiLaurentis?" "No mucho", –dijo Ali mientras ambos se agachaban detrás de un arbusto. Ella no iba a decirle la verdad, –ni una cosa sobre su visita al hospital mental, por ejemplo–. "¿Qué hay de ti?". Nick miró por encima del arbusto. Un chico pasó muy rápido, pero él estaba vestido con un traje azul como ellos. Globos de pintura fueron directos hacia él desde todas las direcciones explotando, él chico chilló y se cubrió la cabeza– "Yo acabo de recibir un trabajo en un nuevo

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restaurante francés en el King James"

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"¿Rive Gauche?" –Preguntó Ali emocionada– "¡Me encanta ese lugar! Ahora voy a tener que ir más a menudo" "Eso espero" –Los ojos de Nick brillaron. Luego la empujó juguetonamente–

"Por

supuesto

que

sabías

sobre

Rive

Gauche.

Probablemente eres del tipo de chica que les gusta ir de compras, ¿cierto?" "Me gusta ir de compras" –dijo Ali– "Pero yo no soy un tipo de chica" "¿No?" –Nick levantó una ceja– "En el campamento lo eras. Tenías a esas chicas de tu litera en la palma de tu mano" "Tal vez he cambiado" –dijo Ali bromeando– "Tú mismo lo dijiste, yo realmente he crecido" Nick no parecía estar muy convencido– "¿Así que ya no eres del tipo de chica Miss Popular, que tiene todo lo que ella quiere, ama las manicuras y pedicuras, tiene un gran grupo de amigas, y es buena en todo lo que hace?" Ali miró por encima del arbusto, pero no había nadie a la vista. Eso era, sin duda, la imagen que ella quería proyectar, la Alison perfecta que necesitaba ser. Pero, de repente, ella quería que Nick supiera que ella era más que eso. Más profunda– "Para tu información, a mí no me gustan la manicuras ni las pedicuras" –admitió. Nick abrió los ojos– "Sorprendente" –dijo él con horrar fingido– "Tengo que avisarle a la prensa" Ali se acercó más– "Y como que me gusta ver el fútbol" – Susurró– "Y comer alas de pollo en lugar de ensaladas"

Ella sonrió– "También, me encantan los

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animales"

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"¡No!"

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"¿Ah, sí?" –Él le sonrió– "¿Tienes alguna mascota?" Ali negó con su cabeza– "Ahora mismo no. Pero yo tuve un hámster". Nick la miró sorprendido– "No pareces del tipo de jerbo" Ali le dio un golpecito– "Hay estás haciendo suposiciones de nuevo" – Ella subió su pistola de paintball más arriba cerca de su hombro– "El nombre de mi jerbo era Marshmallow. Ella era la mejor –Yo le decoraba su pelaje, pintaba sus uñas, y le ponía moños en su cabeza". "Así que estás de acuerdo en darle a un jerbo una manicura y una pedicura, aunque a ti no te gusten" –Nick chasqueó su lengua– "Eso es crueldad animal" "A ella no parecía importarle" –Ali admitió, de repente sintiéndose nostálgica– "Durante un tiempo, Marshmallow fue mi única amiga" Nick resopló– “Sí, claro” Ali cerró su boca de golpe, dándose cuenta de que ella había dicho demasiado. Marshmallow si había sido su única amiga, pero solo porque ella había sido su mascota en Radley. Había sido un gran privilegio que se le permitiera

tenerla

como

mascota,

y

ella

había

disfrutado

de

la

responsabilidad, dándole un montón de abrazos, asegurándose de que ella hiciera suficiente ejercicio en su rueda, poniendo su jaula al lado de su cama – solo porque el poder escuchar el tap–tap–tap de sus garras en el medio de la noche la consolaba. "Bueno" –dijo Nick, acercándose a Ali– "Espero poder llegar a

"Eso me gustaría" –dijo Ali con timidez– "¿Y qué

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hay de ti? ¿Algún secreto que debería conocer?"

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conocer a esta chica que definitivamente no es Miss Perfecta".

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Nick acarició el gatillo de la pistola– "En realidad no. Lo que ves es lo que soy" –dijo él, mirándola a los ojos. Un hormigueo atravesó el cuerpo de Ali. Entonces, de repente, algo rojo pasó entre sus ojos. Una chica con un traje rojo zigzagueó a través del campo. Ali se levantó de un salto y apuntó hacia ella, disparando la pistola de paintball como si ella realmente hubiera sido una maestra del paintball en el campamento. La chica gritó y corrió a esconderse. Ali agarró la mano de Nick– "¡Vamos!" –Ella tiró de él hacia el campo en dirección de las banderas. Pintura voló hacia ellos desde todas las direcciones, Ali se agachó y soltó una risita, logrando evitar cada asalto. Las banderas amarillas se alzaban cerca de ella. Arrancó una de las vallas y dejó escapar un grito. Nick, que estaba detrás de ella, estaba tan emocionado que la recogió en sus brazos y la hizo girar. "¡Eres genial en paintball!" –Gritó, con una sonrisa amplia en su rostro– "Supongo que no has cambiado por completo" "Supongo que no" –Dijo Ali mientras él la colocaba suavemente en el suelo. Su pecho se movía rápidamente por su carrera a través del campo. Pero ella estaba allí de pie junto a Nick, sonriendo como loco, ella no notaba ningún dolor en absoluto– Yo soy la mejor Alison de todas –pensó.

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Nadie, ni siquiera la Verdadera Alison, jamás podría ocupar su lugar.

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CAPITULO 12 ALI EN EL CALLEJÓN Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Unos días más tarde, Ali estaba sentada con sus amigas en un banco delante de Pinkberry –que estaba en la calle principal de Rosewood a pocas cuadras de la escuela. Al otro lado de la calle, el letrero neón de Ferra´s Cheesesteaks parpadeaba. Mujeres con pantalones capri y grandes gafas de sol marca Chanel entraban y salían del salón Aveda. Las campanas de la puerta de la librería Wordsmith´s Books tintineaban alegremente. Aparte de los apestosos gases de los escapes de los coches que pasaban de vez en cuando, el mundo entero olía a flores de primavera y a caramelo caliente procedentes del bar de coberturas de Pinkberry. "Y luego, cuando miré por mi ventana, uno de los trabajadores me estaba mirando" –Ali les estaba contando a sus amigos acerca de los trabajadores que habían venido a cavar el agujero para el gazebo9 esta mañana– "¡Y entonces él me silbó! Quiero decir, era tan asqueroso como Toby Cavanaugh solía ser. Tal vez incluso más asqueroso. Me sentí asqueada. ¿Y si ellos tomaron fotos mías?"

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cerrado tus cortinas si no querías que te vieran"

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Spencer dejó caer la cuchara en su taza– "Debiste de haber

Gazebo: Mirador

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"¿Qué importa?" –Emily intervino– "¡Los trabajadores no pueden hacer eso! Debes de decírselo a tus padres, Ali". Ali hizo un movimiento vacilante con la mano– "Está bien. Puedo manejarlo sola" "En serio" –Emily estaba respirando con dificultad, lo que siempre hacía cuando ella se enojaba– "Eso es, como, ¡acoso! ¡Deberían contratar a alguien más! ¿Quieres que yo les diga algo por ti?" "Tranquila, asesina" –Ali bromeó, usando su apodo favorito para Emily. Bueno, ella había manipulado la verdad un poquito. Los trabajadores en realidad no habían mirado hacia ella esta mañana, ni siquiera cuando ella caminó hacia el coche de Jason. "Está bien, todas, cambio" –Le dijo Ali a sus amigas, dejando su cuchara de plástico –de nuevo– en su taza de Pinkberry y entregándosela a Hanna, que estaba a su izquierda. Hanna le entregó su helado de pistacho a Emily, Emily le dio su yogur congelado con sabor de mantequilla de maní a Spencer y Ali tomó helado de nuez lichi con chispa de chocolate de Aria. Ali dejó que los sabores se fundieran en su lengua, sintiendo que todo estaba bien en el mundo. Hasta el momento actual, ella había recibido tres mensajes de Ian que le prometían que el beso de Spencer vendría pronto, pero que también con ganas de saber cuándo sería su beso con ella. Ella esperaba que, con el tiempo, él simplemente lo olvidara –Especialmente ahora que las cosas iban tan bien con Nick. Ella todavía estaba emocionada por su increíble cita. Una parte de ella quería contarles a sus amigas sobre él, pero otra parte de ella quería mantener a Nick para sí misma

especial que no había sido capaz de encontrar las

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escrito sobre él en su diario, todavía; él era tan

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por un poco de tiempo más. Ella ni siquiera había

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palabras adecuadas para describirlo. De repente, ella se sintió tan feliz que quería transmitir esa sensación a todas. Ella apoyó su cabeza en el hombro –cubierto por una chaqueta– de Spencer– "Así que, chicas. Creo que todas deberíamos encontrar amores increíbles para el verano. Y luego hacer algún movimiento para que esos esos amores se conviertan en novios". Hanna la miró emocionada– "¡Yo estoy contigo! ¡Y reclamo a Sean!" "¡Genial!" –Ali sonrió– "¿Y tú, Spencer? ¿Tienes a alguien que te interese?" –Ella no sabía cuándo Ian iba a hacer su movimiento, pero cuanto antes lo hiciera, mejor. Spencer se puso rígida y le dio una mirada de Por Favor, no le digas a nadie– "Uh, no" –Ella clavó la cuchara en el helado y sacó un bocado vigorosamente. "Bueno, yo estoy enamorada de alguien" –Dijo Aria con orgullo cuando Spencer no respondió. "Lo sabemos, lo sabemos" –Le dijo Emily juguetonamente– "Es Noel. Nos lo has dicho solo unas cincuenta veces" "Sí, e incluso congeniamos la semana pasada" –dijo Aria emocionada. Ali se limpió tímidamente los labios con una servilleta– "¿Por qué no lo invito a salir por ti?" –Dijo ella, sintiéndose generosa. Los ojos de Aria se abrieron– "¿Qué le dirías?"

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Aria se echó a reír– "¿Y crees que él te lo creería?"

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"Le diría que eres la chica más increíble del mundo"

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"Por supuesto, Aria. Noel me escuchara. Sin importar lo que le diga, va. Yo le puedo convencer de que eres la única chica con la que debe salir" –Ella miró a las demás– "Díganle, chicas. Díganle que yo puedo convencerlo de que Aria es increíble". "Ella puede" –dijo Emily. Por supuesto que era la primera en estar de acuerdo. "Es cierto" –Hanna asintió. Incluso Spencer –a regañadientes– se encogió de hombros. Aria revolvía su helado que se derretía rápidamente con su cuchara– "¿Realmente harías eso por mí, Ali? ¿Cuál es el truco?" "No hay truco" –Ali revolvió los rizos de Aria acariciándola, que ella le había ayudado a hacer esta mañana antes de la escuela– "Sólo quiero que seas feliz" –Tan feliz como soy –pensó. "Eres increíble" –Aria le dio un abrazo enorme a Ali. Después de que las chicas terminaron su postre, Spencer anunció que se debía ir al Hospital Memorial de Rosewood, donde se ofreció como voluntaria. La mamá de Hanna estaba esperándola en el Starbucks en esa calle. Emily y Aria montaron sus bicicletas y también se dirigieron a sus casas. Ali tiró su taza de helado con yogur a la basura y luego se acercó hacia Wordsmith´s, viendo como el coche de Jason estaba estacionado en una donde era prohibido estacionarse. Por primera vez, en realidad, llegaba a tiempo. "¿Te importa si nos detenemos en Kinko´s en Hollis antes de ir

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“Tengo que hacer una fotocopia de mi expediente

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a casa?" –Jason preguntó cuándo Ali se metió en el coche–

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académico para la universidad” –Entonces él la miró en el asiento trasero– "¡Y ven y siéntate adelante! ¡Que yo no soy tu chofer!" Ali se quejó, luego subió al asiento delantero en el siguiente semáforo y abrochado el cinturón de seguridad– "¿Por qué tienes que hacer una copia de tu expediente académico para Yale?" –preguntó. "Debido a que tiene mis notas finales" –respondió Jason– "Yale exige que todos los estudiantes lo presenten para asegurarse de que todavía nos quieren admitir" Ali arrugó la nariz– "Pensé que ya te habían aceptado" "Se aseguran de que los niños no reprueban el último semestre de la preparatoria" –Dijo Jason, arrancando cuando el semáforo se puso verde. Ali cerró los ojos y pensó en su hermano yendo a la universidad. Solía ser una de las cosas de las que hablaba con ella cuando la visitaba en Radley – él decía que quería especializarse en ciencias políticas, y luego tal vez se convertiría en un abogado especializado en casos de emancipación infantil– Debo emanciparme de mamá y papá –Dijo ella tristemente– Entonces tal vez yo puedo salir de este lugar –Jason había dicho que estaba de acuerdo. Permanecieron en silencio mientras el coche pasó por delante el letrero con letras floritura que anunciaba la Universidad Hollis. El campus tenía un montón de viejos edificios de ladrillo, una torre de reloj del tipo Big-Ben, y una gran arena donde estaba la pista de hockey sobre hielo y el ring de esgrima –el único de deporte de primera división de Hollis. Pasaron junto a un bar llamado Snooker´s, el cual tenía una pizarra en frente

cruzaron por una calle que estaba plagada de bares universitarios y tiendas de parafernalia

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Jason giró a la izquierda en el próximo semáforo,

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que en listaba el horario de la semana de los Phillies. Cuando

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para drogas, le dio a Ali una mirada de soslayo– "¿Puedo hacerle una pregunta?" Ali se encogió de hombros– "Depende de cuál sea la pregunta". Jason tomó un gran trago de su botella de agua– "Sé que Courtney estuvo en el baño contigo antes de salir del hospital. ¿Te dijo algo?" La sonrisa desapareció de la cara de Ali. Ella no pensó que alguien hubiera visto a Courtney ir al cuarto de baño. Cuando ella salió de allí, la sala estaba vacía –Jason y los demás habían estado esperándola en el vestíbulo. ¿Era posible que él hubiera oído lo que su hermana gemela le había dicho? "Yo la vi salir después de ti" –dijo Jason, como si le leyera la mente– "¿Estuvo todo bien?" Ali jugueteo con la pulsera en su muñeca– "Estuvo bien. Hablamos sobre cosas estúpidas". "¿Estás segura?" Ali parpadeó– "¿Por qué no iba a estar segura?" "No lo sé" –Jason levantó sus manos como en señal de defensa– "Sólo estoy preguntando" Ali se lamió los labios y consideró decirle cómo La Verdadera Ali la había amenazado, pero sus palabras hicieron eco en su mente– Por favor, no me encierres de nuevo –ella le había dicho, básicamente admitiendo todo lo que ella había hecho. Jason se detuvo en un cruce de peatones para que los

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estudiantes pasaran– "¿Crees que Courtney parece

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diferente?"

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Ali soltó un suspiro– "¿En qué sentido?" "Más feliz, supongo. No como ella misma". Había una sensación sofocante en la boca del estómago de Ali– "¿Alguien sabe quién es realmente Courtney? Ella está loca". "Yo sé quién es" No, no lo sabes –pensó Ali con una llamarada de ira– Tú no sabes nada. Jason se detuvo en un aparcamiento en frente de Kinko´s– "Sé que nunca has entendido el por qué la visité todos estos años en Radley" –Dijo en voz baja– "Yo pensaba que ella necesitaba a alguien de su lado, ¿sabes?" "Entonces, ¿por qué dejaste de visitarla en la Reserva?" –Esa era una pregunta que Ali nunca le había pedido. Jason pasó el dedo por encima del llavero BMW plateado– "Yo no quise dejar de visitar ella al principio. Estaba abrumado con el trabajo escolar y no pude hacer tiempo. Sin embargo, las veces que pude visitarla, ella parecía muy... extraña" –Él tragó saliva, luego la miró fijamente– "Ella me dijo algunas cosas extrañas sobre ti" El estómago de Ali se hundió– "Ella es una perra loca celosa" Jason no parecía muy convencido– "Por un momento, pensé que algunas de las cosas que ella me dijo eran ciertas" Ali se esforzó por mantener sus manos sin temblar– "Ella está mintiendo"

fuerza, como si quisiera memorizar cada peca, cada

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pestaña en su rostro– "¿Alguna vez te gustaría

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Jason abrió la boca, luego la cerró de nuevo. Él la miró con

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poder volver atrás y cambiar lo que has hecho?" Las palabras golpearon a Ali como un témpano a través de su corazón. Lo que hiciste –Pero él quería decir lo que Ali le hizo... a Courtney. ¿Cierto? No sobre el intercambio– "Yo no hice nada" –ella le espetó. Jason mantuvo sus ojos en el camino– "Todos hicimos cosas que podríamos haber hecho de otra manera. Podríamos haberla ayudado. Ser más una familia" "No es así como yo lo veo" –dijo Ali bruscamente– "Ella es una loca. Ella necesita estar encerrada. Fin de la historia". Jason se mordió el labio inferior y no dijo nada. Después de un momento, él se bajó del coche y caminó cabizbajo hacia Kinko´s. Ali observó la puerta mientras se abría y se cerraba, con el estómago dándole vueltas. Las paredes parecían acercarse a ella en el interior del coche, y de repente se sintió tan apretada en el asiento que ya no podía contenerse. Buscó a tientas la manija de la puerta y se tambaleó hacia la calle. Coches y camiones pasaban zumbando la muy transitada vía pública. Los apresurados estudiantes pasaban sosteniendo sus tazas de café de Starbucks y sus libros de texto. La torre del reloj dejó escapar cuatro bongs. Ali dio unos pasos cuidadosos por la acera, tratando de encontrar el equilibrio de nuevo. Se acercó al final de la manzana y estudió las pegatinas de skater que alguien había pegado en una señal de stop. Entonces, una risa cantarina resonó desde la vuelta de la esquina. Ali se giró y ladeó la oreja. Ahí estaba de nuevo. Venía desde el callejón.

ESPACIOS UNICAMENTE

ESTAN PARA

RESERVADOS LA

FACULTAD

DE

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estaba entre dos edificios de la universidad– ESTOS

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Ella asomó la cabeza en la estrecha franja de carretera que

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HISTORIA DEL ARTE decía una pancarta delante de uno de los sitios de aparcamiento. Un Subaru estaba en el lote, con la ventanilla baja, había dos personas en su interior. Uno de ellos tenía una cola de caballo rubia y una sincera sonrisa de chica universitaria. El otro, el conductor, tenía una cara escarpada y salvaje, el cabello peinado al estilo profesor. Ali se enderezó, reconociendo el familiar sticker de PLANIFICACION FAMILIAR VISUALIZE WHIRLED PEAS10 en el parachoques del Subaru. También estaba la abolladura en el guardabarros, que la mamá de Aria había hecho cuando ella había atropellado una piedra decorativa en el jardín delantero de Ali. Era el padre de Aria quien estaba en ese coche. Pero la otra, la chica con la cola de caballo, sin duda no era su esposa. "Me encantan estas sesiones de estudios después de clase" –él decía. "A mí, también" –dijo la chica, entonces hizo un puchero– "Pero no me gusta tener que exprimirlas a los martes a las cuatro" El Sr. Montgomery le tocó la mejilla– "Este es el único momento en que los dos estamos aquí" La chica suspiró– "Lo sé, lo sé, pero..." El Sr. Montgomery puso un dedo en sus labios para hacerla callar. Entonces él le tomó la barbilla y la atrajo hacia su rostro. Ali se deslizó lentamente hacia detrás de la pared de ladrillo mientras el padre de

Planificación Familiar Visualize Whirled Peas: Es un juego de palabras. “Visualize Whirled Peas” (Imagínate Guisantes Arremolinados) en inglés suena igual que: “Visualize World Peace” (Imagínate la Paz Mundial).

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Aria pasaba sus manos por el cabello de la chica. La chica se

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acercó más al padre de Aria y besó su cuello. "¿Ali?" Las dos cabezas se separaron. Ali se dio vuelta. Jason estaba detrás de ella, con una bolsa de plástico de Kinko´s en la mano– "¿Estás lista?" –Le preguntó. Ali parpadeó con fuerza. Hubo un ruido sordo detrás de ella– "Uh..." – Dijo Ella, asomando la cabeza de nuevo en el callejón. Pero ahora estaba vacía. Todo lo que quedaba era una nube de gases del tubo de escape, como si el coche del Sr. Montgomery –y lo que había en su interior– nunca había estado allí en lo absoluto.

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Pero Ali sabía lo que ella había visto.

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CAPITULO 13 DR. ALISON, A SU SERVICIO Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Ali se acercó a la puerta principal de la casa de Hanna y tocó el timbre. Las compases iniciales de la 5ta sinfonía de Beethoven estaba sonando, pero luego todo se quedó en silencio. Ali sabía que Hanna estaba en casa. Porque ella le había enviado un mensaje de texto a Ali, solo unos minutos antes. Ali se dio vuelta y miró el enorme patio delantero elegantemente cuidado de Hanna. A Ali siempre le había gustado la casa de Hanna más que las otras, ya que se ubicaba en una calle apartada, en la cima del monte Kale, que estaba justo a las fueras de Rosewood. En una zona muy boscosa, que no tenía la sensación suburbana de todo–el– mundo–metido–en–asuntos–de–los–otros que la vecindad de Ali y otros barrios de Rosewood tenían. A menudo, cuando ella dormía aquí, veía ciervos en el césped delantero de la casa de Hanna en las mañanas, y era la parte de arriba de la montaña era lo suficientemente oscura como para ver un montón de estrellas en las noches. Hanna abrió la puerta. Su cabello castaño estaba despeinado

en la camisa. Ali miró detrás de ella y vio un montón de envoltorios en la mesa de café. Ho

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sus gafas, y había migas naranjas brillantes de Doritos

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alrededor de su rostro, sus ojos estaban de color rojo detrás de

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Hos. Twinkies. Había una bolsa de palomitas de queso vacía en el suelo. Un único pastel estaba en un plato, bañado en una piscina de crema. Ali miró fijamente a esas migajas. Durante mucho tiempo, ella se había preguntado el por qué Hanna comía de la forma en que lo hacía, metiéndose grandes porciones de Doritos en la boca como si Frito-Lay hubiera anunciado que no iban a hacerlos más. Ella solía liderar a sus amigas a la hora de burlarse de ella– No es una carrera, Hanna y Cuidado, con tus dientes o se volverán naranja –Sin embargo, eso fue antes de ir a Annapolis con ella hace unos meses, ella misma vio lo que Hanna hizo con el cepillo de dientes de Kate. "Hey" –dijo Hanna inexpresivamente, dejando que Ali entrara mientras tocaba las teclas de la alarma antirrobo, la cual estaba sonando. Cuando la madre de Hanna no estaba en casa, –lo cual era siempre, ya que ella trabajaba en un puesto de trabajo de alto poder en la ciudad– ella hacia que Hanna mantuviera la alarma puesta todo el tiempo. "¿Qué pasa?" –Preguntó Ali. "Nada" –Dijo Hanna, evitando la mirada de Ali. Entonces ella miró la taza de café de Doberman en sus manos, y su expresión con un toque de dolor y tristeza. Su padre solía utilizar esa taza, pero el Sr. Marín se había mudado hace meses. "¿Has hablado con Aria?" –Preguntó Ali. "No..." –La cabeza de Hanna se levantó– "¿Por qué? ¿Pasa algo con ella?"

Aria en Hollis. ¿Lo sabría Aria? ¿Era por eso que ella había estado actuando de forma tan extraña

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podía pensar, era en lo que había visto hacer al padre de

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Ali se pasó la lengua por los dientes. Todo en lo que ella

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últimamente? Ella no le había dicho a Ali lo que estaba pasando, pero ¿Y si se lo había dicho a una de las otras? Hanna sería una buena elección –sus padres se habían divorciado el año pasado. Pero Hanna parecía realmente sorprendida, por lo que Ali pensó que Aria no le había dicho nada a ella. Tal vez no debería decir nada. Una cosa era que Ali hablara de un secreto abierto a espaldas de Aria, pero otra cosa era contarle a Hanna algo que no supiera. Además, eso hacía que Ali se sintiera poderosa al saber algo tan horrible sobre la familia de Aria. "Um, olvídalo" –murmuró Ali– "Pero es obvio que no estás bien. ¿Qué está pasando?" Hanna se dejó caer en una silla de la mesa del comedor. Los adornos habían sido puestos a un lado, y su libro de historia estaba abierto en el capítulo del que tendría prueba mañana. Dejó escapar un suspiro torturado– “Mi padre me envió fotos de las vacaciones de primavera de él, Kate, e Isabel” Ali parpadeó, esperando que Hanna siguiera adelante. Isabel era la nueva novia de su padre, y Kate era su hermosa hija. Ali las había conocido a ambas en Annapolis. Estaba a punto de preguntarle a Hanna que cual era el gran problema, pero de repente, se acordó de que estaba siendo la Nueva Ali, la chica que mataba a sus amigas con amabilidad. Kate era sin duda un punto sensible para Hanna. Aunque rara vez Hanna lo mencionaba, el Sr. Marín se había ido a Annapolis y le había dado a la madre de Hanna la custodia de su hija. Fue sorprendente porque Hanna y su padre siempre solían ser muy unidos antes de que él se fuera. Cantaban canciones de los

unieran a ellas. No importa cuántas veces Ali le

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compartían, tratando de que las otras chicas se

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Beatles en el asiento delantero del coche cuando lo

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dijera a Hanna que estaba siendo infantil, ellos todavía hablaban sobre algún tipo de amigo imaginario llamado Cornelio Maximilian en la cena. Y una vez, cuando el padre de Hanna había llevado a Hanna y a Ali a la playa durante todo el día, parecía que Hanna quería pasar el rato con él en lugar de escabullirse hasta el paseo marítimo con Ali para hablar con los chicos. Bicho raro. El Sr. Marin era tan diferente al padre de Ali, quien se ponía un traje todos los días, se iba a trabajar y hablaba con su familia durante las comidas pero luego, por lo demás, se retiraba a su oficina. A pesar de que Ali nunca, jamás se lo diría a Hanna, ella había sentido un poco de alivio cuando el papá de Hanna se fue. Hanna ya no tenía esas cosas especiales y brillantes en su vida que Ali en secreto, pero muy en secreto, envidiaba. Ahora Hanna estaba preocupada de que Kate tomara su lugar. Ali se había ofrecido a acompañarla a Annapolis, con la promesa de que ellas superarían a Kate y la harían sentir pequeña y estúpida. La única cosa era que, una vez que ellas llegaron allí, algo en Ali había cambiado. Kate parecía más o menos... agradable, de hecho, se parecía mucho a ella. Quizás Hanna tenía que aguantársela. Pero en cambio, Hanna se la comió –Fueron todos los bocados que Isabel puso para ellas. Ali nunca había visto comer tan compulsivamente, y aun así Hanna parecía sorprendida cuando su padre la llamó "cerdita". Cuando Ali seguío a Hanna al baño y abrió la puerta, encontró a Hanna encorvada sobre el inodoro, con un cepillo de dientes verde en su mano. Hanna le había suplicado a Ali que no le dijera a nadie, y hasta el momento, Ali no lo había hecho. Ella tocó la mano de Hanna– "Te duele mucho verlos a

facciones de Hanna, seguido de gratitud– "Más o

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Una mirada de asombro pasó sobre las

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todos ellos juntos en las vacaciones, ¿eh?"

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menos" –suspiró ella– "Quiero decir, has visto a Kate" Ali asintió– "Pero, ella era muy agradable, Han" Hanna la miró dolida– "Tal vez lo era, no lo sé. Pero Kate llevaba uno de esos bikinis que van arriba de su trasero. No es que mi papá me deja usar uno de esos a mí". Tampoco es como si te fueras a ver bien en una de esas –pensó Ali, pero no se atrevía a decírselo. Kate era delgada, y el tipo de chica que podría exponer un poco de nalga y conquistar a los chicos salvajemente. Mientras que Hanna estaba gorda, ella no era del tipo de chica que podría tomar un par de jeans de la tienda y comprarlos no habérselos probado. Y ella también estaba dolorosamente consciente de ello, –siempre apretando el exceso de carne en su vientre, siempre mirando a las otras chicas en el vestuario con envidia, siempre la última en quitarse la camiseta en el club de campo o en la playa. La mirada de Ali se desvió hacia los residuos de comida en la mesa de café– "Los atracones no son la respuesta, Han". Hanna sacudió la cabeza vigorosamente– "No. Yo sólo hice una vez, Ali. Te lo juro. Algunas son las sobras de la cena de mi madre la noche anterior". Ali cruzó los brazos sobre su pecho. Era una gran mentira –la madre de Hanna era súper delgada, hacia yoga religiosamente, y seguía la dieta macrobiótica– "Me lo puedes decir, Han. Has pasado por mucho últimamente. Cassie me hablaba de una amiga que comía por montones –lo hacía para recuperar el control".

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pluma– "Estoy bien, Ali. Yo no tengo un problema".

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Hanna se dio la vuelta y comenzó a tocar el violín con su

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Ali sintió molesta en su interior– ¿No era lo suficientemente buena como para ser de confianza? Ella sostuvo la mirada en Hanna, esperando que admitiera la verdad, pero Hanna solo movió los flecos en sus mocasines. Ali dejó caer su mano– "Bien" –dijo Ali enérgicamente– "No tienes ningún problema" "¿No le dijiste a nadie sobre lo de Annapolis, verdad?" –Hanna preguntó de repente. Una sonrisa misteriosa apareció en los labios de Ali. Esperó un par de segundos, viendo como el pánico inundaba el rostro de Hanna. Luego apretó la mano de Hanna fuertemente– "Por supuesto que no, tontita. Mis labios están sellados –Te lo prometo". El teléfono de Ali sonó. Ella rompió su mirada con Hanna y buscó en su bolso. Número Desconocido –decía la pantalla. Ali frunció el ceño. Ella contestó, apretando su teléfono contra su oreja. Todo lo que podía oír era como alguien respiraba en el otro extremo– "¿Hola?" –Dijo Ali– "¿Hola?" Hanna bajó la frente, mirando a Ali cuidadosamente. Ali se dio la vuelta, su corazón acelerando. De pronto, tuvo la horrible sensación de quién podría ser la persona en el otro extremo. "¿Hola?" –Dijo una vez más, vagando por el pasillo. Más respiración– “Eres tú, ¿verdad?” –Susurró ella, imaginando a su hermana sentada en uno de esos feos sofás de la Reserva, sonriente en el teléfono. Pero a los pacientes de la Reserva no se les permitía hacer llamadas telefónicas,

Había un poco de aspiración en el otro lado de la línea, seguido por un click. Ali se quedó

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sus visitas con su "chaperón"?

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¿verdad? ¿Habían cambiado las reglas? ¿O estaba ella en una de

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mirando la duración de la llamada en la pantalla hasta que su visión se nubló. "¿Ali?" Ella dio un salto y se dio la vuelta. Hanna estaba al final del pasillo, con una bolsa de papas fritas arrugada en sus manos– "¿Está todo bien?" – Preguntó– "¿Quién era?" Ali se quedó mirando su teléfono, preocupada por un breve segundo de que Hanna pudiera saberlo todo. Luego se enderezó y se apartó el cabello poniéndolo sobre su hombro– "Sólo una estúpida llamada de broma" –dijo ella alegremente– "Probablemente algún chico que está enamorado de mí". "Oh, definitivamente" –Dijo Hanna, dándole a Ali una rápida sonrisa. Ali se acercó a la televisión y la encendió, con ganas de olvidar lo que acababa de suceder. Hanna estaba demasiado ansiosa para ponerse a su lado, probablemente porque también quería olvidar sus cosas. Pero mientras cambiaban los canales, todo lo que Ali pudo ver fue a si misma tumbada en una cama de La Reserva. Atada, como solían hacerlo en Radley a las chicas que eran demasiado molestas. Sé lo que has estado haciendo, –la voz de su hermana hizo eco en su

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mente–. Comienza a despedirte.

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CAPITULO 14 2 GOOD + 2 BE = 4 GOTTEN11 Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Al día siguiente, las chicas recorrían de arriba abajo los pasillos de Saks. La tienda estaba iluminada con buen gusto con luces empotradas en piezas de marca, y las paredes estaban pintadas con rayas en blanco y negro. Música Dance sonaba a través de los altavoces ocultos, y vendedoras bonitas y delgadas se paseaban alrededor de la habitación con sus bonitas sonrisas en sus rostros. Pero la cosa preferida de Ali sobre Saks era que siempre olía como si estuvieran dentro de una fábrica de perfumes. Ninguna otra tienda olía tan bien. Hanna sacó un bolso Chanel acolchado de un estante– "Este… Definitivamente" –Las chicas estaban jugando su juego favorito: ¿Qué Comprarías Si Tuvieras Todo El Dinero Del Mundo? "¿En serio?" –Ali hizo una mueca– "Eso es tan de tu abuela" Hanna la miró horrorizada y lo dejó caer– "Uh, cogí el equivocado. Me refería a este" –Ella le mostró un bolso rojo de Louis Vuitton. Ali asintió con aprobación, y Hanna sonrió con

Too Good + To Be = Forgotten: Demasiado + Buena Para = Ser Olvidada

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alivio.

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"Me gusta este" –dijo Emily, sosteniendo una cartera Chloé– "¿No pueden verme ya, llevándolo a la escuela?" "Es magnífico" –dijo Ali, suspirando– "Me gustaría haberlo visto primero". Emily lo empujó hacia ella– "Tómalo. Yo puedo elegir otra cosa". Ali puso los ojos en blanco– "Es sólo un juego, Emily" –Ella eligió una bolsa Dior de la pared– "Yo voy a elegir esto" "¿Puedo ayudarlas, chicas?" –Una vendedora les preguntó detrás de ellas. Ella levantó una ceja al ver las lujosas piezas en sus manos. Ali miró a las demás, y se echó a reír, luego dejaron todo y corrieron lejos. "Vayamos a Contemporary" –Ali anunció– "De hecho, me quiero gastar algo de dinero hoy". Ellos bajaron por las escaleras mecánicas y se vieron sus reflejos en los espejos en las paredes. Ali estaba usando jeans ajustados y un top rosa–fuerte caliente que ella había visto en la portada de Teen Vogue. Aria se había puesto un mechón azul en el cabello y llevaba una camisa de lentejuelas plata, jeans azules sobre sus piernas, y unos tocones toscos. Hanna tenía un hermoso mini–vestido French Connection que, –por desgracia, se veía demasiado pequeño para ella– Spencer se veía súper–preppy12 usando su vestido de tenis Lacoste y zapatos de tacón Tory Burch, y Emily llevaba puesto su uniforme de los jeans holgados y una camiseta azul claro. Ali hizo una nota mental para persuadirla a que comprara algo lindo el día de hoy. A medida que bajaban en Contemporary, Ali vio a una rubia–

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Era Iris, la vieja compañera de cuarto de su hermana en

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albina delgada cerca de la zona de los vestidores y se congeló.

Preppy: Pijo, fresa.

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la Reserva. Ella estaba con otras dos chicas de su misma edad, y al ver a Ali, una maliciosa sonrisa se extendió en su rostro. Ella movió sus dedos en un burlesco hola. Emily frunció el ceño– "¿La conoces?" "No" –Dijo Ali, guiando a sus amigas a través de la sala de ventas, lejos, muy lejos. Ella respiró hondo mientras se dirigían hacia los jeans– No importa que ella está aquí, –se dijo– Ella no va a decir nada acerca de la Reserva. Probablemente ella no quiere que las chicas con las que está sepan dónde estuvo. Ella miró intensamente el estante de los jeans, fingiendo que Iris no estaba allí. Aria, Emily, Spencer también se le acercaron, y pronto, las cinco estaban en la pared de los jeans, sacando sus tallas en pitillos, en corte recto, oscuros y claros. Luego ellas se dirigieron juntas a los vestuarios. Apretujándose juntos en uno solo antes de que la vendedora les gritara– "Sólo una chica por probador, por favor" A mitad de camino a través de su enorme pila de ropa para probar, Ali se dio una vuelta frente al espejo de tres cuerpos; entonces ella notó a Emily sentada en el sofá al otro extremo del pasillo del vestidor con una mirada nostálgica y lejana en su rostro. Ella se detuvo– "¿Por qué no tratas nada, Em?" Emily negó con su cabeza– "Esto es demasiado caro. Mis padres morirían si vieran los precios". "Todas juntaremos dinero y te compraremos algo" –Ali

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ofreció.

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Pero Emily parecía estar en su propio mundo, simplemente le dio a Ali una vaga sonrisa y un encogimiento de hombros– "Solo quiero ver como se prueban cosas. No me importa". De pronto, Ali se animó, un pensamiento se formó en su cabeza. Ella se sentó en el borde del sofá– "¿Pasó algo entre tú y ese chico?" –Preguntó ella con entusiasmo. Emily frunció el ceño– "¿Qué chico?" Ali le tomo sus manos con suavidad– "¡Ya sabes! ¡Tú enamoramiento, tonta!" “Oh” –La boca de Emily tembló– "No. No ha ocurrido nada con eso". "¿Todavía, no vas a decirme quién es?" –preguntó Ali. "¿Quién es quién?" –Preguntó Aria, saliendo del otro vestidor con un par de pantalones ajustados– "¿Te gusta alguien, Em? ¿Quién?" Emily miró hacia atrás y hacia adelante, una expresión de pánico se formó en su rostro. De repente, ella le recordó a Ali el gato, Kiki, que su familia tuvo cuando ellos aún vivían en su otra casa –Cada vez que trataban de acorralar a Kiki para llevarla al veterinario, ella arqueaba su espalda y ensanchaba sus ojos al igual que Emily en este momento– "Um..." "¿Es ese chico de natación?" –Preguntó Spencer– "¿Cuál era su nombre...? ¿Ben? Él es tan lindo". "Creo que a ella debería gustarle Kenneth Griggs de mi clase de arte" –dijo Aria.

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vestidor– "¡Ustedes se verían increíbles juntos!"

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"¡Es hermoso!" –Hanna también salió de un

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"No es Ben" –dijo Emily en voz baja– "O Kenneth" De repente Ali supo lo que tenía que hacer– "Chicas, si Em no nos quiere decir todavía, entonces tenemos que darle un poco de espacio" Las chicas asintieron y entraron en sus vestuarios, una vez más. Luego de que las puertas se cerraran Ali agarró la mano de Emily y la atrajo hacia el área del calzado– "Lo siento que oyeran todo por casualidad. Pero me los puede decir a mí, ¿verdad?" Emily se veía como si realmente tuviera que hacer pis, pero ella estuviera intentando contener esas ganas– "No lo creo" Una ola de dolor recorrió a Ali. ¿Por qué no era ella lo suficientemente buena como para decírselo? Ella disfrazó su dolor con un gesto de disgusto– "No lo entiendo. ¿Por qué es tan importante?" Emily hizo una pausa y se quedó mirando unas zapatillas Kate Spade en la pared. Mientras esperaba, Ali sintió la clara sensación de que alguien la estaba mirando fijamente. Al otro lado de la habitación, Iris había reaparecido, apoyado en un bastidor de blazers, su mirada directo hacia Ali, una extraña sonrisa apareció en su rostro. Ali tragó un nudo en su garganta y se volvió. "¿Por favor, Em?" –Dijo Ali en voz baja– "Tal vez yo puedo ayudarte. ¿Es alguien que sus padres no aprobarían? ¿Alguien mayor?" El gran rostro pecoso de Emily, enrojeció. Y ella negó con su cabeza.

"¿Recuerdas a mi amiga Cassie? Ella me pidió que yo

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fuera su mejor amiga. Y estoy pensando en ello".

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Molesta, Ali hizo un último esfuerzo desesperado–

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Emily parpadeó por el cambio de tema– "¿En serio?" –Ella sonaba aplastada. "Yo no lo iba hacer, pero si no confías en mí, entonces tal vez no somos tan cercanas como yo pensaba" –dijo Ali. Los ojos de Emily estaban húmedos de lágrimas– "No puedo" –susurró. Y entonces, tragando saliva, ella se agachó en torno a un estante de Jimmy Choos y corrió. "Emily" –Gritó Ali, corriendo tras ella. Emily se precipitó en la sección de cremas para piel, pero Ali la perdió cerca de la sección de maquillaje. Buscó su cabeza rubio-rojiza entre la sección Accesorios y para Hombres, pero Emily no estaba en ninguna parte. Entonces ella vio un pequeño y discreto cartel, en un cuarto de baño para mujeres a unos cuantos pasos y corrió hacia él. La música clásica sonaba en el interior. La habitación olía a rosas y tenía una pequeña cesta en el fregadero que contenía laca para el cabello, gel, desodorante en spray, tampones y caramelos de mantequilla. La chica de las toallas, que estaba apoyada contra fregadero y tecleaba su teléfono, le sonrió a Ali. Un par de zapatillas de deporte era visible por debajo de la puerta del baño. Eran de Emily. Ali vio una mochila de mezclilla familiar en el mostrador. Ella no podía recordar cuántas veces le había dicho a Emily que llevar una mochila a todos lados no era cool, pero Emily siempre decía que era lo mejor para sus hombros de nadadora. La tapa estaba abierta, y algunos de sus

Ali miró los pies debajo de la cabina, y luego a la mochila de nuevo. Se sentía como si

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hacer a Emily estaban visibles en la tapa.

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cuadernos se asomaban. Los garabatos de que tanto de gustaba

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Emily deliberadamente la hubiera dejado allí para que Ali la encontrara. Cuando la chica de las toallas estuvo de espalda, ella tomó la mochila y deslizó el cuaderno de encima había afuera. ¡Upper Main Line Swimming! Emily había escrito en el frente –con letras de burbujas– el nombre de su club de natación competitiva de este año. Debajo de él, ella había enumerado los nombres de las chicas de su equipo –campeón estatal– de relevos. Al lado de eso había unos garabatos del personaje canino de la serie Padre de Familia, que a Emily no se le permitía ver en su casa, y un gran corazón rojo con la letra A en el centro. A, pensó Ali, mientras su estómago dio un salto. Ella estaba detrás de algo, cierto. Ella levantó la tapa de cartón del cuaderno y miró la primera página, pero no había nada escrito allí. Pasó a través de las hojas de papel a rayas, pero sólo contenía notas sobre el teorema de Pitágoras y pequeños diagramas geométricos. Hubo un sonido de traqueteo de papel higiénico en el rollo, Ali se quedó inmóvil y miró hacia arriba. Los pies de Emily pasaron por debajo de la cabina. Ella dejó escapar un resoplido fuerte, como si ella estuviera llorando. ¿El nombre de quién comenzó con A? ¿Andrew Campbell? ¿Austin Chang? ¿El chico lindo y caliente del último año Aaron Gearheart? Oh Dios mío, era Aaron Gearheart –Pensó Ali, con un hundimiento en su estómago. Aaron salía con chicas de Hollis –Había rumores de que él incluso había embarazado a una chica. Él se comería a alguien

fuera Aarón. Cuando llegó a la última hoja de papel de cuaderno, ella vio a un pequeño corazón

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Ella hojeó varias páginas más, rezando que no

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como Emily para el desayuno.

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rojo en una esquina. De hecho, era tan pequeña, que Ali sólo podía leer la escritura a mano de dentro si ella ponía cara muy cerca y entrecerraba sus ojos.

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Amo a Ali.

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CAPITULO 15 EL PLAYLAND NO ES SOLO PARA NIÑOS Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

La tarde siguiente, Ali estaba en la puerta de Rive Gauche. Los camareros con camisas blancas almidonadas revoloteaban alrededor sirviendo bebidas y limpiando vasos. Una camarera pasó junto a ella con una sopera de fondue con rico olor. Unas chicas de la escuela estaban sentadas en una mesa, incluyendo Melissa Hastings, quien ya había notado a Ali y la había mirado amenazadoramente. Ali estiró el cuello, mirando a su alrededor en busca de Nick –Quien estaba trabajando hoy y le había preguntado si quería venir y pasar el rato durante su descanso, –pero ella no lo veía por ninguna parte. Ella estaba tan feliz de que él le hubiera enviado un mensaje. En cierta forma, ella necesitaba verlo, ella necesitaba confirmarle al mundo que a ella le gustaba un chico. Encontrar ese corazón en el cuaderno de Emily la había sacudido hasta la médula –ella dejó caer el cuaderno y salió corriendo del cuarto de baño lo más rápido que pudo, murmurando una excusa poco convincente para Spencer y las demás y regándole a Jason que fuera a recogerla

había defendido, todos esos elogios que ella le daba. Incluso ayer, Emily se había contentado

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sentimientos de Emily? Todas esas veces que Emily la

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de inmediato. ¿Cómo era que ella no había percibido los

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con simplemente sentarse en el sofá del área de probadores viendo como Ali modelaba los jeans en frente del espejo de tres cuerpos. Ali se había cambiado delante de ella un millón de veces, sin pensar en nada al respecto. Esto explica totalmente el por qué Emily había mirado con tan atención a Ali cuando ella hizo ese baile sexy con el álbum de Justin Timberlake hace algunos fines de semana atrás. Y que había soltado un pequeño suspiro de satisfacción cuando Ali terminó, como si ella supiera que iba a soñar con Ali más tarde esa noche.... Ali no estaba segura de cómo iba a manejar la situación. Estaba claro de que Emily estaba aterrorizada de decirle Ali sus sentimientos. Probablemente sabía que Ali le diría que ella no se sentía de la misma manera y que su amistad se desmoronaría. Sin embargo, Emily era demasiado valiosa como amiga, –con ella era tan fácil hablar y, más que eso, era tan controlable. Ella hacia todo lo que Ali le pedía sin preguntar –Ali nunca encontraría una compañera así de nuevo. "¿Tierra a Alison?" Ali miró hacia arriba y vio a Nick en la puerta, vestido con una camisa blanca de Rive Gauche y pantalón negro– "Hey" –Dijo con una gran sonrisa. El sólo estar con él otra vez hizo que, de repente, ella se sitiera tan relajada, como si se hubiera metido en un baño caliente. Un pitido sonó, y Nick echó un vistazo a su teléfono. Después de mirar fijamente la pantalla durante un momento, él lo guardo en un bolsillo de su pantalón– "Entonces" –dijo, sonriéndole a ella, sus ojos eran azul claro brillantes– "¿Quieres subirte conmigo al carrusel?"

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está en el Playland de niños en el pasillo?"

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Ali casi se echó a reír– "¿Hablas en serio? ¿El que

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Nick sonrió– "¿Por qué? ¿Eres demasiado cool para ir en un carrusel?" Normalmente, Ali habría dicho que sí, pero algo sobre montar un carrusel con Nick parecía divertido– "Voy a ir si tú vas" –Ella lo desafió. "Acepto" –Un hormigueo se disparó por la columna de Ali mientras él le agarraba su mano. Juntos, salieron del restaurante y caminaron por el largo pasillo, pasaron por un grupo de tiendas, incluyendo a Woolf, la tienda de mascotas de lujo. Cuando ella recién había tomado el lugar de su hermana en Rosewood, había pasado horas allí, admirando las mantas de cachemir, ropa para mascotas de cuero y golosinas orgánicas a pesar de que su familia no tenía una mascota. Este es un lugar hasta donde los perros tienen que llevar la ropa adecuada, –ella había pensado. Nick miró a la tienda– "¿Eres una amante de los perros o de los gatos?" "Una persona de jerbos, ¿recuerdas?" –Ali bromeó– "Pero creo que prefiero más a los gatos que a los perros" "Eso significa que eres distante y misteriosa" –dijo Nick. "O que no me gusta la baba de perro" –señaló Ali. "O que no te gusta ver como los perros se follan todo lo que se mueve" Ali se echó a reír. Ellos pasaron Chanel, Bloomingdale´s, y una tienda de lujo para niños, charlando acerca de la escuela, tareas, y sobre el nuevo trabajo de Nick –él ya había tenido una mujer que podría haber sido su madre coqueteándole el día de hoy– "Fue totalmente extraño" –admitió. Entonces él la

Spencer de besar a la mayor cantidad de chicos

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Ali pensó en Ian, luego en el juego de ella y

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miró– "¿Alguna vez has salido con alguien mayor?"

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mayores que pudieran. Ella había besado a unos cuantos estudiantes de octavo grado, y una vez incluso besó a un estudiante de noveno grado, pero que eso era sólo simples besos, nada más– "No realmente" –admitió– "¿Y tú?" Nick agachó la cabeza– "Para ser honesto, no he salido con muchas personas. Sólo he tenido una novia, y ella..." –Su voz se desvaneció– "No funcionó" "Es una broma" –Dijo Ali soltó– "Pensé que las chicas estarían locas por ti" "No he encontrado a la chica adecuada, supongo" –Volvió los ojos azules hacía Ali y parecía que iba a decir algo más, pero luego cerró la boca. "¿Qué?" –Preguntó Ali, su corazón latía con fuerza. Un rubor subió desde el cuello de Nick. Ali esperó, una sensación efervescente mesclada con emoción se arremolinaba en su estómago. Pero entonces alguien golpeó su bolso, y algunas de sus Polaroids, las cuales ella guardaba en el bolsillo delantero, revolotearon por el piso. Ali miró hacia arriba y vio a una chica con el cabello corto y rubio alejándose a gran velocidad. Era la hermana de Spencer. Ali la miró. ¿Se había topado con Ali a propósito? "Wow, genial" –dijo Nick cuando se inclinó para ayudarla a recogerlos– “¿Qué son éstos?” Él levantó una foto de Ali y Aria en clase de arte. Ellas habían puesto sus grandes pinceles debajo de sus narices para que

había sacado esa foto ayer a escondidas y

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el sofá, con un hilo de queso colgando de su boca. Ella le

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parecieran bigotes. Luego miró a una de Jason descansando en

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planeaba usarla como chantaje después. "Oh, eso es solo algo que hago" –dijo Ali. Hurgando en sus fotos– "Tengo una tuya del día en que nos re–encontramos" –Ella la encontró y la sostuvo en alto. "¿Llevas contigo una foto mía?" –Nick parecía tocado– "También, quiero una foto tuya" Ali hojeó sus fotos y encontró una que Spencer le había tomado a ella fuera de Rosewood Day. Su cabello rubio brillaba a la luz del sol. Su sonrisa era amplia y socarrona, como si ella estuviera guardando un secreto que no le estaba diciendo a nadie– "Aquí tienes" –dijo ella con timidez, pasándosela a él. Se sentía importante intercambiar fotografías con un chico. Casi tan grande como cuando los amigos intercambian collares con medio corazón o los anillos de amistad. Ellos doblaron por la esquina y el carrusel apareció, un organillo tocaba una canción del circo. Los caballos de madera, pintados alegremente se balanceaban de arriba abajo. Un niño montó un pequeño trineo detrás de los caballos, y un padre se puso de pie junto a un niño subido en un joven león rugiente. Nick la tomó de la mano– "¿Quieres continuar?" "Claro" –dijo Ali, sin molestarse siquiera en mirar a su alrededor para ver si alguien la podría estar mirando. Normalmente, una chica como ella nunca podía ser vista subida en un carrusel. Pero con Nick, este tipo de cosas eran cool.

seleccionaran los caballos. Eligieron dos ponis blancos que estaban juntos y se subieron.

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el asistente levantó la cadena y dejó que ellos

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Ellos pagaron las entradas, y cuando el carrusel se detuvo,

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Cuando Ali puso sus pies en las correas, repentinamente su inundó de nostalgia y tristeza. Un recuerdo destelló en su mente de la última vez que ella había estado en un carrusel. Eso fue cuando ella y su hermana aun eran amigas, antes de que cualquier cosa terrible sucediera. Las dos estaban vestidas con idénticas faldas de color rosa y unas camisas blancas; las dos habían pedido globos de color rosa del carrito de globos. Los caballos eran tan altos que su padre tuvo que ayudarlas a subirse en ellos a ambas, y ellas se habían sentado la una al lado de la otra, del mismo modo que ella y Nick estaban sentados ahora. A medida que la música comenzó, las dos chillaron y se agarraron sus manos a través del pasillo. ¿Qué fue lo que le había hecho cambiar su hermana? ¿Por qué, de repente, estaba tan celosa, tan desesperada por ser la única chica en la casa? Probablemente esa era una respuesta que Ali nunca sabría. A medida que pasó los dedos por la melena moldeada del caballo, un pensamiento extraño se le ocurrió: Ella echaba de menos a su hermana. No a la persona loca en la que ella se había convertido, no a la presencia amenazante en el baño, sino a esa pequeña niña que una vez fue, su antigua mejor amiga. A veces, en medio de la noche, cuando estaba en Radley e incluso ahora, ella se encontraba a si misma buscando algo en la oscuridad. Ella se había preguntado más de una vez si lo que ella buscaba era la mano de su hermana. La música comenzó, y el carrusel empezó a girar. Ali le sonrió a Nick, limpiando los pensamientos de su mente. Nick agarró al poste con una de sus manos y con la otra le tomó su mano. Él no le quitó los ojos de encima en ningún momento. El corazón de Ali latía con fuerza al

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ritmo de un bombo que acompañaba a la canción

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antigua del carrusel.

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El carrusel giró varias vueltas completas antes de que alguno de ellos apartara la mirada. Como el viaje se desaceleró, el teléfono de Nick sonó, y él lo sacó de su bolsillo y comenzó a enviar mensajes de texto. "¿A quién le escribes?" –Soltó Ali, pero luego quiso poner una mano sobre su boca. A ella no tenía por qué preocuparle quién quiera que estuviera enviándole mensajes a Nick. Se suponía que ella debía de actuar de forma relajada y distante. Los chicos no soportaban a las chicas que querían saber cada detalle de sus vidas. Pero Nick giró la pantalla de su teléfono de tal modo que Ali pudiera verla– "Mi amigo Jeff" –Él le señaló el hilo de mensajes. Un tipo llamado Jeff G. le preguntaba que qué estaba haciendo, y él había respondido: Estoy saliendo con mi nuevo amor, Alison. La boca de Ali se abrió– "Soy tu nuevo amor, ¿eh?" –Dijo ella, tratando de parecer intocable y apática. Pero su voz estaba demasiado llena de alegría como para sonar así. Sus dedos temblaban. Había una voz dentro de ella gritando, ¡Sí! "Espero que lo seas" –dijo Nick, ayudándola a bajar del caballo y caminando hacia afuera de la pequeña valla que rodeaba el carrusel– "Quiero saber todo sobre ti, Ali" –Él entrelazó sus dedos con los de ella– "Me gustas mucho". "A-A mí, también me gustas tú" –Ali se oyó decir, su voz sonaba pequeña, nerviosa y emocionada. "Bien" –dijo Nick, acercándose. Y allí, al lado del órgano de

nauseabundamente dulce– él se acercó y tocó sus labios con los de Ali. Todo se había acabado en

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del quiosco de algodón de azúcar, –el cual olía

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tubos y de los niños que gritaban mientras esperaban en la cola

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un instante, pero Ali sabía que ella recordaría la sensación del beso por un largo, largo tiempo. Ellos se sonrieron vertiginosamente el uno al otro durante unos segundos, pero de repente algo detrás de Nick captó la atención de Ali. Una figura familiar estaba parada justo dentro de uno de los pequeños pasillos del Centro Comercial que llevaba a los baños y a las oficinas del personal. ¿Era su madre? Ella entrecerró sus ojos, al principio le molestó que su mamá la estuviera espiando. Pero entonces vio una segunda figura de pie junto a ella. Un hombre en las sombras puso su mano sobre el brazo de la Sra. DiLaurentis, mientras le hablaba con urgencia sobre algo. Pero él no era el padre de Ali. El ácido estomacal de su estómago se levantó. Ella aspiró bruscamente y se alejó de Nick. Quien frunció el ceño– "¿Qué pasa?" "Yo..." –La mirada de Ali se mantuvo en su madre y el hombre. Él se giró y tocó un costado de la cara de su madre con un gesto tan tierno que hizo que Ali se acurrucara por dentro. "¿Ali?" –La voz de Nick era relajada, pero parecía tan lejana– "¿Estás bien? "No" –Susurró Ali, retrocediendo. Una parte de ella quería ver quién era el hombre, pero otra parte de ella estaba aterrorizada de poder averiguarlo. Entonces, ella se dio vuelta y echó a correr hacia la salida, corrió cada vez más y más rápido hasta que sus piernas le dolieron y sus

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pulmones ardieron.

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CAPITULO 16 JUGANDO A ESTAR RELAJADA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Más tarde esa misma noche, Ali estaba formando una X sobre su cama, mirando el techo. Ella había cambiado su habitación desde que había tomado el lugar de su hermana –eliminó las fotos de Naomi y Riley y las sustituyó por otras fotos de Aria, Spencer, Emily, y Hanna; reorganizó el armario desordenado de su hermana y tiró las prendas que a ella no le gustaban; reubicó el escritorio de tal forma que estuviera bajo el gran ventanal que daba hacia el patio trasero; y colgó un poster muy grande que decía: LIBERTAD sobre su cama. El cual era una pequeña broma interna consigo misma. Lo único que guardaba de su hermana era la lámpara de techo sobre su cabeza, un móvil de varias estrellas de color amarillo brillante y una luna plateada. Antes, –cuando ella era Courtney– ella le había dado estas cosas a su hermana como regalos de cumpleaños, ella realmente se había sorprendido de que su hermana los hubiera conservado. ¿Acaso, en el fondo, su hermana se arrepentía de lo que le había hecho? ¿O era porque simplemente le gusta el diseño?

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Beep.

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Ella abrió sus ojos y miró su teléfono, los nervios a travesaron su estómago. Pero sólo era un nuevo mensaje de Nick– ¿Está todo bien? Estoy preocupado por ti. Ali no sabía qué responder. Nick la había alcanzado en el garaje; se había apoyado contra uno de los pilares de hormigón tomando respiraciones profundas, mientras trataba de calmarse. Él le había preguntado una y otra vez lo que había visto, pero ella se limitó a sacudir la cabeza y le dijo que no podía hablar de ello. Ella no sabía cómo hablar de ello. Ella era Alison DiLaurentis: Esto no ocurrió en su familia perfecta. Su madre no se encontraba con hombres desconocidos en lugares públicos. ¿Y, de todos modos, quién era ese tipo? ¿Qué le estaba diciendo con tanta urgencia a ella? ¿Acaso su madre los iba a abandonar por él? Claro, esto era algo que le sucedía a otras familias, –como la de Aria. O incluso como la Hanna. Pero esto no le sucedía a la de ella. Te lo diré más tarde –finalmente ella le escribió– Lo Prometo. Cuando estés lista –él le respondió. Una puerta se cerró de golpe afuera, y luego hubo una risa. Ali salió de su cama, se acercó a la ventana y se asomó a la casa de los Hastings que estaba al lado de la de ella. Spencer estaba de pie en su camino de entrada vestida con su vieja falda a cuadros de hockey sobre hierba, una camiseta cortada, y con sus pies descalzos. Su cabello rubio estaba recogido sobre su cabeza, y sus labios estaban pintados con un brillo de color rosa. Tenía las mejillas sonrojadas, pero no de rubor. Ella estaba charlando con

Ali

levantó

sus

cejas,

ella

había

olvidado

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temporalmente su trato con Ian.

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Ian Thomas, quien estaba apoyado contra su SUV.

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Ian le hablaba, y Spencer reía. Cuando él le tocó el brazo a Spencer, Spencer no se apartó. Ella se inclinó hacia delante y le besó la mejilla. Entonces, Ian la agarró, la atrajo hacia él y la besó en los labios. Ali abrió mucho sus ojos. A pesar de que era ella quien le había dicho a Ian que lo hiciera, a ella le sorprendió su pasión. Después de que se separaran, Ian se giró y se subió a su coche. Spencer permaneció en la hierba, con las manos en los bolsillos de su falda, una sonrisa tonta estaba dibujada en su cara. Uno de sus perros, Beatrice, acercó su nariz a la mano de Spencer, y ella comenzó a acariciarla distraídamente. Ali metió los pies en sus sandalias y corrió escaleras abajo. Ella sólo podía imaginar cómo sería todo: Spencer le confesaría a ella que había besado a Ian, con su voz llena de asombro. Ali le diría que ella había ayudado a hacer que eso sucediera– ¿Ves? ¡Yo puedo hacer cualquier cosa! Y Spencer miraría a Ali con tanta gratitud, y le daría las gracias profusamente. Ella estaría bajo el pulgar de Ali para siempre. Spencer todavía estaba en el mismo lugar cuando Ali cruzó a travesó el césped. Cuando ella vio a Ali, saltó como si saliera de un trance– "Oh" –Su voz se quebró– "¿C–cuánto tiempo has estado allí?" "No mucho" –dijo Ali, haciéndose la tonta– "¿Qué estabas haciendo?" Spencer jugueteó con la punta de su cola de caballo rubia– "Nada" "¿Estás de pie en el medio de tu jardín sin ninguna razón?" –Bromeó. Spencer se encogió de hombros– "Yo vine a recoger el correo" Ali resopló, mirando las manos vacías de Spencer–

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"Entonces, ¿dónde está?"

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"Es que..." –Spencer se fue apagando. Su frente se arrugó– "Yo no lo he buscado todavía, ¿de acuerdo? ¡Dios!" Ali puso sus manos en sus caderas. ¿Por qué Spencer estaba actuando tan irritada? ¿Y por qué no estaba ella confesándole su gran beso? Ella decidió intentar una táctica diferente– "Hoy tuve un gran día" –mintió– "¿Qué hay de ti?" Spencer empujó sus dedos bajo el collar en el cuello de Beatrice– "Estuvo bien" "¿Nada interesante te sucedió?" Un hombro se levantó– "En realidad no" Ali parpadeó. ¿Acaso Spencer realmente pensaba que Ian la había besado, porque ella le gustaba? ¿Era ella así de desconectada con la realidad? En esta situación, algunas chicas simplemente podrían admitir que ellas habían visto todo, pero para Ali eso se sentía barato y desesperado. Ella quería que Spencer le ofreciera la información por si sola, que ella se lo quisiera decir. Giró sobre sus talones– "Me tengo que ir" "¿En serio?" –Preguntó Spencer. Ali no respondió. Ella caminó a través de los setos, apretando sus dientes con tanta fuerza que hicieron un chirrido horrible cuando se deslizaron los unos contra los otros. A mitad del camino mientras a travesaba su césped, ella oyó un crujido detrás de ella y pensó que

Spencer por ocultarle lo sucedido, siempre y cuando Spencer se lo rogara.

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salvar cosas, Ali decidió. Incluso ella perdonaría a

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podría ser Spencer, viniendo a contarle todo. Ellas podrían

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Pero cuando ella se dio la vuelta, no era Spencer. Era Jenna Cavanaugh. Un escalofrío recorrió la espalda de Ali. Las gafas de sol negras de Jenna oscurecían la mayor parte de su cara con excepción de sus labios de color rojo natural y su barbilla puntiaguda. Su cabello negro caía sobre sus hombros y sus piernas y brazos se veía aún más delgados–tipo–modelo de lo que habían estado el otoño pasado antes de que empezara a ir a su escuela especial. Un pastor alemán –el cual era su perro guía– estaba a su lado, con su larga lengua rosada chorreando saliva. Parecía que Jenna estuviera mirando directo hacia Ali, viéndola realmente, pero por supuesto eso era imposible. Aun así, Ali se escondió detrás de un árbol. "¿Ali?" –llamó Jenna– "¿Eres tú?" Ali se encogió aún más. A pesar de que ella quería decirle a Jenna que era ella, no quería iniciar una conversación con ella, no con Spencer todavía en su patio. ¿Qué pasaría si Jenna dijera algo sobre su hermana gemela? "¿Ali?" –Jenna volvió a llamar. Una puerta con tela metálica fue azotada al otro lado de la calle, y Toby Cavanaugh salió al porche. Ali se congeló. ¿Qué estaba haciendo él en casa? ¿Acaso él no había sido enviado fuera para siempre? Toby bajó del porche y cruzó el patio– "Jenna ¿qué estás haciendo allá?" Su voz tenebrosa hizo que Ali se estremeciera. Ese momento horrible en sexto grado volvió a ella en un instante: La forma enojada en que Toby le había dicho: te vi esa noche, el horror en sus ojos cuando ella le dijo lo sabía de él en su cara. No mucho antes de eso, ella se había

cualquier otra persona, y ella nunca le dijo a nadie.

De

repente,

ella

quería

expiar

lo

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a Jenna en la escuela, Jenna sabía más sobre Ali que

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encontrado con Jenna llorando. A pesar de que ella atormentaba

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desagradable que había sido. Ella quería hacer las paces con ella y compensárselo. ¿Qué te pasa? ¿Qué está mal? –le preguntó ella a Jenna. Apretándole la mano– Puedes decírmelo. Sabes que no se lo diré a nadie. Jenna levantó su cabeza. Le tomó mucho tiempo empezar a hablar– Es mi hermano –Finalmente comenzó ella a decir. Cuando ella terminó, Ali le dio un abrazo– Sabes que yo también tengo problemas de hermanos. Puedo ayudarte. Debemos hacer algo para que él se vaya lejos para siempre. Y ellas lo hicieron. "Jenna" –dijo Toby de nuevo, más severamente esta vez. Cuando él llegó a la acera donde Jenna estaba de pie, hizo una pausa, como si sintiera que Ali también estaba allí. Sus ojos se estrecharon en dos ranuras de hierro frío. El corazón de Ali dio un vuelco hasta su garganta. Finalmente, tomó el brazo de Jenna– "Vamos" –dijo– "Entremos" Jenna tiró del arnés de su perro. Usando su bastón blanco, su perro caminó a su lado, ella entró en la casa y desapareció, sin decir una palabra

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más.

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CAPITULO 17 COMO SACAR AGUA DE UNA PIEDRA Traducido por: Daniela Corregido por: Raúl S.

No hay otro sonido tan hermoso como ese, –pensó Ali cuando el vibrante tono de nota de guitarra anunció que tenía un nuevo mensaje de texto de Nick. ¿Cuál es tu materia favorita en la escuela? –Era el más reciente. Ali, quien estaba sentada en la hamaca del porche, esperaba a Aria, ella techo el teclado escribiendo una respuesta. Solía ser inglés –ella escribió –pero ahora que tenemos que leer tantos libros aburridos supongo que es la sala de estudio. LOL. –Ella no quería mencionar su verdadera clase favorita –ciencias– por temor a quedar como una nerd. La mía también –Nick escribió, y Ali sonrió. Su teléfono sonó de nuevo– Oye, ¿recuerdas ese consejero en el campamento que fue picado por todas esas abejas? –Nick escribió– ¿Cuál era su nombre? Ali se mordió con fuerza el interior de su mejilla– Yo sé a quién te refieres, –ella escribió después de un momento– Pero no lo

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recuerdo.

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Un familiar Subaru llagó, y Aria se bajó de la parte trasera, llevando a Pigtunia bajo su brazo– Hablemos más tarde, –Ali le escribió. Voy a estar aquí –Nick contestó. Ali miró al padre de Aria detrás del volante. Él llevaba una camiseta a rayas con un estampado tan desteñido en el frente que no era legible. El delgado cabello de él estaba parado en todas las direcciones, y él tenía esa descuidada media barba que algunas chicas pensaban era sexy, pero Ali pensaban que se veía sucia. Ella ni siquiera podía mirarlo a los ojos. Byron también miró hacia otro lado, como si él supiera que Ali sabía. Lo que significaba Aria también tenía que saberlo, ¿verdad? Si Aria admitía algo, entonces tal vez Ali podría decirle que ella sabía lo que se sentía. Que ella había visto a su madre y a un tipo cualquiera en el Mall. El secreto se sentía como una lata de Coca–Cola agitada en su interior, con su contenido burbujeante y presionando contra sus costados. Se sentiría bien decírselo a alguien, especialmente a alguien que pudiera compadecerse de ella. Aria subió los escalones del porche y se sentó en la hamaca junto a Ali– "¿Qué pasa?" "No mucho" –dijo Ali– "¿Qué hay de ti?" Aria empujó la reja del pórtico para poder impulsarse un poco y darle más vuelo a la hamaca– "Entonces, tengo que hablar contigo de algo" El corazón de Ali saltó– "¿Qué?" –Preguntó ella inocentemente. Aria giró la pulsera con mostacilla alrededor de su muñeca– escuela?" –Preguntó Aria– "Bueno, tuvimos un nuevo

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estudiante hoy. Toby Cavanaugh".

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"¿Recuerdas la clase de teatro que estoy tomando después de la

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Instintivamente, Ali miró al otro lado del patio, casi esperando que Toby aún estuviera de pie allí, como lo había estado la noche anterior– "Está de vuelta" –Dijo ella, y no exactamente como una pregunta. "Sí" –Aria se mordió su dedo índice– "Él no dejaba de mirarme. Y luego tuvimos que hacer este ejercicio para conversar, y nos emparejaron. Yo tenía que decir una frase, y él tenía que repetírmela hasta que la frase cambiara. Yo escogí: Nunca nieva cuando es verano. Y la repetimos una y otra vez, hasta que Toby empezó a decir: Sé lo que hiciste el verano pasado" –Ella abrió sus ojos dramáticamente– “¿Crees que Toby sabe algo?” Ali tocó un punto oxidado en la cadena de la hamaca. Sólo Spencer había estado presente durante su enfrentamiento con Toby, y Ali le había hecho prometer que nunca les contara nada a las demás. Parecía más seguro mantenerlo entre ellas. “Toby no sabe lo que hicimos” –Ella dijo definitivamente– "Y, de todos modos, La Cosa de Jenna ocurrió la primavera pasada, y no el verano pasado. Él sólo está loco" –Luego ella miró a Aria– "¿Eso era lo que tenías que decirme?" "Bueno, sí" –Aria arrugó la frente– "¿No crees que eso sea un problema? Toby es raro". Ali se encogió de hombros– "Sí, pero eso no es exactamente una novedad" Ella apoyó su cabeza en el hombro de Aria, pensando por un momento cómo podría hacer que Aria hablara. Ella decidió utilizar

alguien sobre eso" –Ella se quedó mirando el césped– "Creo que mis padres se van a separar"

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pasó a mí también, y realmente necesito hablar con

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su plan de último recurso. Se aclaró la garganta– "Algo raro me

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–El simplemente decir las palabras formó un nudo en su garganta. Aria se volvió para mirarla de frente– "¿Por qué dices eso?" "Han estado discutiendo mucho" –Ali miró sus palmas– "Y han dicho que tienen algo que decirnos a mí y s Jason –y yo sé que es por eso" –Todavía, no había forma de que ella le dijera sobre su madre. No aun. "Lo siento" Aria parecía realmente compasiva. Ella se sintió bien por un momento, pero luego Ali se dio cuenta de que no era suficiente– "No sé lo que haría si mis padres no estuvieran juntos" –dijo– "Sería aún más extraño si ellos estuvieran con otras persona. ¿Alguna vez has pensado en eso?" Aria acomodo sus hombros– "No realmente" "Pero, tu mamá es tan hermosa –y ella se la pasa rodeada de todos esos compradores de arte. Y tu papá está rodeado de estudiantes las veinticuatro horas los siete días de la semana. Es posible, ¿no lo crees?" Varias expresiones –incomodidad, humillación, vergüenza– cruzaron por el rostro de Aria al mismo tiempo– "Supongo, que todo es posible" Sus labios se separaron, tal vez para contarlo todo. Pero luego su mirada se posó en algo detrás de Ali, y ella se levantó de la hamaca con tanta rapidez que Ali casi se cae hacia atrás por toda la velocidad– "¡Oh! ¡Jason!" Jason subió por escalones de la entrada, su mochila colgada sobre uno de sus hombros– "Hey" –dijo él bruscamente. "¿Cómo estás?" –La voz de Aria era agudo y extraña–

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"¿Estás emocionado por graduarte?"

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"No realmente" –dijo Jason, abriendo la puerta y cerrándola de golpe otra vez. Aria se volvió a sentar de nuevo en la hamaca, ella se veía decepcionada. Ali presionó sus uñas en la parte más carnosa de las palmas de sus manos, sintiéndose humillada. ¿Acaso Aria acababa de cambiar el tema a propósito? ¿Acaso ella lo sabía... y no quería decírselo? Ali acababa de decirle a Aria algo verdadero, terrorífico y terrible. ¿Acaso Aria no tenía la decencia de ser reciproca? ¿No era eso lo hacían los amigos? Maldad cayó sobre ella como un pesado manto negro, mientras le ella daba un toque a Aria– "¿Todavía te gusta Noel?" Los ojos de Aria se iluminaron– "¡Por supuesto! ¿Has hablado con él sobre mí?" "De hecho, lo hice" –Ali mintió. "¿Y?" Ali hizo una ligera pausa, y luego puso su mano sobre la rodilla de Aria y la apretó– "Bueno, fui a su casa. Pero algo medio... raro sucedió. Le hablé de ti, y él me dijo que tú solo le gustabas como amiga". Las esquinas de la boca de Aria bajaron– "Oh" "Y luego me dijo que yo le gustaba. Y yo creo que a mí también me gusta". Aria se recostó hacia atrás– “¡Oh!” –Su voz era extrañamente brillante– "Esta bien. Wow".

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"Pero no voy a salir con él si tú no quieres que lo

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haga".

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El dolor era evidente en el rostro de Aria– “Um, está bien” –dijo después de un momento. Por un segundo, Ali casi se arrepintió de la mentira. Noel probablemente habría ido detrás de Aria si Ali se lo hubiera pedido. Y ella realmente había planeado hablar con él sobre ella. Pero ¿por qué habría de ponerse a las órdenes de una amiga que ni siquiera le estaba contando lo que le estaba pasando en su vida? Las amistades era ojo por ojo– ¿qué ganaba ella de todo lo que estaba haciendo? Las esquinas de la boca de Aria temblaron. Ella miró la pantalla de su teléfono con urgencia, a pesar de que no había sonado– "Um, me tengo que ir" –dijo– "Mi mamá me necesita" "¿Problemas en casa?" –Ali preguntó como último intento– Si ella lo admite ahora mismo, le diré que me lo inventé todo –decidió– Y le diré que voy a hablar con Noel de verdad. Pero Aria sólo bajó por las escaleras del porche delantero– "No" –dijo, rompiéndole el corazón a Ali sólo un poco. Y entonces ella se apresuró y se dirigió al patio trasero. Ali la vio desaparecer en el bosque camino hacia su vecindario. Su cabeza iba cabizbaja, sus hombros encorvados, y después de un momento, Ali estuvo muy segura de que ella escuchó un sollozo incontrolado salir de entre los pinos. Ali apretó los labios y trató de tragarse su arrepentimiento. Eso no era

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triste. Era bueno.

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CAPITULO 18 ¡NADA COMO ESCUCHAR A TU BFF13 CANTAR ALAVANZAS PARA TI! Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Pocos días después, la última campana del día sonó, y todos los estudiantes de la clase de Inglés de Alí se pusieron de pie y se dirigieron a la puerta– “¡Gente, no lo olviden!” – La Sra. Lowry, su maestra de inglés, gritó– "¡Sus parodias de Hemingway son para el lunes! ¡No recibiré ningún trabajo atrasado!" "¿Yo has comenzado el tuyo?" –Spencer le preguntó a Ali mientras ellas a travesaban caminando la puerta hacia el pasillo, el cual estaba lleno de chicos revisando sus casilleros. "No", –Respondió Ali, negando con su cabeza–. "¿Quieres hacerlo por mí?". Spencer resopló–, "Tengo un enrome trabajo de historia, Ali. Lo siento". Ali cruzó los brazos sobre su pecho. No hace mucho tiempo, Spencer habría hecho la tarea de Ali en un santiamén y sin quejarse. Te vi, lo

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Cada día que pasa sin que Spencer le dijera algo

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sabes –ella quería decirle– Sé lo que hiciste con Ian –

BFF: Mejores Amigas por Siempre.

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hacia que la traición pareciera aun peor. El teléfono de Ali sonó. Ella lo buscó dentro de su bolso– Llamada Desconocida. Ella estaba a punto de golpear IGNORAR cuando Spencer se aclaró la garganta detrás de ella. "Odio cuando recibo llamadas de números bloqueados" –dijo– "Por lo general suele ser mi mamá comprobándome, cuando ella no quiere que yo sepa que es ella llamándome". El teléfono volvió a sonar de nuevo. Ali miró a Spencer– "¿Se puede bloquear cualquier número?" "Creo que algunos teléfonos no lo permiten" –Spencer se detuvo en su casillero y comenzó a girar el dial– "Los teléfonos públicos son generalmente buenos para eso. Teléfonos celulares, también". Ali asintió. Recordó haber visto una hilera de teléfonos públicos en el vestíbulo de La Reserva –Tal vez su hermana había conseguido –de alguna manera– llegar hasta ellos sin que las enfermeras lo notaran. O tal vez ella había prestado un celular a alguien. Spencer le dio a Ali una mirada sospechosa– "¿Por qué quieres saber cómo bloquear las llamadas?" Ali abrió la boca, pero luego volvió a cerrarla. Spencer resopló– "Bien" – dijo ella bruscamente, mirando de nuevo a su casillero– "No me lo digas" Finalmente, el teléfono fue a correo de voz. Ali se quedó mirando la pantalla, esperando a que el icono de mensaje de voz apareciera,

la multitud de chicos hacia las puertas dobles que daban a un pequeño patio que conectaban la

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alejarse de Spencer, muy rápido. Ella se abrió paso entre

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pero no lo hizo. De repente, ella se sentía como si tuviera que

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escuela media con la escuela secundaria. Ese lugar era más que nada territorio de la preparatoria; todos los chicos de pre-secundaria que se sentaban en los tres bancos del patio o se quedaban allí después de la escuela, eran condenados a ser excluidos. Pero, Ali tenía un pase, especialmente si Cassie o cualquiera de las otras chicas estaban por allí, pero no vio a ninguna por ningún lado. Pero, ella si vio, a una pequeña chica ligeramente gordita de pie en la esquina del patio, hablando animadamente con sus manos. Ella se irguió. ¿Esa era Hanna? Josie estaba junto a Hanna, asintiendo compasivamente. Ali se acercó un poco más, agachándose detrás de un macetero para árboles para que Hanna no la viera. Cuando ella estaba a tan sólo unos metros de distancia, ella captó la conversación de Hanna por encima del estruendo de los otros estudiantes. "... Y ella es, como, tan manipuladora" –Estaba diciendo Hanna– "Hay algunas cosas que ella sabe sobre mí que no quiero que nadie más lo sepa, y estoy tan asustada de que ella se lo diga alguien, si hago algo mal. Me está volviendo loca. Y últimamente ella está actuando más extraña de lo habitual, manteniendo todos estos secretos, recibiendo extrañas llamadas telefónicas – probablemente ella me odia". “Tienes que botarla antes de que ella te bote a ti” –respondió Josie. Hanna apretó su labio inferior– "Pero ella ha sido mi amiga por dos años ya. Hemos pasado por muchas cosas juntas". Ojos de Ali se agrandaron. ¿Hanna estaba hablando de ella?

una buena amiga ahora" –dijo Josie con firmeza– "Eres

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súper cool, Hanna. Vas a estar bien, sin ella"

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"Podría haber sido una buena amiga tuya antes, pero no es

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Ali se llevó su mano hacia su boca. ¿Estaba Josie drogada? Hanna no estaría bien sin ella –para nada. Ali no podía soportarlo más. Ella salió de detrás del árbol y pasó junto a Hanna como si no la hubiera visto– "¡Oh!" –Dijo ella, fingiendo sorpresa justo después de llegar hasta ella– "¡Hola, Han! Hola... Josie, ¿cierto?" Hanna palideció. La sonrisa de Josie desapareció– "H–hola" –dijo Hanna, sus ojos iban de un lugar a otro– "¿Por cuánto tiempo has estado aquí, Ali?" Ali puso sus manos en sus caderas y parpadeó. Su silencio parecía poner aún más nerviosa a Hanna. Hanna miró a Josie– "Tengo que irme" "Por supuesto" –dijo Josie. Ella se despidió de Ali levantando una mano, y luego caminó a su lado de la escuela. Ali se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia Rosewood Day, con sus hombros tensos, y su mandíbula apretada. Hanna se apresuró para alcanzarla– "Espero que no creas que estaba hablando de ti, Ali" –dijo ella– "Yo estaba hablando sobre Kate. Lo juro". Ali se acercó a su casillero y fingió concentrarse en la combinación– "Mm-hmm" "Josie, también, tiene una hermanastra" –dijo Hanna, su voz no era particularmente convincente– "Ella como que ha... estado allí para mi ¿sabes?"

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sido amiga de Kate durante dos años? ¿Desde cuándo?"

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Ali la encaró a Hanna, sus ojos se entrecerraron– "¿Y has

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La boca de Hanna se abrió. Pero ningún sonido salió de ella. Ali abrió su casillero con fuerza y metió un montón de libros en su bolso sin prestar atención a la materia para las que eran– “Debes de tener más cuidado cuando hables con alguien, Hanna. Tú no conoces a Josie. Puede que ella no guarde tus secretos tan bien como yo" Hanna asintió obedientemente– "O–okey". Ali se dirigió al estacionamiento, donde tenía que esperar a Jason– "Pero ella sí parece ser muy agradable" –dijo después de un momento– "¿Sabes lo que estoy pensando? Tal vez deba dar una fiesta. Y deberíamos invitarla". Hanna torció su boca– "¿En serio?" "Uh-huh" –dijo Ali. "E-eso sería genial" –murmuró Hanna. "Me alegro de que pienses así" –Respondió Ali. Como era muy claro que Hanna no estaba recibiendo el mensaje de que Josie no era necesaria, tal vez era hora de intentar un enfoque diferente: Robar a Josie. Demostrándole a Hanna que todos querían ser amigas de Ali más de lo que querían ser amigas de Hanna. Ellas estaban en el camino de entrada para ese instante, justo al lado de la gran fuente burbujeante. Cuando la mamá de Hanna se detuvo junto a la acera, y Hanna se despidió mientras se subía. Ali continuó caminando hacia el asta de la bandera, y pasó unas chicas que llevan grandes

caminaban

de

regreso

hacia

uno

de

los

autobuses. Escaneo con su mirada todo el

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de campo francés, y a un grupo de chicos que

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cajas de chocolates Toblerone para vender y poder ir a un viaje

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aparcamiento en busca de Jason, todo ese tiempo, pero ella no lo vio. Ella giró a la izquierda y se dirigió hacia unas tiendas que estaban justo bajando a la calle principal. El alegre letrero de Pinkberry´s se veía estridente y molesto. La bandera italiana ondeando delante de Ferra´s Cheesesteaks la mareó. Ella necesitaba afirmarse a algo. Pero entonces algo se materializó frente a sus ojos. Un Mercedes dorado estaba estacionado al final de la cuadra. El motor no estaba funcionando, pero había una persona sentada en el asiento del conductor. Ali reconocería en cualquier lado ese brillante cabello rubio. Era su madre. Ella se acercó más. Su madre sostenía su teléfono sobre su oído, y había algo en su postura y su cabeza agachada que hizo que Ali quisiera escuchar. La ventana estaba abierta, y una vez que Ali estuvo a sólo unos pocos coches de distancia, ella pudo escuchar algunas de sus palabras. Sólo necesitamos un poco más de dinero, cariño. Sólo para pagar el resto de las facturas del hospital –Entonces ella se movió acomodándose– Lo sé, lo sé. Pero ella, también, es tu hija. Ali se movió. ¿Por qué su madre le estaba rogando a su padre por dinero en efectivo? La Sra. DiLaurentis hizo unos sonidos de besos al teléfono, y luego colgó. Una fracción de segundo después, el teléfono sonó de nuevo– "Oh, hola, Kenneth" –dijo la madre de Ali con un suspiro. Kenneth era el nombre del padre de Ali. El tono de voz de su madre era totalmente diferente a la de la última llamada. Aburrido. Exasperado. Cansado. El corazón de Ali ganó velocidad. Ella se metió dentro de

su madre había estado hablando –hace un

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verla. A pesar de que no tenía pruebas, sabía que

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Wordsmith´s Books antes de que su madre pudiera

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momento– con dos personas –dos hombres diferentes. Al primero ella le había pedido dinero, presuntamente para pagar las facturas del hospital de la hermana de Ali. Pero entonces ella le dijo: ella también es tu hija. Lo cual no tenía sentido. A menos que... La habitación de repente comenzó a girar. Ali caminó hacia atrás, casi chocando contra un rack metálico lleno de tarjetas de felicitaciones– A menos que, el primer hombre con el que su madre estuvo hablando por teléfono fuera el verdadero padre de su hermana gemela.

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Lo cual, también, lo hacía su verdadero padre.

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CAPITULO 19 SOBRE HIELO DELGADO Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Bryan, Raúl S.

Dos días más tarde, mientras Ali salía de su casa, Jason se paró en su camino y le abrió la puerta– "¿Vas a alguna parte?" –Le preguntó. "¿Por qué te importa?" –Preguntó Ali, sintiéndose arisca. Jason se estremeció ante el tono de voz de Ali– “Sólo pensé que yo podría llevarte” –Él se movió incómodo– “Pensé que, tal vez, podríamos... hablar". Ali envolvió su mano alrededor de la jamba de la puerta, mirando las zapatillas Vans de su hermano. ¿De qué quería hablar? La última vez que ellos realmente habían hablado, ella expresó su preocupación de que sus padres se divorciaran. Eso, incluso, fue antes de que ella se enterara de la aventura de su madre. De repente, el deseo de contarle lo de su madre y lo de ese extraño hombre latía dentro de ella. La vieja ella lo habría hecho. Ellos se habrían sentado en la sala de estar de Radley y diseccionado el asunto hasta la muerte, tratando de averiguar por qué su madre lo estaba muy difícil guardar esto para sí misma. Con cada día

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que pasaba, se sentía como si fuera a estallar.

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haciendo, quién era ese hombre, y que iba a ocurrir después. Era

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"¿Ali?" –Jason la llamó. Ella se estremeció y se sacudió, volviendo a la realidad. Ella no era su viejo yo, y ella nunca podría volver a serlo. Alison DiLaurentis no tenía ese tipo de relación con su hermano –Jason era demasiado temperamental y raro como para preocuparse por él. Ella bajó las escaleras del porche delantero– “Puedo ir sola” –dijo por encima de su hombro– "De todos modos, dudo que vayamos en la misma dirección". Diez minutos más tarde, Ali aparcó su bicicleta delante de la Pista de Hielo de Orvis Hollis Memorial de la Universidad de Hollis, donde ella se reuniría con Emily. HOGAR DE LOS PINGÜINOS DE HOLLIS –decía una pancarta junto a la acera. Chicos que tenían sobre sus hombros patines de hockey sobre hielo y palos largos con puntas como de boomerang pasaron por las puertas dobles. Incluso desde la calle, Ali podía oler las palomitas recién hechas de la pista y los perritos calientes del stand. "¿Alison DiLaurentis patina sobre hielo?" Ali se giró. Un Escalade negro se había detenido junto a la acera, y el bronceado y lindo rostro de Ian Thomas, se asomaba por la ventana. Ali se acercó a él– "¿Me estás siguiendo, acosador?" –Bromeó. "Me atrapaste" –Ian bajó del coche y se acercó a ella, deteniéndose tan cerca que casi se tocaban– "Sólo quería que supieras que yo ya besé a Spencer, tal como me lo pediste. Así que ¿cuándo vas a cumplir tu parte del trato?" Ali sacó un tubo de brillo y se lo pasó sobre sus labios. Lo

superhéroe poderosa, como si ella pudiera hacer girar los coches por encima de su cabeza o doblar

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con él la estaba mirando la hacía sentirse como una

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último que ella quería era darle un beso, pero algo en la forma

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las barras de acero con su mente. Pero, un segundo más tarde, ella se dio cuenta de algo: Engañar a Nick con Ian no la hacía mejor que su madre. Un escalofrío la recorrió. ¿Podría realmente alguien más ser su verdadero padre?, ¿Un hombre al azar, alguien que no sabía? No tenía ningún sentido. Su padre la había llevado a su hermana y a ella a andar en trineo cuando eran pequeñas. Ella había asistido a sus recitales de danza. Él sabía que a ella le gustaba el jugo de naranja sin pulpa y café de vainilla francés de Wawa. Lo que había pasado, si algo había sucedido, ella estaba casi segura de que él no sabía nada de él. Y tal vez si había sucedido algo. El Sr. DiLaurentis y Jason tenían los dedos de los pies idénticos, el segundo más grande que el primero. Y Ali tenía el cabello rubio y los ojos azul hielo de su madre. Pero ella no tenía la nariz de ninguno de ellos –ni la pequeña y fina nariz abotonada de su madre, ni la fea nariz de gancho de su padre. Durante mucho tiempo, ella había estado muy agradecida de no haber heredado la nariz de su padre, pero ahora mismo ella estaba arrepentida. ¿Y de dónde había sacado ella sus labios con forma de arco y su sonrisa sarcástica? Ella había mirado fijamente a su padre durante tanto tiempo en la cena de anoche que él le había preguntado dos veces si había pasado algo malo. Ian movió su mano hacia el brazo de Ali, pero Ali se alejó antes de que él pudiera rozar– “¿Sabes qué? He cambiado de idea. Sólo te voy a dar un beso si rompes con tu novia”. La frente de Ian se frunció– "¿Melissa?" Ali soltó una carcajada– "No, Spencer. Por supuesto que

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chicos que ya están tomados".

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Melissa. Yo no soy del tipo de chica que va detrás de los

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Ian cruzó sus brazos sobre su pecho– "Es sólo un beso". "Mi acuerdo es definitivo" –Ella se dio la vuelta y se acercó hacia la entrada de la pista de hielo. El interior de la pista de hielo estaba oscuro y frío. Banderines de equipos y placas de campeonatos colgaban en las paredes, y la música de la nueva ola ochentera sonaba a través de los altavoces. A Zamboni rugía de ida y vuelta en el hielo, limpiando las rasgaduras del hielo. Varios niños pequeños estaban de pie con impaciencia contra las paredes de plexiglás, sus tobillos de vestidos con skater se tambaleaban. Ali vio a Emily en el mostrador de alquiler. Cuando Emily se volvió y sonrió, el estómago de Ali dio una vuelta. Esta era la primera vez que estaría a solas con Emily desde que ella había descubierto el corazón en el cuaderno de Emily. A pesar de que ella estaba casi segura de que Emily no tenía ni idea de que Ali ya lo sabía, ella todavía se sentía nerviosa, de que Emily pudiera averiguar que ella lo sabía. Y ¿cómo no iba a saberlo? Ali se había ido del vestuario tan rápido. Ni siquiera había tratado de ocultarlo, lo que no era propio de ella en lo absoluto. Eso la hizo sentirse paranoica acerca de todos los otros secretos de su vida. ¿Qué pasaría si la gente se enteraba de eso? "Hey" –dijo Emily en voz baja mientras se acercaba. Había dos pares de patines de hielo blancos sobre su muñeca, y ella llevaba un suéter tejido y pantalones vaqueros. Le entregó Ali un par de patines talla siete y se sentó en el banquillo– "Gracias por venir. Esto va a ser muy

Ali, viendo como niñas en uniformes de Scouts y patines de alquiler de color marrón salía del

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"Solo si te gusta esquivar niños pequeños" –dijo

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divertido".

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baño– "Y caer sobre tu trasero. No he patinado desde que era pequeña". "No te preocupes" –dijo Emily en voz baja– "Yo te ayudaré". Ali miró a su amiga, pensando en ese corazón de nuevo. Amo a Ali, decía. Ali también la amaba, pero no de esa forma. Ella aún no sabía si sentirse halagada o simple y completamente extraña. Ali metió su talón en la bota del patín y ató los cordones fuertemente. Acababa de terminar de hacerse un nudo cuando el Zamboni salió de la pista y los guardias abrieron las puertas de nuevo. Los niños pequeños patinaron hacia el centro. Las luces de discoteca iluminaron el recién brillante hielo. Una canción de Flo Rida empezó a sonar. Los tobillos de Ali se tambalearon en cuanto pisaron el hielo. Emily extendió su brazo– "Coge mi mano. Te tengo". Ali se aferró a la manga de Emily. Sus pies zigzagueaban debajo de ella, y ella estiró hacia fuera su otro brazo para conseguir equilibrarse. Cuando un niño en patines de hockey sobre hielo y un jersey de los Flyers pasó zumbando, casi chocándole uno de sus costados, Ali se fue hacia la izquierda, pero sus pies giraron hacia la derecha. De repente, ella estaba sobre su trasero en el frío hielo. "¡Oops!" –Dijo Emily, ayudando a Ali a ponerse de pie. Ella las guio a ambas hacia la pared y les dio instrucciones a Ali de esperar un momento– "Mueve tus pies así, deslizándose" –Explicó, mostrándoselo. Su patín cortó una línea perfectamente recta en el hielo– "Mantén tus tobillos rígidos. Y no mires tus pies, eso definitivamente te hará caer".

movimientos de Emily. Sus tobillos querían moverse, y sus muslos quemaban aún más de lo

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dudosamente se apartó de la pared y trató de copiar los

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"No voy a caerme nunca más" –Murmuró Ali. Pero ella

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que solía quemar después de correr de arriba abajo por todo el campo de hockey sobre césped, pero después de dar dos vueltas alrededor de la pista, ella comenzó a tener el ritmo correcto. En realidad, era casi divertido. "¿Ves?" –Dijo Emily– "Lo amas, ¿verdad?" "No se lo digas a nadie" –dijo Ali, guiñándole un ojo. "Lo Prometo" –dijo Emily, dándole a Ali otra sonrisa que le retorció el corazón. Ali le devolvió la sonrisa, pero luego se dio la vuelta bruscamente. Ellas se movieron en torno a un grupo de chicas Scouts que estaban patinando juntas y pasaron a unos patinadores artísticos que estaban haciendo complicados saltos en el centro. Entonces Emily se aclaró la garganta– "¿Estás emocionada por la graduación?" "Definitivamente" –dijo Ali. La ceremonia se acercaba, y todas ellas tenían que usar túnicas y gorros de aspecto oficial, al igual que los de último grado– "De hecho, voy a tener una pequeña fiesta el fin de semana previo. Probablemente invitare a Cassie y algunas de las otras chicas, por lo que será una fiesta de grados mixtos. Hanna, también, va a invitar a su amiga Josie". "Oh" –La expresión de desconcierto de Emily no se ajustaba exactamente a su tono de voz aguda– "¿Sigue en pie la pijamada para el final del séptimo grado?" "hasta donde yo sé, si" –dijo Ali– "¿Por qué?" "Simplemente no estaba segura" –Dos manchas rosadas hemos visto mucho últimamente. Tú no como que no

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me has enviado mensajes de texto. Pensé que

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aparecieron en las mejillas de Emily– "Quiero decir, no nos

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estabas enojada conmigo". Ali se quedó mirando el reloj grande de Pepsi en la pared– "Sólo he estado muy ocupada" "Está bien" –La voz de Emily era temblorosa– "Así que... ¿no estás enojada?" Ali la miró desafiante– "¿Por qué podría estar enojada?" Por una fracción de segundo, casi quiso que Emily se lo dijera– Sé que viste lo que escribí sobre ti en mi cuaderno –Tal vez sería mejor que esto fuera un tema abierto. "¡Nada!" –Dijo Emily rápidamente. Por un momento, ella estuvo a punto de perder el equilibrio, sus patines se deslizaron en direcciones opuestas y sus brazos giraban en círculos. Ali agarró un lazo de sus jeans para mantenerla en posición vertical. Por un momento, ella sostuvo la mirada con Emily, desafiándola a mirar hacia otro lado. De repente, ella se imaginó a Emily perdiendo interés en ella, Ali convirtiéndose en una amiga más, los deslumbrantes cumplidos llegando a su fin. Aunque ella no correspondía los sentimientos de Emily, pero había algo en esto que a ella le hacía sentirse tan poderosa como la estaba haciendo sentir lo de Ian. Ella se aclaró su garganta– "Te ves linda hoy, Em". Una mirada de desconcierto paso a través de los rasgos de Emily– "¿En serio?"

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de lo muy pequeño que está tu trasero por la natación".

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"Uh-huh. Tu cabello se ve bien. Y no me había dado cuenta

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"Oh, Dios mío, mi trasero es enorme" –Emily parecía que estaba a punto de desmayarse– "Bueno, tú siempre te ves bien, Ali". "Bueno, entonces supongo que las dos estamos hermosas" –dijo Ali, dándole un codazo juguetonamente. La boca de Emily se estremeció de emoción– "Definitivamente eres la chica más guapa en esta pista. En Rosewood. A veces ni siquiera puedo creer que te conozco". Ali sintió mientras calor llenaba su cara, y las lágrimas se formaban en sus ojos –Ella no sabía lo mucho que había necesitado que le dijeran ese tipo de cosas. Avergonzada, ella giró la cabeza y se lo tragó– "Tampoco puedo creer que te conozco, Em" –Ella lo decía en más de un sentido: si ella no hubiera cambiado de lugar con su hermana, ella no conocería Emily. Las luces de la pista, de repente, se apagaron, y una canción lenta comenzó a sonar. Los niños pequeños se apresuraron a salir fuera del hielo, y las parejas restantes se deslizaron el uno hacia el otro para bailar lento en patines. "Solo las parejas deben patinar" –dijo la voz de un locutor por el altavoz– "Coge a la persona que amas" Una bola de disco se encendió, lanzando fragmentos de luz brillante a los alrededores de la pista. Ali se volvió hacia Emily, su corazón latía muy rápido– "¿Quieres bailar?" Los labios de Emily se abrieron, y sus ojos también expandieron–

su corazón saltante– "Claro, que conmigo. Las chicas pueden patinar con chicas, ¿cierto?"

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Ali sonrió perezosamente, tratando de controlar

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"¿Contigo?" –Dijo ella, sorprendida.

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Ella puso sus manos en la cintura de Emily. Ella trató de ignorar los dedos temblorosos de Emily mientras Emily los envolvía alrededor del cuello de Ali. Después de un momento, Emily cerró los ojos. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Se balanceaba de atrás hacia adelante con el ritmo. "Esto se siente bien, ¿no es así?" –Ali susurró al oído de Emily. Emily asintió nerviosamente. Cuando Ali la acercó más hacia ella, Emily dejó escapar un suspiro muy pequeño. Las luces de la bola de disco se reflejaban contra sus rostros. Ali podía sentir los pulmones de Emily expandirse y contraerse rápidamente. Bzzzz. El bolsillo trasero de Ali vibró. Alargó la mano y sacó su teléfono– Llamada Anónima, decía el ID. La realidad vino de regreso, y Ali se apartó– "¿Hola?" –Preguntó ella demandantemente al teléfono, deteniéndose de golpe en el hielo. Una pareja estuvo a punto de chocar con ella, pero a ella no le importó. No hubo respuesta, sólo respiraciones– "¡Diga algo!" –Ali gritó– "¡Yo sé quién es!" Su hermana no dijo nada, sólo dejó escapar una pequeña risita aguda. "¿Ali?" Emily le tocó el brazo. Ali la miró, con el teléfono aun en su mano. Los ojos de Emily se posaron en el– "¿Quién es?" –Le preguntó con preocupación.

nombre que se le ocurrió– "Hemos estado

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Cassie" –dijo ella, mencionando el primer

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Ali negó con la cabeza rápidamente– "Es sólo

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haciéndonos bromas entre nosotras durante toda la semana. No es la gran cosa". Emily mordió su labio inferior– "¿Estás... segura?" "Uh-huh" –dijo Ali, empujando su teléfono de regreso a su bolsillo. El cual volvió a vibrar, pero ella lo ignoró. Otra canción lenta empezó a sonar, y Emily tomó la mano de Ali una vez más. Pero Ali se alejó, sintiéndose sudorosa, nerviosa y demasiado… demasiado visible. ¿Qué pasaría si su hermana estuvo viendo de alguna forma este momento? ¿Y si ella vio a Ali haciendo esto y pensaba que ella estaba bailando con Emily de verdad? "Creo que un baile lento es suficiente por hoy, ¿verdad, Em?" –Preguntó ella, tratando de que su voz sonara en broma, a pesar de que estaba exhausta y agotada. Las mejillas de Emily se volvieron de color rosa– "¡P-por supuesto! ¡Yo ya no quería bailar! Yo sólo quería comprar un perrito caliente. ¡Y quería saber si tú también querías uno!" Pero la devota sonrisa se quedó en la mente de Ali, y mientras ellas se deslizaban hacia la salida, una sensación amarga brotó en su estómago. Decirle cosas buenas a Emily golpeó su punto más dulce, más blando, el más vulnerable. Y burlarse de vulnerabilidad era generalmente la especialidad de Ali, pero algo acerca de esto la hizo sentirse especialmente culpable. Tal vez se debía a que Emily era su mejor amiga. O tal vez se debía a que, en el fondo, las cosas que Emily le decía a veces hacían

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que Ali, también, se sintiera blanda y vulnerable.

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CAPITULO 20 LA BOMBA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Bryan, Daniela, Raúl S.

"¿Cuántos hermanos y hermanas tienes?" –Le preguntó Nick a Ali por teléfono la tarde siguiente. "Uno" –dijo Ali automáticamente, apoyando sus pies contra la pared de su dormitorio y mirando al techo– "¿Tú?" "Soy hijo único. Fue duro crecer. Siempre estaba jugando conmigo solo". "Sí, pero tuviste toda la atención" –señaló Ali. Nick se quejó– "Todos los que tienen hermanos siempre dicen eso. Pero no es tan divertido". "Me hubiera gustado ser hija única" –Dijo Ali murmurando, más para sí misma que para Nick. Ella rodó sobre su estómago. Ella había estado al teléfono con Nick durante cuarenta y cinco minutos, y treinta y seis segundos –no es que ella lo estuviera contando. Esta era la conversación más larga que había tenido con un chico, y aún no se habían quedado sin cosas de

"¿Tienes un mejor amigo, o un grupo, o qué?"

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"¿Qué tal de amigos?" –Preguntó Nick–

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que hablar.

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"Tengo un grupo –todas son mis mejores amigas" –Ali se picó su esmalte de uñas– "Pero no estoy segura sobre nuestra amistad en este momento". El hizo una pausa– "¿Están peleadas?" "No exactamente. Ellas simplemente... bueno, algunas de ellas no son las personas que pensé que eran. ¿Eso te ha ocurrido alguna vez?" Nick lo pensó por un momento– "Yo tuve una amiga hace un tiempo atrás. Ella era increíble, muy dulce y muy divertida, pero resultó ser que tenía este lado oscuro". Ali levantó una ceja– "¿Era una novia?" "No exactamente" –dijo Nick– "Ella era la amiga de una novia. Una psicópata total". La palabra loca atravesó el cuerpo de Ali como un disparo– "¿Cómo la conoció tu novia?" "Espera" –dijo Nick, y hubo una pausa– "Lo siento" –dijo, volviendo a ponerse en línea– "Pensé que mi madre me estaba llamando" En el patio trasero comenzaron a funcionar martillos mecánicos, y Ali gimió– "¿Qué es eso?" –Preguntó Nick. Ali suspiró– "Los trabajadores están excavando un agujero en mi patio para construir un gazebo. Es el proceso más largo del universo". "¿Por qué los trabajadores necesitaban cavar un agujero para

–dijo Ali, riéndose– "¿Quién sabe? Tal vez están construyendo un refugio antiaéreo debajo del

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"Esa es la pregunta que yo me he estado haciendo"

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construir un gazebo?"

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lugar. O tal vez, este gazebo necesitaba un sótano" –Ella movió su teléfono a la otra oreja– "Entonces, voy a tener una fiesta antes de la graduación. Sólo un pequeño grupo de amigos, pero me encantaría que vinieras" –Su corazón se aceleró inesperadamente. Ella le sorprendió lo nerviosa que estaba por pedirle una cita a Nick. Esta era la primera vez, desde que se convirtió en Alison que a ella le preocupaba que un chico le dijera que no. "¿Cuándo es?" –Preguntó Nick. "Viernes" –dijo Ali– "Sólo en mi casa. Totalmente casual". “Um...” Hubo un crujido detrás de ella, y Ali se dio la vuelta. Su madre estaba de pie en el pasillo, con una expresión nerviosa en su rostro. Era la clase de mirada que uno no ignoraba. Ali acercó el teléfono a su oreja– "Me tengo que ir. Hablamos luego" – Entonces ella presionó FINALIZAR. La Sra. DiLaurentis dio unos cuantos pasos en la habitación– "¿Puedes venir abajo por un segundo? Tu padre y yo queremos hablar contigo y con Jason sobre algo". Por un momento, las piernas de Ali se sentían pegadas a la colcha de su cama. Su mente pensó inmediatamente en su madre y quien quiera que fuera ese tipo del Mall el otro día. La forma en que ese tipo había tocado la mejilla de su madre. Tal vez sería mejor no bajar para nada. "Vamos" –Dijo la Sra. DiLaurentis, estirando su mano hacia

corazón latía ruidosamente, mientras ella bajaba por las escaleras y giraba a la cocina. El Sr.

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Ali no supo que más hacer, aparte de seguirla. Su

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ella.

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DiLaurentis estaba sentado a la mesa, y Jason apoyado contra el mostrador, picoteando hojuelas de una caja abierta de Cheez-Its. Ali trató de hacer contacto visual con él, pero él desvió la mirada. Ella se sentó a la mesa y se quedó mirando el centro de flores. La Sra. DiLaurentis rompió el silencio– "Cariño, tenemos algunas noticias sobre Courtney". Cabeza de Ali se levantó. "Ella ha estado haciéndolo muy bien últimamente. Y ya no se está haciendo llamar Ali. Ella está tomándose sus medicinas y llevándose bien con los demás pacientes y el personal. Tú misma lo viste en el hospital hace un par de semanas, ella parecía estar feliz". "Parecía una locura" –dijo Ali interrumpiéndola bruscamente. Su madre levantó un dedo– "Solo déjame terminar, ¿de acuerdo? Tuvimos una larga conversación con sus médicos, y han recomendado que nosotros la tratemos en casa por un tiempo. Ella estará aquí la próxima semana, y luego veremos qué pasa". Ali entendió cada palabra individualmente, pero juntas no tenían ningún sentido– "La próxima semana" –Preguntó ella, luego se hecho hacia atrás en su silla– "Pero ¿qué pasa con mi fiesta de final de séptimo grado? Invité a un montón de chicos, chicos de Rosewood Day". "Nosotros la recogeremos el martes siguiente ¿Qué te parece

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eso?"

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Ali sólo parpadeó– "¿Pero estará aquí para la graduación? ¿Para la pijamada? Ella no va a venir a la graduación, ¿verdad?" –Y definitivamente ella no iba a venir a la pijamada. "Oh, no, uno de nosotros se quedara con ella" –El Sr. DiLaurentis puso una de sus manos en su hombro" Todo irá bien, cariño. Le prometemos". "No, no lo hará" –La voz de Ali temblaba– "Esta es una idea terrible". "Sé que es mucho para procesar" –Dijo la Sra. DiLaurentis suavemente– "Y estaremos aquí para ayudarte en el proceso. Pero, cariño, realmente pensamos que no va a hacerte daño nunca más. Trata de ver esto con compasión, si tú estuvieras en el hospital, ¿no te gustaría que te saquemos de allí?" ¡Sí! –Ali quería gritar– ¡Lo quería con muchas ganas, y nunca lo hicieron! Miró a su alrededor en la habitación. Todo parecía diferente de alguna manera, las paredes más cerradas, el reloj más grande, el horno demasiado brillante. En el exterior, un enorme cuervo se apoyó en lo alto de la casa del árbol, como una señal de mal agüero– "¿Ella ya no se hace llamar Ali?" – Preguntó con voz ronca. "Así es" –Dijo la Sra. DiLaurentis– "Eso es algo muy bueno, ¿no te parece?" Ali, no estaba tan segura. A menos que ella realmente se hubiera vuelto loca –la razón más lógica para que su hermana ya no se hiciera llamar Ali era para que los médicos la encontraran sana y que la

guardar

silencio?

O

–lo

más

probable–

¿Averiguaría una forma de llegar a Courtney y

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legítimo como la Verdadera Ali y forzaría a Courtney a

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enviaran a casa. Y entonces, ¿qué pasaría? ¿Tomaría ella su lugar

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enviarla de regreso al hospital y así ella volvería a ser hija única –La nueva chica DiLaurentis? “¿Van a decirle a todo el mundo quién es ella?” –Preguntó Ali– "¿Voy a tener que decírselo a mis amigas? ¿A todos en la escuela? ¿Qué va a pensar la gente?". "Daremos un paso a la vez" –Dijo la Sra. DiLaurentis– "En este momento, sólo vamos a tratar con ella dentro de casa por unos días. Mantendremos a Courtney dentro de casa como lo hicimos la última vez que estuvo aquí". "Excepto que ella no se quedó en el interior" –dijo Ali bruscamente– "Ella se salió y habló con Jenna Cavanaugh. Ella prácticamente nos expuso a todos". "Vamos a vigilarla con más cuidado esta vez" –El Sr. DiLaurentis insistió, dejando su taza– "Esperamos que ustedes chicas, también, hablen un poco. Hemos programado que venga un consejero para ayudarnos en la transición. Realmente tenemos que empezar a tratar con algunas de estas cosas, en vez de evitarlas". "¡Pero yo no quiero hablar con ella!" –Ali gritó. Ella sabía que sonaba como una loca, pero no podía evitarlo. Luego miró a Jason. Había una pequeña sonrisa en su rostro, como si estuviera realmente feliz– "¿Sabías acerca de esto?" Jason asintió– "Me lo dijeron anoche. También creo que es una buena idea". "Crees" –dijo Ali. Levantándose de la mesa y salió por la

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puerta.

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"Alison, ¿a dónde vas?" –Exclamó la Sra. DiLaurentis. "Afuera" –espetó Ali, su voz temblando vergonzosamente. "¡No hemos terminado de hablar!" Ali hizo un gesto de despedida, pero la Sra. DiLaurentis fue detrás de ella, estirando su mano para agarrar la parte de atrás de la remera de Ali. Ali se apartó y se liberó, pero en lugar de seguir hacia adelante, ella se giró y miró a su madre. Sus ojos le ardían. Sus fosas nasales se dilataron. De repente, Ali se llenó de tan rabia hacia la mujer de pie delante de ella. Sus extremidades, literalmente, se contorsionaban de odio. "Yo sé lo que estás haciendo" –Ella escupió– "Te he visto con... él. Yo sé la verdad". Al comienzo, la frente de la Sra. DiLaurentis se arrugó, pero luego su rostro se puso muy pálido. Ella miró nerviosamente a su marido, luego a Jason. La piel de Ali hormigueo. Así que era verdad. Tal vez todo lo era. Ali se dio vuelta y salió por la puerta– "Alison" –El Sr. DiLaurentis la llamó– "¡Maldición! ¡Vuelve!" Pero Ali ya estaba a mitad del patio camino hacia los árboles en la parte de atrás. Las lágrimas corrían por su rostro. Su garganta se sentía raposa por los gritos. De repente, ella se sintió como si todo lo que ella estaba tratando desesperadamente de mantener unido, ahora era una gran bola de hilo enredada. Imaginó que las mentiras eran una maraña de nudos imposibles de desatar en la tierra. No importa lo mucho que tratara de

cama esperando por ella en este mismo momento? Ella pensó en la pila de Polaroids que

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¿Y si la enviaban a la Reserva? ¿Y si había una

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resolver las torceduras, nunca, jamás volvería a ser igual.

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estaban en su cajón superior, todos sus recuerdos del pasado año y medio. Sería lo único que le quedaba en esta vida. De cualquier vida. Ella moriría antes de volver allí. Ella, literalmente, se suicidaría. "Alison" –Su madre la llamó desde el porche, pero Ali siguió su camino. Sólo cuando ella llegó al agujero del gazebo se detuvo y miró el oscuro abismo. Tenía que ser una caída de tres metros. Si sus padres se enteraban, si "Courtney" de alguna forma se las arreglaba para enviar a Ali a La Reserva en su lugar, ella saltaría a este agujero y nunca volvería a salir. ¿Qué harían sus padres? ¿Tratarían de salvarla? ¿La extrañarían? ¿Les importaría, si quiera? "Ali" –Su mamá le llamó una vez más, y Ali le levantó su dedo de en medio. Ella le dio una patada a un montón de tierra y observó pequeños guijarros en cascada que caían hacia abajo, abajo, abajo, hasta el fondo vacío, y luego continuó caminando hacia el bosque, donde ella pudiera llorar sin que

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nadie la escuchara.

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CAPITULO 21 UNA OFERTA QUE NO PODRÁS RECHAZAR Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Bryan, Raúl S.

Dos tardes después de eso, Ali y Spencer estaban sentadas en la gran mesa del comedor de Spencer, observando como la lluvia rodaba por las ventanas. Ellas habían apartado algunos platos de porcelana, servilletas, y candelabros con velas de la mesa –La Sra. Hastings era del tipo de persona que siempre tenían la mesa puesta para así poder agasajar con un banquete a cualquier invitado de último minuto– para así poder tener espacio para la laptop de Ali y una pila de fichas. Estaban usando el iTunes de Ali para hacer la lista de la música que se reproduciría en la fiesta improvisada de final de escuela que Ali había fijado para el viernes. Las tarjetas contenían palabras de vocabulario para su examen final de inglés mañana. "Muy bien, megalómano" –dijo Spencer. Ali se recostó hacia atrás en su silla– "¿Eso es una banda o una palabra de vocabulario?" Spencer se rió– "Vocabulario, tontita" Ali levantó las manos– "Me atrapaste".

fantasías delirantes de poder, importancia y

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omnipotencia".

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Spencer giró la tarjeta– "Alguien que tiene

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"Lo tengo" –Dijo Ali, dándose una vuelta. Esa definición le recordaba a alguien: Su hermana psicótica. Queriendo ser la única chica DiLaurentis. Sacándola de la familia por cualquier medio posible. Y ahora la iban a traer de regreso. Faltaban seis días, una hora, veintitrés minutos –Aproximadamente– para que su hermana regresara, y Ali no tenía ni idea de qué hacer al respecto. Peor aún, su familia se había involucrado por completo en la preparación para el regreso de su hermana gemela: consiguiendo un nuevo edredón para la habitación de invitados, comprándole una laptop y un escritorio, indagando sobre una membresía para ella en el Club Country de Rosewood, abriéndole una cuenta en la farmacia de Rosewood para poder renovarle fácilmente sus medicinas. Incluso la Sra. DiLaurentis había tenido la osadía de preguntarle a Ali si tenía alguna ropa que no le importara dásela a "Courtney" –ya que probablemente ella necesita algunas cosas para comenzar. ¡Como si Ali realmente fuera a dejar que ella usara sus jeans y sus camisetas! Era increíble: A pesar de que sus padres creían que la chica en el hospital era la Verdadera Courtney, ellos todavía la trataban mejor de lo que nunca habían tratado a Ali cuando ella estaba aquí. Ella había dado vueltas toda la noche, teniendo pesadillas sobre los pasillos de La Reserva y los gemidos que solía escuchar en Radley. ¿Podría su hermana demostrar, inequívocamente, que Ali había mentido durante todos estos años y que la obligó a tomar su lugar en La Reserva? ¿Y qué podría hacer Ali si lo hacía? Después de todo, era cierto. "¿Ali?"

muy abiertos, y mechones de su cabello se habían soltado de su cola de caballo– "Te

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camino entre su boca y el papel. Sus ojos azules estaban

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Spencer la estaba mirando a ella, con un lápiz a medio

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pregunté si pensabas que Nas serviría para la lista de música que vas a reproducir". "Oh" –Ali hizo girar su anillo con su inicial alrededor de su dedo– "Eso suena bien" Spencer ladeó su cabeza– "¿Estás bien?" "¡Por supuesto!" –Ali exclamó. Luego se encogió de hombros– "Es solo que anoche tuve un sueño horrible. Jason estaba reproduciendo su horrible música otra vez; ya sabes cómo es eso". Spencer pasó una página de su libro de texto. El reloj antiguo que estaba de pie en el pasillo hizo bong una vez más. Justo cuando la mente de Ali comenzó a vagar en ese páramo de histeria, una vez más, Spencer cerró de golpe su libro y miró su teléfono– "Sí" –susurró, tocando la pantalla. Ali levantó la vista– "¿Qué ocurre?". Spencer sonrió con picardía– "Nada". Ali acercó su silla para poder echar un vistazo, pero Spencer ocultó la pantalla con su mano. Pero, no antes de que Ali pudiera ver el nombre de Ian Thomas en la parte superior del mensaje– "Estás enviándole mensajes de textos a Ian" –declaró Ali. Spencer puso su teléfono boca abajo sobre la mesa– "Tal vez". Ali la miró, sorprendida por el tono sarcástico y arrogante que la voz de Spencer tenía. Ese tono de voz estaba reservado para ella y sólo para ella. Ali sostuvo la mirada con Spencer durante varios segundos. Ella no iba a preguntarle a Spencer sobre esto. Ella no iba a caer tan

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bajo como para rogar.

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Justo cuando lo pensó, después de unos segundos, el duro exterior de Spencer se quebró– "Está bien, está bien. ¿Recuerdas que he estado enamorada de Ian? Él y yo nos dimos un beso en mi camino de entrada hace un tiempo" –Ella tomó el brazo de Ali juguetonamente– "Lo cual me pone en primer lugar, en la competición de besar chicos mayores". Ali

mantuvo

sus

facciones

neutrales–

"Hmm"

–dijo

ella

desinteresadamente. Spencer hizo girar su lápiz en sus manos– "Creo que él me quiere de a de veras. Él estaba muy interesado en mí" –Ella le dio a Ali una sonrisita petulante– "Así que ahora me estoy preguntando qué debería hacer. ¿Debería llamarlo? ¿O espero a que él venga a mí? Yo sé que va a volver a ocurrir – Simplemente lo sé. Pero no sé cómo hacer las cosas. ¿Tal vez yo debería invitarlo a tú fiesta? ¿Qué piensas?" La boca de Ali se abrió. ¿Acaso Spencer hablaba en serio? ¿Acaso ella honestamente creía que lo de Ian era real, y que iba a continuar? Él estaba saliendo con su hermana. Ella miró una vieja foto de Melissa en la escuela colgada en la pared, por un momento, sintiéndose mal por ella. Entonces ella se imaginó a aquel hombre acercándose y tocando el rostro de su madre. El hombre que, posiblemente, era su padre, un imbécil que ni siquiera era lo suficientemente grande como para admitir que ella era hija suya. ¿¡Cómo se atrevía su madre a no decirle esto!? ¿¡Cómo se atrevía ella a mantener esto en secreto de toda la familia!? ¿Qué pasaba si Ali quería conocer a este tipo?, ¿Si ella quería saber de dónde realmente venia? ¿Acaso no importaba la opinión de ella en todo esto? Ella se sentía igual que en Radley – Olvidada, segunda mejor, un obstáculo en lugar de algo que

pegajosa maldad –que había sentido con Aria el

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Ali sintió como la misma vieja, oscura y

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nutrir y cuidar. Perra.

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otro día– se apoderaba de ella. Ella se giró hacia la hilera de fotografías colgadas a lo largo de la pared, luego agarró el gran marco con la fotografía de Melissa en la graduación– "Esto es una cosa bastante tonta como para hacérsela a tu hermana, Spencer" –dijo ella– "Él es el novio de tu hermana". Spencer entrecerró sus ojos– "¿Y?". Ali miró a los ojos de Melissa en la fotografía. Eran del mismo tono azul que los de ella– "Sé que la odias, pero eso es bajo, incluso para ti". "¡Pero fuiste tú la que me dijo que debería ir a por él!" –Spencer le gritó con su voz temblorosa. Ali arrugó su frente– "No, no lo hice". Ahora Spencer estaba de pie– "¡Sí, lo hiciste! ¿No recuerdas la fiesta de Melissa? Allí me dijiste: de verdad creo que debes ir a por él totalmente. Todo vale en el amor y en la guerra". Ali cruzó sus brazos sobre su pecho– "Bueno, he cambiado de opinión. Y de todos modos, yo no pensé que realmente lo harías". Spencer se dirigió a la esquina de la habitación y miró a través de la ventana sin un rumbo fijo. La vista daba hacía el granero de Melissa. Había una luz encendida en el interior; Melissa debía de estar en casa– "Realmente me gusta" –dijo con voz trémula, sus ojos repentinamente brillaban con lágrimas– "Pensé que estarías feliz por mí". Ali suspiró y se levantó– "Yo estaría más feliz si te gustara alguien más".

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El rostro de Spencer mostró compresión– "¿Te gusta?".

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Ali negó con la cabeza bruscamente– "No. Sólo creo que está mal. Y creo que deberías decirle a Melissa lo que hiciste". "¡No puedo!". Ali se apoyó sobre una de sus caderas– "Sí, que puedes, Spencer. Y si no lo haces tú, lo haré yo". Los ojos de Spencer buscaron el rostro de Ali como si nunca la hubiera visto antes. Luego de un momento, se giró hacia un lado y dejó escapar un pequeño chillido– "Tal vez yo ya no te necesito como una amiga" –gruñó ella con sus dientes apretados. Ali se echó a reír– "Vamos, Spencer. No serías nada sin mí". "Eso no es amistad. Estoy cansada de que siempre estés tratando de ser mejor que yo”. Ali resopló pero no mordió el anzuelo– "Además, si ya no somos amigas, entonces no tengo absolutamente ninguna razón para no decirle a Melissa lo que pasó. Sólo estoy manteniendo mi boca cerrada porque me preocupo mucho por ti" –Ella parpadeó inocentemente. Spencer pasó su mano por su frente. Su boca se abrió, pero no salió ni una sola palabra. Ella caminó hacia sus libros, los recogió en sus brazos y se marchó airadamente de la habitación, dejando caer unas cuantas tarjetas mientras se marchaba. Ella no volvió para recogerlas, Ali miró su limpia y ordenada letra escrita a mano. Svengali, decía. Definición: Persona que, con propósitos malvados, controla a otra persona mediante la persuasión o el engaño. Un Svengali puede fingir amabilidad y utilizar la manipulación para conseguir que la otra persona

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ceda su autonomía.

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Esa soy yo, –Ali pensó sombríamente– Es en quien mi familia me ha convertido. Ella caminó entre los arbustos hacía su patio. Pero justo cuando estaba a punto de abrir la puerta principal de su casa, su piel se erizó. Se sentía como si hubiera alguien de pie detrás de ella, mirándola, pero cuando ella se dio la vuelta, la calle estaba vacía. Ella entrecerró sus ojos hacia la casa de los Cavanaugh al otro lado de la calle. Las persianas estaban cerradas. No había luces encendidas. Algo aleteó fuera de la manija de la puerta y cayó a sus pies. Ella se agachó, la recogió, y arrugó la frente ante la foto Polaroid que tenía delante de ella. Era la foto que ella había sacado de sí misma y de Ian en Romeo y Julieta un par de semanas antes. Sólo que ahora había un escrito hecho con labial rojo sobre ella y la cara sonriente de Ian. Ali tomó aire mientras leía el mensaje, luego miró a su alrededor una vez más. "¿Hola?" –Dijo ella en voz baja, con voz temblorosa– "¿Ali?" –No hubo ninguna respuesta. Ella tragó saliva y bajó su mirada hacia el mensaje una vez más– Estás muerta, perra –decía, en una letra escrita a mano que se parecía

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inquietantemente a la de su hermana.

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CAPITULO 22 LA HIJITA DE PAPI Traducido por: Daniela. Corregido por: Bryan, Raúl S.

La tarde del jueves, Ali y Aria estaban de pie en los pasillos de Sparrow, una tienda polvorienta de discos en el corazón del distrito Comercial de Hollis. Por los altavoces sonaba Cut Copy, un par de chicos universitarios de apariencia muy sucia, estaban de pie en las cajas registradoras moviéndose al ritmo de la música con los ojos cerrados. Sparrow era una de las únicas tiendas que quedan en la zona de Philadelphia que vendían discos de verdad. A pesar de que la familia de Ali ni siquiera tenía un tocadiscos, era muy divertido hojear las repisas, mirando las portadas de los discos. "Estoy muy emocionada por esta fiesta" –Dijo Aria mientras revisaba rápidamente los discos de música para bailar– "Fue muy lindo de tu parte darla, Ali" "Estoy deseando que llegue" –dijo Ali con calma. Luego ella bajó su mirada hacia su teléfono sonando. Por primera vez, no era una llamada de un número anónimo, sino un mensaje de Spencer– Tomé el examen final de

satisfacción. Este era el tercer mensaje de negociación que había recibido de Spencer hoy,

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Está bien, –Ali contestó, sintiendo una oleada de

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historia de hoy –decía– ¿Quieres las claves de las respuestas?

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todo para evitar que Ali le dijera algo a Melissa. En el primer mensaje, Spencer le había dicho a Ali que ella podía quedarse para siempre con su cartera Burberry en vez de simplemente pedirla prestada. En el segundo, ella le había dicho que estaba haciendo su mayor esfuerzo para conseguir el granero para la fiesta de pijamas. Ali probablemente podía pedir la luna en este momento y Spencer se ofrecería a bajarla con un lazo. Se sentía bien tener a Spencer de nuevo bajo su control– "Tal vez debería ser la DJ" –Aria murmuró, sus brazaletes sonaron mientras ella cogía un gran par de auriculares de plástico y se los ponía sobre sus orejas– "¿Me veo genial? Tal vez a un chico universitario le guste". "Te ves como una controladora de tráfico aéreo" –dijo Ali, sacándoselos– "Los audífonos grandes arruinan tu cabello". Aria hizo un puchero, luego se encogió de hombros y puso los audífonos de vuelta en el estante. Ella levantó un viejo disco de los Rolling Stones– "Deberías comprar esto para Noel. Le gusta mucho el rock clásico". Ali parpadeó– "¿Por qué iba yo a comprarle algo a Noel?" Aria la miró sorprendida– "¿Debido a que sales con él?" Ali miró fijamente una mota de polvo en la esquina; esta era el tipo de tienda que probablemente nunca había visto un Swiffer14. Ella casi había olvidado que le había dicho a Aria que Noel le gustaba ella. Ella incluso ya le había dicho que ellos habían salido en dos citas, a pesar de que no era así– “Cierto" –dijo ella con desinterés– "Pero tú debes estar muy lastimada por lo de Noel, ¿eh?".

acuosas lámparas de lava de color neón sobre 14

Swiffe: Marca de productos de limpieza para suelos.

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tenía un par de cabinas de audio en la parte de atrás y

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Aria caminó hacia la habitación de discos raros, la cual

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mesas en los rincones– "No lo sé" –Murmuró– "Hoy recibí unas noticias que alivianan la carga un poco". Ali la miró– "¿Qué tipo de noticias?" –De repente, ella se preocupó, de que hubiera una excusa inocente para lo que había pasado entre el Sr. Montgomery y esa chica. De que la familia de Aria estuviera bien, –de que sólo fuera su familia la que era un desastre. Aria cogió un álbum de Fleet Foxes, y luego lo puso en su lugar otra vez– "Mi padre recibió una oferta para enseñar en la Universidad de Islandia el próximo año. Puede que todos vayamos". Ali parpadeó– "¿Islandia? Pensé que sólo los pingüinos vivían allí". "Esa es Groenlandia" –dijo Aria sabiondamente– "Islandia es exuberante y hermosa. Miramos fotos de ella en Internet ayer por la noche, y parece increíble. Está llena de volcanes y glaciares y tiene un increíble snowboard. También, hay una gran escena de la música allí, al parecer, todos los chicos son altos y guapos". Ali la miró fijamente. Él sólo imaginar a la familia de Aria felizmente sentada alrededor de una computadora la mareó. La última reunión de la familia DiLaurentis fue cuando sus padres le habían dicho que su hermana venía a casa, y mira lo bien que había ido eso– "¿No es Islandia el lugar que, como que, se queda de día todo el tiempo en el verano y oscuro en todo el invierno? ¡Eso apesta!". Aria se encogió de hombros – "Supongo que uno se acostumbra".

"Lo hacen. Lo revisamos. Todos hablan inglés perfectamente. Y la tasa de alfabetización es del

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cien por ciento".

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"¿Y si ellos no hablan inglés allí?"

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Ali olfateó, poco convencida– "¿Y qué tal si te hacen cantar el Yodel?". "Creo que eso es en Suecia" –dijo Aria– "O en Noruega". "Suena como una idea horrible" –Ali decidió– "¿No has leído la revista Teen Vogue del mes pasado? Hicieron una lista de los lugares más geniales para visitar, e Islandia no estaba en ella". Aria ladeó su cabeza– "¡Estás celosa! Puedes venir a visitarnos. Me encantaría". "¡No estoy celosa!" –Ali dijo abruptamente. Pero tal vez ella si estaba algo celosa. Además, a Aria ni siquiera parecía importarle el irse de Rosewood, dejarla a ella. De hecho, parecía que ella si quería largarse de aquí, como si sus amigas no valieran para nada. Aria ni siquiera dijo nada sobre lo mucho que echaría de menos a nadie. Ella no había mencionado lo triste que estaría al irse. Esa sensación hizo que Ali tuviera mucho calor y picazón, como si ella acabara de ser mordida por las hormigas. De repente, a ella se le ocurrió una idea de golpe. Fue cerca de esta hora cuando ella había hecho su descubrimiento en el callejón. Tal vez hoy, también, había algo que descubrir allí, De repente, ella quería que Aria sufriera tanto como ella. Ali miró a Aria– "¿Dijiste que tu papá recibió una oferta?". "Si" –Aria sonrió– "Ellos van a hacer de él el jefe de un departamento. Él está pensando en hacer una investigación sobre los trolls. Una locura, ¿Cierto?".

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Aria la miró– "¿Por qué no?".

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Ali olfateó– "Tu papá no va a dejar Hollis".

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Ali se balanceó de atrás hacia adelante en sus talones. Ella buscó algún signo de conocimiento en la expresión de Aria, pero Aria solo se la quedó mirando con los ojos entrecerrados. Encogiéndose de hombros, Ali se dio la vuelta y salió de la tienda. Aria la siguió cuando ella caminó por la acera– "¿A dónde vas?" –Ella la llamó– "¿Estás enojada?". "No estoy enojada" –dijo Ali despreocupadamente– "Sólo necesitaba un poco de aire. Camina conmigo". "Lo siento, Ali" –Aria sonaba a la defensiva– "Pero pensé que estarías feliz por mí. Es una oportunidad increíble para mi padre –para todos nosotros". "Uh-huh" –dijo Ali– "Estoy muy feliz por ti, Aria. Tu vida va a ser realmente perfecta" –O eso es lo que crees, –agregó en su mente. Ellas pasaron junto a un conocido Kinko´s, luego pasaron el lugar en la acera donde ella y Jason se habían aparcado un par de semanas atrás. Cuando Ali dobló por el callejón que daba al edificio de La Historia Del Arte, y mire, allí estaba el maltratado Subaru estacionado en su sitio regular –Aparatado solo para los de la facultad. Sí. Aria giró la esquina detrás de ella– "Ali, ¿Por qué estamos...?" –Su voz se interrumpió, mirando fijamente el coche de su padre– "¡Oh, mira! Vamos a dejarle una nota a mi padre". Aria metió su mano dentro de su bolso, tal vez buscando un cuaderno y un bolígrafo, cuando algo en el coche capto su atención. Sus cejas se arrugaron cuando vio la cabeza de su padre levantarse de entre los

Aria se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Su bolso se cayó de sus manos. Ella dio un gran

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la cabeza de una chica. Ali vio el momento exacto en que

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asientos. Ella estaba a punto de gritarle, pero también apareció

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paso hacia atrás, tropezando con una rejilla de una alcantarilla. Byron Montgomery se inclinó hacia la joven y la besó en la boca. "¿Papá?" –Aria espetó. Las siluetas dentro del auto se separaron. El Sr. Montgomery se dio la vuelta y miró a Aria, el color se drenó de su rostro. La chica, –la cual era rubia, linda y sin duda una estudiante graduada– miró a Aria sin inmutarse, con una leve señal de una sonrisa en los labios. "Aria" –dijo el Sr. Montgomery, abriendo la puerta. Aria dio otro paso hacia atrás. Ella miró a Ali, sus ojos estaban redondos. Su expresión transmitía todo tipo de preguntas. ¿Viste eso? ¿Esto está ocurriendo realmente? Y tal vez, sólo tal vez, ¿Sabías que estaban aquí? Y entonces, antes de que su padre pudiera llegar a ella, Aria se dio la vuelta y

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echó a correr.

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CAPITULO 23 LA RED ENRREDADA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Bryan, Raúl S.

Esa noche, Ali yacía boca abajo en su cama, con su diario abierto ante ella. Ali tenía mucho que escribir; un montón de cosas habían pasado. En estos días, ella estaba escribiendo más sobre la vida y las transgresiones de sus amigas que sobre su propia vida. Era algo así, como escribir una novela jugosa pero sin tener que trabajar en algunos de los detalles, ya que todos ellos estaban allí, dentro de su memoria. Ella escribió una frase final sobre Aria espiando a su mujeriego padre en el coche, luego dejó su pluma, tomó su teléfono, y escribió un mensaje para Aria. ¿Cómo estás? –Escribió– ¿Quieres hablar? No hubo respuesta. Ali se pasó su lengua por sus dientes. No era así como se suponía que debía ser. Se suponía que Aria debía confesarle todo a ella, Aria tenía que necesitarla, y luego Ali a su vez le confesaría lo que le estaba pasando a ella. Pero, en su lugar, Aria estaba siendo muy silenciosa, casi como si todo esto fuera culpa de Ali. Su teléfono sonó, y por un segundo, Ali pensó que Aria le había

El corazón de Ali saltó– También, te extraño –Ella

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respondió– ¿Vas a venir a la fiesta?

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respondido. Pero el mensaje era de Nick– Te extraño.

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No estoy seguro de si puedo ir, –Nick le respondió– Puede que tenga que trabajar esa noche. ¡No! –Ali respondió– ¡Trata de tener la noche libre! Alguien llamó a su puerta, sorprendiéndola y haciéndole caer su teléfono a la alfombra. Su madre estaba de pie en la puerta– "Esta muy agradable afuera" –dijo ella en voz baja– "¿Por qué no nos sentamos en la terraza?". Ali cogió su teléfono y se encontró con la mirada de su madre –la cual era una mirada pétrea– "¿Me estás pidiendo que me siente en la terraza contigo, o me los estas diciendo?". La Sra. DiLaurentis parecía atormentada– "¿Por favor?". Ali se mordió la parte interior de su labio mientras seguía a su madre hasta la enorme terraza de madera en la parte trasera de la casa. Su madre había colocado una jarra de limonada y dos vasos con varias ramitas de menta apoyadas en el borde, una vieja tradición de cuando las chicas eran pequeñas. En su antigua casa, la menta silvestre había crecido en el patio lateral; Ali y Courtney les encantaba recogerla y apretarla contra sus narices para inhalar el aroma fresco. Bebían sus limonadas como damas sofisticadas, fingiendo que eran cócteles. Ella sonrió ante el recuerdo y luego, unos segundos después, tosió para ocultar un pequeño gemido. "¿Estás bien?" –Preguntó la Sra. DiLaurentis, vertiendo la limonada en el vaso. Ali se encogió de hombros y miró hacia el césped. El cual

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estaba impecablemente verde y bien cuidado, gracias a los

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jardineros semanales. Sólo el feo agujero en la parte posterior empañado la escena pastoral– "Lo que sea". "¿Ansias tu fiesta?" –Le preguntó la Sra. DiLaurentis. "Uh-huh" –Ella tomó un sorbo de la limonada. "Tu padre puso los altavoces en la cubierta. Y los trabajadores se habrán ido para entonces, pero allí estará el enorme agujero. Sólo asegúrate de que nadie pase por allí, ¿de acuerdo? No queremos que nadie se caiga". "Está bien" –Si ella daba respuestas cortas, tal vez su madre la dejaba en paz. La Sra. DiLaurentis cruzó las manos. El sol le daba justo sobre un lado de su rostro, iluminando una de sus mejillas y dejando la otra dentro de las sombras– “Realmente pareces molesta por algo". Ali apoyó fuertemente su vaso de limonada, haciendo que el hielo tintinee. ¿Era su madre tan idiota? Por supuesto que algo le estaba molestando. Varios algos. Y su madre sabía exactamente cuáles eran esas cosas. Ella miró el agujero medio–excavados en su lugar– "¿Cuándo van a terminar esa cosa?" –Preguntó bruscamente– "Se están tomando demasiado tiempo. Para el momento en que ellos hayan terminado, la oportunidad de tener fiestas de verano fabulosas habrá terminado". La Sra. DiLaurentis no miró hacia el agujero, sus ojos aún estaban sobre Ali– "¿Tienes a alguien con quien hablar, cariño?

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¿Acerca de... las cosas?".

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Ali miró sus sandalias– "Si te refieres a ella, las estábamos manteniendo en secreto, ¿recuerdas? No puedo hablar con nadie". "Bueno, si deseas hablar con tus amigos sobre ello, eso estaría bien para nosotros". Ali contuvo el estómago– "No, gracias". La Sra. DiLaurentis barrió un montón de hojas invisible de la superficie de la mesa de la terraza– "Tal vez un consejero, entonces. Ellos pueden ayudarte". Ali la fulminó con la mirada– "Tienes a la gemela equivocada. Yo no soy la loca. Yo no necesito un psiquiatra". La Sra. DiLaurentis cerró los ojos– "Eso no es lo que quise decir. Pero la forma en la que reaccionaste el otro día cuando te dije que Courtney venía a casa, parecías muy perturbada". Ali giró su silla para no darle la cara a su madre– "¿Qué esperabas? ¡Simplemente lo soltaste! ¡Incluso Jason lo supo antes que yo! Y yo no la quiero en casa, mamá. Es una idea terrible". "Ella es parte de la familia. Y a veces, en las familias, tienes que hacer cosas que no quieres hacer". "¿Y qué pasa si ella trata de hacerme daño otra vez?". Un coche se quejó en la calle. Una paloma arrulló en los árboles. La Sra. DiLaurentis frunció los labios– "Eso no va a suceder". El incidente en el baño de La Reserva destelló en la mente

madre de Ali se quedó mirando el agujero

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"Sólo lo sé, ¿de acuerdo?" –Entonces la

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de Ali– "¿Cómo lo sabes tú?".

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medio–excavado, luego hacia los arbustos que separaban su patio del de los Hastings– "También, tenemos que hablar, de lo que me dijiste. Acerca de... él". Ali se puso de pie y se dirigió hacia la puerta corrediza– "No, gracias". La Sra. DiLaurentis la agarró del brazo– "No es lo que piensas, Alison". Ali abrió la puerta– "Sí, lo es". "No lo es, y no deberías haberme confrontado con eso. Ahora tu padre está haciéndome preguntas. No estoy teniendo una aventura con alguien, y fue grosero de tu parte decir algo como eso". La cabeza de Ali fustigó. Todos los sonidos –el silbido del viento, el cortacésped del vecino, el zumbido constante de la calefacción– parecieron cesar por un momento– "¿En serio te vas a sentar aquí a negarlo?". Los ojos de la Sra. DiLaurentis se movieron de un lado a otro, buscando su rostro– "¿Qué crees que has visto, exactamente?" "Vi a un tipo tocando tu mejilla en el centro comercial. Y te he oído" – Ali chilló– "Te he oído hablarle a alguien con una voz dulce, alguien que no era papá. Y sonaba como si él supiera sobre Courtney". Un músculo junto a la boca de la Sra. DiLaurentis se crispó. Sus ojos se oscurecieron a un azul más profundo, que siempre lo hacían cuando ella se ponía seria o enfurecida– "Sí, hay alguien que sabe sobre Courtney además de nosotros. Pero es alguien que ha mantenido las cosas en absoluto secreto, te lo prometo. Hay un montón de cosas que no entiendes,

burbujeaba en su interior, entonces explotó– "¿Cosas que no necesito saber?" –Gruñó, su voz

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Ali pasó la mano a lo largo de su cara. Ira

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Alison. Cosas que no necesitas saber".

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sonaba salvaje. Ella alejó su mano de su madre, su cabeza daba cada vez más vueltas– "¿Cuándo me vas a decir la verdad, mamá? ¿Cuándo vas a decirme de dónde vengo realmente?" La Sra. DiLaurentis tiró la cabeza hacia atrás y arrugó su frente– "¿De qué estás hablando?". "¡Te he oído!" –Ali gritó– "¡Te he oído decirle: Ella, también, es tu hija! Así que esto me preocupa, mamá. Saber quién es mi verdadero padre me preocupa mucho". El color desapareció de las mejillas de la Sra. DiLaurentis– "Alison" – dijo entre dientes. Y entonces ella se puso de pie y le dio una palmada a Ali en la cara. Fue tan rápido, así de la nada, que Ali no sintió el dolor hasta unos segundos después de que todo hubiera terminado. Lágrimas brotaron de sus ojos. Su boca se abrió, pero estaba demasiado aturdida para hablar. La Sra. DiLaurentis se volvió a recostar en su silla. Con calma, de manera uniforme, cogió un vaso boca abajo. Hubo una larga pausa. El corazón de Ali golpeaba; su mejilla ardió. Se sentía como si todo giraba en torno a lo que su madre iba a decir a continuación. "Eso, no habrá más" –La Sra. DiLaurentis anunció con una voz profunda. Luego su mirada se desvió hacia el agujero medio–excavado en la parte trasera del patio– "Los trabajadores tienen planificado poner concreto dentro de agujero para el mirador este fin de semana que tu hermana este en casa" –dijo ella con la recortada voz superficial a la que Ali Ella apretó el hombro de Ali dos veces– "Justo a tiempo

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para tus fabulosas fiestas de verano".

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estaba acostumbrada, la voz que hacía que las cosas se hicieran.

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Y con eso, ella se fue.

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CAPITULO 24 HANNA LO DEJA IR TODO Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Brayan, Raúl S.

La noche siguiente, Ali coloco el último plato de patatas fritas en la mesa y dio un paso atrás para causar efecto– "¿Aún come la gente Doritos?" –Preguntó ella en voz alta, luego se dio vuelta y miró a sus amigas. Lástima que Hanna no estuviera entre ellas; de lo contrario, ella habría hecho un comentario sarcástico. "Se ve genial, Ali" –dijo Emily, ajustando una margarita detrás de su oreja, la cual ella había elegido del patio lateral de Ali. Emily se había vestido para la fiesta –o para ella, como sea– con un par de jeans nuevos y sin agujeros y una camiseta un poco ajustada que le había prestado a Aria la cual decía: Las Chicas Irlandesas Lo Hacen Mejor. Ali estaba casi segura de que si la mamá de Emily la atrapaba usándola, ella estaría en graves problemas. "Las luces Navideñas fueron un buen toque" –Dijo Spencer. Ella todavía tenía sus ojos puestos en su casa –la cual estaba aún lado– probablemente esperando a que Ian, –quien

de luces Navideñas desde el sótano esta mañana y las esparció por todo el patio –Ali había visto

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"Gracias" –dijo Ali. Su papá había traído una caja

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tenía una cita con Melissa esta noche– apareciera.

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ese efecto por primera en un restaurante en la Pequeña Italia en Nueva York. Después de eso, su padre se había ofrecido a recoger a cualquier invitado que no tuviera como llegar y ha asar hamburguesas para ellos. ¿Sintiéndote culpable? Ali quería negarse, no morder el anzuelo. Era obvio que estaba tratando de expiarse por la llegada de su gemela el siguiente martes, pero nada podía compensar eso. Ella encendió unas cuantas velas y las colocó sobre la mesa, después comprobó el equipo de música para comprobar que hubiera una lista de música dinámica y bailable, que la terraza había sido barrida para que todos pudieran bailar. Ella tocó a Aria, que estaba de pie en una esquina, mirando los mensajes en su teléfono– "¿Está todo bien en casa?" Aria palideció, mirando a su alrededor y buscando a las otras chicas en la terraza– "Bien" –Aria sonaba casi molesta– "Sólo estaba diciéndole a mi mamá con un mensaje a qué hora estaría de vuelta". Ali se estremeció. ¿Eso era lo obtenía por tratar de ser amable? La furia brotó desde su interior. Bien. Si Aria pensaba que Ali era una perra, entonces ella sería una perra– "Entonces, ¿sabes quién era esa chica?" –Preguntó Ali, acercándose, y apenas reconociendo su propia voz. La boca de Aria formo una pequeña línea recta– "No sé de lo que estás hablando". "¿Crees que tu madre lo sabe? ¿O todos en Hollis?". Aria le dio a Ali una mirada suplicante, y luego metió su teléfono en su bolsillo y se alejó. Ali la observó marcharse, apretando los

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tenía enojada –todo lo que vio, cuando ella cerró los

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dientes. Ella no estaba segura de sí era Aria quien realmente la

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ojos, era la mano de su madre estirándose para darle esa bofetada. Pero la mezquindad se sentía bien, correcta. Se sentía en control. Ella levanto la cabeza hacia el cielo, admirando un avión que volaba por encima. La noche estaba clara y sin nubes, con un toque escalofriante, lo cual era perfecto para las parejas que querían acurrucarse. Pero eso era lo único malo: A pesar de que Nick había pedido, él no había podido conseguir la noche libre. Pero, tal vez era mejor así. No era como si Ali le hubiera dicho a alguien sobre él, todavía –ella aún no estaba segura de donde estaban, y ella no quería decirles a sus amigas sobre él, antes de tiempo. Y como sea, esta noche tenía trabajo que hacer. El timbre sonó, y Ali salió disparada de regreso al interior de su casa y la abrió de golpe. Hanna y Josie estaban en el porche, ambas con similares vestidos estampados que Ali había visto colgando en los bastidores de Otter– "¡Bienvenidas!" –Dijo ella frescamente, empujando su disgusto y sus celos en lo más profundos. Hanna nunca había lucido algo similar con ella. Ella se hizo a un lado para dejar que Josie y Hanna entraran, cuando más invitados aparecieron en la acera. James Freed y el chico nuevo, Mason Byers, se bajaron del BMW del padre de James. Kirsten Cullen y Lanie Iler, que siempre estaban al borde de la genialidad, apareciendo después, seguidas por Sean Ackard. Por unos segundos, todos se reunieron en el vestíbulo, Mason saludo a Lanie, James dándole un toque de Tú–me–gustas–pero– voy–a–fingir–que–te–odio a Kirsten, y Hanna escabulléndose, muy mortificada por estar en la misma habitación que su amor platónico. Pero, Josie, se quedó y le estrechó la mano a Sean– "¿En qué curso

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"Voy a entrar a octavo" –Respondió Sean.

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estás?" –Ali le escuchó preguntar.

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Josie arrugó su frente– "¿En serio? Pareces mayor". Sean se sonrojó– "La gente me dice eso a veces. Supongo que es porque soy alto". Ali observó como Josie se ria y apartaba un mechón de su cabello hacia detrás de su oreja. ¿A ella... le gustaba él? Ali miró a Hanna, quien ahora estaba hablando con Spencer y comiendo un puñado de Doritos, tal vez ella todavía no se había dado cuenta de que Josie y Sean estaban hablando. Ali dirigió a Hanna hacia el patio y la puso a conversar con un par de chicas del equipo de hockey de la pre–secundaria. Entonces ella volvió a entrar. Josie aún seguía hablando con Sean. Esto era casi demasiado fácil. James tomó a Sean del hombro y lo llevó hacia el patio, donde alguien había encendido el estéreo. Ali aprovechó la oportunidad para acercarse furtivamente a Josie– "Fue muy amable de tu parte el venir" –ella sonrió afectuosamente– "Cualquier amiga de Hanna es mi amiga". Josie miró a Ali con perspicacia, pero luego se encogió de hombros– "Fue muy amable el invitarme. Yo realmente no conozco todavía a mucha gente de por aquí, pero todos parecen ser muy lindos". "Como Brayden, ¿verdad?". Josie parpadeó– "¿Quién?". "El chico con el que estabas hablando. Brayden" –Ali escogió un nombre cualquiera en caso de que Hanna le hubiera contado a Josie sobre su amor platónico. Era poco probable que Hanna se lo hubiera señalado, ya que Josie estaba coqueteando, y claramente Sean tampoco le

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había dicho cuál era su nombre– "Creo que tú le gustas a él".

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Josie se mordió el borde de la uña de su dedo pulgar, ella lucia intrigada– "¿Tú crees eso?" –Ella le preguntó de mala gana. Ali asintió– "He sido amiga de él por mucho tiempo. Y te lo puedo asegurar". Los ojos de Josie se movieron de un lado a otro– "Él era muy lindo". "¿Quieres conocerlo mejor?" –Preguntó Ali. Josie sonrió– "Por supuesto". Ali asintió– "¿Sabes lo que haré? Lo enviaré de regreso a la terraza interior con un par de bebidas, para que ustedes puedan hablar en privado" – Ali le guiñó un ojo de con complicidad. Josie miró a Ali por un par de largos segundos– “Gracias”. "Ve allí y acomódate el sofá" –dijo Ali, haciendo un gesto hacia la terraza interior. Para su deleite, Josie hizo exactamente lo que ella le dijo. Luego Ali se escabulló de regreso al patio, el cual, de repente, estaba lleno con chicos. Spencer y Kirsten estaban bailando. Aria y Emily estaban en una de las mesas, hablando con Joanna Kirby, quien habría sido perfecta para la pandilla de Ali, si no fuera por el hecho de que ella estaba demasiado obsesionada con los caballos –de hecho había rumores de que ella todavía jugaba con figuritas. Ali vio a Sean al otro lado del patio con James Freed. Hanna estaba de pie cerca de él, mordiéndose una uña, probablemente considerando si debía hablar con él. Ali se lo llevó de allí, antes de que ella pudiera hacerlo.

vasos con ponche y se dirigió a la terraza interior. Hanna lo observó confundida, pero se quedó de

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caballero, inmediatamente puso en sus manos un par de

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Y después de eso, todo fue fácil. Sean, como siempre un

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pie en su lugar al lado de la cesta colgante con plantas de jardín. Pasaron cinco minutos. Luego diez. Hanna se retorcía como si ella tuviera bichos en su ropa interior. Ella volvió a meter su mano en el plato de Doritos y luego otra vez hasta que no hubo más. Finalmente, Ali se acercó a ella– "¿Qué le pasó a Josie?" "No lo sé" –dijo Hanna ansiosamente– "No la he visto desde que entró. ¿Y si ella pensó que esto era patético y se fue?". Ali ignoró el hecho de que Hanna más o menos la había insultado en su cara y enganchó su codo con el de ella– "Vamos a buscarla dentro de la casa". Ellas entraron en la cocina, donde el silencio era impresionante en comparación con las fuertes voces del exterior. Ali asomó la cabeza dentro de un cuarto de baño, y luego miró hacia arriba por las escaleras– "No está, Han". Cuando Hanna vagó hacia la terraza interior, Ali no se unió a ella. Ella no tenía que hacerlo. Ella observo como Hanna se detuvo de golpe en el umbral, y como el color de su rostro desaparecía. "¿Qué ocurre?" –Preguntó Ali, mientras se acercaba a Hanna. Hanna dio un gran paso hacia atrás. Había lágrimas en sus ojos. Ali se asomó y vio a Josie y a Sean abrazados en el sofá, claramente casi besándose– "Oh, Dios mío" –dijo Ali, agarrando la mano de Hanna. Toda clase de expresiones pasaron por el rostro de Hanna. Ella sacudió la cabeza, y luego salió corriendo hacia el cuarto de baño. La cerrada– "¿Hanna?" –Dijo ella en voz alta– "¡Han, por

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favor, déjame entrar!".

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puerta se cerró con fuerza. Ali sacudió la manija, pero estaba

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Una pequeña tos seca salió del interior. El agua corría. El agua del retrete bajó. Ali puso su palma alrededor de la manija. Esto era un déjà vu de lo que había pasado en Annapolis en febrero. De repente, sintió una punzada de remordimiento. Ella había hecho que esto ocurriera hoy. Y pensándolo bien, ella como que también había hecho que esto ocurriera en Annapolis. Ali giró la manija, y se abrió –fue casi como si Hanna quisiera que ella entrara. La puerta se abrió y dio paso a una escena muy familiar: Hanna estaba agachada sobre la taza del inodoro, con los ojos rojos. Miró a Ali no con horror, pero si con derrota. Ali se deslizó dentro y cerró la puerta de nuevo. "Realmente no estoy haciendo esto muy seguido" –Hanna soltó. "Lo sé" –Ali la tranquilizó– "Y viendo lo que acabas de ver… oh Dios mío, Han. Es horrible". Hanna asintió– "Le dije que él me gustaba. Le dije que él iba a estar aquí. ¡Y ella fue derecha hacia él!". "Algunas chicas son simplemente así" –dijo Ali, acariciando el cabello de Hanna– "¿Sabes lo que necesitas hacer? Nunca vuelvas hablar con esa perra de nuevo, a partir de ahora. Si ella intenta hablar contigo, ignórala. Ella está muerta para nosotras". Hanna se tragó un sollozo– "Pero ella es tan genial. Y divertida. Y…" "No puedes dejar que se salga con la suya" –Ali la interrumpió– "Las chicas como ellas van a caminar sobre ti si las dejas, Han. Y si Sean no se da cuenta de lo especial que eres, ese es su problema. Me

nadie compre en Otter. Yo le enviare un mensaje a Spencer en este momento para que le diga a

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Day, ¿de acuerdo? Incluso me voy a asegurar de que

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aseguraré de que la reputación de Josie se destroce en Rosewood

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ella y a Sean que se vayan. Y encontraremos a otro chico para ti este verano, alguien mucho más genial que Sean. Te lo prometo". Hanna se secó una lágrima– "¿Lo harás?". "Por supuesto" –Ali movió el cabello de Hanna sacándoselo del rostro– "Sin ánimos de ofender, Han, pero Sean es demasiado mojigato para ti. Tú necesitas un chico más salvaje, más genial y un poco más divertido. Yo conozco un montón de chicos así". “Está bien” –murmuró Hanna. Y cuando Hanna miró a Ali, Ali supo que ella no volvería a dirigirle la palabra a Josie de nuevo. Ella haría cualquier cosa Ali le pidiera, especialmente desde ahora. Entonces Hanna se aclaró la garganta– "Y no le dirás a nadie sobre... esto, ¿verdad?" –Ella hizo un gesto hacia la taza del baño. Ali apoyó su peso contra el fregadero– "Hanna, ¿no crees que deberías decirle a alguien?" "¡No!" "¿Ni siquiera tu madre?" Hanna sacudió su cabeza, su cabello se agitó– "Por favor" –rogó. Ali cruzó sus brazos sobre su pecho, fingiendo considerarlo– "Está bien" –dijo ella– "Las mejores amigas se cubren las espaldas –yo cubro la tuya si tú cubres la mía". "Definitivamente" –dijo Hanna con impaciencia– "Haré lo que

"Perfecto" –dijo Ali, luego dio unas palmaditas en

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la cabeza de Hanna– "Eso es todo lo que pido".

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tú quieras".

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Ella le pasó a Hanna un vaso de agua y le dijo que se lavara la cara. Luego le ayudó a salir del cuarto de baño, el peso de Hanna cayó pesadamente sobre su hombro. A pesar de que ahora la ropa de Ali olía a vomito tanto como la de Hanna, ella no se quejó.

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Después de todo, para eso estaban las buenas amigas.

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CAPITULO 25 LAS CASAS DE AROBLES SON PERFECTAS PARA LAS PRIMERAS CITAS. Traducido por: Daniela Corregido por: Brayan, Raúl S.

A las once en punto, la fiesta ya estaba terminando y casi todos se habían ido a sus casas. Aria le dijo que estaba cansada, Hanna le dijo que estaba enferma, y Spencer le dijo que ella tenía una orientación del campamento de hockey sobre hierba la mañana siguiente, así que Emily fue la única que se quedó a pasar la noche. A la mañana siguiente, amabas estaban sentadas en la terraza, mirando como el sol se levantaba y luego viendo el enorme agujero en el patio trasero. Una lona ondeaba sobre el hoyo. Unas cuantas herramientas habían quedado sobre la hierba cercana. "¿Los trabajadores te han dicho algo más?", –Susurró Emily. "Una que otra cosa", –dijo Ali, fingiendo estar molesta. "Eso está muy mal", –Emily chasqueó la lengua.

paseado delante de los trabajadores en un bikini,

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verdad era que, ni siquiera cuando ella había

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Ali sacó sus piernas de debajo de ella en la silla. La

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ellos la habían mirado. Se preguntó si su padre los había advertido o algo. Ella estiró sus piernas–. "¿Te divertiste anoche?". "Estuvo bien", –Emily se encogió de hombros–. "Pero, Hanna parecía estar muy molesta por Sean". "Sí", –Ali inspeccionó sus uñas, esperando que Emily no hubiera visto nada del engaño. Pero, incluso si ella lo hubiera visto, ella no preguntaría. "Aria parecía tranquila", –Emily continuó–. "También Spencer". "Más o menos", –dijo Ali. "¿Sabes lo que les está pasando?". La luz superior del techo parecía tener un halo sobre la cabeza de Emily. Ella estaba moviendo los hilos sueltos de su brazalete: La cosa de Jenna, una y otra vez– "Creo que probablemente ellas deberían decirte" –dijo. Su teléfono sonó, sorprendiéndolas a ambas. Ali lo agarró, esperando que fuera Nick, pero la llamada apareció como Desconocido. Ella dio vuelta a su teléfono. "¿Tienes que contestar?" –Preguntó Emily. "No en este momento" –Ali le dio una sonrisa tensa. El teléfono dejó de sonar, pero inmediatamente comenzó a sonar de nuevo. Ali se quejó y pateó la mesa por debajo con su pie, entonces se levantó– "Vamos" –le dijo a Emily– "Demos una vuelta". Ellas caminaron alrededor del agujero a medio cavar y Los

trabajadores

lo

habían

profundizado, excavado varios metros más, desde

la

última

vez

que

ella

lo

había

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dentro.

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miraron

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comprobado, dejando al descubierto más raíces retorcidas y arcillosa tierra oscura. Varias palas magulladas estaban tiradas en el fondo, y una navaja suiza multiuso estaba abandonada cerca del borde. Ali cogió la navaja y miró fijamente el fondo– "Te reto a saltar dentro del agujero". Emily la miró preocupada– "¿Qué pasa si no puedo salir?" "Podrás" –dijo Ali, pero luego cuando miró el agujero de nuevo, ella no estaba tan segura. De pronto, parecía más profundo, que hace un instante– "Pensándolo bien, olvídalo" –decidió ella– "Me ensuciaría mucho sacándote de allí". Emily se giró y miró hacia la casa del árbol en la parte trasera de la propiedad. De repente, ella cogió la navaja suiza de la mano de Ali y se dirigió hacia el tronco sólido. Después de un momento, Ali escucho sonidos de rasguños. Emily estaba grabando algo en la corteza. "¿Estás talando mi árbol?" –Preguntó ella, caminando hacia Emily. "No" –Emily se apartó del árbol y le mostró el tronco. Tallado en la corteza había un EF + AD– "¿Te gusta?". Una sensación de mareo se extendió por el cuerpo de Ali tan inesperadamente como una improvista tormenta eléctrica emergiendo de pronto sobre un pueblo– "Lindo" –dijo ella, con voz temblorosa. "Estoy tan feliz de que seamos amigas" –Emily dijo con entusiasmo– "Yo quería... No lo sé. Demostrártelo, supongo".

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"Uh-huh" –La garganta de Ali se sintió seca, de repente.

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Emily dejó caer la navaja suiza multiuso sobre la hierba y miró hacia la casa del árbol– "Han pasado años desde que estuvimos allí". "Vamos" –dijo Ali, ansiosa por cambiar de tema. Ella agarró la cuerda raída y puso sus pies sobre las tablas que su padre había clavado en el tronco como escalones en algún momento mientras ella estuvo encerrada en el hospital. Fue fácil subir hasta la casa del árbol, la cual sólo era básicamente varias tablas clavadas como un piso, piezas de madera unidas para formar las paredes y el techo y recortes para las ventanas. El suelo estaba lleno de hojas secas e insectos muertos. Telas de arañas se habían formado como residencias en las esquinas. Ali movió todo a un lado con sus manos y se sentó, los huesos de su trasero clavaron en la madera. Emily se subió después y se sentó junto a ella. Ellas habían crecido tanto que apenas había espacio para las dos; sus brazos desnudos se tocaban. Miraron hacia la pequeña ventana, que ofrecía una buena vista del granero de los Hastings. Melissa Hastings se movía de un lado a otro frente a su ventana. Parecía estar hablando con alguien por teléfono. Luego Ali se giró y miró hacia su casa. La luz en la ventana de su dormitorio estaba encendida, pero la luz de la ventana en la habitación de invitados estaba oscura. Esa había sido la primera ventana por la cual ella había mirado en Rosewood. En unos pocos días, su hermana se quedaría en esa habitación, mirando por esa ventana, en lugar de ella. ¿O estaría ella en su viejo dormitorio, otra vez? ¿Habría su hermana, convencido a sus padres de lo que en verdad había pasado?

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Los intestinos de Ali se retorcieron.

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"Es muy agradable estar aquí arriba" –Emily respiró, trayendo a Ali de regreso– "Tan... tranquilo. Se siente como si ya no estuviéramos en Rosewood". "Sería

lindo

salir

de

Rosewood,

¿cierto?"

–Ali

murmuró–

"Definitivamente no voy a vivir aquí cuando sea mayor". "Yo tampoco" –Emily estuvo de acuerdo– "Ni siquiera quiero vivir aquí ahora" Ali la miró por un momento. Quería preguntarle por qué no. ¿Sus padres? ¿Su millón de hermanos y hermanas? Se preguntó si eso tendría algo que ver con su creciente amor platónico. Rosewood no era exactamente el lugar más tolerante con las personas diferentes. "Una isla tropical estaría bien" –dijo Ali después de un momento. Los ojos de Emily se iluminaron– "Me encantaría vivir en una playa. ¿Nadar todos los días? Seria increíble". "¿Por qué no nos vamos ahora mismo?" –Dijo Ali– "Creo que yo podría reservarnos billetes con las millas de mi padre. Podríamos huir de aquí y no volver nunca más". "¿En serio?" –Emily sonaba asombrada– "¿Querrías ir conmigo?". "Claro, Em" –Ali acomodó su peso– "Sería divertido ir contigo" –Tal vez escaparse era la respuesta, pensó de repente. Ella podría evitar a su hermana por siempre. Ella nunca tendría que enfrentar lo que estaba por venir. "También, sería muy divertido ir contigo, Ali" –dijo Emily, sin notarlo– "Cuando digo lo feliz que estoy de que seamos

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amigas, lo digo en serio. Esto es... increíble".

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aliento. Sus dedos le temblaron un poco, pero Ali fingió no

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"Definitivamente" –dijo Ali, mirando el muslo de Emily. Ella se había movido más cerca, así que ahora ella estaba tocando la rodilla de Ali. Emily levantó la vista y se encontró con la mirada de Ali– "¿No fue divertida la pista de hielo?". "Claro" –dijo Ali, mientras una extraña sensación de acomodaba en ella– "Tendremos que hacerlo de nuevo en algún momento". Una sonrisa desgarradora apareció en el rostro de Emily– "¿En serio? ¡Me encantaría eso!" –Ahora su muslo definitivamente estaba tocando la rodilla de Ali. Emily puso una mano sobre la de Ali y luego la retiró, pareciendo avergonzada– "He estado pensando mucho sobre ese día, Ali". De repente, todo lo que Ali podía ver en su mente eran esas pequeñas letras que decían: Amo a Ali en el cuaderno de Emily. El aire parecía estar cargado, Emily parecía estar ansiosa por sacar algo fuera de su pecho. Ali, también, tenía miedo de saber exactamente lo que era. Ella retiro su rodilla de un tirón y le tocó el hombro a Emily– "Tengo algo que decirte" –le espetó– "Es un secreto". Emily apretó sus labios. Sus ojos brillaron. Ali se lamió los labios y respiró hondo– "Bueno, yo como que estoy viendo a alguien. Es un chico mayor. Y es absolutamente increíble". Por un momento, la casa del árbol estuvo completamente en silencio– "O-oh" –Emily tartamudeó. Sus ojos se movieron en un montón de direcciones. "Yo quería que tú lo supieras porque eres mi favorita, Em.

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Siempre lo has sido".

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Emily tragó saliva audiblemente– "E–eso es genial. ¿Cómo se llama?". "Es... bueno, yo no quiero decírtelo todavía. Pero pronto, ¿está bien?" "Está bien" –dijo Emily. Ellas se quedaron en silencio de nuevo. El aire estaba lleno de electricidad estática, tan áspero como un paño en la secadora. Las aves cantaban. A lo lejos, alguien soltó una carcajada. Y entonces, de repente, Emily giró su cuerpo hacia Ali. Antes de que Ali supiera lo que estaba pasando, los labios de Emily estaban tocando los de ella. Se sentían suaves, normales, en realidad, igual que los labios de un chico, y por una fracción de segundos, Ali cerró sus ojos y dejó llevar por la sensación. En muchos sentidos, se sentía bien ser adorada con tanta pureza. Se sentía bien el darle a alguien exactamente lo que quería. Pero entonces ella volvió en sí y se alejó. Esto no era lo que ella quería. Y la gente podría pensar que esto era raro. ¿Cómo se atrevía Emily a simplemente asumir que Ali quería hacer esto? Todo lo que Ali podía ver era la parte blanca de los ojos de Emily. Ali sintió una sonrisa desagradable acomodarse en sus labios– "Bueno" –se oyó decir a sí mismas con voz tensa– "Supongo que es por eso que estás tan tranquila cuando nos estamos cambiando en el gimnasio". Emily se estremeció. Una horrible y tortuosa falsa risa salió de su boca– "Dios, lo siento" –dijo ella– "No sé lo que me acaba de pasar. Supongo que estaba pensando en el chico que me gusta y me confundí". Ali se rió groseramente– "No creo que te guste nadie, Em. Creo

Los ojos de Emily se agrandaron– "Me

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gusta alguien".

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que me estás mintiendo".

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"¿Un chico?" –Ali bromeó. Las lágrimas brillaron en los ojos de Emily. Ella se levantó rápidamente y empezó a buscar la escalera de cuerda– "Me tengo que ir". Ali no dijo una palabra mientras Emily bajaba y comenzaba a caminar por el patio. Ella la miró desde la casa del árbol mientras monta su bicicleta y se iba por la calle, su cola de caballo rebotaba. Emily no miró atrás ni una sola vez. Por una fracción de segundos, Ali pudo sentir el cabello de Emily en sus manos una vez más, su piel suave contra su cara. Y, entonces ella se mordió con fuerza el labio, las emociones estaban demasiado mezcladas dentro de ella como para pensar. Por un lado, se sentía disgustada. Por otro lado, se sentía restaurada. Y por otro... bueno, incluso aún más de lo que le había hecho a Hanna, supo que acababa de alterar las cosas con su mejor amiga para siempre. Y a pesar de que Emily era, probablemente, la que estaba más bajo su

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poder que nadie, se sentía más o menos... horrible.

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CAPITULO 26 AL BORDE Traducido por: Daniela Corregido por: Bryan, Raúl S.

"Nos estamos acercando" –Nick susurró en el oído de Ali. "¿A dónde vamos?" –Ali soltó una risita nerviosa. La hierba picaba bajo sus pies. El aroma a madreselva y lilas flotaba en el aire. A la distancia, ella podía oír el agua corriendo y el canto de los pájaros. "Es una sorpresa" –dijo Nick, apretándole la mano– "Pero te prometo que es buena". Era la misma tarde de ese día, y Ali había salido con Nick. Ellos se habían encontrado en el King James, y Ali había asumido que iban a ir de compras, pero luego Nick le había puesto una venda alrededor de su cabeza y le dijo que el lugar a donde la iba a llevar era algo que no podía ver hasta que llegaran allí. Hasta donde ella sabía, ellos habían subido a un taxi, Nick había susurrado las direcciones para que Ali no las pudiera oír. El viaje había durado unos quince minutos, y se sentía la gravilla crujía debajo de los neumáticos cuando llegaron.

"Pues yo no dejaría que nadie me llevara a ningún lado

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con los ojos vendados".

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"Sabes, debo confiar realmente en ti" –dijo Ali ahora–

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"Me siento honrado" –dijo Nick– "Sólo espero que te guste donde estamos". Después de dar unos cuantos pasos más, Nick se detuvo y le sacó la tela que cubría sus ojos– "Ta–da". Lo primero que Ali vio, fue la desgarradora linda cara de Nick –con esos conmovedores ojos, esos besables labios rosas y esos lindos mechones de cabello que se enroscaban sobre sus orejas. Detrás de él había un campo lleno de flores, y detrás de eso había lo que parecía un acantilado rocoso. El agua caía por los lados y fluía hasta un barranco bien abajo. Varios chicos estaban esparcidos sobre las grandes rocas negras con diversos grados de desnudez. Una manta a cuadros para picnic había sido colocada a unos pocos pasos de distancia, con una botella de sidra15 espumosa en hielo, una larga barra de pan francés, una rueda de queso, y algunas uvas. También, había un iPod estéreo portátil colocado sobre la manta, y de los parlantes salía una música de hip-hop. "¿Dónde es esto?" –Preguntó. "La Cantera del Hombre Flotante" –Nick se veía sorprendido– "¿Nunca has estado aquí?". Ali miró hacia el gran claro lago al borde del acantilado y negó con la cabeza. Spencer solía insistir en venir aquí, pero Ali siempre se había negado, le preocupaba el hecho de que a todas podría gustarles demasiado este lugar, lo cual haría que Spencer creyera que ella era más genial que Ali. "Los clavados son geniales" –Nick caminó sobre el mantel–

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Sidra: Es una bebida alcohólica de baja graduación fabricada con el zumo fermentado de la manzana

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porque dicen que es demasiado peligroso, pero nadie se

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“Siempre hay gente que está tratando de cerrar este lugar,

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ha hecho daño todavía”. Ali se sentó en el mantel junto a él, notando que la hierba a su alrededor estaba húmeda por el rocío y lleno de tréboles. Nick se giró hacia ella y la besó suavemente en los labios. Su estómago se revolvió, su cabeza se sentía débil. Las manos de Nick acariciaron sus hombros. Entonces él se apartó y le sonrió tímidamente. "Eres tan increíble" –susurró. "Tú también" –dijo Ali en respuesta. Entonces Ali se dejó caer sobre el mantel y se quedó mirando el cielo. Nick cortó un pedazo de pan para ella y lo untó con queso. Como ella lo recibió de él, él le apretó la mano de nuevo– "Lo digo en serio, ¿sabes? Esto es, casi, lo mejor. Me alegro de que vinieras hoy aquí conmigo. Espero que esto compense el haberme perdido la fiesta de anoche". "Yo también, me alegro de haber venido" –dijo Ali. Pero, de repente, por razones que no podía explicar exactamente, un sollozo se escapó de su garganta. Esto fue casi demasiado agradable. Ella se giró. Nick dejó de servir dos vasos de sidra espumosa, y puso la enorme botella sobre la manta– "¿Qué ocurre?" Ali negó con su cabeza– "Nada. Lo siento. Sólo estoy siendo una idiota". "¿Estás segura?" Un jeep16 se estacionó, y unos pocos chicos se bajaron, despojándose de sus ropas y caminando hasta el borde del

recientemente burbujear dentro de ella, listo 16

Jeep: Es una marca de automóviles todoterreno creada por la compañía Willys-Overland en 1941

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abajo primero. Todo lo que le había ocurrido

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acantilado. Ali vio como ellos saltaron sin siquiera mirar hacia

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para salir. Su hermana. Sus amigas. Esto era más de lo que ella podía soportar. Sus problemas se sentían como una de esas serpientes enlatadas de juguete, que estaban en la casa de su abuela: No importaba cuanto se esforzara ella en poner la tapa de nuevo, esta continuaba saliéndose y las serpientes saltando. Ella miró por encima del acantilado, tratando de enterrar todo en lo más profundo– "¿Qué tan alta es la caída?". "No lo sé, pero no es lo suficientemente alta como para ser peligrosa" – Nick supuso. Luego se volvió hacia Ali y le dio una mirada muy seria– "No tienes que cambiar el tema conmigo, ¿sabes? Yo también hago eso, cuando estoy lidiando con algo, pero no sé cómo decirlo. Pero lo que sea que te preocupe, lo que sea que pienses que no puedes decirme, de verdad, puedes decírmelo". Ali tragó saliva. Ella miró a Nick, y luego apartó la mirada– "No debería" –dijo– "No es algo de lo que yo suela hablo". "No puedo prometer que te voy a ayudar. Pero por lo menos voy a escucharte. Me parece que tú eres alguien realmente intenta con mucha, mucha fuerza mantener las cosas en orden porque todos los demás que están en tu vida no pueden. Yo soy igual". Ali lo miró con gratitud– "¿En serio?" "Uh–huh. A veces, eso me mete en problemas, sobre todo cuando estoy lidiando con cosas realmente serias y no tengo a quien recurrir. Pero todos necesitamos a alguien a quien recurrir. Y tal vez tú y yo

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podamos recurrir el uno al otro".

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Ali asintió. De repente, se sintió valiente. Y respiró– "Tengo una hermana gemela" –admitió– "Nadie sabe de ella". El simplemente decir esas palabras en voz alta la mareó. Miró a su alrededor, segura de que un rayo saldría en el cielo o una plaga de langostas descendería hasta la cantera –algo que demostrara que su mundo había sido realmente alterado para siempre. Pero en de eso, una mariposa pasó junto a ellos aleteando y las nubes en el cielo se movieron. Nick cogió sus manos. "¿Y?" –Dijo. "Al principio, cuando éramos pequeñas, nos llevamos muy bien" –Ali arranco un puñado de hierba y la dejó volar con el viento– "Pero entonces, de repente... bueno, yo no lo sé. Algo pasó. Y entonces ella me odiaba. Quería que me fuera. Y ella me hizo cosas terribles". Nick le apretó la mano– "Lo siento mucho". Un nudo se formó en su garganta– "Mis padres la enviaron lejos a un hospital. Ella ha estado fuera por mucho tiempo. Pero me acabo de enterar, de que ella va a volver, para vivir con nosotros de nuevo". Nick parpadeó, su expresión era de asombro, como si ella lo hubiera abofeteado– "¿Lo hará?" "Bueno, sí. Mis padres quieren que nosotras tratemos de ser una familia, pero no somos una familia –no con ella. Ella va a arruinarlo todo. Yo puedo sentirlo". "¿Cuándo te enteraste de que estaba a volver?"

"Todo lo demás, también, es un desastre. Mis padres... nadie sabe lo que les está pasando. Y

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unos días" –Ella sintió como sus lágrimas crecían–

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Ali giró el arete con broche de mariposa en su oído– "Hace

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mis amigas, ya ni siquiera las conozco. Me podría ser capaz de manejar todas estas cosas sola, pero con mi hermana regresando, es como..." "Es demasiado" –Nick terminó la frase por ella. Ali asintió– "Exactamente". Luego él abrió sus brazos y acercó a Ali. Ella se acurrucó en su pecho, permitiéndose a sí misma sollozar una vez exactamente. Se sentía tan ridículamente bien, ser abrazada tan fuertemente. Ella presionó su oreja contra las costillas de Nick, y escuchó los latidos de su corazón, el ritmo de sus latidos eran inusualmente rápidos. Nick se inclinó hacia atrás y miró fijamente a los ojos de Ali– "Pase lo que pase, sólo mantén tu cabeza pensando en ti misma, ¿sabes? Lo superaras, y yo te ayudare. No dejes que ella te deprima. Y siempre que desees descargarte, puedes llamarme. Yo sólo quiero asegurarme de que estés a salvo". Ali intentó sonreír– "Está bien" –dijo ella tímidamente. Luego bajó la mirada– "Yo nunca he había dicho esto nadie, ¿sabes?". "Bueno, me alegro de que me lo dijeras" –respondió Nick. "También, me alegro de habértelo dicho". Hubo un gruñido, y varios vehículos, todo terreno se estacionaron. Tres chicos se bajaron, se quitaron sus cascos, y corrieron hacia los acantilados para saltar. Un grupo diferente de chicos subieron por la colina hacia sus coches aparcados, todos ellos se veían bronceados y cansados. Ali pensativamente. Estaba alegre de habérselo contado a Nick. De alguna forma, ella se sentía más ligera,

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como sí todo estaría bien.

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colocó un trozo de queso en su boca y lo masticó

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Luego de un rato, Ali se levantó, y se dirigió al pequeño pabellón de baños al otro lado del estacionamiento. Cuando por fin estuvo, en el interior del baño para chicas, ella le sonrió a su reflejo en el espejo deformado– "Él es increíble" –le susurró a su imagen. "Boo" –dijo una voz. Ali tembló, cuando dos manos cubrieron por encima sus ojos. Quien quiera que fuera retiró sus manos y se rió a carcajadas. Cuando Ali se giró, vio a Ian Thomas doblado riéndose. Su aliento agrio olía a alcohol. Sus gafas Ray–Ban se cayeron de su cabeza directo al suelo de cemento. Ella se alejó de él– "¿Qué estás haciendo aquí? Este es el baño de chicas". "¿Y?" –Ian le dio una sonrisa de chico malo. A veces él decía palabras poco entendibles– "Te vi y pensé que debía venir por ese beso". "¿Me seguiste hasta la Cantera?". "Alguien se está creyendo demasiado importante" –bromeó Ian– "Para tu información, me encanta tirarme clavados en el acantilado. Yo no tenía ni idea de que tú, también, ibas a venir. ¿Quién es ese chico con el que estas? Parece que es una nenaza". "¡Él no es una nena!" –Ali se giró hacia el fregadero, otra vez, poniendo un poco de jabón en sus manos. "Él no parece ser tu tipo de chico, para nada" –Ian se acercó por detrás de ella y le tocó los hombros. "¿Y? ¿Qué hay de mi beso?". Ali se alejó y lo enfrentó– "Estoy con alguien ahora. El

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trato ya no cuenta".

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Ian levantó una ceja– "Así que lo tu yo con el Sr. Nenaza es en serio, ¿eh?". "Eso no es asunto tuyo". Él puso la palma de su mano contra la pared, viéndose poco convencido. De pronto, antes de que Ali pudiera darse cuenta, los labios de él estaban tocando los de ella. Ali se quedó inmóvil, conmocionada, dejando que la sensación de la boca de él contra la de ella la llenara. Sus labios eran suaves, y sus movimientos eran muy seguros. Entonces una segunda emoción pasó por su cabeza: Ella estaba besando a un chico a pesar de que ya tenía un novio. Ella no era mejor que su mamá. "¿Alison?" Cuando Ali abrió sus ojos, su corazón cayó al suelo. De pie en el pasillo, mirando a través de la puerta abierta, estaba Nick. Él tenía la boca abierta. Sus ojos brillaban. Él estaba mirando de Ian a Ali, luego hacia la mano de Ian, la cual estaba firmemente entrelazada con la de ella. Ali se apartó– "¡Nick!". Nick la miró. Su cabeza se sacudió ligeramente, y dio un gran paso hacia atrás. Ali miró –sin poder hacer nada– de él hacia Ian, quien ahora estaba de pie recostado contra la pared, con los brazos cruzados sobre su pecho y con una sonrisa en su rostro– “Esto no es... Yo no hice... No fue nada”. Nick la miró y parpadeó– "Yo sé lo que vi" –Luego miró a Ian–

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“¿Qué demonios te pasa, hombre? Ella es mi novia”.

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Ian sonrió engreídamente, luego se irguió hasta su altura real. Él era por lo menos cuatro pulgadas más alto que Nick– "Ella no estaba tratando de detenerme". Los ojos de Nick ardieron. Dio un paso hacia Ian, con los brazos extendidos– "¡Por favor!" –Ali gritó, interponiéndose entre ellos. Entonces Nick se giró, lanzó una botella vacía de sidra espumosa en el suelo. El vidrio se rompió en pedazos y voló por todas partes. Ali chilló. Ian levantó sus brazos para proteger su cara. Nick miró a Ali, negando ligeramente con su cabeza– "Que tengas una linda vida, Alison" –Él comenzó a alejarse. Ali lo cogió del brazo– "¿D–de qué estás hablando?" "¿A qué me refiero?" –Él dejó escapar una semi–carcajada de incredulidad– “A qué se acabó. Hemos terminado”. "¡No!" –Gritó Ali, alcanzándolo– "¡Lo siento! ¡Por favor!" Pero Nick ya se había zafado del agarre de ella. Él se dirigió hacia el otro lado del aparcamiento. Ella lo siguió, gritando su nombre, pero él siguió su camino, con los hombros tensos, y con la mirada fija hacia delante. "¡Nick!" –Ali gritó– "¡Por favor, déjame explicártelo!" –Pero incluso cuando ella pronuncio esas palabras, la desesperación la invadió. ¿Cómo iba a explicar esto? ¿Le prometí un beso si él besaba a mi mejor amiga? Y, oh sí, ¿él está engañando a su novia, que es la hermana de mi mejor amiga, y eso es algo que yo he sabido todo este tiempo? Sin importar cual fuera la forma en que ella lo planteara, esto la hacía sonar como una perra

él, alarmada por la forma ciega y descuidada que

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Nick comenzó a correr. Ali corrió detrás de

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sin corazón.

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él se dirigía hacia el borde del acantilado. Algo sobre sus movimientos parecía ser peligroso e irracional. Era claro que el corazón de Nick estaba roto. Pero ¿qué iba a hacer? Ahora él estaba a unos pocos metros de distancia del acantilado. Ali corrió hacia él, extendiendo su mano y tocando su camiseta con la punta de sus dedos– "¡Espera!" –Suplicó. Pero en lugar de detenerse en el borde y mirar hacia el agua, Nick siguió su camino. Un segundo antes estaba en tierra firme, al siguiente estaba

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suspendido en el aire, y al siguiente él se había... ido.

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CAPITULO 27 LA MALDAD CURA TODAS LAS HERIDAS Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Domingo por la tarde, Ali estaba sobre su cama, escuchando el sonido de las taladradoras en el patio trasero. Cada vez que ella consideraba levantarse y hacer algo, sus miembros no se movían. Ella no podía imaginar el tomar una ducha. Ella no podía imaginar el cepillar sus dientes. Todo en lo que quería pensar era en su breve noviazgo con Nick. En el boleto del Carrusel. Un boleto del lugar de paintball. Duro casi nada. Ella se dejó caer sobre la almohada, con ganas de dormir. La última vez que ella se había sentido así fue cuando sus padres la habían enviado por primera vez a Radley.

Ella

había

permanecido

en

su

habitación,

sorprendida, muda y horrorizada. ¿Qué ha pasado? ella había pensado una y otra vez. Sus padres la habían permitido llevar un álbum de familia, y ella había pasado las pegajosas páginas tantas veces que el cosido se desgastó. Las enfermeras la habían tratado de animar para que ella participara en las actividades de grupo como las clases de canto y música o de arte. Un terapeuta se había sentado al

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cualquier cosa, pero ella se había sentido como si

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borde de su cama y trató de hacerla hablar, de moverla, de

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hubiera una enorme pala flotando por encima de ella, vertiendo arena sobre ella hasta que sólo sus ojos fueron visibles. Su teléfono sonó, y ella se abalanzó sobre él, pero solo era un mensaje de Spencer– Estamos reunidas en mi casa. Por favor, ¡ven! Por la ventana, ella vio a Spencer, Aria, Emily y Hanna sentadas en el patio de Spencer, usando trajes de baño. Ella se sentó, de nuevo, sobre una almohada, sintiendo como las lágrimas pinchan sus ojos. Ellas la mirarían y lo sabrían. Emily probablemente ya les había dicho a los demás que Ali estaba viendo a alguien mayor; tal vez ellas le preguntarían el por qué tenía los ojos tan rojos. ¿Y cómo podría fingir? Ellas verían la debilidad en sus ojos. Ellas podrían ver qué clase de vida desordenada que tenía. Ellas se aprovecharían de ella tal como ella se había aprovechado de ellas. Después de todo, eso era lo que hacían las mejores amigas, ¿cierto? Se comían vivas las unas a las otras. Ellas le darían a Ali un poco de su propia medicina. Ella se desplazado a través de sus mensajes, asegurándose de que ella no hubiera perdido ninguno de Nick, pero no lo había hecho. ¿Qué estaría haciendo él en este mismo momento? ¿Almorzando, felizmente pasando su vida? ¿Alguna vez volvería con ella? Y aún peor que eso, ella le había contado sobre su hermana, algo que ella había jurado guardar en secreto por siempre. Ahora, ella se sentía desnuda, expuesta. Su teléfono sonó de nuevo– ¿Vienes? –Preguntó Spencer– Veo

teléfono hacia su armario. Lo golpeó contra la pared con fuerza, tirando una fotografía de Ali y

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"Dios", –dijo Ali entre dientes, lanzando su

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la luz encendida en tu dormitorio.

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sus amigas en un barco en el puerto de Newport. Después de un momento, Ali se deslizó fuera de la cama, camino hacia su teléfono, y compuso un mensaje para Spencer. No tengo ganas de ir. Otro mensaje le llegó de inmediato– ¿Por qué no? ¿Estás enferma? ¿Podemos ayudarle? Ali cerró sus ojos y no contestó. Lo último que quería era su lastima. Otra ping– Vamos a ir –Spencer le había escrito– Podemos ayudarte en lo que necesites. "¡No!" –Ali gritó, pero ella ya sabía que era demasiado tarde. Y cuando ella se puso de pie, Spencer, Aria, Hanna y Emily ya habían salido del patio de Spencer y se dirigían al patio lateral. En segundos, estarían aquí. De repente, sus brazos y piernas podían moverse de nuevo. Ella se puso un par de sandalias, se recogió el cabello en una cola de caballo y bajó rápidamente las escaleras. Ella casi se estrelló contra la mesa de la consola en la sala mientras giraba hacia el garaje, pero ella tenía que salir de aquí muy rápido. La Sra. DiLaurentis, que tenía la cabeza dentro de la nevera, la miró pasar– "¿Ali? ¿Estás bien?". "Bien", –Dijo Ali, empuñando la manija de la puerta corrediza de cristal. "¿Podemos hablar?" –Las botellas de aderezo para ensaladas se sacudieron cuando ella cerró la puerta del frigorífico de golpe.

demasiado brillante. Una cortadora de césped

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Afuera, el sol parecía ser casi alienígena,

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"Estoy ocupada", –Ali ladró.

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sonó en la distancia, y las abejas revoloteaban alrededor de los narcisos recién surgidos. La nariz de Ali crispo con el aroma de algo cercano y amargo, y después de un momento, se dio cuenta de que era ella misma. Ella no se había quitado la camisa que había llevado en su cita con Nick el día de ayer. Ella dio un paso hacia un lado del patio, luego hizo una pausa. Los árboles en el borde de la propiedad susurraban y silbaban. Ali se congeló. Se sentía como si alguien la estuviera mirando. Miró hacia atrás y hacia adelante, casi esperando ver un par de ojos mirándola desde el bosque. Un escalofrío recorrió su espalda. "¿Ali?". Ella saltó, levantando su mano hacia un lado y golpeándola con fuerza contra los ladrillos. De pie en el borde del patio estaban Spencer y las otras, todas ellas luciendo avergonzadas y preocupadas. Spencer dio un pequeño paso hacia adelante– "¿Estás enferma? Te ves enferma". "Yo podría hacerte una sopa de pollo" –Hanna ofreció– "O brownies. Mi padre siempre solía hacerme eso cuando yo estaba enferma". "¿Tal vez quieras volver a la cama?" –Emily le preguntó en voz baja. Ali pasó su mano por su cabello grasiento y deseó haberse cambiado su camisa– "Estoy bien, sólo estoy un poco enferma" –dijo ella, suspirando– "Supongo que podría broncear por un rato". "Oh" –Spencer empujó un mechón de su cabello detrás de su

Spencer. Spencer comenzó a charlar sobre una fiesta a la que todas habían sido invitadas la

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Ellas se dirigieron de nuevo hacia el terreno de

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oreja– "Bueno, está bien. Vámonos".

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próxima semana, y Hanna sugirió que todas fueran a comprar lindos vestidos después de la escuela, el lunes. Pero con cada paso que daban, Ali pudo sentir su preocupación. Esa gruesa, maldad familiar la estaba llenando, de repente ella quiso sacudir algo con fuerza. Ella quería que todas se sintieran tan mal como ella lo estaba. Aria miró por encima de su hombro, dándole a Ali una mirada de preocupación, Ali sintió un fuego ardiente en su interior. Ella agarró el brazo de Aria– "¿Quieres hablar de algo?" –Susurró en un tono falso de preocupación. Aria palideció y miró hacia el frente– "No. Estoy bien". Ali chasqueó su lengua– "No es bueno guardarse las cosas, Aria –lo he visto en Dr. Phil todo el tiempo. Necesitas desahogarte sobre esto. Sácalo. De lo contrario serás, como una reprimida sexualmente o algo, cuando seas mayor". Aria se retorció– "¿En serio?". Ali puso la mano sobre su hombro– "Si. Así, así que dile a la Dra. Ali lo que piensas hacer". Aria le dio una patada a un montón de hierba recién cortada que el servicio de jardinería había olvidado botar– "Yo no puedo hacer nada al respecto", –susurró. "¿Crees que están, como, saliendo?" –La voz de Ali se levantó con una mezcla de horror y emoción– "¡Ella es tan joven!".

estuviera a punto de llorar. Ali se dio la vuelta. Al menos ella no estaba llorando ahora mismo. Al

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hombros. Pero sus ojos estaban húmedos, como si

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Aria metió sus manos en sus bolsillos y se encogió de

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menos su madre tenía una aventura con alguien de su misma edad. Hanna miró sobre su hombro y arrugó su frente al ver la expresión herida de Aria– "¿De qué están hablando ahí atrás?" –Ella se detuvo para que Ali y Aria pudieran alcanzarla– "¿Está todo bien?". "Por supuesto" –dijo Aria rápidamente. "Todo está bien" –respondió Ali– "¿Cierto, Aria?" Aria se estremeció. Ella le lanzó una desesperada mirada a Ali de: “por favor no digas nada”. Hanna se movió, se veía acomplejada. Emily y Spencer también se detuvieron, mirando con curiosidad hacia ellas desde los arbustos de frambuesa. "Y todo está bien contigo, ¿verdad, Hanna?", –Preguntó Ali– "Bueno, excepto por Sean". Hanna torció la boca. Las demás la miraron con curiosidad– "Hanna vio a su nueva BFF, Josie besando a Sean, en mi fiesta de la otra noche" –explicó Ali. Las chicas se quedaron sin aliento– "Oh, Hanna, ¡eso es horrible!" – Exclamó Emily, colocando una mano sobre el hombro de Hanna. "¿Por qué no dijiste nada?" –Preguntó Aria. Hanna se encogió de hombros– "Parecía estúpido hablar de ello. De todos modos, Sean no es para mí. Lo he superado". Ali oyó su propia risita– "Eso es seguro, Han. Definitivamente

su rostro era de horror y la traición. ¿Qué estás haciendo? Decía su expresión. Ali no respondió a

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La cabeza de Hanna se paralizo. La expresión en

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tienes tu propia manera de sacar las cosas fuera de tu sistema".

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su mirada. Ella había hablado muy enserio cuando le prometió a Hanna que ella no revelaría su secreto sobre sus atracones. Pero eso fue en ese momento. Ahora acercarse un poco al tema se sentía casi divertido. Su angustia era mucho peor que la de Hanna. Pero Ali no era lo suficientemente estúpida como para pensar que los atracones era la manera correcta de tratar con eso. Ellas habían llegado a la zona de la piscina para ese momento. Cuando Spencer se sentó en una de las reposaderas y cruzó las piernas. Las otras chicas, también, se sentaron, aunque todas parecían estarse estremeciendo. Aria miró fijamente al agua. Hanna nerviosamente metió su mano en un tazón de palomitas de maíz que estaba sobre la mesa. Ali, por otro lado, sentía un brillo vagamente nuclear en su interior. Su maldad se sentía como un tren fuera de control que no podía parar, aun si lo intentara. Pero eso no era exactamente lo que ella quería. Cada vez que sus amigas se retorcían, ella sentía como si un poco de su fuerza de vida se restaurara. Emily tomó una revista People y la abrió en una página al azar. Ali miró el folleto. En el lado izquierdo de la página había una foto de una chica bronceada en bikini para la publicidad de una cerveza. Ali le dio un codazo– "Me pregunto si a ella le gustan las casas en los árboles". La revista se cayó de las manos de Emily, y la expresión en su cara era la de un animal atrapado, y torturado. Emily abrió la boca, pero no salió ningún sonido. Hanna se inclinó hacia delante– "¿Qué significa eso?".

una broma interna entre yo y Em. También, es una muy

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divertida, ¿Cierto, Em?".

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Ali sonrió y puso sus manos sobre su regazo– "Oh, sólo es

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Emily apenas parpadeó, sin decir un sí o un no. Ali intentó no mirar mucho sus labios de color rosa o pensar en la forma en que el beso se había sentido. Ella también trató de ignorar el pequeño remordimiento que sentía por dentro. Las otras chicas miraron a Emily, y luego a Ali. Todas ellas parecían querer decir algo, pero también parecía ser que ninguna de ellas sabía qué decir. Entonces, como si fuera una señal, la puerta corrediza se abrió, y Melissa Hastings, vestida con un bikini de tirantes verde, asomó la cabeza– "Oh", –dijo sombríamente cuando vio a las chicas– "No sabía que estaban utilizando el patio". "¡Hola!, Melissa", –dijo Ali enfáticamente, poniéndose de pie– "¿Cómo estás?". Melissa hizo una pausa y examinó a Ali, frunciendo sus labios– "Estoy bien". Ali tocó el brazo de Spencer– "Creo que Spencer tiene algo que decirte – una gran sorpresa. ¿Qué dices, Spencer?". La boca de Spencer se abrió. Ella sacudió la cabeza rápidamente– "No, no lo tengo". Melissa colocó sus manos sobre sus caderas– "¿Qué es, Spencer?". "Nada". Melissa volvió a mirar a Ali, pero Ali solo le dio a Melissa una

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sonrisa con la boca cerrada. No es mi historia para contar, decía

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su mirada. Finalmente, Melissa suspiró y regresó a la casa. La puerta corrediza se agitó cuando la cerró. Spencer se giró y miró a Ali– "¿Qué estás haciendo?". "¿Qué estás haciendo tú?" –Ali replicó. Aria parpadeó– "¿Qué les está pasando a todas?". Ali la miró– "No sé, Aria. ¿Qué está pasando?". Hubo otro silencio doloroso. Las aves cataban en los árboles de olivos. Entonces Spencer miró su teléfono– "Me acabo de dar cuenta. De que me tengo que ir, ¿de acuerdo?" –Ella se levantó y entró en su casa sin siquiera decir adiós. Las otras chicas mirón la puerta corrediza, tal vez pensando que Spencer iba a volver. Cuando no lo hizo, Aria se puso de pie– "Eso me recuerda, que yo también tengo que irme". "Yo también", –dijo Hanna rápidamente. Emily le dio a Ali una larga y conflictiva mirada, y luego ella también se puso de pie. Ellas se separaron y montaron sus bicicletas o se dirigieron hacia el bosque. Ali dejó escapar un largo suspiro de satisfacción. Había sido una buena idea venir aquí después de todo. De hecho, ella se sentía mucho más fuerte –ya no había necesidad de volver a la cama.

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Y lo mejor de todo, ella ya no había pensado en Nick ni una sola vez.

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CAPITULO 28 QUERIDA ALI, SE MIA Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Bryan, Raúl S.

Al día siguiente, después de la escuela, Ali se recostaba contra la ventana delantera del Jeep de Cassie mientras ella hacia un giro chirriante en su vecindario. Su vecino de la esquina estaba afuera con su cortadora de césped, haciendo rayas perfectas sobre el césped. Los niños pequeños del frente jugaban baloncesto cerca de un aro. Y en la casa de Mona Vanderwaal, Mona, Phi, y Chassey estaban caminando de arriba y hacia abajo por la calzada en una especie de feo, desfile de moda para chicas. Ali arrugó la nariz. Mientras Cassie conducía hasta la casa de Ali, se volvió hacia ella y sonrió– "Me alegro de que hayas aceptado que te trajera hoy. ¿Tu hermano estaba ocupado?". Ali se encogió de hombros– "Jason y yo no nos estamos hablando en estos momentos exactamente". Los labios de Cassie se curvaron en una sonrisa– "¿Quieres que corra la interferencia?".

palabra a Jason desde que él le dijo que él pensaba que era una buena idea que la familia

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estaban peleando. Ella no le había dicho una sola

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Ali fingió reír, sin querer entrar en el por qué exactamente

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trajera a su gemela a casa, y también le pareció más fácil de no aceptar que él la trajera. Cassie se giró y miró a la acera frente a la casa de Alí– "¿Tienes planes?". Ali siguió su mirada. Emily estaba de pie junto al buzón de Ali, poniendo algo en su interior. Pero cuando ella vio a Ali, ella rápidamente cerró la caja y se apartó de allí como si el buzón estuviera en llamas. "No, que yo supiera" –Ali murmuró, un poco molesta por la presencia de Emily. Antes, cuando Em aparecía sin avisar, era bienvenida. Pero ahora, después de todo lo que había sucedido, ella se sentía más o menos... una intrusa. Empalagosa. Cassie se acercó a la acera. Emily se quedó de pie con los brazos a sus costados, y con una sonrisa tímida en su rostro. Ella no hizo ningún movimiento para acercarse al Jeep de Cassie, tal vez esperando el permiso de Ali o esperando que ella las presente. Ali solo se giró hacia Cassie y le dio un fuerte abrazo– "Esto fue muy divertido", –dijo. Entonces ella miró los Marlboro Light en la mochila de Cassie– "¿Puedo tomar uno más para el camino?". Cassie alzó las cejas– "Chica mala, ¡fumando en tu casa! ¿Qué pasa si tus padres te ven?". "No me importa", –dijo Ali. Cassie encendió el cigarrillo para Ali y Ali dio un gran soplo, intentando no toser. Entonces Cassie la roció con perfume Dior y se

finalmente, ella se giró de nuevo hacia su buzón

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doblaba en la esquina de su vecindario. Entonces,

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fue. Ali se puso de pie, de espaldas a Emily mientras Cassie

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de correo. "H-hola", –Emily soltó– "Lo siento". Ali se apoyó sobre una de sus caderas– "¿Lo sientes, por qué?". "Interrumpir. Parecía que tú y Cassie se estaban divirtiendo". "Uh-huh" –Ali se sacudió las cenizas– "Ella es increíble". La mirada de Emily cayó en el cigarrillo– "¿Ustedes fuman?". Ali se encogió de hombros– "¿Y?" –Ella exhaló. Emily alejó el humo, luego la miró avergonzada por el gesto– "Sólo pensé... Quiero decir..." Ali golpeó el buzón. Haciendo un sonido hueco y metálico– "Así que, ¿Por qué estabas robando mi correo, Em?" La boca de Emily se abrió– "¡No! ¡Por supuesto que no! ¡En realidad, yo…!" "Porque eso es un delito federal, ya sabes", –Ali la interrumpió– "¿Sabes qué más es un delito federal en algunos estados? Besar a las personas en las casas de los árboles". Los ojos de Emily se agrandaron. Ella dio un pequeño paso hacia atrás. Ali exhaló– "Estoy bromeando". "Oh", –Emily se lamió los labios– "Ya lo sabía". Ella se volvió hacia el buzón, pasando sus dedos sobre la

punto de decir algo importante. De repente, Ali tuvo un horrible pensamiento: ¿Qué pasaba si

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facciones, luego ella respiró hondo, como si estuviera a

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bandera roja de plástico. Una mirada lastimera cayó sobre sus

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Emily quería hablar de cosas? ¿Y si ella quería, como, ponerse intima – literalmente con ella? "¿Sabes lo que sería increíble?" –Ali la interrumpió antes de que pudiera hablar. Ella señaló a las chicas en la calle– "Que le digas a Mona que deje de intentar desfilar. Ella le está dando mala fama a la moda". Emily arrugó su frente y también miró a las chicas– "¿Ahora?" "Uh–huh". Una mirada de dolor cruzó por el rostro de Emily– "Ali, yp realmente no quiero…" Ali bajó la barbilla, la ira ante la desobediencia de Emily se encrespó por sus venas– "¡Oh, Mona!" –Gritó Ali, en voz baja– "¿Adivina que es lo que le gusta hacer a Emily en los árboles?" Las pestañas de Emily revoloteaban. Ella abrió la boca, pero ningún sonido salió– "Está bien", –chilló, agachando la cabeza y caminando por la acera. Ali se paró detrás de ella, viendo como Emily interceptaba a las chicas. En un primer momento, los ojos de Chassey, Phi, y de Mona se iluminaron al ver que Emily se les acercaba. Ellas se cerraron alrededor de Emily de la misma manera en que las alpacas se cerraban alrededor de las verjas en el jardín de la madre de Ali, quien siempre la arrastraba hasta allí. A pesar de que Ali estaba de pie a cierta distancia, pudo ver el momento preciso en que Emily le dio el golpe. La boca de Mona se cerró. Phi infló sus mejillas. Las esquinas de la boca de Chassey bajaron. Casi parecía

que ellas vayan a desfilar nunca más".

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Emily volvió a donde Ali– "Bueno, no creo

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que iba a llorar.

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"Gracias a Dios", –dijo Ali– "Definitivamente ellas estaban bajando totalmente la reputación del vecindario, ¿no crees? Buen trabajo, Em". Emily levantó la vista hacia ella, bamboleando su barbilla– "¿Cómo va todo entre tú y ese chico?". "¿Qué chico?". "Tú sabes. El chico del que me hablaste. En la casa del árbol. El chico que te gusta". Ali apretó los labios. Ella se había abstenido de enviarle a Nick demasiados mensajes mendigándole, porque no quería sonar desesperada, con la esperanza de que él se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Sólo que él no lo había hecho. Y cuando ella trató de enviarle un mensaje instantáneo anoche, él la bloqueó. "Las cosas van muy bien", –dijo, sonriendo ampliamente. La garganta de Emily se balanceaba. Su mirada se dirigió hacia el buzón de nuevo. Ella se abalanzó sobre él y abrió la pequeña puerta, el metal chirrió. Ali puso una mano sobre su brazo– "¿Qué estás haciendo?". Emily parpadeó. "Yo...". "Manipular el correo ajeno es un delito federal, Em", –dijo Ali, con voz azucarada. Emily asintió, luego se giró y trotó hasta su bicicleta, la cual estaba tirada de lado, puso su pierna encima de la barra– "Tengo que irme". – Su mirada no se apartó del buzón, que ella no había cerrado correctamente. Una sola carta se veía en el interior– "Te veré

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más tarde, Ali".

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Ali la observó pedalear por la calle, luego se giró hacia el buzón. Sus dedos se cerraron alrededor del largo y delgado sobre. Tenía el nombre de Ali en la parte frontal escrito con la letra de Emily. Ella esperó hasta que el cabello dorado rojizo de Emily desapareciera al doblar la esquina, luego lo abrió. Toda a carta era un solo párrafo, escrito en ambos lados de la página. La letra de Emily se veía más agobiada que de costumbre, como si la hubiera escrito con rapidez, antes de perder el valor. Querida Ali. Tengo que sacar algo de mi pecho. Sé que yo te dije que el beso que compartimos en la casa del árbol era una broma. Pero en realidad no lo era. Lo hice en serio para ti y sólo para ti. Ali bajó la carta hasta su cintura, por un momento, tuvo un extraño sabor en su boca. Ella tenía la extraña sensación de que Emily podría haber querido que ella leyera esto delante de ella para poder explicarlo, línea por línea. Ella recorrió el resto de la carta. Estoy muy emocionada de que seamos amigas. Me encanta mirar fijamente en la trasera de tu cabeza en clase, me encanta cómo masticas goma cada vez que hablamos por teléfono, y me encanta cuando mueves tus Skechers durante la clase de la Sra. Hat, cuando ella empieza a hablar de famosos casos judiciales de la Corte Americana, porque yo sé que estás totalmente aburrida. Yo no quiero que nada se interponga entre nosotras, pero no creo que eso pase. Tú, también, sentiste algo, ¿cierto? Lo pude ver. Ali cerró sus ojos y tomó unas cuantas respiraciones

qué te besé el otro día. Me di cuenta: Que no era una broma, Ali. Creo que yo Te amo. Puedo

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... y he hecho un montón de cosas, sobre el por

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profundas. Cuando los abrió una vez más, leyó el resto.

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entender si tú ya no quieres hablar conmigo de nuevo, pero yo sólo tenía que decírtelo. –Em. Cuando ella terminó de leer, dobló la carta por la mitad y la llevó hasta el fondo de su bolsillo. Pero entonces, solo porque eso se sentía demasiado íntimo, la sacó de allí y la metió en el fondo de su bolso, bajo su libro de matemáticas. Ella sacó su teléfono, lista para componer un mensaje a Emily diciéndole algo como: Encontré tu carta, bicho raro. Ja, ja, buen chiste. Excepto que, tal vez, sería mejor simplemente no reconocerlo en absoluto. Ella echó hacia atrás sus hombros y entró en la casa. Tan pronto como ella entró y cruzó el vestíbulo, el bello de su cuello se erizó. Algo se sentía diferente. Los adornos en la mesa de la sala eran los mismos. Había dos togas y birretes colgando de la barandilla, una azul –el cual era de Jason, y uno blanco –el cual era para su propia graduación de séptimo grado. Su mirada cayó a una maleta con flores en el suelo. Era su maleta –de cuando ella era Courtney. Olía a café recién hecho y panecillos de canela al horno, eso era lo que su madre siempre hacia para ella cuando era pequeña y necesitaba animarla. Pero eso era lo que hacía por ella, no por su hermana. Su hermana, de hecho, solía quejarse de que los rollos de canela le hacían doler sus dientes. De pronto, Ali supo lo que estaba sucedido. Pero esto no podía estar pasando. Esto no podía suceder, hasta mañana. Entonces ella pensó en Mona y las demás pasando el rato en la vereda, en Emily cerca del buzón. ¿Cuándo había llegado ella? ¿La había visto alguien? Su primer instinto fue correr a su habitación, y no salir

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nunca, pero entonces su madre asomó la cabeza por la

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esquina y sonrió.

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"¿Ali?", –Dijo ella suavemente– "Tu hermana esta en casa".

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CAPITULO 29 ELLA ESTÁ DE VUE–ELTA Traducido por: Daniela Corregido por: Bryan, Raúl S.

La Sra. DiLaurentis puso una cacerola con lasaña de calabacín en la mesa– "Con cuidado, que está caliente", – advirtió, luego ella procedió a verter limonada en los vasos de todos– "Esta recién exprimido", –ella alardeó– "Sabe mejor así, ¿no creen?". Habían pasado un par de horas, y la familia estaba sentada en el comedor, el cual sólo se usaba para Acción de Gracias y Navidad. Cada asiento tenía un mantel dorado, y ellos estaban bebiendo de las mejores copas de cristal. La Sra. DiLaurentis incluso había encendido velas. La luz hacia que los rostros tuvieran formas tenebrosas. Y allí en medio de todo eso estaban sentados todos: El Sr. y la Sra. DiLaurentis en las cabeceras de la mesa, luego, Jason, después Ali… y luego la tercera hija. La gemela. "Courtney". "A comer", –La Sra. DiLaurentis anunció mientras se sacaba los guantes para el horno– "La lasaña no es para nada elegante, pero los ingredientes son frescos". "Se ve excelente", –dijo el Sr. DiLaurentis, alcanzando un

"Absolutamente", –Dijo Jason, tomando un sorbo

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de la limonada.

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tenedor con su mano.

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Ali le lanzó una mirada, pero Jason no miró hacia ella. De hecho, Jason había puesto hoy la mesa. Y se ofreció para sacar el pan del horno. Y se ofreció para subir las cosas de su hermana, a lo cual "Courtney" sonrió y dijo que sería genial. Todos los rastros de Elliot Smith se habían ido. Entonces

Ali

se

volvió

hacia

Courtney.

Su

hermana

estaba

educadamente esperando mientras su padre le servía un rectangular trozo de lasaña en su plato. Sus padres la habían recogido mientras Ali y Jason estaban en la escuela, diciendo que lo habían hecho porque era lo más compatible con el horario de trabajo del Sr. DiLaurentis. Ella había llegado a casa justo antes de que los autobuses salieran del estacionamiento de Rosewood Day, lo cual significaba que era bastante improbable que cualquier persona de la edad de Ali la hubiera visto. No es que eso la hiciera sentir mucho mejor. El cabello de Courtney, el cual era más o menos del mismo tamaño que el de Ali, estaba sostenido fuera de su cara con pequeñas horquillas para el cabello que tenían diminutas estrellas en los extremos. Usaba una remera a rayas con cuello de volantes que Ali nunca había visto antes, –ni en el que ahora era su armario, ni en sus cosas empacadas un año atrás–, y jeans negros ajustados. Lejos de la molesta luz del hospital, la piel de su hermana tenía un resplandor adicional saludable, como si acabara de ir a caminar. Y ella parecía sonreír mucho, lo cual ponía a Ali con los bellos erizados. Incluso ella le había sonreído a Ali cuando entró por la puerta, dando un paso hacia adelante y dándole un gran abrazo diciendo lo bueno que era verla. Pero cuando sus labios estuvieron lo bastante cerca del oído de Ali, ella le susurró de nuevo: Comienza a despedirte. "Muchas gracias", –dijo Courtney ahora, en un tono

ojos y tomó una foto de su madre– "¡Di whisky!".

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levantó una cámara Polaroid moderna hacia sus

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amable– "Todo esto es tan lindo de su parte". –Ella

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"¡Whisky!", –Dijo la Sra. DiLaurentis, sonriendo. La cámara hizo un sonido zumbido, y una foto salió. Al principio, Ali había pensado que era su cámara Polaroid, pero la Sra. DiLaurentis rápidamente le dijo a que Courtney había visto la de Ali en la cocina y le había parecido interesante, así que por eso también le habían comprado una hoy. Ali se aclaró la garganta– "Es gracioso que te interese la fotografía, Courtney. Ese, también, es mi pasatiempo favorito". Courtney parpadeó inocentemente– "No te preocupes, hermana. No voy a fingir ser tú". Ella inclinó la barbilla hacia abajo y le guiñó un ojo. Ali curvó los dedos de sus pies dentro de sus zapatos. ¿Y si eso era exactamente lo que su hermana había planeado? La Sra. DiLaurentis tomó un trozo cuadrado de lasaña– "A mucha gente le puede gustar la fotografía, chicas". Courtney sonrió tímidamente, y luego alcanzo el parmesano, el cual estaba en un cuenco de plata que Ali nunca había visto –por lo general, ellos solían utilizar un frasco. "Oh, yo lo hare por ti", –dijo el Sr. DiLaurentis, poniendo un poco de queso sobre la lasaña de Courtney. Como si ella fuera una inválida y no pudiera hacerlo por sí misma. "Tuvimos una muy agradable charla con los médicos hoy en día", –dijo la Sra. DiLaurentis entre un bocado y otro, mirando a Ali mientras hablaba– "Courtney fue una de las pacientes modelo el

en sus estudios..." –Ella puso una mano en el

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de verdad en los programas de grupo, lo hizo muy bien

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pasado año en La Reserva. Ella hizo muchos amigos, y participó

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hombro de Courtney. "Incluso le permiten jugar en un equipo de hockey sobre césped entre muros que se reunía cerca, ¿cierto, cariño?" –El Sr. DiLaurentis elevó la voz, sonriéndole a su hija. Ali se enderezó– "¿Saliste del terreno para las prácticas completas?". Courtney le sonrió de una forma que probablemente se veía genuina para todos los demás pero para Ali parecía absolutamente siniestra– "Sí. ¿No es genial?". “¿Fuiste a algún otro sitio?” –Ali espetó. Su hermana bajó la barbilla– "¿Por qué? ¿Creíste verme en alguna parte?". Ali se estremeció. Así que sus temores no eran infundados. Su hermana la había estado observando. Pero entonces Courtney resopló y negó con la cabeza hacia sus padres reafirmándoles– "Por favor. Los supervisores estaban detrás de mí trasero todo el tiempo. Jugué entre muros, fui a un pabellón de helados local, un par de veces, y eso es todo". "Pero a ti, no te gusta el helado", –Ali señaló, esperando atrapar a su hermana en una mentira. Courtney clavó un trozo de calabacín con el tenedor– "Tú no sabes todo sobre mí". Hubo una larga pausa. Se sentía como si la temperatura de

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la habitación se hubiera reducido a unos veinte grados.

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Jason buscó más pan, mientras masticaba distraídamente. El Sr. DiLaurentis bebió un poco de vino. "¿Ali?" –La voz de la Sra. DiLaurentis rompió el silencio– "¿No tienes hambre?". Ali se quedó mirando la lasaña, luego sintió la mirada de su hermana en ella, tan sofocante como una lámpara de calor. Lo último en lo que ella podía pensar en este momento era en comer, pero si no lo hacía, su hermana podría sentir cuán ansiosa se estaba sintiendo. Ella cortó un pequeño cuadrado, con sus dedos temblorosos, y se la metió en su boca. Sabía como a aserrín. Courtney levantó la cámara de nuevo, apuntando a Ali como si fuera el cañón de un arma. Ali puso una mano delante de su cara y se giró, pero Courtney hizo la toma, todos modos. La Sra. DiLaurentis se limpió la boca– "De camino a casa, estábamos hablando. Pensábamos que tal vez podríamos presentar a Courtney a unas cuantas personas de Rosewood, y ver cómo va todo". El bocado que Ali acababa de tragar se regresó por su garganta– "¿Como a quién?". "Bueno, a los vecinos, para empezar". –La Sra. DiLaurentis tomó un tomate de la ensalada– "Quiero decir, no podemos mantenerla encerrada como lo hicimos antes –Courtney nos dijo que eso podría haber sido parte del problema". "Definitivamente", –dijo Courtney, asintiendo enfáticamente. "Dejarla salir es parte del problema", –Ali chirrió. Ella miró a

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tratando de ocultar una sonrisa.

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su hermana. La cabeza de Courtney inclinada hacia abajo,

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"Estábamos pensando en gente de la cuadra", –La Sra. DiLaurentis continuó, ignorándola– "Pensamos que sería mucho para Courtney llevarla, por ejemplo, a la graduación, pero dejar que unas pocas personas lo sepan no sería tan malo". "¿Así que le van a decir la verdad a los Hastings?", –Ali prácticamente chilló. No había forma de que Spencer supiera sobre esto. Absolutamente. No. Podía. "Bueno, por supuesto". –La Sra. DiLaurentis se limpió la boca con la servilleta de tela– "Pero hemos pensado que te gustaría decírselo por ti misma a Spencer, Ali. Tal vez en tu fiesta de pijamas" –Ella se volvió hacia Courtney– "Tu hermana tendrá una pijamada de final de séptimo grado con sus amigas la noche del jueves". Ali se quedó muy asombrada con su familia. Todos estaban sonriéndole como si les hubieran lavado el cerebro– "Decirle a Spencer en la pijamada significa, básicamente, que tendré que decirle a todas mis amigas. Y, personalmente, no quiero decirle a ninguna de ellas. Courtney no es realmente un miembro de la familia de la que este orgullosa de tener". "Alison" –El Sr. DiLaurentis bajó su tenedor– "Tu hermana está sentada justo aquí". Todos los ojos se dirigieron a Courtney, quien estaba escondiendo otra sonrisa. Ella se enderezó y cruzó sus manos sobre su regazo– "Está bien, de verdad. Yo estaba lista para algo de... resentimiento. Honestamente. No me puedo imaginar lo que es para Ali tenerme de regreso". –Su voz se quebró, se giró hacia Ali y le dio una gran mirada de

realmente espero que lo logremos. ¿Sabes?, yo

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tiempo en sanar todo esto, pero realmente,

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perrito muerto de hambre– "Sé que va a tomar algo de

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solía estar muy enojada contigo, pero ahora entiendo que esa ira venia de los celos. Tenías toda la razón en quererme dentro de un hospital, Ali. Me has salvado la vida". La boca de Ali se abrió, pero no salieron palabras. Había lágrimas reales en los ojos de su hermana. Una vez más, para todos, ella parecía ser sincera a muerte, pero para Ali, sus palabras eran escalofriantes. Amenazadoras. "¡Courtney!" –La Sra. DiLaurentis exclamó, juntando sus manos sobre su esternón– "Es tan maravilloso lo que estás diciendo". La Sra. DiLaurentis miró a Ali alentadoramente, pero Ali bajo la mirada hacia las manchas en su plato. Podía sentir los risueños ojos de su hermana sobre ella. De repente, se sintió sofocada. "Ya termine", –dijo ella abruptamente, luego llevó su plato a la cocina y casi lo rompió cuando ella lo golpeó contra el cubo de basura para deshacerse de su pedazo de la lasaña. Entonces ella corrió escaleras arriba y cerró la puerta del dormitorio muy duro, dando respiraciones entrecortadas. Esto no podía estar pasando. Y, sin embargo, estaba sucediendo... y era peor de lo que había pensado. Se oían sonar los cubiertos. Voces murmurando. Esa maldita cámara zumbó de nuevo, expulsando más fotos. Ali miró alrededor de su habitación, sintiendo como su corazón golpeaba en su pecho. Su hermana tenía un plan, puro y simple. Muy pronto, su hermana iba a encontrar una forma de exponer exactamente lo que ella había hecho. Tal vez, de algún modo, ella había conseguido pruebas. Tal vez ella había inventado las pruebas. Y tal

Ali se movió en la cama, poniendo su cabeza sobre la almohada. Algo afilado pincho su

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la verdad.

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vez, sólo tal vez, sus padres le creerían. Después de todo, esa era

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cráneo, y ella se levantó rápidamente. Allí, en la funda de su almohada, había una pequeño horquilla plateada. Ali la recogió y lo sostuvo en la palma de su mano. Había una estrella brillante en la punta. Ella sabía exactamente de quién era. Se puso de pie, miró el resto de la habitación en busca de señales que probaran que sus cajones habían sido revisados, que las puertas de su armario hubieran sido abiertas. Pero todo parecía en su lugar. Aun así, un sentimiento de terror se apoderó de ella como si fuera un edredón. La horquilla caída se sentía como un mal presagio. Su hermana iba a tomar su vida de regreso –

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comenzando por su habitación– una horquilla caída a la vez.

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CAPITULO 30 EL DOBLE FANTASMAGORICO Traducido por: Daniela Corregido por: Bryan, Raúl S.

Al día siguiente, después de la escuela, Ali estaba de pie frente a una larga mesa en el vestíbulo y observaba cómo los chicos le daban sus nombres a la Sra. Ulster, la profesora de arte quien también estaba a cargo de la graduación del séptimo grado– "Sí, por supuesto, Andrew", –dijo la Sra. Ulster, mientras buscaba dentro de una caja ubicada en el suelo y sacaba una larga túnica blanca para la graduación junto con un gorro para Andrew Campbell, uno de los nerds de la clase. Su gorra tenía una medalla especial en ella, porque él había conseguido solo As durante todo el año. La de Spencer también la tendría, Ali supuso. "Gracias", –Andrew junto la túnica y la gorra en sus brazos. Cuando pasó cerca de Ali, él le sonrió, como si fueran amigos. Ella resopló y se dio vuelta. Ali había recogido su túnica, el día anterior, por lo que ya estaba en su casa, pero ella acababa de recibir la asignación de sus asientos y las dos entradas que a cada familia se le permitía llevar para el evento. A su alrededor, había chicos que estaban charlando animadamente sobre la ceremonia de

él iba hacer break–dance de camino al podio. Chassey Bledsoe preguntó quién iba hacer a ser

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tacón alto bajo su túnica. Jordyn Wellsley anunció que

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esta noche. Rebecca Culpepper dijo que iba a llevar sandalias de

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su locutor, pero Ali puso sus ojos en planco cuando paso– "No tenemos un locutor, perdedora", –bromeó– "Eso sólo es para los de ultimo año". Chassey parecía avergonzada, como si se supusiera que ella debía haber sabido eso. Pero cuando Ali caminó hacia el aparcamiento, ella sintió un torbellino de ira. Ella había estado muy emocionada por la llegada de la graduación después de todo un año, y ahora que había llegado, ahora que su hermana estaba en casa, todo se sentía tan sucio. Hoy había sido el primer día completo de Courtney en su casa, y Ali no había sido capaz de quedarse sentada durante sus clases, temerosa de que su hermana pudiera entrar en su salón de clases en cualquier momento, desembuchando la verdad. Un Jeep tocó la bocina en el estacionamiento, y Ali levantó la vista y la saludó con la mano. Cassie encendió el motor cuando Ali se subió y se dirigió hacia la salida. Mientras ellas pasaban a través de los sitios del estacionamiento, Cassie levantó la mirada y señaló con su barbilla a una pareja que estaba subiendo por una colina hacia un sitio del último grado, unas togas oscuras colgaban de sus manos– "No puedo creer que él no haya roto con ella todavía". Ali estiró su cuello. Era Ian y Melissa. Ellos iban tomados de la mano, y cuando se acercaron al SUV de Ian, él agarró a Melissa por la cintura y le dio un gran beso en el cuello, a cual ella gritó y se giró retorciéndose. "Yo tampoco puedo creerlo", –murmuró, sintiendo una sorprendente punzada de celos. No era justo que la relación de Ian estuviera del todo bien después de que fuera él quien había arruinado la de ella. Ella quería hacerle pagar por todo eso –y ella creía saber cómo. Sacó su celular y mensaje– Júntate conmigo la noche del jueves. Mi

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patio trasero. Nueve PM en punto.

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busco el número de Ian– ¿Quieres ese beso? –Ella escribo un

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Hubo un ping dentro de los primeros treinta segundos– Listo. –Ian contestó. Ali trató de fingir un destello de excitación, –después de todo, besar un chico caliente era besar un chico caliente. Pero no sintió nada. Frente a la casa de Ali, Cassie se inclinó sobre el volante– "¿Te importa si entro por un segundo? Yo realmente, realmente tengo que hacer pis". "¡No!" –Ali prácticamente gritó. Cassie se echó para atrás, dándole una mirada extraña a Ali– "Um, estamos teniendo problemas con el sistema séptico", –Dijo Ali bruscamente, dándose cuenta de lo loca que acababa de sonar– "Realmente huele muy mal". –Ella miró fijamente hacia su casa. ¿Acaso cavaba de moverse una cortina? ¿Podría Cassie darse cuenta de que su hermana gemela estaba allí, con sólo mirar el lugar? Cassie puso una mueca de compasión, luego se despidió. Ali salió disparada del auto y fue corriendo hacia la puerta, aliviada cuando Cassie se alejó de la cuneta. Pero justo cuando estaba girando la manija, escucho voces en el interior. "No fue a propósito", –su hermana se lamentó. "¡Debería haberlo sabido!" –Su madre respondió severamente. La piel de Ali se erizó. ¿Qué había ocurrido? Y entonces, de repente, oyó diferentes voces, esta vez desde el patio trasero– "¿Por qué estaría en problemas?" –Alguien susurró– "Ella no ha hecho nada malo". Ali se alejó de la puerta. ¿Acaso esa era...? ¿Emily?

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casi se atragantó con su goma de mascar. Era Spencer.

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"No que nosotras sepamos", –dijo otra voz familiar. Ali

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Su mente dio vueltas. Ella no las había invitado. ¿Qué estaban haciendo aquí? ¿Su hermana las había invitado? ¿O, –peor aún–, su madre, queriendo que Ali les de las noticias? Ellas, no podían saberlo. Si ellas se enteraban, ¿acaso se darían cuenta del resto, –que Ali no era quien decía ser? Tal vez ellas siempre se habían preguntado en secreto, por qué Ali las había elegido tan abruptamente para ser sus amigas. Dejando botadas a Naomi y a Riley sin explicación. En ese tiempo Ali se había perdido en Rosewood Day al principio del sexto grado. Tal vez todo estaba archivado en sus cerebros, como pequeñas piezas de un rompecabezas insignificante, que no estaban ni cerca de componer el cuadro completo. Pero, con la presentación de su gemela, ellas lo harían. Y si sus padres lo descubrían, la enviarían de regreso a La Reserva para castigarla. Ella se quedó de pie en el porche delantero, aterrorizada de girar y hacerle frente a la música. De repente, hubo un fuerte Slam. La voz de su madre era aguda en el patio–. "Sólo quiero asegurarme de que tienen las dimensiones correctas", –ella gritó hacia los trabajadores en la parte trasera del patio. Ali bajó del pórtico y fue de puntillas al terreno lateral justo mientras su madre iba caminando a través de la parte de atrás hacia los trabajadores del gazebo, quienes estaban sentados, aparentemente haciendo nada– "No les estoy pagando para que holgazaneen", –la Sra. DiLaurentis espetó, con sus manos sobre sus caderas– "¿No pueden hacer que esto se haga más rápido?". Uno de los trabajadores levantó un hombro– "Estamos esperando que el concreto se seque".

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madre de Ali exigió saber– "¿Mañana?".

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"¿Cuándo se va a rellenar este agujero?". –La

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El mismo trabajador negó con la cabeza, su cabello lacio rebotó– "El viernes. Eso es lo más pronto que pudimos conseguir el camión". La Sra. DiLaurentis puso sus ojos en blanco y continuó reprendiéndolos. Ali dio un paso más cerca, todas sus amigas quedaron a la vista. Todas estaban allí, sentadas en su patio trasero, se veían perplejas. Gracias a Dios, Courtney no estaba con ellas. Así que tal vez no lo sabían. Ella respiró hondo y subió las escaleras de la terraza. "Uh... ¿hola? ", –dijo. Spencer se puso de pie. Una sonrisa grande, y nerviosa se dibujó en el rostro de Emily. Aria miró a Ali sin inmutarse, y Hanna se movió en su asiento. Todas se veían culpables, los temores de Ali subieron a la superficie una vez más. "¿Por qué te reprendió?" –Exigió saber Spencer. Ali ladeó su cabeza, sin estar segura de si debía responder. "¿Te estás metiendo en problemas sin nosotras?", –Continuó Aria, su ligero, y tranquilo tono de voz era forzado–. "¿Y por qué te cambiaste? Esa remera sin mangas que tenías puesta era tan linda". Ali parpadeó con fuerza. Remera sin mangas. Su hermana había usado una así el día anterior. Tal vez ella también se la había puesto esta mañana, ya que probablemente esa era la cosa más linda que ella tenía. Sus rodillas se debilitaron. Ellas habían visto a su hermana gemela... tal vez incluso hablaron con ella, pero eso no fue a causa de

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su madre. ¿Dónde había estado? ¿En la casa? ¿Afuera?

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Pero entonces Ali tuvo una idea. Ella apostó saber dónde habían visto exactamente a su hermana. La habitación de Ali. Esa perra, pensó, la furia crecía dentro de su cuerpo como el mercurio dentro de un termómetro. ¡Cómo se atrevía! ¿Era esta la primera fase de su plan maestro? ¿Estaba ella tratando de hacerse pasar por Ali y tratar de intercambiase de nuevo? Lo que lo hacía mucho peor era que sus amigas habían creído que "Courtney" era Ali. Si su hermana podía convencerlas a ellas, ella podía convencer a cualquiera. Emily se aclaró la garganta, trayendo a Ali de regreso a sí misma– "¿Quieres que nos… vayamos?". Ali negó con la cabeza rápidamente, dándose cuenta de que ella no tenía idea de qué clase de expresiones acababan de cruzar por su rostro–. "Por supuesto que no quiero que se vayan", –fingió, tratando de recuperar el control–. "Mi mamá estaba enojada conmigo porque yo... yo tiré mi ropa de hockey con sus prendas delicadas, otra vez". –Ella puso sus ojos en blanco–. "Pero no se preocupen, chicas –no estoy castigada ni nada. ¡Nuestra espectacular pijamada puede continuar según lo planeado!". Las chicas parecían aliviadas, aunque algo todavía parecía perseguirlas. Por un momento, Ali se preguntó si ellas estaban mirándola

y dándose

cuenta de que había algo diferente en ella, algo que ellas no habían visto en la chica con la remera sin mangas rayada de hace unos momentos. Pero entonces Spencer añadió que tenía una excelente noticia: Ellas podían hacer su pijamada en el granero del patio trasero de los Hastings, después de todo. Inesperadamente, Melissa iba a ir a Praga el jueves por la noche después de la graduación, así que ellas podían tener el

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lugar para sí.

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"Dulce", –dijo Ali en voz alta, con la esperanza de que Courtney, donde fuera que estuviera, la escuchara. Ella no iba a dejar que su hermana se entrometiera en su diversión. Que intente intercambiarse. Eso nunca iba a volver a suceder. De repente, ella notó un destello azul a través del patio de los Hastings. Melissa estaba caminando hacia el granero, con su túnica colgando de una percha en su mano. Ella ya se había puesto el manto de la escuela para los mejores graduados sobre sus hombros. Presumida. De repente, Ali sintió que ella tenía que hacer que todas vieran lo poderosa que era, lo destructiva que ella podía ser. No estaba segura de sí esto era para beneficio de sus amigas, exactamente... o de la chica que las estaba mirando desde dentro de la casa. Ali se puso de pie– "¡Hey, Melissa!". Melissa se detuvo y se giró– "Oh. Hey, chicas". "¿Emocionada de ir a Praga?", –Ali le sonrió dulcemente–. "¿Ira Ian contigo?". Spencer se inclinó sobre la mesa y clavó sus uñas en el brazo de Ali– “Ali”. "No", –Respondió Melissa después de una pausa– "Ian no va". "¡Oh!" –Ali escuchó decir a su propia voz– "¿Estás segura de que es una buena idea dejarlo solo? ¡Él podría conseguirse otra novia!". Ella miró a Spencer significativamente– "Alison. Basta.

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Pero Ali no podía parar.

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Ahora".

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"¿Spencer?" –Preguntó Aria– "¿Qué está pasando?". "Nada", –dijo Spencer rápidamente. Ali observó como las otras chicas intercambiaban una mirada insegura. Pero ninguna de ellas dijo nada. Entonces, Melissa se ajustó su manto alrededor de su cuello y se dirigió hacia el granero. Ella miró por un largo rato y con mucha atención el agujero en el patio de Ali, pero no dijo nada. Spencer miró a Ali después de que Melissa se hubiera ido, pero Ali no respondió. Ella apenas consiguió resistir el resto de la visita, y cuando las chicas se fueron, ella corrió hacia su casa y subió directamente hacia su cuarto. Todo estaba en su lugar. Luego encontró a su madre, –la cual estaba de pie frente al fregadero–, lavando unos vasos. "¿Dejaste entrar a mis amigas cuando yo no estaba aquí?" –Ella exigió. La Sra. DiLaurentis se giró, se veía culpable– "Cariño, yo pensé que estabas en casa. Pero luego te vi llegar con tu amiga del hockey sobre hierba y me di cuenta de mi error". El cuerpo de Ali comenzó a temblar– "¿Entonces ellas hablaron con ella?". "Bueno, sí. Pero entonces la agarré". "¿Ellas estaban en mi habitación?". La mirada de la Sra. DiLaurentis bajó hacia sus pies–. "Solo está un poco curiosa. El terapeuta nos lo explicó todo: Ella no ha vivido una vida normal. La hemos privado de eso. Ella piense en ti como un

realidad estaban hablando, ella pensó que

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Las palabras dolían: Era de ella de quien en

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modelo a seguir".

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todavía estaba en el hospital, pudriéndose, volviéndose más rara y más salvaje cada día–. "¿Dónde está ella?", –Dijo Ali, su voz era baja y tensa. La Sra. DiLaurentis puso una mano sobre el brazo de Ali, en señal de advertencia–. "Cariño, no hagas una escena. Estoy segura de que no tenía ningún motivo oculto para hacerlo". "¿Dónde, esta, ella?" –Las emociones de Ali se sentía como un cometa cuyo hilo había sido arrancado de ella. Esta era la misma forma en que ella solía sentirse cuando su hermana la presionaba, presionaba y presionaba y presionaba hasta romperla. Era increíble cómo, después de todo este tiempo, la sensación podía volver con urgencia y frescura, tal como el primer día en que ella lo sintió. El paño de cocina se cayó de las manos de la Sra. DiLaurentis–. "Mira, vamos a tener más cuidado, ¿de acuerdo? Desde ahora la vamos a mantener adentro, sólo hasta que nos aseguremos de que ella no este recayendo. Además ella estará encerrada para la graduación, y la pijamada. ¿Está bien?". "¿Lo Prometes?" –Ali exigió. La Sra. DiLaurentis asintió casi con miedo. Pero eso no era suficiente. Ali se giró y subió rápidamente por las escaleras, pasando su habitación una vez más. La puerta del cuarto para invitados estaba cerrada. Ella la golpeó con tanta fuerza que los nudillos le dolieron–. "¿Courtney?" –Ella gritó. Pero la puerta no se abrió–. "¡Courtney!" –Ali chilló. "Alison, por favor", –Dijo la Sra. DiLaurentis, parada al pie de las

cama chillaron en el interior del cuarto. Un cajón se abrió y se cerró. Entonces, ella escucho

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"¡Abre la puerta!" –Ali gritó. Los resortes de la

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escaleras.

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perfectamente, una risita aguda. La cual sonaba muy parecido a la carcajada de bruja y eso le provocó un escalofrío que recorrió su espalda. "¡Sé lo que estás haciendo!", –Dijo Ali, presionando su mejilla contra la puerta–. "¡Y no te vas a salir con la suya!". Ella escucho pasos, y la puerta se abrió. Su hermana estaba usando esa remera rayada sin mangas, de nuevo, tal como Ali lo temía. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo, su nueva Polaroid estaba colgando de su cuello con una cuerda, y tenía una gran sonrisa en su rostro. Ella sostuvo la mirada de Ali por tanto tiempo que Ali comenzó a sentirse nerviosa. "¿Por qué no?" –Courtney preguntó finalmente, su voz estaba llena de

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alegría– "Tú lo hiciste".

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CAPITULO 31 EL MAXIMO PODER Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Bryan, Raúl S.

El jueves por la noche después de la graduación, un Subaru maltratado se detuvo frente a la acera de Ali. Ali vio por la ventana como Aria se bajaba del asiento de atrás, hacia una pirueta sobre el césped, y hundía su cara en la hierba– "Delicioso", –Ali la escuchó murmurar. La Sra. DiLaurentis le tocó el brazo a Ali– "¿No vas a salir?". Ali se giró y miró a su madre. El corazón le latía como si hubiera corrido un trillón de vueltas alrededor del campo de hockey. Cada sonido del piso de arriba, donde su hermana se había quedado durante la graduación, la hacía tensarse– "¿Estás segura de que la vas a mantener encerrada?", –Preguntó ella, mirando hacia las escaleras. Una mirada culpable cruzó el rostro de su madre. Era evidente que ella se sentía muy mal por dejar que la hermana de Ali entrara en su habitación y engañara a sus amigas, ella había estado tratando de hacer las paces con Ali durante las últimas cuarenta y ocho horas. Ella había

diamantes antes de la ceremonia de la tarde, como un regalo de graduación. Pero eso no

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graduación. Ella le había dado a Ali un par de aretes de

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ordenado sushi del restaurante favorito de Ali para la cena de

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solucionaba lo que había sucedido. Courtney había engañado a sus amigas. Courtney había sido vista. ¿Y si había algo diferente acerca de Courtney, algo que hizo que sus amigas se dieran cuenta? Se las imaginó volviendo a casa la noche del martes pasado y discutir por una llamada telefónica de cuatro líneas. Sus ojos lucían un poco diferentes cuando estuvo en el patio, ¿no les parece?, –Aria pudo haber dicho. Y luego Hanna había continuado diciendo–, Y Ali no usaría una camiseta sin mangas como esa. Entonces Spencer dijo– Saben, he visto una luz encendida en la habitación de invitados. Y he escuchado rumores en los últimos años. Pero no. No había habido ningún rumor, ¿O sí? Este había sido un secreto bien oculto. Entonces, Ali pensó Jenna. ¿Y si ella hubiera dicho algo? Tal vez un sólo comentario inocente a Spencer alguna vez, algo que Spencer se negó a creer. O ¿qué tal el hombre al que su madre se lo había dicho? Tal vez él había dicho algo. Sus amigas podrían haber tenido una idea desde el principio. ¿Y si ellas estaban lentamente descubriéndolo todo, incluido el intercambio? "No tienes nada de qué preocuparse", –dijo la Sra. DiLaurentis suavemente, sacando a Ali de sus pensamientos. Ella se mordió su labio inferior– "Aunque, sinceramente, cariño, preferiría que simplemente se los dijeras". "No", –Ali casi gritó.

hayas guardado esto de ellas, si es eso lo que te preocupa. La gente guarda secretos todo el

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tiempo".

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"¿Por qué no? Ellas lo entenderán. No les importará que

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"Sí, tú lo sabes muy bien", –Dijo Ali. La Sra. DiLaurentis se estremeció. Como un reflejo, ella llevó su mano hacia Ali, y Ali pensó que ella volvería a darle una bofetada, pero ella sólo lo utilizó para sacar un mechón de su cabello fuera de sus ojos– "No vamos a entrar en eso de nuevo", –dijo en un tono de voz uniforme. Ali apretó los dientes. ¿Acaso su madre esperaba que ella simplemente lo olvidara todo? Había un hombre por ahí que era su verdadero padre –ella estaba segura de eso–, alguien que su madre escondía de ella. Ella estaba decidida a averiguar quién era. Ella había pensado decirle al Sr. DiLaurentis, pero luego ella misma decidió que era más poderoso esperar hasta que ella sola descubriera la identidad del hombre. Cuando se giró hacia la ventana, Emily ya estaba también en el patio, ella llevaba puesto un par de pantalones jeans holgados y una simple remera azul. Ella y Aria estaban bromeando sobre los arbustos de florales de Ali. Y entonces Ali tuvo otro pensamiento: Si ella no salía pronto, sus amigas iban a tocar el timbre. Tal vez ellas insistirían en entrar a la casa. ¿Qué pasaría si Courtney aparecía en lo alto de las escaleras? ¿Y si las chicas querían ir arriba, a la habitación de Ali, y Courtney se asomaba en la puerta? Ella abrió la puerta con su pie y luego las saludo. El dobladillo de su falda de hockey sobre césped, que se había puesto para la fiesta de fin de año del equipo esa misma tarde, ondeaba en la brisa. "¡Chicas!", –Ella canto con voz más alegre que pudo fungir. Sus amigas la miraron. Por un momento, Ali estaba segura de

mal. Tal vez ellas realmente no sabían que algo estaba mal. Emily se animó visiblemente, las

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tarde, todas estaban sonriendo como si nada estuviera

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que ellas lo sabían todo. Pero, una fracción de segundo más

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transgresiones del otro día, aparentemente se habían olvidado –al menos por ahora. Spencer y Hanna, que también acababan de llegar al patio, se acercaron a ellas, y luego las chicas se reunieron en un abrazo grupal. Pero mientras Ali se aferraba fuertemente a sus amigas, ella miró por encima de su hombro, justo a tiempo para ver una cortina en el segundo piso de su casa moviéndose. Esa era la habitación de invitados. Una figura de pie junto a la ventana, mirandas a ellas. "A tu granero", –le dijo a Spencer, separándose y orientándolas a través de los setos. Ellas tenían que salir de esta propiedad, rápido. Gracias a Dios, las demás chicas la siguieron a ella como buena ovejitas. Pero la mirada en el rostro de su hermana las perseguía a las cinco mientras ellas se quejaban sobre cuánto tiempo había durado el año escolar. Y cuando oyó que alguien gritaba–, "¡Hey, Alison! ¡Hey, Spencer!", –su estómago se retorció. Sonaba, por un momento, como la voz de su hermana. Ella se giró y vio a Mona Vanderwaal y su banda de frikis que venían directo hacia ellas. Una parte de ella quería lanzar sus brazos alrededor de Mona, aliviada. Pero en su lugar, ella soltó un– "¡No Es!". "No Es", –dijeron milisegundos después sus amigas. Mona avanzó en su scooter. Chassey Bledsoe y Phi Templeton la seguían por detrás, Chassey iba en una bicicleta de montaña, y Phi iba a pie, con su fiel y ridículo yo–yo. "¿Quieren venir a ver Fear Factor?", –Preguntó Mona. "Lo siento", –Dijo Ali con una sonrisa afectada, sacando a relucir su nivel apropiado de maldad– "Estamos un poco

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ocupadas".

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Luego se dio la vuelta y se alejó al trote. Sus amigas la siguieron. Cuando ella puso en blanco sus ojos, ellas también pusieron en blanco los suyos. Ellas No Lo Saben, –pensó, sus latidos desaceleraron–. Ellas no sospechan nada. Pero entonces ella miro hacia su casa, de nuevo. La luz todavía estaba encendida en la habitación de invitados, y esa cara aún estaba en la ventana. Para horror de Ali, Hanna, también, estaba mirando con los ojos entrecerrados hacia la ventana. Ali tiró de su brazo– "Vamos", –dijo ella. Ellas caminaron en línea recta entre el patio trasero de Ali y el de Spencer. Una enorme excavadora, de una color amarillo llamativo estaba estacionada en la parte trasera junto a una pila de suciedad– "Estoy tan feliz de que los trabajadores no estén aquí, en este momento", –dijo Ali en voz alta, asegurándose de que toda la atención estuviera en ella, y no en la ventana. Emily se puso rígida–. "¿Te están diciendo cosas, de nuevo?". "Tranquila, Asesina", –Ali bromeó, y las chicas rieron. Ella miró por encima de su hombro una vez más. La luz en la ventana ahora estaba apagada. El rostro se había ido. ¿Pero realmente iba su hermana a quedarse de brazos cruzados en su habitación toda la noche como una niña buena? Eso parecía imposible. El granero estaba justo delante. Ali llevó a las demás hacia allí, rezando para que su hermana no estuviera mirando desde la cocina para ver a dónde iban. ¿Y pasaba si su madre la perdía de vista? ¿Y si ella salía? Risas resonaron desde el interior del granero– "¡Ya te dije, que

Spencer se detuvo en seco– "Oh Dios. ¿Qué hace

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ella aquí?".

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pares!" –Una voz chilló. Definitivamente era la de Melissa.

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Ali miró a Spencer bruscamente– "Creí que habías dicho que tu hermana estaba en Praga". "Así es". –Spencer abrió la puerta para revelar a Melissa y a Ian descansando sobre el sofá, varias botellas de cerveza estaban entre ellos. Melissa se sentó rápidamente y se ajustó la diadema en su cabeza. Los ojos de Ian recorrieron a las chicas, con una sonrisa perezosa y seductora. "¿Nos estaban espiando?", –Ian bromeó. Spencer lo miró horrorizada– "Es sólo... No quería irrumpir... Se supone que nosotras teníamos este lugar para esta noche". Ian golpeó juguetonamente el brazo de Spencer– "Sólo estaba jugando contigo". Una chispa pareció encenderse entre ellos, lo que, a su vez, envió una oleada de posesividad a través del cuerpo de Ali– "Wow", –dijo ella en voz alta– "Ustedes dos hacen la pareja más bonita. ¿No estás de acuerdo, Spencer?". Spencer parpadeó con fuerza. Melissa le dio a Ali una mirada extraña, y luego se apoyó en el hombro de Ian– "¿Puedo hablar contigo afuera un momento?". Ian tomó lo último de su Corona y se levantó del sofá– "Adieu, señoritas". Él pasó junto a Ali y le lanzó una sonrisa encubierta. Ella asintió sutilmente con la cabeza como respuesta. Ellos iban a juntarse en el tenía que hacer era enviar un mensaje a Melissa justo antes de su beso. Y entonces Melissa lo vería

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todo.

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patio a las 9PM. Ella sabía que él iba a estar allí. Todo lo que ella

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Después de que se fueron, Ali se giró hacia las chicas–. "Ian es tan caliente", –Hanna estaba diciendo–. "Incluso más caliente que Sean". –Una pequeña mirada, en conflicto revoloteó en su rostro. Probablemente ella estaba pensando en Josie y Sean en la fiesta. "¿Sabes lo que pienso?", –Dijo Ali a Hanna, su maldad resumiendo un poco más– "A Sean realmente le gustan las chicas de buen apetito". Hanna la miró sorprendida– "¿En serio?". "¡No!", –Ali espetó. La risa que salía de su boca era involuntaria, pero cuando ella se dio cuenta de la mirada de dolor en el rostro de Hanna, ella cerró la boca apretándola. Ella se sentía muy crepitante noche, desenfrenada, totalmente fuera de control. Ella se sentía como si tuviera que ser la más extrema Alison que ella podía ser, y no era sólo para mostrárselo a su hermana, sino que también era para mostrárselo a sus amigas. Nadie puede reemplazarme. Nadie es mejor que yo. No se atrevan a sospechar algo. De repente, se le ocurrió una idea. Tal vez si había una manera de poner a sus amigas bajo su máximo poder. Incluso si ellas vieran a su hermana, ellas siempre estarían del lado de Ali, haciendo lo que ella quisiera, lo cual significaba que ellas dos nunca podrían volver a intercambiarse. También esta podría ser una forma de borrar lo que ellas habían visto para siempre. “Tengo la cosa perfecta que podemos hacer”, –sugirió–. "Yo aprendí cómo hipnotizar a la gente". Spencer la miró preocupada–. "¿Hipnotizar?". "La hermana de Matt me enseñó", –dijo Ali, con creciente

extraerles de sus mentes, el recuerdo de su hermana en su cuarto–. "¿Quieren ver si

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que se inclinen ante ella y sólo ella. Ella también podría

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excitación. Esto era perfecto. Ella podía hipnotizarlas y exigirles

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funciona?", –Preguntó ella, tratando de no mendigar. Todas se movieron incómodas–. "No lo sé", –murmuró Aria–. "¿La hipnosis no te hace decir cosas que no quieres decir?". Ali apretó los dientes– "¿Por qué?", –Bromeó–. "¿Hay algo que no quieres decirnos?" –Ella señaló a Pigtunia–. "¿Y por qué sigues llevando eso a todas partes? ¿No fue tu papá quien te lo dio?". Aria palideció, de nuevo, Ali sintió una punzada de remordimiento. Tal vez había sido demasiada mala. Hanna la miró fijamente, con la frente fruncida, y Spencer se detuvo, dejando un bocado de las palomitas a medio camino de su boca. Ali notó que la mente de ella estaba trabajando en tratar de entender lo que Ali había dicho. ¿Por qué se molestó Aria? ¿Qué había dicho Ali? ¿Qué era lo que ellas no sabían? "Estar hipnotizada, um, suena a algo falso", –Spencer soltó. "Tú no sabe nada al respecto", –Insistió Ali con urgencia–. "Vamos. Puedo hacerlo con todas a la vez". Observó cómo se acomodaban. Un largo silencio se impuso. Por favor, –repitió en silencio–. Por favor, por favor, por favor. "Lo haré", –Hanna elevó la voz. "Yo también", –dijo Emily. Spencer y Aria también se encogieron de hombros a regañadientes. Ali dejó escapar un gran suspiro mental. "Está bien", –dijo emocionada–. "Todas siéntensen en un

café. Entonces ella tomo su lugar al frente de la

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encendió algunas velas apoyadas en la mesa del

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círculo". –Corrió por la habitación, apagó las luces y

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habitación, cerrando sus ojos y dejado escapar un murmullo, –om–, que sonaba vagamente espiritual. Sus amigas, también, cerraron los ojos, y Ali se sintió mucho mejor. Tal vez la hipnosis realmente iba a funcionar. Tal vez ella sería capaz de decirles algunas palabras y ellas se olvidarían de todo–. "Está bien, simplemente relájate", –dijo ella–. "Voy a contar hacia atrás desde cien. Tan pronto como las toque a todas, estarán en mi poder". Emily se rió nerviosamente–. "Escalofriante". Ali empezó a contar, paseándose por el rellano de la habitación y mirando las cabezas de sus amigas. Su voz llenaba el espacio, los números retrocediendo desde noventa hasta sesenta y luego cuarenta y cinco. A los treinta, ella vio un destello en la ventana y se giró. Algo negro desapareció de la vista. Su corazón le dio un salto. “Veintinueve...”, –Dijo ella, caminando hacia la ventana. Luego hubo otro destello. Ella se protegió la cara, manchas se formaron delante de sus ojos. Cuando su visión se aclaró, una figura estaba al otro lado del cristal, con una cámara Polaroid moderna a su lado. Ali casi gritó. Era su hermana. "Veintiocho...", –Dijo Ali con sólo un ligero contratiempo, su mente dispersándose en un millón de direcciones. No. Ella nunca, nunca perdonaría a su madre por dejar salir a su hermana. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Salir del granero, y decirle a sus padres que Courtney estaba suelta? Pero luego sus amigas abrirían sus ojos y verían a las dos gemelas idénticas, una de complicidad. ¿Ven? Todo lo que sospechábamos era cierto. ¿Y si a ellas les gustaba más su hermana

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gemela?

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en el exterior, una en el interior. Ellas intercambiarían miradas

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¿Debía fingir que no pasaba nada, entonces? Eso no parecía correcto, tampoco. Su hermana podría irrumpir dentro del granero. Ella podría decir la verdad. ¿Y luego qué? Ali miró a sus amigas, pero ellas todavía estaban sentadas con sus ojos cerrados. Cerró las persianas, luego cerró las cortinas, y entonces contó las veintenas, y luego las decenas. Ella se imaginó a su hermana agachada junto a la ventana, sin poder ver más del interior, pero aun así podía escuchar. Comprobó la puerta para asegurarse de que estaba bien cerrada. Lo estaba. ¿Pero y si Courtney conseguía entrar por otro lado? "Diez, nueve...", –Tragándose el nudo en su garganta, Ali tocó la frente de sus amigas. Primero Aria, luego Hanna, luego Emily–. "Tres... dos...", – Dijo ella. De repente, los ojos de Spencer se abrieron de golpe. Para el horror de Ali, ella saltó al otro lado de la habitación y se lanzó hacia la ventana. Ali se giró, con el corazón saltando en su garganta– "¿Qué estás haciendo?". "Está demasiado oscuro aquí", –dijo Spencer, tratando de alcanzar la cadena para abrir las persianas. Ella las abrió, y Ali se estremeció. Pero, su gemela se había ido. "Tiene que estar oscuro", –Exigió Ali, corriendo hacia ella. No tenía ni idea de si Courtney reaparecía, pero ella no quería correr ningún riesgo–. "Así es como funciona". Spencer se detuvo, con la mano sobre la cadena–. "No, no es así". "Si, lo es", –Ali gruñó, con el corazón latiendo muy rápido. No iba a estar en el otro lado, como un reflejo perverso en

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un espejo.

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había manera de que Spencer abriera esa ventana. Su hermana

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Spencer se apartó de la ventana y colocó sus manos en sus caderas–. "No siempre tiene que ser todo de la forma que tú lo desees, ¿sabes?". "¡Ciérralas!" –Ali rugió, tratando de controlar la desesperación en su voz. Spencer puso los ojos en blanco–. "Dios, tomate una píldora". "¡Tú tomate una píldora!". Ali miró fijamente. Algo la golpeó de repente: ¿Y si Spencer lo sabía? Tal vez ella lo había averiguado todo –Después de todo, ella era la más inteligente de todas. Incluso, tal vez, ella había visto a Courtney en la ventana hace un momento y había puesto todas las piezas juntas. Ella estaba jugando con Ali porque podía; ella sabía exactamente de lo que Ali tenía miedo. En un gesto desafiante, Spencer llegó al otro lado, tiró de la cuerda y tiró de cada uno de los listones, revelando el exterior. Ali dejó escapar un grito y se tapó sus ojos, preparándose para lo peor. Ella hecho un vistazo a través de sus dedos. La vista era sólo de los espesos bosques de detrás del granero. Ali se giró hacia Spencer. Spencer miró por la ventana sin comprender, pero tal vez había una pequeña pizca de decepción en su rostro. Spencer señaló la puerta–, "Vete". "Bien", –dijo Ali. Y estaba bien. Ella tenía que decirles a sus padres lo que estaba sucediendo. Spencer le había dado la excusa perfecta. Echando hacia atrás sus hombros, se dirigió hacia la salida, torció la cerradura y entró en el crepúsculo de la tarde. El suelo estaba

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agitaban en la carretera distante.

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mojado por el rocío. El cielo era azul marino. Los coches se

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"¡Espera un segundo!" –Spencer la llamó a sus espaldas– "¡Alison!". Pero Ali siguió su camino, girando su cabeza de lado a lado para ver si había señales de su hermana. Las luces estaban encendidas en la casa de los Hastings, así como en la de los DiLaurentis. La ventana en la habitación de invitados se iluminó de nuevo. Ella no vio a su hermana en ningún lugar. Pero Ali dudaba que estuviera a dentro. Courtney estaba aquí fuera, en alguna parte. Ella sólo tenía que encontrarla y arrastrarla de nuevo con sus

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padres. Esa perra iba a volver a La Reserva de una vez por todas.

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CAPITULO 32 LAS PIEZAS PÉRDIDAS DEL ROMPECABEZAS Traducido por: Guadalupe Corregido por: Daniela, Raúl S.

Ali camino rápidamente por el camino de piedra resbaladiza, mirando de derecha a izquierda buscando una forma familiar en la oscuridad. Su hermana tenía que estar cerca, pero ¿dónde? Una horrible visión apareció en su mente: una rígida, y antiséptica cama de hospital. Ella estando dentro de una pequeña habitación, un portazo. Nunca vamos a dejarte salir de nuevo, una voz se burló. Se imaginó presionando sus manos contra una ventana, y observando como sus padres –y Courtney– se alejaban. No podía suceder. Un aroma la detuvo, y ella ladeó su cabeza. Olía como a cigarrillo. Pero antes de que ella pudiera averiguar de dónde venía, el olor había desaparecido. "Ali", –una voz cortó a través de la noche–. "¡Ali, vuelve!". Ali hizo una pausa en el camino de piedra y miró por encima de su hombro. Las linternas con forma de pagoda en el sendero no

llama se encendió en su estómago. No se suponía

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Spencer venía directo hacia ella. Una nueva

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aportaban mucha luz, ella apenas podía distinguir que

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que Spencer estuviera aquí afuera. Ella podría ver algo, o más exactamente, a alguien. Ella enderezó sus hombros, esperando que Spencer se encontrara con ella. Las mejillas de Spencer estaban sonrojadas, y había una expresión de culpabilidad en su rostro–. "¿A dónde vas?", –Preguntó con voz herida. Ali parpadeó. De repente, parecía que Spencer tal vez no lo sabía. Se veía tan preocupada en este momento, como si ella estuviera asustada de que Ali fuera a deshacerse de ella para siempre. Pero Spencer no podía estar aquí afuera en este momento, no con su gemela dando vueltas. Ali dijo lo primero que se le ocurrió que haría que Spencer se girara y volviera a dentro del granero– "Estoy yendo a algún lugar más genial que salir con ustedes". Los rasgos de Spencer se endurecieron– “Está bien. Vete". –Y sin embargo, ella no se movió. Ali apretó los dientes, luchando para pensar en otra cosa. Algo crujió en el bosque, y sus ojos se movieron hacia los árboles. ¿Ian? ¿Su hermana? Spencer tenía que salir de aquí. Ahora. "Tú trata de robarme todo, Spencer", –ella se burló, tratando de controlar la desesperación en su voz–. "Pero no puedes tener esto". Spencer entornó los ojos– "No puedo tener ¿Qué cosa?". Ali rió maliciosamente– "Tú sabes". Spencer hizo un gesto con la mano– "Estas delirando". "No, no lo estoy". –Hubo otro ruido en el bosque; Ali dio un paso más cerca de Spencer, tratando de taparla para que ella no

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pudiera ver– "Tú sí".

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La ira brilló en los ojos de Spencer, y ella empujó Ali con fuerza en el hombro. Ali se tambaleó hacia atrás, –sorprendida por la fuerza del empujón. Sus pies resbalaron por el camino, y ella se torció hacia la derecha, para tomar una rama de un árbol para poder mantener el equilibrio. Ella se enderezó y se quedó boquiabierta frente a Spencer–. “Las amigas no empujan a sus amigas”. Spencer se mantuvo firme– "Bueno, tal vez no somos amigas". "Supongo que no", –dijo Ali. Ella quería añadir, Así que vuelve al granero. Pero Spencer todavía estaba allí de pie. Ella había llegado más allá del punto de la molestia. Ahora Ali quería hacerle daño a Spencer. De repente ella supo cómo. Ella se lamió sus labios, con el secreto dando vueltas en su lengua como un sabroso néctar–. "¿Crees que besar a Ian es tan especial?", – bromeó–. “Pero, ¿sabes lo que me dijo? Que tú ni siquiera sabes cómo besar". Spencer dio un paso hacia atrás, como si Ali la hubiera abofeteado–. "¿Ian te dijo eso? ¿Cuándo?". "Cuando él y yo estábamos en nuestra cita", –ella mintió. Los labios de Spencer se separaron. Ninguna palabra salió de su boca. Ali se acercó más–. "Eres tan patética, actuando como si tú no supieras que él y yo estamos juntos. Pero, por supuesto que sí lo sabes, Spencer. Es por eso que te gustaba, ¿Cierto? ¿Porque yo estoy con él? ¿Por qué tu hermana está con él?" –Ella se encogió de hombros–. "La única

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Él no quería hacerlo, pero yo le suplique".

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razón por la que él te besó la otra noche fue porque yo se lo pedí.

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Los ojos de Spencer se agrandaron–. "¿Por qué?" "Quería ver si él podía hacer lo que sea por mí". –Ella se mordió su labio–. "Oh, Spencer. ¿De verdad creíste que tú le gustabas?". Spencer lucía mareada. Una luciérnaga se posó sobre su brazo, pero ella no la espantó. Ali esperó a que ella se girara con furia, pero en cambio, ella extendió sus manos y empujó a Ali con tanta fuerza que sus pies se deslizaron hacia delante de ella y su cuerpo voló hacia atrás. Una serie de imágenes pasaron delante de ella: luces brumosas, la enorme luna en el cielo, y luego blancura. Un fuerte crujido resonó en sus oídos. Su cabeza ardía de dolor. Ella aterrizó bruscamente sobre su codo y rodó hacia un lado. La humedad se filtró en su ropa, pero por un momento, ella estaba demasiado aturdida como para moverse. Una lechuza chilló en los árboles. Ali abrió sus ojos, y luego sintió la suciedad apelmazada en un lado de su mejilla. Ella movió sus dedos, luego sus dedos de los pies, y luego se giró y trató de incorporarse. Spencer seguía allí, pero ella se veía paralizada, casi como si hubiera sido hipnotizada. Ali se levantó y se sacudió. Cuando ella se fue por su camino, Spencer no la siguió. Bien. Ella caminó hacia su patio. Pero al llegar a las puertas de la parte trasera de su propiedad, una puerta se cerró de golpe en el granero, y un nuevo pensamiento le llegó. ¿Y si su hermana había aprovechado la oportunidad y se había metido en el interior del granero con Aria, Emily, y Hanna? Ella podría estar fingiendo que era Ali –o contándoles todo.

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podía creer que hubiera caído en la trampa.

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Ella se giró, su cabeza palpitaba. ¡Eso tenía que ser! Ella no

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Ella giró sobre sus pies y regreso hacia el granero, mientras resbalaba sobre la hierba húmeda por el rocío. Una puerta se cerró de golpe, y ella apenas podía ver a través de las ventanas como Spencer caminaba hacia el interior. Un crujido sonó detrás de ella, y ella se giró. Algo se movía cerca del patio de los Hastings. Una persona. La mano de Ali voló a su boca–. "¿Courtney?", –Susurró, en voz demasiado baja como para que alguien pudiera escucharla. Sólo que, se trataba de dos personas, no una. Ellas se mantuvieron muy juntas, moviéndose hacia un lado de la casa y deteniéndose junto a la manguera de jardín de los Hastings. La figura más alta se apoyó en la figura más pequeña verticalmente sobre un lateral de la casa. Sus cuerpos estaban apretados, y sus labios se unieron en un beso. Ali entrecerró sus ojos con fuerza. Al principio, ella pensó que era Ian y Melissa –que ellos estaban por allí. Entonces, un coche pasó por la calle, sus luces alumbraron brevemente las figuras por un breve segundo. El largo cabello rubio de su madre y su perfil afilado se divisaron con la luz. Ali se quedó sin aliento, y miró como la figura más alta, –que ahora estaba acariciando el cuello de la Sra. DiLaurentis–, se le estaba iluminando su cara por un breve momento con las luces, resaltando su fuerte mandíbula, su larga y delgada nariz, su cabeza llena de cabello. Él estaba afirmando a la Sra. DiLaurentis contra un costado de la casa con autoridad, como si él fuera el dueño del lugar. Y luego Ali se dio cuenta: Él era el dueño del lugar. El hombre que su madre estaba besando era el padre de Spencer.

que esto pudiera ser cierto. Su madre odiaba al

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fulminada por la noticia. No había manera de

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Ella camino hacia atrás, sintiéndose literalmente

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Sr. Hastings, ¿verdad? Pero entonces oyó las palabras de su madre por el teléfono: Sólo necesitamos un poco más de dinero, cariño. Sólo para pagar el resto de sus facturas del hospital... ella, también, es su hija. Sus entrañas se revolvieron. El Sr. Hastings ciertamente tenía dinero para pagar las cuentas del hospital, –especialmente para una hija desquiciada que nadie conocía. Tal vez esto explicaba el por qué el Sr. DiLaurentis siempre parecía tan escandalosamente celosa de los Hastings –tal vez sentía que algo estaba pasando. Pero, ¿qué había pasado? Él había embarazado a la madre de Ali mientras estaban teniendo una aventura... y entonces, ¿qué? Claramente, ella había hecho pasar a las gemelas como si fueran hijas del Sr. DiLaurentis. Tal vez ella había tratado de dejarlo así por un tiempo... hasta que las cosas se pusieron mal entre Ali y Courtney, cuando ella necesitó ayuda financiera del Sr. Hastings. Tal vez él la había ayudado para que se muden a Rosewood. Los puso en la casa de a lado para poder mantener un ojo sobre su hija –y su amante. Qué conveniente, Ali pensó ácidamente. Su padre, al lado, y ella ni siquiera lo sabía. Ali se sentía como si fuera a vomitar. En cambio, ella se dio la vuelta y se echó a correr. Que fuera alguien que conocía, el padre de su mejor amiga, lo hacía aún peor. ¿Cómo era posible que su madre nunca le dijera esto? ¿Cómo pudieron mudarse al lado de los Hastings, y con su verdadero padre al alcance de su mano, pero, aun así, fuera de los límites? Y esto hacia que ella y Spencer fueran... hermanas. La niebla se arremolinaba alrededor de su cabeza, y de pronto perdió las composturas. Ella se detuvo en el patio de su casa, –o por lo menos lo que ella pensaba que era su patio. Todo parecía

su lado, y la luz de la luna destellaba en una

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larga y gradual de hierba. Una lona se agitaba a

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extraño. La casa brillaba a lo lejos, sobre una cuesta

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herramienta desechada en el suelo. Ella no se había dado cuenta de que estaba tan cerca del agujero a medio escavar. Un movimiento en falso, y ella podría haber caído adentro. "Es bastante chocante, ¿eh?". Ali levantó la cabeza. Una figura se situó de pie frente a ella, envuelta en las sombras. Su rostro estaba inclinado hacia la pareja que estaba besándose en el patio de los Hastings. "Parece que nuestro árbol familiar tiene un montón de manzanas podridas", –Dijo la persona, con una voz que indicaba que también se había enterado de todo.

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Luego salió a la luz, y Ali tragó saliva. Era su hermana.

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CAPITULO 33 UN PEQUEÑO EMPUJON Traducido por: Daniela Corregido por: Bryan, Raúl S.

Por un momento, Ali no se pudo mover. Ella miró a su hermana que estaba frente a ella. Los ojos de la chica brillaban. Sus dientes brillaban. La mitad de su cuerpo estaba oculto bajo la niebla, como si fuera un fantasma. Ali se giró y se dirigió hacia la casa–. "Se supone que no debes estar afuera". Su hermana gemela le tomó el brazo y le clavó las uñas en su piel–. "No iras ningún lado, Ali". "Suéltame", –dijo Ali, tratando de soltar su brazo de un tirón. Pero el agarre de Courtney era firme–. "Gritare", – ella le advirtió, el miedo crecía en su voz. Courtney se echó a reír– "No, no lo harás. No vas a decir nada". "Sí, lo haré", –dijo Ali–. "Mamá y papá vendrán corriendo". Courtney se rió a carcajadas– "Um, ¿no acabas de ver lo que yo vi? Mamá está un poco ocupada ahora mismo".

amplia–. "Papá está desmayado en el sofá. Puede

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La sonrisa de Courtney se hizo más

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"Entonces voy a llamar a papá".

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que alguien le haya puesto algo de vino en la cena". Ali retrocedió, repentinamente temblando. Ella realmente estaba loca, pensó. Pero "Courtney" la acerco–. "Y no creo que Jason vaya a venir a rescatarte", –Ella le susurró en el oído de Ali–. "A él no le importa ni una mierda a ninguna de nosotras. Y en cuanto a tus amigas, todas se fueron. Vaya pijamada de final de séptimo grado, ¿eh?". "¡Suéltame!" –Ali exclamó. Su brazo estaba empezando a picar por la presión de las uñas de su hermana, y su corazón latía tan rápido que pensó que podría explotar en su pecho. Sus fosas nasales captaron otra olorcillo a cigarrillo. El olor venia de cerca, pero se gemela no parecía haber estado fumando–. "¿Qué estás haciendo aquí afuera?". Courtney se rió entre dientes, de nuevo el sonido más horrible del mundo–. "Oh, yo sólo quería ver cómo es tú vida. Mi vida. ¿Qué bicho te picó para escoger a esas chicas como tus nuevas amigas? ¿Fue para atormentarme? ¿Para arruinar mi reputación?". "No hay nada de malo con ellas", –dijo Ali a la defensiva, de repente sintiendo una oleada de actitud protectora hacia sus amigas– "Ellas son muy dulces". “Son muy dulces”, –Courtney la imitó–. "¿Crees que todavía harán todo lo que les pidas cuando se enteren de lo que hiciste?". "Nunca te creerán", –dijo Ali, pero incluso ella notó la duda en su

Courtney levantó su barbilla–. "Ellas lo harán si

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les digo la verdad sobre ti".

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voz.

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Ali se tensó. De repente, ella sintió ira en su interior, muy caliente y potente–. "¿La verdad?", –Preguntó–. "¿Y cuál sería esa? ¿Cómo me manipulaste durante años? ¿Cómo hicistes que me enviaran al hospital en lugar de a ti? ¿Cómo te paraste allí y les dijiste que tenía que irme?". "Tenías que irte lejos", –dijo Courtney, su voz tenebrosamente tranquila–. "Y vas a tener que irte de nuevo. Vas a decirles a todos lo que hiciste. Y están nunca, nunca van a perdonarte". El miedo corría por las venas de Ali, pero ella se mantenía firme–. "Yo no iré a ninguna parte", –dijo ella, plantando sus pies sobre la húmeda, y fría hierva. Ella rió con tanta confianza como pudo–. "¿De verdad crees que sería fácil entrar en mi vida y ser yo? Yo he hecho cosas que tú no has sido capaz de hacer. Soy mejor en ser tú de lo que tú nunca has sido". "Es mi vida", –Su hermana gruñó, colocando sus manos firmemente sobre los hombros de Ali–. "¿De verdad crees que se me hará tan difícil? Incluso puedo ser amiga de esas estúpidas perras, si eso es necesario. Yo puedo hacer esto con mis ojos cerrados". "No, no puedes," –dijo Ali–. "No sabes nada". Courtney resopló–. "Por favor. Leí tu diario –mi diario. Sé todo sobre ellas, sobre ti. Pusiste todos sus secretos allí, todo lo importante". "No todo", –Ali espetó, pensando en Nick. Gracias a Dios que ella lo había dejado fuera. Deseó poder presumírselo, en ese momento, a Courtney – Después de todo, él había sido, su amor platónico no correspondido. Pero ahora que ellos habían terminado, su gemela sólo se reiría de

–Courtney se burló–, "Así fue como me di cuenta de que hemos estado llamando papá al hombre

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"Tú ciertamente pusiste lo suficiente en tu diario"

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ella.

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equivocado. Ten cuidado con donde guardas tus secretos, Ali. Cualquiera puede abrir un diario y encontrar todo tipo de cosas". –Ella tomó el brazo de Ali–. "Y ahora es tiempo de que te despidas. Vamos a buscar a nuestra madre y a nuestro verdadero padre, ¿de acuerdo? ¡Nosotras podemos contárselo todo!". Ella apretó con más fuerza los hombros de Ali y trató de dirigirla hacia la casa de los Hastings, pero Ali dobló su cuerpo a la mitad y se escapó. Courtney la agarró de la cintura y la arrastró por el césped, pero Ali tropezó, y se cayó junto con su hermana. "¡Levántate, perra!", –Gritó Courtney. "¡Yo no voy a ir a ningún lado contigo!", –Ali tiró con fuerza del cabello de su hermana gemela y se giró poniéndose encima de Courtney, sujetándola sobre la hierba puntiaguda. Viejos sentimientos regresaron a ella – convirtiéndola, de nuevo, en esa niña de nueve años, que luchando contra una fuerza tan loca, tan manipuladora, que no sabía qué hacer, además de golpearla, pegarle, y volverse loca. Pero entonces, de repente, ella volvió a ser ella misma. Esto era una locura. Ella odiaba a su hermana, pero ella no podía volver a caer en esa trampa. Tenía que ser la más inteligente de las dos. Ella se bajó de encima de Courtney, se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Pero ella sólo había dado unos pocos pasos, cuando una mano se enrollo alrededor de su tobillo, y la tiró hacia el césped una vez más. Ella sintió como el cuerpo de su hermana hacía presión sobre ella. Las puntas de su largo cabellos cosquilleaban en la parte

susurró Courtney. Ella se bajó de encima de Ali,

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"Supongo que será el plan B, entonces", –

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posterior del cuello de Ali.

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y antes de que Ali pudiera ir a ningún lado, ella agarró los tobillos de Ali y la arrastró hacia el borde de la propiedad como si fuera una muñeca de trapo. Ali gritó y trato de agarrarse del suelo, pero sus dedos no pudieron encontrar nada a lo que agarrarse. Cuando pasaron cerca de algunas herramientas tiradas, su corazón se aceleró. ¿Ella la estaba arrastrando hacia el agujero? Ali trató de gritar, pero no pudo tomar suficiente aire. La casa estaba tan lejos, el granero de los Hastings ahora estaba oscuro. ¿A dónde se habían ido sus amigas? ¿Se habían ido? Entonces pensó en Ian, esperándola en algún lugar del bosque. Tal vez era él quien había estado fumando. Ella miró desesperadamente hacia los árboles negros, rogando porque él la viera. Pero el bosque estaba en silencio. Ninguna rama crujió. Nadie salió. Su gemela detuvo su arrastre cuando estuvieron al borde del agujero. Ali trató de levantarse, pero Courtney la empujó de nuevo, sus ojos ardieron– “Debí haber hecho esto hace muchos años atrás", –gruñó. Y luego lanzo sus manos hacia el cuello de Ali, dispuesta a estrangularla. "¡No!" –Ali gritó–. "¡Por favor!". Pero su hermana gemela simplemente apretó más– "Te lo mereces", – dijo ella con una voz indiferente, casi automática–. "Te mereces morir por lo que hiciste". No, ¡no es así! Ali pateaba con las piernas y movía sus brazos. Ella torció su cuello y tomó una bocanada de aire–, "¡Haré lo que sea!", –Ella exclamó–. "¡Diré la verdad –no me importa! ¡Sólo no me mates!". "Mereces morir", –repitió Courtney.

como éramos antes? ¿Cuándo éramos amigas?".

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gran respiro, sus pulmones gritaban–. "¿Recuerdas

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Cuando ella se acomodó para agarrarla mejor, Ali dio un

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"Nunca fuimos amigas", –su gemela chilló. "¡Sí, lo éramos! ¡Te amaba! ¡Me amabas! ¡Yo... yo extraño eso!". El agarre de Courtney cedió solo poco, y Ali se giró solo para liberarse. Ella tosió violentamente, sus pulmones se sentían como si nunca se volverían a llenar de aire otra vez. Se hizo hacia atrás, se sentó, y miró fijamente a su hermana. Courtney estaba respirando con dificultad, sus ojos estaban abiertos. Ella miraba sus manos con asombro, como si nunca los hubiera visto antes. Luego miró a Ali–. "No puedo", –dijo ella en voz baja. "¿No puedes qué?", –Ali se atrevió a preguntar. La mandíbula de Courtney tembló– "Quiero matarte. Pero no puedo". Alivio inundó el cuerpo de Ali–, "Por supuesto que no puedes", –dijo ella–. "Somos hermanas". Courtney a miró cautelosamente. Una vez más, ella se miró sus manos. Ella se movió hacia Ali, sus ojos parpadearon de nuevo. "T–tal vez podamos empezar de nuevo", –Alí regateó. Si ella no paraba de hablar, tal vez ella podría mantener la locura de su hermana gemela a raya hasta que alguien viniera a buscarlas– "Puedo ser yo. Tú puede ser tú. Puede ser Alison DiLaurentis de nuevo". Courtney parpadeó– "¿Nada más así, harás el cambio de nuevo?". Ali asintió, tragando un nudo en su garganta–, "Así nada más". –Ella extendió la mano y tocó la mano de su hermana, un gesto

baja–. "Eso es todo lo que siempre he querido".

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tener a mi hermana de nuevo", –dijo ella en voz

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de ternura que no había hecho en años–. "Sólo quiero

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La cabeza de Courtney permaneció baja por unos segundos más. Un fuerte olor a tierra removida daba vueltas en el aire, y por un momento, los grillos guardaron silencio. Entonces ella dio un largo y lento suspiro. Cubrió la mano de Ali con la suya–. "No sé si puedo hacer eso". "Puedes", –Ali insistió–. "Por favor". "Yo...", –"Courtney" fue apagando su voz. Sus ojos se abrieron mucho a ver algo detrás de ella–, "Estás aquí", –susurró. Ali trató de girarse para ver quién había llegado. ¿Uno de sus padres? ¿Ian? ¿Una de sus amigas? Pero antes de que ella lo pudiera hacer, la mirada de su hermana se endureció una vez más, aparentemente decidiéndose. Ella se lanzó hacia delante y la empujó con fuerza. Ali espera golpearse contra la hierba de inmediato, pero ella no sintió nada más que aire. Ella gritó mientras su mundo se ponía al revés, y luego su cuello golpeó algo afilado y metálico. Por un momento todo se volvió negro, entonces oyó un horrible clang en sus oídos. Todo el aire parecía dejar su cuerpo mientras a ella la golpeaba la fría, plana, e implacable tierra. Algo se quebró cerca de allí. Después de un segundo, Ali se dio cuenta de que era un hueso dentro de su cuerpo. Ella estaba en el fondo del agujero. Ella trató de gritar, pero su boca no se abría. Sólo un cuadrado de luz se asomaba por encima de su cabeza. Las estrellas brillaban en la distancia. Un pedacito de la luna se asomó de detrás de una nube. "¡Ayuda!", –Gritó, pero eso solo fue en su cabeza. Su corazón

bajo su piel, sus nervios estaban fuera de control. Después de un momento, se dio cuenta que ella

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extraña sensación de chasquido estaba tomando lugar

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se estremeció dentro de su pecho como un motor trabado. Una

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no estaba respirando, no podía respirar. Trató de aferrarse, trató de luchar, pero se sentía como si cada célula de su cuerpo estuviera llena de arena. Entonces ella se dio cuenta de lo que estaba pasando. Ella estaba muriendo. Una figura apareció sobre el agujero. La gemela de Ali la miraba, una extraña mezcla de horror y alivio había en su rostro. Ella se miró sus manos otra vez con la misma expresión de: de–donde–salieron. Luego se giró y miró a algo fuera de su campo visual. "No sabía si ibas a venir", –dijo ella–. "Pensé que no lo lograrías". Al principio, Ali pensó que Courtney le estaba hablando a ella, pero entonces una voz le respondió–. "Por supuesto que lo logré. Yo siempre vendré por ti". Ali se esforzó por escuchar. Era una voz que ella estaba segura de conocer, una voz que había escuchado muchas veces antes. Pero su cerebro, con sus células muriendo por su falta de oxígeno, no podía unir las piezas. Ella trató de levantar su cabeza para obtener una visión de quién era, pero su cuello no se movía. "¿Estás feliz?", –Dijo la voz. La mandíbula de Courtney se tambaleó–, "No lo sé", –dijo, mirando de nuevo al agujero, con una mano sobre su boca–, "No puedo creer que acabo... de hacer eso". "Pero esto siempre fue nuestro plan desde el principio". De repente, Ali se dio cuenta de, de quien era esa voz. Ella trató desvaneciéndose

centímetro

a

centímetro,

primero sus pies, luego sus pantorrillas, luego sus rodillas. Ella luchó por mantenerse presente,

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misma

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de reaccionar, trató de gritar, pero ella solo podía sentirse así

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pero hacer eso simplemente era demasiado esfuerzo. Ella miró hacia la parte superior del agujero hasta que la figura de su hermana no era nada más que una gran mancha de luz y sombras. Pensó en la segunda voz, esa voz que conocía. Sólo una pregunta resonó una y otra vez en su cerebro: ¿Por qué? Pero antes de poder tener una respuesta, la sensación de estar muriendo, como la soga de una vela quemándose, había llegado a su cuello. Ella inhaló su último suspiro que tomaría por siempre, y luego, cerró sus ojos. Después de un momento, en medio de la suciedad, las rocas y las lombrices de

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tierra, ella exhaló y finalmente se dejó ir.

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CAPITULO 34 SE BUSCA: ALISON DILAURENTIS Traducido por: Daniela Corregido por: Brayan, Raúl S.

A

la

mañana

siguiente,

la

Verdadera

Alison

DiLaurentis vio salir el sol a través de las persianas de maple en su antiguo dormitorio. Rayos de luz iluminaban su tocador, –el cual ella le había rogado a su mamá que se lo comprara en su quinto grado–, las manijas de cristal azul en su armario y en los cajones de su cómoda, y la delgada capa de polvo en el monitor de la pantalla plana y la TV. Esta habitación incluso olía igual a ella, como a jabón de manos con olor a vainilla. Se sentía como en casa. Por fin. El aroma a café recién preparado en la cocina flotaba hasta sus fosas nasales. Cuando ella miró por encima de la barandilla, su familia ya estaba despierta. El Sr. y la Sra. DiLaurentis estaban sentados en la mesa de la cocina, mirándose entre sí con sus ojos adormilados. Jason paseaba por el pasillo, preocupado. Sólo un miembro de la familia faltaba, aunque Ali ciertamente no la extrañaría.

forma de corazón eran más pronunciados. Ella era la gemela más hermosa, la correcta abeja

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azules que los de su hermana, los pómulos de su cara en

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Ella se miró en el espejo. Sus ojos siempre habían sido más

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reina de Rosewood Day. Ahora era el momento de reclamarle su trono a esa perra. Sólo el pensar en ella, el simplemente imaginarse la cara de ella, todavía llenaba a Ali de rabia. ¿Cómo se atrevió a salir a la calle en el sexto grado y fingir que era alguien que no era? ¿Cómo se atrevió ella a aparecer en la Reserva durante esas visitas y mirar su perfecta manicura o masajearse con sus amigas mientras sus padres trataban de entablar una conversación? Esa perra se merecía todo lo que recibió. Y ahora Ali nunca tendría que volver a preocuparse por ella. Ella bajó por las escaleras, con la cabeza bien en alto. Pero cuando entró en la cocina, su familia la miró y palideció como si hubieran visto un fantasma. La Sra. DiLaurentis dio un paso hacia el frente y le tocó el brazo–, "Creo que deberías volver a subir, Courtney". Ali se detuvo en seco–, "Ya te lo dije. No soy Courtney. Soy Ali". Sus padres intercambiaron una mirada de preocupación. Una delgada cinta de miedo comenzó a hacerse camino en el cerebro de Ali. Ella conocía esa mirada. Está sucediendo de nuevo. Y ahora su otra hija estaba desaparecida. La noche anterior, cuando ella volvió a casa, Ali no había esperado que su padre estuviera despierto –o que su madre estuviera ya en casa, pero ella todavía pensaba que se los había quitado de encima. Ambos la habían atrapado mientras se escabullía por las escaleras y gritaron su nombre –su verdadero nombre. "Hey, Mamá, hola, Papá," –Ella había dicho alegremente, ver su cabello despeinado o el moretón en su mejilla–. "La pijamada fue un fracaso. Nos peleamos. Me

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voy a la cama".

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mientras se quedaba en las sombras para que ellos no pudieran

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Ella llegó a su antiguo dormitorio y cerró la puerta. Una vez dentro, ella frotó sus manos y se cepillo el cabello. Su cerebro se había agitado, tratando de pensar en el por qué ella y sus amigas se habían peleado. Ella había mirado como su hermana estaba tratando de hipnotizaras o algo así, ¿cierto? Pero Spencer no estaba de acuerdo. Y luego su hermana y Spencer se pusieron a pelear estúpidamente por Ian Thomas fuera del granero –Ali lo había oído todo. Entonces un golpe sonó en su puerta. Ella había saltado y ofrecido a sus padres, quienes estaban de pie y muy nerviosos en el pasillo, con una sonrisa retorcida. Sus miradas se dirigieron al dedo índice de Ali, que, por supuesto, le faltaba el anillo con su inicial. Luego miraron su muñeca. La cual estaba desnuda; sin la pulsera de hilo de la Cosa de Jenna. Mierda. "¿Courtney?" –Preguntó la Sra. DiLaurentis dudosamente–. "¿Cariño, estuviste afuera?". "No soy Courtney", –dijo Ali, con el ceño fruncido–. "Soy Ali. ¿Ves? Es por esto que yo no quería que la trajeran a casa. Esto es tan confuso". Ella trató de cerrar la puerta, pero el Sr. DiLaurentis puso su mano en la manija antes de que ella lo hiciera–. "Esta no es tu habitación, Courtney", – dijo con autoridad. Y tú no eres mi padre, Ali quiso decir–. "Sí, lo es", –dijo ella en su lugar, y luego, lo fulminó con la mirada–. "Y por favor, no me llamen Courtney. Es insultante".

tratando de unirte a tu hermana y a sus amigas? ¿Fuiste

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al granero de Spencer?".

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La Sra. DiLaurentis parecía confundida–. "¿Estabas

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Ali se encogió de hombros– "Sí, estuve en el granero de Spencer –soy Ali. Pero la pijamada fue un asco. Tuvimos una pelea, y todas nos fuimos a nuestras casas. Ya te lo dije". La Sra. DiLaurentis parpadeó con fuerza–. "¿Así que ya no hay nadie en el granero?". "Claro. Todas se fueron a sus casas". Luciendo como si ella no se lo creyera, la Sra. DiLaurentis caminó rápidamente hacia la ventana del baño, la cual ofrecía una vista hacia los jardines traseros. Ali ya sabía que las ventanas del granero estaban oscuras. Segundos más tarde, su madre se giró y regreso a la habitación de Ali–. "¿Dónde está tu hermana?". "¿Courtney?" –Ali la miró fijamente con inocencia– "No tengo ni idea. ¿Acaso, ella no está en su habitación?". La Sra. DiLaurentis asomó su cabeza a la oscura habitación de invitados, luego sacudió la cabeza. Ali abrió mucho sus ojos–. "¿Ella se escapó? ¿Acaso, no la estabas vigilando? ¡Eso fue lo único que te pedí que hicieras!" –Ella subió y bajo el tono de su voz, de la misma forma que su hermana lo hizo cuando se enojó con su madre, al enterarse de que Ali había conocido a sus amigas. Rendida, la Sra. DiLaurentis se pasó las manos por su cabello–. "Lo averiguaremos". –Ella tocó el brazo de su hija–. "Buenas noches... Ali". –El sonido de su nombre sonó extraño al salir de su boca, como si ella

pijama del cajón superior. A su hermana le gustaban los boxers rosados de Victoria´s Secret

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"Buenas noches", –Ali había dicho, sacando una

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nunca lo hubiera usado en su vida.

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–que patética. Pero ella obedientemente se los puso, sintiendo una oleada de triunfo. Sus padres podrían haber estado un poco confusos al principio, pero ellos se lo creyeron todo al final. Ella iba a dormir en su antigua habitación. Sí. Pero esta mañana, sus padres estaban mirándola y llamándola Courtney, la duda se deslizó en su mente. Tal vez su pánico había estado muy sobreactuado. Tal vez ella se había puesto un par de pijamas que su hermana nunca habría elegido. Tal vez ellos se habían quedado pensando en ese anillo con su inicial A faltante. Y ella los había oído hablar en la planta baja hasta altas horas de la noche, paseando, murmurando al teléfono, abriendo y cerrando la puerta una y otra vez. Ellos los había oído moverse por allí a eso de la medianoche, y luego a las dos, y luego a las cuatro y luego a las cinco y media. Puede que ellos no hubieran dormido nada. "Sube las escaleras, ¿de acuerdo?" –La paciencia de la Sra. DiLaurentis se estaba agotando– “Spencer y las otras chicas van a venir pronto. Y me gustaría hacerles preguntas sin dar explicaciones de nada”. Ali acelero su respiración como si ella estuviera asustada–. "¿Entonces Courtney sí se escapó? ¿Ves? ¡Por era por esto que yo no quería que ella volviera! Ella está totalmente loca, mamá. Es por eso que la encerraron. ¿¡Quién sabe de lo que escapas de hacer ahora!? ¿Y si se trata de hacerme daño?". La Sra. DiLaurentis le dio a su marido una mirada lastimera. El Sr. DiLaurentis se limitó a mirarla impotente. Se giró hacia Ali– "Sólo sube hasta que aclaremos todo esto".

dentro de su antiguo dormitorio, ella cayó de

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escaleras, tratando de aguantarse. Pero, una vez

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Suspirando dramáticamente, Ali subió por las

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rodillas, su mente zumbaba. ¿Por qué no estaba funcionando esto? ¿Por qué no le creían? Ella necesitaba una coartada perfecta. Si esas chicas venían, probablemente ellas iban a preguntarle a dónde había ido la noche anterior, y a qué hora. Probablemente había unos veinte minutos sin explicación –de los cuales sus padres le preguntarían dónde estuvo. Hablar por teléfono, era algo que ella podía decir. Caminar por los alrededores, desahogándose. Pero se suponía que ellos simplemente le creerían. No se suponían que ellos la hicieran a un lado o interrogaran a esas chicas sin estar ella presente. El timbre sonó. La puerta se abrió haciendo un chirrido, y los sonidos de las voces de la Sra. DiLaurentis y de las chicas resonaron en el vestíbulo. Se oyeron pasos, y luego el roce de sillas siendo arrastradas para que todas se sentaran. Ali se deslizó fuera de su habitación y se escurrió hasta el fondo de las escaleras. Las cuatro chicas estaban sentadas alrededor de la mesa, mirando sus manos. Todas guardaron silencio, como si ellas estuvieran ocultando algo. Emily se picaba las cutículas. Spencer hacía sonar sus dedos contra la mesa. Aria inspeccionaba un servilletero con forma de piña, y Hanna masticaba vorazmente un pedazo de goma de mascar. "Alison no ha venido a casa", –dijo la Sra. DiLaurentis. Todas las chicas levantaron la mirada, sorprendida. Ali puso una mano sobre su boca junto a las escaleras. ¿Cómo es que esto estaba ocurriendo? "Ahora, yo no sé si ustedes chicas tuvieron una pelea o qué, pero ¿les dio ella alguna pista de dónde pudo haber ido?", –Continuó la Sra. DiLaurentis.

alrededor de su oreja–. "Yo creo que ella debe estar con

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sus amigas de hockey sobre hierba".

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Hanna estaba retorciendo un mechón de su cabello

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La Sra. DiLaurentis negó con su cabeza–. "No está. Ya las llamé". –Ella se aclaró la garganta–. "¿Alguna vez Ali les habló de alguien que la estuviera molestando?". Las chicas se miraron las unas a las otras, y luego desviaron sus miradas–. "Nadie haría eso", –dijo Emily–. "Todos aman a Ali". "¿Alguna vez ella les pareció triste?" –La Sra. DiLaurentis presionó. Spencer arrugó su nariz– "¿Cómo deprimida? No", –Pero entonces una mirada de preocupación cruzó por su rostro. Ella miró inconscientemente por la ventana. "¿No sabrían ustedes dónde está su diario, o si?", –Preguntó la Sra. DiLaurentis–. "Lo he buscado por todas partes, pero no lo encuentro". "Sé cómo es su diario", –Hanna se ofreció–. "¿Si quiere podemos ir arriba y buscarlo?". Alison subió la mitad de las escaleras, imaginándose el diario en su cabeza. Ella sabía exactamente dónde estaba –en un sitio muy, muy seguro. Pero ella no iba a decir dónde. "No, no, está bien", –respondió la Sra. DiLaurentis. "En serio". –Hanna retrocedió la silla un poco. Hubo pasos en el corredor–. "No es ninguna molestia". "Hanna", –Dijo la madre de Ali, su voz de repente era fría y severa–. "Dije que no". Hubo una pausa. Ali deseó poder ver las miradas en las

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bien", –dijo Hanna en voz baja–. "Lo siento".

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caras de todas, pero su visión estaba obstruida–. "Está

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Después de un rato, las chicas se fueron. La Sra. DiLaurentis cerró la puerta detrás de ellas y se quedó de pie por un momento en el pasillo, mirando fijamente. Ali se agachó detrás de la pared en el segundo piso, casi sin respirar. Ella tenía que pensar en algo –y rápido. Ella necesitaba convencer a todos de era la Verdadera Ali. Ella corrió hacia la ventana de su antiguo dormitorio y observó a las amigas de su hermana de pie haciendo un círculo en su patio. Ellas parecían estar preocupadas, tal vez incluso culpables –especialmente Spencer. Emily se puso a llorar. Hanna se devoró nerviosamente un puñado de Cheez–Its. Parecía que ellas estaban discutiendo, pero Ali no podía estar realmente segura de eso. ¿Debería salir ella a la calle y hablarles? Tal vez ella podría decirles la verdad –que habían gemelas, que la otra chica era una imitadora loca de Ali, que había salido anoche, pero que sus padres estaban confundidos y pensaron que las chicas habían cambiado de lugar. Necesitaba que esas perras estúpidas convencieran al mundo, tal como su hermana las había utilizado un año y medio antes. Ella empezó a bajar las escaleras, pero de repente hubo un gruñido ensordecedor procedente del patio trasero. Era la excavadora. La cual se dirigía hacia el agujero, sus enormes neumáticos arruinaban la hierba. "Justo lo que necesitamos en este momento", –la Sra. DiLaurentis gimió–. "Esa cosa hace tanto ruido que apenas puedo oír mis pensamientos". "¿Quieres que les diga que paren?", –Preguntó el Sr. DiLaurentis. Las palabras recorrieron a Ali. Un horrible pensamiento hizo eco en su cerebro. Sus padres no podían salir. ¿Qué pasaría si

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ellos veían a su hermana en el fondo del agujero? Ella

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había tirado un montón de tierra sobre ella, pero todo había estado muy oscuro, tal vez ella no había tirado lo suficiente como para taparla. Ella corrió hacia la ventana en el baño y se asomó. Había hombres de pie alrededor del agujero, colocando una rampa que conecta el cemento desde el camión hasta algún lugar justo dentro del agujero. Nadie miró dentro del agujero. No hubo gritos de terror o pasos hacia atrás por la sorpresa. Ali volvió a pensar en los puñados de tierra que ella le había tirado al cuerpo, luego pensó en la persona que la había ayudado. Ella estaba alegre de que su cómplice se hubiera presentado, tal como ella le había pedido. Durante unas semanas, ella no estaba segura de si iba a suceder. El mezclador comenzó a girar. Cemento gris bajó por una rampa hasta el agujero, llenándolo lentamente. Los hombres estaban de pie a su alrededor, fumando cigarrillos. Uno de ellos dijo un chiste, y algunos de ellos se rieron. Ali siguió esperando a que uno de ellos mirara el agujero y de repente comenzara a gritar de terror, pero nadie lo hizo. La mezcladora giró y giró. El fangoso cemento bajaba por la rampa. Ali evaluó sus sentimientos, pero ella no sabía lo que sentía. Alivio, un poco. Pero también sentía preocupación. Alguien golpeó la puerta del baño, que estaba entreabierta. La Sra. DiLaurentis estaba de pie en el pasillo, jugando con el dobladillo de su camiseta–, "Cariño, tienes que decirnos lo que sabes", –ella le rogó, con los ojos llenos de lágrimas. Ali se encogió de hombros–. "¿Por qué crees que yo se algo?". La Sra. DiLaurentis parpadeó. Ali miró hacia abajo, tratando de mantener la calma, ella cogió el teléfono celular de su

apagaba. Todo había terminado. El agujero

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Pero entonces escuchó como la mezcladora se

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hermana, que había encontrado entre la hierba anoche.

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estaba llenó. Su hermana estaba enterrada. Ida. Acabada. Sus dedos comenzaron a temblar incontrolablemente. Ella metió sus manos debajo de sus muslos. Luego pilló un pequeño vistazo de su expresión de terror –en el espejo. Cuando ella levantó la vista, la boca de la Sra. DiLaurentis estaba abierta. Toda la sangre había desaparecido de su rostro. En un instante, Ali supo que ella lo sabía. La Sra. DiLaurentis junto su boca en una línea– "Empaca. Ahora". Ali parpadeó–. "¿Por qué?". La Sra. DiLaurentis se giró hacia las escaleras–. "¿Kenneth?", –Ella gritó–. "Kenneth, te necesito". El Sr. DiLaurentis subió corriendo las escaleras. La Sra. DiLaurentis se giró y señaló con voz temblorosa a Ali–, "Cariño, ella... Alison... ella...", –Y entonces ella se echó a llorar. El Sr. DiLaurentis se abalanzó sobre Ali como si hubiera estado planeando ese movimiento durante horas. Antes de que Ali supiera lo que estaba pasando, la habían encerrado en el interior de la habitación para huéspedes y cerrado la puerta con seguro desde afuera–. "¿Qué demonios?", –Ali chilló–. "¿Qué está pasando? ¿Por qué están ustedes dos actuando como locos?". Ella podía oír sus voces en el pasillo, murmurando bajito. Ella hizo algo. No sé qué, pero algo horrible ha sucedido. Tenemos que sacarla de aquí.

ellos no podían. De ninguna maldita manera. El corazón de Ali comenzó a latir con fuerza de

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aquí? Ellos no se referirían a... la Reserva, ¿O sí? Pero

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La columna vertebral de Ali se estremeció. ¿Sacarla de

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pensarlo. Ella había pasado dieciocho meses de tortura en ese lugar. Horas dentro de una habitación oscura. Días encerrada dentro de su cabeza, tan drogada por esas enfermeras indiferentes. Y los médicos, oh, los médicos, eran aún peor. Crueles. Negligentes. Olvidaban su nombre. Olvidaban su situación. Cuando ella dijo, entre lágrimas, soy Ali, soy Ali, la miraron como si fuera solo un número, solo un caso de estudios. Momentos después, cuando sus padres regresaron a su habitación, la Sra. DiLaurentis levanto la maleta del suelo y comenzó a rellenarla de camisetas y ropa interior–. "Mamá", –dijo Ali temblorosamente–. "No sé lo que estás haciendo, pero…". "No hables", –la Sra. DiLaurentis la interrumpió. Su marido estaba al teléfono. Luego de un momento, una voz respondió tan ruidosamente que Ali pudo oírla a través del receptor– "Buenos días, La Reserva en Addison– Stevens, ¿en qué puedo ayudarle?". Lágrimas de miedo salieron de los ojos de Ali. Ella trató de tomar el teléfono de la mano de su padre, pero él la apartó–. "¡Ustedes no me pueden enviarme de regreso allí!" –Gritó–. "¡No hice nada!". La Sra. DiLaurentis puso sus manos contra los hombros de Ali empujándola con sorprendente fuerza, para llevar a Ali de regreso a la cama–. "Dejar de mentir", –Ella le advirtió, con sus ojos llenos de lágrimas–. "¡Solo deja de decir mentiras!". Ali gritó y trató de bajarse del colchón, pero luego el Sr. DiLaurentis apareció y la agarró de la cintura. Sus pies daban patadas mientras la arrastraban por las escaleras. Ella gritó tan parte de atrás vendrían corriendo, pero nadie lo

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hizo.

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fuerte, que estaba segura de que los trabajadores en la

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"¡Ustedes no lo entiende!", –Ella gimió para sus padres–. "¡Yo soy Ali!". Pero ellos no le escucharon. Ella captó vistazos de cosas mientras la arrastraban hasta el coche: las letras caligráficas en el diploma de séptimo grado de su hermana, sobre la isleta de la cocina, el bastón de hockey sobre hierba de su hermana, apoyado en una de las esquinas del cuarto de lavando, la mezcladora dando vueltas en el patio trasero. El cielo estaba tan perfectamente azul, el patio tan impecablemente cortado. "¡Soy Ali!", –Aulló de nuevo en el garaje, como una súplica desesperada a los Cavanaughs, los Vanderwaals e incluso los Hastings. Pero nadie vino a rescatarla. Su padre la metió en el asiento trasero, y su cabeza golpeó la opuesta con fuerza. Ella trató de salir por la puerta de nuevo, pero sus padres ya se habían subido al interior del coche y puesto el seguro para niños en las puertas. Luego, el motor rugió. Luego fueron en reversa. Ahora la visión de Ali estaba muy nublada por las lágrimas. Su garganta dolía de tanto gritar. Ella miró por la ventana hacia las impasibles casas a lo largo de la carretera. A nadie le importaba ella. Odiaba a todos en esta estúpida calle. Y con eso, se fueron–. "Ustedes no entiende, yo soy Ali", –repitió un par de veces más, pero a medida que se alejaban de la calzada, se dio cuenta de que era inútil. Ellos no le creerían. Su plan había fracasado. Ella nunca, nunca volviera a ser Alison DiLaurentis. Y peor aún, ellos de algún modo habían averiguado lo que ella había hecho. Tal vez ellos pensaban que estaban siendo amables. Ellos podrían haber llamado a la policía, podría haberla encerrado en la cárcel. Pero esto no le parecía amable a ella. Ella habría preferido juicio. Al menos así, habría tenido su nombre de

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regreso.

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estar en la cárcel. Al menos así, ella habría tenido un

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El rostro del Sr. DiLaurentis estaba manchado mientras giraba hacia la derecha y empezaba a bajar por la calle. Aturdida, Ali giró su cuello hacia un lado y vio como el camión de cemento finalizaba el agujero, nivelándolo con el resto del jardín. Ella está enterrada por siempre. Las palabras de su hermana dieron vueltas en su cabeza: Yo sólo quiero tener una hermana, otra vez. Eso es todo lo que yo siempre he querido. Esas palabras la habían detenido, al menos, por un momento. Ellos pasaron por la casa de los Hastings. Spencer estaba de pie en el pórtico, mirando con preocupación el terreno –quizás ella sí había oído los gritos de Ali–. "¡Agáchate!", –el Sr. DiLaurentis ladró, mientras empujaba la cabeza de Ali hasta el fondo justo cuando Spencer notó el coche. Luego de pasar, Ali se sentó erguida de nuevo y miró lentamente la espalda de Spencer. Ella, también, era la hermana de Ali. Excepto que todo lo que Ali sentía por ella era odio. Cuando lo pensabas bien, todo era culpa de Spencer –y de Aria, Emily y Hanna. Ellas habían sido las que interceptaron a su hermana en el patio ese día, hace un año y medio. Ellas fueron las que le habían facilitado el ascenso de Courtney en el reino de Ali. Una nueva tanda de odio inundó su cuerpo. Ya no era su hermana con quien estaba enfadada. Era con ellas. El Sr. DiLaurentis puso la intermitente en la esquina. La Sra. DiLaurentis dejó escapar un suspiro atormentado cuando entraron a la carretera principal, dejando su tranquila, feliz y pequeña calle atrás. Ali miró por la ventana trasera, preguntándose si alguna vez la volvería a ver. Ella lo haría, decidió. Ella encontraría un modo de volver aquí, para limpiar su nombre. Y una vez que lo lograra, ella obtendría su venganza, –

DiLaurentis en el primer lugar. Ella no sabía cómo, y no sabía cuándo, pero al menos ella

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haría desear nunca haber sido amigas de Alison

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esta vez, de verdad. Ella haría que esas perras pagaran. Ella les

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tenía una persona con la que podía contar para ayudarle. Juntos, iban a hacer que sucediera.

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Incluso si eso la mataba.

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