03-La Oración en Griego Antiguo

January 10, 2018 | Author: Franagraz | Category: Sentence (Linguistics), Predicate (Grammar), Verb, Subject (Grammar), Syntax
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LA ORACIÓN EN GRIEGO ANTIGUO: CONCEPTO. ESTRUCTURA, CONSTITUYENTES Y NIVELES. TIPOS ISBN 84-9822-015-7 JESÚS DE LA VILLA POLO - Mª ESPERANZA TORREGO SALCEDO

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THESAURUS: oración, constituyente, predicado, complemento, adjunto, disjunto, funciones, acto de habla, mensaje, discurso. RESUMEN: La oración es la codificación sintáctica de una ilocución o acto de habla por medio de una estructura predicativa (§1). Se estructura en niveles que poseen características sintácticas propias y que corresponden a diferentes tipos de información (§ 2). El nivel mínimo es la predicación nuclear; el siguiente la predicación expandida; juntos configuran el nivel representativo, en el que se expresa la descripción del evento o situación a que hace referencia el mensaje. Además, la oración puede contener información referente a los participantes en el acto de habla o a la propia forma del mensaje; estos contenidos constituyen el nivel presentativo o interactivo de la oración. Los constituyentes de la oración son el predicado y los elementos que de él dependen, sean estos, bien

obligatorios o argumentos, bien libres o satélites (adjuntos o

disjuntos); deben analizarse (§ 3) en términos sintácticos, semánticos y pragmáticos. Los constituyentes de la oración diferentes del predicado pueden ser sintagmas nominales, adverbios y estructuras predicativas subordinadas. Las oraciones tienen diferentes funciones comunicativas (§ 4): asertiva, impresiva, interrogativa y expresiva. Las oraciones pueden combinarse en estructuras mayores para configurar un discurso (§ 5). 1. La oración. Concepto Han sido numerosas las propuestas de definición de oración a lo largo de la historia. Todas ellas comparten la concepción de la oración como el resultado de la asociación de un determinado tipo de contenido con una forma sintáctica específica.

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En la formulación más sencilla posible puede definirse la oración como la estructura predicativa –combinación de un predicado con los complementos, adjuntos y disjuntos asociados a él– capaz de constituir un mensaje completo o enunciado. Desde el punto de vista del contenido, un mensaje es la unidad lingüística mínima de comunicación que un hablante o emisor dirige a un interlocutor. Todos los mensajes tienen una finalidad, por ejemplo, la de informar (las aserciones), o la de provocar un comportamiento (las órdenes). Desde el punto de vista comunicativo un mensaje es completo y autónomo, es decir, no necesita de otros elementos lingüísticos para poder emitirse. Todas las oraciones son mensajes, pero no todos los mensajes son oraciones; es preciso

que a su capacidad comunicativa se asocie una determinada estructura

sintáctica predicativa. En este sentido los ejemplos de (1) son mensajes que constituyen oraciones; los ejemplos de (2) son mensajes no oracionales pues carecen de la estructura sintáctica predicativa que requiere una oración: (1a) ajlhqev" ge oujde;n eijrhvkasin ("No han dicho nada que sea verdad", Pl. Ap. 17a) (1b) Tiv thnikavde ajfi``xai, w\ Krivtwn…

("¿Por qué te has presentado ahora,

Critón?", Pl. Cri. 43a) (1c) mhvte toivnun tau``ta fobou` ("No temas, sin embargo, eso", Pl. Cri. 45a) (2a) e] e], aijai`` ("¡Eh, eh! ¡Ay, ay!, S. El. 826) (2b) w\ fivltaton fw``". ("¡Oh día más deseado!", S. El. 1223) (2c) [Como respuesta a cualquier pregunta] –naiv. (– "Sí") Desde un punto de vista gramatical, una estructura predicativa está compuesta por un predicado (generalmente un verbo o forma verbal, aunque no exclusivamente) y aquellos elementos que dependen de él bien como elementos necesarios (complementos o argumentos), bien como elementos opcionales o satélites (adjuntos y disjuntos). Esta estructura predicativa describe un evento y la forma en que el emisor desea que esta descripción sea recibida por el receptor. De forma paralela a lo que sucede con los mensajes, toda oración tiene una estructura predicativa, pero no todas las estructuras predicativas son oraciones; precisan para ello ser un mensaje completo. De acuerdo con este criterio, son una oración los ejemplos de (1) y no lo serán los de (3) porque no constituyen mensajes completos:

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(3a) o{tan dev ge aujth; kaq j aujth;n skoph``/ ("cuando ella misma por sí misma lo contemple...", Pl. Phd. 79d) (3b) kai; pezo;n polu;n xumplei``n ("...y mucha infantería navegar también con ellos", Th. 6.21.1) (3c) oiJ

jAqhnai`oi ajkouvsante" ejkeivnou ("Los atenienses, oyendo a aquél, ... Th.

6.19.1) A diferencia de los de (1), las frases de (3) contienen una expresión en torno a un predicado verbal, pero carecen de función comunicativa propia y, por consiguiente, de autonomía sintáctica y comunicativa. La forma que presentan, por otro lado, no corresponde a la que adoptan en griego las oraciones completas: en (3a) se trata de una frase subordinada, en (3b) de una frase con el verbo en infinitivo y en (3c) de una construcción de participio.

En conclusión, sólo una estructura predicativa que

constituya un mensaje completo puede recibir la etiqueta de oración. 2. La estructura de la oración Como hemos dicho, sintácticamente, la oración es una forma de estructura predicativa. Comparte, por tanto, estructura con otras unidades que no son oraciones, como son las frases subordinadas, por ejemplo. El análisis de las estructuras predicativas será válido, por tanto, para todas las unidades lingüísticas de tipo oracional, sean éstas independientes o no. De ahora en adelante denominaremos esta estructura como "estructura oracional". La estructura oracional se configura como una estructura jerarquizada formada por diversos niveles sintáctico-semánticos (García Velasco 2003: 135-176). La forma mínima que ha de adoptar la estructura oracional requiere la combinación de un predicado y sus elementos obligatorios. Esta estructura puede expandirse con la adición de elementos no necesarios de diverso tipo. En (4) se ofrece un ejemplo en castellano que ilustra la oración en sus máximas posibilidades estructurales de expansión: (4) Por si lo quieres saber, sorprendentemente, Juan ayudó ayer a Pedro a sacar el agua. En una oración como la que ilustra (4) se encuentra información de dos tipos: por una lado, la que aparece representada en la oración principal, que hace referencia a una situación en la que un hombre, Juan, ayudó a otro en una tarea. El núcleo de esta información está constituido por el predicado "ayudó" y los argumentos o

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complementos necesarios que son en este caso el Sujeto "Juan" y el receptor de la ayuda "Pedro". Como información adicional y complementaria (adjunto) se nos informa de la finalidad o destino de la ayuda "a sacar agua". Por otro lado, la oración de (4) contiene información relativa a las relaciones de los participantes en la conversación (por si lo quieres saber) y a la actitud del emisor de la frase sobre lo que está contando (s o r p r e n d e n t e m e n t e). Este tipo de constituyentes reciben la denominación de disjuntos. El primer tipo de información pertenece al nivel representativo de la oración y el segundo al nivel presentativo o interactivo. Un esquema muy simplificado de la estructura oracional es el que se ofrece en el siguiente gráfico (Pinkster 1995: 5): (5)

Oración Disjuntos (nivel presentativo) Adjuntos (nivel representativo no necesario) Predicado

Argumentos (nivel representativo necesario)

Analizamos a continuación los componentes de cada uno de los niveles. 2.1. Nivel representativo de la estructura oracional La información del nivel representativo de la oración está formada, en primer lugar, por la estructura sintáctica mínima, formada por el predicado y sus elementos obligatorios. A esta unidad sintáctica la llamaremos “predicación nuclear”. Los ejemplos de (6)-(8) contienen oraciones de este tipo: (6) Pevrsai eijsi; ajcrhvmatoi ("Los persas son pobres", Hdt. 1.89) (7) tw``/ (sc. aj n dri; ) aujto;" e[dwke to; ei|ma ("al hombre él le dio el vestido", Hdt. 3.140) (8) u{ei ("llueve", Hdt. 4.50) Las estructuras mínimas de (6)-(8) se pueden expandir con distintos tipos de elementos no obligatorios, que aportan informaciones adicionales sobre otros participantes o sobre las circunstancias en las que se desenvuelve la situación. El nombre que asignaremos a esta estructura es el de “predicación expandida”; los elementos que se integran en este nivel corresponden a lo que Pinkster (1995)

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denomina adjuntos y la gramática tradicional "complementos circunstanciales". En (6’)(8’) se ofrecen unos ejemplos: (6’) Pevrsai, fuvsin ejovnte" uJbristaiv, eijsi; ajcrhvmatoi ("Los persas, que son orgullosos por naturaleza, son pobres", Hdt. 1.89) (7’) tw``/ (sc. ajndriv) kote aujto;" ejn Aijguvptw/ e[dwke to; ei|ma ("al hombre en otro tiempo él en Egipto le dio el vestido", Hdt. 3,140) (8’) u{ei to; qevro" ("llueve en verano", Hdt. 4.50) En (6’) la estructura mínima obligatoria con el verbo copulativo eijmiv "ser", que contiene un Sujeto (Pevrsai) y un predicado (ajcrhvmatoi), se expande mediante una información circunstancial que tiene forma de participio concertado con el Sujeto (fuvsin ejovnte" uJbristaiv). En (7’), la estructura mínima con el verbo divdwmi requiere tres elementos, un Sujeto (aujtov"), un Objeto (to; ei|ma) y un Receptor o Beneficiario (tw``/ ajndriv), y aparece expandida mediante un adjunto que expresa Tiempo (kote) y otro que indica Ubicación (ejn Aijguvptw/) . En (8’), finalmente, la estructura mínima requerida por el verbo no contiene ningún complemento, pues corresponde a lo que tradicionalmente se denominaban "verbos impersonales"; la estructura se expande en este caso con un adjunto de Tiempo (to; qevro"). 2.2. Nivel presentativo o interactivo Además de la información sobre el asunto del que se habla, tan completa como el hablante decida dentro de las posibilidades que el predicado le ofrece, la estructura oracional puede contener otros elementos que no informan sobre el asunto representado en la oración, sino sobre otros aspectos de la comunicación. Estos elementos, que son también opcionales, son los que Pinkster (1995) denomina disjuntos. La gramática tradicional no los clasifica de forma específica. Los elementos de este nivel de la oración hacen referencia a aspectos variados de la comunicación. Algunos justifican el propio acto de habla, otros avalan la verdad de la predicación, otros muestran la actitud u opinión del hablante sobre la predicación, otros se refieren a la forma de presentación del enunciado. Estos tipos de información pueden darse simultáneamente, como se ve en (4).

En los ejemplos que siguen se muestran

algunos tipos de disjuntos: (9) ajjll j i[sw" tou``tov soi oujk ojrqw``" ajpekrinavmhn ... (“Pero quizá en esto no respondí correctamente, a tu juicio", Pl. Alc. I 110d)

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(10) aj p o;

Purriv c ou

kabav n ti ej "

qav l assan e[ s ti Teuqrwv n h (“Al bajar

(literalmente: "para quien baja") hacia el mar desde Pírrico, está Teutrone”, Paus. 3.25.4) (11) dio; dhv, wJ" e[oike, fhvsei tiv" me ejxamartavnein (“Por ello, según parece, dirá alguno que yo me equivoco", Pl. Euthd.6a) (12) ejgw; ouJtwsi; peri; th``" tuvch" ajxiw``, ojrqw``" kai; dikaivw", ... ("Así es como yo, acertada y justamente, considero que hay que obrar con respecto a la suerte", D. 18.255) (13) Peri; Cerronhvsou,

a{ te ejpistevllei pro;" uJma``" a[xiovn ejsti ejxetavsai ...

(“Con respecto al Quersoneso, todo lo que emprende contra vosotros es preciso investigarlo", D. 8.57) (14) i{na

mhde; tou``to ajgnoh``te, ejkei``no" hJma``" diekwdwvnizen a{panta" ("Para

que ni siquiera esto desconozcáis, aquél nos puso a prueba a todos", D. 19.167) Los dativos de (9) y (10) (soi y katabavnti, respectivamente) son denominados "de punto de vista” o iudicantis en

las gramáticas tradicionales.

Aportan una

información que modifica el valor de verdad de las aserciones introducidas en la frase al hacer depender la falta de corrección de una actuación (oujk ojrqw``" ajpekrinavmhn) de la opinión del interlocutor (soi), así como el lugar en que un hipotético viajero se encontrará una ciudad (e[sti Teuqrwvnh) depende de la ruta que siga (ajpo; Purrivcou kabavnti ej" qavlassan). El punto de vista que expresan los dos dativos condiciona la verdad de la descripción sin alterarla en sus características internas; por tanto, no se sitúan en el nivel representativo de la oración, sino en el nivel presentativo. El caso de (11) contiene una expresión subordinada de tipo comparativo que modifica, atenuándola, la seguridad de la aserción. El hablante describe una situación, pero no se compromete con la veracidad de ella al hacer depender tal veracidad de un simple parecer (wJ" e[oike). En (12) los adverbios ojrqw``" kai; dikaivw" no describen ninguna situación, sino que informan de la opinión, de la valoración subjetiva que hace el hablante sobre ella: se trata de un proceder correcto y justo. En (13) el sintagma preposicional Peri; Cerronhvsou no se integra sintácticamente en la frase, sino que informa a los oyentes antes de emitir la propia frase de aquello sobre lo que va a versar su discurso. Es, por tanto, una información externa al propio acto de habla. Finalmente, en (14) la subordinada final no informa sobre la finalidad de la acción descrita en la frase principal, sino que establece un punto de contacto entre el hablante y el destinatario y justifica el propio acto de hablar; podríamos parafrasearla como sigue: “para que estéis informados, (os diré que) ... ”.

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3. Constituyentes de la oración 3.1. El predicado Como se ha mencionado arriba, las oraciones, en tanto que estructuras predicativas, se componen de un predicado, que constituye su núcleo básico, y de una serie de elementos dependientes de él como complementos, adjuntos o disjuntos. El predicado es usualmente una forma verbal cuando la estructura predicativa es una oración independiente o una frases subordinada. En otras predicaciones dependientes menores que la oración, el predicado también puede ser un nombre, un adjetivo o un adverbio, como se ve en frases como las de (15)-(17): (15) hJghvsato aujtoi``" ajnh;r Pevrsh" ... katamemaqhkw;"

katavbasin eij" to;n

potamo;n ("Los guiaba un hombre persa... que se conocía un camino de bajada hacia el río", X. Cyr. 7.2.4) (16) ejpeidh; ejk Persw``n bohqo;" hJmi``n wJrmhvqh", ... ("Cuando te lanzaste desde el campo de los persas en nuestra ayuda...", X. Cyr. 5.1.25) (17) ejdovkeon dev sfi oJmoivw" o[rnisi fqevggesqai ("Le parecía que emitían sonidos de forma semejante a los pájaros", Hdt. 2.57) Las relaciones semánticas y estructurales que se establecen entre katavbasin ("bajada") y eij" to;n potamovn ("hacia el río") son exactamente las mismas que se dan entre la forma del verbo katabaivnw ("bajar”) y eij" to; pedivon ("hacia la llanura”) en una frase como (15'). Lo mismo sucede con el adjetivo de (16) y el adverbio de (17) y los verbos respectivamente ligados a ellos de (16') y (17'). (15') katevbhsan eij" to; pedivon ("Bajaron a la llanura", X. An. 4.6.27) (16') ejpei; de; oiJ

jAqhnai`oi tw``/

jAntiovcw/ ejbohvqoun pleivosi nausiv... ("Ya

que los atenienses ayudaban a Antíoco con más naves...", X. HG 1.5.13) (17') ajtimivh" de; pro;" uJmevwn kurhvsa" oujk oJmoiwvsomai uJmi``n ("Puesto que de vosotros he recibido desprecio, no me asemejaré a vosotros", Hdt. 7.158) Por consiguiente, el sustantivo, adjetivo y adverbio de (15)-(17) son predicados de una estructura predicativa exactamente igual que los verbos en forma personal de (15')-(17’). La diferencia entre unos ejemplos y otros es que los primeros son predicaciones, pero no oraciones, por no constituir mensajes completos, mientras que los segundos son predicaciones que también constituyen oraciones. El predicado es el elemento central de la oración y determina las características

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básicas de los constituyentes obligatorios o complementos que deben acompañarle. [Temas 3-7, 11]. Algunos estudios sobre la relación entre los rasgos léxicos de los predicados y sus complementos obligatorios en griego y en latín pueden encontrarse en Baños et alii (2003). En las formas más complejas de estructura oracional, es decir, en las oraciones independientes y en algunas subordinadas, el predicado pertenece a la clase de palabras de los verbos. En este caso el predicado es el portador de cierto tipo de información de importancia semántica y sintáctica, que expresa mediante las categorías morfosintácticas verbales. Junto con las categorías de Tiempo, Aspecto [Tema 12] y Modo [Tema 13], que tienen un carácter deíctico, es decir, que sitúan el evento en determinadas coordenadas temporales y de realidad, tienen una especial relevancia sintáctica las categorías de Número y Persona [Tema 11], que determinan la concordancia del verbo con el Sujeto, y la de Voz [Tema 11]. A las oraciones que tienen como predicado un verbo –y que son denominadas por ello "de predicado verbal"– las gramáticas tradicionales suelen contraponer la existencia de otras oraciones llamadas "de predicado nominal" u "oraciones copulativas". Este tipo de estructura oracional presenta como constituyentes fundamentales un Sujeto y otro nombre o adjetivo que concierta con él que recibe el nombre de Atributo o predicado nominal. Es frecuente también que aparezca una forma verbal de un tipo de verbos denominados "copulativos", cuyo representante más típico es el verbo eijmiv "ser". Un ejemplo de estas frases es el de (18). (18) Polloi; zavploutoi ajnqrwvpwn ajnovlbioiv eijsin ("Muchos hombres muy ricos son infortunados", Hdt. 1,32) Muchos gramáticos han considerado que en este tipo de frases el verdadero predicado es el Atributo, mientras que el verbo copulativo sería un simple soporte de las categorías verbales de Tiempo, Modo, etc., vacío de contenido semántico. Por el contrario, otros muchos lingüistas defienden que los verbos copulativos se comportan como el resto de los verbos, es decir, como verdaderos predicados. Según esta concepción el Atributo no sería más que uno de los argumentos dependientes del predicado. Una variante de este tipo de oraciones es la llamada "oración nominal pura" en la que no aparece la cópula. Un ejemplo sería el de (19). (19) a[riston me;n u{dwr... ("Lo mejor, el agua, ... ", Pi. O. 1.1) Este tipo de frases se utilizan en contextos muy expresivos: refranes,

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sentencias, etc. 3.2. Los demás constituyentes de la oración El contenido de una oración como (7'), que repetimos, podría también formularse como aparece en (20): (7') tw``/ ajndriv kote aujto;" ejn Aijguvptw/ e[dwke to; ei|ma ("al hombre en otro tiempo él en Egipto le dio el vestido", Hdt. 3.140) (20) tw``/ ajndriv, kataba;" ejpi; to; pedivon, aujto;" e[dwke to; ei|ma e[nqa ta;" novma" tw``n bow``n ei\ce ou|to" dh; oJ boukovlo" ("al hombre, tras él bajar a la llanura, le dio el vestido en el lugar donde aquel pastor tenía los prados de las vacas") Nótese que (20) encaja en la definición que hemos dado de oración igual que (7'): la única diferencia es que varios de sus constituyentes tienen forma distinta (kote / kataba;" ejpi; to; pedivon; ejn Aijguvptw / e[nqa ta;" novma" tw``n bow``n ei\ce ou|to" dh; oJ boukov l o"). De esto puede deducirse que la forma que presentan los diversos constituyentes de la estructura oracional diferentes del predicado, no es la propiedad que condiciona su función. Así pues, tanto los nombres, como los sintagmas preposicionales, adverbios y frases subordinadas pueden desempeñar el mismo tipo de funciones en la oración y deben tratarse en cuanto que constituyentes de la oración de la misma manera. [Temas 3-7] Todos los constituyentes que aparecen en una oración asociados a un predicado, es decir, los argumentos, los adjuntos y los disjuntos, pueden analizarse desde tres puntos de vista: sintáctico, semántico y pragmático. El punto de vista sintáctico especifica el número de elementos necesarios y su posición estructural; el nivel semántico analiza la relación semántica que se establece entre el elemento y su predicado (esta es su “función semántica”, también conocida como "papel semántico" o "caso semántico"); finalmente, el aspecto pragmático analiza su relevancia informativa. En esta sintaxis no se trata sistemáticamente el nivel pragmático, pero se menciona al menos en aquellos lugares donde es este nivel el responsable de la forma final que adquiere la oración. Esto sucede, por ejemplo, con la voz pasiva [Tema 11] y con el orden de palabras [Tema 23]. 3.2.1 Constituyentes obligatorios Los constituyentes obligatorios de una oración o argumentos están determinados específicamente por el predicado en tres aspectos: en su número, en su

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configuración léxica y en el tipo de relación (semántica y sintáctica) que mantienen con él, que es lo que determina las marcas formales que presentan. El número de argumentos, su forma y la perspectiva sobre la que se organiza la oración, que condiciona la voz [Tema 11], pertenecen al nivel sintáctico. La relación semántica que establecen con el predicado corresponde al nivel semántico. 3.2.1.1. Nivel sintáctico El número de argumentos que deben acompañar al predicado en una estructura oracional bien formada varía según los predicados. En griego hay predicados que no requieren ningún argumento, junto a otros que requieren uno, dos o tres elementos obligatorios. En los ejemplos (21)-(24) se muestra un caso de cada tipo mencionado: (21) eij ejciovnize, ... ("Si hubiera nevado, ...", Hdt. 2.22) (22) koima``tai ... gunhv ("Duerme una mujer", Hdt. 1.182) (23) oJ Xenofw``n katevbh ajpo; tou`` i{ppou ("Jenofonte descendió del caballo", X. An. 7.3.45) (24) oiJ soi; gonei``" e[dosavn se ejmoiv… ("¿tus padres te entregaron a mí?", X. Oec. 7.10) La información que se ofrece en la oración se organiza tomando como referencia o punto de partida uno de los argumentos, que recibe entonces la marca de Sujeto –el caso nominativo para los nombres en frases con verbo en forma personal y el acusativo para las construcciones de Acusativo con Infinitivo–. El Sujeto recibe un tratamiento sintáctico especial que se refleja en su concordancia con el predicado (en número, persona y, a veces, también en género), cuando el predicado está en forma personal. A lo largo de su historia, el griego ha desarrollado también una marca sintáctica especial para el segundo argumento de muchos verbos. Es lo que llamamos Objeto y está marcado para los argumentos nominales por el caso acusativo. Esta marca ha ido dejando, por tanto, de indicar relaciones semánticas para señalar sólo el papel estructural, sintáctico, del segundo argumento. Los verbos con un segundo argumento en acusativo se denominan tradicionalmente "transitivos". La función Sujeto puede asignarse a diferentes argumentos. En lenguas como el griego y el latín la estructura completa de la frase es sensible en algunos casos a las diferencias en la asignación de la función Sujeto. De ello dependen las diferencias de voz, también llamadas de diátesis. Así, con determinados verbos, si el Sujeto recae

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sobre el argumento que desempeña la función Agente, la frase aparece en voz activa. Por el contrario, si el Sujeto recae sobre el argumento que desempeña, entre otras posibilidades, la función Afectado (tradicionalmente, Paciente), la frase adopta la voz pasiva. Las dos frases que siguen pueden servir de ejemplo. (25) oiJ qeoi; aujto;n ejtivmhsan ("Los dioses le honraron", Pl. Smp. 180a) (26) e{kasto" uJpo; qew``n ejtimhvqh ("Cada uno fue honrado por los dioses", X. Cyn. 1.3) En la versión con verbo en voz activa (ej t iv m hsan) el primer argumento, el Agente, aparece como Sujeto (oiJ qeoiv), mientras el segundo argumento aparece como Objeto en acusativo (aujto;n). En la pasiva (ejtimhvqh) la función Sujeto ha recaído sobre el Afectado (Paciente) y el Agente aparece con una marca específica de agentividad (uJpo; qew``n). No todos los predicados de dos argumentos obligatorios requieren un Objeto en Acusativo. Algunos presentan, por ejemplo, un elemento con la marca de dativo (p.e bohqevw "ayudar"), genitivo (metev c w "participar") o una expresión de dirección (ajfiknevomai "llegar"). En general estos predicados no admiten pasivización. No hay acuerdo entre los lingüistas sobre el contenido gramatical que aportan los casos genitivo y dativo en estos complementos. Algunos lingüistas asocian el contenido de las marcas con los valores funcionales que se atribuyen al caso cuando es marca de constituyentes libres (genitivo = Origen, dativo = Beneficiario o Instrumento, etc. ). Otros autores, sin embargo, opinan que, en posición de argumento, los casos una mera marca vacía sin contenido semántico sistemático (Pinkster 1989). Los predicados que requieren un tercer complemento obligatorio tienen, por lo general, un segundo constituyente con la función de Objeto. El tercer constituyente obligatorio requerido por los predicados puede adoptar diferentes marcas de función, bien el dativo (en los verbos de transmisión material o comunicativa, como “dar” o “decir”), bien una expresión espacial ("llevar", "traer"). El genitivo como marca de un tercer constituyente obligatorio es menos frecuente, pero también puede darse en los verbos de “acusar” y los de “castigar” (en general, este caso alterna con el dativo instrumental o sintagmas preposicionales). El caso menos frecuente para un tercer argumento es el acusativo, que aparece, no obstante, en las construcciones de "de doble acusativo", didavskein tivna ti (“enseñar a alguien algo”) o ejrwta``n tivna ti (”preguntar a alguien algo”). Las marcas preposicionales, en la medida en que son variantes formales de los

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casos, pueden codificar como ellos los complementos obligatorios de los predicados e, incluso, alternar con ellos en las mismas posiciones al menos en las fases más antiguas de la lengua [Tema 7]. Así, por ejemplo, eij", prov" o ejpiv con acusativo alterna con el acusativo de dirección en los textos de la épica y algunos de la poesía posterior; sintagmas preposicionales con ejk, ajpov con genitivo alternan con el genitivo sólo para marcar Procedencia; la marca de dativo compite con ejn con dativo para expresar Ubicación. Podrían ofrecerse otros ejemplos. 3.2.1.2. Nivel semántico Igual que el resto de los elementos nominales de la estructura oracional, los elementos obligatorios o argumentos mantienen unas determinadas relaciones semánticas con su predicado, que se denominan "funciones semánticas" o "papeles semánticos". Estas relaciones, en general, se manifiestan por medio de marcas específicas de cada función. Así, en (23) el segundo elemento obligatorio de katabaiv n w

designa semánticamente el Origen (o Procedencia) del movimiento,

función que se marca en griego mediante el caso genitivo en los textos más antiguos o, de forma más general, con las marcas preposicionales ejk, ajpov, parav + genitivo. En (24), ejmoiv "a mí" indica la persona que recibe o se beneficia de la situación: la relación que establece con el predicado es la de Receptor o Beneficiario y se marca habitualmente mediante el caso dativo. Siempre que se utilicen esos predicados, los elementos que aparezcan en genitivo (o sus variantes) con katabaivnein, o en dativo con divdwmi representarán las funciones semánticas de Origen y Receptor-Beneficiario respectivamente. Estas relaciones semánticas están específicamente condicionadas por las características del predicado. La lista de funciones semánticas que establecen los constituyentes obligatorios con sus predicados es limitada y no muy amplia. Algunas de las más importantes son Agente y Fuerza, para el primer argumento. Para el segundo argumento, Afectado (Paciente) (con los verbos transitivos), Receptor-Beneficiario (p.e. con bohqevw "ayudar" o uJpakouvw "obedecer"), Instrumento (p.e. cravomai "utilizar"), OrigenDirección (verbos de movimiento). Para el tercer argumento, Receptor (verbos como divdwmi "dar"), Dirección (verbos como fevrw "llevar"), etc. (ver cuadro 31). Estas funciones, como veremos, son las mismas que desempeñan también los adjuntos y algunos disjuntos.

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3.2.1.3. Nivel léxico Las características léxicas de los constituyentes obligatorios es otro de los aspectos que depende en exclusiva del predicado. Así, en el caso de (19), que el Sujeto de un verbo como koimavomai sea necesariamente un ser vivo o que el Sujeto y el Beneficiario de divdwmi en (21) sea habitualmente una entidad humana tiene que ver con la configuración léxica de su predicado. Lo mismo podría decirse para los demás casos. 3.2.2. Constituyentes no obligatorios (adjuntos) 3.2.2.1. Funciones semánticas de los adjuntos Los constituyentes opcionales del nivel representativo de la estructura oracional o adjuntos aportan información sobre otros participantes en la situación (p.ej. el Beneficiario o la Compañía), o sobre las circunstancias diversas en las que dicha situación se produce (el lugar, el tiempo, el instrumento, el modo etc.). Por tanto, también los adjuntos mantienen relaciones semánticas con el predicado. Estas funciones se marcan mediante una combinación de marcas formales y del contenido léxico de los términos que las desempeñan: así, por ejemplo, la función de Dirección se marca típicamente mediante la preposición eij", prov", ejpiv + acusativo de un nombre de lugar; la función de Ubicación, por medio de ejn + dativo de un nombre de lugar, el Instrumento se marca por medio del dativo de un nombre de entidad típicamente inanimada, habitualmente concreta, etc. En el caso de las frases subordinadas, las marcas están constituidas por las conjunciones, el modo, tiempo y aspecto de los predicados: i{na + subjuntivo expresa Finalidad, o{te + cualquier forma verbal típica de las oraciones independientes u optativo (sin partícula) indica Tiempo (en que o durante el que), e{w" + indicativo de aoristo expresa Plazo (= Tiempo hasta el que), etc. Como se ha dicho, los argumentos y los adjuntos comparten el sistema de funciones semánticas. Cuántas y cuáles son las funciones semánticas que gramaticaliza una lengua, en este caso, el griego, se puede determinar mediante el análisis de los comportamientos sintácticos de los constituyentes, que derivan de las características de las propias funciones. Las pruebas más importantes son (a) la coordinación y (b) la pregunta parcial (para su aplicación al griego y al latín ver Villa 1989): a) Dos elementos con una misma función semántica si se encuentran en el mismo nivel sintáctico, en general tienen que aparecer coordinados (27). Por el

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contrario, cuando desempeñan diferentes funciones semánticas (28) o se encuentran en diferentes niveles sintácticos (29), no pueden coordinarse. (27a) Surakovsioi aujtoi; pleivw ejporivsanto dia; mevgeqov" te povlew" kai; o{ti ejn kinduvnw/ h\ s an ("Los propios siracusanos aportaron más medios tanto por el tamaño de la ciudad como porque estaban en peligro", Th. 7.58.4) (27b) oiJ patevre" hJmw``n polla;" strateiva" kai; ejn th``/ Peloponnhvsw/ kai; e[xw ejpoihvsanto ("Nuestros padres realizaron muchas expediciones en el Peloponeso y fuera de él", Th. 2.11.1) (28a)

jE" de; ta;" Surakouvsa" hjggevleto pollacov q en ta; peri; tou``

ejpivplou ("A Siracusa llegó desde muchos lugares la noticia de lo referente a la expedición marítima", Th. 6.32.3) (28b) ...piv t u" blowqrhv , thv n t j ou[ r esi tevktone" a[ndre" ejxevtamon pelevkessi nehvkessi (... el alto pino, al que en los montes los carpinteros cortaron con hachas recién afiladas", Hom . Il. 1.525) (29) kai; ga;r dh; ejkei``qi (sc. ejn Qhvbh/si) koima``tai ejn tw``/ tou`` Dio;" tou`` Qhbaieo" gunhv ("Pues también allí (sc. en Tebas) duerme en el templo de Zeus Tebano una mujer", Hdt. 1.182) En (27a) aparecen coordinados dos elementos que expresan Causa; en (27b) los dos constituyentes coordinados expresan Ubicación. Por el contrario, en (28a) aparecen, como esperamos, sin coordinar, tres elementos con diferentes función: Dirección (jE" de; ta;" Surakouvsa"), Origen (pollacov q en) y Afectado (ta; peri; tou`` ejpivplou). También sin coordinar (28b) pueden aparecer elementos que presentan la misma forma casual, pero que desempeñan diferente función (marcada en este caso por el léxico), como son el dativo locativo ou[resi y el dativo instrumental pelev k essi nehvkessi. Finalmente en (29) dos expresiones de Ubicación no aparecen coordinadas porque corresponden a diferentes niveles sintáctico-semánticos: ejn tw``/ tou`` Dio;" tou`` Qhbaieo" desarrolla internamente el evento y se sitúa, por eso, más cerca del predicado, mientras que el adverbio ejkei``qi

sitúa la acción en unas coordenadas

espaciales externas y está, por ello, en un nivel semántico-sintácico más alejado del predicado. b) Los elementos con la misma función semántica y sólo ellos responden a la misma pregunta parcial (30).

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(30a) –Povqen d j e[labe" tauvta" suv… –Povqen… ejk toujranou``. (–"¿De dónde las cogiste tú?" –"¿De dónde? Del cielo.", Aristoph. Pax 847848) (30b) –Povqen pot j ejmpevptwkev moi to bwlivon… – [Isw" a[nwqen mu``" ejnevbalev soiv poqen. (–"¿De dónde me ha caído este cascote?" –"Quizá desde algún lugar más alto te lo lanzó un ratón.", Aristoph. V. 203-204 Como puede verse para estos ejemplos de respuestas a preguntas parciales, tanto expresiones preposicionales (ejk + genitivo), como adverbios (a[nwqen) pueden responder por igual a la pregunta sobre el Origen de un determinado movimiento introducida por povqen. La primera prueba, la de la coordinación, se deriva de una característica fundamental de las estructuras oracionales: una función puede aparecer sólo una vez en cada frase. Para multiplicar los términos que la desempeñan es para lo que las lenguas utilizan los mecanismos de coordinación. Por ello, cuando dos constituyentes aparecen coordinados, aunque tengan distinta estructura interna o distinta marca formal, los reconocemos como desempeñando la misma función. El criterio de la coordinación es de gran utilidad a la hora de identificar las funciones de las diferentes marcas formales. El criterio de la pregunta parcial está justificado en el hecho de que los elementos de interrogación parcial presuponen la función del constituyente y preguntan por su contenido referencial. Esto se observa fácilmente en los pronombres interrogativos que tienen marca de caso: cuando se pregunta, por ejemplo, con el nominativo tiv"… (“¿Quién?”) se sabe que la función del elemento por el que se pregunta es la de Sujeto, pero se desconoce cuál es la referencia concreta de ese Sujeto. De la misma manera, cuando se pregunta povqen… (“¿de dónde?”) se da por hecho que el elemento desempeña la función Origen. Del mismo modo será Vía la respuesta a un ph``/… (“¿por dónde?”) o Modo la de un pw``"… (“¿de qué modo?”) etc. La aplicación de estos criterios a un corpus de datos suficiente de la lengua griega permite reconocer un número de funciones gramaticalizadas y, además, las marcas formales que las desempeñan. El cuadro de (31) contiene una propuesta tipo, que no está cerrada ni pretende ser exhaustiva, sino únicamente dar una idea aproximada de las funciones semánticas más importantes, sus marcas formales y los elementos de interrogación que les corresponden. Estas funciones son válidas tanto

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para los argumentos como para los adjuntos y algunos disjuntos. A lo largo de los temas correspondientes podrán encontrarse más detalles sobre éstas y otras que pueden proponerse. Como observaciones más importantes para entender y completar el cuadro hemos de señalar las siguientes: a) La columna de Marcas sólo contiene marcadores casuales, adverbiales o sintagmas preposicionales,

pero puede completarse con las marcas oracionales,

como, por ejemplo, i{na + subjuntivo para expresar Fin, o{te +

verbo en forma

personal para marcar Tiempo, etc. b) No se ha incluido el Nominativo entre las marcas, pues éste señala no una función o papel semántico, sino una posición sintáctica –la de primer argumento– dentro de la estructura de la oración. c) Las indicaciones semánticas asociadas a las marcas (/humano/, /animado/, etc.) sólo recogen contenidos típicos, pero caben desviaciones contextuales, metafóricas, etc. d) En algunos casos las funciones que se indican quizá no sean más que variantes de nociones más amplias y en realidad deberían integrarse en conceptos mayores. Así, por ejemplo, Agente y Fuerza comparten rasgos dentro de una noción más amplia de Actor; hay razones para pensar que Fin y Causa son variantes de un concepto más amplio que podríamos llamar Motivo; las diferentes funciones temporales comparten rasgos frente a otras, etc. (31) Cuadro: Funciones semánticas del griego antiguo Funciones Agente

Marcas Interrogación uJ p ov (aj p ov , ej k , prov " ) + uJpo; (ajpov, ejk, prov") tivno"… genitivo /+humano/ Fuerza uJ p ov (aj p ov , ej k , prov " ) + uJpov (ajpov, ejk, prov") tivno"… genitivo; dativo /-humano/ Intermediario dia; + genitivo, uJ p ov + dia; tivno", uJpo; tivno"… genitivo /+animado/ Afectado (también Meta o Acusativo tivna, tiv… Paciente) Receptor (Destinatario, Dativo, uJ p ev r + genitivo, tiv n i, uJ p e; r tiv n o", k a t a ; Beneficiario) katav + genitivo /+humano/ tivno"… Compañía suv n + dativo, metav + su;n tivni, meta; tivno"… genitivo /+animado/ Instrumento dativo, diav + genitivo tivni, dia; tivno"… /-animado/ Fin eij", prov", ejpiv + acusativo eij", pro;", ejpi; tiv /abstracto/ Causa dativo, diav + acusativo, uJpov dia; tiv, pw``"… + genitivo

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adverbios - w", katav + acusativo, etc. Circunstancia Todas las expresiones propias de Tiempo, Lugar, Modo Dirección acusativo, eij", prov", ejpiv + acusativo /lugar/ Origen (o Procedencia) genitivo, ejk, ajpov, prov", parav + genitivo /lugar/ Vía (o Lugar por donde) diav + genitivo /lugar/ Ubicación (o Lugar en dativo, ejn, ejpiv, parav + donde) dativo (entre otros) /lugar/ Referencia periv + genitivo Tiempo dativo, ejn + dativo /tiempo/, -te (tovte, a[llote, ...) Duración acusativo, diav + genitivo /tiempo/ Plazo eij " , prov " + acusativo /tiempo/ Tiempo desde ejk, ajpov + genitivo /tiempo/ Frecuencia a{pax, div"... Valor ( Precio) genitivo Modo

pw``"… Todas las formas de pregunta correspondientes poi``… povse… povqen… ph``/… pou``… povqi… peri; tiv… povte… povson crovnon… eij", prov" povte… ejk, ajpo; povte… posavki"… povsou…

Un ejemplo del tipo de análisis y de resultado al que puede dar lugar la incorporación de las funciones semánticas al estudio de la sintaxis de la oración en griego y en latín puede hallarse en Torrego (1998). 3.2.2.2. Condiciones de uso de las funciones semánticas de los adjuntos Una característica importante de las funciones semánticas de los adjuntos es que están sometidas a determinadas restricciones de aparición: no todas las funciones pueden ir con todos los predicados. De hecho, algunas, como el Precio, están normalmente restringidas a los verbos que indican “transacción comercial” (privamai "comprar", pwlevw "vender" ) o valoración (pollou`` poievw "valoro en mucho"). Otras, como las que se refieren al espacio, requieren verbos de movimiento o estado. Las de Instrumento o Fin sólo pueden ir con predicados controlables (es decir, que tengan un Sujeto capaz de iniciar o detener la situación que describe el predicado, como divdwmi “dar”, poievw “hacer”, kteivnw “matar”, a diferencia de “crecer”, “caerse” o “morir”). Por último, las de Agente y Fuerza (y, en parte, Intermediario) sólo aparecen con las marcas específicas recogidas en el cuadro en las versiones pasivas de los predicados, porque con los predicados activos, estas funciones tienen asignada habitualmente la función sintáctica de Sujeto y, por tanto, se expresan en nominativo.

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3.3. Constituyentes del nivel presentativo (disjuntos) Los constituyentes del nivel presentativo o disjuntos son también opcionales. Aportan diverso tipo de información relevante para el acto mismo de la comunicación. Como antes se indicó, esta información se caracteriza por no referirse específicamente a la estructura oracional nuclear o expandida a la que se adjunta, sino a los protagonistas de la comunicación (el hablante y el destinatario), al valor de verdad del mensaje, o a algunas circunstancias relativas a su emisión. En lenguas como el latín y el griego las formas que pueden adoptar este tipo de elementos son, en general, las mismas que las de los adjuntos, aunque estas informaciones se explicitan con menor frecuencia y en menor número que las representadas por los adjuntos. Esto se puede observar en los ejemplos ya comentados de (9)-(14). En (9) y (10) es el caso dativo el que marca el constituyente que expresa el “punto de vista”; en (11) y (14) la forma que adquieren los disjuntos es la de oraciones subordinadas; en (12), la opinión del autor se marca mediante un adverbio; en (13), el tema del que se habla se expresa por medio de un sintagma preposicional. Esta característica formal es el reflejo del contenido funcional de estos elementos: aunque no siempre está tan clara la función semántica que transmiten los disjuntos, puede decirse, en general, que pertenecen al mismo sistema que las de los argumentos y los adjuntos recogidas en (31). Con independencia de la función semántica que transmitan, los disjuntos pueden agruparse sobre la base del tipo de información presentativa que aportan. Pinkster (1995: 40-47) ofrece una clasificación de estos elementos, pero es tentativa y está basada en criterios un tanto heterogéneos. Los ejemplos que ofrecemos a continuación completan los del (9)-(14) e ilustran los tipos propuestos por Pinkster. De un modo general puede decirse que constituyen, al menos, los siguientes grandes grupos: los que expresan el punto de vista del hablante o emisor del mensaje (9), (10); los que indican la actitud o valoración del emisor con relación a la situación descrita (12) y (32); los llamados "de estilo", que se refieren a la forma en que va a emitirse el enunciado (33); los que ofrecen una evidencia en la que se basa el contenido de la oración o una justificación del propio enunciado (11) y (34); los que se refieren a la finalidad del propio acto de habla (14) y (35). (32) fivlo" ga;r ejlqw;n dustucw` ` " ajpevrcetai ("Pues un amigo, tras haber llegado, desdichadamente, se marcha", E. Rh. 961) (33) i{ n a de; mh; makrologw``, fhmi; crh``nai pareskeuavsqai pro;" to;n povlemon ("Para no alargar mis palabras, sostengo que es preciso estar preparados

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para la guerra", D. 12.23) (34) touvtwn dh; ei{neka kai; oiJ

[Iwne" duwvdeka povlia" ejpoihvsanto, ejpei; wJ"

gev ti ma``llon ou|toi [Iwnev" eijsi tw``n a[llwn jIwcnwn ... mwrivh pollh; levgein ("Por esta razón también los jonios hicieron doce ciudades –porque sería una gran tontería decir que éstos son más jonios que los otros–", Hdt. 1.146.1 (35) kai; tajlhqh`` ajpokrivnou, i{na mh; mavthn oiJ diavlogoi givgnwntai ("Respóndeme la verdad, para que no sea inútil el diálogo", Pl. Alc. I 110a) 4. Tipos de oración como acto de habla Como se ha indicado más arriba, son oraciones las estructuras predicativas que pueden constituir un mensaje autónomo y completo. A los mensajes también se los denomina "actos de habla" o "ilocuciones". Los actos de habla –y las oraciones con ellos– pueden clasificarse de acuerdo con varios criterios. El más importante es el de su función comunicativa (o fuerza ilocutiva o modalidad [Tema 13]). La función comunicativa es la intención con la que el hablante emite un mensaje. Las lenguas reconocen al menos cuatro tipos básicos de ilocuciones o actos de habla: declarativos o asertivos, impresivos, interrogativos y expresivos. Cada uno de estos tipos está asociado a unas características formales prototípicas, que se examinan en § 4.1. En 4.2. se analizan otras formas menos típicas de expresar estas mismas funciones comunicativas. 4.1. Formas de expresión prototípicas 4.1.1. Actos de habla asertivos o declarativos Son aquellos en los que el hablante proporciona a su interlocutor una información que, desde su punto de vista, es ignorada por el destinatario, tanto en mensajes positivos (36), como negativos (37). (36) meta; de; tou`to oiJ me;n Lokroi; ajph``lqon ejk th``"

JRhgivnwn ("Después de

esto los locrios partieron del territorio de los de Regio", Th. 4.25.3) (37)

oiJ Kerkurai`oi th;n iJketeivan oujk ejdevxanto ("Los de Corcira no

aceptaron la petición", Th. 1.24.7) En estos ejemplos el autor –el emisor del mensaje– presupone que su interlocutor –en este caso, sus lectores– desconocen la información que ofrece. En (36) se trata de una información positiva y en (37) de una negativa. En este caso ambas situaciones se transmiten con el mismo grado de

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certidumbre y por eso el verbo presenta la forma modal del Indicativo. Pero junto a la posibilidad de informar de un hecho real, la aserción puede informar también de eventos no factivos, es decir, de aquellos que sólo son probables, posibles o, incluso, que fueron posibles en el pasado pero no sucedieron (irreales). Para expresar cada una de estas posibilidades la lengua griega posee marcas específicas formadas por medio de los modos verbales [Tema 13] y su combinación en algunos casos con determinadas partículas [Tema 22]. Las aserciones van asociadas a la negación oujk [Tema 13] y, suponemos, a una determinada entonación. No obstante, no podemos conocer con exactitud cómo sería la entonación en griego; si se parecía a la del griego moderno y a la de muchas otras lenguas, se puede suponer que lo asertivo tendría una entonación de final descendente. 4.1.2. Actos de habla impresivos Mediante una ilocución impresiva, el hablante o emisor no pretende aumentar la información del destinatario, sino que trata de obtener una determinada actuación de su parte, es decir, pretende influir en su conducta. Ejemplos de ello son (38)-(39): (38) ajll j eijpe; proquvmw" tiv ejsti tov te o{sion kai; to; ajnovsion ("Pero dime, por favor, qué es lo justo y qué lo injusto", Pl. Euthphr. 11b) (39) ajlla; levge kai; mh; diavtribe ("Pero, habla ya y no te entretengas más", Pl. R. 472b) Con el mensaje de (38), el hablante pretende que el destinatario reaccione de una determinada manera: que le infome sobre determinados conceptos abstractos. En el ejemplo de (39), el imperativo positivo (levge) requiere del destinatario igualmente el comienzo de una acción; la prohibición (mh; diavtribe) pretende, en cambio, que no se prolongue una situación que se está produciendo. Hay básicamente dos tipos de actos de habla impresivos: las órdenes (o prohibiciones) y los deseos. En los primeros, ejemplificados en (38)-(39), el emisor cree poder modificar directamente el comportamiento del interlocutor por tener autoridad o control sobre él. En los deseos, en cambio, falta de algún modo esa capacidad de control, como en la frase de (40). (40) ei[qe gravyeien wJ" crh; pevnhti ma``llon h] plousivw/ ("¡Ojalá escribiera que es preciso agradar a un pobre antes que a un rico...!", Pl. Phdr. 227c)

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Los mensajes impresivos con control, es decir, órdenes y prohibiciones, se asocian típicamente al modo imperativo y al subjuntivo (negado por mhv en el caso de las prohibiciones). Los mensajes desiderativos aparecen con optativo y también con la negación mhv , en el caso de los deseos negativos. Probablemente también unos y otros estaban asociados a unas entonaciones propias. Una forma especial de deseo es el deseo irreal, referido a una situación que el hablante habría preferido que se produjera o no se produjera, pero que resultó en lo contrario. El griego utiliza para expresarla el modo indicativo precedido de una partícula especial: ei[qe, eij gavr. (41a) ei[qe s j ei[q j ejgw; mhvpot j eijdovman ("¡Ojalá, ojalá que nunca te hubiera visto yo a ti", S. OT 1217) (41b) ei[qe me Kadmeivwn e[naron stivce" ejn konivasin ("¡Ojalá me hubieran lanzado al polvo las filas de soldados cadmeos!", E. Supp. 821) 4.1.3. Actos de habla interrogativos Mediante los actos de habla interrogativos el hablante recaba de su destinatario información que desconoce y que presupone conoce su interlocutor. Hay básicamente dos tipos de interrogación: la total y la parcial. Con la primera el hablante busca información sobre todo el contenido de su oración, mientras que con la segunda manifiesta saber todo el contenido de la oración excepto el del elemento por el que interroga. Ejemplos de cada tipo se ofrecen en (42a)-(42b): (42a) –poi`` crh; fugei``n… –e[sw pevtra" th``sd j, ou|per a]n lavqoitev ge. (–"¿A dónde debemos huir?" –"Dentro de esta roca, donde podéis esconderos", E. Cyc. 194 (42b) w\ fivltaq j, h{kei" a\ra swth;r nw``/n blavbh"… ("¡Oh muy querido amigo! ¿Llegas acaso para salvarnos de la desgracia de nosotros dos?", E. Heracl. 640) Tanto con una interrogación parcial como con una total la pretensión del hablante es ampliar su conocimiento del mundo mediante la colaboración del destinatario. La función interrogativa es, por tanto, la opuesta a la asertiva, en cuanto que con la asertiva el hablante aumenta el conocimiento del destinatario, mientras que con la interrogativa, es el hablante el que busca un aumento de su propio conocimiento. Cuando se niega, lo hace con la negación ouj, en el caso de que no haya expectación especial sobre el tipo de respuesta o cuando se espera una respuesta positiva; con la negación mhv, cuando se espera una respuesta negativa

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[Tema 13]. La entonación que le correspondería a esta forma de ilocución se marca en la escritura mediante el signo de interrogación propio del griego, es decir, el punto y coma, aunque desconocemos casi totalmente cómo sería originalmente. 4.1.4. Actos de habla expresivos Hay un grupo de ilocuciones, mucho más heterogéneo que los anteriores, que se asocia con la expresión de los sentimientos del emisor. Por medio de los actos de habla expresivos, el hablante manifiesta sus sentimientos sobre aspectos del mundo que él toma por sucedidos. Los ejemplos de (43) los ilustran: (43a) wJ" hJdevw" kakoi``si oijkeivoi" gela``/" ("¡Con cuánto gusto te burlas de los males de tu casa!", E. Tr. 406) (43b) w\ duvsdaimon, oi|a pavscomen ("Oh infortunada, ¡qué males padecemos!", E. Alc. 258) Las características formales de los actos ilocutivos expresivos coinciden con las de los asertivos, como el uso del modo objetivo (indicativo) y de la negación ouj. 4.1.5. Partículas de refuerzo Es muy frecuente que los diferentes tipos de actos ilocutivos estén acompañados de partículas características de refuerzo [Tema 22]. Son propias de los mensajes asertivos partículas como mhvn, dhv, dh``ta, ge, que modulan el grado de implicación del hablante en la veracidad de aquello que informa. Los actos de habla impresivos de carácter general llevan como marcas adicionales partículas como a\ra, (tiv) ou\n; estas partículas indican en muchos casos el tipo de respuesta que el hablante espera del oyente; es lo que se conoce como pregunta orientada. Entre los actos de habla impresivos, las órdenes muchas veces aparecen acompañadas de partículas e interjecciones como fevre "venga", "ea", ijdev "mira", etc.; los deseos, por su parte, van muchas veces precedidos de partículas como ei[qe eij gavr, que suelen traducirse por "¡Ojalá!". Finalmente, las exclamaciones van marcadas por términos comparativos como wJ" "¡cómo..!, ¡qué...!" o adjetivos de cualidad (oi|o" "¡cómo...!") y de cantidad (o{so" "¡cuánto..!"). 4.2. Formas de expresión menos prototípicas Como se ha

indicado en todos los casos, cada una de las funciones

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comunicativas definidas está prototípicamente asociada a una forma de expresión (modo, tiempo, partículas etc.) y a una entonación. Sin embargo, como en tantos otros casos de la lengua, una forma de expresión no corresponde siempre a una función en la comunicación. Algunas veces, con formas de entonación típicamente asociadas a una función comunicativa el hablante realiza actos ilocutivos diferentes. Así, es corriente que una interrogación, sobre todo si está negada, pueda utilizarse como una forma de orden, es decir, de acto ilocutivo impresivo (44). (44a) –tiv ou\n oujk ejrwta``/"… –ajll j ejrhvsomai (–"¿Por qué, entonces, no preguntas?" –"Pues prenguntaré", Pl. Ly. 211d) (44b) tiv ou\n ouj kai; Provdikon ejkalevsamen… ("¿Por qué, entonces, no hemos llamado también a Pródico?", Pl. Prt. 317d) (44c) fanero; n poihvsete o{ti mhdemivan aujtoi``" a[deian dwvsete… ("¿Dejaréis claro que ninguna dispensa les daréis?", Lys. 29.13) En griego, como en latín, a diferencia de otras lenguas, no es corriente que formas asertivas o exclamativas adquieran otro uso diferente del que marcan las formas de sus ilocuciones respectivas. En general, la utilización de procedimientos no prototípicos para marcar la fuerza ilocutiva no es libre, sino que requiere unas condiciones comunicativas (pragmáticas) determinadas y, por esa razón, produce efectos especiales en la comunicación; son, desde luego, más expresivas y están más marcadas que sus contrapartidas prototípicas. 5. De la oración al discurso En los procesos de comunicación las oraciones no aparecen de una en una, sino combinadas entre sí para dar lugar a unidades mayores que llamamos de un modo general 'discurso'. El discurso tiene, como la oración, su propia estructura, con marcas de interrelación sintáctica y semántica entre las oraciones. La forma que adquiere el discurso viene determinada fundamentalmente por las condiciones en que se producen los procesos comunicativos. Kroon (1995: 111), en su estudio sobre las partículas latinas, propone una clasificación de formas del discurso basada en dos parámetros: (i) el número de participantes que intervienen (uno –monólogo– o varios –diálogo–); (ii) el número de voces con el que lo hacen: una voz (monólogos y monólogos dialógicos, es decir, un narrador introduciendo la voz de varios personajes); dos voces

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(diálogos y diálogos monológicos, es decir, diálogos en los que uno de los participantes apenas interviene o lo hace de forma irrelevante). Hay muchos aspectos de la gramática cuya explicación final se encuentra en el discurso. Mencionaremos a continuación algunos de ellos. El más claro es el uso de las partículas [Tema 22]. Elementos como gavr, ou\n, ajllav, mevntoi etc. son procedimientos para articular las oraciones en los discursos, con un papel comparable al que tienen las conjunciones en la articulación de predicaciones, como se ve en las frases de (45). (45a) tau``t j oujc i{n j ajpevcqwmaiv tisin uJmw``n, prohv/rhmai levgein: ouj ga; r ou{tw" a[frwn oujd j ajtuchv" eijm j ejgwv ("Esto no he decidido decirlo para enemistarme con alguno de vosotros; pues no soy yo tan insensato ni estoy tan desesperado", D. 3.21) (45b) nu``n d j o{ ti me;n fulavxomen, oujdevn ejsq j uJpo; tou`` polevmou loipo;n tw``n provteron, kthvsasqai de; dei`: aujtw``n ou\n hJmw``n e[rgon tou``t j h[dh ("Mas ahora nada nos ha quedado de lo de antes que podamos vigilar; es preciso, sin embargo, adquirirlo. Así pues, nuestra es ya esta tarea", D. 2.27) En la frase de (45a) dos oraciones, independientes la una de la otra con respecto a su estructura interna, se articulan entre sí semántica y sintácticamente en el discurso por medio de la partícula gavr ("en efecto, pues"), que hace que la segunda sirva como justificación argumental de la primera. En el caso de (45b) la partícula ou\n ("así pues, en consecuencia") articula igualmente dos oraciones independientes haciendo que el mensaje transmitido en la segunda aparezca como una consecuencia de la primera aserción dentro de la argumentación del autor. Un segundo fenómeno que corresponde al discurso es el uso de la anáfora y la elipsis, que sólo pueden explicarse sobre la base del entrecruzamiento de oraciones: suele elidirse (46) o señalarse por medio de un pronombre anafórico (47) aquella información que ya ha sido citada o que puede sobreentenderse fácilmente del contexto [Temas 9-10]. (46) oJ Guvgh" tevw" me;n ajpeqwvmaze ta; legovmena, meta; de; iJkevteue mhv min ajnagkaivh/ ejndeveein diakri``nai toiauvthn ai{resin ("Giges entonces se espantó de lo que se le había dicho y después suplicaba que no fuera necesariamente forzoso el realizar aquella elección", Hdt. 1.11.3) (47) Meta; tau` ` t a d j eujqu;" kai; tavde xunevbh genevsqai toi``"

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jAqhnaivoi"

kai; Peloponnhsivoi" diavfora ej" to; polemei``n ("Inmediatamente después de aquello también las cosas siguientes sobrevinieron como elemento de discordia entre atenienses y peloponesios para ir a la guerra", Th. 1.56.1) En (46) el Sujeto de iJkevteue es también Giges, como en la frase anterior, pero no es preciso repetirlo. La propia elipsis del Sujeto es una marca de que el destinatario de la información debe recuperar ese dato de la frase anterior. En (47), por su parte, dos elementos de anáfora, tau``ta y tavde, nos remiten, respectivamente, a lo ya dicho en las frases anteriores y a lo que se va a decir en las siguientes, sin necesidad de repetir la información. Se trata, por tanto, de una información compartida por diferentes oraciones, que se entrelazan por medio del uso de los pronombres. Un tercer fenómeno asociado a la estructura y cohesión del discurso es la elección del elemento desde el que se empieza a describir una situación (elección del Sujeto) y las alternancias de voz que resultan de ello. Si retomamos las frases de (25) y (26) podemos darnos cuenta de ello. (48) (=25) oiJ qeoi; aujto;n ejtivmhsan ("Los dioses le honraron", Pl. Smp. 180a) (48') (=26) kata; crovnon e{kasto" uJpo; qew``n ejtimhvqh ("en su momento cada uno fue honrado por los dioses", X. Cyn. 1.3) En la frase de (48) los dioses son el argumento de la conversación en ese momento y se discute a quién aman más, si al amado o al amante. Constituyen, por tanto, el Tópico del discurso y, por consiguiente, se convierten en el elemento desde el que se empiezan a construir las frases. Por ello reciben la marca de Sujeto. En (48'), de forma semejante, tras haber presentado toda una relación de héroes antiguos (Ulises, Diomedes, etc.) se nos dice que cada uno en su momento fue apreciado por los dioses; de nuevo es el Tópico del discurso el que recibe la función Sujeto, aunque en este caso no se trate del Agente de la situación, sino del Afectado (Paciente). La asignación de la función Sujeto, por tanto, sólo puede explicarse si tenemos en cuenta la información proporcionada por el discurso en su totalidad. En cuarto lugar, determinados fenómenos relacionados con el orden de palabras tienen también su explicación como marcas de continuidad del discurso [Tema 23]. Compárese (49) y (49'). (49) oJ de; dh; Ku``ro" ejpi; tauvth" th``" gunaiko;" pai``da ejstrateuveto ("Ciro emprendía la expedición militar contra el hijo de aquella mujer", Hdt. 1.188.1)

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(49') ejpi; tou``ton dh; to;n

[Amasin Kambuvsh" oJ Kuvrou ejstrateuveto ("Contra

este Ámasis Cambises, el hijo de Ciro, emprendía la expedición militar", Hdt. 3.1.1) Las dos frases son estructuralmente casi idénticas, pero mientras en la primera el orden es Sujeto-sintagma preposicional-verbo, en la segunda es sintagma preposicional-Sujeto-verbo. Como comprueba Dik (1995), la razón del cambio está también en el papel en la narración que juegan los primeros elementos en cada caso. Tanto Ciro, en el primer caso, como Ámasis, en el segundo, son los personajes de quienes se está hablando en los respectivos pasajes. La continuidad del discurso hace que se conviertan en la información conocida, es decir, Tópicos, frente al resto de la frase que es información nueva. Como consecuencia se sitúan en primera posición de frase, que es también una de las marcas típicas del Tópico. De nuevo la estructura informativa del discurso es capital para explicar rasgos sintácticos de las frases. También están relacionados más o menos directamente con la estructura del discurso las condiciones de uso del artículo [Tema 9] y la secuencia de tiempos y temas aspectuales en la narración [Tema 12]. Son muchos los fenómenos, por tanto, relacionados con el discurso. Se trata, sin embargo, de un campo cuyo estudio y sistematización se encuentra todavía en una fase incipiente y que requiere mucha investigación. Baste con recordar que el último estudio completo sobre las partículas griegas es el de Denniston, cuya segunda edición es de 1950. BIBLIOGRAFÍA Baños, J.M.-Cabrillana, C.-Torrego, M.E.-de la Villa, J. (eds.) (2003): Praedicatiua. Complementación en griego y latín [Verba, anexo 53], Santiago de Compostela: Servicio de Publicaciones. Dik, Helma (1995): Word order in Ancient Greek. A Pragmatic Account of Word Order Variations in Herodotus, Amsterdam: Gieben. Crespo, Emilio et alii. (2003): Sintaxis del griego clásico, Madrid: Gredos. García Velasco, Daniel (2003): Funcionalismo y Lingüística: la Gramática Funcional de S. C. Dik, Oviedo: Universidad Kroon, Caroline (1995): Discourse particles in Latin. A study of nam, enim, autem, vero and at, Amsterdam: Gieben Martínez Vázquez, Rafael et alii (1999): Gramática funcional-cognitiva del griego antiguo I. Sintaxis y Semántica de la Predicación, Sevilla: Universidad. Pinkster, Harm (1988): "Non-Accusative second arguments of two-place verbs in

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Latin", Cuadernos de Filología Clásica 21, 235-245. Pinkster, Harm (1995): Sintaxis y semántica del latín, Madrid: Ediciones Clásicas Rijksbaron, Albert (20023): Syntax and Semantics of the verb in Classical Greek, Amsterdam: Gieben Rodríguez Adrados, Francisco (1992): Nueva sintaxis del griego antiguo, Madrid: Gredos. Torrego, M. Esperanza (ed.) (1998): Nombres y funciones. Estudios de sintaxis griega y latina, Madrid: Ediciones Clásicas-UAM Ediciones. Villa, Jesús de la (1989): «Las funciones nominales: criterios para su identificación en griego y latín», CFC 22, 291-303. .

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