Resumen de revolucion mecicana. Mires

December 12, 2017 | Author: Àngeles Lezcano | Category: Mexico, Agriculture, Mexican Revolution, State (Polity), The United States
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Descripción: Resumen de historia de la revolucion mexicana de Mires...

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REBELION PERMANENTE, (Fernando Mires) (7) En todos los países de Hispanoamérica la revolución de independencia llevo al poder al sector más poderoso de la clase criollo. Los cuales llevan a cabo una recolonización hacia adentro, destruyendo lo poco que quedaba de las culturas que habían logrado sobrevivir. La independencia en estos casos no logro resolver las contradicciones de la sociedad colonial. En ningún otro lugar las contradicciones de la sociedad colonial fueron tan fuertes como en México, como así también el grado de irrupción del capitalismo dependiente en su forma más violenta. Uno de los problemas que no se resolvieron fueron los privilegios de los nuevos detentores del poder, lo cual alcanza su máxima expresión durante la dictadura de Porfirio Díaz. Este era un típico representante de los hacendados, tirano que gobierna con el apoyo del clero, el ejército armado y un cuerpo de policías. Además de esto, concilio en el poder a una clase señorial de tendencias modernizantes y de grandes vínculos con el extranjero. El avance del capital extranjero trajo importantes vínculos entre los intereses locales y el exterior que no tardo en amparar la dictadura de Díaz. Los mayores exponentes de estas relaciones con Estados Unidos, son los científicos, constituían una especie de masonería en el cual rendían un culto casi religioso a las ideas positivistas de orden y progreso. La industrialización era necesaria y la única forma de llegar era con un vínculo casi carnal con el capital extranjero y un gobierno fuerte y autoritario como el de Díaz. El vinculo entre ambos países se daba principalmente en el campo del transporte las comunicaciones y en especial en los ferrocarriles. Tampoco era nada insignificante en la minería, el 90% de las minas existentes estaban en manos de norteamericanos. Lógicamente el círculo de la dependencia internacional se cerraba en el sistema financiero particularmente en el control de los bancos. En síntesis en los albores de la revolución las áreas económicamente estratégicas del país (minería y agricultura), estaban ocupadas por capitales extranjeros, el proceso de vinculación de México con el mercado Mundial se realiza sobre la base de la sobrexplotación de los sectores sociales más débiles de la población, principalmente en el campo. Esto está demostrado en las políticas agrarias de Díaz, expropiación y concentración. Esta expropiación de las tierras comunales en mano de los hacendados es un dato común a todo Latinoamérica. Los sectores más afectados fueron las comunidades indígenas. Las comunidades indígenas pasaban a ser contingentes de proletariados asalariados cuya fuerza de trabajo era aprovechada estacionalmente en las grandes haciendas. De este modo las haciendas no solo habían absorbido tierra sino que también la autonomía de las comunidades y sus costumbres. Si bien la resistencia indígena frente al atropello por parte del gobierno se remonta a 1908 con los indios yaquis, la cuestión agraria como así también el indio, fueron descubiertos por los políticos a comienzos del siglo XX. Esto se debe principalmente a que era imposible derrocar a Díaz sin la ayuda de las masas, lo cual era imposible si no se tomaban en cuenta reivindicaciones de la propiedad. Si bien el epicentro de la revolución estaba en el campo, sus comienzos fueron en las ciudades. La oposición a Díaz provenía de tres frentes, (a) empresarios, (b) sectores sociales intermedios, (c) la naciente clase obrera industrial. La clase empresarial se opone a partir de la perdida de ventajas que se dan por el avance de las inversiones extranjeras en el país. El mercado interno comenzó a decaer por el fracaso del campesinado de ingresar en el mercado y la reducción de los salarios reales. Mientras que el algodón y el azúcar cayeron en manos del monopolio extranjero. No es de extrañar entonces que el iniciador de la Revolución (Madero) venga de sectores acomodados de la sociedad. Por su parte la vertiente clase media, tenía grandes resentimientos en contra de los usufructuadores del poder, estos grupos no tenían problema alguno en concertar sus reivindicaciones con las de las clases subalternas. De estas filas sobresalían los intelectuales que no solo representaban sus intereses sino que intentaban alcanzar un nivel nacional interpelando al resto de las clases subalternas. Uno de los sectores de mayor expresión de este sector era el cultural, 1/5

apoyados en una idea en contra de la industrialización dependiente, y exaltando las ventajas del romanticismo ruso y el populismo agrario. La expresión política de este grupo se materializa en la fundación del Partido Liberal Mexicano surgido en San Luis de Potosí, estos fueron los que proclamaron por primera vez la lucha contra la reelección del tirano Díaz. Por último el sector obrero intervino aunque de una forma muy incipiente, pues su desarrollo político era precario para esta época. Debido al desarrollo desigual de la expansión industrial los trabajadores se encontraban muy aislados. De hecho el autor destaca que este grupo no puede ser considerado como precursor de la revolución, ni mucho menos, pero sí que a la misma posibilito un mayor desarrollo del movimiento obrero. La elevación de las diferentes demandas fue elevada al plano político gracias a una persona Madero, el cual no solo impulsaba la revolución por intereses netamente económicos, sino que también porque era el único que podía servir de nexo entre las fracciones económicas disidentes y la clase media. Este movimiento se proponía principalmente dos cosas, la libertad de sufragio y la no reelección. Los errores cometidos por Díaz en el transcurso de su ultimo año en la presidencia, no hicieron más que agrandar la estrella de Madero y debilitar la suya, imposibilitándolo para que se presentara como la oposición, le cerro los caminos al único que podía ponerlo en la cumbre del poder político, la Revolución. El 5 de octubre es marcado como el día que comenzó la revolución mediante dar a conocimiento público el famoso Plan de San Luis de Potosí. Este plan consistía en un programa de abierta ruptura con el profirismo. Contenía también párrafos donde se denunciaba las expropiaciones de tierra a campesinos e indios, lo cual lograba convocar en sus filas al levantamiento armado de campesinos, punto indispensable para el triunfo de la revolución. Esto significa nada más y nada menos que la incorporación de las masas agrarias a la revolución. A partir de ahí la Revolución tomara una matriz diferente, pues ahora se incluía el problema de la tierra, lo cual supone el establecimiento de un orden social distinto. El movimiento agrario alcanzaría en Morelos una fuerza extraordinaria. Lo que caracteriza esta zona con el respecto al resto de México, es que la cantidad de población sin acceso a la tierra era mucho más grande, la mayoría de la población trabajaba como peón en las haciendas azucareras, el empleo era estacionario, razón por la cual los trabajadores no Vivian en las haciendas sino mas bien en aldeas comunales. A pesar de la expropiación de tierras y del despojo de las costumbres de carácter comunal la identificación con la producción colectiva seguía existiendo en el inconsciente de estos campesinos. Una de las instituciones con mayor vigencia era la de los consejos de ancianos, fueron justamente estos los que tras su renuncia nombraron a Emiliano Zapata como el líder del movimiento que iba a pelear por las reivindicaciones más antiguas del campesino, la devolución de las tierras. En el Norte en cambio la revolución adquirirá características muy diferentes. En primera instancia había una extrema heterogeneidad social en el movimiento, estaba no estaba concentrada en pueblos, sino que vivía dispersa en las Haciendas. Por ende las principales reivindicaciones no eran las tierras, sino mas bien la obtención de espacio y mejores condiciones de trabajo. El desarrollo urbano determino la aparición de una pequeña burguesía comercial y de sectores medios profesionales, razón por la cual no tendría un carácter puramente agrario, su radicalismo político, antinorteamericano y anticlerical serán sus rasgos más sobresalientes. La adhesión y el reclutamiento estarán vinculados a la paga o el clientelismo. Los ejércitos del norte eran entonces más móviles y con un menor grado de arraigo a la imagen de un líder, fue justamente Pancho Villa el que logro mantener la cohesión de dicho ejército. Además el Norte tenía una ventaja estratégica y esta era la proximidad con Estados Unidos, y su abastecimiento bélico. En materia agraria Villa no era tan radical como Zapata. La gran amplitud que encierra Madero en la Revolución de 1910, es a corto plazo la razón de su derrumbe, pues fue muy difícil una vez en el gobierno poder conciliar todas estas partes. En el movimiento estaban incluidos los libres del 2/5

Sur (Zapata), el ejercito del Norte (Villa), anti porfiristas, indios yaquis, estudiantes y disidentes que ponían en duda la capacidad del ya viejo Porfirio. La primera grieta se da justamente en el que se suponía era el enclave más fuerte del régimen, el ejercito. Una vez derrocado Díaz, el triunfante Madero asume el interinato, sin saber que ya se estaban gestando el movimiento antirrevolucionario en su contra. El interinato es asumido por León de la Barra, el cual mostro un celo extraordinario para el desarme inmediato de las tropas revolucionarias, lo cual no era difícil para las tropas de Madero, pero sí de Pancho Villa, Orozco y mucho mas Zapata. El interinato fue la antesala de un futuro muy negro, a pesar del triunfo de la fórmula presidencial, Madero-José María Pino, ya se estaban tejiendo las conspiraciones que pondrían en jaque al gobierno Maderista. El principal error de Madero fue haber dejado intacto el reducto de Díaz, el ejército. Con su vacilación Madero solo lograba que los jefes revolucionarios que alguna vez lo apoyaron comenzaran a abandonarlo. Mucho más cuando las reivindicaciones agrarias por las cuales habían peleado se hacían esperar, esto hizo que los zapatistas continuaran la obra que habían empezado de forma independiente. El apoyo de Madero, al gobernador Figueroa en Morelos (enemigo de Zapata) no hizo más que acelerar la ruptura. La expresión política de ello fue el Plan de Ayala. El movimiento de Zapata y de Orozco, fueron los que mejor soportaron los actos de represión por parte del Gobierno de Madero (su principal militar era Huerta), pero el otorgamiento de Madero de mayor confianza para los fueros militares era como cavar su propia tumba, quedaba cada vez más a merced de los sectores contrarrevolucionarios. Es así como los antiguos porfiristas comenzaron a reagruparse y elaborar una estrategia que culminara con el derrocamiento de Madero. Apoyados por el presidente de Estados Unidos, en la embajada yanqui se reunían los enemigos más férreos del modernismo, entre ellos Huerta, un personaje que día a día, le juraba lealtad. En poco tiempo, Huertas obliga a Madero a renunciar y días después lo asesina. Huerta llegaba al poder en nombre de una contrarrevolución que chorreaba sangre por todos lados, para colmo la crisis económica que amenazaba con explotar en el gobierno de Madero lo hizo en el de Huertas. Para colmo, no tuvo la suerte de contar con el apoyo de Estados Unidos, pues la elección del Presidente Woodrow Wilson, hizo que su dictadura sea vista como una piedra en los zapatos de un Estados Unidos, que planeaba cambiar su intervención en todo Latinoamérica, Wilson tomaría la lucha contra Huerta como algo personal. Frente a esta situación Huerta sabía muy bien que tenía que tejer nuevas alianzas, encontró entonces en la cuestión agraria como el lugar donde podría generar mayor consenso, pero el problema era como dar reivindicaciones a estos sectores sin ganar el recelo de los sectores latifundistas que lo apoyaban. Finalmente eligió tomar a los distintos caudillos agrarios por separado, logro cooptar a Orozco, pero se equivoco rotundamente con Zapata, para este último era imposible conciliar una alianza con uno de los mayores exponentes de los agentes contra los que su movimiento se levantaba. Es así que Morelos logro gracias a la increíble administración de Palafox, retomar a las estructuras antiguas de relaciones sociales. Zapata comprendió que la única estrategia posible de su movimiento era preservar su independencia, y relacionarse con los múltiples sectores antihuertistas que comenzaban a aparecer en el país. Así como Madero pudo convertirse contra Díaz en el epicentro de una Nación, en el caso de Huertas fue Carranza quien tomo la posta. Este era visto como una versión mejorada de Madero. Porque a diferencia de Zapata y Villa, este se vio capaz de coordinar los intereses contrapuestos y articularlos en función de objetivos militares y políticos precisos. La sublevación antihuertista nos parece un verdadero carrusel de rebeliones. De ahí también que cuando pasaba los periodos insurgentes, los diversos movimientos se desarticulaban entre sí, pues cada uno de ellos, en el marco de una misma revolución, perseguía objetivos distintos. Podría pensarse que bajo la ficción de una historia nacional, cada uno de ellos tenía una historia propia. Las hazañas militares para el derrocamiento de Huerta, estuvieron en manos de Zapata y Villa.

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Sumado a esto, hay que decir, que la situación internacional fue un factor decisivo para el derrocamiento del dictador, sobre todo por las pésimas relaciones entre Estados Unidos y el líder Mexicano. Estados Unidos en base a su nueva política con respecto a Latinoamérica, pretendía no solo derrocar a Huerta, sino que también garantizar un mejor gobierno. En una movida militar conjunta de Villa, Obregón y Zapata desde el Sur, se logra derrocar a Huerta. Una vez derrocado el enemigo las contradicciones se pasaron al interior de la propia revolución. La incompatibilidad entre los lideres Villa y Zapata, hizo que Carranza, realizara un plan estratégico para su aniquilación. Conociendo Carranza el carácter localista de ambos movimientos, creo oportuno dividir la guerra en dos fases, primero la destrucción de Villa y luego la de Zapata. Para derrotar a Villa, Carranza contaba con el apoyo de la mayoría de la población mexicana, y además del afecto de Estados Unidos, Álvaro Obregón, derroto a Villa y lo hizo retirarse hacia las montañas, una vez logrado esto, las armas apuntaron al Sur, nunca la crueldad alcanzaría en Morelos grados tan altos. Zapata fue asesinado por un esbirro de Carranza. CONCLUSIONES. El inicio de la revolución se lo debe buscar en las contradicciones dentro del bloque de Díaz, que se acentuaron con la irrupción del capital extranjero, que intento romper con la hegemonía de los sectores tradicionales de poder en la minería y la agricultura. Estos sumados a la clase media obligo a la oposición a buscar la forma de derrocarlo, lo cual era imposible sin el aglutinamiento de las masas indígenas y campesinas en el proceso. Con la incorporación de las masas agrarias dejaría de ser una revolución puramente política para pasar a ser principalmente agraria. El fracaso de Madero debe buscarse en el intento de mantener subordinado a la revolución social agraria dentro de los límites planteados por la revolución política urbana. La revolución no fue un proceso homogéneo ni en el espacio ni en el tiempo. Madero primero y después Carranza mostraran su incapacidad para articular desde el Estado a distintas rebeliones y por lo tanto a distintos objetivos. El intento de Huerta, fracaso rotundamente porque no existían condiciones materiales, ni políticas para su realización. De esta manera es necesario identificar dos momentos en el procesos revolucionario todo, los momentos movimentistas y los de poder, como movimiento siempre tuvo una gran capacidad pero como poder estatal solo pudo imponerse amputando sus dos alas, las del Sur y el Norte. La revolución mexicana puede ponerse en el gran catalogo de revoluciones inconclusas, pues el sistema de Díaz fue herido de muerte, al mismo tiempo que las clases latifundistas que fueron reducidas a su menor expresión económica y política. Pero sin duda los grandes vencedores de la revolución fueron algunas clases empresariales que valiéndose de las herramientas del Estado lo convirtieron en el aparato gestor de un capitalismo industrialista, extremadamente dependiente y destructivo.

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