Los Modelos de Comunicacion en La Interaccion Social
October 15, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Edmond Marc Picard ominique
L a interacción social Cultura
instituciones
y comunicación
ediciones
P I OS
B arce l o n a B ue n o s A i rres es M éx i c o
Título original: L interaction sacíale
Publicado en francés por Presses Universitaires de France París Traducción de Antonio Laje Tesouro
Cubierta de Gustavo Macri
1. edición, 1992 Quedan rigurosamente prohibidas sin la autorización escrita de los titulares de l «Copyright- bajo la s sancioQuedan nes establecidas en las leyes la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimien-
to comprendidos la reprografía reprografía y el tratamie nto informático y li dis tribución de ej emplares de de ella me diant e alquiler o prés tamo públicos.
1989 Presses Universitaires de France © de todas las ediciones en castellano Ediciones Paidós Ibérica S.A. Mariano Cubí 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidós SAICF Defensa 599 - Buenos Aires.
ISBN: 84-7509-748-0
Depósito legal: B-592/1992 Impreso en Huropes S.A.
Recaredo 2 - 08005 Barcelona Impreso en España - Printed in Spain
SUMAR I O
INTRODUCCIÓN
1 2 3
11
Una perspectiva nueva en las ciencias humanas
L a noción d e interacción social Orientaciones
12
14 16
PRIMERA PARTE
IN T E R C C IÓ N Y C O M U N I C C IÓ N
1
2
3
1 2 3 4 1 2 3 4
o s modelos d e comunic
ción
L o s modelos técnicos L o s modelos lingüísticos L o s modelos psicosociológicos
21 21 23 27
proxim ción sistémic Estructura de la interacción Dinámica d e transacciones Equilibrio y regulación Juegos y estrategias
39 41 45 48 52
Los Lo s modelos interhablantes
a
3
ción Ínter subjetiva L a fenomenología existencial L a aproximación psicoanalítica E l interaccionismo simbólico
59 59 65 69
4
L a s relaciones afines
71
1 2
a rel
34
LA I NTERACCI ÓN SOCIAL
8
SEGUNDA PARTE
S I T U C I O N E S Y C Ó D I G O S S O C I L E S 1.
l marco 1 La estructuración de dell espacio 2. La estructuración de dell tiempo
77 77 84
2. 2. La institución 1 La comunicación en la organización 2 Status y roles 3. Análisis estratégicos
3. Lo Los s rituales 1 Código y ritual 2. La situación y los actores 3. Lo que se juega 4. Reglas y principios constitutivos
91 92 95 98
.
5. La Las s estrategias 6. Tipología
105
1 05
107 109 111
114 115 TERCER
P
RTE
Á M B I T O S D E I N V E S T I G C I Ó N
1
l análisis conversacional 1 La etnografía de la comunicación 2. La pragmática lingüística 3. La aproximación interaccionista 4. Los niveles de análisis
123 124 127 132 134
2. 2. La no verbal comunicación 1 Semiótica de la interacción corporal 2 Funciones de signos corporales 3. Cuerpo y lenguaje
143 144 146 149
3. La familia 1 La Las s interacciones precoces El apego comunicativas s del bebé Las competencias comunicativa El análisis de las interacc interacciones iones precoces Intereses y límites de una visión interaccional . . .
155 155
2. La fratría
156 15 6
15 158 8 15 159 9
1 61 163
SU MA RI O
3
4
1 2 3
E l sistema fam iliar il iar L a aproximación psicosociológica de los roles . . . La aproximación sistémica La concepción «grupalista» analítica a influencia soci l Influencia y negociación Relación de influencia y percepción social Las relaciones de poder
B I B L IO G R F Í Í N D I C E D E U T O R E S Í N D I C E N L Í T IICC O
9
168 168 1 69 171
175 175 182
188
195 19 5 20 5 20 9
I NT RODUCCI ÓN
S e constata hoy, numerosos campos de las ciencias, humanas, l a emergencia de la noción d e interacción. E n psicología social, donde ha estado siempre presente de mane
n
ra más o menos explícita, tiende a convertirse en uno de los puntos
dominantes. E n sociología, donde la perspectiva macrosodcial e vista fundada en los conceptos d e sociedad, d e clase, d e estructura... h a sido preponderante hasta una época reciente, se observa una «vuelta a l actor» según u n a expresión de A. Touraine), a l o relacion a l y a una aproximación «microsocial».1 Además, a l lado de una
antropología de las culturas, se ha constituido una «antropología social» que se interesa por las la s relaciones sociales tales como se pueden observar a través de las interacciones m á s triviales y cotidianas. E n pragmática lingüística, e l «análisis conversacional», q u e tiene p o r objeto l a s interacciones d e l lenguaje, s e impone poco a poco e l lado d e l análisis d e l discurso. E n psicología genética, es más e l concepto d e «interacciones precoces», que la concepción de una evolución lineal del niño, lo que inspira, en el momento presente a investigadores. E n psicología clínica, con la difusión de las teralo loss investigadores. pias familiares, s e hace presente u n a aproximación nueva a l a enfermedad men mental, tal, como alteración alteración de la relación... Se podrían multiplicar los ejemplos q u e muestran l a actualidad de la perspectiva
interaccional. S in embargo, ésta tiene su origen en una corriente histórica, de la que hay que recordar a l menos algunos iniciadores: G . Simmel, quien, a comienzos de siglo, sienta las bases de la microsociología; G. M ead ead,, uno d e los miembros eminentes de la «Escuela d e Chicago» 1. Ilustrada p or ejemplo e n Francia por los trabajos de A. Moles, M . Crozier, M . Maffesoli...
12
LA INTERACCIÓN INTERACC IÓN SOCIAL SOCIAL
quien presenta el «Sí mismo» como u n a estructura
social resultante de las interacciones colectivas. Después, en los años cincuenta, G . Bateson, inspirador de la Escuela d e Palo Alto, h a propuesto u n a concepción nueva de la comunicación y f u n d a l a aproximación sistémica e n psicología; R . Birdwhistell h a reintroducido l a gestualidad en el lenguaje, rompiendo así con la hegemonía d e l verbo; E. T. Hall h a sentado la s bases de una antropología d e l espacio; E . G o f fm f m a n h a construido u n a especie d e gramática d e los ritos de la interacción que regulan las relaciones
sociales de la
arfi nkel, F u n d ad or de la « e tn t n o m e t o d o l o g í a » , h a vida cotidiana; H . G arfinkel,
reorientado la sociología americana hacia la observación de las prácticas sociales y sobre todo hacia las prácticas de comunicación... 2 Se ha hablado de una especie d e «colegio invisible» d e investigadores que habían tenido las mismas influencias, que tenían orienta orientaciones ciones comparables comparables que trabajaban separadamente pero que se encontraban para confrontar sus metodologías, sus investigaciones y sus resultados. Lo que les une es una manera original d e abordar l o s fen fenómeno ómenoss relaciónale relaciónales, s, lo que se ha podid o llamar «nueva c o m u n i c a c i ó n » . 3 1.
U N A PERSPECTIVA N U E V A EN LAS CIENCIAS CIENCIA S HUMANAS
La convergencia e s pues
sensible y va más allá de un simple reencuentro temático. Representa fundamentalmente una nueva orient ión epistemológica E n efecto, desde finales del siglo X I X la ciencia ha estado dominada por los principios de la termodinámica, fundada d e energía y causalidad sobre lineal. d e Después Después de lolas conceptos segunda guerra mundial, bajo la influencia la cibernética d e N. W iener 4 y de la teoría de los sistemas de L. von Bertalanffy «una epistemolo epistemología gía ddifer iferente ente tien tienee cada vez m ás adeptos. S e funda, más que sobre e l concepto d e energía, y el de causalidad lineal, sobre e l concepto d e información ...) S u s principios s o n 2. L as investigaciones evocad evocadas as aquí serán retomadas a lo largo de la obra. 3. L as expresiones de de «colegio invisible» y de de «nueva comunicación» ha n sido utilizadas por Y. Winkin en una obra q u e presenta lo s textos de los principales utilizadas investigadores 1981).
4. L aque es una de las la mecánica y laa biología se ocupa d el de los cibernética estudio disciplina nacida sistem sistemas encuentro complejosentre hombre/máquina) hombre/máqu ina) partir d e conceptos como inform aci ación, ón, comunicación y regulación.
INTRODUCCIÓN
13
d e orden cibernético, su causalidad causalidad de naturaleza circular, retroactiv a , y la i informaci nformación, ón, constitu constituyéndos yéndose e en elemento central, tiene por objeto los procesos de comunicación en el interior de los sistemas en máá s amplio de dell término» P. W atzlawick, 1981, 981, pá pág. g. 15). E s el sentido m esta orientación epistemológica, más que el simple recurso a la
noción de interacción, la que une en profundidad las diferentes corrientes de investigación que se acaban de evocar. es también metodológica. La mayor parte de los L a convergencia es investigadores que se han mencionado han seguido los pasos de la etnografía o la etología.5 A sí E . G offman lass interacoffman h a subrayado lo que sus trabajos sobre la ciones deben a los etólogos; éstos, para analizar las relaciones animales, h a n tenido q u e elaborar conceptos y procedimientos procedimient os origina origina-les: «Más importante aún, han puesto a punto un trabajo-de campo les es permitió estudiar muy de cerca l las as conductas de los animales que qu e l permitió estudiar manteniendo el control contr ol de las ide ideas as preconcebidas. Han cambiado la actitud de recortar recor tar en sus sus punt puntos os de articula articulación ción el flujo de la animal nimal aparentemente aparentement e fort fortuita. uita. B Bas astó tó con con hacer hacer resaltar al actividad a observador las las secuencias que cambiase su secuencias comportamentales para que cambiase su visión 1973, t. 2, pág. 18). S See podría mostrar u n a actitud similar e n numerosos investigad investigadores ores Bateson Bateson,, Hall, Bowlby, Scheflen...). Esta actitud metodológica conlleva ciertas características esenciales: Confiere primacía a una vía de observación y d e descripción que se apoya en diferentes formas de registro fotografía, magnetófon o , cine, vídeo...). - Privilegia un una a observación «naturalista», un trabajo d de e camp o , que se esfuerza e n aprender y analizar la s situaciones de la
cotidiana, interacciones es «reales» «auténticas» «auténticas», , y no vida l a s interaccion y laboratorio las y estudiadas en el por el insituaciones «provocadas» vestigador. S e centra en el proceso d e comunica c omunicación ción considerado com como o u n fenómeno global q u e integra muchos modos d e comportamiento l a palabra, la mímica, la mirada, los gestos, la distancia interpersonal...). - Finalmente, implica en la construcción del objeto el «abandono d e l sujeto monádico e n provecho de la interacción» Cosnier,
5 . L a etología es
estudio del de l comportamiento de las especies animales; ha propuesto numerosos modelos que se han utilizado en el estudio de las interacciones humanas Cosnier, 1978). e l
14
LA INTERACC INTERACCIÓN IÓN SOCI SOCIAL AL
1986, pág. 292). No se trata d e comprender y d e teorizar sobre e l aislado, sino de considerar a és éste te como un funcionamiento del sujeto aislado, sistema más amplio relación con los elemento de un un sistema más amplio que incluye que incluye la la relación otros y e l contexto; es este sistema el que constituye la unidad básica básica d e análisis.
son las orientaciones y metodológicas c o epistemológicas m u nEstas e s que autorizan la proximidad entre investigaciones, por otra
parte de campos diferentes, pero que han introducido la noción de interacción social en el centro de su reflexión.
2.
LA NOCIÓ NOCIÓN N DE INTERACCIÓN SOCIAL
Hasta aquí, el contenido de este concepto ha quedado implícito, pero conviene en este momento proponer una definición precisa. E l término, en su misma etimología, sugiere la idea de una acción mutua, en reciprocidad. Se encuentra esta idea, aplicada a la s relaciones humanas, humanas, en la definic ión propues propuesta ta por J. Maisonla definición neuve: «La intera interacción cción tiene lugar cuando u n a unidad d e acción producida por un sujeto A actúa como estímulo de una unidad de respuesta e n otro sujeto, B , y viceversa» (1968, pág. 51). L a expresión viceversa remite a la noción de feedback término que viene de la cibernética y que designa u n proceso circular (formado p o r bucles de retroacción) donde la respuesta de B se convierte a su vez e n u n estímulo para A. En esta definición l a interacción parece cercana a la influencia. términos pueden parecer Los dosuna sinónimos; existe sin embargo diferencia entreincluso ellos, por si se
puede hablar de influencia entre dos sujetos cuando los comportamientos y las cogniciones de uno son modificadas por la presencia acción de otro, retorno, lo o la la acción de otro, «es «es la reciprocidad, la reciprocidad, la conducta la conducta en en retorno, q u e confiere a las conductas, a la consideración del otro, su carácter de interacción» G. de Montmollin, 1977, pág. 21). E l autor precisa que percibir a una persona no es un hecho de interacción; por el contrario, «en la medida en que la percepc perc epción ión del sujeto que percibe es modificada percibe reciprocidad, hay intees modificada por por la espera la espera de una una reciprocidad, hay interacción social. Por lo mismo, el hecho de que el sujeto percibido s see sienta percibido, puede llevarle a modificar su s u apariencia, s u s actitudes, sus palabras, sus conductas, es decir, los indicadores que sirven de base a los juicios del que percibe, lo que transforma su
INTRODUCCIÓN
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percepción; se está está entonces en presenci presencia a de una interacción interac ción social social». ». Para completar co mpletar est esta a defini definición, ción, conviene añadir a la noción de feedb ck la de «co-presencia» o d e «frente a frente»; así, « e l objeto d e estudio s e deja deja identificar: s e trata de esa especie d e sucesos q u e tienen lugar en y en virtud de una presencia conjunta» E . Goffman, noción d e interac criterio permite distinguir la o 1974, pág. 7 ). Este cercanas, como las de «relación» ción, d e otras d e «vínculo», q u e n o implican necesariamente la d e copresencia una relación, u n vínculo, pueden mantenerse y proseguir a distancia) o como la designa la estructura de noción de «rapport» que que designa la estructura de relación entre posiciones sociales unidas a la estratificación social, a los status roles, identidades). S e hablará así de relación amistosa, profesional, familiar. Si la interacción implica a menudo relación, lo recíproco n o e s siempre verificable... problemática ca central para la psicoL a interacción representa una problemáti social ha hasta sta el punto que suele sue le aparecer como co-extensiva a logía social esta disciplina. Ya F. H. Allport, e n 1924, adoptaba adop taba u n a posición semejante cuando escribía: « L a psicología social tiene p o r objeto e l estudio de las relaciones reales o imaginarias entre personas en un contexto social dado, en tanto que afectan a las personas implicadas situación » Fischer, 1 1987, 987, pág. 13). M á s próximo a nosotros J . e n esta situación» noción ión una extensión más Maisonneuve afirma también dando a la noc camp o propio de la psicosociología parece esencialmenamplia): «El campo t e el de la interacción» 1973, pág. 12). Citemos todaví todavía a a Gergen 1981): « L a psicología social es una disciplina e enn donde s e estudia d e manera sistemática l a s interacciones humanas y sus fundamentos psicológicos».6 Parece pues que hay un amplio consenso para definir desde esta propio de esta disciplina. el campo perspectiva, S . Moscovici, aunque subrayando q u e «los psiS in embargo, ahora a definir su como el del cólogos sociales tienden ahora cólogos su campo como estudio de la interacción social», indica que el consenso no está desprovisto d e ambigüedades Faucheux y Moscovic Moscovici, i, 1971 971,, pág. 9 ). Est a s tienen que ver con la significación d e l calificativo «social»: s e refiere frecuentemente a l estudio de las variaciones q u e afectan a las relaciones de un individuo o u n conjunto d e individuos) y u n objeto; e l «social» e s , entonces, u n a dimensión de los objetos, lo s estímulos clasificados e n «sociales» y «no sociales» sociale s» así así s e d e los
6. Esta definición puede parecer algo restrictiva en la medida en que sólo hace referencia las la s bases psicológicas, dando la impresión d dee dejar de lado la lass bases s soociales. a
LA I INTERACC NTERACC IÓN
16
SOCI SOCIAL AL
reservará la noción de «percepción social» a la percepción de las personas clasificadas corno objetos sociales). O lo social es concebido de una manera diferencial, como una característica de los individuos socialmente diferenciados en sus modos de respuesta y en su conducta. psicología c o n «dos términos» Ego-Objeto), S . Moscovici A estasustituir propone por una a «tres términos: Ego-Alter-Objeto»;7 únicamente una psicología de este tipo merece el calificativo de social, porque está centrada directamente «en la elaboración y el funcionamiento del vínculo vínculo social y su papel fundamental tanto en el funcionamiento psíquico individual, individual , cuanto como factor de inflexión de los fenómenos sociales». E s en este sentido en el que se comprenderá aquí la noción de interacción social. No se trata de oponer las interacciones sociales a las que no lo sean, sino mostrar l la a parte de lo soci social al presen presente te en todo encuentro, incluso en los más íntimos. Porque todo encuentro interpersonal supone «interactuantes» socialmente situados y caracterizados,8 y se desarrolla en un «contexto» social que imprime su marca aportando un conjunto de códigos, de normas y de modales que vuelven posible la comunicación y aseguran su regulación. Pero no será necesario comprender esta marca como un simple efecto de determinación; se trata de una relación dialéctica. Porque si la interacción es el campo donde las las relaciones sociales se actualiz a n y se reproducen, constituye también un espacio de juego donde pueden introducirse la intervención y el cambio y donde, en cada instante, instante, se funda de nuevo el vínculo social. Este aspecto ha sido bien analizado por G. Mead Mead 1963) o por M. M Mauss auss,, quien mostraba que los grupos soci sociales ales «están formad formados os por u una na plural pl uralidad idad de con-
que e accionan y reacciona reaccionan n unas sobre otras. Es ciencias individuales qu por la presencia de estas estas accio acciones nes y reacci reacciones, ones, por est estas as interacciones , como se reconoce a las sociedades» 1969, pág. 141).
3.
ORIENT
C IO N E S
S i hemos
subrayado la convergencia entre la problemática de la interacción y la perspectiva psicosociológica, no queremos bjeto el entorno social, real o 7 . E g o y lter dsignan aquí individuos o grupos y O bjeto simbólico. 8 . El neologismo «interactuantes» designará a lo largo de la obra lo loss sujetos implicados en la interacción. la interacción.
INTRODUCCIÓN
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limitar nuestro estudio a este único punto de vista. Mostraremos cómo los aportes de otros campos como la pragmática, la etiología, la sistémica, la psicología genética, el psicoanálisis... pueden enriquecer la comprensión de la interacción social. Trataremos a ésta, pues, como u n «fenómeno social total», en el
fenómeno sentido que lo entendía M . Mauss, e s decir, u nestá en el queenla totalidad de la sociedad y ssus us instituciones está implicaimplicad a y en el que interactúan muchas dimensiones, psicológicas, sociales y culturales. la s convergencias e intentando construir Y aunque señalando las progresivamente u n a visión coherente de la interacción, n o s ocuparemos en los pasos que nos permitan señalar su identidad y especificidad. Mediante la multiplicidad de los puntos d e vista se podrá elabo-
por pasos sucesivos, una comprensión global del fenómeno estuesturar, por
diado. L o abordaremos primero como u n «proceso d e comunicación». Si esta dimensión se impone c o n evidencia, puede d a r lugar a formalizaciones y a interpretaciones diversas. S e proponen numerososs modelos. Su estudio muestra cómo se ha pasado de una concepso ción de la comunicación como proceso lineal a una concepción
sistémica que la entiende a la vez como u n a relación interactiva y como u n a totalidad dinámica. Intentaremos también ver la comunicación desde e l «interior», como relación intersubjetiva Primera
parte . - Pero la interacción no es solamente un proceso de comunica-
ción interpersonal. E s también u n fenómeno social anclado en un
marco espaciotemporal de naturaleza cultural marcado por códigos sociales. Toda ylleva rituales se inscribe en una d«institución» q u ye c o n ella modelos d deerelación comunicación, sistemas e roles, valores finalidades. Todos estos factores contribuyen fuertemente a una riri--
tualización de las relaciones sociales sociales Segunda parte). parte ). - Después d e haber analizado las diferentes dimensiones de la
interacción social, abordaremos también los principales campos de investigación donde esta noción se ha encontrado implicada y elaborada; e l análisis conversacional, la comunicación n o verbal, e l sistem a familiar, e l proceso d e influencia. Esta exploración n o s permitirá a la vez ilustrar y profundizar e n ciertos aspectos fundamentales evocados anteriorme anter iormente nte Tercera parte).
Primera parte
INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C I Ó N
L a interacción social aparece, de entrada, como un proceso de comunicación. s cierto podemos encontrar algunas algunas situaciones cierto que podemos aparente: nte: dos personas personas que e n que hay interacción sin comunicación apare n o se conocen se cruzan por un camino en el campo; cada uno
percibirá la presencia presencia del otro; esta percepción va a actuar sobre su comportamie compor tamiento nto quizás quizás esbozarán u n a sonrisa, u n gesto, u n movimiento de la cabeza...); no se intercambia ninguna palabra y sin embargo existe una forma elemental d e interacción. Pero en la mayoría de las situaciones situaciones la relación relación entre dos o más individuos individuos se traduce por una comunicación comunicación y concretamente por un intercambio d e palabras. U na pregunta se plantea entonces: ¿qué es la comunicación? L a respuesta clásica es que la comunicación es una «transferencia de
enviando información». E l modelo m á s simple esesquema, el del emisor un S in embargo, este inspirado e n dispomensaje a l receptor. sitivos técnicos como el teléfono, muestra pronto sus límites. La lingüística ha contribuido a potenciarlo subrayando que no existe comunicación sin un «código» común a l emisor y a l receptor, e s decir, sin un proceso d e codificación y descodificación. Enseña además que el lenguaje no es sólo la transmisión d e informaciones, sino también la elaboración y e l reparto d e «significaciones» en un «contexto» portador d e sentido. S in embargo, la comunicación e s también u n proceso psicológico: la recepción de un mensaje no es un registro pasivo; es una actitud activa d e escucha en la cual intervienen múltiples factores d e selección, d e inferencia...) q u e regulan la «interpretación» de d e l mensaje.
20
INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C IÓ IÓ N
técnic os, lingüísticos, Abordaremos así los diferentes «modelos» técnicos, psicológicos) que se esfuerzan e n describir y analizar los lo s mecanismos de la comunicació comun icación n capítulo capítulo 1 ) . mostrará que la comunicación no es un Este estudio mostrará la comunicación un proceso lineal entre u n emisor y u n receptor, sino u n proceso interactivo e n ocupan alternativamente una y otra posie l cual los lo lo s interlocutores ción. Por tanto, es un proceso en el cual no interviene solamente la palabra: cuando dos personas se encuentran en situación de co-presencia, la percepción que cada uno tiene del otro es también portadora de significaciones; se apoya, portadora todo, en un conjunto se apoya, sobre todo, en un conjunto de de elementos, como la apariencia física, el vestido, los lo s gestos, la mímic a , la mirada, l a postura; cada comportamiento s e convierte en un mensaje implícito y provoca u n a reacción e n retorno. Desde esta perspectiva, l a comunicación aparece como u n fenó-
meno relacional en el que los interactuantes, la situación, los comportamientos interactúan estrechamente entre ellos, formando un «sistema» circular d e acciones y reacciones, d e estímulos y respuestas.. Este tas Este sistema tiene tien e su su propia propia dinámica diná mica y sus propias propias regulaciones s in q u e ninguno de los actuantes tenga u n control completo. Inclus o , s i cada u n o interviene a partir d e motivos y posturas personales, necesariamente d e naturaleza «transaccional» y la comunicación e s necesariamente las «estrategias» que pone pon e en marcha, march a, de tipo interactivo capí-
tulo 2 ) .
Subrayar, como lo hemos hecho, que la comunicación implica Subrayar, percepciones mutuas, mecanismos de interpretación, motivaciones conscientes o inconscientes) sugiere que se trata también de un proceso «intersubjetivo». Si se la puede describir y comprender a partir de la observación d e comportamientos e intercambios verba unade parte su significación significaci escapa escapa a la observación observación y discurre a les, través las de vivencias de losóninteractuantes, de sus sentimientos íntimos, de lo imaginario que suscita la interacción con el otro y sus relaciones afectivas capítulo 3 ).
Capítulo 1 LOS MODELOS DE COMUNICACIÓN
S i se intenta describir y analizar el proceso de la comunicación se llega en un primer momento a hacer u n recuento de los diferent e s modelos que han intentado formalizarlo. L o s primeros han sido sido modelos técnicos técnico s elaborados elaborados para dar cuenta de la transmisión de las señales en los sistemas de comunica-
ción. S i n embargo embargo pronto pron to se vio que los esquemas que se inspiran e n los lo s funcionamientos mecánicos no pueden esclarecer más que parcialmente la comunicación comunic ación humana. huma na. Esta como se apoya esencialmente en el lenguaje, se ha estudiado entonces a través d e modelos lingüísticos. Pero éstos también tienen s u s límites. L a comunicación e s ciertamente una relación por medio del lenguaje, pero es al mismo tiempo relación psicosocial. E s necesario pues abordarla también de dessud en aeste ángulo. E n fin concebida al principio como una relación lineal entre una fuente y u n destinatario la comunicación se ha revelado como u n proceso interactivo perspectiva que se expresa especialmente en los modelos de interlocutores.
1.
MODELOS TÉCNICOS L O S MODELOS
1. E l modelo d e referencia es sin duda el de Shannon y Weaver
1949) q u e presenta la comunicación como la transferencia de un mensaje bajo la forma d e señal desde u n a fuente d e información y
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I N T E R A C C I Ó N Y C O M U N I C A C I Ó N
por medio de un emisor y un receptor; esta transmisión puede ser afectada por fenómen f enómenos os parasita parasitarios rios llamados «ruidos»; canal EMISOR
RE
EPTOR
derivado de la telecomunicación, ción, se ha aplicado a Este esquema, derivado de la telecomunica ha aplicado las las comunicaciones humanas en la medida en que existen también, cuando hablam hablamos os con algui alguien, en, factores que pert perturban urban la transm transmisión isión de información, algunos de naturaleza energética y otros de naturaleza informacional. Otro interés de este esquema reside en que, al subrayar los procesos de «codificación» y «descodificación» procesos que se encuentran en la comunicación a través del lenguaje), permite esclarecer las razones por las cuales una señal es raras veces idéntica cuando se recibe a como era en su emisión. Pero las limitaciones de esta analogía consisten en que el código del lenguaje no tiene las mismas características que un código código formal por el cual a un significante corresponde un único significado, signif icado, com como o por ej ejemplo emplo en el morse). 2 Casi en la misma época, Norbert Wiener inventa el término de «cibernética» 1948), que tiene una resonancia inmediata aportando a la comprensión de la comunicación una noción esencial: la de feedback traducido do a menudo p por or «r «retroacci etroacción» ón» lo Esta noción, que se ha traduci Esta que qu e tiene el riesgo de restringir su significado), designa la reacción dell receptor al mensaje emitido y su retorno hacia el emisor. Se de pueden distinguir, al menos, tres funciones diferentes del feedback R. Escarpit, 1976, 19 76, pág pág.. 50). a) Una función de «regulación», destinada a «mantener una situación en un estado estable» es el principio del termostato, que ción temper atura constante a p pesar esar de las variaciones ammantiene una temperatura bientales). En este caso, el emisor envía una señal, y el receptor le reenvía las respuestas que indic indican an los efect efectos os de este mensaje mensaj e por ejemplo, en la comunicación humana, todas las señales que expre-
LOS MODELOS DE C O M U N I C A C IIÓ Ó N
23
san que el receptor ha recibido bien el mensaje y que la emisión puede proseguir). destinada «a hacer evob Una función de «acumulación cíclica» destinada lucionar una situación en espiral » por el añadido de instrucciones dell programa de base de los mensajes reenviados en jeedback cuande do cada cada uno de ell ellos os pasa por el emisor emisor»; »; en este cas caso o el receptor reenvía al emisor sus propias señales a las cuales añade nuevos datos (es lo que pasa, por ejemplo, cuando el emisor desarrolla un razonamiento y utiliza ciertos argumentos en respuesta a las objeciones planteadas por el receptor). «acumulación ación didáctica» destinada «a reenviar c Una función de «acumul hacia la memoria de la fuente inf informaciones ormaciones su suce cesiv sivas as sob sobre re los los efectos de su sus s mensajes». Existe en este caso la constitución de un saber y almacenamiento en la memoria; lo cual permite a la fuente nuevas estrategias de comunicación qu que e integran las experi experiencias encias pasadas.
L a introducción de la noción de fe feedb edb ack en
el análisis análisis de la comunicación constituye el paso esencial de la comunicación a la interacción. Conduce a considerar que la fuente y el destinatario son de hecho «emisores-receptores» qu que e ejercen funciones diferenciadas en un proceso circular y no lineal (como en el esquema de Shannon y Weaver). Inspirados por fun funciona cionamientos mientos m mecá ecánic nicos, os, los modelos técnicos tienen la ventaja de proponer una formulación muy muy general de los procesos de comunicación. Sin embargo, no dan cuenta de la natu lenguaje verbal, lo raleza específica del lenguaje lo que justifica el recurso recurso a los modelos de tipo lingüístico.
2.
LOS MODELOS
LINGÜÍSTICOS
1. Una de las tentativas má más s fecundas para proponer un modelo
análisis de lla a comunica comunicación ción inspirado en la lingüística es el d de e de análisis Román Jakobson. Este ha subrayado que no se puede asimilar un intercambio de mensajes mensa jes a la tr transmisió ansmisión n físi física ca de la información información.. Es necesario, pues, describir describir la comunicación humana en toda la complejidad de los elementos que hace intervenir. Utiliza un modelo «com «componencia ponencial» l» con el que intenta mostrar las funciones comunicativas específicas de cada componente. Su descripción distingue seis factores esenciales: «El emisor envía un men saje al destinatario. Para ser operante, el mensaje requiere, en contexto perceptible para principio, un contexto en el que envía (...), contexto e l destinatario y que es verbal o susceptible de ser verbalizado. A A
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INTERACCIÓN Y C OMUNICACIÓN
continuación el mensaje requiere un código común, al menos en parte, a l emisor y a l destinatario. Finalmente, el e l m ensaje necesit necesitaa u n contacto, un canal físi físico co y una conexión psicológica entre el emisor ante ner la y e l destinatario, contacto que le permita establecer y m antener comunicación» (R . Jakobson, 1963, págs. 213-214, subrayado p o r contexto aquí tiene doble significado de nosotros). El concepto de «entorno de una unidad determinada» y d e «conjunto d e condiciones ensaje. sociales» a las que se refiere e l m ensaje. Un mensaje es una secuencia d e señales donde la sustancia es la información que transmite y s u forma supone u n a «codificación» y la identificación una «descodificación» (de donde se introduce el componente código) , p o r contacto, s e entiende la unión física y la conexión psicológica que existe entre destinatario y emisor. estos seis factores, Jakobson añade seis funcione s lingüísticas que expresan diferentes dimensiones de la comunicación. - La función expresiva o em otiva otiva que se refiere al emisor y que com prende la expresión afectiva de la actitud del sujeto respecto a lo q u e dice. - La f unción conativa orientada al destinatario y que devuelve la acción q ue el em isor quiere ejercer sobre él por me dio de la com unicación. - La función metalingüística que se ejerce cuando emisor y destinatario verifican que que utilizan el código en el mismo sentido. - La f unción denotativa, cognitiva o reverencial que está orientad a hacia e l contexto y del que depende e l significado d e l mensaje (cuando hace referencia a los elementos de este contexto). ensaje en la - La función poética, que se refiere a la forma del m ensaje medida en que esta forma tiene un valor expresivo en sí misma. Así se llega a l esquema siguiente: CONTEXTO
F. referencial)
EMISOR — (F. emotiva)
-----
— M ENSAJE - F. poética)
CONTACTO (F. fótica)
CÓDIGO
(F . metalingüistica)
DESTINATARIO
F. conativa)
LOS MODELOS DE COMUNICACIÓN
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Jakobson con este modelo se esfuerza en separar los aspectos dominantes de dell intercambio lingüístico dando la espalda a una visión abstracta y mecanicista de la comunicación. En su ensayo Lingüística y teoría de la comunicación en 1964, pág. 87 y sig.), prosigue, por otra parte, su reflexión denunciando a los que «postudesligado de la comunicación efectiva y) existiendo la lann un código pág. g. 95), 95) , peligro de reducir el lenguaje a una ficción escolástica» pá también se plantea el feedback y la actitud activa del destinatario en la escucha: «Existe sin lugar a dudas feedback entre entr e pa palabras labras y jerarqu arquía ía de los do dos sp proce rocesos sos se invier invierte te cuando se escucha, pero la jer pasa de dell codificador al descodificador. Estos aspectos diferentes de dell lenguaje so son n irreducibles el uno al otro, los dos son esenciales y deben verse como complementarios» pág. 94). Se podría añadir el elemento o de feedback como séptimo element dell modelo con sus funciones de regulación, acumulación cíclica y acumulación didáctica). No obstante, el modelo de Jakobson, aunque incluye las condiciones ne s sociales de la comunicación en el contexto, no les da un lugar m u y preciso. Durante mucho tiempo, los lingüistas han ignorado el problema de las relaciones sociales en el estudio de intercambios lingüísticos y Bakhtine fue un precursor aislado cuando en 1929 «objetivi smo abstract abstracto» o» de Saussure y escribía que «la recusaba el «objetivismo sustancia de constituida por un verdadera sustancia dell lenguaje no está constituida un sistema abstracto de formas lingüísticas ...) sino por el fenómeno social de la interacción verbal» 1977, pág. 136). Esta po posición sición ha sido, al contrario contrari o de la anterior anter ior,, rreivindicada eivindicada por la corriente de la «etnografía de la comunicación», de la que ju nto co D Hymes fue, junto con n J.J. Gumperz, el pionero y a quien se debe una nueva formalización; el modelo «Speaking». Mientras Jakobson se centraba en las funciones lingüísticas implicadas en el intercambio, Hymes H ymes ponía en p pri rimer mer plano el concepto de situació situación n social. social.
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l modelo «Speaking» fue presentado por primera vez en un artículo en el año 1962 y fue modificado en 1972. Propone una aspectos ctos de las int inter eracacaproximación pragmática de los principales aspe lingüísticas icas des despl plazad azados os a la situación soc social ial donde do nde se sitúan. ciones lingüíst Hymes aisla ocho elementos en que cada inicial corresponde a componen la palabra «Speaking», de ahí el nombre la las s tres q que ue componen la palabra el nombre de de su modelo. - Situación setting): Componente bipolar que engloba a la vez el marco término que se aplica «al momento y el lugar donde se
desenvuelve el acto de hablar y de una forma general, a todo lo que desenvuelve le caracteriza desde un punto de vista material» y la la escena «el
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INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
marco psicológico o la forma en que un acontecimiento se encuentra culturalmente definido como u n cierto tipo d e escena»). ( D . Hymes, 1980, pág. 140.) - Participantes: Se trata no solamente del destinatario y del emisor, sino también d e todos los que participan en la escena y que influyen en su desarrollo a causa de su presencia. - Finalidades ends): Componente bipolar en el que es necesario loss «objetivos-intenciones» (lo que se de dese seaa hacer comunidistinguir lo cando) y los «objetivos-resultados» (lo que se ha logrado). - Actos acts sequences): Doble componente que expresa a la vez el contenido del mensaje (los temas abordados) y la forma d e l mensaje ( e l estilo en la expresión). - Tono keys): Este componente permite moldear el contenido o e l espíritu donde e l acto del mensaje mostrando « e l acento, forma, o se ejecuta, y corresponde en cierto modo a las modalidades de las categorías gramaticales» (pág. 142); actos idénticos con un mismo marco pueden diferir por el tono, según sea lúdico o serio, rebuscad o o negligente; u n tono que se opone a l contenido puede incluso, anularlo, como en el caso d e l sarcasmo. - Instrumentos instrumentalities): Componente bipolar que agrupa los canales y las formas de la palabra. Escoger u n canal «significa escoger u n medio d e transmisión de la palabra» (pág. 143), pero e s también indispensable determinar los los modos de utilización de los canales (ya que un canal oral, p o r ejemplo, podrá utilizarse para cantar, hablar, silbar...). Para determinar las la s formas de la palabra s e deben tener e n cuenta tres criterios: la , procedencia histórica d e l lenguaje (lo que se entiende habitualmente p o r «lengua» o «dialectos»); la presencia o ausencia d e mutua comprensión ( o «códigos»), y la especialización del uso (llamado generalmente «variedad» o «registro»). - Normas norms): Componente bipolar bipolar que comprende las normas de interacción y las normas d e interpretación. L a s normas d e interacción agrupan «los componentes particulares y las propiedades q u e están ligadas a la comunicación — l hecho de que se tenga e l derecho de interrumpir a los demás o que no se tenga, po por ejemplo-» loss mecanismos d e regulación interaccio(pág. 144), e s decir, todos lo nal de la conversación (turnos d e palabra, interrupcio interrupciones... nes... . L a s normas de interpretación «implican el e l sistema d e creencia de una soo n transmitidos comunid a d » (pág. 145) y suponen que los mensajes s y recibidos e n función de un sistema d e representaciones y hábitos
socioculturales.
- Género: «Esta palabra se aplica a
categorías como: poema,
L O S MODELOS DE COMUNICACIÓN
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mito, cuento, proverbio, adivinanza, plegaria, u n discurso solemne, conferencia, letra comercial, editorial, etc. Bajo u n cierto ángulo, analizar la la palabra palabra en los los actos actos e s analizarla analizarla en los los ejemplos ejemplos d e l género. E l concepto d e género supone que es posible identificar
características formales que son tradicionalmente reconocidas»
pág. E n 145). algunos aspectos, e l modelo de Hym Hy m es recorta el de Jakobson presentando ciertos matices en relación a él: el concepto de situación no es exactamente el de contexto; igualmente e l concepto d e tono s e puede acercar a l a función expresiva d e Jakobson o e l de participante es más extenso que la pareja emisor-destinatario. Introduce nuevos elementos como la lass fin lid des más extensas extensas q u e la función conativa) y las normas Precisa también la for form m a de dell mensaje introduciendo conceptos d e estilo, registro d e palabra, género. N o obstante, se le puede reprochar una cierta suavidad en los conceptos propuestos: casi sistemáticamente, presenta componentes q u e merecían estar separabipolares que le llevan a asociar elementos qu do s y a poner a l mismo nivel procesos procesos diferentes; difere ntes; es así en «las normas de interacción» y las «normas d e interpretación» que no introducen lo s mismos mecani mecanismos smos sociale socialess e n juego o bien «del canal» y «las modalidades de la palabra» o «el contenido» y «la forma» de l mensaje que no tienen funciones superpuestas en la comunicación. L o s modelos lingüísticos co como mo los de Jakobson y d e Hymes n o s d a n u n a comprensión, mucho mucho m á s precisa precisa que la de los los modelos técnicos, d e l proceso proceso d e comunicación, comunicación, de los elementos los elementos q u e pone e njue go, de las diferentes funciones que se encuentran implicadas. Pero aunque s e esfuerzan e n mostrar interacciones concretas, describen en cierta manera u n proceso «ideal»; e n efecto, n o permilas dificultades que se a razones la t e n explicar la mayor parte de encuentralincomunicación en la realidad y solamente s e refieren güísticas d e forma limitada; revelan a menudo causas psicosociológicas, por lo que parece necesario completar el estudio de la comunicación e n este aspecto.
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LOS MODELOS
PSICOSOCIOLÓGICOS
Para abordar l o s factores psicosociológicos de la comunicación, se puede partir d e l modelo propuesto p o r Anzieu y Martin 1971). 1. Este modelo e s susceptible, según ellos, de suplir carencias d e u n modelo «formal» «incapaz de d e advertir l a s interpretaciones erró-
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INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
neas, incomprensiones paradójicas, los más flagrantes contrasentidos, lo s conflictos dos, conflictos m m á s evidentes» (1971, pág. 133). Intenta integrar la situación situación de los que que hablan hablan y sus sus campos campos d e conciencia (porque e n la realidad «entran e n contacto, no una caja negra emisora y u n a caja negra receptor, sino sino u n hablante y u n hablado , generalmente dos o más personalidades participan en una misma ción común y debaten mediante significaciones», pág 133). situaProponen un esquema que abarca el campo de conciencia de los «que hablan» hablan» y señala señala los filtros sucesivos entre la filtros sucesivos que que se interponen se interponen entre intención del «hablante» y la recepción d e l «hablado». Este muestra también que la respuesta a los estímulos que constituye el mensaje d e l «que habla» puede tomar tomar d o s vías: vías: la de una respuesta verbal directa, o la directa, la indirecta indirecta de de una acción las d o s constituyen constituyen e e l jeedback d e l mensaje inicial): Respuesta (indirecta, por ejecución de una acción)
Respuesta directa, con los mismos medios
Este modelo incluye también tres elementos importantes que no Este modelo aparecen explícitamente explícitamente en el el esquema: a) E n principio, \apersonalidad de los p part articipantes icipantes se s e caracteriza
por «una historia personal, un sistema de motivaciones, un estado
afectivo, u n nivel intelectual y cultural, u n marco d e referencia, u n pág.. 13 135) 5).. Todos estos elementos status social y roles psicosociales» pág tienen un impacto sobre la comunicación. Definen la identidad de lo s interactuantes constituida a la vez por elementos biopsicológicos
(como la edad y e l sexo) y elemento elem entoss psicoso psicosociológ ciológicos icos relativos a grupos d e pertenencia (geográfica, profesional, ideológica...). Estos grupos
L O S MODELOS D E C O M U N I C A C IIÓÓ N
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factores identificativos sitúan a cada individuo en el interior de las relaciones instituidas por la cultura y la sociedad sociedad padre/hijo; padre/ hijo; joven/ adulto; hombre/mujer; patrón/asalariado; productor/consumidor... . Estas relaciones prescriben ciertos tipos d e comunicación y prohib e n otros. común; E n segundo la situación ya interior que «la comunicala acción en el de una siciónb ) hace posible lugar, sobre otros tuación definida» pág. 135). E n principio es un medio para hacerla evolucionar. También depende de los objetivos y de los fines que los participantes fijan informarse, convencer, rivalizar, seducir, amenazar, reconfortar, distraer... , fines que influyen en el contenido y e l estilo de la comunicación, es decir, su necesidad o rechazo, sus
características, pueden ser inducidas por la misma naturaleza de la
situación. c ) En tercer lugar, la significación ya que «los hombres no sólo comunican u n a cierta cantidad d e información sino q u e también intercambian significaciones» pág. 135). 135). Esta Estass significaciones signific aciones son el resultado, sobre todo, de símbolos que inducen a asociaciones de sentido. Las personas comunican mejor cuando se sitúan en el mismo universo simbólico y tienen lo s mismos marcos d e referencia. A l mismo tiempo, este universo simbólico y e l sistema d e valores propio a cada uno, desempeña un rol de «filtro» que conllev conllevaa u n a recepción selectiva de la comunicación) y ejerce u n efecto inconsp or la resonancia simbólica despertaciente d e «halo» «constituido por d a en el espíritu d e l interlocutor por la significación de lo que emite o recibe» y que desencadena u n a cadena asociativa) pág. 136). Es necesario añadir que la significación conduce también a
las
por una colectirepresentaciones sociales menos compartidas y a las que vidad debido a ello, fa cilitan cili más tan lao comunicación) ideologías las la s organizan. B . Rimé se se une a este punto d e vista cuando sostiene é l también q u e l a comunicación frecuentemente n o transmite significaciones q u e añade a cada significado u n universo d dee abstractas y neutras sino qu representaciones q u e mueven, atraen, calman, paralizan y suscitan e n él un conjunto d e actitudes S i estas significaciones están unidas por un lado a representacion e s sociales también están ancladas en la experiencia corporal y emo cional del sujeto «así, lo que trata el que habla cuando evoca s suu referente en la comunicación no es ni mucho menos la s formas o conceptuales, como se ha considerado generalmente, simbólicas sino las representaciones generales que comportan además de estos
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INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C IIÓ ÓN
aspectos aspec tos simbólicos simbólicos y conceptuales, conceptua les, importantes importante s elementos interoceptivos, posturales y motores, rasgos de las motivaciones, actitudes y estados emocionales experimentados por este sujeto a través de las 1984, pág. 435). experiencias d e l referente») ( B . Rimé, 1984, no habíamos tenido en cuenta hasta Esto subraya el hecho que no momento) momento) de que la la comunicación comunicación no no es solamente es solamente verbal sino este q u e también implica mímica, movimientos, actitudes postu gestos, rales; aspectos que se han definido habitualmente por la expresión d e «comunicación n o verbal». L o s lingüistas h a n minusvalorado generalmente estas manifestaciones y han sido sobre todo los lo s psicólogos quienes las han estudiado d e forma sistemática.
2 . E l lengu je d e l cuerpo aparece entonces como u n a dimensión fundamental de la interacción. L o s especialistas e n - esta esta materia como Birdwhistell (1970) y Argyle (1975) han sostenido que la parte
m á s importante de la comunicación no pasaba por las palabras. Sin embargo, la expresión corporal ¿constituye u n lenguaje a l mismo algun os gestos gestos como mover la mano para nivel que la lengua? S i algunos decir adiós) pueden actuar como signos, otros no responden a una intención comunicativa y n o transmiten informació in formación n sino sino q u e transmiten impresiones sobre e l estado emocional y afectivo d e l locutor. Varias experiencias muestran que la gesticulación que se utiliza hablando no se inscribe en la lógica del código tal como se expresa en la lengua (Rimé, 1984). L a Escuela d e Palo Alto h a diferenciado por su parte d o s formas d e lenguaje: u n a digit l ( la lengua fundada sobre signos arbitrarios) y u n a analógica (la ( la expresión corporal fundada sobre signos «m oti otivavados» (Watzlawick y otros, 1972). S in embargo, esta distinción parece insuficiente n o verbal. para dar cuenta de la complejidad de la comunicación L o q u e importa e n efecto en el análisis d e l proceso d e interacción, no es tanto e l origen de los signos como la función desarrollada e n razón de su naturaleza. Y ya que se demuestra q u e ciertas funcion e s pueden s e r aseguradas a la vez por signos verbales y no n o verbales, s e puede pensar q u e esta distinción es sin duda insuficiente. Vale la pena partir de la base de la existencia de una «multicanalización» d e comunicación humana. Este concepto significa «en una interacción cara a cara, cara, por ejemplo, que cada interactuante emite y recibe) un enunciado total, heterogéneo, resultante de la combinación generalmente sinérgica d e varios elementos: unos bucoacústicos
reconocidos como los más antiguos, constituyen la parte
verbal d e l enunciado ( la verbalidad estudiada por los lingüistas) y verbal
LOS MODELOS DE COMUNICACIÓN
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s u parte vocal, entonaciones, timbre, altura, intensidad, acentos, ritmo ...)• Otros visuales surgidos de varios códigos que son o bien artificios, icios, adornos) o bien, cinéticos lentos estáticos morfotipos, artif risas, posturas, muecas) o bien cinéticos rápidos mímicas faciales, gestos) ...)• Finalmente se pueden citar lo los s canales olfativos táctiles
y 5). . sus significantes y Cosnier Brossard, 1984, , pág. 5) y térmicos...» naturaleza de L o q qu ue diferencia la las s señales es la naturaleza la1984
la lass relaciones más o menos «motivadas» qu que e mantienen con sus significados. E s el fundamento de la categorización que ha establecido
J. Piaget 1970) según tres tipos: Los índices lo los s símbolos y los
signos.
En el el índice índice el significante no está diferenciado d del el significado a parte del hecho de que el significante tiene una función señalizadora): constituye «una parte, un aspecto o un resultado causal de este enrojecer, ecer, significado». Los índices so son n esencialmente corporales enroj porr ejemplo, es el resultado de confusión o vergüenza) po vergüenza),, pero pueden
ser tambié ser también n verbales como las interjecciones que se lanzan para traducir su nerviosismo, su cólera o alegría). El índice no se emite voluntariamente en términos generales. E n el el símbolo lo los s significantes están diferenciados de los significados pero todavía «motivados por una similitud o analogía con sus significados». 1 Sup Supone one una elaboración de expresión, el recurso a un un código; es un acto concebido para comunicar. A veces está formado porr la repetición mímica y voluntaria de un índice por ejemplo, po cuando se gesticula para rechazar alguna cosa con expresión de disgusto); o bien es simplemente metafórico como cuando se golpea con co n el dedo sobre un una a mesa para convencer a alguien, como si se quisiese meterle un mensaje en la cabeza). Estas señales son, también, sobre todo, corporales; pero un comportamiento puede tomar un valor simbólico como ofrecer flores para expresar su amor). E l signo tiene un carácter puramente convencional. Recordamos que qu e en la definición de Saussure sobre el signo, el lazo que une el significante con el significado es arbitrario. El lenguaje representa la fuente esencial de los signos en la comunicación, aunque la expresión no verbal también puede cont contenerl enerlos os son todos los gest gestos os manos anos o un de dedo do levant levantado ado convencionales, como el apretón de m la palabra). para pedir pedir la L a comunicación utiliza el el conjunto de estos signos, qu que e pueden
1. Si los indicios funcionan según el m odelo de la metonim ia; los símbo símbo los actúan bajo el modelo de la la metáfora.
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INTERACCIÓN Y C O M U N I C C I Ó N
intervenir sucesiva o simultáneamente. Este conjunto dinámico lo utiliza e l interlocutor; frente a é l reacciona y responde e n función d e s u s propios códigos y sus propios mecanismos interpretativos. V e mos que este
análisis no estaría completo sin que nos preguntásemos si estos signos so n intencionales o no y si son conscientes o no. Dicho d lo e otra sin que nos ohagamos l a al de enseñal qué forma, pregunta medida que emite es voluntario se escapa emisor. Cada verbal o no) no tiene significado por sí misma y n o tiene sentido
más que en su relación con los otros signos que la preceden, la acompañan o la siguen por ejemplo, levantarse tendie tendiendo ndo la mano
de e s señal d e apertura comunicativa a l principio de una secuencia y de clausura en los otros casos . Se le llama generalmente por el término d e co-texto este entorno verbal o mimogestual de un signo o de una secuencia. P o r esto R . Gh iglione iglione propone e l concepto -de sistema d e
sistema global en el cual los interactuantes utilizan, a la vez, palabras, ent entonacione onaciones, s, gesto gestos, s, posturas, comportamientos, mímicas para construir e l sentido. L o s significados elaborados y transmitidos resultan « d e interacciones entre diferentes sistemas d e signos —estructuralmente —estructuralmente compatibles— unidos entre ellos» 1986, pág. 172). P o r otra parte, las diferentes señales asumen diversas funciones en la comunicación: función expresiva, conativa, referenci refe rencial al según Jakobson); también d e puntuación y regulación de la interacción, como lo veremos más adelante. Esto es lo que hace tan compleja la secuencia real de comunicación y hace necesaria la utilización de un aparato conceptual y modelos teóricos de análisis, para dar cuenta de ella. comunicación
3 . La perspectiva
psicosociológica ha contribuido a enriquecer nuestra comprensión de la comunicación en muchas direcciones. a ) En principio
ensanchando su campo que no sólo está limitado a los intercambios verbales. Se llega a una concepción de una «comunicación total», verbal y n o verbal, digital y analógica, implicando varios subsistemas l a lengua, l a voz, l laa mirada, l a mimogestualidad, las posturas, los movimientos...). Todo comportamiento puede tener u n valor comunicativo en una situación d e interacción callarse puede ser también una forma de comunicarse). b Después, e l acento s e desplazó de la transmisión d e información a la elaboración y a l reparto d e significados. Comunicar e s convocar y organizar un conjunto de representaciones y esforzarse en transmitirlas. En este sentido, el lenguaje no aparece como un
LOS MODELOS DE C OM UNI C AC IIÓN ÓN
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simple medio de transporte de información sino como un una a dimensión esencial de la cultura donde se inscriben la mayor parte de los valores y de las represe representac ntaciones iones soc sociales iales que rundan el intercambio y la las s prácticas colectivas.2 c) La comunicación se ha revelado no solamente como un una a
relación entre un emisor y un receptor sino fundamentalmente como «el estab establecimi lecimiento ento de una forma de relación psicosocial entre 1984,, pág. 420) 420).. Po dos personas» Rimé, 1984 Porr relación psicosocial hay hay que qu e entender una relación determinada por la identidad social de los interactuantes interactuante s su edad, sexo, rol, status , es decir, un cierto lugar en la estructura y llaa jerarquía social...) y por la posición respectiva y eell tipo de relación que une estas identidades unas con otras.3 d En fin, la aproximación psicosociológica permite precisar el que e tiene, como se ha visto, al menos do dos s concepto de contexto qu sentidos y designa, a la vez, llos os hechos del lenguaje y los hechos sosociales. sentido, el contexto es un semiótico que En el el primer sentido, el contexto un entorno semiótico que puede ser el entorno lingüístico inmediato de un signo, un enunciad o , un mensaje lo hemos designado como co-texto). Puede ser también, más ampliamente, el universo de significaciones, discursos y representaciones a que se refiere un mensaje se le llama intertexto .* En el segundo sentido, se hablará de situación, designando este término el marco y las circunstancias en las que se desenvuelve una interacción. Se trata sin embargo de un concepto muy amplio en el que qu e parece oportuno disti distinguir nguir vario varios s nivele niveles: s: - En principio, el marco donde se sitúa el encuentro; es a la vez, el entorno físico, el lugar donde sucede y la temporalidad en la que se inscribe. Como se verá, el marco no es un simple entorno neutro,
2 . Para dar un ejemplo elemental, ciertas terminologías en francés que designan
roles no tienen dos géneros por lo que se habla de u n ministro, u n profesor y u n a empleada de hogar. 3 . Varias experiencias muestran, por ejemplo, que cuando existe una relación jerárquica entre interactuantes, esta relación influye sobre la calidad calidad de la com unic aloss alumnos d e bajo ción y a m enudo, enud o, en sentido negativo. Así, en una experiencia, lo nivel instruidos po p o r tutores d e nivel bajo comprenden y realizan m u y bien la tarea q u e les le s com unicaron, unicaron, lo que no pasaba cuando estaban instruidos p o r tutores d dee alto nivel Rimé, 1984 pág. 420). 4 . Este término indica el hecho de que todo enunciado, todo discurso, es la recepción, interpretación o transformación d e otros discursos anteriores a los que remite su significación y que el lenguaje es, remite es , pues, autorreferencial.
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INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C IIÓ ÓN
sino u n a estructura marcada por la cultura q u e influye en el proceso d e comunicación.
- Después, la escen donde juegan los interactuantes, este concepto incluye la relación que les une, e l «escenario» d e l encuentro, la dinámica que lo impulsa los motivos que reúnen a los protagonis intenciones, tas, s u sla la idea quedesarrollan...). se hacen los lo s unos de los otros, comunicativas las s estrategias esperas, que
- Hay también, e ell contexto institucion l que determina el rol y status de los interactuantes, las relaciones que se instauran entre obligaciones nes estrucellos, la lass normas q u e ordenan s u s relaciones, las la s obligacio turales que pesan sobre ellos. - Existen finalmente los ritu les propios de cada cultura, que proponen un proponen convencional de reglas reglas que rigen las interacun sistema convencional de las interacciones sociales s e designa corrientemente como los-usos; la lass costumbres, la cortesía). tumbres, Todos estos elementos, constitutivos constitutivos d dee l contexto, influyen según modalidades y diferentes grados en la comunicación. Sobredetermin a n lo s significados que son intercambiados entre lo s interactuantes. M á s profundamente, estructuran e l proceso d e comunicación y les otorgan sus características específicas que dependen estrechamente de las que definen la situación. 4.
LOS MODELOS INTERLOCUTIVOS
L a evolución entre lo loss modelos que se han presentado lleva progresivamente a destacar la dimensión interactiva y convencional de la comunicación. Este punto pun to de d e vis vista ta encuentra encuen tra su más clara expresión e enn la lass aproximaciones qu q u e introducen e l concepto d e interlocución en el Estas aproximaciones sitúan en el encuentro centro lade lingüística su reflexión. sesocial. entre pragmática y la psicología
1 . Proponen la hipótesis de «un hecho rel cion l irreductible» irreductible» según la expresión de F. Jacques 1986, pág. 115) señalando que la comunicación es la primera forma d e reconocimiento entre lo s hombres y e l campo donde s e funda la intersubjetividad antes d e toda apropiación personal. E n la palabra «intercambio» s e expresa u n principio d e reciprocilass relaciones humanas. Para él, los interlocutores interlocutores d ad q u e sostiene la están atrapados en una actividad d e cooperación verbal donde s o n inseparables; no se trata de una actividad común sino de una activi enunciado d e cada uno se apoya sobre e l denunciado a d conjunta ya que enunciado Jacques muestra, p o r ejemplo, que «la refe d e l otro. F .el
L O S MODELOS DE COM UNICACIÓN
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rencia al mundo no podrá ser adquirida más que en el espacio lógico d e la interlocución». Afirmando la irreductibilidad de la reciprocidad rel relacional, acional, anun c ia la la imposibilidad dee pensarla sus compone ntes; hace imposibilidad d pensarla a partir de sus compone hace d e loss conla interlocución e l concepto «primitivo» del que se derivan lo ceptos de «locutor» o «hablante» que se habla» considerados asociados como en y el«al conflicto— e l acuerdo a la producción de u n solo discurso). disposititivo vo enun ciativ o: el «Yo» S u identidad se suscita por y en el disposi j é no se descubre a é l mismo más que en la «alocución» a «Tú»; e s e n la palabra intercambiada donde el sujeto se reconoce por la relación con los otros. L a interlocución aparece aparece a s í como como e l proceso fundam ental donde loss significados se fundan, a la vez, la identidad de los interlocutores, lo q u e comparten y la comunicación. « L a palabra —escribe a ú n F . Jacques- no consiste en un juego de significaciones dadas. Es necesario continuar pensando en ella en la dirección de una responsabilidad intersubjetiv a ...). ...). Hasta el pu nto nt o de que no es exagerad exageradoo afirmar que no exi exist stee significac ión, refe ren cial incluso, más que por u n movimiento reglado q u e atraviesa todo significado dado» 1979, pág. 388). —
n
2 . Estas posiciones han inspirado una reformulación parcial de
los lo s modelos psicosociológicos de la comunicación.5 Se expresa a través d e l concepto d e contrato d e comunicación q u e significa q u e cuando lo s interlocutores entablan cuando entablan u n intercambio, están están d e acuerd o implícitamente sobre los principios y las reglas que constituyen dicho intercambio.
es co-construir una número realidad d econ la ayuda siste d e signos, aceptando u n cierto principios q ude e permim a s«Comunicar
te tenn el intercambio y un cierto número d e reglas que lo rigen-».
R . Ghiglione, 1986, pág. 102). los siguientes: L os principios invocados aquí aquí son los
El principio de pertenencia que permite a los individuos reconocerse como interlocutores potenciales en consideración a su competencia lingüística, discursiva, comunicativa...). principio d e contraactualización q u e marca marca e l paso paso de una b E l principio a
5. Véanse lo loss estudios de R. Ghiglione 1986), A . T rognon rognon 1981). C . Chabrol 1985)...
INTERACCIÓN Y C O M U N IC A C IÓ N
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situación potencialmente comunicativa a una comunicación real y
efectiva. c ) E l principio d e reciprocidad y a evocado) q u e marca e l reconocimiento del otro como interlocutor efectivo. E l principio d e influencia q u e remite a l hecho de que todo intercambio es portador de uncompitiendo quesucada «juego» en elcon interlocutor comunicativo busca asegurarse el dominio pareja. E n cuanto a las reglas, son a la vez discursivas (las reglas que presiden la construcción d e l discurso y e l intercambio) y situacionale less (las que se derivan d e l status, roles y rituales socioculturales). 3 . Esta perspectiva lleva a definir e l concepto d e interlocutor y a
concebir la comunicación como un encuentro dialéctico entre dos procesos: un proceso de expresión donde un «Yo /e)-enunciador» se dirige a un «Tú-destinatario» y un proceso un proceso de de interpretación donde u n «Tú-interpretante» s e construye u n a imagen del «Yo /e)-enuncia A sí llaa comunidor» (según la terminología de P. Charaudeau, 1983). A cación entre dos interlocutores aparece de hecho como un intercambio entre cuatro personajes. D e l lado d e l «Yo» j e) hay «el sujeto comunicante», el que actúa y s e expresa; pero existe también el «Yo /e)-enunciador» que se presenta con su senta («Yo os digo estoy de acuersu propia palabra («Yo os digo que yo no no estoy de acuer s u s intenciones; visto d e l lado d e l «Tú», represendo») y que expresa su ta la imagen construida de lo que es la intencionalidad del «Yo (/e)-comunicante», realizado en el acto de expresión. D e l lado del Tú, existe e l «Tú-destinatario» que es el interlocutor como destinatario adecuado «fabricado por el Yo jye) por a ssuu acto d e enunciación» el que el «Yo» ideal, [je] piensa que intención con la palabra es transparente como lo es para él mismo.) Pero está también el «Tú-int «T ú-interpre erpretante tante» » que es un ser activo independiente de la imagen construida por el «Yo» [je] que se sitúa la interpretación en relación relación a ella, confirmándola o confirmándola o rechazándola); rechazándola); la que se hace del «Yo /e)-enunciador» y de sus intenciones n o corresponde necesariamente con las del «Yo» je) (Charaudeau, 1983,
págs. 39-42).
Este desdoblamiento d e l «Yo» j e) d e l «Tú» ayuda a comprender ciertas dificultades en la comunicación que tienden a la separación entre la intención d e l anunciador y la interpretación d e l destinataenuncia nte y e l sujeto t rio, entre e l sujeto enunciante taa l como s e introduce en su propio discurso, entre e l interlocutor imaginado y e l real.
LOS MODELOS DE COMUNICACIÓN
37
interlocución une comunicantes, a la vez, L a interlocución une a los sujetos los sujetos comunicantes, la vez, por un contr to que marca su aceptación de las reglas d e l juego comunicativo) y por estr tegi s que son la expresión d el «juego» y de los efectos q u e cada u n o persigue en la comunicación). consigui consiguiente, ente, desd desde e los los modelos modelos técnicos a técnicos a los modelos los modelos interP o r locutivos hemos llegado a precisar progresivamente las relaciones entre comunicación e interacción; la perspectiva interaccional está claramente expresada e n esta reflexión d e Birdwhistell: « U n indivi comunica, sino que sino que forma parte donde d u o no no comunica, forma parte de de una una comunicación donde enn un elemento ...)• E n otras palabras, no es el autor é l s e convierte e de la comunicación sino que él participa. L a comunicación como sistema no debe ser concebida bajo el modelo elemental de la acción la reacción. E n tanto q u e sistema, debe abordarse como u n intercambio» citado por Y. Winkin, 1981, pág. 75).
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Capítulo 2 L A A P R O X IIM M A C I Ó N SISTEMICA
Plantear la comunicación desde e l punto d e vista sistémico, e s considerarla, en una amplia definición, como u n conjunto d e elementos e n interacción e n donde toda modificación de uno de ellos afecta las la s relaciones entre lo loss otros elementos. E l estudio de los modelos de comunicación nos ha mostrado cuáles pueden ser estos elementos y qué estructura lo loss organiza.
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comprender u n sistema e s también analizar s u funcionamiento. Este Este presenta presenta dos aspectos: concierne a la energía dos aspectos: el el primero concierne q u e mueve e l sistema; este concepto remite, para la comunicación, a la dinámica de los intercambios, a las fuerzas, a las motivaciones, a lo loss móviles y a las tensiones que los impulsan. E l segundo aspecto e s la circulación d e informaciones y significaciones, circulación que, lo s bucles d e retroacción feedback), asegura e l desarrollo, la p o r los regulación y el equilibrio de los procesos funcionales. serr definida como u n sistema abierto d e L a comunicación puede se interacciones; esto significa que aquello que sucede entre los Ínteractuantes no se desenvuelve nunca nunc a en un encuentro a solas solas cerrado, en u n «vacío social», sino que se inscribe siempre en un ontexto donde se ha indicado cuáles pueden ser los niveles significativos ro
inter-texto, marco, a ciertos 1 situación...). Como sistema abierto obe co-texto, dece principios.
a) El prin ipio d e totalidad implica que un sistema no es una simple suma de elementos sino que posee características propias, Estoss princi principios pios han sido desarrollados ampliamente por la Escuela de Palo 1. Esto cibern ética véas véasee Alto, a partir d e investigaciones realizadas por G. Bateson y por la cibernética Marc y Picard, 1984, cap. 1) 1)..
40
INTERACCIÓN Y C O M U NI C AC IIÓN ÓN
diferentes de las de los elementos tomados aisladamente. De esta manera un grupo no es un conglomerado de individuos sino que responde a una «dinámica» específica que no puede deducirse de los rasgos rasg os de c cada ada p part articipan icipante te.. Esto es lo que h hace ace que exist existan an procesos de grupo grupo reconoc reconocibles ibles en difere diferentes ntes s situ ituac aciones iones e in independi dependiente entes s de indi viduos uos que compone componen n uno u otro grupo particular. De la los lo s individ misma manera, la interacción no puede ser comprendida como la acción de un sujeto sobre otro sujeto la relació relación n madre-ni madre-niño ño no puede comprenderse como la influencia del comportamiento maternal sobre el niño sino como un ajuste recíproco, situado en el contexto familiar; es decir, en el conjunto de interacciones entre los
miembros de la familia). El principio d de e causalidad circular proviene de esta perspectiva el hecho, por ejemplo, de que el comportamiento de la madre no puede «explicar» por sí solo sí solo el del niño). del niño). Significa que el el comporta de cada uno forma parte de un juego complicado de implicamiento de miento ciones mutuas, de acc acciones iones y retr retroacc oacciones iones.. Se disti distinguen nguen las re re-por troacciones positivas que conducen a acentuar un proceso por ejemplo, la rivalidad que lleva a una competitividad entre la pareja); las retroacciones negativa negativas s qu que e tienden a amortiguar un proceso la escucha y la com compren prensión sión com como o respuesta de una intervención agre-
siva contribuyendo a disminuir la tensión): comprender el significa conducta es colocarlas do de un mensaje un mensaje o o de una una conducta es colocarlas en el juego el juego y, y, por
tanto, situa situarse rse de dent ntro ro d del el sistem sistema a en su con conjun junto. to. Es también privilegiar un análisis de interacciones «aquí y ahora» en una aproximación sincrónica que muestra cómo funciona el sistema) más que una secuencia que que explicaría el presente por el pasado.2 principio de regulación designa el hecho de que no existe c El El principio comunicación que no obedezca a un mínimo de reglas, normas, convencimient convenci mientos os có código digos s semiótico semióticos, s, rregl eglas as c conversacionale onversacionales, s, normas y as y rituales socioculturales...). Estas reglas tienden a estabilizar la interacción y a interacción favorecer las situaciones de equilibrio m mient ientras ras qu a favorecer la s situaciones que e otras fuerzas empujan, al contrario, a la desregulación, al cambio, a la innovación. Resumiendo, los principios de una aproximación sistémica de comunicación conducen a interrogarse:
- Sobre la estructura y el funcionamiento de la interacción.
2 . Entendiendo q u e la génesis puede aclarar e l estado actual d e l sistema.
L A A P R O X I M A C I Ó N SISTÉMICA
41
- Sobre la las s formas de equilibrio que la regulan. - Sobre la dinámica que la anima los jue juegos gos y las estrategias que supone).
1. E S TR U C T U R A D E L A IN T E R A C C IÓ N Para aclarar la estructura de la interacción, en principio, debePara m o s distinguir varios niveles d e comunicación: e l significado y e l sentido el contenido y la relación.
1 .
y Sentido
signific ción
U n mensaje transmite dos tipos de información:
lingüística explícit explícita a de los enunciados Primero, la signific ción lingüística q u e lo componen. Pero existe también la intencionalidad implícita que conlleva, es decir, la acción que el locutor busca ejercer por el mensaje los efe efect ctos os que bus busca ca en la pe persona rsona a la que h habla. abla.3 S Se e puede des designar ignar e esta sta d dimensió imensión n del mensaje por el té térm rmino ino de sentido
que
q u e remite, remite, a la vez, a la significación pero también a la dirección
Sii digo, po porr ejemplo, a una amiga amiga:: «Sabes «Sabes,, es esta ta de la enunciación). S película no ha tenido una buena críti crí tica»; ca»; la la signific significación ación explícita es negativas tivas s sobre obre es esta ta pelí película; cula; pero el sentiq u e tengo apreciaciones nega do imp implícit lícito o puede ser ser,, se según gún el contexto: «preferiría ver otra» o «no tengo ganas de ir al cine, hagamos otra cosa»...
Estos dos niveles están más o menos marcad marcados os según d do os tipos d de e comunicación.
2 .
y relación ontenido
S e une a la diferencia diferenciación ción precedente, la que se puede establecer entre el contenido y la la relación. Todo mensaje transmite, en princi inform informaciones aciones,, opinio opiniones nes,, juicios, s sentimientos, entimientos, pesperas...), i o , un contenido pero al mismo tiempo intenta instaurar más o menos
directamente una cierta relación entre los los interlocutores. Si, por ejemplo un hombre pregunta en un café a una chica solitaria que está en la mesa de al lado: «¿Tiene hora?» el contenido es evidente-
3 . E l concepto de d e intencionalidad no significa necesariamente un u n acto consciente y voluntario.
42
INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
u n a demanda d e información, pe mente un pero ro e l sentido implíci i mplícito to puede ser: « M e gustaría establecer u n a relación c o n usted»; existe, pues, u n a intención de establecer con el otro una relación de seducción. A s í pues, la proponer y negociar u n a defini l a comunicación intenta proponer ción d e rel ción entre interactuantes, transmitiendo u n contenido (que pertenece a l significado y a l sentido d e l mensaje). E l primer aspecto está, a menudo, en relación con el sentido implícito del mensaje: si una madre dice a s u hijo: «¡Qué desorden h ay e n esta habita ell sentido implícito podrá ser: « E s necesario habitación ción » , e que la ordenes», y es este te sentido rremite emite a una definición de la relación madre/hijos («como madre puedo decirte lo que debes hacer» . L as
de
de la
e enn -
dificultades comunicación provienen al sentido confusión tre estos niveles: el «hablado» puede reaccionar implícito d el mensaje, tal ta l como lo interpreta;
mientras que el e'misor enunciador se sitúa al nivel de su significado; o puede intervenir sobre la definición de la relación, mientras que el otro habla d e l contenido. Tomemos el intercambio siguiente entre u n marido y s u mujer: «Querida, ¿sabes dónde está mi reloj?» - «No tienes más que ordenar tus cosas»; se puede pensar que la mujer percibe la pregunta de su marido con el sentido implícito: «¿Qué h a s hecho con mi reloj?»; a partir de esta interp interpretaci retación, ón, ella responde según la relación: «No
s o y responsable de tus cosas, es es tu trabajo
ordenarlas»; ella rechaza, pues, por su con contestació testación, n, la defin definición ición implícita, tal como resulta de s u interpretación d e l mensaje. L a concordancia d e contenido/ relación difiere de una comunicación a la otra: «Parece que cuanto m á s espontánea y sana es una relación, m á s pasa e l aspecto relación en la comunicación a un último plano. Por el contrario, las relaciones anómalas se caracterizan por un debate incesante sobre la naturaleza de la relación, y e l contenido de la comunicación acaba p o r perder importancia» ( Watz l aw i c k y otros, 1972, pág. 50). (e s decir, e l intercambio sobre la comuniL a met comunic ción (es cación misma) es un medio para suprimir un cierto número de ambigüedades que pueden nacer de la confusi confusión ón entre los diferentes 4 a la vez, sobre niveles; re el significado, signifi cado, sob sobre re del d e l sob L a posibilidad e sentido, metacosobre e l puede aspectoversar, relacional mensaje.
municar (sobre todo, en el sentido o la relación) es un indicador importante del grado de libertad de expresión que los interlocutores deciden tener. q ue acabamos d e presentar, po po r ejemplo, metacomunicar será para 4. En el caso que el marido decir: «Tengo la impresión de que te lo has tomado como u n reproche; pero, de hecho, yo y o sólo quería saber s i habias visto m i reloj».
L A AP ROXI M ACI ÓN SISTÉMICA
3 .
43
a rel ción d e lug r
Definir la relación es, en parte, introducir u n a relación d e lugar interactuantes; ya que se expresa qué posición se entre los los interactuantes; se expresa qué posición se desea ocupar, y correlativamente q u é posición se otorga a l otro. Esta expresión e s, generalmente, implícita o sea, inconsciente); puede se r verbal o n o verbal. Tiende a fijar la identidad identid ad circunstancia circunst anciall de los interlocutores en encuent ro convocando, d e l encuentro dee alguna manera, a una de sus identidade s potenciales). Como ejemplo, tenemos a u n periodista q u e pregunta a una colega: «Mira, serías muy amable si pudieses pasarme a este responde: para observa existe ensayo o emáquina s siempre texto». las Ella mujeres». Se Se observa «Por supuesto, que que existe un un ensayo la mecanografía intento, a l menos de su parte, d e definir la relación cjomo u n a relación hombre/mujer y no de colega/colega. Como lo subraya F. Flahaut: «Cada uno accede a su identidad a partir y en el interior de un sistema d e lugares que le superan; este s e emita desde un lugar concepto implica que no hay palabra que no se correlativo; ya sea que esta palabra e invite a l interlocutor a u n lugar correlativo; presuponga únicamente que la relación de lugares está en vigor, o quee e l locutor espere e l reconocimiento de su propio lugar; o que qu
obligue a s u interlocutor a inscribirse en la relación» 1978, pág. 58). L a relación d e lugar puede estar, e n efecto, determinada roles de los interactuantes desde e l exterior por el st tus y lo lossproveedor/cliente) profesor/alumno, proveedor/cliente) o por su médico/enfermo, social al padre/hijo, hombre/mu homb re/mujer); jer); pero también desde desde el identidad soci mismo de la relación, por el subjetivo que cada uno interior mismo la relación, el lugar subjetivo que cada otro dominante/dominado, demandante/ toma e n relación con el otro consejero, seductor/seducido...). Estas dos formas de ver la relación puede, por otra parte, funcionar coherentemente; cuanto más cuanto más social socialmente estructurada y formalizada sea la situación, m á s dominará la primera; cuanto m á s informal sea el encuentro cuanto m á s aparezlass múltiple múltipless identidades q u e existen entre lo loss participantes) m á s can ca n la importancia tendrá la segunda. Cuando una persona acude a consulta tarr a u n médico, la relación es, en gran parte, preestablecida y fija. P or e l contrario, si dos desconocidos se encuentran en una fiesta, la relación e s , potencialmente, m á s abierta y móvil. L a definición d e los lo s lugares puede resultar de un consenso preestablecido, del reconocimiento de una relación socialmente estable, de un acuerdo tácito, de una negación implícita o de ser objeto de un conflicto «Por quién m e toma», «Yo no soy lo que usted cree» [...]); e n todo caso, representa u n cierto «juego» de la comunicación. Juego q u e
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I NTERACCI ÓN Y C O M U N I C A C IÓ IÓ N
remite en parte a lo que E. Goffman 1974) designa como cara concebida como la identidad, la imagen que cada uno desea dar a conocer en la interacción); ya que «perder la cara» es un riesgo que se encuentra siempre presente en un encuentro.
4 .
imetría y complementarle da dadd
L a s relaciones de
lugar son extremadamente variadas pero pueden agruparse, desde el pun punto to de vist vista a estructural, en algunas tipologías. De esta manera se opone generalmente «relación simétrica» y 5 «relación complementaria». E n la relación simétrica, los simétrica, interactuantes se sitúan como iguala relación los interactuantes se sitúan les, la similitud d de e posiciones se indica por los mensajes «en espejo»; las prerrogativas y los deberes son los mismos. Y todo comportamiento en uno acarrea un comportamiento sensiblemente idéntico atención amistosa, amistosa, el cariño, la cooperación, la en el otro el otro ya sea la la atención el cariño, la cooperación, rivalidad, la competición, la agresividad...). E n la relación complementaria, las posiciones son diferentes pero ligadas por una relación de complementariedad padre/hijo; comprador/vendedor; sacerdote/feligrés...), los comportamientos y
los m ensaj ensajes es son de diferente naturaleza; se ajustan, s sin in embargo, los unos a los otro otros s dar/recibir, preguntar/responder, ordenar/obedecer). N o obstante, esta oposición no parece sufic suficiente iente par para a dar cue cuenta nta de toda interacción. Porque si bien el concepto de simetría es sencillo, el de complementariedad aparece más complejo. Remite, en efecto, a dos ttipos ipos de relac relación, ión, según exist exista a o no una relación jerárquic jerár quica a entr entre e las dos posiciones la relación de un soldado soldado con su comandante no es del mismo tipo que la de un cliente con un comerciante. Esto nos lleva a proponer una doble distinción: por comerciante. una parte, entre la relación simétrica y asimétrica y, por otra, entre simétrica y asimétrica y, relación complementaria y complementaria y jerárquica; jerárquica; la última se diferencia de la anterior por la existencia de una posición superior y una inferior se habla de posición «alta» y posición «baja») y , p por or tanto, de una cierta relación de de poder. poder. E s verdad que la relación complementaria puede transformarse en relación jerárquica: jerárquica: la puede, sela relación comprador/vendedor puede, según gú n el estado de la oferta y de la demanda, ser complementaria o
5 . G . Bateson ha sido uno de los primeros e n establecer esta distinción e n Naven 1936.
L A A P R O X IM IM A C IÓ I Ó N SISTÉMICA
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participante e puede puede,, según el mercado, estar en jerárquica cada participant posición d e superior o inferior). Mientras que la «asimetría» y «simetría» s o n categorías autonómicas, «complementariedad» y «jerarquía» pueden ir asociadas el caso, po porr ejemplo, en las relaciones hombre/mujer, padre/hijo, maestro/alumno... donde la l a complementariedad tiende fácilmente a una relación de poder). Estos ejemplos mues muestran tran qu que e los tip tipos os de relación, aunque aunq ue tengan relativa tivament mente e estab estables, les, no son, sin embargo, estáticos; inclumarcos rela so si tienden a un cierto equilibrio es como resultado de un juego de fuerzas, acciones y reacciones, tensiones o ajustes que ya subrayó Bateson son cuand cuando o escribió: « E s necesario estudiar, den dentro tro de lo que G . Bate las lasefi ambiguo d social, D reacciose por el término de e psicología de los individuos a las reacciones de otros individuos. efiniendo niendo n es designa as asíí e l objeto d e investigación, hay que considerar la relación entre individuos como capaz d e modificarse en el tiempo, incluso s in intervención exterior, y examinar n o solamente la lass reacciones d e A al comportamiento d e B s sino ino también cómo estas estas reacciones afectan a la conducta de B y al efecto d e esta última sobre A » 1971, esta sta manera, maner a, e l principio estructural de la interacción pág. 189).6 D e e requiere completarse por un análisis de su funcionamiento y s u dinámica.
2 .
D I N Á M IC D E T R N S C C IO N E S
E n este apartado n o s apoyaremos, título d e ejemplo, en el modelo propues propuesto to por el anál análisi isis s transaccio transa ccional nal7 que tiende a tomar la comunicación en términos de transacción, es decir, de intercambio, d e acción y reacción, donde cada intervención de un locutor desempeña e l papel d e estímulo y arrastra u n a respuesta en el interlocutor.
1. S e inscribe en una perspectiva psicológica y se instala en un niño progrese, progrese, una una madre le ayuda ayuda a hacer los 6, Por ejemplo, para que su niño deberes. La reacción del niño es de contar cada día más con el sopor deberes. soporte te materno y, por por tanto, a hacer menos esfuerzo personal, lo que refuerza la necesidad necesidad de ayuda ayuda materna, etc... No obstante, en un cierto momento, el niño podrá reaccionar a la dependencia que se instaura en relación a su madre y desear más autonomía, lo que hará modificar la la relación. 7 . E l nálisis tr ns ccion l es, a la vez, un a teoría d e relaciones interpersonales interpersonales y un método terapéutico terapéutico fundado por el psiquiatra americano E. Berne en los años 1960 y que ha conocido después una amplia difusión difusió n véase véase Berne, 1975 y 1977).
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INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
esquema estructural de la o estados d e l «Yo» moi)
personalidad organizada en tres instancias Be Berne, rne, 1975).
estado ado Padres P): Proviene de la interiorización d e actituE l est parentales y de las normas soci sociales ales;; e l «Padres» «Padres» se m anifiestaa p o r d e s parentales las normas se m anifiest críticas icas,, juicio s morales o actitudes protectoras. las la s crít Está orientado hacia la apreciación b ) E l estado Adulto A ): Está objetiva de la realidad y se manifiesta p o r mensajes racionales y n o implica ningún juicio d e valor). operativos e l término Adulto no c) E l estado estado Niñ o N): Rep resenta e l rasgo de los estados del Yo moi) de la primera infancia con dos aspectos: el «niño adaptado» a la influencia parental y e l «niño natural» q u e expresa sometido espontáneamente sus su s necesidades, s u s impulsos, s u s deseos. se exteriorizan E n cada persona coexisten estos tres estados estados que se alternativamente según según las interacciones, los momentos y las la s interacciones, lo s momentos las cirel esquema estructural siguiente: cunstancias. S e representan cunstancias. representan por el a)
Cada men saje verbal o no verbal) en una comun icaci icación ón puede estar caracterizado como procedente del estado Padre, Adulto o tres estados de Niño quea de habla, y dirigido a unoque de los d e l otro. del Se trat trata un «locutor», « estímulo transaccional» se puede represenvector que va de un estado del Yo moi) d e l locutor locutor a l tar por un un vector un estado apuntado en el interlocutor). Este estímulo provoca una respuesta dirigido gido hacia en el «hablado» partiendo de un estado del Yo moi) y diri un estado del Yo del locutor . Es la «reacci «reacción ón transaccional». El conjunto estímulo/reacción forma u n a transacción, unidad d e base de la interacción. No obstante, cada reacción puede ser, a su vez, un estímulo, lo que provoca un proceso dinámico donde las transacciones se encadenan las unas con las otras. 2 . E l análisis a la luz la objetivotoda sacarinteracción naturaleza transacciones tiene constituyen de las transaccional q u e como concreta.
U n a transacción s e llama complementaria complementaria cuando la reacción paralela a l est estímulo ímulo por ejemp ejemplo, lo, P = P , «Los jóvenes de hoy día no respetan nada», «Sí, e s bien triste»; o N £5 P «¡Estoy harto d e este a)
IM A C IÓ I Ó N SISTÉMICA L A A P R O X IM
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trabajo, voy a enviarlo a paseo » - «No te enfades, voy a ayudarte». E n este caso la comunicación «pasa» y puede continuar.
b ) Una transacción se llama cruzada cuando estímulo y reacción no son son para paralelos lelos y no es el esta estado do ap apuntado untado el que responde p o r ejemplo, cuando hay: .-. ,~. «K "* "*II
/K
-©
« E s tarde, deberíamos irnos» - «Cuando me divierto siempre tienes caso so los inte interlocu rlocutores tores no están están,, como se q u e molestarme»). En este ca dice, «en la misma onda»; la comunicación puede romperse o ser
conflictiva. Pueden tener una similitud lo los s «estados del Yo» al concepto de condición de verlo en un psicológico); en el lugar (a (a condición de verlo un sentido psicológico); el caso d e una transacción complementaria, hay acuerdo sobre la relación de lugar (P, A o N). El que habla sitúa al otro en un cierto lugar y es a partir de este lugar desde donde responde; en el caso de una transacción cruzada, cruzada, hay, por el contrario, desacuerdo sobre la definición de relac relación ión ya que el otro responde desde un lugar dis distinto tinto d e l que le había colocado su pareja. Est Esto o esclarece el hecho hec ho de que primer caso caso el enganche hará fácilmente mientras que mientras que en el e n el el primer el enganche se se hará
segundo, será mucho más problemático. c) Hasta Hasta aquí, no nos s hemos situado en el plano de dell significado de los mensajes y por tanto, de transacciones simples. El esquema transacciona nall se complica si se hace intervenir igualmente el sentido implícito. Nos podemos encontrar entonces delante de lo que Berne llama u n a transacción oculta En el aspecto social, s ocial, son dos esta estados dos del Yo moi) que que interactúan; el psicológico, pueden ser otros dos interactúan; pero pero en el pueden ser otros dos estad est ado os q que ue dialogan. Por ejempl ejemplo, o, el inter intercambi cambio o siguiente: «Te aseguro que esta solución es la mejor» - «He estudiado la situación y n o estoy seguro del todo»; en el plano social se trata de una transacción entre Adultos A í ^ A ) , pero en cuanto al sentido psicológico implícito, puede ser una transacción P ±5 N: el Padre que dice: «Sé lo que es mejor para ti y debes obedecer»; el Niñ Niño o responde responde:: «Lo sé contexto exto junto ju nto mejor que tú y no pienso obedecer» (por supuesto, el cont con la continuación de la interacción pueden validar tal interpreta-
ción).
3. La puntuación de las secuencias U n intercambio concreto se produce por el encadenamiento de un número núm ero más o meno menos s grande de tra transaccio nsacciones. nes. Sin embargo, embargo,
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INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
como se ha visto, como se ha visto, según el según el punto punto de de vista vista que que se adopta, se adopta, cada mensaje puede ser percibido como un estímulo o como u una na reacción. Se llama puntu ción a la forma en la que cada interactuante recorta subjetiv subjetivaamente la cadena de intercambios en secuencias causales del tipo estímulo/reacción.8 Consideramos, por ejemplo, la relación conflictiv a entre un adolescente y su padre que se expresa a través de discusiones perpetuas y repetitivas; el padre «puntúa» sus intercambios viendo en sus intervenciones una reacción a la actitud de su hijo «Estoy obligado constantemente a controlar lo que hace, ya que no tiene percibe, en cuanto a sentido de la responsabilidad»). El adolescente El adolescente percibe, en cuanto é l, su actitud de huida provocada provocada por el control puntilloso de su padre su actitud de huida el control puntilloso de su padre mí y si no tendría escuchase ninguna de liber tras desobre «Está siempre El desacuerdo la lo forma de puntuar la secuencia los tad»).
intercambios es causa de múltiples incomprensiones y numerosos conflictos racionales. Provienen de Provienen de la dificultad tiene cada interla dificultad q que ue tiene locutor de tener en cuenta el conjunto de la interacción y de de situarse dentro del sistema. Sin embargo, por subjetiva que sea, la puntuación e s un elemento comprender una relación. Así pues, un elemento importante para comprender una relación. Así pues, « la cuestión no es saber si la puntuación de la secuencia de la comunicación es, en el conjunto, buena o mala. Es, en efecto, una evidencia indiscutible que la puntuación estructur los hechos del
comportamiento y que es esencial para la continuación de la interacción» W atzl atzlawick awick y otros, 1972, pág. 53). Otro factor que que estructura subjetivamente la interacción es el existe o no) de equilibrio en la relación entre entre los insentimiento que existe o sentimiento la relación interlocutores.
3.
EQUILIBR IO Y R E G U L
C IÓ N
E l equili rio aparece intuitivamente como una exigencia funda-
mental de la relación. Esto se observa en el hecho de que la mayoría la gente considera satisfactoria una relación equilibr d e insatisde la de factoria una relación que no lo es.
1. Ciertas investigaciones investigac iones experimentales experimental es han intentado dar una formulación más rigurosa a este principio y se han propuesto verificar su alcance. 8. El concepto d dee puntuación que fue aportado por la aproximación sistémica no aparece en el análisis transaccional.
L
P R O X I M C I Ó N SISTÉMICA
49
L o s primeros trabajos e n este sentido fueron los de F. Heider 1958, 1971). Distingue d doo s dimensiones en la relación: « la actitud» amar, apreciar, estimar y sus contrarios...) y la «unión» similitud, proximidad, asociación, posesión y sus opuestos). Existe equilibrio equilibri o s sii la lass actitude actitudess hacia una persona u objeto) objeto) tienen tiene n la misma orientaorientación por ejemplo, cuando se ama a la persona que se admira y s e admira a la persona que se ama). Igualmente existe equilibrio si la relación d e unión enlaza a los sujetos q u e tienen la s mismas actitud es o a l contrario, mantienen alejados a los sujetos c o n actitudes diferentes ejemplos: Juan y María s e quieren y están casados; Juan n o quiere a Jaim Jaime, e, quien quie n lo menosprecia y lo l o intenta mantener a dis-
tancia). Este modelo puede generalizarse en las relaciones entre tres términos como la lass relaciones de dos personas y u n objeto- exterior. En este caso existe equilibrio s i todas las la s relaciones s o n positivas le s gusta e l cine) o si dos ejemplo: Juan y María s e quieren y además les de entre ellas so s o n negativas y la tercera terce ra positiva Juan y María que se quieren y sienten la misma aversión por la política; o incluso Juan menosprecia a Jaime, quien apoya a un candidato de derechas a quien é l combate). L a hipótesis d e Heider es e s que, cuando existe desequilibrio en una
configuración relacional, la s fuerzas tienden a restablecer e l equilibrio; tenderán hacia u n a modificación, ya y a sea en cuanto a las actitudes, ya sea referente a las relaciones d e unión si yo amo a alguien q u e n o comparte m i ideología política, puedo intentar hacerlo cambiar hacia m i s posiciones; puedo tomar s u punto d e vista, y renunciar al renunc iar a esa persona y n o amarla más; a l mío; puedo también renunciar o bien, puedo considerar que los sentimientos y la política pertenec e n a dos campos tan diferentes que sería inútil intentar unirlos). T . Newcomb propuso u n a formulación m á s amplia d e l equilibrio de Heider bajo la form a siguiente: cuando d o s individuos A y B) están en relación y s e sitúan c o n respecto a u n objeto X), cuanto m á s poderosas son las fuerzas hacia la convergencia d e A hacia B y X , m á s grande será la tendencia para A a la simetría con B a
de X aen y la Ucomunicación propósito mayoresta manera entrepropoellos puede conducir reforzar simetría. n corolario d e esta sición es que cuanto menos afinidades exi exist sten en entre A y B, la tendensimetría se limita más a donde es necesaria la c ia a la la simetría se limita a objetos donde es necesaria su asociación por ejemplo, cuando la atracción convergencia para su entre dos esposos disminuye, podrán reducir su orientación simétri a los puntos necesarios para su vida cotidiana). ca a ca A sí pues, e l modelo d e Newcomb no s lleva a demostrar que en la
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INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
interacción existe una implicación mutua entre la atracción de los participantes, s u grado d e comunicación y s u convergencia simétrica en relación a los lo s objetos sobre los que comunican. L o s modelos d e Heider y N e w c o m b h a n sido validados ampliam e n t e por experiencias experienc ias empíricas las situaciones de equilibrio son tan sentidas
como satisfactorias o algun algunas as veces indife indiferentes rentes,, mientras que las situaciones d e desequilibrio son tan sentidas Noo obstante, l a como desagradables o algunas veces veces indiferentes) indife rentes).. N l o realidad psicológica n o sigue siempre rigurosamente e l modelo, lo q u e indica l a complejidad de los mecanismos relaciónales y los límites d e todo modelo abstracto. Como l o subraya e l mismo odass l a s comunicacione N e w c o m b : «T oda comunicacioness n o tienen p o r meta l a sime-
tría, al igual que la simetría no es una consecuencia inevitable de l a comunicación, incluso si la atracción e s fuerte y-las actitudes intensas. Un marido muy apegado a su mujer puede no discutir c o n ella de su trabajo, incl incluso uso siendo importante» import ante» Fauche Faucheux ux y Moscovici, 1971, pág. 29) 29).. 2 . Próximos al a l concepto de eq uilibrio se se encuentran lo s conceptos de interc mbio y reciprocidad Si la comunicación implica intercambio d e bienes, favores, informaciones, informa ciones, mani manifesta festacion ciones es afecti-
vas...); l o s participantes esperan q u e este intercambio conduzca hacia u n cierto equilibrio y una cierta reciprocidad. Si uno tiene la
impresión que da más de lo que recibe, puede llegar a tener un sentimiento de insatisfacción. N o obstante, e l equilibrio y la reciprocidad son los más marcados e n la s relaciones d e tipo simétrico; toman formas m á s complejas e n la lass relaciones de tipo complementario: en este caso, los términos del intercambio pueden no ser de la misma naturaleza así, u n profesor aporta s u materia, s u saber, s u devoción hacia lo s alumnos, pero espera recibir a la recíproca, s u interés, s u consideración, s u aplicación... . Pero la relación complementaria puede llevar m á s fácilmente hacia un u n a relación d e desigualdad q u e rompe e l equilibrio y puede acercarse a una relación je jerárquica rárquica de dominio, de explotación o de 9
servidumbre. Equilibrio y reciprocidad corresponden a sentimientos vos, pero también a mecanismos sociales de regulación.
subjeti-
9. L a historia de las sociedades demuestra que qu e este tipo de relación es tan la s relaciones igualitarias. frecuente como las igualitarias. Pero en la dominación pueden subsistir subsistir ciertas formas d e intercambio y reciprocidad; e l sirviente recibía d el señor u n a cierta protección a cambio de su trabajo y sumisión.
L A AP R O X I MAC I Ó N SISTÉMICA
51
3 . El concepto de regul ción remite al hecho de que la interacción social social no es un fenómeno anímico sino sino que se se encuentra sometido a principios generales de estructuración y de funcionasometido miento que hacen posible y facilitan la comunicación y las relacio-
nes sociales. Estos nes Estos principios principio s son de naturaleza convencion l y y pertenecen a varias categorías, normas, reglas y obligaciones.10
Se puede llamar norm a una prescripción fijada por una institución en la que la no-observancia acarrea una sanción.11 Esta sanción puede ser de naturaleza legal en el caso de normas jurídicas el Estado considera prohibido en las relaciones sociales, la muerte, a
injurias graves...) ser cotidiana atentados puede también violencia, social; sexuales, la transgresión de normas yde la vida d e naturaleza q u e ordenan las relaciones sociales, no provoca sanciones, legales
pero suscita la reprobación o separación del que las viola. b El concepto de regla es, a menudo, sinónimo de norma, pero podemos utilizarla de una manera distinta para designar los principios que constituyen un sistema en el sentido en que se habla, por ejemplo, de las reglas de un juego); lo propio de una regla es ser aplicada; la no-aplicación no provoca no provoca sanciones aunque puede hacer i ntercambio mbio imposible, imposible, difícil o bloquearlo. Por ejemplo, la comue l interca
nicación exige que los interlocutores respeten las reglas los interlocutores respeten las reglas lingüísticas ciertas modificaciones pueden ser tolerables y no perjudica perju dicarr grave grave-mente la intercomprensión); pero deben respetar las reglas conversacionales como la de hablar cada uno a su turno o participar en el intercambio cuando aún no ha sido cerrado). c ) El concepto de obligación designa una habilidad comunicativa va;; puede situarse en el el aspecto discursivo como respetar ciertos principios lógicos en una argumentación) o en el interaccional como el hecho de manifestar claramente que se ha terminado una intervención y que el interlocutor puede tomar la palabra). La obligación tiene la propiedad de ser más o menos cumplida y su su cumplimiento representa representa una facilitación de la comunicación. una facilitación de la comunicación.
S i nos ha parecido útil distinguir estos diferentes tipos de regulación, es necesario indicar también que un mismo principio puede 1 0 . Esta distinc ión es propuesta por J. J. Moeschler 1985, págs. 11-13); está lejos, n o obstante, de ser uniforme y a menudo, normas, reglas y obligaci obligaciones ones pue den ser se r objeto d e usos diferentes de los que aquí se indican. Es uno de los posibles sentidos de norma; para un análisis más completo de este concepto, véase J. Maisonneuve, 1973, cap. 3 3..
5 2
INTERACCIÓN Y C OM UNI C AC IIÓN ÓN
recoger varias categorías: el hecho de no cortar la palabra a su interlocutor y no hablar al mismo tiempo que él es, a la vez, una norma de educación, una regla conversacional que hace posible el intercambio intercambi o que podría convertirse en caótic caótico) o) y una obligación que revela una habilidad conversacion conversacional al en el sentido de que facilita alternada de los la expresión alternada los hablantes. E l hecho de que la interacción sea un fenómeno regulado y que en cierta medida suponga en los participantes un respeto en un mínimo de convenciones soci sociale ales s y un cierto grado de cooperación, no impide que cada uno pueda perseguir objetivos personales; la comunicación comunica ción es portadora de ju gos y supone, en este sentido, en
los lo s interactuantes, la prosecución de estrategias que participan dinámica. 4 .
Y E S T R
JU E G O S
TEGI
en su
S
U n concepto parece apto para aclarar la dimensión estratégica de
la comunicación: comunicación: es el concepto de fuego tomado tomado en el el concepto el sentido d e una actividad organizada, regido por reglas, que se traduce para
los participantes por un éxito o un fracaso, una gananci ganancia a o una pérdida los juegos de sociedad corresponden, por ejemplo, a esta
definición). E l juego es
un fenómeno específicamente interactivo ya que supone generalmente muchos jugadores actuando entre ellos. Pero sobre todo porque porque se define como como un sistema implica difer diferentes entes un sistema que que implica elementos regl reglas, as, materia material, l, jugador jugadores, es, jugadas...) jugadas...) que se imponen a todos los que participan y otorgan la calidad del jugador. D o s concepciones concepciones de ayudarnos a analizar analizar las inter de juego pueden ayudarnos a las interacciones sociales: la «teoría de los juegos» que propone un modelo formal de la acción estratégica estratégica y el el análisis transaccional que nos ofrece una una aproximación psicológica.
1. a teoría de los ju
gos
E s un proceso formal y no un estudio
pragmático de los comportamientos; proyecta el establecimiento de leyes fundamentales que rigen toda acción estratégica. Nace de los estudios del matemático J. V o n Neumann y del economista O. Morgenstern 1 9 4 4 ) que encuentra su inspiración en las doctrinas económicas utilitaristas. Trata
L A APROXIMACIÓN SISTÉMICA
53
sobre las estrategias óptimas que son las que un individuo adoptaría si se comportase de forma perfectamente racional: nos muestra cómo deberían reaccionar la lass personas, y no cómo actúan.12 En esta perspectiva el concepto de juego tiene un sentido m u y preciso, se trata de una situación que hace intervenir, al jugadores adores interdependientes en donde los intereses menos, a dos jug s e encuentran en conflicto; confli cto; cada cada uno posee un abanico de posibilidades para ponerse en acción llamadas «estrategias»); una «parconsti tuida por la elección simultáne si multánea a de una estrategia t e » está constituida
por cada uno losjugadores jugadores el resultado el que ncia», se deriva conduce uno dedelos jugador es a yuna cierta cier ta «ganancia» «gana , o una cierta a cada «pérdida». El valor que le atribuye cada jugador se llama «utili-
dad». 1 2
b Se distinguen d e juegos
tres clases de situaciones que que definen tres tipos
Los juegos en los cuales el grado de convergencia entre los protaLos gonistas es nulo y su orden de preferencia totalmente opuesto,
donde el conflicto es absoluto; se les llaman juegos de suma cero decir, que exactamente a lo que el es decir, que lo que uno gana uno gana corresponde exactamente a
otro pierde enellos prototipo podría sede r: convergencia el póquer). entre el orden Loss juegos Lo cuales el grado ser: de preferencia de cada jugador es total; no existe ni conflicto ni negociación y los únicos problemas que que surgen son del orden de la coordinación y la organización; es el caso de toda actividad donde existe un acuerdo total de los participantes sobre los fines y loss medios. lo estos dos extremos se sitúan juegos en Entre estos dos extremos se sitúan los los juegos en los cuales los cuales existen divergentes y órdenes de preferena la vez órdenes d dee preferencia divergentes ci cia a convergentes; el conflicto está latente pero no es inevitable su justamente una de las soluciones posibles de las soluciones posibles evitación constituye justamente una la interacción); son los juegos de suma no cero donde todos los los
12 12.. Para determinar determinar la estrategia óptima óptima d e cada jugador jugador e s menester haber determinado antes rigurosamente el tipo d e situación conflictual al que se le aplica un unaa estrategia. L a teoría de los juegos es una teoría mucho m ás compleja de lo que nosotros dejamos entrever aquí e incluso de la imagen la imagen que la psicología social tiene d e ella véase Rapoport, 1969).
54
INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
jugadores pueden ser simultáneamente ganadores o perdedores; prisioneros» oneros» .1 3 En un sentido m á s u n ejemplo es el «dilema de los prisi amplio es la posición que se encuentra en la mayor parte de las situaciones de negociación. Para que se puedan analizar estos juegos y estas situaciones de forma racional es neces necesario ario ad mitir que cada jugador tie tiene ne la posibilidad de establecer una lista exhaustiva de sus posibili posibilidades dades de elección; que posea toda la inform ación sobr sobree la de los otros jugadores, a sí como sobre las ventajas e inconvenientes de cada elección para cada parte y que disponga de un indicador de utilidad. En estas teoríaeros de aslos juegos de aporta un modelo formas en d e alcance genecondiciones, ral aplic aplicable ablela a num erosas interacción efecto, s i toda conducción interactiva persigue ciertos juegos y presenta ciertos costes para el acto, podemos pensar que implica una a optimizar suss pérdiestrategi estr ategiaa dirigida dirigida a optimizar s u s ganancias ganancias y aa m m ini inimizar mizar su das). H a inspirado numerosos estudios estudios d e psicología social experimental concernientes a los fenómenos d e competición y cooperación —como los de Deutsch 1 9 7 3 ) — o los procesos d e toma d e decisión como los de Rapoport 1969). Pero es necesario también marcar los límites. Primeramente no
tiene en cuenta n i variabl variables es ind ividuales la mejor elección «objetiva» va » no es siempre la mejor elección «subjetiva») n i variables v ariables situaci situacioonales, ni el impacto de la comunicación entre los participantes teniendo únicamente importancia las decisiones). Sobre todo suporacional en su conducta y poseyendo poseyendo u n a ne un un sujeto totalmente racional su conducta información completa sobre la lass condiciones d e l juego, características que están están muy lej lejos os de encontrarse en la mayoría de las situaciones concretas. En este aspecto, si puede ayudar a entender la estructura potencial de una relaci relación ón d e conflicto, no puede com o lo señalaa H . Touza rd, 11977) señal 977) proponerse como una teoría de co nflict nflictos os sociales reales. 13. Este juego es interesante en la medida en que los jugadores pued en escoger escoger entre la cooperación y la competición. L os jugadores son dos prisioneros colocados en celdas diferentes y sin posibilidad de com unicarse entre ellos. ellos. Acusados conjuntamente de un crimen pero si sinn ningu na prueba qu q u e demuestre su culpabilidad, dependen de su confesión. Pero si los dos confiesan, son so n condenados; si s i ninguno confiesa, los lo s d o s continuarán con una pena media p o r la qu e están encarcelados; si uno confiesa y el otro no, el último aumentará su pena pero el que ha confesado será inmediatamente. Partiendo d e aquí s see pide a los jugadores que qu e determinen su liberado inmediatamente. liberado elección.
L A A PR OXIM A C IÓN SISTÉMICA
2 . El análisis transaccional de
los juegos
la teoría de de los juegos; los juegos; el el análisis Contrariamente a la teoría análisis transaccional propone un unaa aproximación pragmática de tipo psicológico; se esfuerza en reflejar las situaciones interactivas concretas tales como se pueden observar en la realidad cotidiana E. Berne ha censado y estudiado después cerca de una cuarentena). Berne llama juego a «una serie de transacciones escondidas, hacia un complementarias, que que progresan hacia un resultado bien definido, previsible» 1975, pág. 50). Se trata de un esquema de conducta una especie de escenario) que el jugador repite, a menudo de forma 14 Lo que caracteriza, inconsciente, en sus relaciones con los demás. e n efecto el juego es que no se presenta explícitamente como tal; y también el hecho de que uno de los actores busque «una ganancia» a expensas de los otros que pueden también encontra encontrarr «beneficios secundarios»: es el aspecto complementario del del juego). Se trata de unaa forma de maniobra y manipulación de los otros qu un quee tiene, a la vez ventajas socia sociales les una cierta estructuración estruct uración de las relaciones sociales) y ventajas psicológicas psicológicas resultantes a la vez de mecanismos de defensa y de satisfacciones pulsionales).
a Un juego se analiza en función de un cierto número de caracte rísticas La tesis o «descripción general del juego comprende la sucesión
inmediata de los acontecimientos nivel social) y su plan último, su evolución y significado psicológico» psicol ógico» Berne, Berne, 1975, pág. 55). 55 ). - El fin que indica el objetivo general del juego asegurarse, asegurarse, defenderse...). - Los roles de los participantes. partici pantes. Ciertos juegos se juegan entre dos pero otros requieren más participantes, parti cipantes, como el del «alcohólico» «al cohólico» quee necesita como mínimo 5 protagonistas; el perseguidor que le qu reprocha ser alcohólico, el tonto que le da dinero para procurarse el alcohol), el salvador que se apiada de él) y el proveedor el barman que le sirve el alcohol).
representan - juego Las jugadas que progresar progres ar hacia su fin. los movimientos que permiten al - Las ventajas que otorga el juego y que son de orden biológico existencial confirmar la posición del satisfacer la pulsión), existencial del jugador), social social estructurar estru cturar las relaciones) y psico psicológic lógico o responder a 1 4 . Precisamos que el concepto d e juego no recibe aquí ningún significado lúdico.
56
INTERACCIÓN Y CO M U NI CACI ÓN
las necesidades psicológicas profundas profundas del sujeto siguiendo siguiendo sus mecanismos de defensa). Así pues, el alcohólico puede disfrutar bebiendo diversos diversos líquidos pero también le permite pasar el tiempo con los compañeros de bar, escaparse de los deberes deberes co conyuganyugales, si su esp esposa osa juega e ell papel de perseguidora perseguidora,, o tener una excusa para dedicarse desgracia desgraciadamente, damente, y a nivel psicológ psicológico ico más profundo, a sat satisfa isfacer cer sus necesidades de autocastigo autocas tigo cuando está regresión sión cua cuando ndo se cuidar por la enfermo) o de de regre se hace cuidar la resaca). - La dinámica y el paradigma transaccional que designan las fuerzas motrices psicodinámicas que sostienen el juego y se expresan en específica y recurrente recurrente de transacción. una forma específica
juego: o: «sí «sí,, pero...».1 5 b Ilustremos estos puntos con el ejemplo del jueg Supone al menos dos roles. Una persona que expone uh problema y solicita soluciones señora N) y uno o varios «consejeros» que se esfuerzan en responderle: Señora: «N «No o consigo hacer que mi hijo haga los deberes». Consejero: «¿Por qué no prueba dejándolo desenvolverse solo?» Señora: «Sí, ya llo o he pensado, pero en este caso no hace na-
da».
E l consejero sugiere otras soluciones qu que e cada vez la señora N rechaza de una forma u otra. La transacción es aparentemente de enmascara una oculta de Hijo a una transacción oculta Adulto a Adulto pero enmascara Padre «Soy más fuerte que tú»). E l fin es mostrar que nadie puede darle una solución. La ventaja
que la señora N encuentra en este juego es, en principio, tener un modo de relación con social); má de relación con su entorno su entorno ventaja social); máss profundamente te,, la gan gananc ancia ia psicológica es la de presentarse como incapaz, pero finalmente estar por encima de aquellos que creen poder aconsejarla; cuando los otros se han roto la cabeza y se han agotado sin encontrar una solución aceptable, la señora N tiene, más o menos conscientemente, el sentimiento de haber ganado; ella ha cambiado así su postura en la inter interacci acción ón pasando de la posición baja a la alta). una a tipología de los juegos Berne lo ha c Se podría intentar un hecho parcialmente reteniendo dos criterios: la situación donde
15 15.. Berne
ha hecho un amplio recuento de los juegos más utilizados en las relaciones sociales; los ha definido con una frase clave de intercambio entre parejas para el juego «sí, pero...», véase 1975, págs. 122-130).
L A APROXIM APROXIMACIÓN ACIÓN SIS SISTÉM TÉMICA ICA
57
s e inscribe e l jueg lo s «juegos juegoo así distingue, los «juegos vitales», los conyugales», lo s «juegos d e sociedad», los lo s «juegos sexuales», los lo s «juegos d e bajos fondos»... y e l resultado q u e acarrea para lo s jugadores; aquí, opone «juegos constructivos» a «juegos destructivos»; l o s primeros valoran a los jugadores mientras que los segundos los lo s desprecian.
Evidentemente, se podrían
utilizar otros criterios que llevarían a
otras categorizaciones L o s modelos derivados de la teoría de los juegos y del análisis transaccional, transaccion al, aunque a unque no se sitúan en el mismo plano, pueden aparecer ce muy complementarios es capaz dar cuenta E l primero d e r como la dimensión racional de la interacción, en la que de interviene un
cálculo «económico». E l segundo esclarece la s dimensiones psicológicas q u e escapan a la racionalidad lógica y s e introducen en los
procesos inconscientes.
60
INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C IIÓ ÓN
conciencias s e construyen y acceden a l sentimiento de su identidad. Corresponde a la corriente fenomeno feno menológ lógica ica el haber desvelado y desarrollado esta problemática. S e pueden encontrar las raíces en Hegel cuando subraya que cada individuo individuo no conciencia de él mismo más que en su no tiene conciencia él mismo relación con los demás y que la lucha por el reconocimiento es el fundamento de las relaciones humanas: « L a conciencia d e l sí-mismo es en sí y para s síí cuando y porque es en sí y para otra conciencia d e sí; sí ; e s decir, no es, en tanto que no es reconocido» (1939, pág. 155). M á s cerca d e nosotros, esta perspectiva h a sido recuperada y desarrollada por la rrollada corriente de la feno menologí logíaa existencial. existencial. la corriente la fenomeno
1 .
a perspectiva de Sartre
Sartre retoma la problemática hegeliana pero intenta reponerla en el plano de la experiencia concreta y vivida. L Laa aprehensión los os otros es para él él un objeto un objeto de conocimiento de conocimiento externo, sino de l de otros no es para sino un dato intuitivo e inmediato de la conciencia de sí mismo; es «negación interna, lo que significa la unión sintética y activa d e d o s términos en el que cada uno se constituye negando a l otro»
(1943, pág. 298). fenómeno donde e l significado «mirada» a) A través puede e spercibirse mejor: « E s profundo de la d elrelación con deel laotro suficiente que el otro m e mire para ser lo que soy». Pero la mirada d e l otro tiend t iendee a percibirme como ccuerpo uerpo y, por lo tanto, a objetivarm e ; a través desconocido de apreciacio a través de de él, me me tomo como objeto desconocido de apreciacio-
nes reconocibles, sin que pueda actuar sobre estas apreciaciones. M Mii cuerpo es no solamente vivencia subjetiva, sino también objeto de puntos d e vista que no puedo aprehender y que se escapan; es ese perpetuo «fuera» de mi «dentro» m á s íntimo íntimo;; pero sólo sólo e l otro puede verme «tal como soy» y m e transmite eventualmente esta visión p o r resignarse a verse verse por el lenguaje. Es necesario Es necesario resignarse por los ojos de los demás los demás y a conocer nuestro ser por las revelaciones del lenguaje de los otros. Pero la objetividad de mi cuerpo para los demás no lo es para m í; es lo que se me escapa y m e hace sentir: «Por la mirada de los medio del mundo, en peligro, demás, me veo inmovilizado veo inmovilizado en en medio en peligro, irremediable» pág. 314). Por eso la mirada de los demás m e convierte 1. Sartre añade: «No es suficiente que me niegue al otro para que los demás existan, pero ...) eess necesario que el otro m e niegue a sí mismo simultáneamente a m i propia negación» pág. 348).
L A R E L A C IÓ I Ó N INTERSUBJETIVA
61
e n objeto, y m e aliena y la sostengo con la vergüenza, temor, orgullo. Pero son sus ojos los que me ven: es más bien el otro como sujeto, presencia casi indiferenciada, ya que «se me mira perpetuamente donde y o esté» pág. 329). E l otro está, pues, presente en mi conciencia y la atraviesa enteramente, igual q u e reivindico como conciencia m ío el Yo mo¿)-objeto que soy bajo la mirada d e l Otro: «Así mi-serpara-el-otro, e s decir mi Yo moz)-objeto n o es una una imagen rota de mí q u e vegeta en una conciencia extraña: es un ser perf perfectamente ectamente real, m i s e r como condición de mi mismidad frente a l otro y de la mismidad del otro frente a mí. Es mi ser-fuera: no un ser sufrido y q u e sería e l mismo venido d e fuera pero u n afuera asumido y reconocido como m i afuera» pág. 333). M i reacción d e defensa, frente a esta objetivación alienante, es transformar a su vez al otro en objeto. E s para mí la únic única a posibilida posibilidad d d e controlarlo y limitarlo: m i preocupación constante es mantener mante nerlo lo en un esta estatuto tuto de objeto. A sí e l otro existe para m í bajo d o s formas: como sujeto, l loo experimento c o n evidencia pero n o puedo conocerlo; y s i intento conocer conocer-lo y actuar sobre él, no observo más que a su ser-objeto. Nuestra relación con los demás es una oscilación constante entr entre e est estas as dos
formas.2 b N o obstante, Sartre se ve obligado a completar
esta
reflexión
sobre la relación abriéndola a situaciones en las que nosotros nos descubrimos en comunicación con los otros. La experiencia del «nosotros» reúne varias subjetividades que se encuentran en una percepción o acción comú común n pero es siempre experimentada por u n a conciencia particular). En el nosotros, el hombre se siente enganchado a los demás, posición de objeto los demás, en en posición de objeto o sujeto. E n la posición d e objeto e l Nosotros-objeto) el e l Otro aparece e n situación de tercero. S u mirada m e objetiva, pero objetiva de la
2 . F. Jacques Jac ques
1986), 1986), a partir del concepto de reciprocidad interlocutiva véase véase cap. 1 ), desarrolla una critica de la fenomenología existencial que ha pensado la intersubjetividad sobre la forma for ma de la mirada que aliena ya que que no puede mas que objetivar al otro: «Para él, la mirada es capaz de una reciprocidad diferente pero parecida a la de la palabra. palabra. Lo que explica en en contrapartida que no es solamente una relación a lo visible, a lo que se ve, sino en relación al vidente, al otro que ve» pág. 118). Como la sonrisa o la palabra, la mirada existe como modo de expresión de la reciprocidad interpersonal. que ue mostró que la mirada la mirada de de la madre la madre es Se podría nombrar también también a Winnicott Winnicott q mostró que para el niño la primera forma de reconocimiento reconocimiento por la cual puede tomar conciencia d e él mismo: «¿Qué ve el niño -dice- cuando dirije la mirada hacia el rostro de la madre? Generalmente lo que ve es a él mismo. En otros términos, la madre mira al bebé y lo que su cara expresa está en relación directa con lo que ella ve» 1975, pág. 155).
62
INTERACCIÓN Y C O M U N I C A C IIÓ ÓN
misma manera al otro con el que yo estaba en relación: el Nosotrosobjeto solamente s e descubre en el sentimiento experimentado d e solidaridad con los otros. «En e este ste sent sentido ido el Nosotros es una brusca prueba de la condición humana como introducida entre los demás y a que es un hecho constatado objetivamente.» Sartre (pág. 470) da como ejemplo la «conciencia d e clase», en la cual los lo s oprimidos experimentaban s u solidaridad por el hecho de que son mirados y pensados por las conciencias que se les escapan (esta comunión se constituye y existe en la mirada de los dominantes e n posición d e terceros). «Esto significa que yo descubro e l nosotros e n donde m e encuentro integ integrado rado o en la clase fuera en la mirada d e l tercero y nosotros » (pá asumo esta alienación colectiva diciendo más (pág. 472). 472) . E l «Nosotros-sujeto» no se constituye que en un g.segundo tiempo y en el establecimiento y aceptación de una finalidad común. Pero no se trata de una especie de «totalidad intersubjetiva» que tomaría conciencia de sí misma como subjetividad unificada; u n a concepción así no puede ser más que la expresión simbólica de un sueño d e unidad y de la aspiración a superar la separación ineluctable entre subjetividades. H e aquí (explicados rápidamente) algunos matices sobre la forma
e n que Sartre ha planteado el problema de la intersubjetividad. S u investigación h a ejercido u n a influencia profunda en la corriente de la psicología existencial y sobre todo en el psiquiatra británico Ronald Laing, quien contribuyó d e forma importante a la comprensión de las relaciones interpersonales.3 2. 2. La fenomenología social de R Laing
Ronald Laing se pregunta en un principio sobre lo que puede ser la metodología d e l estudio de las relaciones humanas. S e v e conducido así a definir u n paso q u e denominó con el término d e fenomenología social (1969). Esta lleva término lleva a establecer establecer u n a diferenciación entre d o s tipos d e información que se pueden utilizar por una parte, los comportamientos que pueden eobservarse; n esta materia: po p o r otra, la experiencia e s decir, lo lo que cada u n o experimenta y siente en sí y por sí mismo. Porque n o tenemos acceso directo a la experiencia d e l otro y e l otro n o tiene acceso a la nuestra. Pero e l comportamiento d e l otro e s objeto de mi experienque citar también en esta corriente de la psicología L . Binswanger R . May, A. Maslow, y sobre todo a Cari Rogers...
3 . Habrá
existencial
L A RELACIÓN
INTERSUBJETIVA
63
c i a lo siento de una cierta manera y le atribuyo uno u otro significado)) y viceversa. do L a experiencia q u e cada u n o tiene d e l otro e s invisible a éste pero condiciona los l os comportamientos desde s suu punto de d e vista. L L a intersubjetividad resulta de la interacción entre comportamientos y experiencia la experiencia qu quee cada u n o tiene d e l comportamiento d e l otro). S u cam po es llaa ínter e xperiencia: « E l comportamiento es una función de la experiencia y la experiencia y el comportamiento están están siempre relacionados c o n algo o alguna cosa diferente de l Yo (moí)». H a y que ser consciente de que no existe ningún acceso inmediato laa experiencia d e l otro si no es lo que él mismo pueda expresar . a l N o s e puede ver o entender por los ojos y los oídos d e l otro. Todo lo que se «siente», «experimenta» o «presiente» de él implica la inferencia a partir de la experiencia que se tiene d e l otro, d e la experiencia que el otro tiene de sí: «las inferencias que se atribuyen ye n a la experiencia del otro, a partir de las percepciones reales o inmediatas, que se tiene de sus actos actos,, for forman man pparte arte de la categoría d e actos de atribución» (Laing, 1971, pág. 31). N o se puede tener una idea de la experiencia del otro más que a partir de sus comportamientos y de su testimonio, lo que permite u n a cierta deducción de la experiencia que él tiene de sí mismo.
a
Pero
esta deducción no es su experiencia y forma parte de mi experiencia de él. Nuestro entorno, la s relaciones en las que nos hemos envuelto, so n fenómenos compartidos; n o obstante, l a experiencia q u e cada u n o tiene de estos fenómenos e s diferente, ya que vivim os os,, d e hecho, en universos diferentes; diferen tes; est estos os universos representan representan para nosotros la realidad. Existen diferentes modalidades d e experiencia: memoria, imaginación, percepción, sueño... Igual que se distinguen habitualmente varios géneros d e experiencia: interior y exterior; real e irreal; llena y vacía; significativa o fútil; privada o pública. Pero todas estas modalidades no son inteligibles más que cuando se considera al individuo e n situ ción y sobre todo en la red de relaciones que él con los otros individuos (red constituida por la forma en y s e conduce ante ellos y éstos lo perciben y qmantiene u e percibe a los demás a c t ú a n n e n relación a él).
se e basa en un cierto Para analizar la relación intersubjetiva Laing s n ú m e r o d e herramientas conceptuales.
r ie da da d , a ) U n primer concepto propuesto es el de c o m p llee m e n t a rie define esta función de la relación interpersonal como aquella por la
6
I N T E R A C C I Ó N Y C O M U N I C A C I Ó N
q u e el otro completa
el sí mismo o responde a su espera; porque toda to da rel relació ación n implica un una a definici defi nición ón del sí mismo p por or el otro y del por sí: sí: «Tod la la del otro, otro otro «Toda a identi identidad dad requiere requiere existencia del gracias a la que se actualiza la identidad de uno mismo soz)» Laing, 1971, pág. 99). Así la identidad de padres implica la complementaria de hijo, la de marido, de esposa; la de profesor, de alumno, etc. L o s otros son un elemento necesario en la construcción de la imagen de uno mismo; si alguien no llega a encontra encontrarr est este e otr otro o una necesario para establecer una identidad satisfactoria, experimenta u n sentimiento intenso d e fustración y n o puede acceder a una conciencia consistente de él mismo. Igualmente si se le envían contradictorias rias o incompatibles. imágenes contradicto Esta problemática se actualiza en las relaciones presentes pero se inscribe también en su historia. b Para e l niño, s u identidad le viene, en su punto d e partida, d e l exterior y resulta de la interacción que le une a su entorno y d el lugar que le asigna su medio familiar. Seguidamente tiene que «endosar» esta identidad en la adhesión o e l rechazo: «Llega —dice Laing-, a esforzar esforzarse se en extirpar dicha identidad extraña que se le ha dado o se le ha condenado e intenta crear con sus propios actos
por sí sí mismo que pretende ser confirmada por los una identidad identidad otros» 1971, pág. 116). E s aquí donde interviene la «novela familiar» q u e cada uno se construye, como el «sueño de cambiar a los otros que nos definen, d e forma que la identidad de uno mismo pued s e r definida por él, redefiniendo a los otros». c) Otro concepto anticipado p o r Laing es el de confirm ción e l contrario es la infirmación . Rem Remite ite al hech hecho o de que uno de los juegos fundamentales de la interacción humana es el de ver confirmadas por los ot otros ros ciertas características, c aracterísticas, roles y, más amplia ampliamenmente te,, ciertos elementos d e identidad que él reivindica. Evidentemente, esta confirmación e s relativa y va del total reconocimiento a la aceptación parcial y circunstancial, hasta llegar a la
infirmación.
confi rmación ión,, existe existe rrespuest espuesta a directa y apropiada a l E nevocador; l a confirmac de lo acto constituye u n reconocimiento y l a aceptación que significa (la respuesta es, a menudo, verbal pero puede ser también una sonrisa, una actitud de escucha, un apretón de
manos...). L a infi infirmación rmación puede est estar ar caracterizada caracterizada por el rechazo, la negación, la ausencia de respuesta, pero también por la seudo-confirmación; todas estas formas de respuesta tienen un efecto más o
L A R ELAC IÓ N INTERSUBJETIVA
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menos negativo y destructor sobre e l sentimiento d e identidad d e l sujeto que las recibe. 4 A l lado de la confirmación y la infirmación, Laing distingue otra forma d e relación q u e designa con el término d e colusión. S e trata de una especie d e «juego» donde lo s protagonistas s e ponen implícitamente de acuerdo sobre las actitudes de seudoconfirmación simuladas que cada uno busca busca reconocer rec onocer como verdacolusión» usión» d e l otro e s requerida para reforzar la identidad deras; la « col q u e e l «Sí-mismo» soi) s e siente forzado a mantener: « L a colusión s e desencadena siempre cuando el Sí-mismo encuentra en los demás este otro que le confirmará en el falso Sí-mismo soi) que se verdadero (pág. 138). Cada esfuerza e en n hacerse y viceversa» uno encuentra el otro la pareja para sancionar la identidad enmascarada que quiere producir a cambio de la reciprocidad. L a mayoría de los mecanismos que se vienen describiendo pued e n ser en parte inconscientes. E s aquí donde la reflexión d e R. Laing s e sitúa en el punto d e encuentro entre la fenomenología y el psicoanálisis. psicoanálisis. E s a partir, e n efecto d e ciertos conceptos psicoana puede uede entender en tender mejor la dimensión inconsciente d e líticos como s e p lo loss procesos q u e fundan la intersubjetividad.
2.
LA A P ROXIM A CIÓN PSICOANALÍTICA
Puede parecer que el psicoanálisis constituya sobre todo una psicología d e l individuo, d e mecanismos intrapsíquicos, más que relación . Esta Esta impresión sería, de hecho hecho,, reducciou n a psicología de relación. nista. Freud señaló que no se pueden aislar los fenómenos psíquicos e n su dimensión relacional. En la Psicología colectiva y análisis del Yo s e expresa s in duda e n este sentido: « L a oposición entre la psicología individual y la l a psicolog í a social o colectiva, que puede, a primera vista, parecer muy profunda no lo es tanto cuando se la examina d e cerca. S in duda, la primera tiene po p o r objeto e l individuo y estudia lo s medios de los que las vías que pero sigue obtener la sus sderechos e sirve yy necesidades, e n para esta búsqueda n osatisfacción consigue m de ás que 4 . Laing señala que la esquizofrenia, a menudo, es es «un niño «un niño que ha sido objeto de u n a información sutil pero persistente, generalmente sin que se dé cuenta. Durante
muchos años, la ausencia de confirmación auténtica viene a conf confirmar irmar activamente un falso Si-mismo (so¡), si si la persona con la que el falso Si-mismo soi) es confirmado una situación falsa» (1971, pág. 123). y el verdadero infirmado infirmado y desplazado a una
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INT E R AC C IÓN Y C O M U NIC AC IÓN
raramente, y e n casos completamente excepcionales, excepcionales, hacer abstra abstraccción d e relaciones q u e existen entre e l individuo y sus semejantes. Y es que el otro juega siempre en la vida d e l individuo el rol de un modelo, de un objeto, de un socio o adversario, y la psicología individual s e presenta desde e l principio como siendo a l mismo tiempo, por un lado, una psicología social, en un sentido amplio, pero perfectamente justificado, de la palabra social» 1972, pág.
83). U n cierto número d e conceptos psicoanalíticos pueden ilustrar m á s especialmente la relación con el otro. L a s recordamos brevemente: 1. U na primera
noción importante es la de rel ción d e objeto Designa e l modo d e relación d e l sujeto con los demás-, en tanto q u e este modo está marcado por los movimientos pulsionales, por la estructura de la personalidad, por la vía fantasmática y por lo los s mecanismos d e defensa que le son dados. E l término objeto define a la persona del otro tal corno es buscada por las pulsiones libidinales y agresivas) -y los deseos q u e suscitan- y tal como e s capaz d e aportarle u n a cierta satisfacción. E n esta relación, e l sujeto n o escoino q u e es está tá ampliamente constituido constituido a s u g e solamente su s objetos, ssino
v ez p o r esta
elección q u e presta s u coloración específica a los diferentes estadios de evolución de la estructura pulsional as asíí se habla d e objeto oral, anal o fálico, según esté más o menos marcado por las características especificadas d e cada uno de sus estadios: la incorporación, e l dominio, la penetración, etc.) Existe, pues, un modo relacional propio en cada estadio según este est e estado haya tomado un carácter dominante en la estructuración de la personalidad), igual que una tipicidad d e l objeto que le es dado.
2 . E n tanto q u e está estructurada por la vía pulsional, la relación d e objeto se inscribe tanto en el orden de lo imaginario y del fantasma, como en la realidad. Está marcada también por los mecanism nismos os de defensa que el Yo elabora para contener loslos movimientos desencadenados desencadenados interacción demás. demás. Es pulsionales por la la interacción con los encuentran an simplificados c o n decir, q u e estos mecanismos físicos se encuentr procesos relaciónales. Existe, pues, u n doble movimiento d e interioriz ción de los factores relaciónales por el c cual ual los asp aspect ectos os int intersubj ersubjetiv etivos os se transforman en relaciones intra-subjetivas) y d e proyección por lo cual lo loss mecanismos intrasubjetivos s e exteriorizan en la interacción). E n la interioriz ción s e dan, pues, características relaciónales
L A RELACIÓN INT E RSUBJE T IVA
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q u e s e inscriben en el funcionamiento psíquico (por ejemplo, la relación d e autoridad entre e l niño y e l padre e s interiorizada e n la relación del Yo al Superyó). E n la proye ión so n elementos internos los que se exteriorizan e n la relación con los demás y en la percepción que de ello puede la s actitudes, lo s sentitener e l sujeto; a menudo, son los deseos, las tener mientos en relación a los demás que el sujeto desconoce o rechaza e n él, los que va a proyectar en el otro (por ejemplo, e l racismo puede proyectar en el grupo rechazado sus propias inclinaciones reprimidas). M á s ampliamente, la relación d e l sujeto con su entorno está moldeada por sus expectativas, sus deseos, sus angustias, sus afectos, su s fantasmas... 3 . E l fantasma aparece, e n efecto, en el centro d e esta dinámica
entre interiorización y exteriorización. Se trata de un escenario imaginario o inconsciente inconsciente que condensa en él las características que condensa fundamentales, para cada individuo, de su relación d e objeto, ta l como resulta de las nociones pulsionales trabajadas eventualmente p o r lo s mecanismos d e defensa. Para Melanie Klein, q u e desarrolló particularmente esta concepción, cada incitación pulsional se asocia see construye al fantasma de un objeto al que está unido; e l fantasma s
as asíí en el recién nacido en la interacción entre los movimientos pulsionales internos y las respuestas d e l entorno: «En el espíritu d e l niño toda experiencia externa está llena de fantasmas y por otra
parte todo fantasma contiene ciertos elementos de experiencias reaparte todo 1984, pág. 821). Así, en el complejo d e Edipo, existe les» M . Klein, 1984, u n a interiorización de las interacciones triangulares que unen al niño con sus padres; esta esta interacción intera cción en dond d ondee se mezcla mezcla lo imaginario ri o y lo real s e inscribe d e forma duradera en el fantasma; ella tiene, a s u vez, un rol estructurante y conforma notablemente la relación de dell sujeto con los demás. poo r otra parte, otro concepto, el de transfe 4 . Aquí interviene, p rencia. S e trata en un sentido amplio, de la repetición d e prototipos
relaciónales infantiles en las relaciones ulteriores con los demás. Cada u n o tiene tendencia a «transferir» e l modo d e relación que lo unía a su entorno familiar, a otras personas que van, de alguna ocupar el lugar, en lo imaginario, del manera, a ocupar el lugar, lo imaginario, del padre, madre, herman as, etc... 5 E l concepto d e transferencia subraya la l a hermanos y hermanas, 5 . En un sentido restringido, la transferencia designa la manifestación de este terapéutica. a. fenómeno en la relación terapéutic
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INTERACCIÓN Y C OMUNI C AC I ÓN
propensión a la repetición y el peso de las experiencias pasadas -sobre todo experiencias de la infancia— sobre la vida relacional actual. 5 . U n último concepto parece esencial para la comprensión d e la relación intersubjetiva; se trata de la identificación Designa e l proceso proceso percib ibe, e, a (y el resultado de éste) por el cual una persona se perc nivel imaginario, idéntica a otra en relación a un rasgo, una actitud o globalmente. Este proceso puede tomar dos direcciones: el sujeto puede identificarse identificarse con el otro o identificar al otro con él mismo. Es la operación fundamental por la cual el sujeto se constituye en relación a los demás y constituye, sobre todo, su personalidad y su identidad. Freud enmarca l a identificación bajo tres aspectos diferentes. considera, primeramente, como « la forma m á s primitiva d e L a considera, apego afectivo a un objeto». Está muy cerca de la «introyección» o de la «incorp «in corporac oración» ión» que caracteriza el primer prim er modo de relación donde el otro d e tipo oral) con la madre, lazo directo e inmediato donde no se se distingue claramente de él mismo. L a identificación aparece también como uno de los mecanismos resultantes del c onflicto onflict o edípico; ante la amenaza de castración, los
revestimientos pulsional puls ionales es sobre sobre los padres ceden el sitio a lasiden identitificaciones. E l niño, por ejemplo, quiere tomar el lugar de su padre ambivalen lencia cia ya cerca de su madre, su deseo está marcado por la ambiva que desea a la vez parecerse a su padre y suprimirlo; pero la amen amenaza aza d e castración lo lleva a renun re nuncia ciarr a la madre como objeto objeto sexual sexual y a reforzar su s u ide identificac ntificac ión con el padre; así, y más ampliamente, a u n a transformación regresiva le sigue la identificación qu e «toma el lugar de un apego libidinal a u n objeto, y esto p o r introducción d e l objeto en el Yo moi)». L a «identificación puede ten tener er llugar ugar ca cada da vez que una persona descubra un descubra un rasgo que le es común con otra, sin que ésta sea para él u n objeto d e deseo libidinal» (pág. 129). E n este caso, es el ridículo y la simpatía los que nacen de la identificación. A partir d e este mecanismo Freud explica -por ejem— cohesión de un grupo, donde lo s miembros se identifican unos lacon otros a partir de un mismo vínculo con el líder o con un ideal común. L a s identificaciones estables con los padres, con las figuras de
p
autoridad y con los ideales colectivos, son el origen de la formación d e l Ideal del Yo moi) y del Superyó q u e constituyen una de las instancias estructurales de l personalidad y marcan la interiorización de lo social en la identidad personal.
L A RELA CI CIÓ Ó N INTERSUBJETIVA
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L a identificación aparece, así, con la relación del objeto marcada por la introyección, la proyección, e l fantasma y la transferencia) como unos de los dos modos esenciales bajo los cuales el psicoanálisi siss aborda la relación intersu intersubjetiv bjetiva. a.
3.
EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
L a intersubjetividad parecer parecer ser algo q concierne a ser algo que ue concierne a una psicolouna psicolo-
g ía clínica. No obstante, la psicología social puede esclarecer ciertos aspectos, mostrando que la colectividad no es ajena a la relación más íntima, pero también que la interacción está en el centro de todo fenómeno social. G. H. Mea Mead, d, miembro emin eminente ente de la «Escuela de d e Chicago», fue uno de los primeros e n desarrollar esta problemática d e forma coherente 1973). Au Aunque nque es este te punto d e vista esté anticuad o , no es inútil evocarlo ya que ejerció u n a influencia directa e n la importante corriente del «interaccionismo simbólico» del que E . Goffman es el más conocido heredero.
Para G . Mead e l Sí mismo -la conciencia de sí mismo- se constituye progresivamente: « «SS e desarrolla en un individuo determi-
1.
de las relaciones como co mo resultado resultad este mantiene nado la totalidad de los oprocesos sociales que y con losúltimo individuos q u e con allí participan» 1963, pág. 115). E l individuo s e experimenta a s í mismo como tal, n o directamente sino sólo adoptando el punto de vista de los otros o del grupo pertenece. Se percibe como Sí-mis Sí-mismo mo solamen solamente te consisocial al cual pertenece.
derándose como objeto, tomando las actitudes de los demás hacia hacia él e n e l interior de un contexto social donde están todos atrapados. L o q u e permite a G . Mead afirmar que «El Sí-mismo, e n tanto objeto para sí, es esencialmente una estructura social y nace en la experienc ia social» pág. 119). Esta interiorización interiorización del punto de vista del aparece en el del punto de vista del otro aparece interior donde el individuo dice algo, después replica a lo diálogo q u e h a dicho y es esta ta réplic réplica a desencadena a su vez una reacción de su parte. Por y en el lenguaje e l individuo toma conciencia de sí mismo s e convierte en un Sí-mismo. E s esto lo que confiere a la comunicación su importancia mayor. Es en el proceso de la comunicación social donde se elabora la conciencia de sí mismo y las diversas facetas d e l Sí-mismo reflejan diversos aspectos d e l proceso social y sobre todo la diversidad de los roles sociales).
7
INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
2 . Si la conciencia es un producto de la comunicación, reconoc e , pues, a l lenguaje y a l símbolo, que son sus fundamentos. Es lo que distingue a la sociedad humana de la animal; en esta última cada directamente a l estímulo estímulo q u e representa representa e l comindividuo reacciona directamente
portamiento de los otros individuos. En la sociedad humana, la «ss e pasa interacción está mediatizada por los símbolos significativos: « de la comunicación p o r gestos» a all lenguaje. N o existe simplemente u n lazo automático entre e l estímulo y la respuesta sino también la interiorización y anticipación por el individuo de la conducta de los demás que lo llevan a regular su propia conducta; esta operación es posible debido a que el símbolo supone revestir para los demás el mismo significado q u e para sí mismo y porque en la conversación interior, cada uno vuelve presentes a los demás en el desarrollo de s u pensamiento. En razón de esta presencia, el individuo puede decidir conformarse conformarse a la la comunidad comunidad o no: en en esta experiencia experiencia e l Sí-mismo se afirma conscientemente frente a los demás pero siempre e n relación a ellos. L Loo hace, como sujeto, como «Yo» moi) respondiend o a partir d e l conjunto de reacciones que los demás provocan en él el Y o [moi]) actuando, por lo mismo, en la situación. Otra estructura necesaria en la formulación d e l «Yo» moi) es el
ju eg o . En
el juego e l niño aprende a desempeñar roles, e s decir, a tomar el lugar lugar de otros individuos reales o imaginarios, y a reaccionar a ellos en una como ellos;ocupa aprende también a adaptarse sación donde sucesivamente s u lugar d e ellos) y convere l suyo
propio). En el juego «reglamentado», llega a ser capaz d e asumir todos lo s roles q u e implica e l juego y d e mantenerlos e n interacción con los otros, interacción regida por reglas así en el juego del escondite puede ser el que busca o el que se esconde). E l juego «reglamentado», donde cada u n o debe poder tener u n r o l cualquiera, lleva a la noción d e «los otros generalizados», e ess decir, la posibilidad d e situarse en la perspectiva d e l juego en su conjunto, d e l equipo. E l Sí-mismo completo implica la percepción d e l Sí-mismo como miembro de un equipo, de una comunidad: «E s bajo la forma d e l otro generalizado como e l proceso social afecta a all de los individuos q u e están implicados o que lo comportamiento realizan; es decir, que la comunidad ejerce un control sobre la conducta de sus miembros miembros»» pág. pág. 132) 132).. T a l es el proceso, p o r tanto, por el cual a través d e l lenguaje y e l juego se construye la conciencia de sí mismo y de los demás; en los d o s casos, la capacidad de tomar el rol del otro se revela como esencial. P o r esto e l Sí-mismo aparece como u n ajuste y una respuesesencial. ta al otro y so sobre bre todo a l «otro generalizado»; u n indi individuo viduo posee posee u n a
L A R E L A C I Ó N INTERSUBJETIVA
71
personalidad porque pertenece a un una a comunida comunidad d y porque asume las esta a comuni comunidad dad en su propia conduct conducta: a: « L a estructuinstituciones d e est ra sobre la que se construye e l Sí-mismo es la reacción, común e n todos, ya que se debe ser miembro de una comunidad para ser Sí-mismo» pág. 1 138). 38). Esto e s también lo que funda la posibilidad d e u n a comunicación inter intersubjetiv subjetiva. a. E l diálogo con el otro e s posible a causa de que el otro es un componente interiorizado de la concienc ia d el Sí-mismo. ead, subraya aún el hecho de que si en la interacción, lo 3 . G . M ead, social afecta afecta a l individuo e l «Yo» [moz]), también éste actúa sobre lo social como «Yo» [ j e ] . S u actitud influye en la de los otros y posición d e l grupo. A s í pues, el Sí modifica consiguientemente la mismo es «un proceso donde e l individuo s e adapta anticipándose a la situación de la que forma parte y reacciona continuamente sob sobre re ella» en una especie d e diálogo entre e l «Yo» j e ) y e l «Yo» moi) pág. 155). E s lo que ocasiona que el proceso social est esté é e n continua evolución, pero e s siempre preexistente a l individuo conciente de sí mismo en el .que se desarrolla. L a interacción constituye e l primer fenómeno donde la lass conciencias individu individuales ales no son más que la resultante.
Poniendo e l acento en la dimensión fundadora de la interacción lingüística, G . Mead surge como e l precursor de una concepción «interlocutiva» de la relación. 4.
L A S R E L A C I O N E S A F IN IN E S
esta a reflexión sobre la intersubjetividad s in abordar N o s e cerrará est u n a de las dimensiones esenciales que la constituyen. La de la afectividad y las relaciones afines. E s aquí donde reside e l resorte d onde exist existe e u fundamental d e toda relación donde unn a parte de la elección. «Las afinidades son en principio u n a cierta vivencia, unida a la atracción y a l apego) actual y mutua entre las la s personas que se llaman y s e responden, desde la señal d e acuerdo m á s fugitiva hasta primordial pri mordial enc encuen uentro tro» » Maisonneuve, Maisonn euve, 196 966, 6, pág. e l impulso de undeterminaciones 485). L a s otras s e trate d e l peso d e l pasado, d e factores socioculturales, d e estructuras caracteriales) n o toman s u sentido más que a partir d e es sentido esta ta vivencia. vivencia . N o obstante, todo todo e l esfuerzo d e l análisis psicosociológ psicosociológico ico consisla s variables y las regulaciones q u e interfieren en el te e n indicar las proceso que, a primera vista, parecería escap escapar ar a tod toda a det determi erminac nación ión que no fuera la afectiva.
72
INTERACCIÓN Y C OMUNI C AC I ÓN
1 . N o hay que
olvidar la perspectiva de la historia y de la diversidad de de culturas. En las sociedades tradicionales, las relacio instituidas se establecen sobre lazos afines (o al menos las nes nes marcan fuertemente); e l linaje, la alianza parental, la pertenencia a un clan, estructuran estruct uran las relacion relaciones es sociales. Cuand Cuando o esta forma de sociabilidad s e convierte e n menos impositiva y disminuye la influencia de las relaciones rituales, aumenta e l lugar y la importancia mismo ismo tiempo tiem po l de las relaciones afines. A l m loo s criterios d e elección s see convierten en más personales y menos convencionales. incluso en este caso (que nos remite a nuestra modernidad) Pero incluso Pero u n sistema de regulaciones psicosociales continúa circunscribiendo elegibles», como lo muestran numerosas investila elección de los « elegibles», gaciones y sobre todo las de J. Maisonneuve. Esto señala que «en todo lugar los individuos tien tienden den a asociarse por el simple hecho de la cercanía»; la vecind d puede ser de barrio, de ciudad, como las organizaciones ones (escuela, empresa, q u e introducen la lass instituciones y organizaci armada...). N o obstante, la re relación lación e entre ntre vecindad y afinidad e s dialéctica, ya y a que «amamos a los que est están án cerca» cerca»,, «solemos acercarnos a los que amamos». Esta tendencia remite más ampliamente a una forma de
«hemofilia»: la elección afín s e establece en lo más parecido ya sea por la edad, la edad, sexo, personalidad, o medio social.6 La hem ofilia ofilia socio es tantoincluso, si par para a la si elección de amigos comotiende amoro para las profesional sas, preponderante incluso, evolución una cierta a diferen-
ciar, en este plano, a a los grupos sociales como se ha mostrado, por por ejemplo, en los estudios de Girard sobre la elección de la pareja
1964).
Desde e ell punto d e vista m á s psicológico las la s relaciones afines implican un juego d e interacciones y d e «orientaciones interpersonalo s elementos perceptivos y les» donde s e conjugan estrechamente los afectivos, las intenciones y las expectativas. nivel perceptivo domina u n a presunción d e reciprocidad (incluso si no se encuentra necesariamente verificada en la realidad) y una una presunción de similitud. Traducen a la vez una necesidad de
2.
6 . Por
sexo se entiende la relación de amistad que aquí se proyecta, ya que si la evolución ha contribuido a reducir la distancia entre sexos, tiende a subsistir una cierta segregación influida p o r valores diferentes (viriles y femeninos): « L a mujer continúa apareciendo como objeto sexual, a la vez deseado y temido aunque imponiéndose progresivamente como compañero social con el que se puede aspirar a relaciones más difíciles» (pág. 490).
L A R E L A C I Ó N INTERSUBJETIVA
73
seguridad, de confirmación de sí mismo y preocupación por el imagen que presentamos, ejemplo, a nuestros cumplimiento. La La imagen que presentamos, por por ejemplo, amigos, es una especie entre la que nos hacemos una especie de intermediario de intermediario entre la nos hacemos de de nosotros mismos y lo que expresaría nuestro «ideal del Yo moi)» Maisonneuve, 1966). L a atracción física desempeña también un rol fundamental aunque difícil d e analizar. nivel afectivo, los lo s estudios realizados sobre las la s motivaciones profundas d e lazos afines proponen d o s tesis diferentes. L a mayor parte muestran la existencia de similitu es que se sitúan sobre todo en los lo s valores y actitudes y no en los rasgos d e personalidad: éstas so sonn las la s conclusiones de los estudios experimentales q u e muestran amistosas o amorosas reposan en principio en una qsimilitud ue las relaciones d e actitudes. 7 N o obstante, Y . Castellan demostró también a partir del test d e
Rorschach, administrado a una población de novios, amigos, y parejas, u n a similitud en la fórmula d e afectividad manifiesta 1980,
págs. 118-132). Otros, como R . Winch, invocan m á s bien a la complementariedad entre las parejas: la atracción estará determinada por el sentimiento de que los rasgos d e l compañero son el complemento de los suyos propios. Nos podemos pr pregu egunta ntarr si las dos tes tesis is son necesa necesariamente riamente
antagónicas y si, a menudo, no se encuentra u n a cierta complementariedad sobre un fondo de similitud. Esta es, por ejemplo, la conclusión q u e parece desprenderse de los estudios d e inspiración psicoanalítica de J. G. Lemaire sobre la pareja, q u e defienden la idea de una elección inconsciente entre cónyuges a partir de una cierta complementariedad d e modos defensivos sobre u n fondo d e identidad d e conflictos psíquicos 1979). vez, en las aportaciones del psicoanálisis, de Apoyándose, a la la vez, las aportaciones del psicoanálisis, de la fenomenología existencial y la psicología social, J . Maisonneuve adelanta la idea de que «toda afinidad s e funda mínimamente en una que, en los casos trascenderse en connivencia que, los casos privilegiados, puede trascenderse u n a comunión» 1966, cap. 11). E n efecto, la atracción descansa, a menudo, en una cierta connivencia narcisista y en el encuentro d e que entran en resonancia. Pero implica también la doss imaginarias do personal; a este nivel nivel se establece una búsqueda del del ideal personal; se establece una tensión entre necesidad d e seguridad y deseo d e entre identidad y alteridad, alteridad, entre cumplimiento. E s la l a experienci experiencia a común a partir de la que puede forjarse y vivirse
7. Véase sobre todo, Donn Byrne 1971) q u e establece, p o r ejemplo, un u n a correlación fuerte entre similitud d e opinión y expresión d e preferencias interpersonales.
74
INTERACCIÓN Y COMUNICACIÓN
u n «no «nosotr sotros os comuna comunal»; l»; J . Maisonneuve ve la clave en la armonía d e estilos d e aprehensión existencia ; ya que la comunión parece implicar una armonización de vivencias, pero
también la expresión que se d a n recíprocamente lo s miembros de la pareja. Esta es la base sobre la que puede instaurarse entre ellos un verdadero diálogo Estamos cerca de lo que Rogers llamó e l «enverdadero cuentro esencial» (basic encounter), donde d o s personas llegan a comunicar d e forma auténtica y congruente y a traducir en su comunicar expresión lo que viven profundamente y, al mismo tiempo, s e siente n mutuamente aceptadas y comprendidas 1973, pág. 33). C . Rogers ha podido deducir una especie de principio general de esta comunicación interpersonal: «Cuanto m á s grande sea la congruenc ia ia de la experiencia, de la conciencia y de la comunicación p o r parte de un individuo, más la relación dará lugar a una tendencia a la comunicación recíproca con una congruencia incrementada; una tendencia a la comprensión mutua de las comunicaciones m á s exactendencia funcionam iento psico psicológic lógicoo incrementado en los t a ; u n ajuste y u n funcionamiento dos; una satisfacción mutua en sus relaciones. la inversa, cuanto m á s grande es la no-congruencia comunicada de la experiencia con la conciencia, más la relación dará lugar
a comunicaciones
ulteriores que posean las mismas características; u n a desintegración de la comprensión exacta, u n ajuste y u n funcionamiento psicológico menos adecuado entre los dos; y un descontento mutuo en las relaciones» relaciones » 1968, pág. pág. 243).
Segunda parte
SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
E l análisis de la interacción social como proceso d e comunicación nos h mostrado que no se debe abordar como un especie de
cierre que l reduce l relación y los intercambios inmediatos entre l o s interlocutores. Hace intervenir, como l o hemos señalado en varias ocasiones, e l contexto en el que se inscribe. N o obstante,
formulación ón puede s e r engañosa; e l contexto no es solamente e l esta formulaci entorno de la interacción; e l conjunto d e circunstancias en las que inserta. E s fundamentalmente u n campo social social conjun con junto to d sistese de e m as simbólicos, estructuras y prácticas) q u e constituye a la vez un referente, u n sistema convencional y u n orden q u e hace posible e l intercambio y le otorga s u s may mayores ores significaciones.
Este campo social aporta códigos indispensables l comunicación; po porr supuesto, se trata de l lengua pero también de otros sistemas semióticos como la simbología d e l espacio, e l vestido, la presentación de sí mismo y, más ampliamente, e l conjunto de rituale less que organizan l s relaciones sociales. Impone también normas y regl s d e conducta que no tienen solamente un efecto limitador sino que ejercen un acción regulador que
l
de l s
favorece socialización pulsione puls s sexuales, agresivas agresivas equilibrio y d e autoconversación), el intercambio, el iones y la reciproci-
dad. Remarcamos ciertos aspectos del contexto, contexto, o de for form m a más precisa de la situación el marco, la institución y los rituales. E l marco sitúa y circunscribe el encuentro en el espacio y el tiempo; veremos cómo estas dimensiones m rc d s por la diversid a d de las culturas impregnan la interacción cap. 1 .
76
SITUACIONES Y CÓDIGOS CÓDIGOS SOCIALES
expres resión ión fu fundament ndamental al de lo social. E n tanto L a institu ión e ess l exp forma estructurada y estable d e conductas, proporciona a la relación
modelos sociale sociales; s; en tanto organi organización, zación, representa el marco concreto cret o portado portadorr de norma normas, s, de tipos de relaciones, de sistemas de donde s interacciones ciones cotidiaroles) donde roles) see desenvuelven la mayoría de las interac n a s cap. 2 . es a la la inte interacci racción ón lo que que la lengua es a la palabr palabra; a; aporta E l ritu l es u n código, u n conjunto de d e reglas y d e usos, u n a especie d e «gramátic a » q u e asegura u n a armonización y una regulación de los intercambios cap. 3 .
Capítulo 1
E L M A RCO
designa las espaciales y temporales temporales en las las estructuras espaciales E l marco designa q u e se inscribe la interacción. espacio-temporal no es un se inscribe la interacción. El El marco espacio-temporal simple entorno, especie de telón de fondo en donde los efectos serían relativamente neutros. Estructurado por la cultura, tiene un serían relaciones nes sociales. sociales. efecto estructurador sobre las relacio
E l espacio y e l tiempo
acarrean relaciones estrechas porque «los acontecimientos que se desenvuelven en el tiempo sociohistórico siempre localizados, no únicamente en el espacio físico, geográso n fico o ecológico, sino también en el espacio social específico que
precede cedente ntes» s» Filipcova, 1 1986 986,, pág. 34). No 34). No obstante, encierra a los los pre mantienen con la intera interacción cción laz lazos os diferentes de los que trataremos sucesivamente.
1.
LA ES T RUCT URAC IÓN IÓ N DEL ESPACIO
espacio como elemento de interacció interacción n compete a la la E l papel del espacio «proxemia» término creado por E. T. Hall y que designa « e l conjuny teorías que conciernen al uso que el hombre hace producto cultural específico» Hall, 197 1971, 1, to de dobservaciones e l espacio como pág. 13). S u desarrollo es el de una especie d e etología humana, derivada de la etología animal, cuyos cuyos conceptos ha tra transferid nsferido o ant antes es d e desmarcarse de ellos poco a poco.
78
SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
1. De la etologí a la proxemi
E s alrededor de los conceptos d e territorio y dist nci person l donde se ha ha articulado la unión entre etología animal y etología hu h u mana.
Ciertos comportamientos sociales de los animales -que se califican de rit rituales— uales— no están en relación con las necesidades fisiológicas sino que tienen u n a función comunicativa: s u meta es regular las la s relaciones entre lo loss miembros de una misma especie y diferenciarlas, como grupo, d de e otras especies. El comportamiento espaci espacial, al, a menudo, a
y de es de este orden. S e analiza en términos de territorialidad d e l primero concierne a la ocupación d e l espacio yea distancia la forma individual;
e n que un grupo o una pareja defiende la zona ocupada. ocupada. Para K . Lorenz 1969), la territorialidad será la propia de las especies agresivas y desempeñará e l papel de una respuesta innata, biológica, a la agresividad de los demás. E l hom bre, por el hecho d e postular, es una criatura agresiva q u e considera que la territorialidad s e reencuentra en el espacio humano. E l segundo toma al individuo como marco d e referencia y trata e l espacio q u e mantiene y defiende c o n respecto a sus congéneres u otras especies animales.1
b
P o r analogía con el comportamiento territorial animal, se ha
querido considerar que la regulación de la dista distancia ncia interpersonal interperson al en e l hombre era una forma d e territorialidad y que existía un u n «territorio humano» que se ha llamado «espacio personal». Inventado por Katz y popularizado po porr Sommer, el concepto de espacio personal fue fu e definido p o r este último como «una área c o n fronteras invisibles q u e rodea e l cuerpo de una persona y donde los lo s intrusos n o pueden penetrar». Este espacio es descrito unas veces como fijo Sommer), otras como variable Little); a veces incluye la presencia de los congéneres y a veces lo loss excluye. A pesar d e estas diferencias s e vuelve a encontrar en todos los autores la concepción de un espacio personal sentido y utilizado como u n volumen d e protección contra la agresión de los congéneres. lo loss contornos, lo loss componentes, se en ha Para precisar para van recurrido a métodos variados que desde las experiencias definir laboratorio descubriendo la zona, más allá de la cual se experimen-
1. Hediger distingue cuatro tipos de distancia individual de huida, crítica, personal y social). A esta clasificación se refiere E. T. Hall para tratar las la s distancias
interindividuales en el hombre. Para más detalles en lo que atañe a los estudios etologistas podríamos referirnos a J.C. Ruwet 1969) o J. Corraze 1980).
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molestia al aproximarse ta una una molestia al aproximarse a a los demás) los demás) a a las observaciones las observaciones en en el medio natural muy utiliza utilizadas das p o r Hall y G o f f m a n ) , pasando p o r técnicas simbólicas en las que se solicita a los sujetos que se protejan e n u n esquema q u e simula u n a situación real. A pesar de su interés, métodos ha realmente una definición n i n g u n o de de estos métodos ha permitido realmente precisa preci sa del es espaci pacio o personal. Sin duda duda,, la analogía ent entre re el hombre y el animal tiene su s límites y e l concepto d e territorio n o tiene e l mismo significado para uno y otro. E n efecto, en el animal, el territorio corresponde a una zona precisa, delimitada por una frontera i n fra n q u e a b le l e para los otros individu individuos os de su misma especi especie e existe siempre isomorfismo entre l a estructura social y l a espacial; el hombre, hombre, la la estructura social y social y los espacios los espacios de de vida vida so son n mucho emná sel complejos y no complejos pueden estar reducidos a reducidos a una respuesta no pueden una respuesta instintiv a . E l concepto d e territorio concebido como u n espacio personal
corre el riesgo de limitar la relación social a las relaciones de agresión y d e defensa contra l a agresión. Por esto se ha podido sustituir el concepto de espacio personal, Por q u e n o tiene más que un valor analógico, por el de dist nci interper sonal R . L écuyer, écuyer, 1976), que es más operativo. Lleva a analizar el como un variable secomportamiento espacial como comportamiento un proceso relacional, variable se marco, las situaciones, los protagonistas, los grupos sociales y sociales y g ú n el el marco, las situaciones, los protagonistas, los grupos
la s culturas. c) L a proxemia est está á relacionada co n esta vía y ha desarrollado su s investigaciones e n tres direcciones E. T. Hall, 1971): u n análisis d e l a percepción del espacio por los receptores sensoriales; un análisis
formas de espacio: espacio: en organización antropológico que distingue que distingue tres formas de en organización jija ciudades, ca casa sas, s, habitaci habitaciones), ones), e n organización semifija el mobiliario) y e l espacio in f orm al el que separa a los individuos unos d e otros);2 y en fin, un estudio proxémico comparado d e diferentes culturas: cada uno utiliza los tres tipos de espacio de forma distinta; e s posible tomar este factor como analizador de estas estas culturas la concretamente, de búsqueda de una vivienda, una vivienda, o más más concretamente, de una habitación, una habitación, e n los lo s EE.UU. o e n Japón revela concepciones diferentes de la vida habitación que se otros o privada: tener «su» habitación se puede separar de los los otros juntos en una gran habitación donde se eliminan las vivir bien para adaptarla usos s diferentes). paredes a uso 2. Hall describe a los indi individuos viduos como colocados colocados en el centro de burbujas concénseparan de sus interlocu tores según según las «distancias». tricas que los los separan sus interlocutores las «distancias». Nombra cuatro te n i e n d o cada un a un modo cercano y otro lejano) y describe su s características: L a personal» onal» de 40 cm a 1,20 m), la «social» d e «distancia intima» menos de 45 cm), l laa « pers 1,20 a 3,60 cm) y la «pública» más d e 3,60 m ) .
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES SITUACIONES
Estableciendo esta estrecha relación entre el espacio, la cultura y la comunicación, el análisis proxémico toma sus distancias frente a la etología alejándose en particular partic ular del interrogante: interr ogante: «¿Es el hombre un animal territorial?») y se orienta hacia una aproximación psicosociológica y relacional de la estructuración del espacio. 2 .
proximación internaciona internacionall
L a aproximación interaccional considera el espacio como una de
las variables de la relación interpersonal, en relación con la situa-
ción comunicativa comuni cativa y la diferenc dife renciaci iación ón de tipos tipos de espacios espacios del más íntimo al más social).
la comunicación pueden ser ser a) Las relaciones en entre tre el espacio y la entendidas desde dos ángulos: el de la distancia que separa a los interactuantes y el de su posición y disposición respectivas en el campo espacial. - La distancia inter interperson person l se deriva de normas sociales y puede dizaje; e;3 está en función de la distancia psicolóser objeto de un apren dizaj gica y social que se establece entre las personas presentes y es una
proyección simbólica de la misma. Esta distancia psicológica correspond correspondee a la forma en que los participantes se sitúan mutuamente;4 entra, no obstante, en relación de equilibrio con otros elementos que marcan también la naturaleza de la relación la mirada, la tensión muscular...) de tal forma que, para u n mismo nivel de intimidad, si uno de los factores baja, otro al el equilibrio. Así, se acerca menos debe subir para establecer establecer el Así, uno se más a alguien que tiene los ojos cerrados que a quien los tiene abiertos y se mira menos a su pareja cuanto más cerca de ella se encuentra. El comportamiento proxémico puede ser considerado como una señal que tiende a significar, para la pareja que participa del encuentro, el tipo de relación que se desea desea establec establecer er entre ellos es 3. Uno de llos os discípulos de Hall -J -J.. A . Scottj intentó establecer la edad en la que se toman estas distancias véase Hall, 1971). 4 . Así, en la relación, po r ejemplo, entre e l juicio llevado por los profesores a sus alumnos y el lugar que que les atribuyen en la clase, los del pri primer mer rango rango están están favorecido s véanse lo loss trabajos de Shwebel y Cherlin, 1972); otras investigaciones han mostrado que existía u n a estrecha relación entre distancia física y jerárquica pidiendo a lo s sujetos q u e encontraran la relación jerárquica existente entre do s personajes filmados filmados en m u d o en su lugar d e trabajo; hubo pocos errores de apreciación.
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l a tesis de M. Argyle, 1975): esta distancia está influenciada por un cierto número de factores que se h n intentado aislar por dispositiv o s experimentales. Algunos revelan características d e identidad como el sexo en nuestra cultura los hombres guardan más distancia entre ellos que las mujeres) o la edad la distancia aumenta de la niñez a l a edad adulta y decrece hacia l a cuarentena). Otras depend e n d e l grado d e simpatía o antipatía que se tiene por el compañero acercamos más a alguien que nos es simpático tiene las a alguien es simpático o que que tiene no s acercamos nosotros). os). Otras tien tienen en relación con las caracmismas opiniones que nosotr mantiene e una gran distancia frente a terísticas físicas de la pareja se mantien alguien alto o gordo o portador de una anomalía física evidente).
Otros están ligados a l st tus social de los interactuantes l a distancia e s m í n i m a cuando cuand o el compañe compañero ro es igual o superior a quien se acerca y máxima e n caso contrario). evid vident enteme emente nte,, estos estos datos varían según l a s culturas así, en la Y , e conversación cotidiana, dos árabes están más cerca que dos norteamericanos, y dos franceses s e tocan m ás fácilmente que dos ingleses). Pero, independientemente de la cultura considerada, las características d e l marco en el que se desenvuelve l a interacción tienen un efecto importante: l a presencia d e inconvenientes contribuye a
disminuir las distancias mientras que la intimidad del marco o una situación amenazante l a s aumenta; además, u n a fuerte densidad istemátiátipuede provocar reacciones d e defensa agresividad, huida ssistem c a de la mirada, rigidez, como en el Metro...) o al contrario, favorec e r los contactos como en una discoteca o una fiesta). Así, el concepto d e proximidad n o tiene l a misma significación e n situacione s donde h a y densidad diferente en el Metro, u n a distancia m u y desconocidos no es motivo de incomodidad si se pequeña entre desconocidos es motivo de incomodidad encuentra abarrotado y sí lo será s i está medio vacío). disposición esp ci l influye igualmente en la comunicación. L a disposición s í Moscovici y Lécuyer 1 9 7 2 ) , quienes observaron intercambios interc ambios verbales en disposiciones variadas en rectángulo, círculo o en línea) pudieron constatar que es en la posición circular donde se daban m ás l a s relaciones socioemocionales y que en la disposición lineal e ell riesgo es men menor or que en las otras disposiciones. No obstante, parecería que tanto como la disposición espacial, fuese la accesibilidad visual la que desempeñara un rol primordial en la comunicación: es en l a disposición lineal donde es más débil, y en la circular mayor. S e observa igualmente que es esta última l a adoptada espontádesean disentir.5 Así, « n e a m e n t e por un grupo d e iguales q u e desean «ee l 5 . E s ig ualme nte la accesibilidad visual la que parece ser el origen de lo que
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factor de distancia debe ser corregido por la accesibilidad visual, factor que se revela determinante. Se puede junto a se revela (...) determinante. Se puede hablar junto a distancia física real, de tiene en cuenla distancia física real, de una una distancia funcional que que tiene en cuenta la distancia y el ángulo entre dos sujetos así como los obstáculos en la comunicación qu que e pueden constituir los otros sujetos» (R. Lé1975,, pág. 553). cuyer, 1975 importante nte de la interacc interacción ión;; n El espacio es, pues, una variable importa no o obstante, los modos interactivos pueden diferir considerablemente sitúe uno en un según que se se sitúe un espacio definido como «público» o estudio dio del marc marco o espacial debe te tener ner en cuenta es esta ta «privado»; un estu oposición.6
b ) La oposición entre esp cios priv dos y públicos interviene a dos niveles: en el de lugares y modos de conducta con que están relacionados (existen comportamientos que se deben tener en «público» y otros que no pueden tenerse más que en «privado») y en el de territorios que se reivindica para su uso exclusivo (y allí lo privado se hace «íntimo»). E Estos stos aspectos han sido analiza analizados dos p por or E. Goffman (1973) través de los conceptos de «región» y d de e «reservas del Yo moi)». ac tividades des sociale sociales s es están tán repartidas en Según E. Goffman, las activida
actividades públicas («las representaciones») en las que los actores ejercen un control estrecho en sus comportamientos y en actividaejercen des má más s cada o m menos enos privadas durante las cuales una elacontrol se relaja. Porque a Porque tipo de actividad tipo de actividad l corresponde región que a le e corresponde un es un lugar relativamente delimitado (una habitación, una sala, un una a oficina...). La región «anterior» es el lugar donde se desarrolla la «representación» y la región «posterior» (o «bastidor») es la que está en relación con la represe representación ntación dada, pero donde los actores escapan a la atención de dell público (E (E.. Goffman, 1973, t. 1). En la primera se
llaman « e l efecto Steinzor» y que demuestra q u e la relación cara a cara favorece e l intercambio verb al. Este Este efecto no se verifica más que cuando se trata de una tarea y
no 6de de. Y,intercambios informales. sin embargo, e s a veces difícil determinar co n precisión lo que es espacio privado y lo lo que es espacio púb lico ya que d epend e en gran parte de la actividad actividad que se ejerce, pers personas onas con las que se encuentra y de la forma subjetiva en que se reviste: un apartamento privado puede convertirse en público cuando se recibe; un lugar público puede se serr vivido como privado si se encu entra solo solo como la mujer de la limpieza en las oficinas despu és de las sei seiss de la tard e) o si ha sido cread o a este este efecto como los lavabos públicos, por ejemplo); de la misma manera un lugar público don de una ú nica comp añía es la de los amigos pued e conv ertirse en casi privado es el caso de un compartimiento d e tren ocupado por una sola familia).
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inviste u n a imagen d e Sí-mismo que se quiere v e r reconocida y retenida como la única legítima por el público; las comunicaciones están regidas allí por normas bastante estrictas que precisan a la vez la form a con que los los actores deben tratar a l público lo que podemos llamar reglas d e cortesía) y l a forma en que deben comportarse delante de él las reglas d e decoro); s suu manera d e arreglarse lleva en él en su estructura espacial y s u valor simbólico), u n a especie d e modelización de las interacciones en relación con la representación q u e allí s see desarrolla desarrolla habitualmente como sucede cuando s e ordena u n salón, un tribunal o una clase). Es en la región «posterior» donde s e ponen a punto lo s elementos d e expresión de la representación e l
cuarto d e baño donde s e maquilla, l a oficina donde u n político prepara un discurso con sus consejeros...), donde se anteponen los accesorios escénicos, donde se repite, donde se descansa y donde se puede despojar de su personaje. S e autorizan allí comportamientos q u e e l público n o puede conocer, y que no se pueden tener más que e n u n lugar donde éste n o es admitido. Si l laa región anterior corresponde efectivamente a u n espaci espacio o públi públi-co , la región posterior n o puede s e r asimilada enteramente a u n espacio privado por el simple hecho de que el público n o tiene acceso, porque e l actor no se encuentra necesariamente sólo o e n compañía
íntima como en su familia o en su grupo d e amigos); a menudo está e n compañía de miembros de su «equipo» con los que puede existir una privada: da: un abogado e n iliaridad, pero que no es la de la vida priva cierta fam iliaridad, u n maestro en la Sala d e profeel guardarropa d e l Palacio d e Justicia, un sores, tendrán ante todo u n tono y u n comportamiento d e «colega» frente a sus compañeros. N o obstante, u n a distinción existe entre las la s dee apropiación: la región anterior e s vivida do s regiones según su modo d como pública y la región posterior como semiprivada porque la intrucomo o la sión d e l público es e s sentida allí como molesta e incongruente com presencia de un cliente en la cocina de un restaurante). Algunos espacios pueden funcionar alternativamente como regiones anteriores un cargo superior en la que la calidad o posteriores, como la oficina de un de l material afirma s u status aunque puede conservar la botella d e o el paraguas que puede necesitar. Igualmente en el intervalo alcohol mismo mo lugar puede pasar de un status a entre dos representaciones, un mis otro: es el caso de un restaurante o d e unos almacenes antes d e abrir o después d e cerrar. E n cuanto a l concepto d e reservas del yo éste constituye u n a extensión del de territorio. Denomina u n espacio fijo o m óvil) óvil) o u n campo d e objeto en el que el «te n ie n d o derecho» vigi vigila la y defiende la apropiación y los límites E . G o f f m a n , 1973, t. 2, cap. 2 ). Forman
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parte de las reservas, el esp espacio acio personal el cual, como hemos visto visto,, a l individuo y donde toda penedesigna esta «burbuja» q u e envuelve al tración es a menudo tración desagrado); el a menudo sentida como molesta, fuente de de desagrado); el lugar ya sea estable — c o m o el lugar ocupado por cada uno alrededor de la mesa familiar- o momentánea -como el espacio marcad marcado o toalla en la playa-...); el reivindicado en funpor una una toalla el espacio útil, reivindicado en fununa actividad como el terreno escogido para jugar ción de una ción como el jugar a los bolos y donde los jugadores esper esperan an que quede libre en el tiempo que dura la partida); los efectos personales vestuario, bolso, toalla, cigarros, vaso) vaso) que constituyen una especie especie de prolongación del yo moi) y que los otros n o pueden tocar o desplazar s in precaución. Podemos extender también el concepto de «reserva» a ese espacio metafórico que es la intimidad de ccada ada uno sus pensamientos interiores, riore s, sus sentimientos, sus relaciones afectivas, sus «secre «secretos», tos», su vida privada) donde no se puede penetrar más que con tacto y prudencia; o incluso la esfera de familiaridad que instaura una conversación entre dos o más personas y en la cual un individuo exterior no puede inmiscuirse sin ser invitado o sin disculparse. sensiblemente según la l a s culturas, Esta f form orm a d e territorialidad varía sensiblemente lo s grupos sociales, el st tus de los individuos, la situación y la persona-
lilidad dad ya que llas as reservas del yo no son el orden de los datos objetivos sino de los fenómenos subjetivos, y su modo de apropiación depende tanto como como de determinantes sociales). Así,de social apareció clave de la efactores l espaciopsicológicos u n elemento interacción, fuertemente regulado por normas culturales, sociales, psicológicas y anclado en la relación intersubjetiva entre protagonistas. Constituye a la vez un determinante y una proyección simbólica d e la relación. 2.
L A ESTRUCTURACIÓN D E L TIEMPO
E l tiempo, como e l espacio,
aparece a la vez como u n elemento natural y como natural como una simbólica que pone ritmo en la vida una estructura simbólica que pone individual y en la social. Existe en sociología toda una tradición que h mostrado que si el tiempo físico tiene un existencia «formal» independiente, el individuo no puede percibirlo más que que a travé travéss de la interpretación y el filtro de las representaciones colectivas y de la ctivid d humana y social.7
7 . Esta Esta tradición tradició n se remonta a Henri Hubert, Marcel Mauss y Emile Durkheim y h a Halbwachs y Georges Gurvitch. sido seguida en Francia por Maurice Maurice Halbwachs y
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representación del tiempo es orqu esta representación del tiempo es una de las dimensiones las dimensiones esenciales de la relación del hombre con su entorno y con sus semejantes. Marca profundamente s profundamente sus ocupaciones, sus us ocupaciones, sus ritmos diarios, su futuro y su concepción de la vida. rios, Varía profundamente según la lass épocas, las la s civilizaciones y los grupos sociales; está fuertemente impregnada impregnada de de conceptos culturale less y afectivos según e l valor acordado a l tiempo, la percepción d e su paso, la intensida intensidad d ssegú egún n la cual ha vivido, la escisió escisión n subjetiva en «tiempo lleno» o «tiempo muerto» etc.)-8 Todos estos conceptos se encuentran en la interacción que se
inscribe siempre en una dimensión temporal, dimensión que, de
hecho, es un proceso dinámico con un antes y u n después, u n principio y un final, un pasado y un futuro, una fecha, una hora, una duración... L as preguntas que se pueden plantear sobre la forma en que la temporalidad marca marca la interacción la interacción son son numerosas. S e sitúan en varios niveles: -¿Cómo las diferentes culturas conciben el tiempo, cómo lo cómo le dan ritmo y cómo a partir de estos elementos, valoran, cómo y cómo organizan y estructuran lo s encuentros interpersonales?
-¿Cómo la lass sociedades y lo loss grupos sociales, fragmentan y caracterizan e l «empleo d e l tiempo»?; ¿cómo la multiplicidad de d e cuadros temporales influye distintamente en las relaciones y en las comunicaciones?; ¿qué normas aporta a la interacción según la diversidad de situaciones y d e experiencias sociales? -¿Cómo, en fin, el tiempo e s vivido a u n nivel psicológico e diferent rentes es modo modoss relació relaciónales nales pueden ser intersubjetivo?; ¿cómo dife analizados en la forma d e ocupar e l tiempo? 1
Tiempo y culturas
Cada cultura comporta una representación del ti tiempo, empo, representación elaborada elaborada a partir partir de modos de producción, de de modos de producción, de prácticas
cotidianas, de estilos de vida, pero también de valores y tradiciones heredadas del pasado.9 Estas representaciones ofrecen múltiples v a 8 . Para una presentación del trabajo sobre el tiempo social, véase Gilíes Provonost loss números d e Cahiers internationaux d e sociologie sociologie 1979) y \aRevue 1983) a sí como lo Internationale des des sciences sociales 1986) que llevan ambos el título de Tem ps et So ciété 9 . Véase sobre este tema Les cultures et le temps 1975).
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naciones según la lass comarcas o regiones y las épocas, y, a su vez, orientan la forma en que viven lo l o s hombres y perciben la duración, la marcha del tiempo, los ritmos diarios o estacionales, la existencia y la historia. S e puede así distinguir una concepción cíclica del tiempo, como e l eterno retorno, más propia de las culturas tradicionales; una concepción lineal e irreversible a la manera del huir de las horas concepción concepción marcada por la visión judeo-cristiana de un tiempo vectorizado de la creación a la redención, proyectado hacia una realización futura); o una concepción del tiempo en espiral mezcland o e l retorno cíclico y la progresión lineal. S e trata d e grandes figuras míticas que encuentran una traducción en la forma en que los lo s individuos perciben los ritmos cotidianos y en que interactúan. S e pueden tomar estas representaciones implícitas a través de ciertas expresiones lingüísticas corrientes: «no existe nada nuevo bajo e l sol», «cada cosa a s u tiempo», «perder el tiempo», « e l tiempo e s oro», etc... clasificación ón siguiendo el modo d e E . T . Hall propone otro tipo d e clasificaci estructuración de las actividades diarias. Opone las culturas mono rom s en las que los individuos «compartimentan e l tiempo, lo
dividen e n función de la variedad de las tareas a realizar, y s e
desorientan si deben ejecutar demasiadas tareas simultáneas» son, p o r ejemplo, los los de Europa d e l Norte o de los EE.UU.) a las culturas polleron s como la l a s mediterráneas) donde los lo s individuos «tienen, a l contrario, contr ario, te tenden ndencia cia a realizar vari varias as operacione operacioness a la vez, como los malabaristas» 1971, pág. 212). L o s primeros dividen s u tiempo e n fases «activas» valorizadas) y «durmientes»; para lo loss segundos, estar sentado puede ser una actividad. sentado Esta Es ta op oposic osición ión encuentr encu entra a equiparación en las diferent dife rentes es concepciones del espacio: los monocronos, distantes, compartimentan su actividad tanto en el espacio como en el tiempo; lo s policronos, ávidos de contacto, lo concentran todo en un único lugar. E l urbanismo es el símbolo: es la plaza española donde se pasea y s e alterna frente a la Main Street americana que se atraviesa a grandes pasos. Todas estas concepciones tienen un impacto en las relaciones interpersonales, sobre el lugar que le es consagrada en las actividades diarias, sobre su ritmo y su duración, sobre s u periodicidad... S e puede tomar como ejemplo e l concepto de una cita y d e puntualidad. Cada cultura comporta unas reglas sobre el plazo necenece sario para fijar su encuentro, sobre la hora conveniente, sobre su aproximada. En las culturas industriales se puede fijar una duración aproximada. duración cita hasta con varios meses de antelación, mientras que en otras,
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hacerlo con más de una semana, pierde todo sentido. En América del Norte, un retraso de cinco minutos justifica una excusa y más de media hora constituye una falta grave. En América del Sur esto puede representar un tiempo normal que no merece lla a pena mencionar. En Francia, en comida de trabajo, las cuestiones importanEn Francia, en una una comida de trabajo, las cuestiones te s no no se abordan más qu que e después de un tie tiempo mpo de conversación general, mientras que en EE.UU. se espera que sean tratadas de entrada Hall, 1971), etc. 2 . L os ti mpos soci
les
E l tiempo de la interacción social no lleva solamente la marca de
la lass diferent diferentes es culturas; varí varía a tambi también én en el interior de cad cada a sociedad según las clases, lo los s grupos, las edades, los los sexos y los medios de vida el tiempo relacional no es vivido de la misma forma en la ciudad o entre los activos o los parados, los jóvenes o las en el el campo, entre los activos los parados, los jóvenes personas de la tercera edad, el ama de casa o la asalariada...). U n a de las características fundamentales de las sociedades modernas es que presentan una fragmentación rígida del tiempo social
tiempo de trabajo, familiar, libre...); han multiplicado los marcos temporales, cada cada uno tiene su ritmo, su propio significado significado y su uno tiene
propio modo modo de sociabilidad. El tiempo de trabajo convierte en de sociabilidad. El tiempo de trabajo se se convierte en el tiempo dominante, alrededor del cual se estructura el empleo d el tiempo para lo s jóvenes es el tiempo d e estudio y formación). L as instituciones son un factor importante en esta estructuración del escuela, por genera el ritmo de los niños en el tiempo. La La escuela, por ejemplo, genera los niños en d ía y además define define «los pasos» de una clase a otra maternal, primero, segundo...) Impone también los fuertes límites en el trabajo y las vacaciones de toda la familia e incluso de todo el mundo económico estaciones turísticas, cierre de empresas y de ciertos servicios...). Las relaciones cotidianas tienden a dividirse en relacion e s d e traba trabajo jo las d e l día) y familiares por la noche). L a s relaciones afines, de amistad o familiares extensas son trasladadas al fin de
las as semana; la tarde o incluso la noche es el tiempo privilegiado para l interacciones festivas, amistosas o eróticas ligadas a la cena en c o m ú n , a las salidas y a la bebida). E n contraste con el tiempo y las relaciones de trabajo socialment e limitadas, el «tiempo libre» se convierte en un valor fuertemente
codiciado no obstante, el tiempo libre del paro o la jubilación pueden convertirse en un tiempo vacío o socialmente muerto). Las reencuentr uentros os social sociales, es, vacaciones, a menudo, son la ocasión de reenc
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culturales o afines en una forma diferente de la habitual y de nuevas culturales concepciones de la interacción social viajes organizados, vacaciones colectivas, estancias asociando actividades y ocios, etc.). E n e l tiempo libre, el impacto de los m ss medi aparece también más importante y transforma las formas de sociabilidad. La como más televisión mediatiza, a menudo, las relaciones interpersonales; mirarla en común tiende a reemplazar los intercambios familiares, la copa tomada en el bar con los amigos o las salidas colectivas de los jóvenes.
3 . Los tiempos psicológicos Se ha indicado ya que el tiempo constituye a la vez vez un factor objetivo (realidad física, biológica y social) y una vivencia subjetiva: se experimenta en la interioridad más que constatada, sentido más que medido. No obstante, el tiempo tiemp o ps psicológ icológico ico pres presenta enta dos m odalidades muy diferentes: por una parte, existe el tiempo de los procesos secundarios (tiempo socializado, objeto de un manejo consciente) y e l tie tiempo mpo de los p proceso rocesos s primarios (que se escap escapa a a la lógica de la
cronología para doblegarse a los mecanismos inconscientes). U n o y otro intervienen de forma diferente en la interacción social.
a L a estructur ción inter ccion l socializa socializa da resiste varias forfo rmas de las que E. Berne 1975) intentó definir una tipología. Ve, en la base base de las relaciones interpersonales, dos motivaci motivaciones ones esenc esenciaiales: el apetito de estímulos y la demanda de reconocimiento. Uno de los problemas vitales del hombre es estructurar su tiempo y «programar» sus relaciones con los demás de manera que satisfaga las motivaciones y evite la soledad, la angustia y el aburrimiento. Existe una forma de programación que se le puede llama llamarr «instrumental» y que está orientada hacia actividades transformadoras de la realidad exterior para responder responder a las necesidades biológicas y socialas necesidades biológicas les (alimentarse, vestirse, cobijarse...), implica, a menudo, relaciones sociales (particularmente las relaciones de trabajo), pero no es su principal finalidad. N o obstante, Berne se interesa en un principio por la «programación social» cuyo fin es la estructuración de los intercambios interpersonales. más s simples son los «rituales» y los «pasatiempos». L a s formas má L o s rituales están constituidos por «una serie de simples transaccio-
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n e s complementarias, programadas p o r fuerzas soci sociales ales exte externas» rnas» Berne 1975, pág. 38); sirven para favorecer el contacto social. S e les llaman «informales» cuando como la s ovaciones y los saludos) admiten ciertas variaciones, y «formales» como la misa) cuando e l
desarrollo de sus secuencias es más rígida. Todas son aprendidas, estereotipadas y previsibles a la vista de la primera transacción resultan d e convenciones sociales y tradicionales y revelan u n a programación «parental»). «transacciones iones complemenL o s p s tiempos están formados p o r «transacc tarias ritualizadas a medias, dispuestas alrededor de un único núcleo material y cuyo material cuyo fin principal consiste consiste en estructurar un fin principal en estructurar un cierto lapso pág.. 43). Presentan u n a cierta ventaja existencial en la d e tiempo» pág medida en que fuera d e l hecho d e ocupar e l tiempo e n compañía d e lo s demás, permiten la oportunidad de procurarse mutuamente
uno confirmarse en su muestras de reconocimiento; permiten a cada uno imagen y estabilizar s u posición en la interacción social. Toman la forma de lo que se llama habitualmente conversación y constituyen y a sea un preludio de una actividad instru instrumenta mentall los chismorrees q u e preceden a una reunión d e trabajo), ya sea un fin en sí mismo y u n a especie d e «ceremonia» soc social ial encuen encuentros tros d e amigos, la s «veladas», «salidas», los lo s cócteles...).
Berne distingue finalmente una «programación individual» cuya finalidad es específicamente psicológica y busca obtener d e las relaciones con los otros satisfacciones pulsi pulsionales onales o narcisistas). La Lass d o s formas esencial esenciales es son los juegos y la intimidad. Como lo hemos visto anteriormente, Berne designa por juego una serie de transac jugador dor persi persigue gue u n a ganancia gana ncia psicológiciones ocultas en las que el juga ca o simbólica a expensas de sus compañeros. L o s juegos aportan u n a estructuración d e l tiempo y de la relación q u e implica más que los rituales y los pasatiempos; igualmente sirven para seleccionar a los «compañeros»; se escoge a menudo como interlocutores, asociados, o amigos, a personas que juegan al mismo juego q u e uno. También son un sucedáneo de la int intimidad imidad Porque la relación íntima satisfactoria a la estructuración del tiempo, al apetito la respuesta es d e estímulos ymaásla demanda de reconocimiento. Puede llevar a las ganancias psicológicas m ás positivas y enriquecedoras.10 Pero para acceder a ella se requiere que sean suprimidos ciertos mecanismos de defensa q u e obstaculizan u n a comunicación auténtica y espontánea.
1 0 . Berne indica que los juegos pueden contaminar u n a relación íntima, y describ e toda u n a serie de «juegos conyugales».
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E l ejemplo de los juegos muestra que la relación social está marcada por procesos inconscientes procesos que el psicoanálisis a puesto d e relieve y que se manifiestan sobre todo en la identificación, la repetición y la transferencia). A sí pues, a l lado d e l tiempo social, cronológico, tejido por la cultura y manipulado por los individuos, existe otro m á s intangible, b
más indecible, que
tiene sus propias características, sus propios ritmos y su propia lógica: es el tiempo d e l inconsciente; escapa a la linealidad, está marcado por la pulsión y la repetición y s e aparece e n el sueño, el síntoma o la transferencia; tiempo cíclico donde retornan los antiguos mitos, las figuras originarias, la búsqueda del loss mismos esquemas relaciónales y las objeto perdido y donde lo mismas escenas juegan constantemente a través de la variedad d e situaciones y del paso d e l tiempo biológico y social. Es un tiempo reversible donde s e mezclan pasado y presente s i n preocuparse de la cronología es el niño que fui y que vive siempre en mí, que reacciona inconscientemente ante una determinada relación presente). A sí pues, ya sea tiempo d e l incosciente que nos domina y se nos escapa a la vez, e l tiempo d e l encuentro con el que se juega y s e intenta domesticar el tiempo social que da ritmo a nuestra vida, o el
tiempo cultural y simbólico q u e teje nuestras representaciones y percepciones, e l tiempo está impregnado d e valores y d e sentidos y constituye, el espacio, una dimensión esencial de Hall la comuni del que E. T. cación; e s como cación; este «lenguaje silencioso» decía: «Ell tiempo habla. Habla m á s llanamente que las palabras» 1966, «E pág. 21).
Capítulo 2 L A INSTITUCIÓN
unn organismo q u e E n e l lenguaje corriente la institución designa u tiene una estructura estable, que obedece a ciertas reglas de funcionamiento y persigue ciertas funciones sociales s e habla d e instituciones políticas, económicas o escolares... . En un sentido más amplio, las plio, humanas ven en la institución una forma las ciencias humanas la institución
fundamental d e organización social, definida como u n conjunto estructurado d e valores, d e normas, d e roles, d e formas d dee conducta y d e relación la familia, la educación, la religión, la lass formas d e alimentación son, por tanto, instituciones).1 En este sentido, cada cultura aparece como un sistema más o menos coherente de instituciones q u e organizan y regulan difer diferentes entes a aspe spectos ctos de la vida social. E s decir, que no existe relación social que no se inscriba en un cierto contexto institucional: este contexto no es solamente un marco donde la interacción tiene lugar; es esencialmente una matriz que aporta a la relación un código, representaciones representaciones,, normas de roles y rituales que permiten la relación y le dan sus características signifi-
cativas. Por eso un análisis de la interacción social quedaría m u y parcial a l nivel de la comunicación inmediata, si no se considesi se limitase al rara como u n fenómeno institucional. S i se trata, pues, d e estudiar la manera en la que la institución influye en las relaciones interpersonales, destacaremos como ejemplo, la organización q u e constituye a la vez una forma estructu-
1. Para el concepto de institución,
véase G . Lapassade
1974).
92
SITUACIONES Y CÓD CÓDIGOS IGOS SOCIA SOCIALES LES
rada y estable d e institución y e l marco en el que se desarrollan u n a gran parte de las interacciones interaccion es sociale socialess cotidianas cotidianas profesionales, educativas, asociativas, políticas, etc.).2 S e acuerda generalmente considerar la organización como un sistema que hace interactu inter actuar ar diferentes difere ntes elementos individuos, grupos, servicios, tecnologías...) servicios, tecnologías...) y que realiza distintas funciones informativas informativas,, productoras, administrativas, técnicas, comerciaobecediendo a ciertas reglas. reglas. Es un les...) obecediendo un sistema «abierto» en la medida en que está en relación permanente de intercambio con su entorno. loss intereses y los puntos d e partir d e esta amplia definición, lo divergen. Laa aproximación d e inspiración marxista h a visto e n vista la organización L u n sistema d e prohibiciones, lugar d e actualización d e relaciones de producción y de relaciones sociales dé dominación. Otras se ven obligadas a mostrar la estrecha interdependencia entre los lo s co componentes mponentes sociales sociales y los componentes técnico técnicoss de la organización, cuya eficiencia depend dependee de la sinergia entre estos estos dos polos es la visión de una organización como «sistema sociotécnico»). Otras, en una perspectiva sistémica, se refieren al modelo cibernético para analizar e l funcionamiento de la organización e n términos d e infor-
mación, comunica comu nicación ción,, interrelacione interrel aciones, s, retroacciones. retroacciones. Otras, Otras, a par-
tir de un análisis de tipo estratégico, se centran en el actor, estudiando sus modos d e comportamiento, s u s márgenes d e iniciativa y d e libertad en el interior de las limitaciones institucionales. la luz de estas diferentes aproximaciones se estudiarán las modalidades según las cuales el contexto organizacional marca modalidades la lass relaciones sociales que instaura, y esto desde tres ángulos: -El de la comunicación de su forma, de su contenido contenid o y de sus sus cacanales. -El de los interactuantes, de sus roles y de sus status. -El de las estr tegi s y relaciones de poder que laten en las interacciones.
1. LA C O M U N I C A C I Ó N EN LA O R G A N I Z A C I Ó N
La organización se refiere a la vez a la forma y al contenido de los mensajes y a la forma en que circulan. abordará otros 2. Se abordará otros tipos de institución estudiando sobre todo los rituales de la interacción en el capitulo siguiente) y la familia en el capítulo 3 de la tercera parte).
L A INSTITUCIÓN
1. L a forma de las comunicaciones en la organización
93 comporta
dos caracteres específicos: Por un lado, la mayor parte de los mensajes concernientes al icados por los uso servicio están cod ifificados usos, s, se trate de una entre entrevista, vista, una nota de servicio, una convocatoria, una solicitud de información...: de servicio, una convocatoria, una solicitud la utilización del tono, estilo, vocabulario, usos de periodicidad, etc... Por otra parte, las características de los intercambios dependen e n gran medida d e l status de los interactuantes la organización e s u n universo jerarquizado jerarquizado en está en gran parte en el que cada que cada individuo está en gran representado por su status . L a comunicación jerárquica e s funda asimétrica: un jefe puede llamar a su secretaria por su mentalmente nombre, lo contrario es raro. nombre, Además, el aspecto limitado de la
superior y subordinado puede puede ser comunicación entre superior comunicación ser voluntario por las dos partes: el primero no quiere arriesgarse a perder su pr sti io y e l segundo, a ser desaprobado. D e hecho, las la s representaciones que se hacen el uno del otro desempeñan un papel importante en la naturaleza de su comunicación si un superior n o estuviera considerado como u n juez, si un subordinado no se viera como un ser falsamente sumiso arriesgándose a obtener provecho d e toda debilidad o buscando la admiración y
adhesión, los riesgos serían menores).3 2 . E l contenido de las comunicaciones está influenciado por la institución en la medida en que ella mediatiza las relaciones entre los lo s individuos y no las afinidades electivas). S e habla d e forma
natural de la tarea, de otros miembros de la organización los colegas, superiores jerárquicos, subordinados y clientes o usuarios...) y d e actividades ligadas a los roles y funciones. N o obstante, la proximidad casi diaria de los colegas puede hacer que se tenga con ellos conversaciones de orden orde n más o menos amistoso que podrían ser mantenidas fuera actividades extrapr extraprofesional ofesionales, es, notic noticias ias familiares, problemas personales, hobbys... . Sin embargo, incluso en este caso, su ritmo se rompe por la organización en la medida en que el tiempo de ocio ocio es o bie bien n un tiempo previst previsto o como tal la pausa de la el recreo), o bien un tiempo «robado» y que es por tanto comida, susceptib susc eptible le de se serr constantemente interrumpido interr umpido por la tarea tarea o por la autoridad es la situación de los estudiantes q u e intercambian algun a s palabras rápidas rápidas mientras mien tras e l profesor escribe en la pizarra y que
offman man 1968) veía en las representaciones recíprocas de los enfermos 3. Así, G off mentales y del personal cuidador u n obstáculo esencial a s u comunicación.
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
interrumpen inocentemente cuando se gira; o las conversaciones q u e mantienen la s mecanógrafas cuando e l jefe se ha ido... . 3 . L a m ner en que circul n lo s mens jes está inducida por las redes d e comunicación. S e distingue generalmente, desde lo s estudios d e Elton Mayo 1933), la existencia de dos tipos d e redes: u n a estructura «formal», querida por la organización, e n función de los objetivos, y una estructura «informal» n o prevista p o r ella y que se creó por los grados d e afinidad, encuentros, negociaciones. L a primera puede deducirse d e l organigrama; l a segunda n o puede aprehenderse m á s que por una observación fina y por un largo seguimiento de las c o mu n i ca c i o n e s efectivas. A nivel formal la circulación de los mensajes está dirigida por los «pasos obligados» y los «pasos prohibidos» o barreras L o s primeros pueden tener como objetivo facilitar la circulación de los mensajes evitando las dificultades y las las paradas inútiles. E l concepto de «segregación adaptativa» de E. Jacques 1972) muestra que a veces se hace seguir a los individuos y a las informaciones un u n camino complejo c o n s i está prohibida al público la oficina del de l el fin de una mayor eficacia: si jefe de servicio es porque éste perderá tiempo; ya que el jefe no tiene
generalmente conocimiento de los informes y sería necesario reenviar a los clientes a l servicio competente. Lo que es aparentemente u n a
barrera se recoge, de hecho, en el análisis, como un paso. Pero la s barreras reales existen igualmente bajo la acción de una «segregación inadaptada» siempre segú segúnn E. Jacques) que corresponde a una actitud defensiva de los individuos o grupos que los lleva a aislarse d e otros para protegerse. Así es, como lo s directores d e un establecimiento o servicio hacen preceder, a menudo, el acceso a su despacho, por los del secretariado, a fin de no estar n u n c a e n contacto inmediato con los solicitantes, l o s demandantes, lo s visitantes imprevistos. A nivel informal la s informaciones i nformaciones circulan m á s libremente s i n que la organización pueda ttener ener sobre ellas un control real y según las redes no oficiales: es lo que a veces se llama «radio macuto». Esta red paralela no es, sin embargo, totalmente independiente de l a estructura f o r m a l en la medida en que representa, a menudo, u n e añade para paliar las carencias; así, en ciertas organizadesvío, o sse ciones burocráticas, e l peso de la jerarquía y la estrecha y estricta definición d e funciones pueden llevar a u n informe a estancarse durante meses, mientras que un simple intercambio telefónico
entre dos secretarias influidas por resolver l a gestión e n algunos días.
un
cliente impaciente puede
L A INSTITUCIÓN
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constatación ón muestra que el contexto instituc institucional ional Esta breve constataci nunca es un «telón de fondo» neutro en un proceso de comunicación sino que forma parte intrínsecamente de él.
2
ST TUS Y ROLES
L a organización estructura las posiciones de los individuos en relación con los otros, posiciones definidas en términos de status q u e indica el lugar de un individuo en una estructura jerárquica) y d e roles. status
dinámica pero del no aparece comocomo un conjunl rol, expresión to Eorganizado de de conductas; no tiene organizado pero sentido, señala J . Maisonneuve 1973), más que si se actualiza en una relación concreta; ya que el ejercicio del rol no es solitario no se es padre m ás que en la relación que se mantiene con el hijo o profesor en la q u e se mantiene con los estudiantes). El rol se inscribe, pues, en una rel ión y es este aspecto el que ha sido señalado por diferentes autores. Así, para G. Mead 1963), el rol es la actitud que adopta un individuo en una relación interpersonal, actitud que es a la vez una respuesta a la actitud de los otros y un estímulo que busca influen-
ciarlo; se trata de un proceso intersubjetivo ya que es el significado atribuido al compor comportamien tamiento, to, la interpreta interpretación ción que el sujeto hace, más que el comportamiento mismo, funciona como estímulo. que, Parsons 1952) no lo considera como una relación entre yo y los demás sino entr entre e dos actores que se sitúan idéntic idénticamente amente como actores; el rol se convierte en lo que define la participación de un actor, en un proceso de interacción.4 Es posibl posible e igualmente ver a la lass organizaciones como sistemas de roles en interacción y considerar ra r las relaciones institucionales en términos de roles, de expectativ as d e roles, y conflictos d e roles. 1. Así, en
las organizaciones, es tanto por sus roles como por sus st tus como se caracterizan lo s diferentes agentes. Para R. Blake y J . Mouton 1972), e l «manager» e s alguien que no está definido solamente por una posición jerárquica, sino por el rol que desempeñ a en el seno de la organización es el que ordena, motiva, innova y forma a sus subordinados con el fin de alcanzar un mejor rendimiento y favorecer u unn a mejor participación). L a posición que los agentes toman unos en relación con otros y
4 . Para precisar más las diferentes teorías del rol, su descripción y puede consultarse a A . M. Rocheblave-Spenlé 1969).
su alcance,
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
frente a la organización puede ser igualmente considerada como ligada intrínsecamente a su rol y status A l tratar, p o r ejemplo, de la dif erentes es investigacioinvestigaciomotivación para participar en las decisiones, diferent nes Emery Thorsrud oodward , 1968 Thorsrud,, 1969 1969;; Flande Flanders, rs, Pomeranz y W oodward, h a n mostrado que, incluso cuando las cuando las organiz organizaciones aciones ofrece of recen n posi posibibilidades reales de participación a todos sus miembros, ésta no es efectiva más que entre e l personal responsable y d e dirección, y que m u y pocos individuos desean participar en las decisiones concernientes a u n nivel m á s elevado que el suyo. E l r o l parece, pues, u n a especie d e modelo interiorizado d e
actitudes y conductas cond uctas que permiten permi ten al individuo orientarse orientarse en sus
relaciones con los otros y con su entorno.5 Por eso Parsons lo describe descri be representando « e l sector organizado de la orientación de un actor q u e constituye y define s u participación e n U h proceso d e interacción» 1 9 5 2 , pág. 23 . 2 . El rol tiene una dimensión interactiva esencial e instaura una dinámica donde «expectativa» y «respuesta» s e complemenrelación dinámica relación ta n recíprocamente. Por un lado, el rol del actor está hecho por el conjunto d e actitudes y comportamientos esperados por sus com-
pañeros en una situación determinada; por otro lado, aparece como una respuesta a estas expectativas. Los dos aspectos se «inter dinámico de entre los actores p enet ran» en un proceso dinámico de ajuste mutuo entre en relación. L a s expectativas de los roles provienen a la vez del actor mismo según la forma como lo concibe , de sus compañeros u n subordinado espera, p o r ejemplo, que su superior le dirija, aconseje o superior que le obedezca, pregunte su punto su punto de vista; de vista; el el superior le obedezca, le pregunte le pregunte o respalde y de las limitaciones de la organización que define el rol por la lógica de las funciones que ocupa en el interior del sistema institucional.
E s lo que lleva a Sarbin 1954) a distinguir tres niveles en el rol: la percepción del rol que permite identificar a l compañero en la situación y e n relación a sí mismo; la expect tiv
del rol que se ancla en el rol
5. E s necesario señalar que el rol como concepto es un modelo construido; en la
comportamientos d e l actor a través de un proceso interacción, el rol se deduce de los comportamientos d e percepción y d e interpretación, e n función d e normas referenciales, como lo indica A. C icour icourel: el: «El rol de cada participante n o puede ser más que deducido, n o puede conocerse directamente; e l comportamiento del rol e s siempre hipotético y se se encuent ra siempre puesto a prueba en el curso de la interacción» 197 9, pág. 34 .
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prescrito y da lugar a que se esperen actos concretos que del rol se deban derivar como el paciente que espera que el médico le pregunte, le examine y le dé una receta); y la acción parte manifiesta y comportamental del rol propio del actor que verifica o rechaza las expectativas d e l compañero). N o obstante, la problemática de la expectativa del rol no será completa si se elude la parte intersubjetiva qu quee comporta los roles vividos; porque el rol es a la vez un modelo social exterior al individuo y una expresión singular, propia de la personalidad d e cada individuo como un mismo papel en el teatro será interpretado d e forma diferente según e ell actor). Este doble punto d e vist vistaa remite remi te a la distinción entre personaje y persona. E l personaje constituye u n a especie de compromiso entre el rol prescrito y la espontaneidad d e l sujeto; según J. Maisonneuve, Maisonneuve, comporta varios varios aspectos: el personaje como r o l estereo estereotipado tipado «el deber ser»), como máscara e l parecer), como refugio mecanismo d e defensa) y como ideal personal « el querer ser») 1973, pág. 77). N o obstante, la interacción de los roles implica u n a complementariedad tari edad y un ajuste mutuo. Pero esto no es así siempre en la práctic a, lo que constituye una de las posibles fuentes de conflicto.
3. L o s onfli tos d e roles tienen, aún con mayor frecuencia, dife-
rentes causas: causas intrapsíquicas cuando se quiere asumir simultáneamente dos roles incompatibles como el del padre-portador-dela-ley y el del padre-compañero-a-quien-se-le-confía-todo) y causas interpersonales debidas a dificultades de ajuste mutuo a nivel de conductas y d e expectativas. Esto puede provenir de una ambigüedad en la percepción del rol cuyos signos externos n o están bien definidos y de que la pareja se represente de forma poco clara; experimenta entonces algunas dificultades para acomodar su propia conducta en complementariedad. El conflicto atañe también a la complejidad de la relación que se establece entre la acción en el rol, y otros aspectos de la personalidad: «Aunque, teóricamente, la interacción puede s e r definida como u n encuentro entre dos roles, las relaciones intersubjetivas reales se presentan como u unn fenómeno infinitamente m á s complejo. Incluso s i está centrada en una interacción entre d o s roles determidetermi la situación está nados, cada uno de los los participantes lleva lleva con él una multitud d e roles enn un momento dado, forman el e l fondo sobre e l que, aunque latentes e qu e se destaca el rol representado actualmente y que le confiere su imagen particular» Rocheblave-Spenlé, 1969, 1969, pág. 334). L as instituciones raramente suponen roles unidimensionales;
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES SITUACIONES
cada rol presenta a menudo varias facetas o subroles basadas en normas diferentes. Hay allí un germen de ambivalencia y conflicto. A partir de la ambivalencia del rol de los profesores, R . Boudon dimensiones de las 1979) ha interpretado, por por ejemplo, una de las las dimensiones crisis de las universidades americanas. En efecto, este rol implica tres subroles: el de enseñante, el de investigador, y el de modelo que difunde lo loss valores característicos de la profesión. Porque cuanto más más prestigiosas son prestigiosas universidades, más contratan profesores son las las universidades, más contratan eminentes profesores y esperan que manifiesten su notoriedad. La lógica del sistema sistema incita a lo loss profesores a privilegiar sus roles de investigador y de modelo en detrimento del de enseñante. Los Los estudiantes, sintiéndose abandonad o s protestan; por eso la revuelta estudiantil ha sido más violenta en las la s universidades con prestigio que en las otras otras,, cuando paradójicamenparadójica men más ás esfuerzo para dar a lo te fue te fue en aquéllas donde se hizo m loss estudiantes loss profesores mejores. La crisis viene de la incompatibilidad lo incompatibilidad entre la lass expectativas de los estudiantes y las exigencias de la organización (añadiéndose además las ambiciones de los profesores, que encuentran muchos más «beneficios secundarios» en su prestigio de generalmente muchos generalmente investigador que en el de enseñante). A s í el concepto de rol no toma todo su sentido más que si se le
sitúa en una perspectiva interaccional. interacci onal. No desig designa na un atributo individual sino un hecho relacional donde los comportamientos de un actor no se comprenden queque en están las relaciones que con le unen comportamientos de los más demás, en contacto él, a en los el seno de un contexto determinado. En efecto, el significado de los roles depende de su relación complementaria pero también del contexto en el cual se inscriben, de la «obra» que los organiza (a la v e z marco marco e intriga, decoración decoración y escenario escenario que implican que implican una cierta temporalidad de actos y escenas): «No se dice aún nada cuando se dice que los individuos individuos aprenden o asumen roles sociales , que que son inducidos, conducidos, condicionados a desempeñarlos. No habrá roles si roles si no existe no existe obra; ¿cómo existirán roles si su conjunto su conjunto no no forma u n a obra?» C . Castoriadis, 1975, 1975, pág. 489). Esta perspectiva lleva a interrogarse sobre la forma en que cada actor interpreta su rol y por consiguiente sobre «las estrategias» que orientan sus comportamientos. 3 .
A N Á L IS IS E S T R A T É G I C O S E l comportamiento estratégico consiste idealmente (si se refiere
a la teoría de los juegos) en obtener el máximo de beneficios con el
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mínimo riesgo. En la organización cada agente v a a determinar s u comportamiento e n función de sus intereses, pero en los límites d dee las la s normas que fija la estructura institucional. D o s concepciones pugnan por explicar esta dinámica: una pone el acento en el rol que determina las reglas organizacionales; la otra, en los márgenes de iniciativa que los tener en el interior libertad e iniciativa que los actores pueden tener el interior del contexto institucional. 1 . nfluencia y regul
ciones institucion les
organizaciones «modernas», como las grandes empresas, E n la las s la s conjunto relaciones con colegas, jerarquía, proveedores, el de lo loss la clientes) está regido por un sistema de reglas. Este sistema es más impositivo que dinámico, autorregulado y fundado en la adhesión. Es ésta la hipótesis que desarrolla el estudio de Pagés, Bonetti de Gaulejac y Descendre sobre u n a multinacional rebautizada como gigantesca ntesca pero a l mismo TLTX 1979). E n esta empresa, anónima y giga tiempo protectora y maternal, e l acento está puesto en el individuo y e l éxito individual.6 N o obstante, « e l conjunto d e l campo d e actividad individuo ividuo est está á codificado por el sistema d e reglas, a s í como d e cada ind
su campo relacional» M . Pagés y col., 1979, pág. 50). L a organización s e presenta a sí como «gobierno p poo r reglas» que se opone a u n «gobierno p o r órdenes» y s e pasa «de la obediencia a u n jefe a la adhesión a una lógica» pág. 51). No obstante, lo que distingue este modo de funcionamiento de la burocracia es que el sistema e s «dinámico» y n o «estático»: las la s reglas están impuestas pero operan c o n u n a cierta flexibilidad en la medida en que en contacto con la realidad, pueden moverse y adaptarse; está autorregulado porque s e volver lver sobre u n a regla e tiene siempre la oportunidad d e vo enn función d e los lo s efectos q u e genera; en fin, repasa en la adhesión y s e apoya e n ciertas motivaciones y aspiraciones de los individuos. Aparentemenless deja la posibilidad d e elaborar estrategias q u e te la estructura le respondan a sus intereses y autoricen una interpretación flexible de
6. « E l individuo se identifica con un conjunto y no con una unidad; los cambios frecuentes, el sistema de reglas, su control, la primacía de dell triunfo individual, la prevención d e reivindicaciones colectivas colectivas impiden la formación d dee subgrupos dando u n a posibilidad d e referencia diferente de la de la entidad TLTX. Esta ausencia d e referencia aminora la posibilidad d dee criticar las finalidades del conjunto» M . Pagés, 1979, pág. 136).
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las la s reglas,
pero, al mismo tiempo, estas estrategias son coherentes con el sis sistema tema de de va valore loress de organización competitividad, productifinalidades: «E l juego con las reglas vidad, dinamismo) y sirven a sus finalidades: refuerza e l respeto a la regla d e l juego» pág. 61). E n TLTX, la l a s relaciones son so n joviales y relajadas todo el e l mundo s see tutea) pero n o excluye la lass relaciones d e competencia y poder. L o s individuos son incitados a la vez a la solidaridad y la rivalidad, cada u n o vive en una tensión continua hacia e l futuro ya que sólo e l éxito y la promoción están valorizados. « A l poder se le hace funcionar corriendo corriend o tras él.» Sobre Sobre la marcha se aplican los mecan mecanismos ismos de control, de integración y de reproducción no solamente a los demás
a sí mismo. Intentando adquirir el poder, se sino hace principalmente que funcionen todos los proce procesos sos que ponen en acción concretamente las tamente relaciones de las relaciones de dominio (1979, pág. 155). N o obstante,
existe una cierta cierta despersonalización de las relaciones de poder, siendo cada una el sujeto de su propia sumisión. la organización, 7 su carácter caráct er insidiosamente L a influencia de la limitador, se traduce en una adhesión ideológica que prescribe una estrategia única para todo el mundo, si bien autoriza una gran variedad del estilo, deja poco margen de maniobra. Para evolucionar dentro dent ro de la or organización ganización es n necesari ecesario o estar confo c onforme rme con su sis sistete-
ma de valores; ganan los que han interiorizado mejor la ideología, los que se adaptan mejor a la complejidad de sus circuitos relaciónainformacionales.. les e informacionales Este Es te ejemplo pone de relieve el modelado rec recíproco íproco de las estructuras sociales y relaciones psicológicas; subraya la estrecha articulación entre la ideología, las regulaciones institucionales y las estra-
tegias.
Esta articulación se encuentra ilustrada y explorada en otras investigaciones psicológicas como las de, por ejemplo, J. P. Deconchy sobre la ortodoxia (1971). Este ha intentado comprender, a partir del estudio de instituciones religiosas, los mecanismos sistemáticos que operan entre un cuerpo de creencias y las representaciones ideológicas, la institución que les regula los comportamientos
d e los agentes. de
Muestra cómo el mecanismo de control puesto en
7. «E l concepto d e influencia reposa en la hipótesis de que a un nivel determinado la vida social se observa un lazo de refuerzo mutuo entre tres procesos: - Un proceso proceso político de dominio ...) U n proceso inconsciente de fantasmatización y
de separación de las relaciones
dominantes-dominados. U n proceso d e inhibición en los intercambios corporales y emocionales dominantes y dominados» (M . Pagés, 1983, 1983, pág. 503).
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marcha por la institución tiene un unaa función constitutiva y asume un ro l fundamental en la supervivencia de la ideología y en las relaciopertenencia de los individuos n e s de de pertenencia los individuos a a la institución; la institución; autoriza toda entre el aparato del poder u n a dinámica interactiva entre el aparato del poder y y de las minorías las minorías efervescentes llamando a una reactivación de los valores originales q u e fundan la doctrina; esta dinámica está cerca de la estudiada por Moscovici e n ciertas formas d e estrategias minoritarias Moscovici, p o r Deconchy es que «en un 1979). Una de las hipótesis verificada po sistema ortodoxo, la fragilidad relacional de la información s see compensa por el vigor de la regulación», a l mismo tiempo, la regulación quee surgen dogmáticas dogmáticas o liberales) de la pertenencia y las actitudes qu son so n prioritarias al contenido contenido de las creencias. Claro que las instituciones ortodoxas constituyen u un n caso extremo, pero permiten sacar a la luz ciertos mecanismos q u e existen d e forma más o menos acentuada en otros contextos institucionales. 2 .
l análisis estratégico
punto de vista vista estratégico, estratégico, desarrollado desarrollado particularmente partic ularmente por E l punto
entre
destaca el margen de libertad siempre un Michel Crozier, destaca el margen de libertad que que tiene siempre actor, s e a cual fuere la imposición d e l contexto organizacional a l fuera d een define cual « E l actor l sistema q u e Pero está sometido. existe utilizar y la racionalidad q uneo puede su acción. el su libertad sistema sólo existe para el actor, que únicamente él puede cargar cam biar» Croizer y Friedberg, c o n él é l y darle vida y que sólo é l puede cambiar» 1977, pág. 9 ). L as estrategias interactivas resultan d e esta dialéctica; se inscriben en el marco d e «juegos estructurados» por la organización d e forma más o menos débil, más o menos formalizada y donde la lass reglas autorizan múltiples estrategias. E l movimiento movimiento de reglas no es suficiente para para dar cuenta del de reglas dar cuenta del juego; es necesaria también la observación de las conductas de los actores. «E n lugar d e considerar lo s comportamientos imprevistos como excepciones, ¿no es más fructífero utilizarlos como puntos excepciones, puntos d e partida para comprender lo s límites y e l significado real de los límites y condicionamientos?» 1 9 7 7 , pág. 38). E l concepto d e estrategia n o significa necesariamente u n cálculo relacional y consciente: e l comportamiento de un actor n o está siempre reflejado ya que raramente tiene objetivos claros y proyectos coherentes. L a observación muestra, no obstante, que no existe un comportamiento irracional o inmotivado: «Detrás del humor y las reacciones
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES SOCIALES
afectivas que que ordenan
este comportamiento comportamiento día a día, en efecto, es a día, posible para el analista descubrir regularidades que sólo tienen sentido en relación a una estrategia. Esto no es otra cosa que el fundamento inducido x p st de de las regularidades d e l comportamiento observad o empíricamente» 1977, pág. 48). Este comportamiento presenta dominantes: un dos aspectos dominantes: dos un aspecto ofensivo consistente generalmente en aprovechar las la s oportunidades) y u n aspecto defensivo que tiende a mantener o extender su capacidad de acción). E n relación a los intereses personales de los actores y a sus márgenes de libertad se podrán comprender las relaciones que se desarrollan entre ellos. Porque, en el contexto organizativo, estas relaciones son relaciones de poder ya que se trata, para ciertos individuos o grupos, de intervenir sobre otros individuos o grupos. E l poder no es un atributo de los actores sino una relación de intercambio y d e negociación que les implica. Descansa esencialmente en la «zona d e incertidumbre pertinente» q u e controla a l actor y en la forma en la que negocia s u «participación» en los Concretamente el objetivos organizacionales.8 Concretamente el actor intentará aprovechar su margen de libertad de tal manera que esta «participación» «participaci ón» simultáneaasea rentable para él: «En efecto, cada actor se esforzará simultáne
mente en obligar a los otros miembros de la organización para satisfacer s u s propias exigencia exigencias s estrategia ofensiva) y escapar d e sus obligaciones por la protección sus obligaciones la protección sistemática sistemática de su propio su propio margen d e libertad y d e maniobra estra estrategia tegia defensiva)» 1977, pág. 79). Este punto de vista revela dos preguntas: la primera sobre el objetivo de las organizaciones. Se ha podido considerar la presencia d e un objetivo común como uno de los atributos de las organiza organizaciociones; pero, en la óptica del análisis estratégico no puede haber unicid a d de objetivos en la medida en que cada uno, para aumentar su considerar ar e l objetivo limitado que le es asignado poder, le interesa consider como el objetivo principal. La segunda concierne a lo que se podría orden organizacional. En organizacional. En un contexto llamar el el orden un contexto tal, nunca está esta-
La zona de incertidumbre pertinente está ligada a ¡as competencias de los acto8.res. Toda organización contiene actores. contien e zonas d e incertidumbre y a sean técnicas ¿las máquinas pueden funcionar?), humanas ¿las decisiones están adaptadas?), comerciale s ¿el mercado estará abierto?...). Ciertos actores, por sus competencias, controlan una zona de incertidumbre el servicio de mantenimiento para las máquinas, el experto comercial para el mercado...) y pueden, e enn este ámbito, reducir la lass incertidumbres para la organización. Este Este conocimiento es el fundamento de su poder y es decir, el centro de necesidades conocimiento actuales d e or organización) ganización),, cuanto más la zona d e incertidumbre i ncertidumbre controlada controlada e s «pertinente», mayor es el poder detentado por el actor.
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blecido pero siempre se cuestiona a causa de las presiones de los participantes. El orden organizativo es u n fenómeno e enn movimiento resultante de la interacción entre la lógica organizacional y las estrategias interpersonales siendo este último últ imo punto, según los autores, e l único considerado por los etnometodólogos que no vieron e l otro aspecto d e l problema: la lógica organizacional). L a s relaciones d e poder son, pues, relaciones estratégicas d e manipulación, limitadas por el hecho de que cada uno debe encontrar suficientes beneficios para continuar l a s relaciones con la finalid ad de que no se agote la fuente d e poder. Si se considera, p o r ejemplo, que las averías de las máquinas hacen imprescindible reculos de mantenimiento, no es necesario, sin embargo, rrir q u e a estas obreros averías sean m u y frecuentes, ya que podrían acarrear u n estancamiento de la producción perjudicial a l a organización y, por tanto, a la estrategia d e poder d e estos obreros). Así, e l control de la incertidumb idumb re para e l servicio d e entretenimiento consistirá zona d e incert
si caricaturizamos un poco las cosas en mantener las máquinas suficientemente bien para que la producción continúe, pero no
demasiado para que su mantenimiento quede como u n a fuente d e incertidumbre importante y fundamente s u poder. L as estrategias interaccionales s e inscriben en una especie d e
definido como « u n mecanismo concreto gracias a l cual l o s hombres estructuran s u s relaciones d e poder y las regulan dejándoles-dejándose-su libertad» 1977, pág. 97). L a organización no es un sistema q u e engloba y determina la lass relaciones humanas o s u preexistencia. Es el producto d e l juego, a l mismo tiempo que su marco necesario. L a interacción humana e n u n a organización es la «afirmación» y actualización de una ele ión e n u n conjunto d dee posibles» 1977, pág. 104), y e l cambio organizativ o n o puede venir más que de esta interacción misma. Vemos así que los dos puntos d e vista el de la empresa instituciona nall y el de la i iniciativa niciativa estratégica d e l actor) son más complementarios que antagonistas. Ya que no existe juego sin la existencia d e reglas que se imponen a los actores; pero n o existe juego sin la
ju go
de desarrollar estrategias que comporten para los posibilidad u n cierto margen d actores e libertad.
Capítulo 3 LOS RITUALES
S e h a visto que la institución tiende a inducir u n a regulación y unaa codificación de las relaciones sociales que se traducen en una un ritualización d e la comunicación.
1 .
CÓDIGO Y
RITUAL
1 . E l concepto d e ritual tiene su origen, por una parte, en la etología. Designa, en los animales, conductas que han perdido su función operativa original, para tomar un significado puramente simbólico. Los rituales están generalmente unidos a manifestaciones a agregresivas o seductoras como los ritos de acoplamiento . Revisten la forma de esquemas comportamentales fijos y repetitivos; como lo ha desarrollado K . Lorenz, «una larga serie d e tipos d e comportamiento variables se h an fundido en una única secuencia, rígida y obligatoria, lo que disminuye evidentemente el riesgo de ambigüedad en la comunicación» 1969, pág. 71). Así, el ritual aparece como una de las formas d e comunicación animal; asu asume me u n a triple función: contribuye a suprimir las luchas en el interior d e l grupo, a consolidar su unidad y a oponer este grupo, como entidad, a otros grupos semejantes.1 1. El concepto de ritual tiene otros significados: en un sentido sociológico, desarrollado de forma sobresaliente por Durkheim 1960), unido a fenómenos religiosos; un significado psicológico que designa actos compulsivos y repetitivos que sirven para la defensa contra las pulsiones, etc. Se encuentra en estos dos ejemplos la idea de la manifestación de un lazo grupal, de una canalización de las pulsiones y de actos fijos y repetitivos. A propósito de los diferentes sentidos del término ritual se podrá consultar F . Isambert, ite et efficacité symbolique 1979) y J. Maisonneuve, es rituels 1988).
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
U n paralelismo sugestivo puede establecerse entre el ritual anim a l y los rituales sociales humanos como los del «trato social»,2 e n los dos casos u n comportamiento teniendo, teniendo , a menudo, u n a dimensión corporal) pierde s u significado significado instrumental para adquirir u n a función simbólica la función primaria puede, e n ciertos casos, reencontrarse: así, l a inclinación d e l busto q u e aparece e n ciertas cultur a s como expresión d e deferencia ha podido constituir en su origen, u n a manifestación d e sumisión). E n el ritual animal s e observa u n a exageración de los elementos encuentra tra tambié t ambién n est estaa «exageración mímica mímica» » en los prototípicos; s e encuen rituales sociales: u n a sonrisa sostenida significa benevolencia; la inclinación de la cabeza muestra q u e «escuchas» a tu interlocutor; el e l pestañeo de los ojos traduce e l asombro... etc. E l estereotipo y la amplificación de la mímica tienen u n a función expresiva: permiten u n a identificación d e l comportamiento como signo y lo despojan d e toda ambigüedad. E n fin, se puede demostrar que la función de los rituales sociales e s desactivar la agresión, facilitar la unión entre los lo s individuos y reforzar la cohesión d e l grupo; la prueba s e encuentra en que su ausencia s e siente como u n a manifestación social y una ofensa: la
supresión intencional de un rito convencional como n o tender la mano a u n interlocutor que nos saluda) equivale a u n comporta-
miento abiertamente agresivo. 2 . Utilizar e l concepto de ritual ritual o de rrito) ito) parece pertinente para
designar el código de conducta que preside las las interacciones sociale less cotidianas. Pero, ¿ e s legítimo hablar d e código E l «trato social» puede aparecer a primera vista como un una a colección de prescripcion e s puramente convencionales, definidas por y para cada situación como la gra gramática mática tradicional tradi cional se presenta como un una a serie de reglas puntuales). Pero u n análisis m á s profundo de los rituales de interacción muestra que se puede poner en evidencia un una a lógica a la vez formal y simbólica que le es subyacente y que genera cada prescripción. En este sentido e l trato social constituye u n «sistema», a la vez una a estructuración de los intercammodelo normativo que asegura un bios sociales y u n verdadero código q u e permite la comunicación y
2 . El concepto de trato social puede reagrupar el conjunto de rituales sociales que
dirigen las interacciones cotidi cotidianas anas y que corresponde a lo que designamos corrientemente por «cortesía», «buenas costumbres» «ética»...
L O S RITUALES
107
constituye así un sistema semiológico asimilable a l lenguaje. 3 Para que los rituales de interacción aseguren estas funciones es necesario que los signos que los constituyen sean claramente perceptibles e interpretables, deben s e r unívocos, rigurosamente codificados y redundant redundantes. es. Est Estos os signos son a llaa vez verbales y corporales enn efecto, la postura, lo que es una primera fuente d e redundancia): e los lo s gestos, la mímica, sirven, como como las la s fórmul f órmulas as verbales, para señalar la r e l reconocimiento, la apertura o clausura de la comunicación, la buena recepción de un mensaje, la deferencia, e ell respeto, la protección, o la benevolencia... pueden siguiendo estar rituales s suu s funcio d clasificados e «pertenencia» q u e manifiestan nes.L oSse signos pueden distinguir signos como el vestir) que se forma parte de un grupo social,, signos de «reconocimiento» q u e indican a l interlocutor que su presencia s e tiene e n cuenta y que se acepta e l tener relación con él saludo, sonrisa, apretón d e mano s...) s...),, signos d e «deferencia» q u e transmiten al interlocutor manifestaciones d e respeto, d e consideración, d e aceptación de su st tus mantener mant ener las distancias, levan levantarse tarse para puntuac ión» q u e inician u n a nuerecibirlo, inclinarse...); signos d e « puntuación» sentarse,, levantarse, tend tender er la va secuencia o indican s u clausura sentarse
mano, acompañar a la puerta...). Como e n todo sistema semiológico, un u n signo toma s suu valor en la lass asociativas y sustitutivas q u e mantiene c o n otros signos. relaciones La sonrisa puede reforzar e ell apretón d e manos; la mano tendida, s i sigue a l hecho d e levantarse, significa u n a despedida; e l inclinarse s e puede sustituir por el quitarse el sombrero; la sonrisa puede reemplazarse por un agradecimiento verbal, etc... S i el ritual aparece como u n a forma d e l lenguaje propio de la interacción social, social, no pertenencia más que en no existe significado ni ni pertenencia relación al contexto conte xto en el cual se desarrolla, cont contexto exto definido por el marco, la situación y los actores. 2.
LA SITUACIÓN Y LOS ACTORES
Para d a r cuenta de las las interacciones cotidianas, E . G offman offman utilizó u n a metáfora teatral: la vida social puede s e r comparada a una
escena esce na donde los actores representan e interpretan papeles de acuer3. Nos apoyaremos especialmente en la investigación de los estudios de E. m an y en nuestras propias investiga investigaciones ciones véase véase Picard, 1983).
Goff-
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
do con la situación. Esta metáfora n o implica que la vida social se seaa ficticia y que los actores sean necesariamente conscientes d e «representar»; al contrario, están, a menudo, fuertemente implicados en su papel y lo sienten como espontáneo. 1. Una de las primeras funciones d e todo
encuentro social es la definición de la situ ción qu q u e comporta u n a distribución de los roles y una cierta represe representación ntación de la acción. Estos elementos pued pueden en darse dar se desde el principi prin cipio o y resultar del cont contexto exto o de encuentr encuentros os anteriores); pero pero p pueden ueden procede procederr de una negociación implíci implícita ta en e l seno mismo del encuentro que da como resultado una especie de temporal» en alasu situación así u definición «consenso casualmente de un n jefe proque encuentra enlalas vacaciones puede secretaria poner, con su complicidad, u n a nueva definición d e « u encuentro como «amistoso» poniendo momentáneamente entre paréntesis su
relación jerárquica). Este consenso es necesario para que los actores puedan determinar c o n suficiente seguridad qué rol van a tener y sus interacciones. qué escenario mínimo guía guía sus
2 . En una situación determinada, cada actor reivindica una cierta
identidad
N o obstante, n o tiene e l dominio exclusivo de esta identi-
dad ya que está definida y determinada e n parte por la identidad manifestada por los otros actores en una comida de trabajo un puede reivindicar una identidad de hombre frente a una directivo colega mujer pero ésta puede rechazar esta identidad y querer limitar la interacción hacia una relación de colega a colega) colega).. Existe, pues, u n a complementariedad y una solidaridad de los actores en la representación. E s aquí donde E . Goffman introduce e l concepto d e equipo: « L a definición de la situación proyectada por un participante forma a menudo integralmente parte de una proyección realizada y mantenida por la cooperación íntima de vario varioss participantes» E. Goffman 1973 pág. 79). ell comportamiento d e cada actor tiene e n cuenta el e l E n e l equipo, e
comportamiento frente ala nuevas «público». Podemos otros actores tomar el ejemplode delos una pareja que conoce personas, el marido y la m uje ujerr están obligados a mostrarse d e manera diferente a lo harían si estuvieran De alguna como lo como harían si estuvieran solos. solos. De alguna manera representan representan el equipo que forma a la pareja: la mujer puede llegar a mostrarse un poco más sumisa de lo que es y el hombre un poco más dominante de lo que quisiera ser o al revés) a fin de que la «célula» conyugal produzca u n efecto apto para q u e pueda gustar a l «público». Así, e l
LOS RITUALES
9
como o « u n conjunto d equipo está caracterizado com dee personas en las que e s indispensable una una estrecha cooperación para el el mantenimiento de u n a definición dada de la situación» E . G o f f m a n , 1973, t. 1, pág. 102). Esta característica implica u n a cierta interdependencia y supone u na cierta «lealtad» entre los que forman e l equipo; d e esta manera pueden dejar d e expresar públicamente u n desacuerdo para n o perturbar la representación ofrecida a l público: lo s padres esperarán, p o r ejem plo, pl o, estar frente a frente para discutir un desacuerdo en sus actitudes hacia lo s niños. L as nociones de actor, d e equipo y d e públicos representan «pun-
to s d e vista». Cada Cada uno es actor y público, y e l público puede constituir é mismo un equipo, aunque un encuentro un poco complejo puede reunir varios equipos que representan sus papeles los unos para los otros en un consejo de un colegio están confrontados lo loss equipos d e profesores, administración, alumnos y padres d e alumnos). 3.
LO QU E SE J U E G A
E l significado de los rituales no se percibe enteramente si no se tiene e n cuenta «lo que se juega» en la interacción. 1. Cada actor busca, en el encuentro, dar una imagen valorizada d e s í mismo; v a a intentar organizar u n a puesta e n escena d e l «Yo» moi ) q u e tenga, e n este sentido. N Noo obstante, esta imagen pide s e r reconocida y confirmada por sus compañeros. Es lo que G o f f m a n reconocida define por el concepto d e «imagen». L a imagen es «el valor social positivo que una persona reivindica efectivamente a través de la línea de acción que los otros suponen que ha adoptado en el curso d e u n contacto determinado» G offman, 1974, pág. 9 ) . Consiste e n d ar u n a imagen de sí mismo en donde lo s rasgos so n atributos aprobado s socialmente. «Cuidar la imagen» o al menos no perderla) es lo que toda interacción social. Es una de las funciones m á s se juega ede n los fundamentales rituales: salvaguardar la imagen de los interactuantes. U n a forma d e obtener este objetivo e s dejar a cada uno la tuantes. elección de lo que desea manifestar y de lo que prefiera ocultar. E n elección este sentido, el concepto d e «reserva» e s particularmente importante; tiene u n a importancia trascendental y designa e l territorio q u e cada u n o reivindica, como hemos visto, como «territorio del Yo moi)» y u n valor simbólico y remite a la esfera íntima q u e cada u n o
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
busca preservar). D eb id o a esto, los rituales del trato so soci cial al introduintr oducen una barrera clara entre lo que es privado y lo que e s público; lo s comportamie ntos q u e pueden s e r legítimos en un espacio y n o serlo e n otro. Esta ruptura se proyecta incluso en el cuerpo; también presenta zonas públicas que deben ser objeto de una puesta en escena cuidada e l exterior d e l cuerpo, la «fachada»: la ropa, la cara, e l peinado, e l maquillaje...) y zonas privadas todo lo que remite a l interior del cuerpo) que es necesario ignorar o disimular cuidadosam en te. E l cuerpo ritualizado es ritualizado es un territorio y una representación; s e e ncue ntran allí lugares «nobles» y «vulgares»; zonas privadas y comunes, u n a escena y los basti bastidores dores Pica Picard, rd, 1983, 1983, págs. 48-53). La s e expresa, en lo que l comportamiento d eal atañe aefectiva actor, eimagen n lo s modales es la puesta e n escena del Yo moi) través d e l mantenimiento corporal, la ropa, la forma d e hablar y d e
presentarse a los demás Los modales «sirven para mostrar a su entorno que se es una persona dotada de ciertas cualidades favora-
bles o desfavorables» Goffman, 1974, pág. 69). U n individuo q u e «sabe estar» manifiesta s u dominio d e l ritual, s u grado d e socialización, el que no «sab s u falta d e civismo o s u marginali«sabee estar» exhibe su dad. En el interior de un grupo social determinado s e suele exigir que se sepa estar antes d e darle confianza y d e admitirlo como
posible participante en una relación. De ahí la importancia de los modales en la educación y en el trato social. E l ritual quiere que los participantes en el intercambio cooperen cooperen para confirmar la imagen que cada uno reivindica a través de su «estar», con la condición que sea legítimo y no se imponga a expensas de los demás. L o que que Goffman llama « u n acuerdo d e superficie» y q u e no se encuentra necesariamente unido a los sentimientos reales u n a joven podrá aceptar la s alabanzas y galanterías de un joven educado sin que este último despierte la más mínima emoción e n ella; no lo verá por sus reacciones como joven-hombre-espiritual-yseductor... característica, que, e s prob probable, able, forma parte de la imagen que él reivindica). 2 . Conducir l reconocimiento de de dsíe imagen positiva mismo no es lo aúnico «en el juego» de una la interacción. S e trata permitir e l contacto cuando éste s e desea mutuamente. Porque la instauración d e un unaa relación como s u interrupción) e s un momento
delicado en la medida que comporta arriesgarse a una posible intromisión en el territorio de los demás y, por lo tanto, de un rechazo q u e implica que los participantes encuentren « la distancia favorable» necesaria a cada uno. L a función del ritual es facilitar e l acerca-
L O S RITUAL ES
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miento con el mínimo de riesgos para la imagen de los interactuante tess asi asi el baile es un iniciar un el baile un medio ritualizado para iniciar un contacto sensual entre participantes, dejando a dejando a cada cada uno limitar uno la libertad la libertad de de limitar este contacto contacto o de prolongarlo). de prolongarlo). lo o mismo, el ritual debe permitir interrumpir un intercambio P o r l s in que esta interrupción pueda ser sentida como una ofensa para u n o de los interactuantes. P o r eso, e l acercamiento y la separación, la apertura y la clausura d e la comunicación, las ofertas y las demandas de servicios, las invitaciones, la s presentaciones y las despedidas, s o n momentos r itualizados. 4
R E G L A S Y P R I N C I P IO S C O N S T IT U T I V O S
L o que constituye el ritual es su carácter normativo, doblega los comportamientos a formas predeterminadas; de manera más profund a , introduce una regulación de los intercambios sometiéndolos a ciertos principios de de equilibrio equilibrio
1 . l compromiso A partir del momento en que el encuentro social tiene lugar -y se cuando se prolonga, debe ser debe ser la activitraduce como conve conversac rsación— ión— , cuando se prolonga, da d principal de todos los que participan. Otra actividad mantenida período de encuentro toma inmediatamente un inmediatamente un carácter secune n e l período de encuentro dario: en una comida amistosa, la calidad de la comida no puede ir en detrimento del contacto con los demás; las madres que charlan m en te» charlanhaciendo punto en el jardín, jardí n, hacen punto « m a q u in a llm d o con las periódico en una reunión no es tolerable las otras; ojear un un periódico una reunión es tolerable m ás que si se participando en los se continúa participando los intercambios. Existe, pues, una obligación de comprometerse comprometerse en la interacción. Infringir esta regla es una falta d e corrección y puede incluso ofenprueba prueb a es la reacción que comporta generalmente, la impresión La de no ser escuchado, que se traduce por una ligera llamada al orden «¿m e escuchas?») por una manifestación de irritación «¿para q u é sirve movilizar al st f f un sábado por la mañana si los señores d el servicio comercial leen la relación en la sesión?»), o por una cuando se está en una posición de poder el «cero» del sanción cuando se está una posición de poder der
alumno sorprendido cuando no escuchaba a su profesor). A u n q u e esté prescrito, el compromiso debe parecer espontáneo
112 11 2
SOCIALES SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
un compromiso demasiado formal puede sentirse como una incorrección); si rrección); si es simulado, debe serlo de forma suficientemente creíble como para parecer natural. ble
2 .
ntercambio y reciprocidad
la norma de compromiso se añade una regla esencial del intercambio; puede incluso parecer que esta regla constituye el fundamento de toda vida social; es lo que puso en evidencia
C . Lévi-Strauss,
ampliando e l concepto
de don y reciprocidad q u e
Mauss uss indicó que era esencial en la vida social de las diferentes M . Ma culturas cult uras «El intercambi intercambio, o, ffen enóme ómeno no total, es en principio un inter-
cambio total, que comprende la alimentación, los objeto objetos s fabricados y est esta a categoría de tema temas s tan apreciados, la las s mujeres», Lévi-Strauss, 1967, pág. 71). El ritual lleva no solamente a instaurar una relación d e intercambio de palabras, de atenciones, de favores..,), sino que también implica que cada uno coopere en su relación y en su equilibrio: «No estando satisfecho de conservar un compromiso conveniente, el el individuo debe actuar tal modo los demás actuar de tal modo que los hagan lo mismo. Se lo debe a su calidad de interactuante, abstrac-
ción hecha de sus deberes hacia ellos ya que participan de otras cualidades: sea cual fuere el rol rol que se tenga, ha hay y que tener en cuenta el del interactuante» Goffman , 1974, pág. 103). Esta obligación de intercambio supone que cada uno haga un espacio a los intereses y a las intervenciones de los otros y module sus actitudes y su participación en función de los suyos. Esta regla hace que, en la tradición, una buena anfitriona deba siempre orientar la conversación de forma que cada invitado tenga la posibilidad de expresarse y si es posible de destacar. L a obligación del intercambio asegura un un equilibrio equilibrio en las relaciones sociales; conduc conduce e a que todo lo que es da dado do a los otro otros, s, cree, para los beneficiarios, la obligación de devolver un don de naturalez a comparable. Un Una a sonrisa invita a otra sonrisa, una comida genera otra sonrisa,
invitación, invitación, un prestado, un prestado, un servicio Proceso otra favor m u y bien por C. Lévi-Strauss a partir dedevuelto... la oferta ritual del descrito «vaso»: «E «Ell compañero que tenía el derecho de mantenerse reserva-
do, es inducido a salir; el vino ofrecido llama al vino devuelto; la cordialidad exige la cordialidad. La relación de indiferencia, a partir d e l momento en que uno de los invitados decide escapar, ya no puede reconstruirse tal como er era; a; no puede ser, en adelante más que d e cordialidad o de hostilidad: no existe la posibilidad de rechazar sin
S L O S R I T U A L E S
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insolencia e l vaso d e l vecino. Y l a aceptación d e l o frecim iento obliga obli ga a otr otroo o frecimiento, freci miento, el de la conversación. ón. A sí, sí , u n abanico abanico d e pequela conversaci ñ o s lazos sociales se establecen por una serie de oscilaciones alternas, según las cuales, ofreciendo, surge un derecho y recibiendo, se obliga, y en los dos sentidos sie m pre, más allá de lo que ha sido dado o aceptado» (1967, pág. 70). L a regla regla del intercam bio desem boca en un principio de reciproci d a d q u e implica entre entre l o s interactuantes interactuantes u n intercambio equivalente d e expresiones d e consideraciones y d e servicios. Este principio s e traduce, s in embargo, según unas modalidades diferentes: según se tenga una relación igualitaria (entre colegas) o u n a relación jerárquica jerárquica (entre personas personas que tienen status diferentes). los os participanE n el primer caso prevalece una regla de simetrí simetríaa : l tes te s tienen las mismas obligaciones; tienden, en el ritual, a adoptar comportamientos en espejo (por ejemplo, en los saludos, estarán de pie, se darán darán m utuam ente la m ano , etc.) etc .);; ningu no tiene, específicaespecífi camente, l a iniciativa de la acción. E n la relación jerárquica se aplica una regla de asimetría y de aparec er por el status social, complementariedad ( la jerarq uía pued e aparecer la edad , el sexo, el prestigio...). E xiste, com o se ha visto, en el m od elo
complementario u n a posición «alta» y una «baja». E l actor d e posición alta alta es el que tiene la iniciativa de la (es, p o r que tiene la iniciativa la interacción (es, ejemplo, el caso de la mujer, que tiende la mano a un hombre; el superior, q u e autoriza a sus s subordinado ubordinado s que se sienten). E l actor d e posición baja no tiene iniciativa más que cuando se desprende bligación hacia alguien de rango superior (es el hom bre que d e una o bligación se levanta en el Metro para ceder su lugar a una muje r o a una persona m ayor; o sujeta la pu erta para dejarlos pasar...). Los comporrituales son asimétricos asimétricos (la person a de edad pued e qued artamientos rituales se sentada mientras su interlocutor permanece de pie; el hombre abre l a puerta d e l coche y l a m u j e r lo agradece c o n u n a sonrisa o u n a señal con la cabeza...). Cada posición implica un comportamiento específi específico: co: de d eferen cia por un lado, de recon ocimiento y gra grati ti-tu tudd por otro.4 4. Esta regla asimétrica fu e expresada por la baronesa Staffe en sus Usages d u monde: « U n h omb re nu nc a ofrece en primer lugar su mano a una mujer. E s ell ellaa quien debe tener la iniciativa d e este movimiento en e n virtud d el axioma: Es la reina quien ha bl a primero y en las relac relaciones iones mundan as, la m u j e r es la reina, tiene la p re e mi ne nc i a sobre el hombre (...). L a mujer, cuando tiende la mano a un hombre, parece decirle: sois bastante conocido o me habé habéis is dado su ficientes pruebas de bue na e duca ción, de seguridad de carácter para que os dé una muestra de confianza» (París, Flammarion, 1899, pág. 154).
114 5
SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
LAS ESTRATEGIAS
E n el interior interior de las regl reglas as con c onstitutivas stitutivas del juego jue go social, el actor puede adoptar diferentes modos y diferentes estilos interactivos. Pero suele siempre asegurar un control de las impresiones que produce, de tal forma q u e preserve s u imagen y la de sus parejas. Para hacerlo puede utilizar estrategias variadas o figuraciones según la terminología d e Goffman). 1 . L a s estrategias preven tivas tivas apuntan a prevenir todo todo inciden te y
toda ruptura en el intercam bio. Así, el act actor or tiene interés en desem «lealmente» frente a la peñar sin Goffman dup licidad sus desempeñarlo bien suesrol lo que denomina «dcompañeros), isciplina dra preparars repararsee a afrontar toda eventualidad previniendo matúrgica») y p riesgos es la «c ircunscripción dramática»). En este último caso, los lo s riesgos las la s medidas varían de una situación a otra: se puede, por ejemplo, limitar limit ar a su público, ccomo omo el ven dedo r iinm nm obiliari obiliarioo que hace entrar a los clientes uno por uno en los apartamentos en venta; o bien limitar la duración de representación com o los m iemb ros de la clase clase media que, n o teniendo e l «dispositivo «dispositivo escén ico» espaci espacioo y confort)
indispensable para invitar durante un fin de semana entero, únicamente invitan u n a noche a fin de que no exista posibilidad d e inciden inc iden tes es el rol del «protocolo»). Lass estrategias e protección que consisten en no hacer nada 2 . La que pueda amenazar la imagen de los demás o que lo incomode, a lo que se se denom ina corrientemente «tacto». Puede ser, remiten a remiten ser, p o r ejemplo, el llamar antes de entrar en un despacho a fin de no sorprender sorpre nder a ssuu ocupante en una situación situación incon ven iente; el podría com prom eter al auditorio; o hacer n o abordar a un sujeto que podría v e r que no se escucha la conversación de un interlocutor obligado a responder una llamada telefón ica en una entrevist entrevista.. a.... Lo que m oti otiva va e l tacto « es la iden tificación inm ediata con los actores actores,, o el dese deseoo de evitar una escena, o más bien querer ganar la simpatía de los actores
Goffman, u n beneficio» t. 1, pág. para obtener . Todaví Todavíaa m á s allá, la cooperación de los actores e1973, s requerida; así,2 1e l9) interlocutor de la persona q u e hacía ver que no escuchaba la conversación telefónica intentará disimular que se enfuerza en no aparentar desconfianza. las estrategias un incidente U n a de las estrategias d e protección, protección, e n caso caso de un imprevisto, es la «evitación» Goffman, 1974) q u e puede mostrar varias modalidades: hacer como si un incidente perturbador no
L O S R I T U A L E S S
115
hubiera ocurrido (ignorar la salpicadura de saliva que ha enviado un interlocutor lo locuaz) cuaz) o reconocerlo pero ignorar su carácter perturbador (reírse de una metedura de pata, pero tomándola «como algo d iv ertid o » ) o ignorar simplemente que alguien ha perdido su imagen c o n t i n u a n d o una reunión « c o m o si nada hubiera hubier a ocu ocurrido» rrido» desp después ués d e que un experto h ha a dicho una tontería qu que e muestra su ignorancia e n s u propia materia).
3 . Finalmente, otras estrategias apuntan hacia la rep r ción de
u n incid i ncident ente, e, de un una a metedur metedura a de pata, de una ofensa que no ha podido ser evitada. diferentes ntes es estrat trategi egias as se encuentran más o menos presentes L a s difere e n los grandes tipos de rituales que estructuran la interacción social.
6 . T I P O L O G Í
S e pueden distinguir (continua n ) algunos gran (continuando ndo con E . G o f f m a n) gran--
des tipos de rituales, como los de acceso, de conformación y de reparación.
1 . Los ritu les de cceso marcan los momentos delicados del
acercamiento o del alejamient a lejamiento, o, de inicio inici o o de final d de e la comunicacomunicación, de la instauración de un contacto o de la separación.5 Son los «signos de puntuación», «los rituales que marcan un cambi o o d e grado d e l acceso mutuo» Goffman, 1973, t. 2, pág. 88)... S i van acompañados de un aumento del acceso mutuo, son «saludos», si tradu traducen cen una inte interrupción rrupción del con contacto, tacto, son «despedidas». «despedidas». L a f o r m a que toman estos rituales está influenciada a la vez por el grado de acceso mutuo (cuanto más se está obligado a verse, tanto más los saludos pueden ser lacónicos e incluso llegar a resumirse con un simple ¡hola ) y por la relación d e st tus y marcas d e diferenc i a que de ahí se derivan (no se saluda igual a un colega que al director, aunque aunque se les vea a los dos dos diariamente). diariamente). Cuando Cuando el período el período 5 . Existe contacto «cuando lo s individuos s e dirigen mutua mente el uno al otro, lo saben y saben que lo saben simultáneamente» G offman, 1973, t. 2 pág. 79). Existen generalmente tres grandes circunstancias circunstancias en las que el contacto social tiene lugar: los «asuntos corrientes» (las (las ocasiones ocasiones habituales de la vida: se comunica con los vecinos, colegas, un comerciante...); las «ceremonias» durante l a s cuales l a f unció n al menos de uno de los interactuantes es encontrar al otro (como cuando se come juntos «para verse»); en fin, el azar d e lo s contactos y encuentros fortuitos. fortuitos.
116
S I T U A C I O N E S Y CÓDIGOS
SOCIALES
d e alejamiento es lo suficientemente largo
para que el acceso m u tuo sea considerado como un retorno (se habla d de e «reencuentros»); s e instaura una ceremonia especial (que puede traducirse, según el caso, por efusiones particulares par ticulares cálidas), un tiempo d de e intercambio m á s largo, o incluso e l desplazamiento a u n lugar particular (café, restaurante o casa de uno de los interactuantes). Cuando el contacto se hace más frecuente, estas marcas se diluyen para volver a la forma habitual. «Si, e n cada uno de estos nuevos contactos, los lo s participantes reviviesen tod todos os esto estoss ritos, verían pronto pront o su actividad Es necesario, pues, un acuerdo que permita obstruida por el ritual. Es a los individuos deshacerse progresivamente de las obligaciones iniciales; debe existir u n a regla d e atenuación » (Gof f man, 1973, t. 2, pág. 92). L o s ritos de separación manifiestan a la vez el placer d e l contacto, el lamento de tener que interrumpirlo y la esperanza de reanudarlo pronto. También, cuanto más se prevé u n a larga separación, y mayor es el grado de proximidad, la despedida debe ser más cálida. 2. L o s ritu les d e confirm ción deben
responder a
las expectati-
vas y a las necesidades psicológicas manifestadas en la comunicación, para confirmar l laa imagen q u e cada u n o desea dar, yy expresar la atención, e l interés y la deferencia que se da a los demás. a ) L a deferencia designa « u n componente de la activid actividad ad humana huma na cuya función es expresar mediante reglas la estima que se tiene a
otro, o a alguna cosa de la cual él es símbolo, extensión o agente» (Goffman, 1974, pág. 50); su s manifestaciones m ás visibles son el loss cumplidos y las excu saludo, lo excusas sas.. Decir «mis respetos, respetos, señor cura» cura » es expresar, a través de la persona, el respeto que se tiene a su ministerio; excusarse de molestar a alguien es reconocer la importancia que se otorga a sus funciones; felicitar a una persona por una distinción, equivale a destacar su consideración, etc... La deferencia puede revestir numerosas formas, pero las dos principales son los ritos de deferenc defe rencia ia posi positivos tivos y los de evitación. L os ritu les d e defe rencia positivos so n actos específicos por los que el «individuo d a a conocer a l beneficiario cómo lo considera y cómo lo tratará en el curso de la interacción futura» (1974, pág. 63). Tiene como objetivo mostrar a l beneficiario que «no se encuentra aislado en sí mismo» y que se le trata c o n respeto y consideración. Además de los saludos, comprenden igualmente las invitaciones invitaciones,, los cumplidos, los regalos,
L O S RITUALES
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lo s pequeños favores, etc. y siguen gener generalme almente nte reglas precis precisas as específicas de una sociedad sociedad o un grupo partic particular ular;; estas reglas son a menudo asimétricas; así, G o f f m a n pudo observar que en un servicio hospitalario, el «sistema d de e contacto» seguía normas estrictas, como p o r ejempl ejemplo, o, autorizab autorizaba a a los médicos a demostrar su afectividad a la s enfermeras y a los enf enfermos ermos tocándo tocándolos los pero prohibiendo la reciprocidad. L o s ritu les de evit ción forman un «sistema de no intrusión» Go ffma n , 19 197 74, pág. 56); consisten en mantenerse a distancia de un beneficiario ya sea para no entrometerse en su «espacio personal» ya s e a para mant mantene enerl rle e a una distancia distanc ia re respetuo spetuosa. sa. Est Este e espacio y e esta sta distancia que se le respeta pueden ser reales o simbólicos. simbólicos. Los le respeta pueden ser reales Los ritos de «evitación» conciernen a lo que no hay que hacer mientras que los lo s ritos positivo positivos s prescr prescriben iben lo q que ue se debe hacer. d e m ntenimiento sirven para reavivar y manifesb L o s ritu les de tar de f o r m a más o menos marcada) los signos de confirmación. Serán, por ejemplo, los encuentros os comidas, sali salidas das,, in invitaciones vitaciones a por ejemplo, los encuentr a s u segunda residencia...) que se organizan cuando las ocasiones habituales de contacto contac to los negocios, el azar y las «ceremonias» corrientes) no permiten mantener relaciones establecidas. Los ani-
versarios y las fiestas Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre...), con el rito de los regalos, so son n ocasiones establecidas por los ritu rituales ales de mantenimiento. c L o s ritu les de d e ratificación s o n ritos confirmativos ejecutados «para y hacia un individuo en quien el st tus se ha alterado en cierta manera, donde las relaciones, el aspecto, el rango, la cualificación, e s decir, las metas y las expectativas, han cambiado» G o f f m a n , 1973, t. 2, pág. 77). E Ell pésame que se da a alguien qu que e pasa de dell st tus de hombre casado a viudo; la enhorabuena a quien se ha casado, los signos de simpatía que se demuestran a un parado reciente, son de este orden. El ritual de ratificac ratificación ión tiene como finalidad mostrar que s e es es sensible al cambio, que éste no altera la relación que nos une y nuestro deseo de continuarla.
se esfuerzan 3 . L o s ritu les d e rep r ción se esfuerzan e n cambiar e l significado atribuido a un acto, en transformar lo que se podría considerar como ofensivo e n aceptable G o f f m a n , 1973, 1973, t. 2, pág. 113). L a
actividad re reparad paradora ora sigue gener generalmen almente te a un incident incidente, e, p pero ero puede también precederlo cuando se prevé que una acción corre el riesgo de herir al interlocutor; pasa por una reevaluación de la responsabilidad moral del que ofende y puede tomar varias formas:
118
SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
- La de un justificación que, si se consigue, debe borrar el carácter ejemplo, una broma broma o ofensivo de dell acto cometido: justificar, por por ejemplo, una darle u n significado inocente «lo de decía cía para reírnos» «no es una
crítica»...).
- La de una excus que tiene generalmente una serie de etapas: la expresión de un fastidio o d e cierta pena «estoy afligido»), e l reconocer l a regla transgredida « no debi debiera era haber...»); l a desaprobación del mal comportamiento y desvalorización d e l responsable «qué tontería, hice algo imperdonable»); y finalmente el interés e n demostrar que se hará correctame correctamente nte «yo nunca más...») seguido eventu eventualmente almente de una penitencia «este incidente
ha estropeado l a noche»). - me La del que esta vez precede el acontecimiento y ruego súplica) q u e consiste e n «pedir a u n ofen ofendido dido potencial el-permiso para hacer algo que pudiera considerarse como una violación de sus derechos» Goffman, 1973, t. 2 , pág. 117). « ¿ M e permite formu formular lar u n a crítica de lo que usted h a dicho?») «¿Puedo coger u n momento su su periódico?):
actividad ad reparadora compor comporta ta d o s aspectos: u n aspecto «restiL a activid tutivo» que propone una compensación para el ofendido sería darle
e l st
de d e ofendido, lo que equivale a reconocerse
como ofensor y colocarse como co mo ttransgresor ransgresor en relación a la las s regla reglas, s, y un as aspecto pecto poco o num numerosas) erosas) para ritual que utiliza actitudes y frases hechas y poc expresar e l pesar «perdóneme», «estoy afligido, confuso, arrepentus
tido...»). N o obstante, para que una actividad actividad reparadora pu pueda eda cumplir cump lir su función, e s necesario que el of ofendid endido o la acepte y responda favorablemente. Es conveniente que el ofensor y e l ofendido cooperen en un intercambio reparador. L a reparación supone
u n verdadero
trabajo para restablecer e l equilibrio roto por un incidente. El intercambio reparador reparador se esfuerz a e n establecer e l orden inicial q u e existía antes de la perturbación: se desarrolla generalmente según cuatro movimientos: el viso «por los participantes toman la de llamar la ateneción l cual sobre l a falta cometida», lo responsabilidad q ue es una forma d e exigir un
retor no al orden es retorno es,, por ejemplo, el el sile silencio ncio gener general al de después spués de una metedura d e pata); l a oferta que da a un participante, generalmente e l ofensor, l a oportunidad d e reparar la ofensa y restablecer e l orden expresivo y puede tomar varias formas, que van desde minimizar e l porr parte d e l ofensor, quien s e declara culpasuceso, a l reconocimiento po eventu almente e circunstancias circunstancias atenuantes); le sigue la b le buscando eventualment
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aceptación la oferta s e admite «como u n medio satisfactorio para restablecer e l orden expresivo q u e permite a las personas q u e reciben la oferta) salvar su s u i m a g e n» si, p o r ejemplo, la ofer oferta ta p presenresentaba l a ofensa como u n a broma, e l hecho d e sonreír es una aceptación); c o n ella llega la absolución, e l indulto; y en un último movimiento, « e l indultado manifiesta s u gratitud a los que han tenido la bondad de perdonarlo» Goffman, 1974, pág págs. s. 22-23) . E l ciclo puede presentar numerosas vari variaciones aciones pero su finalidad e s siempre la misma: después d e esta actividad ritual s e puede considerar e l incidente como acabado y e l orden restablecido.
4 . L a s transgresiones L o s rituales cotidianos aparecen a la vez como un código de inter interaccio acciones nes que facilitan la comunicación como u n sistema normativo qu q u e estructura la s relaciones sociales. N o obstante, u n a observación superficial muestra que en la práctica lo loss actores están lejos d e conformarse siempre. L a transgresión del ritual puede tener varias causas; puede ser u n a fo rm a más o menos deliberada d e expresar a l interlocutor s u indiferencia, desdeño, menosprecio, o el deseo activo de ofende ofenderlo, rlo, un dominio defectuoso enfadarlo o hu humillarl millarlo. o. Puede Puede proveni provenirr de un dominio defectuoso o
aproximado d e l código. Puede también resultar de un conflicto d e reglas o de motivaciones como e l conflicto entre la s prescripciones y lo s «juegos», en el sentido d e Berne, 1975). rituales Toma a menudo la forma de una falta a las reglas habituales: n o
respetar los rituales de acceso olvidars olvidarse e de saludar a algu alguien, ien, rituales confirmativos descuidar n o decir adiós); ignorar ignorar los rituales descuidar los signos d e deferencia, n o confirmar l laa imagen que los demás quieren manifestar, no prestar atención ni interés a un interlocutor); omitir la reparación de una infracción d e l orden ritual no excusarse d e u n retraso, no acompañar una solicitud de las precau precaucione cioness usuales, retractarse después de una conducta incorrect incorrecta...). a...). Se puede ver no retractarse no tal falta constituye por sí misma un acto agresivo, sobre todo si que tal que parece intencionado. Pero la transgresión puede tomar e l aspecto de una acción «positiva» q u e atenta a la reserva, seguridad o dignidad de los demás: intromisión, ofensa, indecencia, violencia, confront confrontación.. ación.... U n a f or m a d e agresión habitual es la intromisión en el territorio d e lo s demás, propio o figurado desde ent entrar rar sin llamar, tocar las cosa co sass de los demás, mir mirar ar a alguien insist insistentemente entemente,, ocupar todo el sitio en un asiento de d e Met Metro, ro, hablar dema demasiado siado fue fuerte, rte, hacer pregunta s indiscretas... hasta e l forzamiento y la violación). N o obstante, guardar una distancia excesiv excesiva a con respecto a los demás como no
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SITUACIONES Y CÓDIGOS SOCIALES
responder a alguien que nos dirige la palabra) puede constituir también una afrenta. S i e l acto agresivo constituye u n a desregulación y una transgresión del ritual, puede revestir, é l también, u n a cierta ritualidad. Así, la ofensa toma a menudo formas reglada regladass del bofetón a la injuria, q u e comporta una jerarquía en el insulto, según una terminolog ía convenida); incluso la violencia física puede expresarse d e forma ritualizada e l duelo c o n toda su ceremonia es el más claro ejempío). Generalmente, la acción transgresiva se proyecta en la persona d e lo s demás; pero puede también, aunque afecte a los otros, actuar
sobre la propia persona; es el caso de alguien con un porte desaliñad o , que no se cuida convenientemente, q u e habla s i n pudor, q u e llora e n público y que por lo tanto no se manifiesta a sí mismo e l respeto, el « a m o r propio» que tiene derecho a esperar en los
demás). A l ser el ritual de naturaleza convencional, su transgresión n o provoca más que sanciones sociales o psicológicas. En el aspecto social, quien no respeta las reglas puede, según el caso, ser acusado de estúpido, fresco, maleducado, incorrecto o grosero; en el aspecto
psicológico, el no-respeto de las normas produce normalmente en lo s interactuantes un sentimiento de incomodidad o embarazo más o menos acentuado. N o obstante, en nuestra
cultura, los rituales son algunas veces desacreditados en nombre de una ideología de la naturalidad o de la autenticidad. S in embargo, la idea de una comunicación «espontánea» sin si n código es una idea ingenua. N o existe interacción social sin si n u n mínimo de ritualidad; ritualidad; como se ha señalado, desempeña u n papel fundamental en la codificación de la comunicación, en la regulación de los intercambios y en la conciliación de las exigencias contradiccontradic torias e inherentes a la vida soci social al contact contactoo y distancia, reciprocidad y jerarquía, autonomía y repartición...).
Tercera parte
ÁM BI T OS D E INVESTIGACIÓN
E n la lass partes preceden pre cedentes tes hemos expues expuesto to lo loss principal principales es conceptos, modelos y puntos d e vista teóricos q u e podían ayudar a describir, analizar y comprender la interacción intera cción social. social. Empezaremos ahora a explorar algunos ámbitos fundamentales d e investigación donde este concepto h estado implicado y elabora-
d o . Esto permitirá permi tirá precisar e ilustrar s u trascendencia, pero también profundizar y completar ciertos aspectos aspectos ev evocad ocados os anteriormen anter iormente. te. D os aspectos esenciales d e l proceso d e comunicación, la lass interacciones lingüísticas y la expresividad corporal, h a n suscitado n u merosos trabajos. H a n llevado a la constitución de dos campos particularmente fecundos: E l nálisis convers cion l que que se ha desarrollado en la encrucijada de la lingüística, de la etnografía de la comunicación y de un observación de l s relacione relacioness cotidianas capítulo 1); y el estudio de la comunic ción n o verb l que ha delimitado sobre todo e l lugar y e l papel de la mimogestu lid d en la interacción capítulo 2 2)) . Otro ámbito privilegiado para abordar l interacción es el grupo familiar Primero, porque constituye e ell marco m á s importante y más
constante primeros aprendizajes y permite, p o r tanto, la génesis en deloslos procesos relaciónales. Después, porque estudiar e s allí donde la perspectiva interaccional h a encontrado s u mejor aplicación y h a modificado profundamente nuestra concepción d e l desarrollo d e l niño y de la institución familiar capítulo 3 ). Finalmente, tomaremos la problemática de la influencia social que es el centro d e l proceso d e interacción y que hemos tratado hasta aquí d e forma parcial e indirecta indirec ta capítulo 4 ) .
Capítulo 1
E L ANÁLISIS CON VERS A CI ON A L
E l análisis de la conversación se ha impuesto poco a poco como u n objeto d e estudio específico y se ha revelado particularmente fecundo para l a comprensión de la interacción social. E l término «conversación» remite a los intercambios lingüísticos cotidianos tal como s e desenvuelven en la situación d e co-presencia de los que
hablan. S e trata de una forma dialógica d e comunicación que s e diferencia d e otras formas como l a comunicación mediática, didácti o
No
el
de
delimita concepto ddiscurso medida en subraya enteramente ec na l a técnica... . que l a dimensión interaccional e l intercambio. E s el resultado de elaboraciones que se hacen a partir de varias aproximaciones disciplinarias. La má máss antigua es la de la «etnografía d e la comunicación», corriente de la antropología americana que se h a esforzado e n describir y analizar la lass prácticas lingüísticas d e diferentes grupos socioculturales. H a tenido en cuenta también las preocupaciones de la «pragmátic a ling üísti establecer una especie üística» ca» que, por su parte, ha intentado establecer d e gramática de los intercambios verbales en sus reglas, sus estructuras y s u funcionamiento . análisis conversacional se ha nutrido de la corriente E n fin, el que interaccional ha abordado la conversación como un «encuentro social» determinado, de una parte, por su ontexto y d e otra, por los ritu les sociolingüísticos. E s decir, que el análisis conversacional h a bebido d e muchas fuentes y n o representa todavía u n campo homogéneo, aunque s e puedan dar ciertas convergencias temáticas y metodológicas.
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1.
Á M B I T O S DE I N V E S T IG IG A C I Ó N L A ETN O G RA F ÍA DE LA C O M U N I C A C IÓ IÓ N
expresión de «etnografía de la comunicación» se debe debe a L a expresión la comunicación» 196 64 como tít título ulo de la J. Gumperz y D. Hymes que la utilizaron en 19 designa un investiga tigación ción nacida nacida de la publicación; designa una a inves la antropología lingüística) que tiene como objetivo la descripción de prácticas socioculturales. Se apoya apoya en diverlingüísticas de diferentes grupos socioculturales. sas nociones.
1 Gumperz propone el repertorio verbal para dar cuenta de dell hecho de que un individuo o un grupo dispone de varios registros de lenguaje que utiliza según las situaciones este reper repertorio, torio, como lo investigaciones nes sob sobre re las culturas de la India, muestra en las las investigacio las culturas la India, puede varias as lengua lenguas s o dialectos). Así, Así, en un incluir a veces vari un análisis lingüístico que pone el acento en la estructura interna de la lengua, introduce una aproximación que se interesa por los usos de las lenguas en las comunicaciones y las interacciones sociales.
2
En esta esta pe perspe rspectiva, ctiva, el lengua lenguaje je es ref referid erido o men menos os a un código formal, que a prácticas que varían según las situaciones socio-
culturales. Por eso la unidad de base que debe tenerse en cuenta no es de orden lingüístico fonemas, lexemas, frases...), sino de orden pragmático: es el el acto de la p el elemento constitutivo de los palab alabra ra el comportamientos de intercambio.
3
f undada ada en la observación y la La investigación etnográfica, fund descripción de conductas, define así una competencia comunicativa lingüística) que surge surge del aprendizaje aprendizaje d hábitos de diferente a la la lingüística) de e lo los s hábitos de interacciones cciones lingüísticas convenciones, normas, rituales, estralas intera características de un grupo socio sociocultura culturall d determinado eterminado;; delitegias...) características mita, mejor que la lengua, lo que Hymes llama «una comunidad de palabra» speech community). Se ha visto cómo esta perspectiva llevó a Hymes a proponer en 1967 un modelo de comunicación el modelo «speaking») que pone
en relieve ciertos elementos: el marco, los participantes, las finalidato nalidad, los instrum instrumentos, entos, las n normas, ormas, el géner género. o. des, los actos, la tonalidad,
etnografía de 4. En la década la década de de los setenta, los setenta, la la etnografía de la la comunicación conoce un importa importante nte desarro desarrollo llo en los Estados Unidos y da lugar a numerosa num erosas s invest investig igaci aciones. ones. Uno d de e sus objetos destacados es el análisis de las conversaciones Sacks, Schegloff y Jefferson, 1974): se lisis trata de mostrar que los intercambios cotidianos más triviales obede-
E L ANÁLISIS CONVERSACIONAL
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c e n a ciertas ciertas reglas reglas de funcio func iona nami mien ento to cuyo alcance sobrepa sobrepasa sa las situaciones y los contenidos particulares propios a una u otra interacción. El análisis conversacional se interesa especialmente por la dinámica de los intercambios y por su regulación: cómo se inicia o acaba u n a conversación, cómo s e hacen y encadenan lo s turnos de d e cómo se regula palabra cómo se regula la distribución la distribución de las intervenciones las intervenciones de un locutor a otro, cómo cada uno se marca su voluntad de tomar la palabra o dejarla, cómo se articulan las secuencias unas con otras. E l proyecto d dee Sacks, Schegloff y Jefferson muestra las la s reglas q u e permiten el desarrollo de una conversación y que conciernen a la v ez a la interacción entre lo que entre lo s locutores y a la interpretación de lo expresan. E n esta perspectiva, la conversación aparece como una co construcción tanto refere re ferente nte a la relación relación como a las significaciones. significaciones. actividad de co-construcción solicita a los protagonistas una Esta actividad co-construcción solicita los protagonistas
competencia que no por ser frecuentemente implícita es menos imprescindible y resulta de un aprendizaje sociocultural progresivo S . Ervin-Tripp, 1973).1
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