- El Camino de La Mano Izquierda y El Camino de La Mano Derecha

December 16, 2017 | Author: Ignacio Hazard | Category: Tibetan Buddhism, Shamanism, Tantra, Alchemy, Satanism
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Descripción: El Camino de La Mano Izquierda y El Camino de La Mano Derecha...

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EL CAMINO DE LA MANO IZQUIERDA Y EL CAMINO DE LA MANO DERECHA Por Daniel González Chavez. Plantear que los términos “Camino de la Mano Derecha” (RHP por sus siglas en inglés) y “Camino de la Mano Izquierda” (LHP) se refieren a la magia blanca y la magia negra, o al bien y al mal respectivamente, es realmente una visión muy pobre, limitada y equivocada sobre el verdadero significado de ambas designaciones. En realidad, la diferencia entre uno y otro es más simple y nada tiene que ver con conceptos tan relativos como el “bien” y el “mal”. El Camino de la Mano Derecha es el camino de la devoción y la adoración. Consiste en priorizar las necesidades del colectivo y la comunidad por sobre las individuales, y en seguir el sendero espiritual rindiendo culto y adoración a una deidad o deidades externas, que son vistas como un ser superior, al cual el individuo respetuosamente se somete. El Camino de la Mano Izquierda es el camino de la autodeificación. Consiste en priorizar las metas y objetivos individuales por sobre los colectivos, y en seguir un sendero espiritual introspectivo, mediante el cual el practicante se conecta con su propio Ser, entra en contacto con su Yo Superior, modifica y mejora su personalidad purgándola de lo negativo, lo destructivo y lo que lo retrasa, perfeccionándose a sí mismo hasta convertirse en un superser. Es decir, el LHP no rinde culto o adoración a entes externos de ningún tipo, aunque puede usarlos como representaciones simbólicas y arquetípicas. Sin embargo, su función esencial es desarrollar el Ser o Yo Superior y convertirlo en un dios. Esto es lo que el ocultista y psicólogo Carl G. Jung llamó la Individuación, Aleister Crowley llamó la Verdadera Voluntad y Friedrich Nietzsche llamó el Superhombre, que no es otra cosa que la Iluminación como lo llaman los budistas. Entendido esto entonces vemos como la incorrecta aplicación del término puede llevarnos a graves confusiones. Algunos han asignado “Camino de la Mano Izquierda” al satanismo en todas sus formas pero ¿no hay acaso satanistas que rinden adoración al Diablo y a los demonios como si fueran dioses? ¿Personas que, aunque satánicas, no se diferencian en nada de los devotos cristianos que van a misa a golpearse el pecho rindiéndole adoración a su Dios, solo que estos satanistas le cambian el nombre y depositan su devoción en demonios? Desde esta perspectiva podría decirse que los adoradores del Diablo, como bien indica su nombre, son practicante del Camino de la Mano Derecha, tanto como lo son los más fundamentalistas buenos cristianos. Inversamente; ¿no hay budistas que practican diferentes formas de esoterismo tántrico y místico que buscan despertar su Budeidad, o Naturaleza Búdica para así alcanzar la perfección? ¿No es la Iluminación que buscan alcanzar los budistas en muchos casos mediante complejos procesos de disciplina mental, física y espiritual propios del mejor esoterismo, un concepto análogo a la autodeificación ya que el budista busca convertirse a sí mismo en una deidad o Buda? Entonces podemos ver como desde esta definición el budismo podría considerarse una forma del Camino de la Mano Izquierda. 1

Entonces, nadie con una inteligencia razonablemente normal va a pensar que los pacíficos budistas que rechazan la violencia y el materialismo son “magia negra” y “seguidores del camino del mal” mientras que los satanistas tradicionales son “magia blanca” y “seguidores del camino del bien”, pero al fin y al cabo, todos estos conceptos del bien y del mal son relativos y dependen de la cultura. El origen de la designación “Camino de la Mano Derecha/Izquierda” proviene la India con los términos sánscritos Vaimachara y Dakshinachara que literalmente significan sendero, vía o camino de la mano izquierda y derecha respectivamente. Luego fue exportado por la teósofa Madame Blavatsky a occidente. La mística ucraniana lo uso para referirse a la magia blanca y magia negra, pero muy a su criterio personal y según los estamentos de la teosofía. En India, los Vaimachara se caracterizan por la transgresión de los límites sociales haciendo uso en sus rituales de las tres “M”; Madya (beber licor), Mamsa (comer cane), Matsya (comer pescado), Mudra (comer cereal) y Maithuna (tener relaciones sexuales). Esto, en la sociedad ortodoxa hindú está totalmente prohibido pues el hinduismo prescribe un estricto vegetarianismo y prohíbe el consumo de carne y pescado porque implica matar seres vivos, así como tiene prohibición hacia beber alcohol y tener sexo extramarital. Los Dakshinachara, en cambio, son los practicantes de la ortodoxia hindú que siguen los preceptos tradicionales. Es común que el practicante del LHP utilice una serie de prácticas rituales transgresoras que van en contra de las pautas establecidas por la sociedad, como un símbolo de liberación psicológica. El practicante rompe así sus “cadenas” que lo atan a los convencionalismos sociales y esto le permite individualizarse cada vez más. Similares ejemplos hemos visto en Occidente con la secta de los Khlystys en Rusia, a la que perteneció Rasputín o con los rituales “satanistas” de ciertas sociedades aristocráticas europeas como el Club del Fuego Infernal de Sir Francis Dashwood en Inglaterra o las ceremonias diseñadas por Aleister Crowley. Las ceremonias satánicas que habían escandalizado alguna vez la Europa de los siglos XVIII y XIX, y que eran mayormente practicadas por miembros de la aristocracia tenían en muchos casos como finalidad blasfemas contra la Iglesia que parecían más una revuelta contracultural hacia la autoridad establecida. Sin embargo, volvemos a caer en el relativismo cultural, mientras beber alcohol y comer carne es visto como “satánico” o Vaimachara en Oriente, difícilmente se tacharía a alguien de satanista en Occidente por hacer eso. A la inversa mientras la adoración a diferentes ídolos de aspecto demoniaco y semi-animal como el Baphomet es visto como “satánico” en Occidente, en Oriente donde las deidades de aspecto similar (como el hindú Ganesh o el budista Yamantaca) son comunes a nadie se le asignaría el título de satánico. Es decir, el Camino de la Mano Izquierda es contracultural, no es una definición ética. Personajes como Sir Francis Dashwood que era ampliamente conocido por liderar el Club del Fuego Infernal donde realizaban supuestas misas negras y orgías, era un reconocido filántropo que administraba un hospital para pobres, así como fue miembro del Parlamento por el Partido Conservador y tuvo diferentes cargos públicos importantes dentro del gobierno británico, y Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, que también fue miembro del “satánico” Club de Dashwood e incluso le ayudó a bosquejar 2

las misas negras, es hoy recordado como un destacado filósofo, escritor, inventor y demócrata que luchó por la libertad y la independencia de su país, en el cual es un héroe nacional. Desde siempre el Camino de la Mano Derecha ha sido masivo, seguido por amplias masas de personas y por la mayoría de la población, mientras el Camino de la Mano Izquierda ha sido de una selecta y muy pequeña minoría. En los tiempos paganos precristianos en todas las culturas eran contados los individuos que se salían de la gran masa general y se internaban en las profundidades del bosque, la selva, la montaña o el desierto, aislándose del mundo para lograr una auto-realización mediante privaciones y meditación espiritual. Estos han sido comúnmente llamados “chamanes”. La labor del chamán era contactar con el mundo de los espíritus desde tiempos prehistóricos. En todas las culturas animistas y chamanistas el Chamán era el médico, el psicólogo, el sacerdote y el consejero, pues estaba entrenado para sanar cuerpo, mente y espíritu. Servía de unión entre el hombre y los dioses. Mediante sus rituales podía curar la mente haciendo que las personas por intermedio de visiones arquetípicas, metáforas y símbolos, tuvieran experiencias catárticas y terapéuticas, y pudieran entrar en contacto directo con los profundos dominios de su psique. Así, el chamán cumplía roles fundamentales en la sociedad primitiva, siendo un verdadero Iniciado. En las místicas tierras del Tíbet, antes de la llegada del budismo, la religión tradicional era el chamanismo llamado Bon. Los tibetanos como casi todos los pueblos vecinos (monpos, mongoles, etc.) practicaban el chamanismo antes de la llegada del budismo pero, si bien el budismo era una religión más “civilizada” venida de la India que ya tenía una milenaria civilización, la relación del budismo con el chamanismo fue muy diferente a la de un caso similar como fue el cristianismo con el paganismo europeo y americano. Mientras los cristianos odiaban las religiones paganas y buscaron todos los medios posibles para destruirlas y borrarlas, el budismo siempre respetó otras religiones y, con cierta estrategia, no las combatió sino que se amalgamó con ellas. No quiere decir que no haya habido sincretismo dentro del cristianismo con la influencia pagana de los pueblos conquistados, o que los cristianos no hayan optado por “cristianizar” dioses, prácticas y lugares de culto pagano, pero esto se hizo siempre en forma hostil hacia el paganismo y el sincretismo resultante terminó tornándose una superstición popular en muchos casos. Por el contrario, el budismo lo que hizo fue adaptar las partes coincidentes y que veía positivas de las otras religiones y compaginarlas con la suya. De esta manera vemos que el budismo terminó influenciando a las otras religiones como el taoísmo, el sintoísmo y el chamanismo Bon, pero la relación fue dialéctica, estas religiones también lo influenciaron a él. Esto provocó, por ejemplo, que en el caso del lamaísmo o budismo tibetano, sea perceptible la influencia del chamanismo, como es el uso de tambores y cuernos en sus rituales, o las imágenes arquetípicas de algunas deidades tántricas como Yamantaca. El lamaísmo se extendió casualmente entre los pueblos y etnias que solían ser chamanistas; tibetanos, monpos, manchúes, ladakhis, butaneses y mongoles.

El Lama Namkhai Norbu, maestro tanto del chamanismo Bön como lama de alto rango dentro del budismo tibetano, y maestro del esoterismo tibetano Dzogchen, menciona muy claramente en su libro La vía de la autorrealización que existe un error 3

generalizado en utilizar la designación de budismo Hinayana, Mahayana y Tantrayana como tradicionalmente se hace. El budismo Hinayana (pequeño vehículo en sánscrito) se suele referir a la forma de budismo más básica y elemental, en la cual el practicante por medio de devoción a las deidades budistas y el seguimiento de un código ético, busca liberarse del sufrimiento y garantizarse un futuro feliz. El Mahayana (gran vehículo), en cambio, busca alcanzar la Iluminación definitiva y el Tantrayana (vehículo del tantra) es llamado también “budismo esotérico” y evidentemente se refiera al budismo más profundo y de aspectos más ocultistas. Por lo general se habla de países hinayana (como Tailandia, Sri Lanka, Camboya y Laos), países mahayana (como China, Japón, Vietnam e India) y países tantrayana (Tíbet, Bután, Mongolia y las regiones donde el lamaísmo es mayoría, así como los seguidores del budismo esotérico o tántrico japonés del Shingon). Pero, como indica el Lama Norbu, es absurdo pensar que la población entera de millones de personas de Mongolia o Tíbet van a ser realmente tantristas y a seguir las enseñanzas esotéricas más profundas, como resulta absurdo pensar que toda la población de China busca la Iluminación y que dentro de Sri Lanka no haya ni un solo practicante más allá del budismo más coloquial o popular. Por eso, usar la terminología para “países” es ridículo. Lo cierto es que Hinayana es el que practica el budismo con fines meramente inmediatos, a quien se le asignan una serie de códigos éticos para asegurarse que no acumule karma negativo que pagará en futuras vidas, por lo cual el budismo hinayana prescribe el vegetarianismo y prohíbe beber licor, tener sexo premarital o usar la violencia. Este budismo es para las masas, para las personas más sencillas y menos críticas. El budismo mahayana es más intelectual, se dirige a personas con cierta cultura, educación y capacidad crítica (no necesariamente con estudios formales pero que van más allá de las costumbres y supersticiones pseudosanteras) a quienes se entiende que son capaces de tomar decisiones conscientes. Por ello el budismo mahayana no prohíbe el beber alcohol, comer carne o tener sexo premarital. El budismo mahayana entiende que una persona adulta responsable puede tomar las elecciones en su vida sobre estos temas para no excederse ni dañar a otros. Como explica el Lama Norbu, no es lo mismo las reglas que se le dan a un niño que a un adulto. No quiere decir que el budismo hinayana sea inferior al mahayana como no es inferior un niño de kindergarten que un estudiante universitario, simplemente son diferentes. Así, como explica el Lama Norbu, en el Tíbet también hay budistas hinayana que llegan a las ceremonias de los lamas a recibir bendiciones y dejar ofrendas a las estatuas de los Budas, usualmente gente sencilla y humilde con poco tiempo para preocuparse por las grandes elucubraciones filosóficas del budismo esotérico. Evidentemente que no es coincidencia que la mayoría de los países donde es mayoritario al menos en teoría el mahayana (como China o Japón) sean países industrializados y que desde la antigüedad han sido muy urbanos, pues es lógico que, como sucede en Occidente, el desarrollo económico trae consigo una mayor criticidad y educación. Pero encima del Mahayana está el Tantrayana, también llamado Vajrayana (camino del diamante) que es casi sinónimo del budismo tibetano o lamaísmo, aunque como vimos esto no es tan cierto. Mientras el Hinayana prohíbe comer carne, beber alcohol y tener sexo extramarital, el Mahayana lo deja a la libre voluntad del practicante asumiendo que es una persona inteligente que sabrá no abusar de esa libertad, el Tantrayana obliga a beber alcohol y comer carne en sus rituales o Dzogs y muchos seguidores practican el Tantra Sexual incluyendo monjes lo que es tabú entre algunos budistas, algo que recuerda a los Vaimachara de la India. 4

Volviendo al tema del chamanismo, es evidente que el Bon es una tradición de la Mano Izquierda como otras muchas formas de chamanismo, y ha tenido gran influencia en el budismo tántrico. El autor luciferino Michael Ford en su libro Luciferian Tantra and Ser Magick examina ampliamente las tradiciones del budismo tibetano y el Bon desde una perspectiva de Mano Izquierda muy interesante, pero sin duda es el Dzogchen la tradición esotérica tibetana más coincidente con la definición esotérica de la Mano Izquierda. El Dzogchen no es oficialmente una forma de budismo, sino una tradición esotérica que puede ser seguida por alguien de cualquier religión, si bien por ser de origen tibetano es notorio que se basa en la filosofía budista y bonpa. Un maestro de la Orden Gnóstica Rosacruz me dijo una vez que el Dzogchen era una forma de Gnosis de la más pura. En todo caso, lo cierto es que el Dzogchen en efecto cree que todos somos Budas (es decir, Iluminados) que estamos soñando con el universo, y se dice que mediante el Dzogchen se puede alcanzar la Iluminación en una sola vida. Los seguidores del Dzogchen consideran que así como encima del hinayana está el mahayana, y encima del mahayana el tantrayana o vajrayana, por encima del vajrayana está el Dzogchen, lo cual lo haría la cúspide del esoterismo budista. El Dzogchen se asemeja mucho en sus prácticas a lo establecido en el Tantrayana, especialmente respecto al consumo ritual del alcohol y la carne. Esto no se prescribe arbitrariamente sino que es necesario el consumo de estas substancias para el organismo cuando este comienza a activar ciertas energías mediante prácticas de Yoga y Tantra, como el Kundalini. Al Dzogchen también se le ha designado por algunos budistas ortodoxos como algo “satánico” y como “magia negra” aunque simplemente es un camino esotérico de autodeificación. Resultaría muy difícil extenderse demasiado en la temática tan amplia, compleja y basta que es el Dzogchen, pero recomiendo al interesado indagar a fondo sobre esta práctica maravillosa. El Tantra real dista muchísimo de la versión New Age bastardizada que nos han vendido a Occidente, así como de lo que sobre él dice el líder sectario y farsante Samael Aun Weor. En la realidad, el Tantra no es solo sexual, pues una práctica tántrica puede ser, por ejemplo, una ceremonia con una deidad tántrica que activa ciertos elementos simbólicos y arquetípicos de la mente. Pero, en su parte propiamente sexual, el Tantra es parte de la tradición esotérica de Oriente y se ve presente en el hinduismo, el budismo y el taoísmo. El Tantra es algo muy elaborado y una forma muy rápida de activar el Kundalini y obtener la Iluminación, por lo que debe realizarse con la guía de un maestro iniciado auténtico, y no con cualquiera. El taoísmo también busca la autodeificación, las prácticas taoístas tienen como propósito convertir al practicante en un dios o ser inmortal, y por ende puede designarse como Camino de la Mano Izquierda, especialmente en sus vertientes esotéricas. El confucianismo, en cambio, es más propio de la Mano Derecha, con su establecimiento de normas éticas muy claras, su esfuerzo de mantenimiento del status quo y la lealtad al estado y a la familia, por sobre los intereses individuales. Por siglos, sin embargo, el taoísmo y el confucionismo coexistieron en China como las dos fuentes de filosofía del país, al lado de la religión popular pagana. Luego, con la entrada del budismo y salvo algunos breves periodos históricos, las tres religiones convivieron en paz. La Segunda Revolución China de Mao, especialmente durante la Revolución Cultural, el Gran Salto Adelante y los períodos más negros del maoísmo, trajo consigo las persecuciones más drásticas hacia todas las religiones. Pero esto se dio en un contexto internacional donde 5

el comunismo era una fuerza internacional poderosa que dominaba medio mundo, ahora ya China no tiene el mismo respaldo mundial y por eso ha flexibilizado muchos de los elementos más extremistas de su dictadura. Desde hace algunas décadas respalda, por ejemplo, dos religiones; el budismo y el confucionismo. El budismo por qué es la religión mayoritaria de China y la que tiene más seguidores a nivel internacional, así que China no puede darse el lujo de perseguirla tan abiertamente como antes, además resulta más estratégico controlarla (los soviéticos hicieron algo similar manipulando a la Iglesia Ortodoxa) y el confucionismo porque sus prédicas filosóficas son muy compatibles con lo que quiere el régimen de Beijing; fidelidad al Estado, lealtad al gobierno, dejar de lado la individualidad a favor del bien común. El taoísmo, por otro lado, aunque actualmente no es perseguido tampoco es respaldado y eso hace difícil su práctica en un país donde financiar una religión privadamente resulta casi imposible. No quiere decir esto que la filosofía confuciana no tenga grandes virtudes que deben ser estudiadas como con cualquier filosofía. En todo caso, China sí que ha tenido un duro combate contra las escuelas más esotéricas de pensamiento oriental, el caso más evidente es el genocidio tibetano y el combate a la religión lamaísta perpetrado tras la invasión de Tíbet en 1950. Similarmente la represión al movimiento espiritual Falun Gong, de matices esotéricos interesantísimos. La actitud del gobierno chino responde a una tendencia contra-iniciática clara, típica de un régimen materialista y ha todas luces demiúrgico. Por otro lado tenemos otro ejemplo de budismo iniciático en el budismo Nichiren japonés de Sokka Gakkai Internacional, veamos: Cuando entonamos la Ley Mística, contrario a la mayoría de religiones occidentales, no rezamos a una divinidad externa investida de características humanas como el juzgar, nuestras oraciones se comunican hacia las profundidades de nuestro ser cuando invocamos el sonido de la Ley Mística. Revista Puentes de Paz No. 379. Vemos acá una nueva coincidencia entre una escuela budista, que tiene millones de seguidores en todo el mundo, y los conceptos del Camino de la Mano Izquierda que, como ya dijimos, nada tiene que ver con el mal pero si mucho con la autodeificación. Cuando los budistas Nichiren establecen que no rezan a una deidad externa que no parece ser más que una extrapolación de características humanoides, sino que mediante sus prácticas inician un proceso de interiorización e introspección, de conexión con su ser interno, vemos entonces que estamos hablando de un concepto similar a la Individuación de Jung, el Superhombre de Nietzsche y la Verdadera Voluntad de Crowley. Resulta curioso que se haya acusado a la Soka Gakkai de ser una secta, algo que pareciera ser infundado. El Demiurgo no desea que organizaciones que buscan liberar el Espíritu de la materia y dejar de lado la adoración a un dios imperfecto como él prosperen, especialmente cuando lo hacen mediante la forma de una religión socialmente aceptada y con un gran prestigio internacional como el budismo, de ahí que sus servidores hayan perseguido tan duramente al Falun Gong y al budismo tibetano, pero la Soka Gakkai se encuentra lejos del control de China, en el libre Japón.

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Ahora bien, cabe preguntarse que si, por lo general, el Camino de la Mano Izquierda no rinde culto o adoración a dioses o deidades externas ¿por qué el budismo aparentemente se postra ante imágenes de divinidades como Budas y Boddhisattvas? Nuevamente acá vemos una distinción entre las tres formas de budismo. Para el Hinayana promedio las deidades budistas son entes externos ante los cuales se postra en adoración. Su devoción no dista mucho de la que vemos entre los católicos promedio hacia los santos. Ya en el budismo Mahayana se empieza a mencionar que las divinidades budistas son representaciones iconográficas simbólicas que representan conceptos abstractos, fuerzas metafísicas e incluso arquetipos de la mente, y en el Dzogchen ya se establece más abiertamente que las íconos budistas son simplemente representaciones de partes de la mente y que buscan despertar esa memoria arquetípica en nuestra psique. Ahora analicemos el Camino de la Mano Izquierda en Occidente. Como se dijo, en las culturas paganas antiguas era común que personas de profunda espiritualidad se dedicaran a la introspección. Los ritos chamánicos eran notoriamente iniciáticos y de clara naturaleza introspectiva. Estos eran los chamanes, brujos y brujas de las sociedades primitivas, dentro de las cuales ser brujo era ser una persona de grandes dotes intelectuales y una espiritualidad profunda. No sería hasta el advenimiento del cristianismo que éste asociaría a los brujos y brujas con la maldad. Conforme el sacerdocio se fue conformando en una casta profesional y social especializada, particularmente en las sociedades más urbanizadas, el clero va perdiendo mucha de su fuerza iniciática, como ocurrió con los druidas en Galia y los sacerdotes de Grecia y Roma. Aún así surgieron entonces movimientos espirituales iniciáticos más cerrados; las famosas religiones mistéricas, como el pitagorismo, el orfeísmo, el dionisismo y el mitraísmo, de contenido ocultista y místico que operaban al margen de la sociedad pagana de masas, que tenían un número limitado de miembros y que funcionaban como sociedades esotéricas en aquella época. Muchas de sus creencias parecían ser diferentes a las de las religiones exotéricas, pero asombrosamente similares a las religiones orientales, como en el caso del orfeísmo que creía en la reencarnación y la no violencia. Luego vendrían los gnósticos. Aunque usualmente se asocia al gnosticismo con una rama heterodoxa del cristianismo, lo cierto es que la Gnosis (que significa conocimiento en griego) bebe de las aguas de la filosofía griega, el zoroastrismo persa y el misticismo egipcio. Así, hay una Gnosis pagana previa a la Gnosis cristiana de la cual ésta es heredera. El gnosticismo era notoriamente un movimiento espiritual de la Mano Izquierda; planteaba la existencia de una realidad cósmica con dos fuerzas oponentes; el Dios de Luz y el Demiurgo, o dios de la materia, un ser malvado e imperfecto nacido de la diosa Sofía, diosa de la sabiduría hija del Dios de Luz, y que creó el universo material dejando a su servicio a los demoníacos arcontes. El Demiurgo decide habitar su reino material con los espíritu de luz pura que habitan lo que Platón llamó el Mundo de las Ideas, es decir, el Reino de Luz del Dios Incognoscible, tomando lo que la Gnosis llama mónadas y atrapándolas en la materia. La función de la Gnosis es liberar las mónadas y devolverlas al Reino de Luz, este es el mismo proceso de Individuación jungiana. 7

Para los gnósticos el individuo se divide en tres partes; el cuerpo físico, el alma (que en realidad es similar a la mente) y el Espíritu o mónada. El cuerpo y el alma son creación del Demiurgo, solo el Espíritu es superior al universo material. La Gnosis también divide a los hombres en tres grupos; hílicos (gente común totalmente consumida por la materia), psíquicos (personas más intelectuales en contacto con la mente) y pneumáticos (las personas espirituales cercanas a la mónada), que corresponden ligeramente a la división de Hinayana, Mahayana y Vajrayana del budismo. Básicamente el esfuerzo de la Gnosis por liberar la Mónada de la materia, entendiendo la Mónada como la “naturaleza Búdica” del budismo, el Ser de Jung, Yo Superior y Espíritu de otras corrientes esotéricas, y lo que Crowley llamó el Santo Ángel Guardián, es ni más ni menos que el mismo proceso iniciático ya mencionado, característico de la Mano Izquierda, de ahí que Crowley llamara a una de sus escuelas esotéricas la Iglesia Gnóstica Católica (comprendiendo la palabra católica por su significado de universal) y nada tienen que ver los gnósticos clásicos con los gnósticos de Samael Aun Weor y sus “institutos gnósticos” ni su “movimiento gnóstico universal”. Samuel simplemente usó el título para llamar la atención, pero aparte de plagiarle los escritos a Blavatsky, René Guenon y otros pensadores, y aprovechar la fundación de su secta para volverse alcohólico, vivir a costa de sus seguidores y acostarse con sus discípulas, no hizo realmente nada importante en el esoterismo internacional, y es prácticamente desconocido fuera de Latinoamérica. El mejor ejemplo es que Samael frecuentemente hace alusiones al culto a Jehová del cual él mismo admite ser mensajero, cuando los gnósticos eran evidentemente anti-Jehová. Los gnósticos generaron innumerable cantidad de ramas, como los ofitas que adoraban a la serpiente como símbolo de la sabiduría pues fue la que le dio la fruta del Conocimiento o Ciencia a Adán y Eva, los cainitas que tenían una percepción similar hacia Caín por haber sido el rebelde que se opuso al mandato cruel del Demiurgo opresor, los setianos que seguían al tercer hijo de Adán y Eva, Set, los marcionistas seguidores del heresiarca Marción, rabioso opositor al Demiurgo que encontraba totalmente incompatible el amor predicado por Cristo con la crueldad sanguinaria del dios del Antiguo Testamento o Demiurgo, los valentinianos de Valentín, los simonianos que veían en Simón el Mago a un verdadero avatar del Dios de Luz quien rescata a la diosa Sofía que, como castigo por haber creado al malvado Demiurgo es condenada a renacer como humana en la Tierra siempre sufriendo destinos fatídicos y que había renacido en tiempos de Simón como una esclava sexual, pero es liberada de esta dolorosa y humillante vida y, tras casarse con Simón, se reúnen los dos principios liberadores. Los mandeos (que aún existen) que seguían a Juan el Bautista como el verdadero profeta y rechazaban a Moisés y a Jesucristo. Los maniqueos del persa Mani, conocido en China como el Buda de Luz. Mani reconocía a Zoroastro, Buda y Jesús como sus antecesores y su secta se popularizó mucho en el Imperio Persa pero llegó hasta China. Sin embargo Mani fue ejecutado por el emperador persa y los maniqueos perseguidos por los zoroastrianos de forma similar a como los gnósticos heréticos del Mediterráneo fueron duramente perseguidos por los cristianos. Así hubo toda clase de otras persecuciones contra los gnósticos, como ha sucedido a lo largo de la historia en que las tradiciones LHP han sido duramente reprimidas, la última 8

fue la lucha contra los cátaros de la Edad Media, de religión dualista gnóstica, que consideraban que la Iglesia Católica por su corrupción y opulencia, estaba al servicio de Satán y que representó un movimiento ascético, que tenía grandes similitudes con el orfeísmo y el budismo; abogaban por la no violencia, eran vegetarianos, su sacerdocio era célibe, etc. Algunos autores han dado versiones contradictorias del gnosticismo, pero debe recordarse que mucho de lo que se sabía antes del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto provenía de los escritos de sus detractores. Algunos Padres de la Iglesia los describen como practicantes de un ascetismo riguroso, otros que más bien se dedicaban a todos los placeres hedonistas y excesos, en ambos casos justificando que la materia era el habitáculo del Mal. En realidad da igual, el verdadero iniciado sabe que debe mantener un cierto equilibrio, esto lo menciona muy claramente Michael Ford en La Biblia del Adversario y otros escritos de su iglesia luciferina; en ocasiones es necesario que el ocultista dejé salir sus pasiones animales y las satisfaga al máximo, y a veces es necesaria la disciplina, el autocontrol y la austeridad. Ambas posturas usadas racionalmente en el momento y lugar apropiado, sirven para el crecimiento del Ser. Por ejemplo, para defenderse en un caso de emergencia ante agresiones de enemigos la bestia interna que actúa por instintos es necesaria, como lo sería en la cacería o en la lucha contra los rivales. Mientras que, para lograr objetivos mayores como la creación artística, el éxito profesional o la cooperación para constituir una comunidad que sea beneficiosa para todos los miembros, se necesita la cooperación y la disciplina, así como es positivo mostrar autocontrol con rigurosas privaciones de vez en cuando para lograr estados de consciencia alterados o la disciplina necesaria para alcanzar ciertas metas ceremoniales y ocultistas. Jung pensaba que los alquimistas eran los herederos de los gnósticos en la Edad Media. Esto es lógico, los alquimistas también buscaban la transmutación del Ser. La idea de convertir el plomo en oro no debe tomarse literal, era un significado semiótico que en realidad simbolizaba el proceso de alquimia espiritual o perfeccionamiento introspectivo mediante el cual el Iniciado purifica sus aspectos más burdos y deleznables (el plomo) y los transmuta en virtudes perfectas (el oro). Este proceso también se ejemplifica por el nigredo (sustancia negra, los elementos malignos o materiales que obstruyen al Ser), pasando al albedo (sustancia blanca, símbolo del alma o mente que, para los gnósticos, representa la psique y no el verdadero Ser) y el rubedo (sustancia roja que es el resultado final de purificación, simboliza el Espíritu o mónada que está por encima del cuerpo y el alma) que en oriente se le conoce como el Vajra Rojo. De los alquimistas deriva la alemana Orden Rosacruz fundada por el mítico Christian Rosenkreutz, supuestamente el último niño sobreviviente del exterminio cátaro. Otros identifican a Rosenkreutz con el Conde de Saint Germain que se dice es inmortal, al igual que el legendario Preste Juan, esta inmortalidad es un símbolo del Vajra Rojo, es decir, del hombre totalmente despierto o iluminado que es capaz de decidir como renace, lo que se conoce como Tulku entre los tibetanos, y como “Inmortales” entre los taoístas. Así, la leyenda dice que habrían reinos misteriosos habitados por estos seres Inmortales como Agartha, Shamballa, el reino del Preste Juan, Avalon, el Olimpo, la Isla de los Inmortales de China y el nórdico Asgard; los dioses nórdicos no son inmortales por naturaleza, se vuelven inmortales al consumir las manzanas mágica de Idún, siendo la manzana el símbolo nórdico del conocimiento. 9

De hecho la Biblia menciona que Adán y Eva comieron el “fruto prohibido” no establece la especie del fruto, la idea de que es una manzana se popularizó cuando el cristianismo se extendió en Europa donde la manzana era la fruta del conocimiento. Brujos, chamanes, gnósticos, cátaros, alquimistas, rosacruces, etc., es probable que los templarios fueran también iniciados esotéricos que habían estado en contacto con los hachisinos, una secta de musulmanes chiítas muy esotérica, rama de los ismailíes, y que luchaba contra el Islam sunní, religión de masas de la Mano Derecha. Los templarios fueron también perseguidos por la Iglesia y masacrados cruelmente, acusados de herejía y brujería, así como de rendir culto al diablo en la forma de Baphomet, una deidad tántrica. Por siglos y siglos la Iglesia persiguió toda aquella forma de herejía contraria a los rígidos dogmas eclesiásticos fueran de la mano derecha o izquierda. Luego vendrían los masones, surgidos de los gremios de constructores de catedrales del siglo XVI. Tras la ruptura de Enrique VIII con Roma por el asunto de su divorcio de Catalina de Aragón, la Iglesia Católica fue expulsada de Inglaterra, esto permitió la proliferación de grupos esotéricos ya que en Bretaña no operaba la Inquisición. Así vemos por ejemplo al Dr. John Dee como astrólogo y consejero de la Reina Isabel I. Dee, junto a Edward Kelly desarrolló el sistema de Magia Enoquiana canalizando a entidades suprahumanas que ellos identificaron con los ángeles del apócrifo Libro de Henoc. Henoc, patriarca antediluviano que se dice obtuvo la inmortalidad (¿será Saint Germain) menciona como unos ángeles bajaron a la Tierra y educaron a los hombres en la magia, la agricultura y otros conocimientos, así como se mezclaron con las mujeres humanas (las primeras brujas). Estos seres fueron dadores del conocimiento esotérico, con una característica similar a Lucifer. Pero, así como la serpiente fue maldita en el Paraíso y Prometeo fue encadenado por Zeus, los Vigilantes o Grimori, como se llamaba a estos ángeles, fueron castigados y expulsados al abismo. Es notorio que la Magia Enoquiana de Dee es un sistema luciferino. Su nombre deriva del lenguaje enoquiano (en inglés enochian) idioma que le enseñaron estos ángeles y que se dice era el hablado antes de la confusión de las lenguas en Babel, llamado así por la correlación con el Libro de Henoc. Pues bien, es en este contexto con que surge la Masonería. La palabra masón viene del francés y significa albañil. Los masones extienden su fundación hasta el Jardín del Edén con Adán, o hasta la creación del Templo de Jerusalén por el Hijo de la Viuda, el iniciado Hiram de Tiro, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí (una de las tribus que se volvió contra Dios o Demiurgo durante el Éxodo y creó el Carnero de Oro). Hiram Abiff, según el mito masónico, tuvo un sueño donde se le aparecía Tubalcaín, hijo de Caín, quien había construido la primera ciudad, es decir, el albañil primigenio. Aquí Tubalcaín le revela que Caín era hijo de Eva y la Serpiente, ya que el fruto prohibido en realidad era el sexo, y no un fruto literal. Luego Eva fue a “compartir el fruto” con Adán. De los dos encuentros sexuales nacerían Caín (hijo de Lucifer) y Abel (hijo de Adán), es por ello que el Demiurgo Jehová desprecia la ofrenda de Caín, porque él es hijo de Lucifer, y Caín mata a Abel en venganza. Los descendientes de Hiram habrían de mantener la tradición esotérica mediante las matemáticas sagradas construyendo los templos de todas las civilizaciones incluyendo las pirámides (que no

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son tumbas, sino templos), los dólmenes celtas, etc., hasta el Templo de Salomón en Jerusalén. Los masones se consideran descendientes de este linaje. Esto puede no ser literal desde el punto de vista histórico, pero sí algo simbólicamente sostenible, de forma similar a como los alquimistas derivarían de los gnósticos. La Masonería es luciferina, esto es innegable, ahora, debe entenderse que la tradición luciferina no ve a Lucifer como el demonio malvado, sino como el dios de la Sabiduría, homologándolo con el nórdico Odín, el griego Prometeo y el egipcio Thot entre otros. Para los luciferinos es Lucifer el Dios de la Luz y del Bien, y es un ente separado a Satán, el demonio del Mal, más identificado con el Demiurgo. Ya en el siglo XVII se funda en Baviera la Orden Illuminati o los Iluminados de Baviera, del mismo cariz luciferino, pero también habrían otras organizaciones interesantes como el británico Club del Fuego Infernal al que perteneció Benjamin Franklin. Los Illuminati serían perseguidos por las autoridades europeas y muchos escaparían a Estados Unidos, que ya se había independizado de los poderes monárquicos, y ahí fundarían la Sociedad Skull&Bones, en la universidad de Yale a la cual pertenecería la élite política estadounidense incluyendo a varias generaciones de Bush, incluyendo a George W. Bush, su padre y su abuelo. A finales del siglo XIX principios del XX se irían gestando una serie de órdenes esotéricas luciferinas entre ellas la Sociedad Teosófica en Estados Unidos, la Orden Hermética de la Aurora Dorada (Golden Dawn) en Inglaterra y la Sociedad Thule en Alemania, todas fundadas por masones. Aún hoy la revista oficial de la Sociedad Teosófica tiene por nombre Lucifer y las logias teosóficas no niegan su visión luciferina del esoterismo. Tanto Blavatsky como el coronel Olcott, Annie Besant, Rudolf Steiner y otros fundadores de la Sociedad Teosófica eran masones (sí, también hay masones mujeres), de igual manera que la Sociedad Rosacruz de Inglaterra que solo admitía masones de alto rango fue el precedente de la Golden Dawn, y tanto McGregor Mathers como Winn Wescott, fundadores de la Golden Dawn eran masones. También el Barón von Sebottendorf y otras figuras importantes de la Sociedad Thule eran masones. En Italia existieron también diversas órdenes secretas como los Carbonari, y es por esta época que el folklorista estadounidense Charles Leland descubre o redescubre la brujería italiana o Stregheria, que influenciaría a la Wicca. Ya a principios del siglo XX Aleister Crowley, también masón, empieza a canalizar los mensajes de un antiguo sacerdote egipcio llamado Aiwazz en El Cario junto a su esposa. Crowley había estudiado el budismo y el esoterismo occidental, poco después funda la Thelema, que según cree, será la religión del Nuevo Eón que recién comienza, el Eón de Horus, un eón esotérico donde proliferarían las religiones luciferinas frente al ya desfalleciente Eón de Osiris, el eón del dios que muere y resucita; el eón cristiano. Crowley fue miembro de la Golden Dawn, pero dicha orden prácticamente se disolvió poco después de su ingreso. También ingresó a la Ordo Templi Orientis, otra sociedad esotérica de Alemania liderada por el masón Theodore Reuss, que nombró a Crowley representante de la OTO para Inglaterra y el mundo anglosajón, y que lo designó su sucesor. Sin embargo Crowley andaría por allí fundando diferentes logias y órdenes, quizás por su personalidad hiperactiva e inquieta o porque no quería concentrar el 11

conocimiento en una única y corruptible organización. Así surge la Astrum Argentum, la Abadía de Thelema (en Italia), la Eclessia Gnostica Catholica y también se reúne poco antes de su muerte con el también masón Gerald Gardner, padre de la Wicca, a quien asesora en algunas ceremonias. Cualquier puede notar, por ejemplo, los grandes paralelismos entre la Wicca Gardneriana y la Masonería, por ejemplo, en la ceremonia de iniciación. No anda muy lejos la Wicca Alejandrina, es decir, la Tradición fundada por el también masón Alex Sanders. Pues bien, es innegable que la Thelema de Crowley es una tradición esotérica de la Mano Izquierda. Sintetiza muchas fuentes, entre ellas mucho del tantra y el esoterismo budista, así como la tradición esotérica occidental luciferina propias de la Masonería y la Golden Dawn. Muchos de los conceptos de Crowley son extrapolables a la filosofía de Nietzsche y a la psicología de Jung. Antes, sin embargo, recordemos que Crowley ve estos conceptos como algo simbólico, no como literal. Por ejemplo, cuando nos habla del Santo Ángel Guardián, conocido en otras tradiciones como el Espíritu Guía, el Tótem, el Daemonium (de ahí deriva la palabra demonio, pero que entre los griegos significaba un espíritu protector similar al ángel guardián), el compañero de las Brujas, etc., todos se refieren no a un ángel, espíritu, animal-totem, etc., literal, sino al Yo Superior, al Ser o Espíritu-Mónada, que se representa ante la psique en formas arquetípicas, usualmente animales. Así, cuando Crowley recomienda (y asesora como por medio de rituales) contactar al Santo Ángel Guardián se refiere a contactar a nuestro Yo Superior. Jung consideraba que este Ser (en inglés Self y en alemán Selbs) se manifiesta en un arquetipo masculino conocido como Animus si se es hombre o femenino llamado Ánima si se mujer. Este simbolismo lo vemos en la Sofía de los gnósticos que Crowley llama Babalon o Mujer escarlata. Analizando la doctrina gnóstica desde la perspectiva meramente arquetípica que ve los fenómenos como productos de la mente (y no como entes reales) el Demiurgo corresponde no a un dios literal, sino a la materia representada por la naturaleza animal del hombre, los instintos bestiales. Esta es la Sombra de los arquetipos de Jung que corresponde con el demonio Choronzon de Crowley, el Guardián en el Umbral de los rosacruces. Es necesario matar al demonio Chorozon (la Sombra o instintos animales más grotescos) para cruzar el Abismo (el Inconsciente) y llegar a la Ciudad de las Pirámides, nos dice Crowley. Las pirámides son los Inmortales o Superhombres, que son eternos como las pirámides y la ciudad de las pirámides es como Asgard, el Olimpo, Shambhala-Agartha, la Isla de los Inmortales, el Reino del Preste Juan, el Avalon a donde fue llevado el Rey Arturo al morir para que pudiera renacer algún día, es decir, la Tierra de los Vajra Rojos que el budismo llama Tierras Puras. Vemos como hay coincidencias enormes entre la psicología de Jung y la religión de Crowley. Crowley en su comentario sobre la Goecia (tipo de magia o hechicería usada para invocar demonios) en su versión de La clavícula de Salomón, deja claro que para él estos demonios son en realidad símbolos de partes de la mente activadas por medio de los rituales. Muchos de los fenómenos que se ven al invocar estos demonios (como objetos que se muevan, olores raros, etc.) pueden explicarse por el fenómeno poltergeist ya que la mente puede, en ciertos estados alterados de consciencia, mover objetos y cosas similares. Incluso cuando estos demonios son vistos probablemente se trate de una visión producto de la mente, de forma similar a como los chamanes veían a los espíritus 12

y dioses en sueños y trances místicos, pero que en realidad no eran más que visiones de la psique, como diría Jung. Cuando Anton LaVey funda la Iglesia de Satán en los años sesenta en Estados Unidos no saca sus ideas de cero, pues LaVey fue miembro de la Thelema alguna vez. laVey fue estudioso de Crowley aunque sentía que sus seguidores eran demasiado recatados y espirituales comparados con el lúdico y hedonista mago británico (o al menos con la imagen que de él se habían hecho muchos) así que se salió y fundó su propia tradición de la Mano Izquierda. LaVey en su filosofía establece que Satán es solo un símbolo arquetípico del eterno rebelde que se opone a la opresión, y que no es un ente real, y que la Iglesia de Satán es atea, aunque realiza ceremonias con fines esotéricos, psicológicos y sociales, pero en realidad esto ya se manejaba así desde el Club del Fuego Infernal, los Iluminados de Baviera y la Ordo Templi Orientis. Sin duda la Iglesia de Satán era contracultural y podría considerarse de la Mano Izquierda, aunque a mi criterio el que carezca de contenido metafísico la limita demasiado y el ego que alimenta es el del Yo Inferior, es decir, el yo psicológico o la personalidad creada, y no alimenta ni libera el Yo Superior o Espíritu Increado. Esto es muy destructivo ya que es demasiado artificial y solo genera un egocentrismo destructivo que dista mucho de la disciplinada autodeificación. Además hubo varias escisiones dentro de la Iglesia de Satán como el Templo de Set de Michael Aquino en los años ochenta y la Primera Iglesia Satánica de Karla LaVey –la hija de Lavey- que aseguró ser la verdadera detentora de la filosofía de su padre, pues la Iglesia de Satán se había corrompido, y mucho de lo que podemos ver actualmente de esta organización nos hace pensar que es verdad. Debe destacarse, sin embargo, que el satanismo de LaVey dista mucho de ser luciferino y no está asociado a la tradición esotérica occidental. Además de las muchas OTOs que operan actualmente en Europa y América, tenemos el Dragon Rouge, orden esotérica de la Mano Izquierda con sede en Suecia y con ramas en buena parte del mundo, liderada por el ocultista y músico Thomas Karlsson, así como la Iglesia del Adversario y Orden del Dragón Negro del estadounidense Michael Ford. Como puede apreciarse con este vistazo rápido, la tradición de la Mano Izquierda está presente tanto en Oriente como en Occidente. Algunos odinistas, por ejemplo, ven a Odín como un símbolo arquetípico de la sabiduría esotérica, de forma similar a como algunos luciferinos ven a Lucifer. Volviendo al simbolismo gnóstico, el Dios de la Luz (Lucifer) sería en realidad el Yo Superior, es decir, la Sabiduría Interna que todos tenemos en la profundidad de nuestra psique obstruida por la materia o ímpetus bestiales que nos dominan. La Sofía Mística es el alma, es decir, nuestra parte femenina intuitiva que, aunque vital para la supervivencia y el desarrollo, es la madre del engaño de la materia o instintos animales que se simboliza con el Demiurgo. Así para algunos odinistas Odín es una imagen semiótica de la Sabiduría suprema, del Superhombre Perfecto al que se aspira emular, y todos los dioses nórdicos serían representaciones arquetípicas de partes de la psique que conviene equilibrar, con un funcionamiento similar al que vemos en la figura de Satán de la Iglesia Laveyana y los demonios goéticos. 13

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