Dia de Yahve

September 17, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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EL DÍA DE YHWH

 

Índice Introducción ................................................ ...................................................................................................... .......................................................................... .................... 3  3 

EL DÍA DE YHWH  YHWH .................................................................................................. ............................................. ................................................................. ............ 4  1.  Generalidades ................................................................................................................ ................................................................................... ............................. 4  2.  Evolución del termino Día de d e Yahvé ........................................................................... 5  2.1.

El día de Yahveh y el Tiempo Sagrado. .................................................................. ........................................................ .......... 5

2.2.

El día de Yahvé un posible significado remoto: ................................................... ...................................................... ... 6

2.3.

El día de Yahvé, tiempo de castigo y salvación: .................................................. ..................................................... ... 7

2.4. 2.5.

El día de Yahveh o día del Señor en llos os libros proféticos: ...................................... 8 El día de Yahveh y la idea de un Mesías, Mesías, ...................................................... .............................................................. ........ 14

3.  Sentido Escatológico del día de Yahvé ...................................................................... 15  3.1.

La espera del último día ......................................................................................... ..................................................... .................................... 15 15  

Conclusión ......................................................................................................... ................................................... ........................................................................ .................. 18  Bibliografía ........................................................................................................ .................................................. ........................................................................ .................. 19 

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  Introducción El cristianismo habla del juicio universal en el último día, una herencia clara, la cual ha recogido de la predicación profética sobre el día de Yahvé. Esta expresión es propia de la continuación se hace una presentación a grandes rasgos de a evolución que ha tenido este ttérmino, érmino, desde sus antiguas concepciones y como se fue desarrollando lentamente en los profetas la doctrina de un final escatológico de modo que se obtenga una visión amplia, tanto en su sentido escatológico como en su manera de comprenderlo en nuestros días, específicamente en la concepción del día de Yahveh como el día de la han liberación, el día en que la opresión de este mundo será aniquilada, concepciones que forman parte de la enseñanza del día de Yahveh en la predicación  profética por lo que se le identifica como un período de tiempo o un día especial que ocurrirá al final de los tiempos, cuando la voluntad de Dios y los propósitos para Su mundo y para la humanidad serán consumados.

 

EL DÍA DE YHWH 1.  Generalidades La expresión día de Yahvé (Yom YHWH) en hebreo, o día del Señor (hémera tou kyriou) en los LXX y NT, es frecuente en la biblia. 1  Es una expresión expresión corriente en los  profetas para significar el día, o de modo más general, el tiempo en que Yahvé ha de intervenir en la historia a favor de su pueblo. A veces se piensa, con esta expresión, en un futuro más o menos próximo; pero de ordinario, la esperanza se dirige al último fin de los tiempos, al tiempo escatológico de la salvación.2  Para el creyente no es la historia un comienzo perpetuo; la historia conoce un  progreso marcado por las visitas de Dios a sus tiempos, en días, horas y momentos  privilegiados: el Señor vino, viene sin cesar, vendrá para juzgar el mundo y salvar a los creyentes. En tal conjunto, para designar la intervención solemne de Dios en el transcurso de la historia, el término “día del Señor” es una expresión privilegiada, a veces abreviada en “día” o “aquel día”.  

Esta expresión recubre una acepción doble: 1.  Es en un primer lugar un acontecimiento histórico, el día por excelencia que ve el triunfo del Señor sobre sus enemigos. 2.  Es también una designación cultual, el día especialmente consagrado al culto de Dios. Estas dos significaciones no carecen de correlación mutua. El culto conmemora y anuncia la intervención de Dios en la historia: el acontecimiento histórico, puesto que emana de Dios, emerge fuera del tiempo; pertenece al presente eterno de Dios, que el culto debe actualizar en el tiempo histórico.3  En el anuncio del día de YHWH, se proclamaba la intervención fulgurante de Yahvé en favor de Israel, que en un primer momento será como un “día de luz” (Am 5,18) que luego se transformará en un “día de castigo y destrucción” que se predicará para el

 pueblo elegido, o también contra los pueblos circunvecinos. Y ahondando más en el término utilizado por los profetas de los siglos VIII al IV, podemos notar un esquema las matizaciones que hacen estos al describir de scribir el “día del Señor”, así tenemos:   Yahvé lanza un grito de guerra (Sof 1,14, Is 13,2), ¡el día de Yahvé está cerca! (Ez 30,3; Is 13,6; Jl 1,15) y Yahvé reúne sus ejércitos para el combate (Is 13,3ss), es un día de nubes (Ez 30,3), de fuego (Sof 1,18; Mal 3,19), los cielos se enrollan (Is 34, 4), la tierra tiembla (Jl 2,1-11), el mundo es devastado (Is 7,23), sumergido a una soledad semejante a 1 Diccionario  Diccionario

Enciclopédico de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona, 1993, pág. 430

2 Enciclopedia  Enciclopedia de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona, 1975, pág. 463 3 Vocabulario Teológico de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona, pág. 235  

 

la de Gomorra (Sof 2,9) y de destierro (Is 13,9). El pánico se apodera de los humanos (Is 20,10.19), la gente se oculta (Is 2,21), llena de turbación (Ez 7,7), asustada (13,8), es herida de ceguera (Sof 1,17), los brazos caen (Ez 7,17), se pierde el ánimo (Is 13,17), siendo imposible mantenerse en pie (Mal 3,2), es el exterminio general (Sof 1,18), el juicio la separación (Mal 3,20), la purificación (3,3), es el fin (Ez 7,6ss) El origen deltampoco esquema,ennoel debe buscarse en primerdelugar en que el mito de la por guerra de los dioses, como culto,desino en el recuerdo Yahvé combatía su  pueblo, y esto enmarcado en la historia. 4 

2.  Evolución del termino Día de Yahvé 2.1.   El día de Yahveh y el Tiempo Sagrado.

El tiempo en la mentalidad enraizada en la antigüedad greco-romana y que se impone en la cultura europea concibe el tiempo espontáneamente como movimiento en el espacio, el tiempo semeja una línea vacía y formal que se llena de contenido con determinados sucesos. En cambio, en el antiguo Israel el tiempo se vive como un proceso dotado de sentido, como “tiempo lleno”. El tiempo se identifica siempre con un contenido

determinado; el contenido del proceso constituye el tiempo, y sin un determinado acontecer no hay vivencia de tiempo. Tiempo lleno en sentido estricto era sobre todo las fiestas del  pueblo, momentos de “santidad absoluta” dentro de una concepción santa de la realidad

 plenamente integrada porque fueron instituidas por los dioses o por Yahvé. Yahvé . Ellas otorgaban a los presentes una participación real en la vida y llaa salvación divina. Estas fiestas (y no el tiempo como tal) se vivían como algo establecido absoluta e incondicionalmente; sólo al ritmo de estas fiestas se vivía el tiempo, como festivo=lleno o no festivo=cotidiano 5. ¿Por qué un día es superior a otro, si toda la luz de cada día del año viene del sol?  En la mente del del Señor fueron fueron diferenciados, diferenciados, él hizo hizo distintas estaciones estaciones y fiestas. fiestas. A unos los ensalzó y santificó, a otros los hizo días ordinarios. (Eclesiástico (Sirácida) (SBJ) 33)

Así Israel tiene días especiales, y en este contexto tenemos el término día de YHWH, un día especial, para nada ordinario. En el AT tiene mención explícita 16 veces, más otros textos que lo insinúan. Es un término dotado de mucho sentido y que tiene una evolución histórica.

4 Ibíd.

5 KEHL,

M., Escatología, Ediciones Sígueme, Sígueme, Salamanca, Salamanca, 1992, paginas 88-90

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2.2.   El día de Yahvé un posible significado remoto: De las menciones que hace la biblia al título “día de Yahvé” podemos inferir el

sentido y significado que adopta el termino, desde el profeta Amós que es el más antiguo de los libros proféticos, con un periodo de actividad del profeta de entre los años 760-750 a.C. 6  hasta los profetas más modernos como Joel que según los exegetas interviniendo entre el 7

siglo VII y el IV , la idea general siempre va dando la idea de un día futuro, un tiempo específico. La mayoría de autores concluyen con la idea de un día que termina siendo parte de la escatología del pueblo judío. Quizá de los poco o únicos que encontramos en la investigación, el que menciona una idea distinta es Walther Eichrodt, que vale la pena mencionar, quizá como un resquicio de donde podría nacer el concepto del día de Yahvé. Este autor se acerca a la idea Cristiana de día del Señor, y lo hace en términos cultuales, lo ve como una tendencia de la religión yahvista en materia de culto, siendo el sábado el día de Yahvé por excelencia, tal vez no sea la más apropiada interpretación del AT pues en ninguna parte se dice que el sábado sea el día de Yahvé, sí que lo santifica, y es dedicado a este, pero parece no tener relación con la idea de los profetas. Vale la pena la explicación de su relación con los pueblos pagano, y ahí es donde podríamos encontrar el resquicio. Se podría discutir que sea uno de los más antiguos preceptos del culto yahvista, en  parte porque se considera que un día de descanso sólo es posible en condiciones de vida agrícola o bien porque se cree poder reconocer en él un día lunar primitivo y también  porque la existencia ex istencia en Babilonia de un día lunar llamado sapattu sap attu o sabattu inclina a pensar que sólo después de la conquista de la Tierra pudieron los israelitas conocerlo a través de los cananeos (y he aquí la idea). La interpretación del sábado como día de luna llena, aboca con dificultades insuperables, ya que no logra explicar satisfactoriamente ni el caso de ser día del plenilunio a ser el día séptimo ni tampoco los antiguos testimonios sobre la especial importancia del día séptimo para con los días lunares babilónicos, considerados como días de infortunio, y además se menciona que en las fiestas paganas se da mucha cabida a la distinción entre infortunio, ejemplo los días séptimos del mes  babilónico, el 7, días el 14,santos el 19, yel días 2211 yde el 28, tienen elpor carácter de dies nefastus (en babilonio, umu limnu), en los que se debe tener un especial cuidado, Sólo el día 15 se suspende en Babilonia el trabajo, pero es claro que la causa está en que en ese día se piensa que nadie  puede tener suerte y que es posible aplacar la ira de los dioses, que debían andar de descanso8. Este anterior dato podría dar un poco de luz, lógicamente la idea de sábado se separa totalmente del día séptimo y el día de descanso de los paganos, pero la idea; si 6

 ASURMENDI, J. M., Amós y Oseas Oseas, Editorial Verbo Divino, Pamplona,1989,página 5

7 AMSLER,

profetas, Editorial Verbo Divino, Pamplona, 1996, página 49   S.,  Los últimos profetas W., Teología Del Antiguo Testamento , Ediciones Cristiandad, Cristiandad, Madrid, 1975, paginas 119-120.

8 EICHRODT

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 podría tener una relación aunque sea lejana con el término “día de Yahvé”; pues coincide con un día nefasto, un día terrible, relacionado con la divinidad en que todos tendrían un sumo cuidado en su obrar. Esta concepción unida a la idea del tiempo de los israelitas que mencionábamos más arriba, está más cerca de la idea original de los profetas sobre el día de Yahvé, no tanto así del concepto del día sábado. 2.3.   El día de Yahvé, tiempo tiempo de castigo y salvación:

En la profecía veterotestamentaria a veces se vincula la intervención divina final sobre los enemigos del pueblo de Dios con la expresión “El día de Yahvé”. Es posible que

esta designación ya se usaba antes de lo días de Amos (Am 5,18).9  El día de Yahvé, también denominado “día del Señor”, tiene connotaciones de juicio (Is 2,12 -22), de ira (Sof 1,17-8) y de salvación o de victoria (Sof 3,8-20).10  Este es un de los temas fijos que ocupan la posición más clara referente a la estructura escatológica. Aparece en casi todas las unidades proféticas y en la mayoría de veces toma el carácter de fórmula y sirve de enlace  para introducir otros temas escatológicos. Como quiera que sea el término en líneas esenciales, se maneja entre la esperanza de Israel, la salvación y el castigo. Poco antes de la destrucción del reino meridional y del comienzo del exilio (segunda mitad del siglo VII y  primera mitad del V VI): I): en Sofonías, Nahúm, Habacuc, Jeremías y Ezequiel. Estos recurren en parte a tradiciones de profetas anteriores (Amos y Oseas), pero también a Isaías para dar esperanza, lo hacen recurriendo al anuncia del  juicio  próximo, El “día de Yahvé”, que antaño se esperaba como día de salvación y de bendiciones, pasa a ser desde Amos el día del juicio de Yahvé sobre su pueblo infiel. Como Israel se obstinó y fue infiel, su juicio y su condena se cumplen (en forma de destrucción por naciones extranjeras o de deportación): la maldición del pecado se deja sentir incesantemente en Israel.  No obstante, la bendición de Yahvé  prevalece sobre el castigo, ya que después del  juicio llega una nueva salvación para el “resto de Israel” que se convierte y guarda fidelidad. El futuro se “periodiza”; no se presenta simplemente como alternativa abierta

entre maldición y bendición a tenor de la conducta del pueblo, sino como una sucesión constante de maldición y bendición en el marco de esta distribución periódica de las  promesas se sitúan todas las esp esperanzas eranzas de salvación de cara al  futuro. En la historiografía anterior de Israel, la salvación se basaba sobre todo en las acciones de Yahvé en el pasado, en las que cada generación participaba mediante actualización social, para recibir así la salvación de Dios. El pecado del pueblo y el castigo consiguiente deshacía esta realidad salvífica; el pasado no ofrecía un fundamento sólido y no quedaba ninguna garantía  SICRE, J.L. Profetismo en Israel,

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10 LASOR,

Estella, Verbo divino, 1992,página 384 W., HUBBARD D. y BUSH, F., Panorama del Antiguo Testamento, Gran Rapids, Nueva creación, 1995,

 página 390

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absoluta de una nueva salvación otorgada por Dios. Por eso el interés se orienta al futuro, a una nueva acción salvadora de Dios realmente definitiva e inquebrantable. Se presenta en analogía con las antiguas intervenciones de Yahveh, como nuevo éxodo (Oseas, Jeremías, Ezequiel, déutero-Isaías), como un nuevo país de Israel (Ezequiel), como una nueva alianza (Jeremías), como un nuevo David (Isaías). Mientras que en Isaías lo nuevo conecta aun estrechamente con lo antiguo, lo profetas pre-exílicos y exilícos  prometen la nueva nuev a acción salvadora de Dios como una nueva creación (aunque (au nque análoga) de Yahveh: todo debe ser hecho de nuevo. Esta realidad nueva supera absolutamente lo antiguo porque es definitiva y no puede perecer 11. Podemos concluir, que el día de Yahveh, va injertado en un tiempo de salvación, es el inicio que abre el tiempo al obrar de Dios, un tiempo en que Dios interviene directamente destruyendo el mal pero no sin purificar y preservar a el resto, es en definitiva; parte integra de la escatología del Antiguo Testamento. 2.4. 

 El día de Yahveh o día del Señor Señor en los libros proféticos12:

Se ha visto a menudo que al núcleo de la escatología profética pertenece la expectación del día de Yahveh. Es un caso especial, ya que siempre que aparece en la  profecía, culminan las afirmaciones a firmaciones en una vvenida enida totalmente personal del mismo Yahveh. La pregunta sobre el origen de esa idea se· ha planteado a menudo, y con razón; pues si la  pudiéramos responder, estaríamos mucho más cerca de la comprensión de las cosas. Los textos que hablan expressis verbis del día de Yahveh son dieciséis pero también hay otros que se pueden decir como sinónimos, no ayudan ayudan a clarificar mucho, más bien habla de las consecuencias generales y los efectos que tendrá la venida de Yahveh, que no del fenómeno mismo y sus circunstancias concretas. La expresión “Día de Yahvé” es propia de la literatura profética y aparece dieciséis veces en la Sagrada Escritura; mientras la frase pareja “un día para Yahvé” acontece en tres

ocasiones (Is 2,12; Ez 30,3; Zac 14,1). El Día de Yahvé indica la intervención de Dios en la historia para destruir a los opresores de Israel, devastar a los israelitas infieles y restaurar el  pueblo fiel. En definitiva el día de Yahvé implica la condena de los pecadores y la salvación de los justos. Veámoslo en los textos proféticos: La profecía de Isaías sitúa el “Día de Yahvé” en dos ámbitos. Por una parte , el texto de Isaías percibe la irrupción del Día de Yahvé en el ocaso de Babilonia (Is 13,6.9). La conquista de Babilonia fue realizada por Ciro el Grande en el año 538 a C pero auspiciada  por Yahvé (Cf. Is 41,1-5), Señor S eñor de la Historia.

11 KEHL, 12 VON

M., Op. Cit., paginas 104-105 RAD, G., Teología del Antiguo Testamento vol. II , Ediciones Sígueme, Salamanca, Salamanca, 2000, paginas 156-161 156 -161

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Por otra parte, la voz profética relata cómo en el día de Yahvé el Señor acabará con todo lo encumbrado y altivo (Is 2,12). Los términos “encumbrado” y “altivo” simbolizan a los habitantes de la Ciudad Santa, injustos e idólatras. La voz de Ezequiel enfoca el Día de Yahvé desde una perspectiva semejante a la de Isaías. En primer lugar, Ezequiel denuncia la actitud mendaz de los falsos profetas que  precipitaron al pueblo a la ruina. La maldad de los profetas inicuos impedirá la conversión del país y por eso la nación sucumbirá ante el envite divino en el día de Yahvé (Ez 13,5). En segundo lugar, Ezequiel sitúa la llegada del Día de Yahvé en la debacle que asolará el  país del Nilo; el texto alude a la conquista de Egipto llevada a término por Nabucodonosor Nabucodon osor II (Ez 30,3). De ese modo los libros de Isaías y Ezequiel denominan “Día de Yahvé” al

momento en que la actuación divina acabará con la maldad imperante en Judá, y asolará Egipto y Babilonia, potencias opresoras del pueblo de Dios. La voz de Sofonías preconiza los clamores amargos de los habitantes de Judá cuando llegué el Día de Yahvé, cuando Dios fustigue la infidelidad de su pueblo (Sof 1,1.14). Joel  amenaza al pueblo con la llegada del día de Yahvé. En ése día terrible, el Señor devastará a su pueblo (Jl 1,15). La devastación acontecerá con la irrupción de un ejército invasor (Jl 2,1), con el que Dios embestirá contra la nación (Jl 2,11). Sin embargo debemos notar que el profeta amenaza al pueblo con la irrupción del día de Yahvé para propiciar la conversión de la nación (Jl 3,4), cuando se vea atemorizada por el furor de la cólera divina (Jl 4,14). El libro de Malaquías ahonda en la presentación de Joel; pues anuncia la llegada de Elías antes de que acontezca el día de la devastación, el día de Yahvé (Mal 3,23). La misión de Elías estriba en reconciliar a padres e hijos, metáfora de la reconciliación social, para que la nación no sea exterminada (Mal 3,22-24). La voz de Abdías remite al día de Yahvé la destrucción de Edom (Abd 15.18), antiguo opresor de Judá (cf. Is 34). Zacarías adscribe al día de Yahvé el juicio divino contra Jerusalén. La Ciudad Santa sufrirá el ataque de las naciones, pero un resto de sus habitantes conseguirá sobrevivir (Zac 14,1). El día de Yahveh obtuvo esta denominación porque estaría o estuvo marcado por la acción del Dios Yahveh. En los profetas preexílicos se habla en futuro del día de Yahveh, como en los pasajes de Isaías (Is 2,12), Sofonías (So 1,7-8), Jeremías (Jer 46,10) y finalmente en Abdías (Ab 1,15). Sin embargo se nota una ruptura en Ezequiel donde no solo se menciona como un día futuro (Ez 7,7-19), sino también al juicio de Dios sobre Jerusalén en el pasado (Ez 13,5; 34,12). En Joel vuelve a tomar el carácter futuro (Jo 1,15) y encontramos referencia a este día en otros textos postexílicos (Zac14,1; Mal 3,19-23) . De tal forma que  podemos deducir que para los profetas el día de Yahveh estaba “cercano” en un sentido futuro, aunque hay testimonios que hablan de un día de Yahveh en el pasado de Israel, es decir textos exílicos que miran al pasado. 13  PREUSS, H., Teología del Antiguo Testamento, Desclée, Bilbao, 1999, paginas 458-459 

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En cualquier caso, se habla de una huida de los hombres, que dejarán a un lado las imágenes de los dioses, carentes ya de valor. La historia de las formas y de las tradiciones, nos han enseñado que conceptos de tal importancia raramente se presentan solos; por regla general, está subordinado a ellos todo un ciclo de ideas, con un tópico muy determinado que se repite, y cuya existencia hay que tener cuidadosamente en cuenta. La unidad total en la que ha surgido el concepto, debe ser incluida con el círculo de ideas que la constituyen. Comenzamos con el poema contra Babilonia, Is 13, que en general se considera como un vaticinio anónimo del siglo VI. Al principio, hay un llamamiento a los guerreros  para unirse al mandato de Yahveh; también deben alzarse las enseñas. El mismo Yahveh llama a sus “bravos”, sus héroe s, y éstos vienen en tal cantidad, que se alza un tumulto de  pueblos. Después, el mismo Yahveh pasa revista a sus ejércitos: ¡Dad alaridos, porque está cerca el día de Yahveh!, se acerca como el ímpetu del poderoso. Por eso caen todos los  brazos. Todos los corazones humanos pierden el ánimo. Los unos uno s miran anonadados a los otros. (Is 13, 6-8). Yahveh viene personalmente a la lucha, las estrellas se oscurecerán, la tierra tiembla, la muerte será terrible. El poema termina con una referencia al universo  plenamente despoblado. Su círculo de ideas se cierra en sí mismo; habla de un suceso  bélico que comienza con la leva de los guerreros y termina con la descripción de la tierra despoblada y desierta. El acontecimiento bélico se extiende de un modo gigantesco; no sólo acuden guerreros particulares al llamamiento, sino todos los pueblos juntos. No obstante la mirada recoge un suceso bélico real. De modo muy parecido a Is 13, ha sido constituido el poema contra Edom Is 43 y hemos de mencionarlo aquí, aunque no cont iene la expresión “día de Yahveh”, pero sí habla en su lugar del “día de la venganza de Yahveh” (v. 8). Comienza con la

comunicación de la gran cólera de Yahveh contra Edom; sigue con una descripción del aniquilamiento de Edom por la espada de Yahveh, y finaliza, como Is 13, con la imagen de la tierra desolada, y solamente habitada por animales. También aquí la idea de la lucha de Yahveh está en un primer plano. Es característica a este respecto la afirmación de que Yahveh ha consagrado a sus enemigos al anatema (v. 2). También aquí entran en conexión con la lucha cambios terribles en el cielo: “el cielo se enrollará como un volumen, y todo su ejército se marchitará” (v. 4). Más tarde hablaremos de la comparación de esa lucha con una fiesta de

la matanza (v. 6). También el vaticinio de Ezequiel contra Egipto, Ez 30, 1 s. es un extenso  poema cerrado en sí mismo. Comienza con una llamada de dolor sobre el día de Yahveh: “cerca está el día de Yahveh”. Es un día de nublado; la espada vendrá sobre Egipto; los

egipcios caerán juntamente con sus aliados, y después la tierra y sus ciudades quedarán desiertas.

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Aunque un poco acortado, Ez 30, 1-9, marcha paralelo a los vaticinios de Is 13 y 34, de tal modo que cabe preguntarse si los tres textos no dependerán de un esquema profético anterior. Lo mismo se puede decir del gran poema de Ez 7. El hecho de que tampoco se  pronuncie aquí la expresión propiamente dicha: “día de Yahveh”, no tiene importancia si se atiende a las repetidas llamadas; “cerca está el día” (v. 7), “¡ved el día!” (v. 10), “se ha  presentado el día” (v. 12). Casi en cada frase aparece claro que se trate del día de Yahveh.

También aquí solamente nos interesan las ideas básicas transcendentales: el fin se acerca, y se acerca para toda la tierra, aunque de manera muy especial para Israel. A diferencia de los ejemplos antes mencionados, la llamada con que se abre el poema, se desarrolla de un modo desacostumbrado. Solamente en el v. 14 se hace la descripción de la batalla. El enemigo debería alinearse para l a defensa, “pero nadie va al combate” (v. 14); la espada y el hambre se desencadenan. “Todos los brazos dormirán” (v. 17); los bienes de la ciudad

caerán en manos extrañas, y la ciudad será profanada. Con estas frases se alcanza más o menos el fin que en los otros poemas se describía como una despoblación. A ese grupo pertenece también Jer 46,3- 12 con su descripción de “aquel día”, “el

día de la venganza” contra Egipto.  

En Joel se encuentran importantes testimonios que confirman la imagen que hemos ido adquiriendo. El texto de JI 1, 15 tiene gran importancia para comprender todo el capítulo, “Cerca está el día, de Yahveh”. Todos los indicios apuntan a que Yahveh mismo es el que se pone en marcha para una expedición militar colosal (cf. Zac 14, 1. 3). Hoy se suele aceptar generalmente que JI 2, 1-11 habla de una plaga de langosta. Pero por eso mismo son interesantes las afirmaciones que hace el profeta acerca de ese suceso, y ante todo la manera de describirlo. Está claro que Joel, en el modo como trata de ilustrar el trance, depende de ideas más o menos convencionales ya tradicionales; es decir, de ideas que aplica después a la calamidad actual. Equipara la langosta a los ejércitos que se acercan  para la lucha del día de Yahveh, y con ello quedan a disposición todos los tópicos acerca del acontecimiento bélico del día de Yahveh. ¡Haced resonar el cuerno en Sión!, ¡dad la alarma en la santa montaña! Que todos los habitantes del país tiemblen, pues viene el día de Yahveh.  Está cerca cerca en verdad; verdad; día de oscuridad oscuridad y de de tinieblas, día día de cerrazón cerrazón  y de lobreguez lobreguez (JI 2, 2, 1-2).

Se acerca un ejército tan poderoso que jamás se ha visto nada parecido “Ante él temen los pueblos, todos los rostros palidecen” (v. 6). Ante él tiembla la tierra se atemoriza el cielo. El sol y la luna se ensombrecen, y las estrellas pierden su claridad (v. 10). “El día de Yahveh es grande y terrible, y ¿Quién podrá afrontarlo?” (v. 11 ). Desde aquí el poema

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se transforma en una exhortación a la penitencia, y en la exigencia de unirse a un ayuno en honor de Dios; ya que JI 2, 1-11, es solamente una parte de una gran composición litúrgica. Por eso es más extraño lo poco que pudo influir la plaga de langosta en la descripción habitual de la serie de acontecimientos. En efecto: la serie, temblor de tierra, eclipse, voz de Yahveh, no tenía mucho de común con una plaga de langosta. El vaticinio de Sofonías sobre el día de Yahveh es uno de los materiales más importantes que tenemos a nuestra disposición acerca de ese círculo de ideas del día de Yahveh (Sof 1, 7-18). Desde un punto de vista formal el texto es tan complicado porque mezcla constantemente la descripción objetiva de los acontecimientos, y los oráculos divinos en estilo de primera persona. Sin embargo sería erróneo fraccionar el texto en una multitud de pequeñas unidades. Es, sin duda, una sola Unidad. Tenemos una descripción del día de Yahveh, en la que, según las circunstancias, han sido incrustados logias particulares. A nosotros sólo nos importa el primer elemento (v. 7, 10-11, 13-18). La descripción parece comenzar con el anuncio de la proximidad del día de Yahveh. Ese día se describe como una matanza que Yahveh organiza para sus Invitados. Hemos tropezado más arriba con esa metáfora en Is 34, 6. Se trata, evidentemente, de una idea que pertenece igualmente a los comunes del día de Yahveh. Está explicada clarísimamente en Jer 46, 10: del mismo modo que en las grandes fiestas sacrificiales la sangre de los animales fluye a torrentes, así de sangrienta será la lucha de Yahveh contra sus enemigos. Lo que sigue muestra también que se trata de un hecho bélico: en todas partes de la ciudad de Jerusalén se oirán estrépitos y lamentos (v. 10-11). Ese día es un día de angustia, de tiniebla y oscuridad; un día de trompetas y de gritos de guerra contra las ciudades fortificadas. Entonces vendrá la angustia sobre los hombres; el pánico que estallará, se manifestará en que “correrán como ciegos” (v. 17); no

 podrán salvarse, pues la tierra será deshecha en el fuego de su indignación. Así acaba la descripción que corresponde en su mayor parte a Is 13; 34; Ez 7 y Jl2. El primer resultado de esta mirada de conjunto es que ese día de Yahveh esperado  por los profetas constituye indudablemente un hecho bélico. El amplio uso de esa idea en los profetas, hace suponer como ya hemos dicho que trata de un elemento escatológico de la tradición firmemente establecido. Pero frente a él se alza el hecho de que en ocasiones la expresión “día de Yahveh”  puede aplicarse a sucesos del pasado (Ez 13, 5; 34 12; cf. Lam 1 12; 2, 22). A la vista de ese resultado, un poco disonante, una investigación que proceda metódicamente debe  preservarse en primer lugar de todas las posibilidades de interpretación mitológica, y  preguntarse si no habrá conocido Israel, en sus antiguas tradiciones, la idea de una venida 12

 

de Yahveh para una intervención bélica, acompañada de fenómenos milagrosos. Eso es  precisamente lo que ocurre. Con la vinculación, casi estereotipada, del día de Yahveh con una intervención bélica, viene el recuerdo de la guerra santa y de las tradicionales circunstancias que la acompañan, y bajo las cuales tiene lugar. En cualquier caso existe la idea, acuñada por la tradición, de la venida de Yahveh  para un acontecimiento bélico; y antes de cualquier otra búsqueda exegética, habría que  preguntarse por su parentesco con las afirmaciones proféticas en torno al día de Yahveh. Esto parece tanto más probable, cuanto que por dos veces se compara directísimamente ese acontecimiento bélico escatológico con las guerras santas del pasado (Is 9, 4 = Jue 7; Is 28,21 = 2 Sam S, 20. 25). En tomo a esas guerras, que Yahveh había dirigido en otro tiempo, se contaron diversas y maravillosas acciones que las habían acompañado (truenos; 1 Sam 7, 10; piedras que caen del cielo: Jos 10, 11; columna de nube: Ex 14,20; Jos 24, 7; nubes que derraman agua: Jue 5, 4 s.). El temor de Dios juega en todo eso un papel especial: se trata de una confusión  producida por el pánico y el desfallecimiento de los enemigos, con lo que les falta, como si estuvieran paralíticos, cualquier disposición para la guerra, matándose entre ellos mismos. Después de todo no cabe ninguna duda de que en el fondo, tanto en las narraciones antiguas de las teofanías guerreras ocurridas en el pasado, como en las descripciones proféticas del día de Yahveh venidero, nos encontramos ante un mismo circulo de ideas. Sus elementos individuales se repiten, rasgo a rasgo, en los vaticinios de los profetas. Recordemos una vez más el fenómeno del pánico sagrado: ¿Qué veo? Están trastornados, ¡retroceden! Sus héroes se dispersan, huyen aquí y allá...  No puede escaparse escaparse el el veloz, ni salvarse salvarse el héroe héroe (Jer 46, 46, 5).

Por lo tanto, el círculo de ideas pertenecientes al día de Yahveh, tomado en sí mismo, no es escatológico, sino que era familiar a los profetas, con todas sus  particularidades, por las antiguas tradiciones referentes a Yahveh. Los profetas tenían la opinión de que la última salida de Yahveh contra sus enemigos tendría lugar bajo los mismos signos que en las épocas antiguas. No cabe duda de que esa idea de la intervención  bélica de Yahveh hhaa aumentado enormemente en la visión de los profetas, pues concernirá concern irá a todos los pueblos, y aun a toda la creación. El suceso se ha extendido hasta alcanzar las proporciones de un fenómeno cósmico. Pero lo más importante, y lo más insufrible para sus oyentes, era la expectativa de que la venida de Yahveh se volvería contra el mismo Israel .Bajo la influencia de ese círculo de ideas, y a causa de la incorporación de ese tema a car go go de los profetas, se ha efectuado una cierta estereotipización, una cierta circularidad temática; de tal manera que para Joel, por ejemplo, y más aún para Zacarías, el anuncio del día de Yahveh había llegado a ser casi 13

 

como un requisito fijo de la predicación profética; cosa que no sucedía antes, como hemos  podido ver. ver . Bien se pu puede ede suponer que los contemporáneos de Amós esperasen esa venida v enida de Yahveh para la guerra y el triunfo. Amós permite suponer que ese día traerá una oscuridad que habría de ser funesta para ellos mismos; pero es muy poco probable que  podamos suponer en los contemporáneos de Amós una “escatología popular” plenamente

configurada. Desde este punto de vista, se ha exagerado mucho la fuerza probatoria de Am 5, 18. Su Sitz im Leben original está probablemente en la antigua institución de la guerra santa. El día de Yahvéh va adquiriendo en el curso de la predicación profética una creciente importancia para comprender la intervención divina en el juicio. Abre una nueva era, ya que pone de manifiesto el triunfo de Yahveh que juzga a Israel y a las naciones de acuerdo con principios morales incorruptibles14. 2.5.   El día de Yahveh y la idea idea de un Mesías,

Hemos visto el contexto vital del término, y el círculo de ideas que esta expreso en los profetas. Para terminar con el análisis, es interesante mencionar la idea de que en el día de Yahvéh es Él mismo Dios que viene, interviene directamente, no será por medio de hombres enviados, si no el mismo liderara este día. La comunidad judía postexílica espera la venida de un profeta ideal que trascienda la figura y misión del resto de los profetas  precedentes, al referirnos a la venida de este profeta de los últimos tiempos podemos comparar en Malaquías cuando habla del envío de Elías como precursor no del mesías, sino de Yahvé: «Yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra» (Mal 3,23-24). Texto que debe ser leído en relación con Mal 3,1: «Yo envío un mensajero a prepararme el camino». La idea del retorno de Elías está presente también en Eclo 48,10 y en no pocos textos de la tradición judía. En suma, la esperanza de un profeta escatológico reviste dos modalidades: una, la del retorno de Moisés o un profeta de su rango, que tiene su fundamento en Dt 18,15-18, interpretado, bien históricamente (resurgir de figuras proféticas continuadoras de la labor mosaica), bien en sentido escatológico. Otra, el retorno de Elías con significación escatológica. Las funciones escatológicas de uno y otro son diferentes. Mientras el Elías  profeta anuncia la llegada inminente de los últimos tiempos y llama al pueblo a arrepentirse, el Moisés-profeta ejerce una función redentora a través de una práctica milagrosa y expone de manera definitiva la ley. 14 MYSTERIUM SALUTIS, TOMO V , Ediciones Cristiandad, Madrid, 1971 ,

pagina 677 

14

 

La idea del profeta escatológico siguió viva en el judaísmo palestinense durante los siglos I a. C. y I d. C. Así parece deducirse, entre otros testimonios de la época, de la literatura de Qumrán15. De estas ideas podríamos partir para relacionar el día de Yahveh con la venida de Cristo a la tierra, pues encuentra su nexo a través de Juan el bautista, él Elías esperado, pero esto es solo una mención de un hecho interesante, pues escapa al estudio que llevamos sobre la materia de profetas.

3.  Sentido Escatológico del día de Yahvé 3.1.   La espera del último día

Yahveh conduce también la historia a su término. El anuncio del día de Yahveh para Israel va, pues, a transformarse en el anuncio de un día para el mundo entero. Este día no tendrá lugar en el transcurso del tiempo, sino al final de los tiempos, al fin del mundo  presente. Primitivamente, Pr imitivamente, el horizonte del día de Yahveh se limitaba a Israel. Los profetas, luchando contra la falsa seguridad del pueblo, que estimaba deber ser salvado sin condiciones de todas sus dificultades, iban contra la corriente de la esperanza popular con la expresión “Día de Yahveh” o sin ella (Am 5, 18ss; Is 28, 14ss; Miq 1, 2s; Jer 4): sólo  para un resto sería la victoria de Israel. Isr ael. Con el profeta Sofonías se amplía el e l horizonte (siglo IV); el día alcanzará a las naciones enemigas (Sof 2, 4-15), preparará su conversión y el restablecimiento de Israel (3, 9-18). Luego que Jerusalén han pasado por el día de la ira de Yahveh (Lam 1, 12), los  profetas se aplican cada vez más a restaurar la esperanza en el pueblo oprimido por la naciones: el día alcanza a Babilonia (Is 13) a Edom (Is 34); en cuanto a Israel, que todavía debe ser purificado (Mal 3, 2; Zac 1s), se trata de una protección asegurada (Zac 12, 1-4), del don del Espíritu (Jl 3; Zac 12, 10), de un paraíso renovado (Jl 4, 18; Zac 14, 8). Israel será vengado de sus enemigos (Jer 46, 10) habiendo sonado la hora de las naciones (Ez 30, 3s): tal es “el día de la venganza de Yahveh” (Is 34, 8).

La extensión del día a las naciones se completa con una ampliación en el templo. Ya  para Ezequiel el día marcaba un “fin” (Ez 7, 6s); 6 s); con Daniel será “el fin del mundo” mun do” (Dan 9, 26; 11, 27; 12,13), “precedido por el tiempo del fin” (8,17; 11, 35.40; 12, 4.9). Las

imágenes de la guerra de Yahveh contra los enemigos de Israel (cf. Zac 14, 12-20) se enriquecen con imágenes cósmicas que representan el combate original de Yahveh cuando triunfó de las bestias y del caos. Sin embargo, se sigue en contacto con la historia: la coalición organizada en los cuatro ángulos de la tierra contra Jerusalén (Zac 12, 3), será 15 TAMAYO ACOSTA, J. J., Para comprender La escatología cristiana, Editorial Verbo Divino, Pamplona, 1993,

 paginas 75-76

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desbaratada por Yahveh, que será reconocido como juez de toda la tierra (Sal 94,2; 96, 13); la tierra entera será despoblada (Is 24,1), serán aniquilado los pueblos guiados por Gog (Ez 38), como los dioses que los inspiraban. El día de Yahveh marcará de esta manera la victoria definitiva de Dios sobre sus enemigos.  El sentido escatológico del día de Yahveh en la voz de los profetas toma un curso consolador, de esperanza, pero a la vez temible, describiendo a Dios como el vengador, como el juez que hace justicia sobre los buenos y malos; a las naciones que esclavizan a Israel tendrán su paga por manos de Yahveh e Israel será liberado de la esclavitud. Con el lenguaje de los profetas, se puede deducir que el pueblo de Dios esperaba, el día de Yahveh, que en la espera era una luz en el presente, en los momentos de angustia y calamidad. Pero, Lo que de entrada podría significar una expectativa de salvación para Israel, la profecía del Antiguo Testamento lo enmarca con un significado contrario: Un día de tinieblas y no de luz (Am 5,18-20), añadiéndole además al carácter nacional un carácter cósmico (Is 2,12ss), que según Sofonías afectará a toda la tierra y a las naciones (Sof 1,14-18) También según el profeta Joel, 16 moviéndose ya en el terreno apocalíptico, nos dice que el día de Yahveh cuenta con señales que lo anuncian y que afecta tanto a la naturaleza como a la historia, a Israel y a las naciones (Jo 1,15; 2,1-11). Se pueden destacar algunos otros aspectos particulares como la oscuridad en Amós, la superioridad de Yahveh sobre toda arrogancia y orgullo en Isaías, la intervención que produce pánico a los enemigos (Zac14,13), y la actividad jurídica de Dios contra Israel pero también contra las naciones. Esta manifestación divina es algo personal, Yahveh interviene directamente y no solo las fuerzas cósmicas. Yahveh se presenta en el drama y Él mismo hace tronar los cielos, temblar la tierra y enviar granizo desolador. “El día de Yahveh e ra un día trascendental, y estas son las clases de sucesos que característicamente acompañan a los días trascendentales”.17  Amós (5, 18-20) presenta el día de Yahveh como un día de juicio y de castigo, pero con está manera de expresarse, el profeta hace un llamado a la vida moral recta, para que así, haya salvación para el pueblo de Israel el día de Yahveh. “Conociendo la historia de Israel podemos pensar que no llegó a la idea de Dios a través de reflexiones filosóficas, sino a través de una experiencia vivida, es Dios quien le salva de la esclavitud de Egipto, es Dios quien le promete la tierra en heredad, todo esto,  pero sobre todo, todo, será la experiencia experiencia del destie destierro rro en Babilonia Babilonia la que marcará el el deseo del

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 Escatologías gías de los loM. s profetas,  San Jerónimo, Valencia, 1972, página 95  COLLADO BARTOMEU, V., Escatolo 17 WALTON, J., MATTHEWS, V. y CHAVALAS, Comentario del contexto cultural de la Biblia , El

Paso, Mundo

Hispano, 2000, página 867

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día de Yahveh, como el día en que sea liberado. Pero será sobre todo en la experiencia del exilio donde el día de Yahveh tendrá un sentido de esperanza, de liberación; los profetas hablarán del día en que Dios se manifestará y su presencia será duradera, para siempre”. Pero lógicamente, el concepto día de Yahvé, se une con el día de la esperanza mesiánica, desde que Natán anuncia a David la esperanza de un descendiente suyo que reinaría definitivamente en Israel (2 Sam 7, 1-16), el pueblo judío centro toda su esperanza en la llegada del Mesías. 18  

18 SAYES, J. A, Escatología. Ediciones, Palabra. Madrid 2006. 2006 . 

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Conclusión El día de Yahvé denota la intervención de Dios en la historia. La actuación divina implica la condena de los pecadores y la salvación de los justos. La profecía de Amós recoge la mención del día de Yahvé procedente de la religión semita, pero quiebra la tradición operando un cambia en el significado del día de Yahvé. Los dirigentes de Samaría, injustos e idólatras, ansiaban la llegada del día de Yahvé como la ocasión en que Dios destruiría el poderío asirio. Los líderes concebían el día de Yahvé como la oportunidad luminosa en que el Señor les libraría de toda amenaza externa. Sin embargo Amós no entiende el día de Yahvé como luz sino como tiniebla. El día de Yahvé no contemplará la destrucción de Asiria, propiciará el ocaso de los dirigentes de Samaría que huirán despavoridos como fugitivos acosados por las fieras. Por los cual los profetas han ayudado a dar una visión más clara del día de Yahvé o día del señor en el cual se ve  presente el plan de salvación que Dios ha preparado prepar ado para que el hombre se salve, y que hay muchas posturas erróneas y confusas que se presentan para indicar que desde la venida de Jesucristo al mundo revelo la dimensión Escatológica al cual se asemeja el día del señor, día del hijo del hombre el cual Dios irrumpe en la historia de los hombres para iluminar el camino del hombre.

 

Bibliografía AMSLER, S., Los últimos profetas, Editorial Verbo Divino, Pamplona, 1996. ASURMENDI, J. M., Amós y Oseas, Editorial Verbo Divino, Pamplona,1989. COLLADO BARTOMEU, V., Escatologías de los profetas, San Jerónimo, Valencia, 1972 WALTON, J., MATTHEWS, V. y CHAVALAS, M. Comentario del contexto cultural de la Biblia, El Paso, Mundo Hispano, 2000. Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona, 1993. EICHRODT W., Teología Del Antiguo Testamento, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1975. Enciclopedia de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona, 1975. KEHL, M., Escatología, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1992. LASOR, W., HUBBARD D. y BUSH, F., Panorama del Antiguo Testamento, Gran Rapids,  Nueva creación, 1995. MYSTERIUM SALUTIS, Tomo V , Ediciones Cristiandad, Madrid, 1971. PREUSS, H., Teología del Antiguo Testamento, Desclée, Bilbao, 1999. SAYES, J. A, Escatología. Ediciones, Palabra. Madrid 2006. SICRE, J.L. Profetismo en Israel, Estella, Verbo divino, 1992, TAMAYO ACOSTA, J. J., Para comprender La escatología cristiana, Editorial Verbo Divino, Pamplona, 1993. Vocabulario Teológico de la Biblia, Ediciones Herder, Barcelona. VON RAD, G., Teología del Antiguo Testamento vol. II, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2000. WALTON, J., MATTHEWS, V. y CHAVALAS, M. Comentario del contexto cultural de la Biblia, El Paso, Mundo Hispano, 2000.

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