Lenguaje y comunicación. Competencia lingüística y competencia comunicativa

December 5, 2017 | Author: Canariensis Stephan | Category: Communication, Semiotics, Linguistics, Writing, Word
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Descripción: Tema 1 de Oposiciones de Lengua Castellana y Literatura...

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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA Lenguaje y comunicación.

22-15603-13

Competencia lingüística y competencia comunicativa.

Temario 1993

tema 1 lengua castellana y literatura

1. El lenguaje 1.1. El lenguaje como totalidad comunicativa 1.1.1. Acotación del concepto de lenguaje 1.1.2. El origen del lenguaje 1.1.3. Definición de lenguaje 1.1.4. Tipos de lenguaje

1.2. El signo 1.2.1. Características del signo 1.2.2. Concepciones triangulares del signo 1.2.3. Tipos de signos

1.3. La naturaleza del lenguaje

2. La teoría de la comunicación 2.1. Los orígenes y la evolución de esta teoría 2.2. El concepto de comunicación 2.3. Elementos de la comunicación

3. Competencia lingüística y competencia comunicativa 3.1. La competencia lingüística 3.2. La competencia comunicativa

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INTRODUCCIÓN

El lenguaje y la comunicación son tan antiguos como el propio ser humano; podríamos decir que le son inherentes. El ser humano es esencialmente social, siente la necesidad de comunicar sus emociones, sentimientos y deseos; para ello surge el lenguaje. Desde las primeras teorías acerca del lenguaje, privativo de la esfera humana y «regalo de los dioses», hasta los últimos estudios sobre la comunicación entre máquinas, mucho se ha avanzado. Sin embargo, y a pesar de los estudios realizados desde distintos campos de la ciencia, la complejidad de los procesos de comunicación que el hombre actual está acostumbrado a observar, exige que cada día se delimiten con mayor rigor todos los elementos que participan en lo que hoy, con un criterio mucho más amplio, se considera como comunicación. Los comienzos en el análisis del signo, llevados a cabo en los inicios del Siglo XX por el lingüista Ferdinand de Saussure, pronto quedaron superados por la eclosión de los medios de comunicación social, en los años cincuenta. Es, sin duda, a partir de este momento cuando más se ha hecho por el estudio científico del signo y de los procesos de comunicación. Los primeros puntos de vista y las primeras conclusiones quedaron pronto obsoletas, empujados los especialistas por el rápido desarrollo y la progresiva complejidad en la técnica, muchas veces medio de divulgación interpersonal de la comunicación social. Incluso avances en otras ciencias, como la biología, la medicina o la zoología, por citar las más significativas, hacen replantear a los semiólogos esquemas dados antes como definitivos, obligándoles a abrir mucho más su campo de estudio, el del signo, y a reclasificar de nuevo los tipos del signo y los sistema de códigos. No es, pues, un campo cerrado. Como se verá más adelante en el tema, los propios límites de estudio de ciencias tan consagradas como la Semiología y la Semiótica no están en absoluto delimitados, ni la consideración que merecen estos aspectos para los propios especialistas. Hoy más que nunca sigue siendo un tema sugerente, abierto a la crítica y en constante innovación. La moderna informática, la intercomunicación de unos países con otros, libres ya de sus propias limitaciones lingüísticas, el influjo poderoso de los medios de comunicación de masas (mass media) y su alcance universal, la interacción estrecha entre realidades sociales distintas a través de su arte, su economía, su cultura, etc., hacen que cada vez más se exija la creación de «lenguajes universales» y de nuevos sistemas de comunicación acordes con la nueva realidad social. Por todo ello, a pesar de la dificultad que esto conlleva, es preciso tratar de delimitar conceptos y precisar interpretaciones que se han dado sobre lenguaje y comunicación.

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1 El lenguaje 1.1. El lenguaje como totalidad comunicativa El lenguaje está constituido por un conjunto de sistemas de comunicación y no por un sistema único y uniforme. En efecto, corresponden a distintos sistemas de comunicación de frecuente aparición en la vida cotidiana tanto el lenguaje articulado como los sistemas constituidos con mímica, símbolos, pictogramas, mitos, leyendas, etc., que a veces poseen un inventario cerrado de señales aunque sean susceptibles de ampliación, como las señales de tráfico, que en muchos casos carecen de inventario cerrado. Estos conjuntos de señales de tan diversa índole se hallan presentes en la vida cotidiana integrados en las distintas situaciones de comunicación en las que se producen los actos de habla. Así, por ejemplo, en una situación de compraventa no sólo se recurre al lenguaje verbal con sonidos articulados, sino que también está presente el gesto, la proximidad o lejanía (mayor o menor distancia entre comprador y vendedor) e, incluso, los olores y los paralenguajes melódicos. Para insistir en esta presencia de múltiples lenguajes en una misma situación, pensemos en el teatro: en una representación teatral confluyen varios sistemas de comunicación como son el lenguaje verbal, el lenguaje gestual, el espacial, el de la luz (luminotecnia), el de los efectos especiales (sonidos, músicas, visiones repentinas, o apariciones, etc.), así como el de la vestimenta y el de las marcas relativas a la ubicación en la geografía y el tiempo histórico, aparte del tiempo interno y del ritmo de desarrollo del conflicto dramático. Esta diversificación o multiplicidad de sistemas de señales ha propiciado que el estudio del signo comunicativo rebase los límites de la lingüística en que se hallaba encerrado, de tal manera que ha surgido una nueva ciencia, la Semiótica (desde C.S. Peirce, empleado en la terminología anglosajona) o Semiología (desde F. de Saussure, empleado en la terminología europea). La Semiología estudia todos­los sistemas de signos que emplean las sociedades humanas para lograr la diversidad de actos de comunicación y la transmisión de contenidos con tan diferentes sustancias de soportes y formas de configuración, sin olvidar los signos de la comunicación no humana. Así, para Umberto Eco, corresponden al campo semiótico las siguientes investigaciones:

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„„

Zoosemiótica, o sistema de comunicación animal.

„„

Señales olfativas o código de los perfumes.

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Comunicación táctil o comunicación afectiva y cognoscitiva por el tacto.

„„

Código del gusto o los sabores.

„„

Paralingüística, como los tonos de voz.

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Cinestesia o kinésica (estudio de los gestos).

„„

Lenguajes tamborileados y silba­dos­.

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Semiótica médica, indicios y síntomas.

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Códigos musicales.

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Lenguajes formalizados o lenguas artificiales.

„„

Códigos secretos.

„„

Lenguas naturales propias de la lingüística.

„„

Comunicaciones visuales.

„„

Estructuras de la narrativa.

„„

Códigos naturales.

„„

Los mass media.

Sin embargo, el enfoque del presente tema se centra en el lenguaje verbal­, la teoría de la comunicación y las competencias lingüística y comunica­tiva. Ciertamente, el lenguaje verbal explica todos los demás, pero no olvidemos que es una parte de esa totalidad estudiada por la Semiótica­. 1.1.1. Acotación del concepto de lenguaje

Tradicionalmente se entendía el lenguaje como una facultad humana para comunicar ideas, sentimientos, etc., en referencia al «aparato» psíquico, fisiológico y anatómico en el que se produce. Desde los estudios de lingüística de Ferdinad de Saussure, el concepto de lenguaje se amplió considerablemente y pasó a entenderse como un sistema de signos. Más adelante desarrollaremos esta idea fundamental, pues para el estudio del tema nos centraremos en el lenguaje como sistema de signos y no en el lenguaje como facultad, más propio de la psicolingüística. Igualmente, más adelante veremos que cambia o se amplía el concepto de función del lenguaje en relación con la comunicación, pero adelantemos ya que tradicionalmente se consideraba que el lenguaje realizaba una función externa de comunicación entre las personas, hasta que Jakobson, que posteriormente diversificará más las funciones, añadió la función complementaria de la comunicación intrapersonal o lenguaje interior. TOTALIDAD Lenguaje

ESTRUCTURA FRAGMENTARIA

Revistas Discos Televisión Cinematografía

Publicidad Pintura Modelado Escultura

Lengua

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Co la

nfi gu rea ració lida n d e d

Co mu nic aci ón a

otro s

Experiencia sensible

Por su parte, refiriéndonos a E. Ca­­­­­­­ssirer, recordaremos que el lenguaje realiza, además, una función configuradora del pensamiento del hablante-pensante, cuestión que plantea el problema de la relación entre lenguaje y pensamiento; aunque lo cierto es que ya en Platón aparecía la idea de que el pensamiento es el diálogo del alma consigo misma, sugiriendo que lenguaje y pensamiento son idénticos, idea que recogen los conductistas en el siglo XX, pero que otros científicos rechazan. 1.1.2. El origen del lenguaje

El origen del lenguaje ha sido fuente de meditación y materia de estudio desde antiguo. Pitágoras, Platón y los estoicos afirmaban que el lenguaje era una consecuencia de una necesidad innata. Demócrito, Aristóteles y los epicúreos sostenían que el lenguaje nació por un acuerdo, una convención, algo difícil de aceptar considerando que, si no existía el lenguaje, no pudo llegarse a ese acuerdo. Hubo otras teorías en la Antigüedad sin demasiada base científica, como la postura de Quintiliano, quien opinaba que la facultad de hablar era un don divino para diferenciar a los hombres de los animales. Ya en la época moderna, Darwin determinó que el lenguaje, en su origen, era una mímica bucal que intentaba inconscientemente reproducir los movimientos de las manos. Según Humboldt, el lenguaje está puesto originariamente en los hombres; no se hubiera podido inventar si no hubiera estado su prototipo ya existente en la razón humana. Por último, aludiremos a la teoría onomatopéyica, que encuentra el origen del lenguaje en la imitación de los sonidos de la naturaleza.

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Sea como fuere, lo cierto es que el lenguaje nace como una necesidad de la supervivencia común y que se transmite de generación en generación; pero no olvidemos el otro aspecto intimista, que nos presentaba Cassirer, del lenguaje como mirada interior. En conclusión, citaremos estas palabras de J.M. Valverde: «La producción del lenguaje es una necesidad íntima de la naturaleza humana; no solo un comercio social para la comunicación, sino algo asentado en la misma esencia, imprescindible para el funcionamiento de las potencias espirituales.»

1.1.3. Definición de lenguaje

Lenguaje es un sistema estructurado de signos producidos de manera consciente y del que se sirve el ser humano para comunicar sus ideas, emociones y deseos. El lenguaje no es instintivo; su adquisición se debe a un proceso cultural. Se aprecia ya que el lenguaje es un medio de comunicación total y no sólo expresión del pensamiento, como ocurría para la gramática tradicional. Expliquemos ahora los términos de esta definición: Sistema significa conjunto de elementos solidarios que dependen unos de otros. Dicho de otra manera, los elementos de la lengua son interdependientes, pues no tienen un valor absoluto, sino que el valor de cada signo reside en lo que le opone a los demás, diferenciándolo. Así, por ejemplo, la calificación de aprobado tiene sentido en razón de su oposición a suspenso por su situación en el subsistema léxico. Otro ejemplo: las señales de género femenino tienen razón de significación por su oposición a las de masculino. Estas y otras relaciones son las que constituyen la estructura y, por lo tanto, el sistema. Signo es todo fenómeno (una señal oral o escrita) que, previamente conocido, lleva al conocimiento de otra cosa diferente no perceptible en sí misma en virtud de una relación que lo liga a ella. El signo es una asociación de un concepto con una imagen acústica, o sea, la asociación de un significado con un significante. A este aspecto dedicaremos un capítulo aparte en este mismo tema. Producidos de manera consciente quiere decir que para que haya comunicación tiene que haber voluntariedad, o sea, intención de comunicar. Comunicar ideas, emociones, deseos se refiere a que el lenguaje humano no es conductista (sólo en parte), sino preferentemente capaz de comunicación inteligible, por la cual comunica a los demás un cierto estado mental. En este sentido, el lenguaje es exclusivo de los humanos. Los animales no emplean signos, puesto que su comunicación es conductista; por ejemplo, al confundirse emoción de dolor con expresión de dolor. La idea anterior entronca con la idea de que el lenguaje no es instintivo, pues su adquisición es un bien cultural, un hecho de vida espiritual, mientras que el lenguaje de los animales es un fenómeno biológico. El lenguaje no tiene órganos exclusivamente creados para realizarse, sino que se vale de órganos que han sido creados para otras funciones. Por último, decíamos que el lenguaje es un medio de comunicación total. En efecto, la comunicación con los demás se extiende a estos aspectos: „„

Ideas, enunciados, hechos desconocidos para el receptor del mensaje.

„„

Emociones o exteriorización de los sentimientos.

„„

Deseos no operativos sobre el oyente y sí operativos, como las órdenes.

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1.1.4. Tipos de lenguaje

Atendiendo a la naturaleza del signo, se distinguen dos tipos principales de lenguaje: natural y convencional.

XX Lenguaje natural También llamado de acción, es no lingüístico y lo constituyen el gesto y la mímica, que se hallan ligados natural e íntimamente a la expresión de sentimientos. Pero también pueden expresar fenómenos de la vida intelectiva y conativa; por ejemplo, el alfabeto manual de sordomudos. Aunque, en este caso, esas señales mímicas son puramente convencionales. Gesto y mímica son lenguajes no lingüísticos, muy útiles, pero inferiores como portadores de ideas. Se nos plantea ahora la cuestión de si precede el lenguaje mímico o el oral. Algunos autores, teniendo en cuenta que la comunicación mímica no se basaba en el lenguaje oral, han creído que este era anterior al oral. Otros, advirtiendo el simple hecho de que también existen formas gestuales que se basan en el lenguaje oral, no dudaban en otorgar la precedencia al oral. Por tanto, únicamente podemos afirmar que hay formas gestuales que no se basan en el lenguaje oral, y otras que sí se basan en él.

XX Lenguaje convencional Es decir, el fundamentado en un sistema lingüístico y expresado bien mediante la oralidad o bien mediante la escritura. „„

Oral: puede realizarse con sonidos inarticulados, onomatopeyas y exclamaciones, o con sonidos articulados por medio de vocales y consonantes. Es natural en cuanto a los sonidos emitidos, pero es convencional en cuanto que la relación significado-signo depende de factores raciales, psicológicos, familiares y hasta individuales. En cambio, la emisión de sonidos por los animales es una función puramente biológica sin posibilidades de universalidad, abstracción, etc.

„„

Escrito: su importancia es capital para el desarrollo de la cultura; he aquí su evolución: −− Escritura figurativa: para significar un objeto, se dibuja para aquel a quien se comunica; su nivel de significaciones se circunscribe, casi exclusivamente, a representar objetos. −− Escritura ideográfica: el dibujo se esquematiza, no representa ya al objeto real, sino que se convierte en símbolo de la idea; es ya un signo, más o menos arbitrario, como la actual escritura de los chinos, sistema en el que cada idea requiere su propio signo y cuya dificultad de aprendizaje es obvia. −− Escritura fonética o fonográfica: es la solución a los inconvenientes anteriores; los signos gráficos representan los elementos fonéticos de la palabra. Puede ser escritura silábica, si los signos representan sílabas; y escritura alfabética, si representan cada uno de los sonidos.

Comparando los diversos lengua­jes mencionados en cuanto a capacidad significativa, el lenguaje natural es más vivo, más apto para excitar el sentimiento por lo que tiene de espontáneo, ya que sus signos son entendidos sin necesidad de aprendizaje. Pero es pobre para expresar conceptos. Por su parte, el oral aventaja al escrito porque es más rico en matices, gracias a las inflexiones, entonaciones, que lo hacen más apto para enseñar, persuadir y conmover.

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En resumen, podemos establecer el siguiente esquema (Cuadro 1) en cuanto a la relación lenguaje oral y lenguaje escrito: Lenguaje oral

Lenguaje escrito

Palabra sonora.

Transcripción gráfica.

Riqueza de recursos al valerse de elementos extralingüísticos y prosodémicos.

Pobreza de recursos.

Requiere el contacto directo entre los interlocutores.

Es comunicacion unilateral.

Más universal.

Menos universal, pues requiere apren­dizaje.

Repetitivo y redundante.

Es más sintético. La redundancia es un recurso.

Menos normativo.

Más normativo. Cuadro 1.

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1.2. El signo Vivimos rodeados de signos de todos los tipos. En una realidad compleja, el ser humano se relaciona, aprehende la realidad misma, estableciendo con ella lazos de comunicación mutua. Este proceso de interacción ser vivo/realidad no podría darse sin el soporte del signo. La Semiología y la Lingüística centran todo su estudio en el signo, pues es precisamente su carga significativa, el plano del significado transferido en el proceso comunicativo, lo que constituye el centro de interés. Así pues, en Semiología se entiende por signo todo hecho físico perceptible que informa de algo que no es él, que sustituye a algo o que informa de otra cosa. En cambio, la teoría de la comunicación no menciona la palabra signo, habla de símbolo como unidad que establece el mensaje, y de señal, como la transformación del símbolo para la comunicación. Este planteamiento no tiene en cuenta al significado que transportan las unidades, le interesa tan solo el mecanismo de la transmisión propiamente dicha. Frente a la señal, que puede correspon­-der a esquemas de comunicación tan simples como la relación estímulo-respuesta, el signo lingüístico está dirigido a una mente que lo interpreta y que abstrae su significación. La correcta descodificación de un signo por parte del receptor conlleva una captación plena de su carga significativa. 1.2.1. Características del signo

El lingüista ginebrino Ferdinand de Saussure, en la obra Curso de Lingüística General (Obra póstuma, 1996), estableció el concepto moderno de signo lingüístico. Según Saussure, el signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras (biplánico), concepto e imagen acústica, que pue­-de representarse por la siguiente figura:

Una explicación en forma de representación gráfica siempre sería arriesgada. Por ejemplo:

La razón es que, aparentemente y como algunos han pensado, el signo une unos sonidos a las cosas reales. Con palabras del propio Saussure: «Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica­ no es el sonido material, cosa pura­mente física, sino su huella psíquica­. Esa imagen es sensorial, y si llegamos, generalmente más abstracto­.» Para evitar ambigüedades, propone el maestro ginebrino conservar la palabra signo para designar el conjunto, y usar significado y significante en lugar de concepto e imagen acústica.

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La relación entre significante y referente es indirecta, el significante no designa la cosa sino el concepto de ella.

El significante, o plano de expresión, viene a ser la imagen física bajo la que se presenta el signo, su expresión perceptible. Se trata de algo físico, concreto. El significado, o plano de contenido, es la idea o concepto que evoca en la mente todo significante. Es algo nocional o abstracto. Por su parte, el referente, u objeto exterior, viene a ser la realidad a la que el signo hace referencia. Este esquema se complica a la hora del análisis del signo lingüístico, a la vez que enfrenta distintas concepciones. La más común es la de quienes desprecian la realidad o referente al estudiar el signo; es frecuente encontrar signos que no remiten a «realidades» concretas, sino nocionales o de otro tipo, carentes de referente, de referente imaginario, etc. Respecto a este esquema, también es clásica la postura antimentalista de semiólogos como Morris y Bloomfield, pertenecientes a la escuela positivista o conductista. Según su tesis, no se deben analizar los contenidos mentales, sólo lo comprobable es digno de ser tenido en cuenta. El proceso de comunicación para estos autores queda reducido a la relación de estímulo-respuesta (lingüística o no) entre emisor y receptor. También se deben a Saussure dos principios fundamentales en torno al signo: la arbitrariedad del lingüístico y el carácter lineal del significante. Pero los explicaremos después de presentar una breve perspectiva de las aportaciones de Hjelmslev, Coseriu y Martinet. Para Hjelmslev, el signo es la asociación de una forma de contenido a una forma de expresión; ambas son solidarias: la presencia de una requiere la presencia de la otra, no hay signo si ambas no se presentan al mismo tiempo. Se observa que Hjelmslev habla de forma, no de sustancia; la sustancia no es lingüística. En cambio, Coseriu considera que hay una sustancia no lingüística y una sustancia lingüística en ambos planos, el de la expresión y el del contenido. Ahora bien, la forma siempre será lingüística en ambos planos, el de la expresión y el del contenido. En el Cuadro 2 puede observarse la relación de las ciencias lingüísticas con el signo y sus planos. De A. Martinet, la aportación más importante es la Teoría de la doble articulación del signo lingüístico: „„

Primera articulación, los monemas.

„„

Segunda articulación, los fonemas.

Este rasgo de la doble articulación­se explica en las líneas siguientes, en las que vamos a enumerar y desarrollar todas las características del signo lingüístico como conclusión de las perspectivas anteriores. „„

El signo lingüístico tiene estructura biplánica: asocia un hecho perceptible por los sentidos (plano de expresión) a un hecho no perceptible por los sentidos (plano de contenido).

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No Lingüística

Física acústica

Lingüística

Fonética

Forma

Lingüística

Fonología

Sustancia

Lingüística

Morfosintaxis

Lingüística

Lexicología

No Lingüística

Filosofía

Sustancia Plano de expresión

Plano de contenido Forma

Cuadro 2. Signo lingüístico

Cada uno de estos planos tiene estructura biplánica: sustancia y forma­. En el plano de la expresión, la sustancia son los infinitos sonidos­que puede articular la garganta humana; la forma es el número limitado­de soni­dos (los fonemas) de cada lengua. En el plano del contenido, la sustan­cia son todas las posibles comunicaciones que el hablante puede emitir; la forma es la manera con­creta de organizar la realidad, la cosmovisión, a través de la len­gua­. „„

El signo lingüístico es lineal: se sitúa en el tiempo porque todo el material sonoro se ordena sucesivamente, ya que es imposible emitir dos sonidos simultáneamente. Todo el mecanismo de la lengua está implicado en el carácter lineal del signo lingüístico, y así, para que un enunciado llegue a ser una unidad­significativa, han de hallarse todos sus elementos presentes simultáneamente en la conciencia del oyente, y esto no ocurrirá hasta que no haya concluido la cadena hablada. Hasta que no se cierra el circuito en una síntesis psíquica no surge el sentido­. De esta manera se produce una antonimia entre el carácter temporal-material-lineal del significante y el carácter atemporal-psíquico-alineal del significado. Unas lenguas ordenan regresivamente, otras progresivamente, pero en todas es inevitable la linealidad.

„„

El signo lingüístico es doblemente articulado: la característica principal del lenguaje humano, para Martinet, es su doble­ articulación o doble posi­bilidad de subdividir lo que se presenta unido. La doble articulación se basa en el carácter biplánico del signo: por ejemplo, partiendo de la palabra leche­ro, a la primera articulación pertenecen las unidades /lech/, /-er/, /-o/, que son unidades dotadas de significación. El plano del significado­de esta palabra se articula en tres partes: «hombre», «vendedor» y «leche».

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Cada una de las unidades lech, er, o no se pueden descomponer en unidades más pequeñas dotadas de significado. Así es que estas son las unidades de la primera articulación, los monemas A la segunda articulación pertenecen los fonemas, que son las unidades mínimas en el plano del significante y que no están dotadas de significación:

/l - e - cˆ - e - r - o/ No tienen significación, pero son distintivas de significantes para oponer significados. „„

El signo lingüístico es arbitrario: el lazo que une significante y significado es convencional, no necesario, pues no hay ninguna necesidad física o natural que obligue a unir determinados sonidos a determinados significados, como lo demuestra el hecho de que un mismo significado, por ejemplo /perro/ se realice con distintos significantes en distintas lenguas (chien, en francés; dog, en inglés) e incluso en un mismo idioma (en castellano perro y can). Es más, un mismo significante puede tener distintos significados, como arco, que puede ser una estructura arquitectónica o un arma para disparar flechas. Así pues, es arbitraria la relación entre significado y significante como es arbitraria la relación entre signo y realidad a la que representa. No obstante, se ha discutido la arbitrariedad de las onomatopeyas y de las palabras derivadas. El problema se resuelve con el concepto de motivación. Se dice que una onomatopeya es una palabra motivada por los sonidos naturales, ya que se parece a ellos. Y, sin embargo, no todas las lenguas emplean el mismo significante para imitar los mismos sonidos naturales: por ejemplo para representar el canto del gallo, /cocoricó/ en francés, /quiquiriquí/ en castellano. Existe también una motivación intralingüística en las palabras derivadas: /panera/, /panecillo/ y / panadero/ están motivadas por la raíz /pan/. No obstante, la arbitrariedad queda a salvo porque las palabras primitivas no están motivadas.

„„

El signo lingüístico es denotativo y connotativo: la denotación es la significación objetiva que expresa los valores universales comunes a todos los hablantes (valores significativos). La connotación es la significación subjetiva, los valores virtuales de un signo. Así, el lenguaje de un manual de Geografía es máximamente denotativo (significados objetivos) frente a un poema surrealista, que es máximamente connotativo (significados subjetivos). Por ejemplo, la palabra /culebra/ tiene un significado objetivo para todos, un reptil. Esta es la denotación. Pero la connotación será el valor sobreañadido que tenga para ciertos hablantes. En ciertas culturas tiene un sentido maléfico, y hay que evitar la pronunciación de esa palabra pues, si se nombra, el animal se presenta. Esto es lo subjetivo en el significado.

„„

El signo lingüístico es inmutable: es decir, en tanto que el signo lingüístico es arbitrario, no depende de ningún hablante, es inmutable, permanente, de manera que ningún individuo puede alterar la relación entre el significado y el significante sin que ello origine incomunicación.

„„

El signo lingüístico es mutable: en apariencia esta afirmación supone una contradicción con lo dicho anteriormente, sin embargo, lo que significa es que la lengua es una entidad viva y, por tanto, cambiante, de manera que el signo, mediante hechos de habla aceptados por la comunidad durante un período considerable de tiempo, puede variar la relación entre significado y significante. Así, el término caballero no tiene en la actualidad el significado que tenía en la Edad Media.

„„

El signo lingüístico es discreto: es decir, el signo no se define por lo que es sino por lo que no es, por oposición.

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1.2.2. Concepciones triangulares del signo

Los griegos fueron los primeros en preguntarse por qué las cosas se llamaban como se llamaban. Por el Cratilo, de Platón, sabemos que los discípulos de Heráclito entendían que había una conexión evidente y natural entre las palabras y las cosas a las que representan. Asimismo, San Agustín distingue tres partes: verbum, dicibile y res. La solución actual más satisfactoria del problema de la significación del signo lingüístico (aunque tampoco convence a Umberto Eco) la aportan Ogden y Richards con su famoso triángulo de la significación o triángulo semiótico, levemente modificado por Ullman:

Ullman llama nombre a la combinación de elementos fónicos, y sentido a la información que se comunica al oyente. El objeto, al que hace relación el nombre, no está directamente conectado con él, sino que se relaciona a través del sentido. El significado de una palabra sería la relación recíproca que existe entre el sonido y el sentido. 1.2.3. Tipos de signos

Se han establecido diferentes tipos de signos. A continuación veremos las clasificaciones más extendidas.

XX Según Peirce La clasificación de Peirce se fundamenta en la relación o vínculo que una al signo con su referente. Aunque discutida, es una de las más aceptadas. Los tipos de signos, según Peirce, son tres: índice, icono y símbolo. „„

Índice: signo que tiene conexión física con el objeto denotado. Por ejemplo: el dedo que señala un objeto, la flecha que indica una dirección, una huella de pisadas, el humo, deícticos o señalativos, los pronombres, los demostrativos, etc.

„„

Icono: signo que refiere el objeto en función de una semejanza. La iconocidad, como es lógico, siempre es una relación de grado. El signo puede «reproducir fielmente» la realidad o ser una representación menos fiel. Algunos ejepmlos serían: la fotografía, un dibujo, un mapa, un plano, las onomatopeyas, ciertos lenguajes del gesto, etc. A su vez, Peirce divide los iconos en: −− Imágenes: la relación entre el signo y el objeto es de reproducción más o menos fiel. Un retrato, una silueta. −− Diagrama: la relación signo refe­rente es de analogía entre sus partes. Una pirámide de pobla­ ción­. −− Metáfora: la relación entre elementos se da a través de asociaciones más connotadoras. La publicidad emplea con frecuencia estos iconos metafóricos. Una playa del Caribe desierta remite al mundo del exotismo, la aventura, «paraíso soñado», etc.

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„„

Símbolo: la relación entre el signo y el objeto referido se da por convención, de un modo totalmente arbitrario. Los signos lingüísticos son símbolos, su funcionamiento presupone una convención social y la arbitrariedad (salvo casos) es un rasgo propio de la palabra.

Esta clasificación triple de los signos no siempre establece delimi­tacio­nes claras. Un mismo signo, según el contexto o la situación en la­que se emplea, se catalogaría en uno u otro orden; a veces, un mis­mo signo­puede estar en más de un rango.

XX Según Adam Schaff Schaff los divide, básicamente, en naturales y artificiales. Esta clasificación se muestra en el Cuadro 3.

SIGNOS Naturales

Índices Lingüísticos

Artificiales No lingüísticos

Verbales: Lenguaje articulado Sustitutivos: Morse, escritura, braille, etc. Señales: Actúan sobre los sentidos Símbolos Iconos Cuadro 3.

XX Otras clasificaciones Otras posibles clasificaciones, según diferentes criterios, son: „„

Naturales-artificiales: según la índole del emisor, si el hombre participa o no en la creación consciente del signo. Rasgo importante en él es su intencionalidad comunicativa.

„„

Comunicativos-expresivos: clasificación basada también en la intencionalidad comunicativa.

Los primeros son aquellos signos emitidos intencionalmente. Los expresivos son los emitidos de manera espontánea, instintiva, reveladores de una situación determinada. La frontera entre unos y otros no siempre es fácil de delimitar pues el emisor puede, intencionalmente, crear ambigüedad. Por su parte, J.L. Prieto denomina a los comunicativos o intencionados con el término de señales y reserva el de indicios para referir a aquellos signos no intencionados o expresivos. „„

Motivados-inmotivados: este cri­te­rio toma como factor de clasificación el que exista o no relación­entre el significante y el referente­.

„„

Visuales, fónicos o acústicos, tácticos, olfativos y gustativos: según el modo de presentarse, el canal físico utilizado y el modo de percibirlos, puede hablarse de signos En la esfera de la comunicación humana los modos operarios de la vista y el oído son, sin duda, los nive­les más ricos. Por el contrario, son mucho más pobres los signos olfativos­y gustativos, cosa que en la zoosemiótica o comunicación entre animales se halla mucho más realizada.

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1.3. La naturaleza del lenguaje Para abordar la naturaleza del lenguaje, lo haremos desde dos puntos de vista: según el enfoque funcional-pragmático y según la dimensión social del lenguaje.

XX Enfoque funcional-pragmático La Pragmática (o Pragmalingüística) parte de una concepción del lenguaje como actividad social, cuya función es la de satisfacer las necesidades de comunicación que surgen en los procesos de interacción entre los hombres. Respecto al carácter discursivo del lenguaje, Canale y Swain hacen referencia a las cuatro dimensiones de la competencia comunicativa: lingüística, socio-lingüística, discursiva y estratégica. Uno de los principales presupuestos de estos estudios es el considerar que el significado de las palabras (o signos) está en función de su uso dentro de un contexto y no de su forma lingüística. Es decir, el valor preciso de una frase se da por la interacción de su significado estructural y léxico con la situación en la cual es utilizado, que implica tanto un contexto interno al discurso como un contexto externo impuesto por la situación de comunicación. Es decir, todo enunciado está ligado a un contexto, y su sentido le viene dado por el tema o tópico del discurso y la situación de comunicación en que se produce. El código lingüístico no es interpretable al margen de una serie de convenciones generales contextuales de uso. Todo lo anterior implica el considerar el conocimiento lingüístico como el conocimiento que tienen las personas del uso del lenguaje, y no sólo como el conocimiento del sistema. Ello implica incluir dentro del conocimiento lingüístico la capacidad del hablante para participar en un discurso y el conocimiento de las convenciones pragmáticas que gobiernan dicha participación; esto es, tener en consideración los procesos de comprensión y de interacción: el que emplea un signo no lo hace por sí mismo, sino que lo destina a otra/s persona/s. El receptor decodifica el mensaje poniendo en juego sus suposiciones sobre lo que va a escuchar, los datos de los signos y sus saberes acumulados. Es decir, el proceso de interpretación (y por consiguiente de interacción) conlleva la necesidad de una acomodación entre la generación de expectativas, los datos suministrados y el conocimiento compartido de los interlocutores. El discurso se elabora, pues, de manera secuencial y previsible de algún modo, a través de la interacción de las estructuras formales, funcionales (las intenciones de los hablantes) y temáticas del discurso y por medio de las estrategias discursivas que los interlocutores pongan en juego con el fin de acomodar su comprensión del mensaje.

XX La dimensión social del lenguaje En este punto nos centraremos en el modelo funcional de Halliday por ser el de mayor incidencia en el aspecto lingüístico que nos atañe. Para Halliday, la base del sistema lingüístico es su potencial significativo (semántico). La unidad mínima de análisis con potencial significativo son los actos de habla que cumplen esa función comunicativa: establecer hechos, describir acciones, etc. Aprender una lengua es para Halliday aprender a significar en esa lengua. En este sentido, el desarrollo del lenguaje puede ser interpretado como el aprendizaje de una serie de enunciados, o funciones comunicativas, cada uno de ellos asociado con su potencial significativo.

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Halliday identifica siete funciones básicas en el desarrollo del lenguaje del niño, que le servirán para crear un sistema de significados que irá ampliando hasta dominar el sistema de los adultos. El potencial significativo del lenguaje adulto se agrupa por su parte en torno a tres macrofunciones. La función ideacional, mediante la cual el hablante expresa su experiencia de los fenómenos del mundo exterior y la representación que él tiene de su propio mundo. Por medio de la función interpersonal el hablante participa en situaciones de comunicación, expresa sus juicios, muestra sus actitudes, su propia personalidad, e intenta ejercer cierto efecto en sus interlocutores. Por último, la función textual, que puede ser considerada como facilitadora de las otras dos; posibilita al hablante el ejercicio de su capacidad de crear discursos coherentes, tanto a nivel oral como escrito. Para que el niño llegue a desarrollar ese potencial significativo del lenguaje adulto, Halliday postula que el niño desarrolla siete funciones básicas: „„

Instrumental, mediante la cual el ni­ño satisface sus necesidades materia­les.

„„

Reguladora, mediante la cual el niño ejerce control sobre los demás, y viceversa.

„„

Interactiva, responsable de las relaciones personales. Le sirve para interaccionar con las personas que le rodean.

„„

Personal, mediante la cual el niño expresa su identidad e individuali­dad, sus sentimientos y actitudes.

„„

Heurística, que el niño utiliza para explorar la realidad que le rodea y categorizarla.

„„

Imaginativa, mediante la cual el niño, y por medio del lenguaje, crea su propio mundo a través del juego, de historias, etc.

„„

Informativa, que sirve al niño para transmitir información acerca de algo o de alguien, para expresar proposicio­nes o transmitir mensajes.

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2 La teoría de la comunicación Cuando se define al lenguaje, se alude siempre directa o indirectamente a la comunicación. En principio, el lenguaje designa cualquier medio de comunicación. Por su parte, el término comunicación participa también de una polisemia, según la ciencia que lo estudie, que no contribuye a deshacer la ambigüedad. Como veremos más adelante en este apartado, la teoría de la comunicación entiende por comunicación toda transferencia de información, es decir, el paso de información de un emisor a un receptor.

2.1. Los orígenes y la evolución de esta teoría La teoría de la comunicación y de la información es una disciplina acorde con los avances técnicos de los años cincuenta. Nació como una necesidad de aplicar unos estudios sistematizados ante la avalancha de la información de los diversos campos de la sociedad. El punto de arranque se encuentra en la «Teoría matemática de la Información» de C. Shannon y W. Weaber (1948), estudios basados en el cálculo de probabilidades y en la estadística matemática. La aplicación de estos estudios está ligada a las investigaciones de centros técnicos de telefonía y de la comunicación mediante aparatos físicos, en pos de una mejora en el rendimiento, la fiabilidad y la economía de los medios de transmisión. A partir de aquí se ha extendido a otros campos de la sociedad, como la biología, la física, las ciencias del lenguaje humano y otras de carácter social. El desarrollo de estas investigaciones ha permitido un avance rápido de campos socialmente tan importantes como la actual cibernética, cuyo estudio es la comunicación mediante máquinas. Acorde con el desarrollo de la información mediante mecanismos físicos, se da también el fuerte crecimiento de los medios de comunicación social, prensa, radio, televisión y cine, que han hecho suyos muchos de los conceptos y de la terminología de la teoría de la comunicación. La Lingüística no ha escapado a este dominio expansivo y, como las otras ciencias, se ha apropiado también de conceptos y términos, si bien, como se verá, el significado preciso de cada vocablo está restringido siempre al contexto en el que se aplica. Términos como canal, emisor, fuente, receptor, contexto, información, mensaje, etc., son utilizados por diversas ciencias, ampliando o restringiendo su significado según en cuál de ellos se utilice. Todas las disciplinas que analizan el lenguaje verbal son tributarias de la teoría de la comunicación. La Lingüística estadística, la Gramática generativa, la Semiótica, incluso la moderna Crítica literaria, en tanto que estudian la transmisión de significados, poseen conexiones y emplean esquemas básicos, conceptos y terminología que surgieron avalados por esta ciencia.

2.2. El concepto de comunicación En la teoría de la comunicación se entiende por comunicación toda transferencia de información. La comunicación es el paso de información de un emisor a un receptor. Una definición así, sin duda muy general, tiene la ventaja de abarcar todos los campos, prescindiendo de las características propias del hecho de comunicación, de si el emisor o fuente es humano o no, de si el mensaje transporta o no significado, o de si existe intencionalidad o no en la transmisión. Sólo así se puede hablar de comunicación en parcelas como la Biónica, comunicación entre seres vivos, y de la Cibernética, comunicación entre máquinas, en la que se incluyen tanto los procesos de comunicación más simples entre mecanismos autorreguladores (relación estímulo-respuesta), como la comunicación de mecanismos mucho más sofisticados, como los modernos ordenadores (procesos de comunicación cuasi-humanos).

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Las ciencias que estudian los lenguajes humanos, por su parte, restringen mucho el concepto de comunicación, pues presuponen en todo mensaje no sólo un contenido significativo, sino, además, una intención comunicativa por parte del emisor o fuente. Según estas ciencias, la fiebre, el ruido del agua, un nubarrón (signos naturales) serían mensajes significativos; un gesto de despedida, un semáforo, la palabra, serían mensajes significativos y comunicativos. La Semiología concibe la comunicación como un proceso significativo; frente a ella, la teoría de la comunicación no prejuzga que la información transferida contenga o no significado, menos aún que exista un carácter de intencionalidad comunicativa. Esta teoría no menciona al signo, sino que habla de símbolo como unidad que establece el mensaje, y de señal, como la transformación del símbolo para la comunicación. Este planteamiento no tiene en cuenta al significado que transportan las unidades, le interesa tan sólo el mecanismo de la transmisión propiamente dicha.

2.3. Elementos de la comunicación Según la teoría de la comunicación, para que se dé la comunicación se precisan los siguientes elementos, representados en el Cuadro 4: „„

El emisor o fuente: es el punto de origen del mensaje. El emisor es quien lo construye, seleccionando del sistema los signos necesarios para transmitir la información. La fuente no presupone necesariamente intencionalidad comunicativa. Puede ser un ser vivo, humano o animal, o un ser inerte, mecanismo o sistema.

„„

El mensaje: es el símbolo o serie de símbolos seleccionados por el emisor, que es soporte de la información transmitida.

„„

El destino: es el ser viviente (o mecanismo) que recibe el mensaje. Por lo general reacciona o actúa en consecuencia.

„„

Transmisor-receptor: transforma el mensaje en señal y la envía a través del canal hasta el receptor. El receptor realiza un proceso inverso al del transmisor, pues convierte la señal recibida y reconstruye el mensaje inicial, para que sea utilizada por el destino.

TRANSMISOR

Señal emitida

CANAL

Contexto

RECEPTOR

Mensaje

FUENTES DE INFORMACIÓN

Mensaje

Señal emitida

DESTINO

FUENTES DE RUIDO

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En una comunicación telefónica, por ejemplo, el transmisor es el micrófono que transforma los impulsos acústicos en impulsos eléctricos, la señal; el canal es el cable, y el receptor es el auricular que reconstruye de nuevo los impulsos eléctricos en las vibraciones sonoras de la palabra. „„

El canal: es el medio físico a través del cual se transmite la señal. El cable, en una comunicación telefónica; el aire, en la comunicación con señales luminosas; el papel, en la comunicación escrita; incluso el espacio vacío, canal para la transmisión de las ondas electromagnéticas de la radio o de la televisión.

„„

El código: es el conjunto o sistema de equivalencias que convencionalmente establecen el transmisor y el receptor. Sirve como regulador, tanto de la codificación como de la decodificación del mensaje. Todo código se presenta como un inventario de unidades entre las que se seleccionan aquellas que permiten estructurar mensajes. Para que la comunicación sea posible tanto el transmisor como el receptor deben conocer este sistema de equivalencias. Los códigos se regulan internamente guiados por dos objetivos: el costo, o el empleo de unidades, y el rendimiento óptimo, el asegurar la transferencia de información. Un código es mejor que otro cuando con un menor costo (menos unidades, en menor tiempo) permite mayor información asegurada. Existen muchísimos tipos de códigos: los sistemas de escribir, los sistemas sustitutivos de la palabra (morse, braille), las señales de banderas; los símbolos matemáticos, los lenguajes binarios de ordenadores, símbolos químicos, etc.

„„

El contexto: el contexto es un factor determinante en la interpretación correcta de la comunicación. De un modo general se entiende por contexto a todo lo que rodea al acto de comunicación. No obstante, tiene dos acepciones bien diferenciadas: −− Contexto en el mensaje mismo: en el caso de un mensaje formado por más de un símbolo, cada uno de ellos tiene por contexto a todos los restantes. En mensajes lingüísticos este tipo de contexto se identifica con las llamadas relaciones sintagmáticas. −− Contexto del acto de la comunicación: todo acto de comunicación se realiza en un contexto situacional, constituido por todos los elementos que rodean y enmarcan el acto comunicativo. Este tipo de contexto condiciona el proceso de comunicación, determinando el empleo de un canal u otro, el uso de un código u otro. Las modalidades de presentarse son casi ilimitadas: circunstancias espaciales, temporales, físicas, ideológicas, históricas, etc. Ejercen una función determinante en el mensaje y en su información. Un mismo símbolo puede tener dos o más informaciones en situaciones distintas. Las circunstancias propias de cada situación son las que, en definitiva, permiten interpretar unívocamente su información. Tratándose de mensajes semiológicos y lingüísticos es la Pragmática la que estudia esta relación entre el mensaje y los usuarios.

„„

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El ruido: en un sentido amplio, ruido es toda posible alteración producida a la señal en el proceso de la comunicación, es decir, cualquier factor que impida, dificulte o altere la comunicación. En sentido estricto, ruido es toda alteración de la señal en su paso por el canal.

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Esta acepción de ruido, pues, no tiene nada que ver con aspectos de acústica o de sonido. La pérdida o alteración de la información puede darse por los más variados motivos de interferencia a los múltiples factores del acto comunicativo. En todos los casos, se habla de ruido. „„

Redundancia: precisamente para evitar estas posibles pérdidas de información, o ruido, los códigos establecen el funcionamiento de otro factor compensatorio, la redundancia. Se entiende por redundancia la información sobrante en el mensaje, aquella parte del mismo que podría omitirse sin que por ello exista pérdida de información. La redundancia puede darse por dos motivos: −− Redundancia inherente al propio mensaje. Los códigos, intrínsecamente, son más o menos redundantes. Así, los códigos numéricos, los matemáticos y todos aquellos usados por las ciencias suelen tener muy poca o nula redundancia. Todas sus unidades denotan información. Por el contrario, los códigos de las lenguas naturales, muchos mensajes verbales y no verbales, son códigos redundantes per se, códigos más costosos, pues la información se transmite a través de un número elevado de unidades o símbolos. −− Redundancia libremente introducida por el emisor. Con frecuencia este tipo de redundancia se incorpora al mensaje para paliar posibles efectos del ruido. Puede darse de diversas formas: repetición de símbolos, empleo de distintos códigos para informar de lo mismo, etc.

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3 Competencia lingüística y competencia comunicativa 3.1. La competencia lingüística El término competencia proviene del término inglés competence, propuesto por N. Chomsky, que lo define como algo universal, independiente de cada lengua y que explica la habilidad humana para aprender cualquiera como primera lengua. De este modo, la competencia es el conocimiento de la lengua por parte del hablante nativo, un conocimiento que puede ser consciente o no, pero que lo tiene en tanto que hablante y oyente. Indudablemente, el término parece remitir a la dicotomía saussureana de lengua/habla; sin embargo, la diferencia radica en que la competencia, según Chomsky, o lengua, según Saussure, no está impresa en los cerebros de todos los individuos, sino sólo en el del ideal. En definitiva, la competencia sería la realidad mental que apoya la ejecución (perfomance), el uso que el hablante hace de su lengua. Partiendo de aquí, Coseriu, en su obra Competencia lingüística (1992), distingue en el lenguaje tres niveles, cada uno de los cuales se identifica con un tipo de saber lingüístico: nivel universal (saber elocucional), nivel histórico (saber idiomático) y nivel individual (saber expresivo), estableciendo los elementos sobre los que ha de apoyarse una teoría de la competencia lingüística. Esta parte de varias consideraciones generales respecto a la lengua y al habla. Así, la lengua: a) Es una actividad humana univer­sal­. b) Los individuos son representantes de la tradición de saber hablar de su comunidad. c) Los individuos llevan a la prác­ti­ca ese saber de manera indivi­dual­. Por su parte, el acto de hablar: a) Es una actividad. b) Es el saber en el que se basa dicha actividad. c) Es el producto de esa actividad. Al mismo tiempo, y de acuerdo con los niveles del lenguaje que ha señalado Coseriu, este considera que el contenido del saber lingüístico tiene tres grados: „„

El saber hablar en general (saber elocucional), que tiene que ver con los principios de congruencia del pensamiento consigo mismo y con el conocimiento general de las cosas.

„„

El saber idiomático (competencia lingüística particular), que incluye tanto los signos dotados de forma y contenido como los procedimientos para, a partir de los signos dados, realizar la actividad lingüística.

„„

El saber expresivo (competencia textual), referido al plano del texto.

En definitiva, y asumiendo los riesgos que toda simplificación lleva aparejados, la competencia lingüística es el conjunto de conocimientos que tenemos acerca de una lengua (fonológicos, sintácticos, semánticos, morfológicos) y las habilidades para usarla.

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3.2. La competencia comunicativa Considerada por Coseriu como «saber expresivo», la competencia comunicativa, frente a la lingüística, se sitúa en el habla y se puede definir como el conjunto de normas, principios y signos que el hablante emplea en el acto comunicativo, para lo cual, obviamente, ha de poseer una serie de saberes (competencia lingüística). De acuerdo con esto, es imprescindible mencionar a los dos principales representantes de la consideración del lenguaje como acto de habla: Austin y Searle. Austin señaló que al enunciar una frase cualquiera se cumplían tres actos de manera simultánea: „„

Acto locutivo: es decir, se combinan y articulan sonidos así como se combinan sintácticamente una serie de nociones.

„„

Acto ilocutivo: es decir, la enuncia­-ción en sí misma como acto.

„„

Acto perlocutivo: es decir, la enunciación tiene unos fines más allá de lo expresado.

Por su parte, Searle se concentró en el estudio del acto ilocutivo proponiendo la siguiente clasificación: „„

Representativos: cuyo objeto es comprometer al hablante con la verdad de lo expresado. Por ejemplo: Sostengo lo que te prometí.

„„

Directivos: cuyo objeto es lograr por parte del hablante que el oyente haga algo. Por ejemplo: Te ordeno que te vayas.

„„

Conmisivos: cuyo objeto es comprometer al hablante con algo futuro. Por ejemplo: Haré lo que me pides.

„„

Expresivos: cuyo objeto es mostrar el estado anímico del hablante. Por ejemplo: Me alegro de tus éxitos.

En definitiva, la competencia comunicativa supone la necesidad por parte del hablante de este conjunto de elementos a la hora de elaborar su mensaje, elementos a los que hay que añadir otros como la denominada competencia sociolingüística (capacidad de producir los enunciados de acuerdo con la situación comunicativa), o la competencia discursiva (capacidad de utilizar distintos tipos de discurso).

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RESUMEN Lenguaje y comunicación. Competencia lingüística y competencia comunicativa.

1. El lenguaje

1.1.4. Tipo de lenguaje Lenguaje natural

1.1. El lenguaje como totalidad comunicativa El lenguaje está formado por un conjunto de sistemas de comunicación. Semiótica o Semiología: estudia los sistemas de signos que emplean las sociedades humanas para comunicarse. Campos de estudio de la Semiótica (según Eco): zoosemiótica; señales olfativas, táctiles y gustativas; paralingüística; cinestesia; semiótica médica; música; lenguas naturales y artificiales; códigos secretos y naturales; mass media…

1.1.1. Acotación al concepto de lenguaje Definición tradicional: facultad humana para comunicar. Saussure: sistema de signos. Jakobson: a la función externa de comunicación, añadió la de lenguaje interior. Cassirer: función configuradora del pensamiento.

1.1.2. El origen del lenguaje Antigüedad: necesidad innata (Pitágoras, Platón y los estoicos), convención (Demócrito, Aristóteles y los epicúreos), don divino (Quintiliano). Darwin: mímima bucal de los movimientos de las manos. Humbolt: latente en la razón humana. Teoría onomatopéyica: imitación de los sonidos naturales. Nace de una necesidad de supervivencia, se transmite por generaciones y presenta el aspecto intimista de la mirada interior (Cassirer).

1.1.3. Definición de lenguaje Sistema (conjunto de elementos que dependen unos de otros) estructurado de signos (todo aquello que lleva al conocimiento de otra cosa) producidos conscientemente (voluntariamente) y con el que el hombre comunica sus ideas, emociones y deseos (exclusivo de los humanos); no es instintivo (adquisición cultural); es un medio de comunicación total (sirve para comunicarlo todo).

Es no lingüístico (gesto y mímica) y expresa fundamentalmente sentimientos. Lenguaje convencional „„ Oral: sonidos inarticulados o articulados. „„ Escrito: evoluciona de la escritura figurativa a la ideográ-

fica, y finalmente a la fonética o fonográfica. Es unilateral, menos universal, más sintético y normativo que el oral.

1.2. El signo Definición: todo hecho físico perceptible que informa de algo que no es él. La teoría de la comunicación sólo habla de símbolos y señales.

1.2.1. Características del signo „„ Saussure: el signo lingüístico es una entidad física bipláni-

ca, formada por concepto (significado) e imagen acústica (significante). La relación entre ambos es indirecta, pues el significante no designa la cosa (referente), sino el concepto de ella (significado). „„ Hjemslev: signo es asociación de la forma del contenido a

la forma de la expresión. „„ Martinet: doble articulación del signo lingüístico. „„ Características del signo lingüístico: estructura biplánica,

linealidad, doble articulación, arbitrariedad, denotación y connotación, inmutabilidad, mutabilidad, discreción.

1.2.2. Concepciones triangulares del signo Triángulo semiótico de Ogden y Richards: significante / significado / referente (nombre / sentido / objeto, para Ullman).

1.2.3. Tipos de signos „„ Según Peirce

Índices / Iconos (imágenes / diagramas / metáforas) / Símbolos. „„ Según Adam Schaff

Naturales (índices) / Artificiales (lingüísticos [verbales / sustitutivos] / no lingüísticos [señales / símbolos / iconos].

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„„ Otras clasificaciones

−− Según el emisor: naturales / artificiales. −− Según la intención: comunicativos / expresivos (para J.L. Prieto: señales / indicios). −− Según la relación significante-referente: motivados / inmotivados. −− Según el canal: visuales / fónicos o acústicos / tácticos / olfativos / gustativos.

1.3. La naturaleza del lenguaje „„ Enfoque funcional-pragmático

Pragmática: estudio del lenguaje desde su concepción como actividad social. Cuatro tipos de competencia comunicativa (Canale y Swain): lingüística, socio-lingüística, discursiva y estratégica. El significado del signo depende de su uso en un contexto, interno (discursivo) y externo (situacional). El conocimiento del lenguaje implica el conocimiento del sistema, pero también el conocimiento del uso: capacidades, convenciones pragmáticas, suposiciones, intenciones… „„ La dimensión social del lenguaje Modelo funcional de Halliday: la base del sistema lingüístico es su potencial significativo, cuya unidad mínima son los actos de habla. Siete funciones básicas en el desarrollo del lenguaje infantil: instrumental, reguladora, interactiva, personal, heurística, imaginativa, informativa. Tres macrofunciones en el lenguaje adulto: ideacional, interpersonal, textual.

2. La teoría de la comunicación 2.1. Los orígenes y la evolución de esta teoría Shannon y Weaber. Aplicaciones en cibernética y medios de comunicación. Uso de su terminología en Lingüística, y aplicaciones en Gramática generativa, Semiótica y Crítica literaria.

2.2. El concepto de comunicación Comunicación: transferencia de información, paso de información de un emisor a un receptor. En las ciencias del lenguaje, se necesita también una intención comunicativa; en Semiología, sólo que haya contenido significativo; en Teoría de la comunicación, sólo que se transmita la información (sin precisar si hay significación o intencionalidad).

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Diferencia símbolo (unidad que establece el mensaje) / señal (transformación del símbolo para la comunicación).

2.3. Elementos de la comunicación „„ Emisor o fuente (codificación). „„ Mensaje. „„ Destino (descodificación). „„ Transmisor / Receptor. „„ Canal. „„ Código (dos objetivos: costo y rendimiento óptimo). „„ Contexto (en el mensaje [relaciones sintagmáticas] y situa-

cional). „„ Ruido. „„ Redundancia (inherente al mensaje o introducida por el

emisor).

3. Competencia lingüística y competencia comunicativa 3.1. La competencia lingüística N. Chomsky: Competencia: conocimiento de la lengua por parte del hablante nativo. Coseriu: „„ Tres niveles en la lengua: universal, histórico e individual. „„ Diferencias lengua / habla. „„ Tres grados del saber lingüístico: saber elocucional (saber

hablar en general), saber idiomático (competencia lingüística particular), saber expresivo (competencia textual). Competencia lingüística: conocimientos que el hablante tiene sobre una lengua, y las habilidades para usarla.

3.2. La competencia comunicativa Competencia comunicativa: es el «saber expresivo» de Coseriu; es el conjunto de normas, principios y signos que el hablante emplea en el acto comunicativo, para lo que ha poseer una serie de saberes (competencia lingüística). Actos de habla de Austin: locutivo, ilocutivo, perlocutivo. Tipos de actos ilocutivos (según Searle): representativos, directivos, conmisivos, expresivos. Habría que añadir la competencia sociolingüística y la competencia discursiva.

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