Hora Santa Pidan y Se Les Dara Semana No. 1 Tiempo de Cuaresma Ciclo b

January 4, 2018 | Author: orellana8582 | Category: Prayer, Lent, Christ (Title), Eucharist, Religious Behaviour And Experience
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HORA SANTA PIDAN Y SE LES DARA SEMANA No. 1 TIEMPO DE CUARESMA CICLO B MARZO/01/2012 PARRIQUIA SAN JOSE, ATHENS, GA. BUSCANOS EN: WWW.SCRIBD.COM/ORELLANA8582

Jueves después del miércoles de ceniza, del Tiempo de Cuaresma durante el ciclo B del calendario litúrgico de la Iglesia. Muchos nos preguntamos: ¿Qué es la Cuaresma? En esta jornada, al comenzar los cuarenta días de preparación a la Pascua, la iglesia nos impone la ceniza sobre la cabeza o en la frente y nos invita a la penitencia. La penitencia se repite en muchas paginas de la Sagrada Escritura, resuena en la boca de tantos profetas y, en fin, de modo particularmente elocuente, en la boca del mismo Jesucristo: arrepentíos, porque el reino de los cielos esta cerca. (San Mateo: 3, 2). Se puede decir que Cristo introdujo la tradición del ayuno de cuarenta días en el año litúrgico de la Iglesia, El mismo ayuno cuarentas días y cuarenta noches. Con este ayuno cuadragesimal, la Iglesia, en cierto sentido, esta llamada cada año a seguir a su Maestro y Señor, si quiere predicar eficazmente su Evangelio. Así sea. Canto: ---------------------------------------------------------------------------Lector: Adorado sea el Santísimo y Divinidisimo Sacramento del Altar. Todos: Por siempre sea bendito y adorado. Padrenuestro.... Lector: Adorado sea el Santísimo y Divinidisimo Sacramento del Altar. Todos: Por siempre sea bendito y adorado. Dios te Salve.... Lector: Adorado sea el Santísimo y Divinidisimo Sacramento del Altar. Todos: Por siempre sea bendito y adorado. Gloria al Padre.... Lector: Ave María Purísima Todos:

TRATEN A LOS DEMAS COMO QUIEREN QUE LOS DEMAS LOS TRATE. MONITOR: Hace dos miércoles comenzamos la cuaresma, estamos en el 2do.

Sin pecado concebida. Lector: Ven Espíritu Santo Todos: Llena los corazones de tus hijos, y enciende en ellos, el Fuego de Tu Amor Lector:

Envía Tu Espíritu y todo será creado, aleluya Todos:

nosotros lo adoremos, reconozcamos nuestros pecados y arrepentidos invoquemos a Dios, nuestro Señor.

Y renovaras la faz de la Tierra, aleluya Todos: Lector: Oh, Dios que haz iluminado los corazones de tus hijos con la Luz de Tu Espíritu Santo, haz que guiados por El mismo Espíritu Santo Todos: Sintamos rectamente y gocemos de su Divino consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor, Amen. Lector: Alabad al Señor todas las gentes, alabadle todos los pueblos. Porque se ha confirmado en nosotros su misericordia y la Verdad del Señor permanece para siempre.

Amorosísimo Dios - Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias: por ser Tu mi Padre, mi Señor y mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas, me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad misericordiosísima; me pesa, Trinidad amabilísima, haberte ofendido, sólo por ser quien sois; confiado en vuestra divina gracia, te suplico me concedas, propongo y te doy mi palabra de nunca más ofenderte y morir antes que pecar; espero en tu suma bondad y misericordia infinita me habéis de perdonar todos mis pecados, y me darás Tu divino auxilio para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén. Lector:

Todos:

Señor, ábreme los labios

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.

Todos:

Lector:

Lector:

Hermanos adoradores del Santísimo Sacramento del altar, nosotros que adoramos a Jesús Sacramentado, no nos olvidemos que no estamos solos y unámonos en Espíritu a todos los adorados que adoran a Jesús Sacramentado, aquí en Estados Unidos, en América de donde somos originarios y en el mundo entero y junto con los Ángeles del Cielo, adoremos al Rey de reyes y Señor de señores, a Jesús Sacramentado.

Y mi boca proclamara Tu Palabra. Dios mío, ven en mi auxilio. Todos: Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen, aleluya. Canto: ----------------------------------------------------------------------------

Todos: Dulcísimo Jesús, Sacerdote eterno y Redentor amandísimo, que desde esa Hostia consagrada estás rogando al Eterno Padre por nosotros, acoge benignamente, por los méritos de vuestro divino Corazón, las súplicas de todos los adoradores, que en Estados Unidos, en América, lugar de nuestro origen y en el mundo, unidos en un mismo espíritu de amor y reparación, te adoramos en esta hora, a fin de que en esta hora con corazón contrito por todos los que te han menospreciado, podamos gozarnos juntamente contigo, contemplándote adorado y glorificado por ángeles y hombres en los siglos de los siglos. Amén. Lector: Sabiendo hermanos adoradores del Santísimo Sacramento del Altar, que somos indignos de adorar a Dios, pero el, si es digno de que

Lector: Este es el tiempo en que llegas, Esposo, tan de repente, que invitas a los que velan y olvidas a los que duermen. Salen cantando a tu encuentro doncellas con ramos verdes y lámparas que guardaron copioso y claro el aceite. ¡Cómo golpean las necias las puertas de tu banquete! ¡Y cómo lloran a oscuras los ojos que no han de verte! Todos: Mira que estamos alerta, Esposo, por si vinieres, y está el corazón velando, mientras los ojos se duermen. Danos un puesto a tu mesa, Amor que a la noche vienes, antes que la noche acabe y que la puerta se cierre. Amén.

Lector: Te damos gracias, Señor, porque has depuesto la ira y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga.

¿Para qué los timbres de sangre y nobleza? Nunca los blasones fueron lenitivo para la tristeza de nuestras pasiones. ¡No me des coronas, Señor, de grandeza!

Todos:

Todos:

Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.

¿Altivez? ¿Honores? Torres ilusorias que el tiempo derrumba. Es coronamiento de todas las glorias un rincón de tumba. ¡No me des siquiera coronas mortuorias!

Lector: Y sacaremos con gozo del manantial de la Vida las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita.

Lector:

Todos:

No pido el laurel que nimba al talento, ni las voluptuosas guirnaldas de lujo y alborozamiento. ¡Ni mirtos ni rosas! ¡No me des coronas que se lleva el viento!

Entonces proclamaremos: « ¡Cantadle con alegría! ¡El nombre de Dios es grande; su caridad, infinita!

Todos:

Lector:

¡Que alabe al Señor la tierra! Contadle sus maravillas. ¡Qué grande, en medio del pueblo, el Dios que nos justifica!» Amén. Todos:

¡Que alabe al Señor la tierra! Contadle sus maravillas. ¡Qué grande, en medio del pueblo, el Dios que nos justifica!» Amén. Lector: Libra mis ojos de la muerte; dales la luz que es su destino. Yo, como el ciego del camino, pido un milagro para verte. Todos: Haz de esta piedra de mis manos una herramienta constructiva; cura su fiebre posesiva y ábrela al bien de mis hermanos.

Yo quiero la joya de penas divinas que rasga las sienes. Es para las almas que tú predestinas. Sólo tú la tienes. ¡Si me das coronas, dámelas de espinas! Amén. Canto: ---------------------------------------------------------------------------Lector: Salmo 29: Acción de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre (Casiano) Todos: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Lector:

Que yo comprenda, Señor mío, al que se queja y retrocede; que el corazón no se me quede desentendidamente frío.

Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Todos:

Todos:

Lector:

Guarda mi fe del enemigo (¡tantos me dicen que estás muerto!...). Tú que conoces el desierto, dame tu mano y ven conmigo. Amén. Lector:

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos invita el llanto; por la mañana, el júbilo. Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Lector:

Lector:

Yo pensaba muy seguro: «no vacilaré jamás» Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza; pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado. Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Todos:

Todos: A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: « ¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Lector:

Lector: ¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.» Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Todos:

Todos: Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Lector: Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Todos: Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Lector: Salmo 31: Acción de gracias de un pecador perdonado Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación prescindiendo de sus obras (Romanos: 4,6) Todos: Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. - Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Lector: No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Todos: Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Canto: ---------------------------------------------------------------------------Lector: Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Todos: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Lector: Apocalipsis 11, 17-18; 12, 10b-12a: El juicio de Dios El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Todos: Yo dije, Señor, ten misericordia. Sáname, porque he pecado contra ti. Señor, ten misericordia. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo Yo dije, Señor, ten misericordia.

Todos: Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar. El que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Canto: ---------------------------------------------------------------------------Lector: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: 7, 7-12. Todos:

Lector: Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Todos: Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Gloria a ti, Señor. Lector: Dijo Jesús: Pidan y se les dará, busquen y encontraran, llamen y se les abrirá, porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abrirá. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide pescado, le da una culebra? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto mas dará el Padre del cielo, cosas buenas a los que se las pidan! Traten a los demás como quieren que los demás los traten, En esto consiste la ley y los profetas. Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti, Señor Jesús. Lector:

Lector: Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Todos: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Lector: Santiago: 4,7-8.10 Someteos a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón. Humillaos ante el Señor, que él os levantará. Yo dije, Señor, ten misericordia.

MEDITACION PERSONAL EN SILENCIO DEL SANTO EVANGELIO Y ORACION POR LA COMUNIDAD. Canto: ---------------------------------------------------------------------------Lector: Un aspecto fundamental de la oración propuesta por Jesús, es la confianza en la misericordia de Dios. La oración no consiste en presentar una lista de peticiones a Dios. Es necesario poner toda la vida en función del proyecto del Reino de Dios. Pedir, buscar y llamar, tres verbos que indican colocarse en acción. No basta solo con pedir. Es necesario buscar a Jesucristo. Es urgente llamar a su puerta. Una verdadera oración nos tiene que llevar necesariamente a colocar la confianza en Dios, pero al mismo tiempo, procurar hacer su voluntad sobre nuestras vidas y sobre la vida de nuestros pueblos. Y la voluntad de Dios es siempre salvifica, liberadora. Sabemos que las personas, que se comprometieron hasta el fondo con la propuesta de Jesús, eran personas de profunda oración, como San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta o Monseñor Oscar Romero. En segundo lugar, Jesús presenta una exigencia que se desprende de una autentica oración

fundada en el seguimiento y la fidelidad; es la equidad en el trato con los demás. No se puede orar y ser injusto, no se puede orar y ser violento, no se puede orar y ser corrupto. ¿Cómo anda nuestra coherencia entre vida y oración? Todos: Perdóname, Señor, hemos pecado contra Ti. Lector: OH sagrado convite en el cual se recibe al mismo Cristo; y se renueva la memoria de su pasión; el alma se llena de gracia; y se nos da una prenda de la gloria futura. Todos: Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos. Jesús mío creo firmemente que estás en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo tenerte en mi alma. Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón. Canto: -----------------------------------------------------------------------Lector: Pidamos a Jesús Sacramentado, para que haya hombres dispuestos a entregar sus vidas al servicio de su Palabra y de la Iglesia, hombres sin miedo, hombres valientes, hombres dispuestos a entregar su vida al servicio de los demás, hombres que lo den todo por Cristo y por la Iglesia; para el pueblo judío, era un escándalo, la predicación de San Pablo a los corintios; no de un Cristo que venia con un ejercito poderoso sino de Jesús inmolado en la cruz del calvario, derrotado por sus adversarios, si de un Cristo de Paz, entregándose completo a Dios y a su Iglesia. Todos: Padre Celestial, en cada generación tú regalas a tu Iglesia nuevos ministros de Cristo. Nos ponemos en tu presencia para pedirte que llames a más hombres al servicio de nuestra Arquidiócesis en el sacerdocio ministerial. Lector: Danos sacerdotes que puedan mostrar el camino y guiar a tu pueblo santo reunido por la Palabra y los Sacramentos. Bendícenos con vocaciones sacerdotales que nos ayuden a seguir siendo verdaderamente una Iglesia Eucarística, fortalecida en nuestro discipulado de Jesucristo tú Único Hijo. Todos: Concédenos, te lo pedimos, hombres que sean generosos en el servicio, deseosos de ofrecer sus vidas y todos sus dones para tu mayor gloria y para el bien de tu pueblo. Lector:

Concédenos, te lo pedimos, por los hombres que te han ofrecido toda su vida y todos sus dones de origen latinos que pertenecen a esta parroquia de San José, en athens, ten misericordia de ellos uniéndolos y congregándolos a tu ejercito de sacerdotes para mayor gloria y para el bien de tu pueblo. Todos: Te lo pedimos Padre en la presencia poderosa del Espíritu Santo y en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén. Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio por los siglos de los siglos. Amen.

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